Partida Rol por web

Y aquí volvía el héroe mientras veíamos que hacer con aquella chiflada.

- Negativo, soldado. El arma se la confiscamos. No sabemos si está drogada o loca y se puede volver en contra nuestra. - Le dije a la mujer que sostenía a la agente de la ley y el orden, aunque ahora mismo no tuviene nada de lo segundo.

- ¿Logra algo, teniente? - Pregunté respecto con la cerradura que daba a las celdas. Desde luego que era el mejor sitio para dejarla encerrada. Ni se lastimaría ni lastimaría a nadie.

Finalemente miré a Snake. - La agente ida tras esa puerta. - Le dije señalando con la cabeza. - Y varios presos en celdas al otro lado de la puerta bloqueada con clave. - Sopesé las palabras de Snake frente lo que había encontrado en el almacén. - Quizás vio lo ocurrido allí y la volvió loca. - Dije refiriéndome a la mujer.

Entonces me acerqué al puesto de control. - Dudo que sean tan idiotas como para apuntar la clave de acceso a la zona de las celdas, pero... no está de más mirar... - Dije ojeando la zona* y buscando a ver si daba con algo útil de paso.

- Si no abrimos, la encerramos donde estaba y seguimos avanzando. No podemos perder más tiempo aquí...

La Teniente frustrada se levanto y pio un puntapie a la puerta. -Esta puerta se resiste Comandate.

Grace fue la primera en encontrar un medio para abrir las celdas. La clave estaba anotada en el diario del día. Por lo visto, se cambiaba periódicamente y había varias claves correspondientes para semanas diferentes. La última anotada, 41298, aparecía claramente un par de hojas antes de la última anotación del cuaderno.

Una vez la tuvisteis en vuestras manos, la introdujisteis en el panel... y las compuertas de las celdas se abrieron como por arte de magia.

No tardasteis ni dos segundos en oír a alguien desde el interior, una mujer.

-¡Eh! ¡Ya iba siendo hora, joder! ¿Pero que puta clase de cárcel es esta en la que no te dan de comer durante horas? ¡Sois unos malditos cabrones!

La mujer que estaba hablando era una de las que estaba en la celda que compartía con varios presos más, en concreto, con dos hombres y una mujer que estaba tumbada, durmiendo la mona.

Al abrirse la puerta, Vásquez echó un vistazo rápido; parecía que sólo había escoria... los borrachos del lugar durmiendo la mona, parecía, y, encima, protestones...

-¡A callar! Ni esto no es un puto hote, ni somos el jodido servicio de habitaciones!!

Tampoco se preocupó más por esa zona; al no ver nada peligroso, salvo la lengua viperina de alguien de las celdas, dejó el asunto para los que saben hablar como es debido, y se dedicó a asegurar el perímetro y esas mierdas que hacen los que trabajan de verdad con las armas; comprobó que no había nadie pululando por ahí, y que a la retaguardia tampoco les llegaría de vuelta ninguna sorpresa...

Además de aquella celda, la única que estaba ocupada era la que estaba enfrente, dentro de la cual estaba el criminal conocido como "Desolación" Williams, que permanecía en silencio y sentado.

-Eh, puede que esto no sea un hotel, pero queremos comer. No podéis tenernos aquí tanto tiempo encerrados sin darnos algo -insistió la mujer.

A su espalda, el otro hombre, el mayor, asentía con la cabeza.

- No somos vuestros putos carceleros... - Dijo entonces Snake. - Me importa una mierda lo que hayáis hecho para estar aquí. Como no me resultaría difícil liberaros ahora mismo. Pero... - Se apoyó contra una pared y se cruzó de brazos. - Estoy buscando a alguien. - Afirmó. - Alguien importante. Ha llegado hace poco. Es una mujer. ¿Ya sabéis de que hablo? - Les preguntó. - Quien me lleve a ella, será liberado...

Al final la comandante consiguió encontrar la clave después de rebuscar en los papeles que había por allí. Sino, no habríamos logrado entrar. La teniente, buena en estas lides, no las tenía todas consigo para abrirla. Entraron y vieron a las personas que había allí encerradas. Yo lo vigilaba todo desde los monitores, tanto el interior como el exterior.

A veces valía más maña que fuerza y en aquella ocasión funcionó. La puerta se abrió tras introducir la clave y tuvimos acceso a las celdas. No me interesaba quienes estaban en ellas. Si estaban allí era por algún motivo que a mi no me correspondía juzgar y tampoco era cometido nuestro cuidar de ellos.

Guié a la loca de la agente de la ley a la celda vacía después de que Vásquez asegurase la zona. Allí estaría bien. Luego miré a la soldado aprobando sus acciones con mi mirada. Me gustaba como se desenvolvía. Tenía iniciativa pero sabía donde estaba su límite. La verdad es que no me podía quejar del equipo que me habían asignado. Solo de Snake.

Pero él no era de mi equipo.

Decían que era el mejor y que se lanzase a hablar así con los presos me hizo recapacitar un poco. Me aseguré de que la puerta de la celda donde dejé a la loca aquella estuviese bien cerrada. - Tienes tres minutos, Snake. - Le dije al hombre. - Nos moveremos de aquí contigo o sin ti. - Le indiqué con tono serio.

La verdad es que era un jodido farol. Quería ver que tan bueno era. Pero no iba a dejarle las cosas fáciles ni que ninguno de aquellos capullos buscase reírse de nosotros.

- Y quien pretenda engañarnos, llevándonos a la nada, recibirá una bonita bala en la cabeza... o mejor aún, le dejaremos atado fuera, para que aquel que parece estar disfrutando desmembrando a los colonos se divierta un poco más con una presa fácil. - Dije a los presos con una sádica sonrisa en mi rostro, para salir de allí y reunirme con el sargento en el puesto de control.

- Con ese loco suelto, el lugar más seguro ahora mismo es una de estas celdas. - Le dí una palmada en el hombro a Snake y le sonreí antes de moverme.

- A parte de las celdas, ¿qué más se ve en las cámaras? - Pregunté con curiosidad al sargento mientras llegaba a su lado. - ¿La entrada del almacén quizás? De ser así podríamos ver las grabaciones y ver quien fue el último en salir entero de él... - Clavé mi vista en los monitores pendiente de lo que se veía en ellos. - A parte de culo-bonito-Snake.

La pregunta de Snake no cayó en saco roto. Alguien importante... 

La mujer sonrió, apoyada entre los barrotes.

-Te refieres a la Presidenta soy-mejor-qué-nadie-y-hago-lo-que-me-da-la-gana -dijo, afirmándolo, no preguntando. Estaba segura de a quién buscabais -. Puede que haya estado por aquí. Pero si crees que voy a ayudarte desde aquí dentro estás muy equivocado, abuelo.

Después de aquello, la mujer suavizó ligeramente el tono, mientras a su espalda, la otra mujer parecía estar despertándose.

-No tengo ni idea de lo que está ocurriendo, pero a no ser que nos saquéis, tendréis que buscaros la vida vosotros solos. Y creedme, podemos ahorraros muchos problemas y mucho tiempo.

-Comandante no me fio. No podemos confiar en ellos. Dedicó una mirada a los encarcelados y a Snake. - Con él ya tenemos suficiente de lo que preocuparnos. Mejor continuar investigando por nuestra cuenta. Irisa no se fiaba de lo que pudiera salir de aquellos indeseables. Si estaban allí no le cabía duda que harían y dirían lo que fuera por salir libres. Solo confiaba en su equipo, incluso en el Sargento.

En ese momento, Williams se puso en pie y se asomó a los barrotes.

-Sí, será mejor que no confiéis en nosotros. Pero cuando vengan a buscaros, tampoco nos pidáis ayuda. No se puede confiar en un policía, y mucho menos en una machorra.

La mueca de disgusto de Williams fue más que evidente, pero ni siquiera se esperó para ver tu reacción. Regresó a su asiento a esperar.

Desde retaguardia, vigilando para que no nos peten el culo, oigo lo que llega desde la zona de las celdas...

-"escoria...",pienso con una muesca de asco... aunque al segundo y medio pienso "Como si tu fueses mucho mejor, guapa" ... no necesito en esta ocasión que me den un "Zasca!" por lo que pienso... ya me apaño solita; sea como sea, confiar en alguien que está en un puto calabozo, es un riesgo, pero no tenemos muchas más pistas

No participo en las "negociaciones", no es mi rollo; me mantengo al margen, junto a la puerta, mirando bien, por si aparece la "máquina de cortar carne" que la lió parda en el almacén... solo nos falta alguien loco con afán de charcutero...

-Coincido con el tío ese; no confío una mieeerda en ellos

Digo en voz alta hacia mis espaldas, donde están los demás; que sea lo que la madre que les parió quiera.

Sanke se acercó a la celda donde se encontraba la mujer y el hombre mayor. No se fiaba del negrata, pero si lo hacía bastante más de la mujer. Sabía que hablaba de la presidenta, por lo que era evidente que al menos sabía que estaba en la prisión. El viejo le importaba una mierda. No había abierto boca y tampoco parecía que fuera a serles de utilidad más allá de convertirse en una diana si llegaba la hora de los tiros. Pulsó entonces un interruptor que abría dicha celda.

- Es mi puto culo el que está en juego. - Le dijo a Grace. - Ésta mujer sabe algo. Nos la llevamos.

Akooshay dio un paso fuera de la celda y el viejo siguió a la mujer. Snake alzó su pistola hacia éste impidéndole el paso. Le hizo un gesto con la cabeza para que diera un paso atrás.

- La mujer viene con nosotros. Usted no. - Le aclaró al viejo. - Y ahora... - Miró seriamente a Akooshay. - Nos dirás algo más, ¿verdad? 

Entonces, la mujer que había estado durmiendo se sentó, se removió el cabello y habló.

-Ella no sabe una mierda. Yo sí. Ella no te explicará lo que está sucediendo y yo sí. Pero si nos lleváis con vosotros a la ciudad, lo compartiré contigo. Con todos vosotros. Porque estamos perdidos. Somos como jodidos zombies, auténticos muertos vivientes. ¿Lo sabíais? Es solo cuestión de tiempo que seamos como ellos.

La mujer se reía como si estuviese desquiciada o desesperada.

Pero estaba claro que algo ocurría y no era una cuestión de rutina. No podía ser solo un caso de secuestro. Los secuestradores no descuartizan y hacen adornos con cuchillos.

- Bueno... - Respondió Snake. - Veo que ponéis muchas condiciones. Sepa ella algo o no la sepa, es la única que me ha dado algo de información. - Miró con desprecio a aquella mujer. - En cambio usted... - Apretó el interruptor cerrando la celda. - Usted no me ha dicho nada, y como no lo ha hecho, para mi no sabe nada. - Se dio media vuelta. - Nos vamos. - Dijo en alto y comenzó a caminar dando un leve empujón a Akooshay. - ¿Por dónde? - Le preguntó a la mujer que acababa de liberar.

La mujer se encogió de hombros y miró al resto de gente.

-Mala suerte -dijo.

Cuando recibió el empujón de Snake, se volvió enfadada contra él.

-Eh, abuelo, mucho cuidado con lo haces. He cortado gargantas por menos de eso.

De todas maneras, estar fuera era un inmenso alivio. Cuando llegó al vestíbulo, se sintió bastante mejor de lo que estaba allí dentro, aspirando el olor a sudor y alcohol de sus compañeros.

-La jefa de policía se fue con la presidenta a la zona de la mina, para inspeccionarla. Esa fue la última vez que esa puerta estuvo abierta -explicó, señalando a la compuerta que separaba el vestíbulo de la zona de las celdas -. De eso hace varias horas. Hasta entonces, todo era completamente normal. Pero esa otra loca empezó a decir que íbamos a morir todos y un montón de cosas sobre espíritus y yo-qué-sé. Así que... quién sabe.

Ante la pregunta de Grace, despegué la cabeza de los monitores y la miré.

-"Sólo se ve el interior de la prisión y la entrada principal y la trasera. No se ve nada más. Tampoco hay grabación de imágenes, es un simple CCTV de monitorización."

Lo que había pasado se quedaría en la retina del que hubiera escapado de la carnicería. Si esta gente estaba aquí, sería por haber cometido algún delito o simplemente, para protegerse de quién quiera que había hecho la matanza en la colonia. Era el lugar más seguro.

Parecía que había alguno de los presos que sabía dónde estaba la prisionera y otra decía saber lo ocurrido aquí. Snake sacó a la primera para que nos llevara hasta la Presidenta. Veríamos si había mentido o no. Al parecer estaba en las minas junto a la jefa de policía. Lo que no me cuadraba eran las insinuaciones sobre zombis, fantasmas y demás tonterías para asustar a los niños. ¿Habría algo en el aire que estaría volviendo loc@ a la gente? Viendo a la agente de policía, podría ser. Saqué un pañuelo de uno de mis bolsillos y me lo até en la cara, por si acaso.

Al ver que el Sargento se ponía un pañuelo en la cara... "Se pensaría que íbamos a atracar un puto banco" ... Casi le da por reirse... eso es para que n ote reconozcan, para no comer polvo, o para alguna fantasía sexual, pero como haya gases, olvídate de un pañuelo con olor a mierda en la cara; no sirve.

-Sargento, le sienta bien el pañuelo

Y de lo que dijo la otra furzia... "Espíritus"?... eso sí que la hacía reir... A ella que la dijesen sol ouna cosa, donte estaban, que se encargaría de llenarlos de balas, a esos "espíritus"...

Hizo un gesto a la tipa esa... si supiese cuantas gargantas, y otras cosas, había rebanado ella...

-Vamos, haz caso al viejo, no tenemos todo el puto día

La ponía de mala hostia tener que llevar "paquetes civiles" con ellos; solo valdrían de estorbo.. aunque... lo mismo servían como escudos...