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Día 8, Zona de Entrenamiento

Clase de lucha

Llegué a clase con mis compañeros con ganas de esta clase, si bien los estudios no se me daban mal prefería entrenar y el ejercicio físico. Además que mejor ejercicio que aprender a pelear. Todos parecían ansiosos de ver qué nos deparaba la clase.

Cuando Aran entro en escena se hizo el silencio solo con su presencia. Aunque la ilusión duró poco, al parecer pretendían que nos dirá una paliza el más fuerte de ¿Nuestro grupo? ¿Quién decidió eso? Mire al tipo a la vez que miraba a mis compañeros. Nadie parecía muy por la labor de enfrentarse a él afortunadamente. Aunque lo pensé muy rápido cuando Asterion seguido de Elrick parecían dispuestos a recibir una paliza. Esto definitivamente no iba a acabar bien. 

Suspire al oír hablar a Samata sobre pararlos. 

Creo que ya es tarde viendo cómo han salido los dos para aceptar el reto. Una vez aceptado no hay marcha atrás.  No creo que ninguno de ellos se raje. Yo en su situación no lo haría al menos. 

Es verdad que aunque yo no hubiera salido por mi cuenta si me hubieran elegido no me hubiera retirado si me dieran la opción. Solo quedaba rezar por qué la paliza no fuera muy grande.

Día 8, Zona de Entrenamiento

Clase de lucha

Realmente no esperaba ningún ofrecimiento y que tuviera que sacar a algunos de los recomendados por los jefes de sección pero me sorprendió ver hasta dos peticiones en voz alta aunque por la mirada o las reacciones de algunos otros, habían más de una persona que estaba interesado en enfrentarse al que había llamado el número uno del curso. Sonreí antes de hablar.- Muy bien, aunque ahora que tenemos a dos personas que se han ofrecido para enfrentarse a para la primera pelea, ¿cómo lo hacemos? - miré en dirección a Chung Myung esperando ver alguna reacción por su parte aunque como siempre tenía esa mirada indiferente. 

Unos segundos más tarde, Chung Myung se adelantó hasta medio de la lona y se dirigió a Asterion.- Prefiero luchar con quien tienen las cosas claras... - dijo mientras se paraba en la lona esperando que Asterion también subiera.

- Muy bien, Asterion sube a la lona y prepárate.- esperé a que ambos estuvieran en la lona y comencé a explicar las reglas.- El enfrentamiento durará hasta que uno de los dos, la pelea durará hasta que yo lo decida o uno se quede inconsciente. Se lucharán sin armas, una pelea cuerpo a cuerpo como tal y por supuesto habrá un regalo para los vencedores...- fui hasta un cofre que había a mi espalda, lo abrí y lo saqué de su funda, llevaba el logo encastrado de la escuela en el mango.- Un cuchillo de aleación especial para los mejores del año y que podrán usar en sus futuras peleas.

Después de que la pelea entre Chung Myung y Asterion acabara se fue llamando a cada uno de los aspirante a la lona para que se enfrentaran y las peleas se comenzaron con los favoritos de cada sección.- Aspirante Tensal contra la aspirante Vossendir...- y se continuó con los siguiente nombres.- Aspirante Ironfield contra el aspirante Northwind; Aspirante Azkarizade contra la aspirante Scharnhorst; el aspirante Driscoll contra el aspirante Brightblade; la candidata Fuego contra la candidata Baxter...- después de esperar que los aspirantes subieran a la lona y estuvieran preparados se gritó: ¡COMIENCEN!

Día 8, Zona de Entrenamiento

Clase de lucha

Me quedé mirando con atención a Chung Myung. Lo normal era elegir al primero que se había ofrecido pero seguía siendo su decisión, podría cambiar a Elrik perfectamente, se lo tomase como se lo tomase Asterion. Finalmente confirmó que iba a luchar con Asterion y suspiré. Mi mirada siguió cada mínimo movimiento de las dos personas en la estera, casi sin pestañear. 

Cuando continuó diciendo el resto del reparto de peleas, me sorprendí aunque no alteré la expresión. Algo me decía que podía acabar teniendo que pelear con Kenneth pero no fue así. Observé a mi rival con expresión indescifrable. Parecía que era bastante buena, lo iba a tener complicado.

Al final sería Asterion quién se enfrentaría con el consentido del año, esperaba que todo el entrenamiento le sirviera de algo 

Kenneth observó atento el combate entre Asterion y Chung, igual estaría pendiente de si veía algo en el estilo de chung, para tenerlo en cuanta a futuro o para ayudar a Asterion si podía.

Cuando fue su turno subió a la colchoneta.

Dejo su camisa fuera, mostrando un físico bien trabajado y lleno de musculos.

Le había tocado enfrentarse a Beren, casualmente 3 días atrás lo había conocido en el comedor. Ya vería que tenía para ofrecer aquí.

Día 8, Zona de Entrenamiento

Clase de lucha

Al final Aran le dio la oportunidad de elegir a Myung. Se le veia relajado, casi aburrido, confiado de su superioridad. Me eligió a mi y se subio a la lona. Pronto adivinaria si esa actitud estaba justificada.

Subi a la lona ajustando bien mis nuevos guantes, colocando cada dedo en su sitio. Me quede un momento mirandolos, pensando para mi, recordando como, cuando y porque. No pude evitar sonreir al pensar en todo ello. Al pensar en ella. 

Flexione los puños, las cicatrices de los nudillos aun estaban tiernas. Esperaba que no se abrieran durante el combate, estaban protegidas por el acolchado interno, pero si se abrian probablemente me dolerian en cada golpe. Si esque conseguia darle alguno.

Mire a Myung a los ojos, observe su postura, trate de analizar y predecir cuales iban a ser sus reacciones, su estrategia ¿Era rapido? ¿Fuerte? ¿Ambas cosas? Algo en su postura indica que inicia el movimiento, apenas tengo un segundo para reaccionar.

Aqui vamos.

Al final los emparejaron como creyeron oportuno, sin valorar un ápice las condiciones de cada uno... Parecía que no les importaba nada de nada. Aquello no era una escuela, era un circo donde los que tuvieran mas suerte, que no pericia, saldrían vivos. No era lo mismo poner dos adversarios  al azar que un par de hombres entrenados en peleas callejeras, por ejemplo.

El "príncipe de los mendigos" y el chico de cuna noble ,rodeado de pomposidad, se presentaron para medirse al "campeón Real". 

El comandante pareció darle la alternativa al campeón Chung Myung para poder elegir de los 2, al que mejor le pareciera.

Al propio Beren le tocó justo con el aspirante que había compartido hacia 3 días un rato en el comedor... Tenía bastante claro que no tenía mucho que hacer... El no era un guerrero, lo suyo era la discreción, la distancia... Si el tuviera que luchar elegiría otras condiciones menos contrarias a sus virtudes, pero subió a la lona. Sabía que iba al matadero, cara de indiferencia. A las cosas que consideraba mal hechas, no le prestaba demasiada atención.

Pensó en que táctica utilizar para enfrentar a Kenneth y llegó a la conclusión que no iba a demostrar sus virtudes en un combate que solo podría vencer si la Diosa Fortuna se ponía de su lado. Esperaba que el desenlace fuera rápido.

Al menos esperaba no morir en un combate sin armas, pero él tampoco conseguiría ninguna para el próximo duelo, así que aquello no pintaba nada bien...

Esto va a ser fácil Kenneth, no soy ni un guerrero ni un camorrista. Mis virtudes son otras. No voy a participar de este circo. Vamos a terminar rápido con esto ok?

Su contrincante tenía un físico más fornido que el suyo, aparentemente; de altura parecida, pero Beren parecía menos  musculado, excepto uno de sus brazos por motivos obvios.

El joven cazador adoptó una postura defensiva y esperó que Kenneth arremetiera. Intentó esquivar todos los golpes que pudo, pero su contrincante se movía más rápido que él. En un momento dado, abriría su guardia para que el golpe que considerara definitivo le noquease. Prefería caer de un solo golpe, que ser castigado en un combate largo. Se recuperaría mejor.

Mientras pudiera observaría a su adversario, aunque viendo como se movía dedujo que bastante tendría con evitar sus golpes.

Kenneth entro a la colchoneta, ya había calentado el cuerpo y estaba listo para el combate.... Y beren decía que no quería pelear

- Todos necesitamos saber defendernos, ningún dragón va a aceptar a un jinete que no puede defenderse por si mismo... Velo como una clase más.

Kenneth aún con su tamaño y musculatura no era el típico bravucón, aunque estaba bien preparado para aquello.

- Empezamos.

Día 8, Zona de Entrenamiento

Clase de lucha

Bueno los emparejamientos estaban hechos, al menos a los demás nos tocaba unos con otros. Eso era notablemente mejor que contra ese tío que parecía que podía derribarnos de una.

Mire a Skylar que iba a ser mi compañera. Me gustaba que me hubiera tocado con ella. Se la veía una chica dura, justo lo que necesitaba para demostrar mi valía de estar aquí. No sabía si podría ganarle o no pero lo que si estaba claro es que iba a ser un espectáculo o eso esperaba. Aunque también sabía que iba a ser un combate duro. Tenía curiosidad por saber cómo pelearía, supongo que tardaría poco en averiguarlo. Empecé a pensar una estrategia para ganarle o al menos dar un buen espectáculo para los profesores en el que ambas lucirnos.

Al menos tenía suerte de ser las ultimas ya que podría  ver los combates de los demás compañeros antes de que me tocara a mí. Quizá pudiera tomar notas de algo que me ayudara para ganar a mí.

       - !Vamos Asterion, tu puedes con ese noble de cuna de oro!   Trata de esperarlo a la defensiva, esquivar sus golpes con brincos laterales mientras giras a su alrededor y contra-golpea! -    Le susurra Samara al aspirante cuando se acerca un poco hacia él mientras que esté se prepara para comenzar su pelea sin preocuparse demasiado en ser discreta en su apoyo ya que escucha atenta las instrucciones que les indica ahora Aran a todos antes de comenzar la pelea, durante la que le anima alguna veces pero suponiendo que los demás seguirán comienza a hacer como los días anteriores sus propios ejercicios de calentamiento y estiramientos para estar ella misma preparado junto a su hermano Maluma antes y después de escuchar que a ella le toca pelear con Hielina, quien suponía podía estar tal vez más entrenada ...pero sin duda sería una buena pelea la de ellas, cómo otras más 

Mi atención no se había desviado ni un mínimo de la pelea entre los dos chicos, manteniendo una expresión de frialdad. Sin embargo, el grito de Samara dándole ánimos me extrañó lo suficiente como para quedarme mirándola sin comprender nada. ¿Asterion y ella eran tan amigos como para darle esos ánimos contra el mejor del curso? Además, ese insulto se podía aplicar también a sus dos compañeros de ala. ¿A qué venía todo eso? 

Desvié la mirada hacia Kenneth un momento y enarqué una ceja en una pregunta silenciosa. 

El primer combate tenía a todos a la expectativa, todos querían ver qué es lo que tenía al que llamaban el mejor del curso. Ese título había que ganárselo y aquel sujeto aún no había demostrado nada. Si Asterion ponía en practica todo lo que había entrenado con Fiora y con el, podía darles una gran sorpresa.

Los gritos de aliento de Samara lo sacaron de sus pensamientos, eso era apoyo entre sección o es que había pasado algo más que no sabía... Lo peor es que los gritos de apoyo podían resultar insultantes para los nobles como Elrick y como el, quienes casualmente compartían ala con Asterion. A Kenneth no le molestaba aquello en lo más mínimo, esperaba que no afectará a Elrick.

Fiora también noto lo mismo y lo miro buscando alguna explicación a la que Kenneth respondió con mirada de no entender y un encogimiento de hombros.

Sería solo curiosidad o algo de celos?

Skaylar miró a Mia al oír el nombre de con quién debía enfrentarse. Era de su propia ala, pero eso no era impedimento para tener que luchar hasta que una ganara a la otra. Sus ojos se entrecerraron y su mirada se aceró. Estaba preparada.

Pero como la propia Mia quería ver el resto de combates ya que quería aprender y ver cómo combatían los demás compañeros para poder tomar nota y sacar sus conclusiones.

El primer combate sería el de Asterion. Puso sus brazos cruzados sobre su pecho y esperó a ver qué hacía su compañero. A su lado Samara le alentó, cosa que ni ella misma haría. Pero parecía que el "fuego" de ella se exteriorizaba más que el suyo. Dejó de pensar en ello y miró a su amigo de la infancia. Cuando éste le vio le hizo una señal de asentimiento y se tocó la sien varias veces. Tenía una oportunidad de vencerlo, pero sabía que sería complicado, debía pensar, mirar y observar primero y luego actuar según lo visto.

Kenneth sin mayor preámbulo lanzó 2 golpes a Beren, no quería perder tiempo y si a Beren no le interesaba pelear procuraría acabar aquello rápido.

Lo primero fue un recto de izquierda, pero Beren se movió ágilmente quitándose del camino, lo siguiente fue un gancho a las costillas, este si impacto de lleno y se pudo ver como el receptor acusaba el impacto

Kenneth seguia en guardia esperando la respuesta

Beren intentó mantener las distancias. los dos eran altos, así que sus brazos eran largos, pero la velocidad de su contrincante le superaba... Estaba demasiado entumecido y sabía que no podría retenerlo mucho, así que pensó:

Si tengo que recibir que sea rápido. Estudiarlo y esperar tener suerte para cazarlo, aunque dudo que de un solo golpe podamos terminar esto ninguno de los dos.

El cazador consiguió evitar el primer directo, pero Kenneth dio un paso adelante y le metió un gancho con el otro brazo... Éste entró hasta su objetivo, y dolió, pero pudo soportarlo. 

Beren pudo darse cuenta de cual era el punto de intentar penetrar su guardia a la contra...

Utch!!! Buen golpe, pero insuficiente para dejarme ko. Puedes hacerlo mejor.

Al parecer después del primer golpe recibido Beren comenzaba a disfrutar aquello.

Intento ver si había aprendido la lección, repitió un recto de izquierda y Beren volvió a quitar la cabeza haciendo que el golpe pasase sin tocarlo, pero nuevamente el gancho a las costillas lo volvía a impactar.

Beren podía defenderse bien de su izquierda, pero la derecha estaba llegándole con facilidad.

- Vamos, pega, veamos que tienes.

Me subí a la estera con suficientes nervios como para que ella —que parecía mucho más tranquila y confiada que yo— tomase la delantera.

Decidió darme un puñetazo rápido en las costillas que dolió bastante aunque nada en comparación con los puños de roca del musculitos. Traté de golpearle de vuelta, fallando por poco. Me había pillado desprevenida. Nos enzarzamos en un par de golpes vacíos hasta que conseguí golpearle con suficiente fuerza en el estómago como para conseguir un poco distancia. Su siguiente golpe en mi hombro hizo que me mordiese el labio de dolor pero no quería desistir, no podía simplemente permitirme perder esa pelea. Le devolví una patada en la espinilla para empujarla hacia atrás. Nos quedamos mirándonos, midiéndonos, durante unos segundos.

Era consciente de que apenas quedaban un par de asaltos y, por el brillo de sus ojos, ella también. Esto estaba a punto de acabar. Su siguiente golpe fue directo a mi cara y gruñí en el momento en el que me partió el labio, girándome por completo la cara. El sabor de la sangre provocó que le golpease, inundada por la rabia, directo en su nariz. Escuché el crujido y vi salir la sangre. Me golpeó en la cabeza como último intento de derrotarme, por la zona del oído izquierdo. Suponía que el golpe tenía la intención de desequilibrarme y hacer que cayera pero no tuvo la suficiente fuerza como para conseguirlo y di mi último golpe con toda la fuerza posible en su mentón. Le había tenido que doler, no tenía ningún tipo de duda. Había estado muy muy cerca pero no lo suficiente como para dejarla inconsciente. Suponía que eso nos dejaba en un empate. 

Respiré con algo de dificultad y me pasé la lengua por el labio inferior, intentando parar la hemorragia que estaba manchando mi top.

«Al menos es negro», pensé sintiendo húmeda la tela.

Después de esta pelea iba a tener bastantes moratones, nos lo habíamos tomado demasiado en serio y me dolía hasta casi respirar. 

Le ofrecí la mano con una sonrisa que me hizo sentir el mismísimo infierno en forma de punzadas en la herida. 

—Buena pelea. 

Hielina, como si fuera al punto de castigo, como niña que se ha portado mal, subió a la lona con más entusiasmo que habilidad. Tropezó y al ir a caerse, dio una voltereta, quedando en pie tras ella. Se sacudió las piernas, y miró en derredor, esperando que nadie se hubiera dado cuenta de que no quería realmente estar dándose de tortas. Entonces clavó la mirada en su rival. Una chica con la que había hablado en algunas ocasiones, y que esta ya conocía algunas de sus peculiaridades.

- Creo que me va a poner un ojo morado. Pensó para si. - Bueno, mejor que si me parte un labio o me muerde una oreja.

Día 8, Zona de Entrenamiento

Clase de lucha

Me ajusto por ultima vez los guantes y me pongo en posición de combate, la atmosfera es opresiva, no corre una pizca de aire, ¿Es calor? ¿Son nervios? Myung parece una autentica estatua, seguro de si mismo, alerta, con lo que parece una superioridad absoluta, como si dominase toda la lona. 

El mejor.

Me concentro, dejo de escuchar los sonidos a mi alrededor, no existe nada, solo Myung y yo, velocidad y precisión, anticipar sus movimientos, evitar que me golpee. Los entrenamientos me han demostrado una cosa, mi fuerte no es el cuerpo a cuerpo. Me falta musculatura, dependiendo de lo robusto que sea no podré tumbarlo.

Un leve cambio en su posición, un brillo en su mirada, aquí viene, se adelanta, es rápido, pero yo lo soy mas, he iniciado el movimiento antes que el, acorto distancias, lanzo mi puño directo a su cara. Parece sorprendido, solo dura un microsegundo, esquiva el golpe y me lanza un puñetazo que impacta de lleno en mis costillas desprotegidas. Aprieto los dientes mientras me separo unos pasos y contengo el dolor, he recibido golpes mucho peores, no solo fuera de estas paredes también dentro.

Pero ese primer intercambio deja una cosa clara, quizá yo sea mas rápido, pero el me supera ampliamente en técnica y potencia física. ¿Qué hacer? Siete asaltos, ese es el tiempo limite del que dispone, si en ese tiempo no me ha tumbado será un empate. Es triste reconocerlo, pero es lo que hay. Tengo que aguantar ese tiempo.

Nos miramos, hago un pequeño gesto con la mano derecha, la sigue con la mirada, se despista, lanzo la izquierda. Demasiado precipitado, gira sobre sus pies, doblo el codo y noto como le doy un pequeño golpe de refilón, no tengo claro a quien le ha dolido mas mi inocente codazo. Todo lo que se es que de repente el dorso de su puño llega como un mazo me impacta de lleno en el lado derecho de mi cara, oigo un crujido desagradable y se me doblo el cuello con la potencia del impacto. Termino de rodillas en el suelo. Veo motas negras en mi campo de visión, noto algo deslizarse sobre mi cara, unas gotas rojas están salpicando la lona en la que me estoy apoyando, estoy sintiendo incluso nauseas, que ha sido ese golpe ¿de verdad se puede hacer eso con el puño desnudo?

Levanto la vista y ahí esta, esa cara de inmensa superioridad. Mi sangre hierve, me levanto como un rayo, lanzo el puño nuevamente y esta vez le pillo desprevenido, de lleno en esa cara, de lleno en esa superioridad, da un par de pasos hacia atrás y lanza una patada baja que logra impactarme en mi pierna adelantada, adiós a toda mi ventaja, no me ha hecho demasiado daño pero me ha frenado el tiempo justo para no lanzarme sobre él.

- Al final el tan aclamado "mejor del curso" no va a ser para tanto - provocándole con mi media sonrisa que asoma al lado derecho de mi cara, noto el regusto ferroso de la sangre en mi boca, apenas veo por ese ojo, pero un hilillo de sangre escurre de su nariz - Resulta que sangras como todos los aquí presentes.

Se le oscurece la mirada, un destello de odio recorre sus ojos, se cruje los nudillos y se pone en posición de ataque. No he debido provocarle, mas vale que no me alcance de lleno nuevamente.

Inicia el movimiento, es precipitado, le he desconcentrado, lanza su pierna derecha directa a mi cabeza, me agacho en el ultimo segundo y trato de barrer su pie de apoyo. Lo salta sin mayor problema y veo mi oportunidad, me apoyo en el suelo y me lanzo hacia arriba como un resorte, descargo mi puño con toda la fuerza de la que soy capaz y le alcanzo en su mejilla izquierda, haciéndole girar la cara, un escupitajo de sangre sale disparado de su boca, ha sido un golpe limpio. Mi alegría dura apenas unos segundos, el tiempo que tardo en notar su puño nuevamente en mis costillas, en el punto exacto donde me ha dado el primer golpe ¿Cuando ha lanzado ese puñetazo? Si me da un tercer golpe ahí mis costillas no resistirán intactas. Empiezo a notar que me cuesta respirar. Apenas puedo contener las nauseas.

Me incorporo lo mejor que puedo, aquí viene otra vez, acortamos distancias, le lanzo un derechazo, pierdo la referencia visual con la sangre que mana de mi ceja y lo esquiva con tranquilidad mientras descarga un puñetazo que conecta en el lado izquierdo de mi cara, noto la pare inferior de mi labio cediendo ante el impacto y abriéndose, la sangre inunda mi boca.

Doy unos pasos hacia atrás desconcertado, a la espera de un ultimo golpe que nunca llega. 

Aran ha parado el combate, siete golpes, siete intercambios y aun estoy de pie. Ni siquiera he podido contarlos, pero han terminado.

Me miro las manos, mis guantes nuevos están manchados de sangre, pero no toda es mía, bajo de la lona casi muerto pero sonriendo.