Partida Rol por web

Partida 102

Edan sonrió al ver la jugada de Leofred. Era buena, sin duda, y el Bardo había sabido jugar sus cartas con habilidad, escondiendo sus posibilidades. El Rohir podía ver en sus ojos la misma diversión que corria por sus venas.
De donde yo vengo solo hay un tipo de suerte amigo... respondió a su contrincante ...tus Dioses te han engañado si en verdad la confundes con desdicha y con una ligera risa se dispuso a levantar su primera carta.

Veamos quién de los dos tendrá que invitar a unas cervezas en la próxima taberna.

Partida 102

Edan sacó la primera de sus cartas para mostrar ante Leofred un 1. Una carta baja que abría posibilidades

Partida 102

Edan se mordió el labio, el 1 como resultaba obvio lo mantenía en el juego, pero no era suficiente como para superar la jugada de Leofred. Ya sin reparos, levantó la carta oculta desvelando si jugada y se dispuso a levantar una nueva carta.
Vamos allá pequeñas...

Partida 102

La nueva carta que se descubrió, no le supuso una ventaja clara. Era una figura, que solo le valía medio punto.

Partida 102

Una nueva figura...sumado a lo que ya tenia eso hacian un total de 2 ptos.

La tensión del juego crecía por momentos. Edan sonrió. No le quedaba más remedio que volver a pedir carta.

Partida 102

La ultima carta que Edan volteó para si mismo fue un 6. Eso hizo que se pasase, eliminándolo del juego. Leofred había ganado esta vez, recogiendo las seis monedas del centro de la mesa. El rohir seguía manteniendo la banca, que era una clara ventaja, sobre todo si había varios jugadores.

Partida 103

El juego no había acabado, y por el momento estaba como al principio, ambos jugadores habían ganado una mano. Edan se dispuso a continuar, tras barajar, repartió una carta a cada uno.

Era el momento de apostar, lo normal era hacerlo con uno, dos, o tres estaños, pero tampoco era raro liberar esas restricciones, sobre todo entre jugadores mas asiduos. Hay quien ha perdido incluso su caballo apostando...

Partida 103

Edan recibió una figura.

Partida 103

Leofred recibió un 7.

Partida 103

Edan se llevó las manos a la cara. Había perdido por segunda vez consecutiva.
Me vas adejar sin blanca amigo...se quejó, pero en realidad no perdía la sonrisa.
Era un divertimento entre camaradas y las apuestas no eran grandes.

¿Que dices Leo? ¿Una ultima partida? doble o nada esta vez.

La sonrisa de Edan se hizo mas grande por momentos. No estaba dispuesto a irse a dormir sin ganar al menos una mano.

Partida 103

Leofred no pudo evitar una sonrisa al verse vencedor de la partida de cartas, aunque sabía que a pesar de que el juego requería cierta habilidad, el resultado dependía más del azar que de cualquier otra cosa.

Edan parecía tener aún ganas de jugar, y aunque al bardo no le sobraban las monedas, decidió que aún tenía suficientes para alargar el juego un poco más. - No voy a ser yo quien le niegue a su oponente la oportunidad de una revancha, pero ten presente siempre la advertencia de convertirte en un jugador empedernido. - Leofred miró su carta en secreto, no necesitaba ver más.

- Aún puedes retirarte ahora Edan, y me olvidaré de esta partida y de que has doblado la apuesta. No voy a sacar una segunda carta. - 

Partida 103

Tras una breve charla, acordaron elevar la apuesta a un cobre, a una sola mano. Después de poner cada uno, una moneda sobre su carta oculta, Leofred se plantó.

Era el turno de Edan, que girando una nueva carta, se dispuso a hacer su juego. No sabia lo que su compañero tenia, pero lo que tenia claro es que no iba a por la banca, cosa que solo podía hacerse con al menos dos cartas.

En la mesa apreció una figura, Edan volteó su carta oculta revelando otra igual. Ya tenia un punto en total

Partida 103

Edan no podía dejar de sonreir.
Leofred no solo era un tio con suerte, sino también el tipo de persona que sabia disfrutar del juego...como él.

Descuida Leo, ya es tarde para eso...y no, no tendrás esa suerte. movió los dedos con agilidad y levantó una nueva carta
veamos que nos trae la fortuna esta vez.

Partida 103

Una nueva carta, un 5, apareció sobre la mesa. Era una carta complicada, pues acumulaba un 6. Si pedía mas corría el riesgo de pasarse, pero si no lo hacia tenia que confiar con su compañero se hubiese plantado con esa misma cantidad, o con algo menor para ganar.

Una difícil decisión...

Partida 103

Edan torció el gesto cuando vio la carta volteada.
Rápidamente centró sus ojos en el bardo, queria poner a prueba su temple.
Creo que me voy a plantar aquí
Dijo fingiendo uma nueva sonrisa.

Finalmente, tras un breve lapso en el que evaluó el nerviosismo de Leofred, dejó la baraja a un lado y puso las manos sobre la mesa.

y bien? Que tiene el señor?

Partida 103

Antes de decidir finalmente si la partida terminaba, hubo un pequeño impás.
Edan escrutaba la cara de Leofred en busca del más mínimo gesto, o signo corporal que delatase al trovador. No era cuestión sencilla. Podría decirse que se trataba casi de un arte, pero tampoco era algo anormal. Para aquellos acostumbrados al mundo del juego, se trataba casi de una rutina. Todo el mundo esta sujeto a una serie de costumbres, habitos que se escapaban inconscientemente a modo de coletillas o microgestos. En ocasiones, un simple exceso de sudoración era suficiente para delatar al pobre infeliz que se exponía a los entrenados ojos de un experto Tahúr. Por supuesto Edan no era uno de aquellos, pero su dilatada experiencia en tabernas y timbas de cartas le había conferido cierta destreza en el asunto y había aprendido uno o dos truquitos para saber diferenciar aquellas señales en sus adversarios. Como es obvio, aquel arte, funcionaba mejor cuanto más se conocía a la persona, aunque aquella era una circunstancia que funcionaba en ambas direcciones. Cuanto más conociese a Leofred, mejor podría comprender sus coletillas y microgestos, pero del mismo modo, también el bardo podría adivinar los suyos...

Partida 103

Leofred podía sentir el nerviosismo de Edan cuando le lanzó aquella mirada penetrante, el mismo nerviosismo que podría haber tenido él mismo si se encontrase en su misma situación. Por contra, el bardo estaba más relajado; era relativamente despreocupado con el dinero, y una apuesta así tampoco suponía un peligro inminente para sus finanzas aunque fueran algo escasas.

Sabía que Edan intentaba averiguar si debía o no sacar una carta más, casi como si intentase leerle la mente. Aquél pensamiento le hizo gracia, ya que ni siquiera saber eso aseguraba a nadie una victoria en el juego. Una mano de 10 cartas aún podría no haber alcanzado el siete y medio, y otra podría pasarse solo con dos naipes. En ocasiones, simplemente, actuar correctamente no bastaba para tener éxito; una filosofía que tal vez se podría aplicar a la vida misma.

Partida 103
​Percepción

La cara de Leofred no se inmutó lo mas mínimo, fruto de una buena actuación, o sencillamente de una falta de emoción. La cantidad que se estaban jugando, parecía no tener importancia para el bardo. Edan no pudo saber de un vistazo si se había plantado con un 2, o si tenia cualquier otra carta.

Partida 103

Edan no se lo pensó más y se plantó.
El juego habia terminado. Pronto comprobaría si Leofred llevaba una buena jugada o no.