Partida Rol por web

28 de Marzo, 1982 - Lago Kunai

La carretera serpenteaba a través de la jungla, llevándolos más profundo en la isla. A medida que avanzaban, comenzaron a notar señales extrañas: árboles tallados con símbolos enigmáticos, piedras colocadas en formaciones peculiares y rastros de algo más grande en juego.

A medida que "El Negro" y demás compañía avanzaban por la carretera rodeada de densa jungla en la misteriosa Isla Shuriken, el ambiente en el Citroën H se volvía cada vez más tenso. Los rayos del sol apenas lograban filtrarse a través del espeso dosel de árboles, creando patrones de luz y sombra en el interior del vehículo.

Una vez que el azul del enorme lago del centro de la isla fue revelado ante los ojos cansados de los que apenas pudieron dormir en la furgoneta, estos empezaron a desperezarse, siendo Elijah Hoffman el primero en hacerlo al estirarse y golpear, sin querer, el rostro de El Negro.

-Perdon. -Dijo conteniendo un bostezo que no pudo más- Pues... aquí estamos... Es... un lago... 

Por parte de Ray Shugi, este no había dejado el volante ni un momento durante todo el viaje, demostrando que, muy en el fondo, era alguien relativamente útil, al menso para trabajar como chofer de una panda de criminales de sangre con más o menos delitos a sus espaldas... a pesar de ser pacifista.

-Ya os dije que era mejor no venir. -Comentó molesto, cayendo en el bostezo también- Aquí no hay nada interesante desde hace años. Será mejor irnos de aquí y organizar una marcha pacífica en Villa Ganga, estoy seguro de que esta vez funcionará...

Pues vaya con el lago redondo. Ni que fuera un cráter.

-Pues si no hay nada interesante mejor. Ahora que han proclamado mi nombre por las noticias lo mejor es que estemos alejados de la gente... por suerte a vosotros no os han mencionado. - no me gustó nada la idea de ir a villa ganga. Sería verdad lo de que habían capturado a más agentes? o que la revuelta religiosa del cura fue aplacada?... tenía pinta que estábamos perdiendo los frentes. Pero ese lago era si más no, extraño. No paré de estar atento a los alrededores. - Intentad descansar.

Quizás fuera por el cansancio acumulado, quizás fuera por la inhalación de gases tóxicos, o quizás fuera por las idas y venidas en el interior de aquella furgoneta de correos; sea como fuere, una cosa estaba clara, y es que al parecer El Negro estaba teniendo alucinaciones del punto de ver en el lago un monstruo elevarse desde las aguas y mirarles fijamente antes de volver a sumergirse en las aguas de aquel lago.

-¿Pero qué cosa ha sido esa cosa?! - digo señalando frenéticamente a la zona donde había visto a la cosa negra que acababa de asomarse en el lago - me ha mirado! - me había mirado?! - ... por qué has dicho que éste sitio era peligroso exactamente? qué hacían aquí?..

Aquellos tres compañeros de viaje que también habían acompañado a El Negro giraron sus cabezas para mirar la superficie del lago en donde este les estaba señalando. Y tras unos cuantos segundos de mirar en aquella masa de agua uniforme, estos giraron sus cabezas a mirar a El Negro.

Elija Hoffman, quizás al ser la persona con la que más tiempo había acompañado a El Negro en aquella aventura, este había cogido cierto cariño a su compañero asesina cerdos, por lo que sería el primer en hablar de aquel trio de caballeros que lo habían acompañado hasta el lago.

-Creo que deberías descansar. -Comentó, casi con un tono paternalista a El Negro- Estoy seguro de que has pasado por mucho y quizás con todo ese humo o algo...

Era cierto que aquello parecía ser como mínimo algo extraño que El Negro señalara a un lago en calma y como máximo preocupante que este hablara de que algo le había mirado de vuelta; pero no todos los presentes parecían estar convencidos de que aquello eran simples habladurías de una persona que había perdido la cabeza.

-Joder, pensaba que no ibas a perder la cabeza tan rápido. -Comentó con seguridad de que había perdido la cabeza, no solo meras sospechas como el resto- Ya sabía que había rumores de un monstruo, pero no pensé que te fueras a poner así porque sí...

Viendo que aquella acampada en mitad del lago iba a ser un problema con alguien que decía ver monstruos que no existen, Ray Shugi decidió compartir algo más de información acerca de sus conocimientos del lugar para que todos estuvieran en la misma página al respecto de las opciones que tenían.

-Si crees que hay un monstruo, podemos ir al Instituto Militar Nautico del Lago. -Comentó el hombre, tratando así de tranquilizara a El Negro- Es un edificio abandonado, pero al menos estaremos seguros de que nadie, ni ningún monstruo podría molestarnos.

-... pero yo no sabía nada de un monstruo. Y he visto esa cosa enorme! negra! y larga! - miro desconfiando hacia el lago. Finalmente algo útil decía el político pacifista, a parte de ser buen conductor. - ...si... mejor que por lo menos estemos a cubierto.

-¿Porqué tienen esa instalación militar abandonada? - ya no les servía para nada?... o..

Las miradas de los demás se posaron sobre Ray Shugi, a fin de cuentas era la persona que más sabía del lugar y aquella duda que El Negro tenía también la tenían aquellos dos. Por lo que este no tuvo más remedio que seguir explicando un poco de aquel lugar tan misterioso.

-Porque protestamos mucho de manera muy pacífica. -Respondió Ray Shugi, aunque eso explicaba el "abandonada" no el hecho de tener una Instalación Militar en un lago- Una victoria para el pacifismo... la única, pero bueno... ¡Seguro que luego habrá más!.

Sin una respuesta completamente satisfactoria por parte de Ray Shugi, aquel grupo no tuvo más remedio que seguir a aquel hombre hacia la entrada del Instituto Miliar Náutico del Lago, a fin de cuentas, era mejor que estar en una furgoneta o al aire libre con un monstruo por ahí pululando.

Tras mucho caminar, aquellos hombres se encontraron en las cercanías del Instituto Militar Náutico del Lago, al parecer este había sido notablemente reclamado por la vegetación del entorno; un estado que, por otro lado, parecía ser normal teniendo en cuenta el tiempo que este había estado abandonado.

No parecía haber ningún tipo de sistema de seguridad en el instituto que les impidiera pasar al interior, aunque sí había algunos restos de tiendas de campaña, elementos de acampada y parrilladas destruidas y esparcidos por el lugar frente a la única entrada del Instituto Militar Náutico del Lago; todas estas cosas también tomadas por la vegetación.

El vagabundo parecía estar un tanto sorprendido por aquel lugar abandonado como por la presencia de aquellas tiendas de campaña y parrillas esparcidas por el lugar, al punto en el que este dejó de ser tan huraño e involucrarse un poco más con todo aquello.

-Supongo que esto son los restos de vuestra marcha pacífica. -Comentó al hombre- ¿Por que dejarlo todo atrás? Estas tiendas son de buena calidad...