Partida Rol por web

Escape from Kong Island

CAPÍTULO 1: LA HUÍDA

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01/06/2019, 14:38
Director

Notas de juego

 

Cañón de Infantería Tipo 11 37 mm

El Tipo 11 37 mm estaba basado en el cañón de Infantería de 37 mm modelo 1916 TRP francés (37mm M1916 en el Ejército de los Estados Unidos), cuya licencia de producción fue comprada por Japón después de la Primera Guerra Mundial y fue modificado a los estándares japoneses. Disparaba desde un trípode tubular de acero y su recámara tenía un cierre vertical deslizante, que era accionado por una palanca situada en el lado derecho del cañón. Era disparado al jalar con fuerza un acollador que colgaba de su cierre, lanzando una palanca contra el percutor, que golpeaba y activaba el fulminante de la vaina del proyectil.

Fue ideado para ser llevado al frente por sus artilleros, empleando sus colas posteriores como varas de transporte y no tenía ruedas, con un par de varas desmontables en la parte frontal que permitían levantar el cañón por cuatro hombres. Las colas del cañón estaban equipadas con topes para fijar con firmeza al cañón en posición.

El cañón disparaba el obús de alto poder explosivo Tipo 12, que llevaba una carga explosiva de 41 g, al igual que un proyectil antitanque ineficiente.

Los cañones de Infantería Tipo 11 37 mm eran usualmente asignados en grupos de cuatro a los regimientos de Infantería. Cada arma tenía un equipo de 10 hombres: un líder de escuadra, cuatro artilleros (dos de ellos se mantenían como reserva a corta distancia del cañón, tres hombres para transportar munición y dos que se encargaban de los caballos que transportaban el cañón. Se mantenían en contacto con el Cuartel General del regimiento (usualmente a 300 m de distancia) mediante teléfono de campaña o mensajeros.

El cañón fue eficaz en las primeras etapas de la Segunda guerra sino-japonesa para su planeado propósito de ofrecer a la Infantería mayor potencia de fuego contra posiciones semifortificadas, como casamatas, nidos de ametralladora y vehículos ligeramente blindados.5​ Sin embargo, su baja velocidad de boca, pequeño calibre y baja cadencia de disparo lo hicieron rápidamente obsoleto contra las fuerzas Aliadasequipadas con tanques, siendo rara vez visto fuera de unidades de reserva durante la Guerra del Pacífico.

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01/06/2019, 19:12
Hermana Claire

La hermana Claire se fijó en el arma que aquellos amarillos estaban preparando. No tenía ni la más remota idea de lo que se trataba, pero sin duda alguna no era una buena noticia para ellos.

La hermana giró el arma que tenía entre manos y apuntó hacia los japoneses. No era un blanco fácil, pues estaban alejados de su punto de mira y la ametralladora no tenía el ángulo suficiente como para alcanzarlos. Sin embargo, la religiosa disparó de todas formas.

Las balas salieron silbando una detrás de otra e impactaron contra el suelo muy cerca de los japoneses. No podía matarles, pero aquella salva de advertencia, por llamarlo de alguna forma, igual les hacía pensárselo dos veces antes de seguir allí tratando de hacer desaparecer el avión.

- ¡Malditos amarillos! - Gritó mientras las balas saltaban cerca de los enemigos.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Esta vez me quedo cerca, pero no llega a 9!!! Mala pata.

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02/06/2019, 01:08
Diana Hoffman

El sonido de las ametralladoras inundaba mas aún el interior del avión.

Ahora entendía el motivo del porqué los pilotos llevaban siempre esos cascos que tapaban las orejas: por el ruido. En este caso la hermana Claire se había vuelto loca al usarlas. Parecía como el maldito Arcangel San Gabriel, repartiendo amor a los amarillos. Solo le faltaba mascar tabaco como esos sucios Americanos y escupir al suelo.

Sabía que tarde o temprano serían los aliados de mi Furher, pero ahora mismo, cuando el curso de la guerra dependía de una carta y de mi propia supervivencia, les estaba cogiendo asco a estos jodidos japoneses. En especial, mientras me tapaba los oidos miraba al japones herido del interior del avión. 

Parecía que sabía lo que hacía, pero cada cosa que parecía hacer bien, el piloto lo volvía a joder. Así no íbamos a salir nunca de allí.

Salí de la cabina empujada por tanto hombre allí y con el miedo de que no sabía que hacer allí. No quería morir! Así no! Me llevé la mano al pecho y noté el papel de la carta a través de la tela y me acerqué inconscientemente, cuando hubo una ligera tregua de disparos, a un ventanuco para mirar al exterior.

Ese arma...La había visto! Solía ir a cantar o bailar para las tropas. Muchas veces no eran teatros, si no simples descampados con tiendas de campaña alrededor, con cajones de armamento de diversos tipos desperdigados por doquier. Una de esas armas... ya la había visto antes. Incluso sabía lo que haría.

-Allí!- Grité con la mano  señalando en dirección al arma. - Si lo disparan estamos muertos!-

Corrí hacia una de las torretas que había libres, por aquel pasillo con los pies descalzos y me introduje en el cubículo como pude. No era fácil. Me rasgué un lado de la falda larga para poder poner las piernas cómodas. Y con los gatillos en mis manos, apunté a esa cosa de arma.

-Maldita sea...!- Mascullaba apretando los dientes- "Vamos a...nosedonde, será divertido..veras como...triunfas"... Maldito seas, Frank!- Farfullaba entre ráfaga y ráfaga por el retroceso del arma.

 

 

- Tiradas (2)
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02/06/2019, 09:45
Director

Notas de juego

Te marco solo a ti para ver que te parece (ya que no he leido mucho y no se como esta la situacion ahora), si te parece bien lo pones para que lo puedan leer todos o cambias lo que sea necesario. Y gracias por admitirme en otra de tus partidas

Está casi perfect. He hecho pequeños cambios, como chinos por japoneses, avioneta por avión, y cosas así, y he lanzado por ti. Aparte de eso, ya estás en marcha. ¡Buen primer post! Y gracias a ti por entrar ;)

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02/06/2019, 09:48
Samantha Carter

Por fin habia conseguido salir de aquel restaurante en el que me habia infiltrado, estaba a punto de llevarme a aquel gordo seboso al catre y que me cantara todos sus secretos cuando las explosiones habian comenzado. Maldita sea habia pensado, aquellos amarillos habian empezado el ataque antes de la cuenta y la superioridad tactica que necesitabamos la habiamos perdido de un solo plumazo.

Aquel hombre se habia escondido debajo de la mesa como una bulgar comadreja, eso si no iba a salir de alli sin conseguir la informacion asi que deje a un lado mi pose seductora y después de pegarle un par de veces y amenazarle con un tenedor conseguí lo que había ido a buscar.

Ahora en la calle todo era caos, los japoneses estaban atacando desde el aire con bombas por lo que ningún lugar era seguro pero no muy lejos de allí se oían disparos, me puse a correr con mis tacones mientras rajaba mi falda para que me fuera mas fácil y allí a lo lejos se veía un avión, uno de esos aeroplanos malditos que nadie quería usar a no ser que no hubiese más remedio. Aquella era mi oportunidad de salir de alli y llevarle la información a mis superiores para poder hacer algo en aquella maldita guerra.

Los que fuera que hubiese en el avión lo estaban haciendo bien pues se estaban encargando de la torreta que estaba a punto de dispararles, saque un arma de mi muslo y seguí corriendo hacia el avion disparando a todo el que se me ponia por delante y acertando en todos los tiros.

Una vez llegue al avión, abri la puerta y me introduje en este, alli dentro habia mucha gente pero ya me preocuparia de ellos después; fui corriendo hacia la cabina de mandos y mira a la persona que parecia estar al mando como era incapaz de arrancar aquel trasto, me sente en el asiento del copiloto y me puse los cascos.

-Vamos a hacer que este pajarito vuele, vale?? -le dije guiñandole un ojo mientras empezaba a tocar los botones necesarios para que aquel aparato se pusiera en marcha; le costo bastante todo se ha de decir pero en ningún momento perdí los nervios para, finalmente oír como el ruido del motor hacia presencia.

-Todos los que estais hay detras sera mejor que os senteis y os abrocheis los cinturones -dije girándome hacia los que se encontraban en la parte trasera del avión -. Este vuelo no va a ser precisamente un paseo.

Estire levemente la palanca de mando para darle potencia a aquella maquina mientras lo giraba para conseguir una mayor superficie por donde hacerlo coger impulso, el aparato corría como un condenado, seguramente porque sabia que al igual que nosotros si no salia de alli él también estaria muerto y cuando ya habiamos cogido el impulso suficiente estire la palanca para que se pusiera a volar.

- Tiradas (1)
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02/06/2019, 09:50
DIRECTORA

Mientras los japos se preparaban para el asalto final sobre el avión, la Hermana Claire continuaba disparándoles con todas sus fuerzas, aunque desigual éxito. En aquella ocasión, el empuje de la torreta hizo que se desviase y los malditos amarillos, que ya estaban sobre aviso, corrieron a ocultarse antes de que volviesen a sufrir la ira de Dios. Con lo que no contaban era con que Diana hiciese lo mismo, se dirigiese hacia la torreta trasera y comenzase a disparar desde otra dirección hacia ellos.

Como ya hiciese aquella sorprendente monja, ella apuntó, disparó y masacró a un montón de japoneses, que vieron sus cuerpos partirse por la mitad, perder miembros y morir bajo el grueso calibre de las ametralladoras de la torreta que manejaba Diana.

Y así, mientras las dos personas más inesperadas conseguían ganar tiempo para que aquel piloto inútil y ese japonés imbécil lograsen poner en marcha el avión, la compuerta se abrió, entrando a toda prisa una mujer que nadie había visto nunca.

Sin mediar palabra, miró a su alrededor y se dirigió con rapidez hacia la cabina del piloto, se puso los cascos y en un abrir y cerrar de ojos, las hélices estaban en movimiento.

Fuera quien fuese, había conseguido hacer lo que hasta entonces nadie había logrado, así que no ibais a quejaros.

Todos los que estais hay detras sera mejor que os senteis y os abrocheis los cinturones. Este vuelo no va a ser precisamente un paseo.

Mientras el avión aceleraba, por decirlo de alguna manera, por la pista, todos os agarrasteis a lo que pudisteis pillar, y solo cuando notasteis que os alejabais del suelo, pudisteis respirar algo más tranquilos. 

Notas de juego

Pues ya podéis escribir todos XD

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02/06/2019, 10:20
Hermana Claire

Una joven entró en el avión a toda velocidad. Parecía que sabía lo que se hacía pese a la pinta de prostituta que tenía. En un abrir y cerrar de ojos logró poner el aeroplano en el aire, lo cual era toda una buena noticia.

La hermana Claire resopló cuando se sintió a salvo y en el aire. Aunque lo cierto era que para nada había acabado todo aquello. Todavía había infinidad de aviones japoneses que podían derribarlos en cualquier momento. Por ello mantuvo su posición en frente a la ametralladora.

Por otra parte le parecía una vergüenza que una hermana sierva de Dios y dos fulanas fueran las que tenían que salvarle el culo a los que se suponía que eran cuatro soldados de diferentes ejércitos. Ahora entendía porque la guerra estaba durando tanto...

- ¡Muy bien! - Exclamó eufórica. - ¡Y ahora salgamos de aquí!

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejó hecha una buena tirada por si se acerca algún japo con malas intenciones!

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02/06/2019, 17:56
Vance McCoy

-¡Tú! ¿Quién cojones eres?

Me sorprendió ver a una mujer joven entrar a toda prisa al avión. ¿Es posible que alguno de estas ratas la conociera? No tenía ni idea, pero me sentí ciertamente amenazado cuando se sentó en el asiento del copiloto. Debería dar gracias de no haber intentado arrebatarme mi puesto, porque yo aun tenía la pistola de señales y podía dispararla cuando me diera la gana.

Hice mi parte del trabajo para poder poner el avión en el aire, la hostia, al fin y al cabo había sido el menda quien había estado intentándolo todo el puto tiempo. Tras coger la carrerilla suficiente, el cacharro se elevó de forma milagrosa. A lo mejor las jodidas plegarias de la monja habían servido de algo.

-Muy bien, lo he conseguido- ahora me dirigí personalmente al pintoresco grupo de ineptos que poblaban el bimotor. -¿Al final alguno de vosotros encontró mi petate? ¿Alguno tenéis mi macuto?

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02/06/2019, 20:34
Director

Notas de juego

Bueno, en realidad las pistolas de señales solo tienen un disparo. Tendrías primero que encontrar otra "salva" por ahí, lo cual es posible, pero dado el estado del avión, difícil. Vamos, que por el momento, tienes una pistola vacía XD

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02/06/2019, 20:35
Vance McCoy
Sólo para el director

Hombre, esta no la he disparado aún. ¿O es que venía sin munición ninguna? Jajajaja

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02/06/2019, 20:37
Director

Notas de juego

Uy, es verdad. No sé por qué pensaba que le habías disparado jajajaja. Oye, pues ahora que lo dices... ¿te has asegurado antes? XD

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02/06/2019, 22:07
DIRECTORA

Mientras todos en el interior se calmaban, y respirabais tranquilos, dejando atrás a Singapur, los japoneses y las balas, el ruido de los motores se convertía en vuestro amigo y poco a poco ibais aceptando que por fin, estabais a salvo.

El interior del aparato, ahora que por fin podíais prestarle atención, era bastante claustrofóbico. Apenas cabíais todos y ya fuese por la falta de habilidad de vuestros dos pilotos, o por el deplorable estado del avión, éste se bamboleaba de un lado a otro constantemente, tanto en el ascenso, como cuando por fin recuperó la horizontalidad.

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03/06/2019, 00:05
Jack O'brian

Por un momento me quedé parado sin saber qué hacer, la abuela se incorporó ignorando su herida como el más duro de los marines y fué directa hacia la ametralladora que estaba anclada en uno de los laterales del fuselaje, encañonando a los cada vez más numerosos efectivos nipones. Esperaba que no supiese quitar el seguro, que no supiera como cargar el arma o como apuntar, pero entonces oí las palabras y si no llega a ser porque estaba de cuclillas me habría caído de culo.

Cita:

- ¡Tomad lo vuestro, puercos amarillos!-

Miré a traves de la ventanilla abierta y ví como la monja arrasaba con los japos-¡Muy bien hermana, deles duro a esos cerdos amarillos! ¡morir cabrones, esto por los que habéis matado!-grité con furia, realmente disfrutando con la carniceria que estaba organizando la monja. Joder, si tuviera un Garand en mis manos estaría diparando a su lado, desde luego seguían impactando los proyectiles en el fuselaje que cada vez se asemejaba más a un queso de grullere que a ún avión capaz de volar, coloqué ambas manos rodeando mi boca a modo de altavoz y grité hacia la cabina-¡arrancas la cafetera de una puta vez o qué!-en ese momento los motores parecieron petardear intentando encenderse, solo faltaba que el jodido japo hubiese arreglado el problema que hubiese, pero era una falsa alarma, pues la hélice a penas se movio un cuarto de vuelta para volver a pararse.

Volví a mirar a los japos, que se encontraban dispersos, pero un pequeño grupo parecía estar preparando una especie de cañón en miniatura-¿pero que mierda es esa?-exclamé sujetándome el casco para que una bala perdida no me saltase la tapa de los sesos-¡Hermana a esos a esos amarillos! ¡que como nos den con ese trastos nos joden vivos!-continué y entonces la compuerta se abrió, me preparé para lanzarme cuerpo a cuerpo contra el japo que entrase, pero en vez de eso entró una mujer, morena con una melena negra impresionante y sin mediar palabra paso ante mí como una exhalación-¿y tú quién coño eres?-pregunté estupefacto aunque me ignoró completamente. Joder ya solo faltaban los Hermanos Marx ahí dentro y estaba el reparto al completo.

Eché mano de la portezuela, cerré con un golpe seco y al instante los motores rugieron y el avión comenzó a moverse, momento en que la extraña mujer asomó la cabeza ordenando que nos agarrásemos a lo que pudiéramos, desde luego yo estaba más acostumbrado a dar órdenes a las mujeres, que ellas a mí, pero desde luego con aquella morena no parecía ser buena idea llevarla la contraria-¡Hermana deje de apretar el gatillo y siéntese que nos vamos al aire!-fué lo último que dije aposentando el culo en una asiento agarrándome donde pude.

El bimotor temblaba cosa mala, y cuando noté como la inercia me pegaba contra el suelo para luego sentirme ligero, supe que ya estábamos en el aire sin necesidad de mirar por la ventanilla, me quité el casco un instante para secarme el sudor de la frente y suspiré profundamente-joder que aventura...-reí para quitarme los nervios de encima y luego miré a la monja-Hermana es usted una caja de sorpresas ¿no será una Ranger de la vieja escuela?-dije con una breve sonrisa-Vamos a ver esa herida, no quiero que la mejor artillera que tenemos se nos muera de una infección-contesté cogiendo mi maletín, si ésto iba a ser así de agetreado tendría que encontrar una mochila. Escuché al inútil piloto preguntar por su macuto, pero le ignoré completamente, la herida era lo primero, luego le tocaría a la morena contarnos quién coño era y qué hacía en mitad de aquel fregado.

Notas de juego

Siento el tocho, pero tenía bastante que escribir xDD

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03/06/2019, 08:14
Hermana Claire

- Está bien doctor... - Dijo la religiosa. - Puede comprobar ahora mis heridas, pero... - Miró a los hombres allí reunidos. El piloto debía pilotar, el japonés no era un buen candidato y el doctor debía remendar sus heridas. - Usted... - Se refirió a Sextus. - Póngase con esa ametralladora mientras esté buen hombre me cura las heridas. - Le ordenó como si de una general del ejército se tratase.

En ese momento la monja se levantó el hábito mostrando la herida en el costado que había sufrido debido al fuego japonés. De esa manera Jack pudo comprobar que aquella mujer que aparentaba fácilmente el medio siglo de vida, en realidad conservaba un cuerpo atlético y bastante fibrado. Era como si realizara ejercicio diario.

- Venga Doc. No se entretenga. No es que tengamos mucho tiempo para estar ociosos. - Le reprendió.

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03/06/2019, 10:05
Zenji Abe

Definitivamente, el piloto era un auténtico energúmeno y patán. En cuanto Zenji logró subsanar provisionalmente la averia, logrando establecer los contactos para que el avión pudiese despegar, creyó que simplemente sería cuestión de tiempo que emprendieron el vuelo, pero aquel hombre seguía observando en cagarla una y otra vez, y para más inri, aunque no entendiese un carajo, por su mirada acusatoria sabía que estaba echándole la culpa a él, como si hubiese estado saboteando el despegue cuando en esos instantes Abe era el más interesado en salir de allí para no ser acribillado por el cañón de Infantería Tipo 11 37 mm que veía montar a sus compatriotas a escasos metros del avión.

Pero entonces un ángel llegado del cielo, en forma de una atractiva joven, llegó para situarse en el asiento del copiloto y tomar el mando. El nipón observó todos los movimientos que ejecutó la mujer pelinegra y asintió complacido, al menos ella si sabía hacer las cosas bien. 

**No saber quién ser ella, pero ya que vosotros no dejar pilotar avión a un experto como yo, agradecer que joven exótica tome el mando y no incompetente piloto que no saber dónde tener manos derecha e izquierda. - comentó con indiferencia, sabiendo que solo le entendería el intérprete que tenía serias dificultades para transmitir la información que daba y no dejaba de desconfiar. Viendo que situación estar bajo control y que tener al menos mínimas posibilidades de salir vivos de este lugar, voy a observar con detenimiento distintos compartimentos de avión. Quizá encontrar cuchillo para degollar y quitar vida de todos vosotros...

Le traía sin cuidado lo que tradujera el tipo al resto. Ninguno de ellos confiaba en el japonés, ni Zenji confiaba en ellos, pero mientras no le tocasen los huevos, permanecería en silencio aguardando a llegar a algún lugar seguro donde poder alejarse de aquella banda. Lo que parecía claro era que en la facción enemiga, los hombres era inútiles por completo y solo las mujeres daban la talla. Ver para creer.

- Rubia cañón y mujer creyente en Dios falso saber usar ametralladoras para asombro mío... Y atractiva pelinegra ser hábil para despegar avión, yo respetar. Ahora entender por qué vuestros hombres perder Singapur, ser sexo débil. Lamantabla.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Busco alguna mochila con recursos básicos de supervivencia en alguna taquilla o compartimento del avión. Ya me indicas que encuentro, máster.

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03/06/2019, 11:11
DIRECTORA

Mientras los demás luchaban por mantenerse en piel, el japonés gruñón se movía con habilidad por el interior del avión, rebuscando entre todos los escondrijos en busca de algo que llevarse al bolsillo, principalmente, algún tipo de arma. Lo que dominaba en el interior del avión era el polvo y eso fue de lo que más encontró. Bajo uno de los soportes del suelo encontró, atascada, una pequeña brújula y al dirigirse hacia la zona posterior del aparato, en donde se encontraba Diana, vio algo que rodaba de un lado para otro.

Era una bala para una pistola de señales.

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03/06/2019, 12:08
Samantha Carter

Por fin habiamos conseguido salir de alli y aunque el avion se pilotaba de manera algo inestable con algo de suerte nos llevaria muy lejos de alli; mire al hombre que se encontraba a mi lado.
-Seras capaz de encargarte tu solito de este pajaro?? le dije con un tono de superioridad e indiferencia indicandole que podia encargarse él de los mandos.

No me fiaba mucho pero le deje pilotar mientras yo sacaba una pitillera y me fumaba un cigarro mientras contemplaba el horizonte, todos los que habia en aquel avion no me importaban un pimiento yo solo queria llegar a mi destino, soltar la informacion que tenia y salir de aquella jodida guerra con vida.

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03/06/2019, 13:13
Hermana Claire

El galeno no estaba siendo demasiado rápido a la hora de examinar las heridas. De ser igual de veloz en medio de un combate, nunca ganarían aquella guerra. Aunque su lentitud podía ser debida a que simplemente no se encontraba en un estado de tensión; ya no.

- Oiga... - Le dijo al médico. - ¿Me ha dicho su nombre? - Le preguntó. - Desde un poco más de brío, joven... - Le ordenó.

La hermana Claire miró por encima del hombro del doctor. La zorra eficiente que había logrado elevar aquella nave, le acababa de dejar los mandos del aeroplano al inútil del borracho que sólo hacia que preguntar por su alcohol.

- Señorita... - Llamoyla atención de la zorra. - No hace bien fumando. Dicen que no es bueno. Usted hará lo que le parezca, pero... ¡Por Dios, no suelte los mandos de la nave!

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03/06/2019, 13:53
Vance McCoy

Me impresionaba la ligereza con la que la monja de los cojones me infravaloraba, aunque tenía algo más importante en lo que concentrarme ahora mismo.

-¿Estás ciega o qué? ¡El puto piloto sigue a los mandos del avión! Hay que joderse...- dije, mirando a la beata. Desvío mi mirada a la joven desconocida para pedirle algo: Por cierto, señorita ¿me daría usted uno de sus cigarrillos? Se me perdió el petate en el que llevaba los míos, y son varios días sin fumar ya... Seguro que me comprendes, ¿no?

Hostia, la verdad es que llevaba sin fumar desde que entré al hospital. A estas alturas un tío como yo ha perdido la noción del tiempo, o como quiera que se llame eso. ¿Pero cuando fue la última vez que probé una gota de alcohol? Madre mía, es imposible estar concentrado en estas circunstancias. Necesito relajarme y no voy a conseguirlo sin un maldito cigarro.

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03/06/2019, 16:14
Sextus Cadawallader

Sextus escucho las palabras de la cleriga, y se puso en pie. Nuevamente el asiático volvió a hablar. Y el hombre de letras tan solo contesto con unas pocas palabras.

**Es usted una persona horrorosa**

Aquellas palabras pasaban desapercibidas, pues nadie prestaba atención a lo que decía aquel borrego oriental.

Mientras pasaba al lado del doctor y la monja, comento en perfecto ingles.

El asiático esta convencido de que nos toparemos con al menos una escuadra de aviones enemigos, o puede que varias. Según él. Puede darnos indicaciones para evitar la confrontación.

Yo solo me dedico a traducir, si quieren algo de mí, estaré dando con mis huesos en la cosa esa de la ametralladora.

Estaba claro que por mucho que llevara uniforme, ese hombre no era un soldado. No se veían mil manchas en la ropa, de haber estado combatiendo. La ropa estaba, apenas un poco estropeada, y seguramente era a causa del bombardeo y la maratón para escapar.

Debía de ser de alguna utilidad real, porque era mayor del ejercito. Lo que lo convertía en un mando intermedio. Pero no estaba claro que no era una persona para mandar a las demás.

Y afortunadamente en aquella gabarra voladora y maldita, era un acierto que no hubiera otro gran ego, diciendo lo que había que hacer, sin mover un dedo para hacerlo.

Donde no metió los dedos fue en la ametralladora. Ver aquellos cristales, muchos de ellos rotos, y el agua bajo sus pies, no le invitaba a ponerse a los mandos de nada.

Y se quedo dubitativo y mascullando para sí.

Pero qué mierda es esta, yo no me voy a poner ahí, como venza el hierro acabo con mi culo en el agua. Seguro que me parto la espalda. No quiero partirme la espalda.

Su voz, apenas audible, era como una letanía. Y era más constante y rítmica que las plegarias de hacia un rato de la eclesiástica.