Partida Rol por web

En el apartamento de Myriham. Myriham 

Habían pasado ya cinco días desde el ataque en el Teatro del Mercado y las cosas no habían mejorado, tras dos días persiguiendo el fantasma de María Delgado, habían tenido que acordar, la noche anterior, desistir por ahora.

Tampoco había ninguna pista nueva de EVA desde que se fundiera con la imagen sanguina de Miku y, ahora, la nueva y gran mala noticia, no por esperada menos aterradora: una explosión en el centro de investigaciones UL.Y.SE.S había causado su destrucción, con ella la muerte de una docena de personas y la desaparición de otras tantas, sin contar innumerables heridos, incluso en las calles y edificios aledaños. Y, sí, como cabía esperar, el nombre de Leonard no estaba entre los muertos, ni entre los heridos.

Presa de una sensación de inquietud y derrotismo, ni se molestó en comprobar en la lista de desaparecidos lo que ya sabía; de algún modo, quizás por un eco de la voz de Andrew, su mente había vagado a los disturbios que tenía más cercanos: seguía habiendo líos cada vez que acompañaba a Nadira a uno de los actos públicos de Wimbo, el nombre de Elen D’Lacroix lo había disparado esa deriva, ni los supremacistas – tanto blancos como negros – ni los unificadores, ni las lesbianas terminaban de dejar que aquello se enfriase, todos ansiosos de usar la luz de la fama de Wimbo para mostrar al mundo sus ideas y su muerte seguía siendo el origen de esos inconvenientes que amenazaban una y otra vez en derivar en algo mayor.

Sólo un esfuerzo consciente, o, tal vez, un susurro frío en el oído que llenó de calidez su corazón roto haciéndole latir con fuerza de nuevo durante un segundo, le mostró que el nombre que había disparado su entristecida asociación de ideas no había llegado por casualidad, sino que estaba escrito en el papel sucio de sangre que había estado acariciando distraída.

Era la nota que Wimbo había cogido de manos del Titiritero muerto, junto a un trozo de tela, y que había quedado abandonada y olvidada en su mesa de comedor cuando se lanzaron a buscar a EVA nada más volver del Teatro en busca de herramientas y materiales. La releyó:

“Elen D´Lacroix, callejón junto al 45 de Almond Lane, junto a la fecha de su muerte, hora incluída.

De la segunda línea sólo era legible el principio: Kubri Enkono, Teatro de...[manchas de sangre]

Victor Gregorov, Hospital Psiquiátrico TARA II*, y una fecha para la que quedaban dos días.

Una cuarta línea pero sólo quedaban sin tapar letras sueltas y una fecha para la que faltaba una semana”

¡Oh, Jehová! Habían olvidado a Gregorov, con suerte no sería tarde para él.

En la casa de Kauri. Kauri 

Habían pasado ya cinco días desde el ataque en el Teatro del Mercado y las cosas no habían mejorado, tras dos días persiguiendo el fantasma de María Delgado, habían tenido que acordar, la noche anterior, desistir por ahora.

Kauri seguía investigando aquel intento de María, no tenía claro si había sido una petición sincera, una nueva trampa o una maquinación aún más retorcida. Wimbo era una gran heroína, eso parecía claro, pero tampoco le había quedado del todo claro qué era Miku, ni a quién debería estar ayudando o a qué. Sin solución con las pistas principales sólo le quedaba seguir los pequeños hilos dispersos por si llevaban a algún sitio en el que encontrase algo útil. El e-mail de María era el único mínimamente esperanzador.

Aunque no era nada especial con la informática, y menos con la piratería, Myriham le había dado unas herramientas que le ayudasen en esa tarea. Aún no sentía suficiente confianza en aquellas mujeres para dejarles a ellas acceso libre a su correo electrónico personal, en aquellos tiempos era como hacerlo a lo más íntimo de tu vida. Y sobre todo a Myriham, siempre con aspecto melancólico y triste, hasta un poco enfadada con el mundo… incluso estaba seguro de haberla escuchado hablar sola más de una vez, o con un tal Andrew, que dado que no estaba por ningún lado era incluso peor.

Los resultados de aquellos procesos, cuya programación le superaba de largo y le hacía temer si no habría sido lo mismo usar esos programas que dejar a Myriham cotillear su vida privada, no había dado nada irrefutable. Lo más valioso que tenía era la triangulación de la IP de los ordenadores que se habían conectado en el mismo minuto de la emisión al proxy original de una cadena de doscientos, que habían ido haciendo saltar el mensaje de María antes de enviársele a él.

Había doce direcciones, repartidas por todo el mundo, con especial incidencia de China, Rusia y Corea del Norte. Pero había una en Johannesburgo, esa zona local parecía coincidir con un pequeño grupo de naves industriales y comerciales en un pequeño polígono industrial en las afueras de Pretoria, unida a efectos prácticos a la ciudad mayor (aunque políticamente menos importante) tras el segundo Plan Integral de Ampliación Urbana tras la llegada de la nave para formar la actual metrópolis.

Todos los locales tenían diversas empresas y comercios: una fábrica de sofás, un estudio de decoración, una tienda de muebles y otra de bricolaje, un estudio de diseño de arquitectura, una empresa de programación y contabilidad y un restaurante-cafetería. Pero una investigación de los locales, vía una cuenta fantasma que Myriham le había dado en una página-directorio de información empresarial, determinó que todos eran propiedad de la misma organización, SUD-estate, que un buscador en la Web oscura que le había proporcionado la tecnomaga, parecía dirigida por una tal Benedict Hoffstader*.

Una suite de un hotel de cinco estrellas en Pretoria. Wimbo 

Habían pasado ya cinco días desde el ataque en el Teatro del Mercado y las cosas no habían mejorado, tras dos días persiguiendo el fantasma de María Delgado, habían tenido que acordar, la noche anterior, desistir por ahora.

Wimbo estaba en el jacuzzi tratando de relajarse, acabado su último concierto para las próximas dos semanas, no tenía tiempo de volver a casa a una hora decente por lo que ICON le había reservado ese rincón de lujo hasta que mañana pudiera viajar ya descansada. A todos los problemas de los últimos días con EVA, Kauri, Miku y las preocupaciones de Myriham se sumaba la negativa de las distintas facciones a dejar descansar el tema de su (no) relación con Dynamo, todos con ganas de arrimar el ascua a su sardina, unas más apetitosas (como las de los partidarios de la convivencia) y otras más apestosas (como las de los supremacistas). El relax dejaba paso, poco a poco, a Nadira, a la que tenía que afrontar los problemas sin poderes, artificios, luces ni guión; la que tenía que preocuparse por la gente sencilla que tarde o temprano resultaría herida en aquellos altercados cada vez que Wimbo hacía aparición pública.

Había superado, dentro de lo posible, lo de Miku. Superado no era la palabra, cierto, pero al menos había dejado la paranoia atrás, convertida en certeza. Ya se sabe lo que dicen: “no estás paranoico si de verdad te persiguen” ahora sabía que ella estaba en algún sitio, o algo que creía ser ella, o… en realidad no sabía qué sabía, pero Miku no estaba sólo en su cabeza.

Recordaba los viejos tiempos, cuando ICON las adiestraba a la vez, a menudo juntas. Y recordaba cuando un día no apareció más. Los entrenadores dijeron que lo había dejado, aunque alguno parecía sugerir más bien que la habían rechazado. Siempre fue más problemática, conflictiva e independiente, eso era cierto; a veces Wimbo incluso se preguntaba si era verdaderamente heroica pero… ¿quién sabe lo que ocurrió?

Nadira cerró los ojos tratando de encontrar la paz y las respuestas en la vieja canción que Wimbo y Miku se cantaban una a la otra cuando habían tenido un mal día y su aventura parecía acabar allí, a veces para picarse, a veces para pedir un respiro manteniendo la dignidad. Ellas siempre se la cantaban ignorando el doble sentido de "dormir" y "otro mundo" pero ahora que Miku era... otra cosa ¿qué significaban esas palabras para ellas?

Ni siquiera se dio cuenta de que, en realidad, la tonada se la había sugerido la televisión inteligente, apagada, de la que parecía escucharse la voz con acento oriental de su amiga-enemiga-rival-compañera acompasándose a la suya en el canto. 

Siempre es lo mismo al amanecer, todas las mañanas el sol que se cuela por la ventana toca la piel de su espalda y hace que se mueva para alcanzar las sábanas y cubrirse huyendo del calor que genera la luz, anoche se volvió a dormir tarde, como siempre que no tiene trabajo al día siguiente, todo dando vueltas a la desaparición de Leonard, la pista del papel y la ausencia de EVA, que no sabe porque la duele mucho, no como perder a Andrew, pero la duele.
- Tengo que llamar a Wimbo, debemos investigar la pista del centro TARA II o al menos mandar a alguien.
Myriham se despereza y abandona la cama, pone la cafetera y mientras se hace el café, se asea y se viste, debería hablar con Kauri para ver si ha averiguado algo.
- Durante dos segundos estuve tentada de colarle un snipher y un par de troyanos, pero no es cuestión de generar desconfianza en el chico, mejor que confíe en nosotras y nos cuente lo que averigue.
- Si Andrew, hablaré con Wimbo hoy mismo para cerrar una cita con ella y Kauri, debemos tratar de encontrar a quien sea que hizo esta lista y está tratando de eliminar a todos en ella.

Cita:

Después de enviar el mensaje con la convocatoria a Wimbo, tomo el equipo de laboratorio y voy a examinar el papel en busca de huellas, polen, restos de arena, ¿insectos?, químicos etc.
Lo primero es tomar una muestra de la sangre que seguro pertenezca al marionetista, lo segundo es buscar huellas dactilares y finalmente un espectrograma a diferentes frecuencias, el objetivo que tengo es conseguir una imagen de la lista con las diferentes capas de frecuencias a ver si me da información de laguna localización en la ciudad o en el mundo para investigar.

Kauri no tenía ni idea de informática más allá de lo básico para usar un ordenador, internet, las redes sociales y otras pocas cosas que todo el mundo dominaba. Por eso, cuando empezó a hacer una búsqueda exhaustiva de pistas para encontrar a María, se sintió superado por la cantidad de procesos que debía llevar a cabo. Por suerte, su nueva... "compañera" le había dado unas herramientas muy útiles. Varias veces se preguntó si hubiera sido mejor dejar que la propia Myriham hiciera todo eso pero le gustaba pensar que aún tenía control sobre su vida privada a pesar de que un fantasma informático le hubiera ordenado que atacara a Wimbo.

Después de unas cuantas horas interminables consiguió algo de información. No era del todo fiable pero era más que nada. Había un conjunto de comercios que estaban bajo el mismo nombre. Podían ser una fachada.

La pregunta crucial era por qué María estaba actuando así. Desde la muerte de su hija, la mujer se había vuelto totalmente distinta. ¿Hasta qué punto estaría dispuesta a llegar para vengarse del mundo? O, más bien, para vengarse de él. Se había convertido en el objetivo de su rabia pese a que había intentado ayudar a su hija... ¿Por qué?

Habiendo obtenido una pista plausible, Kauri se despegó del ordenador y se echó en la cama. No le gustaba no estar contento pero no podía evitarlo. Oyó un par de golpes suaves en la puerta.

- Adelante- dijo sin ganas.

Su madre, Awhina, entró poco a poco y cerró la puerta detrás de ella. Miró a su hijo con una sonrisa ladeada. Aunque ocultaba un mechón gris detrás de la oreja y algunas canas, su rostro no reflejaba del todo su edad.

- ¿No vas a desayunar?- preguntó con su típico tono discreto.

Ella sabía prácticamente todo lo que había ocurrido. Kauri le contaba casi todo, especialmente cuando tenía dilemas morales. A él, el asunto con Wimbo no le había gustado nada porque se había dado cuenta de que era manipulable e ingenuo. Ella consideró que había acabado bien teniendo en cuenta todo lo que había en juego y que no era más que una experiencia de la que aprender.

- Claro, ahora bajo- respondió ahogando un suspiro.

- ¿Hoy te irás con tus nuevas amigas?- preguntó Awhina más risueña.

Él se ruborizó y se incorporó en la cama. De alguna forma, su madre siempre encontraba la forma de hablarle como si aún fuera un niño, o un adolescente que, en este caso, había hecho amistades nuevas. Sonrió y se encogió de hombros.

- Supongo, tengo una pista nueva. Pero siempre me llaman ellas. Esperaré- respondió mirando por la ventana.

En pocos segundos, se levantó con más fuerzas y bajó junto a su madre al comedor, donde desayunaron juntos. Quizá había cometido un error al confiar en Miku pero ahora tenía la oportunidad de trabajar con dos heroínas de verdad. No podía amedrentarse por muchos problemas que hubiera en el horizonte.

Hace tiempo en la sabana norteafricana. Wimbo 

El sol se ponía y parecía incendiar la alta y amarillenta hierba. El personal había montado unos pabellones en torno a la cálida charca en que de bañaban. A mi me recordaban a Ram. Pero Miku decía que era como Las nieves del Klimamjaro. Yo no había visto esa película, así qué finalmente acordamos qué eran como sábanas tendidas.

-¿Te das cuenta de cuanta información contiene una canción? -Preguntó de esa forma inesperada qué a veces usaba mi amiga. -No es solo la semántica de la letra, o la emoción de la melodía. Esas son solamente las interacciones mas obvias. Cambia ligeramente el ritmo y todo el mensaje se alterara. Haz que la letra y la melodía evoquen distintas cosas y se derrumbara. O quizás se enriquezca tanto que los matices no puedan ser apreciados...

-La gente se inquieta por que las máquinas hablen. Quizás debieran preocuparse por que recuerden como cantar.
-Eso ya lo hacen. En Japón tenéis Idol's virtuales. -Comente salpicándola. Intentando sacarla de su melancólico estado.
-No es lo mismo y lo sabes. -Respondió ignorando mis juegos. -Que un sintetizador reproduzca sonidos no es Cantar.

Había algo importante en ese recuerdo algo que se me escapaba. Pero antes de poder definirlo mi móvil sonó advirtiéndome que, de alguna forma, había llegado a la cama aunque ahora el sol ya había salido.

Una suite de un hotel de cinco estrellas en Pretoria. Wimbo 

@WIMBO from @Myri encripted

Tenemos que revisar algunas pistas. Te recuerdo "Victor Gregorov, Hospital Psiquiátrico TARA II" su fecha es para dentro de dos días, ¿En ICON a las 17?¿Llamas a Kauri?

Por otro lado no creo que mis temas personales me alcancen antes de dos semanas, pero puede que también se me acabe el tiempo en esa línea, el es persistente, rencoroso y vengativo.

.filend

+Myriham.DecriptPrtl|rerefef

+Win"k"bo

>No te preocupes.

>Ya le he mandado el "kit de guardián" :p

>Lo llamó ahora mismo.

Trill. Your messaging application

En la casa de Kauri. Kauri 

Sobre la mesa del desayuno hay un paquete. -Lo ha traído un mensajero de esos que llevan ropa brillante y siempre están moviéndose. -Le informo su madre a Kauri. Justo en ese momento empezó a sonar una suave melodía, como una canción de cuna, que quizás enrojeció ligeramente las mejillas del polinesio.

-¡Hola grandullon! -Saludó mientras mastico una tostada, cuando por fin Kauri logra responder. -Bienvenido a...

-Pues no me había dado cuenta, pero no tenemos nombre. ¿Tu lo habías pensado? Bueno no importa. Disfruta de tu móvil. Myr y Nicholas han comprobado que sea seguro. Pero como cada uno le pone pegas al otro... De las facturas no te preocupes que paga ICON Aunque mira a ver donde entras que no querrás comprometer mi inocente mente si me echan la bronca por una tarifa "con cargos adicionales". -Bromeo sintiéndome llena de energía a pesar  de la inquieta noche. -Tienes Trill y el resto de cosas útiles ya instaladas. Aunque tendrás que configurar tus redes sociales. Ah, que no se me olvide que me echan la bronca. Tienes varios documentos legales que te vinculan a ICON a diferentes niveles. En casi todos los casos te proporcionan cierta cobertura legal. Leetelos y piensa si te interesa.

-Bueno. ¿A que soy genial y diligente? -Pregunto mientras me derramo media taza de café encima. -Me ducho y arreglado. Desayunar desnuda solo tiene ventajas. -Pienso.

- ¿Me invitas a comer? ¿Nos vemos en MOA a las dos? Después podemos pasar por el UNISA que Myr quiere vernos a las cinco.

Kauri no se molestó en abrir el paquete hasta que empezó a sonar una melodía. Se apresuró a desempaquetar lo que parecía ser... ¿un móvil? Respondió antes de que la melodía acabara y oyó la voz de Wimbo.

- Oh... Hola, Wimbo- respondió más tranquilo al saber que era ella. No era la primera vez que recibía paquetes extraños en casa.

Awhina miró con complicidad a su hijo cuando éste menciono el nombre de la heroína y él se sintió avergonzado de nuevo. Se giró un poco para no tener que hablar bajo la atenta mirada de su madre y escuchó con atención lo que Wimbo tenía que decir, aunque por su tono casi parecía una charla informal.

Tener ese móvil significaba formar parte oficialmente del equipo de la cantante. Kauri no pudo decir una sola palabra durante la explicación ya que estaba intentando asimilarlo todo y no faltar el respeto a su interlocutora interrumpiéndola. Asentía en silencio, como si ella pudiera verle. Se rió nerviosamente cuando ella hizo una broma sobre sus posibles búsquedas en el dispositivo. No acababa de entender a qué se refería pero sería feo no reírle la gracia.

Había cierto papeleo que no tenía ningunas ganas de mirar pero al menos tenía la certeza de que ahora estaba vinculado a ICON... con todas las responsabilidades que conllevaba eso. Y solo había hecho falta atacar a una de sus representantes... Qué situación tan extraña.

- Eh... Ah... Claro, claro. Gracias por la explicación- respondió apresuradamente cuando Wimbo se alabó a sí misma.

Entonces la heroína propuso que la invitara a comer y él se sintió aún más raro. ¿Eso era algún tipo de código? ¿Significaba que iban a tener una reunión seria sobre su nuevo trabajo? ¿Realmente tendría que pagarle la comida?

- Sí, sí, claro, nos vemos allí- contestó rápidamente.

Miró de reojo a su madre, que seguía observándole mientras comía su desayuno. Ella se rió discretamente y él negó con la cabeza, ruborizado.

- Hasta luego- se despidió antes de colgar el teléfono.

Lo dejo en la mesa y se lo quedó mirando. ¿Qué acababa de pasar?

- ¿Tus nuevas amigas?- preguntó Awhina con cierto retintín.

Kauri ahogó una risa y empezó a comerse el desayuno.

- Con todo lo que he averiguado no he conseguido nada esclarecedor, empiezo a sentirme decepcionada conmigo misma y frustrada. , Myriham está sentada como un monito en la silla del despacho de Ma Wembe. - Al menos no salíste perjudicada en el fiasco del teatro.
- Recuerda niña que soy Ma Wembe. la anciana se acerca a una maceta y riega la planta que parece recuperar parte de la lozanía perdida a causa del calor. - Cuando mi padre me leía las historias del Perdregaton y decía que el rey era la tierra y la tierra estaba sustentada por el rey, yo me imaginaba héroes que luchaban por los pobres, que defendían la tierra y eran guiados por la sabia mano de un hombre que no pensaba ser mejor que ellos pero peor tampoco. Se acerca a Myriham y sonríe al tomarla de la mano - No pienses que tienes que hacerlo todo tu, tienes tus amigos, tu tienes tus habilidades y ellos las suyas, confía en ellos y te ayudarán. cuando Ma Wembe retira la mano Myriham siente una calidez que hace tiempo que había olvidado, o que había enterrado muy profundamente.
Se pone las sandalias que había dejado entre las patas de la silla, y le da un beso en l frente al mujer que es como una madre para todos los huerfanillos de la barriada y unas cuantas de las de alrededor.
- Un día de estos tengo que decidirme a preguntar a Ma Wembe cuanto tiempo lleva aquí, sobre todo después de la anecdota que acaba de contame, casi nadie se refiere ya a Arturo de Camelot como Perdegraton.
De regreso a su apartamento el soplo de aire frío trae un aviso, "paso a la derecha" y sin dudarlo Myriham se desplaza un paso a su derecha y un instante después una maceta se estrella en la acera a su izquierda, Myriham asustada alza la mirada para ver como una mujer zulú mira en su dirección avergonzada .
- Tranquila, no me ha pasado nada.
El resto del camino lo hace sumida en sus pensamientos y añorando la voz de Andrew.
- Tendré que preguntarle a Kauri cual es su fantasma, el de Nadira es Miku y yo tengo varios, el de EVA era ella misma, ¿Porque la extrañaré tanto?.
Cierra la puerta y se sienta de nuevo frente a los datos obtenidos, las conclusiones vuelven a ser las mismas.
1) La sangre del papel es solo del marionetista.
2) Todo el análisis espectrográfico confirma que cualquier material adherido a la trama de celulosa es de Johanesburgo.
3) Y la traza del último nombre solo está marcada levemente, I´mb### Esc#### M###### y una fecha que se cumple en menos de dos semanas, ni un nombre claro ni un sitio claro.
4) Por si fuera poco la particular composición química de la sangre del marionetista ha reaccionado con la tinta y parte del fibra de celulosa y no solo se ha acartonado la parte donde se empapó, además ha perdido cualquier relieve.
- Gracias ¡Oh, Jehová! por estas habilidades para construir cualquier cosa que me pidan, pero no darme la imaginación para inventármelas yo.
Se reclina hacia atrás en la silla y mira el móvil, casi es la hora de ir a la reunión con Kauri y Wimbo y no puede ofrecerles mucho.
Cuando va a salir un sobre de papel barato está en el suelo, parece que alguien lo ha colado por debajo mientras estaba ensimismada con sus tareas.
Sin tomar ninguna precaución lo toma y lo abre, dentro en una servilleta del Starbuks del aeropuerto de Boston, Philadelphia en la que con el café solo hay una palabra "soon".
Inmediatamente se lava las manos y la cara, se restriega bien con jabón y alcohol como un cirujano antes de operar.
- Leonard sabe donde estoy. Sabe donde estoy y vendrá a por mi, me quedo sin tiempo y estoy poniendo en peligro a Wimbo y a Kauri, tengo que decírselo, Andrew ¿Que hago?¿Que puedo hacer?
Frenéticamente se corta el pelo y se afeita la cabeza, mientras la ropa que llevaba puesta cuando abrió el sobre se va deshaciendo entre productos químicos, después se ducha y se frota como si quisiera despellejarse viva, toma una muestra de sangre y lanza los análisis mientras se viste, Benditos sean los chicos de la CIA con sus desarrollos de análisis rápido en paralelo. Estoy limpia, no hay virus, ni me ha infectado con nada,
ni trazadores, ni bacterias, nada.
Cuando se mira en un espejo, se da cuenta que Leonard ha conseguido robarla la preciosa cabellera que tan orgullosa lucía en el circo, toma una gorra y vuelve a imprimir los datos y sale para su reunión.

Eras las dos menos cinco y Kauri ya estaba esperando en la entrada del centro en el que habían quedado. Normalmente no era tan puntual pero esta vez se había asegurado de llegar pronto para no hacer esperar a Wimbo. Aún no sabía qué esperar de esa "cita" así que estaba bastante nervioso. Ahora era parte del equipo, con todo lo que acarreaba esa responsabilidad.

Iba vestido de calle, con una camiseta lisa de color rojo algo ancha y unos pantalones oscuros. Como siempre, tenía el pelo recogido con una coleta que le caía por encima del hombro. Era en momentos como ese cuando empezaba a preguntarse si su "disfraz" de héroe tenía alguna función. Antes, cuando salía por ahí a hacer el bien, llevaba incluso menos ropa que cuando hacía su vida diaria. Nunca había intentado ocultar su identidad y seguramente por eso Miku lo había encontrado tan fácilmente. Para él era muy útil llevar poca ropa porque podía moverse más cómodamente y asustar a los maleantes cuando estos se daban cuenta de que las balas rebotaban contra su piel... Aun así, ahora no parecía tan buena idea.

Kauri tenía las manos en los bolsillos. Había estado un par de minutos mirando hacia todas partes para ver si llegaba Wimbo pero en seguida se había puesto a pensar en todo eso. Miraba el suelo con el ceño fruncido, meditando sobre lo que tendría que hacer de ahora en adelante.

-Un Kruger por tus pensamientos. -Saludo de forma brusca, disfrutando de la deliciosa ironía que quizás solo la nieta de una activista pueda comprender. -Pero si te conformas con los rand que llevo encima te pago para que quites esa cara tan larga.

-Ahora en serio. ¿Estas bien? -Pregunto levantado mi rostro y poniéndome casi de puntillas para poder mirar el suyo. Espero pacientemente su respuesta antes de aferrar su brazo y arrastrarle hacia uno e los miradores del Mall.

-Quiero un Happy Meal. ¿Me compras un Happy Meal? -Pregunto con voz impostadamente infantil, mientras señalo el McDonal´s que anuncia la ultima peli de Pixar. Discretamente le paso un billete de 50 y empujo su fornida espalda en dirección al local de comida rápida. Me apropio de una de las mesas, disfrutando del anonimato de la multitud, en espera de mi fornido camarero.

-Tenia hambre. -Comento devorando el escaso menú. -¿Va bien el móvil? Espero que lo hayas usado responsablemente. -Afirmo guiñadole un ojo y regalando el juguete del menú a uno de los niños que alborotan en nuestro entorno.

-Dentro de un rato tendríamos que acercarnos hasta el UNISA pero antes quería darte las gracias por ayudarnos estos días. Lo cierto es que, sin Blackwolf y EVA, Myr y yo no podríamos con todo. Creo que Nicholas te ha puesto en antecedentes [1]. Pero seguro que te quedan bastantes preguntas. No puedo contestarte por los demás pero creo que yo debo dar ejemplo de sinceridad. Así que, aunque no puedas publicarlo en tu blog,... -Sonrió disfrutando con la chanza. -...dispara.

Contesto lo mejor que puedo a todo lo que el amable polinesio se atreve a preguntar, y sutilmente me apropio de buena parte de su menú. Me siento cómoda rodeada de familias en este agradable día primaveral. Lo que ayuda a que muestre mas extrovertida. Aunque en ocasiones me relajo demasiado y me descubro tarareando alguna melodía.

-¡Se me olvidaba! -Exclamo cuando ya nos levantábamos. -¿Miraste los papeles de ICON? No tienes que sentirte obligado a firmar nada. Blackwolf prefirió hacerlo así por ejemplo. Pero es una forma de tener cierto respaldo legal para nuestras acciones. Existen distintos niveles de compromiso. Desde un seguro a terceros que ICON asume, hasta un trabajo de heroe que incluye la gestión de los derechos de imagen.

-Pero elijas lo que elijas. -Comienzo tomándole las manos y aprovechando que aun esta sentado para mirarle a los ojos. -Quiero que sepas que contamos contigo.

La llegada de Wimbo sobresaltó un poco a Kauri, que no comprendió lo que estaba diciendo la cantante. Cuando habló más seriamente entendió que pretendía ser simpática, de modo que le sonrió.

- Sí, estoy bien. Estaba pensando en todo lo que ha pasado últimamente- le respondió brevemente, sin darle demasiada importancia.

La acompañó hasta el McDonald's y de nuevo se quedó extrañado por la actitud de Wimbo. No fue hasta unos segundos después que le sonrió de nuevo y asintió. Esa chica estaba llena de energía y parecía bastante bromista, pese a tener un trabajo tan serio como es el de ser una heroína y un ejemplo a seguir tanto para sus seguidores como para los ciudadanos corrientes.

Compró el Happy Meal que quería ella y se la imaginó jugando con las figuras de regalo que traían. No sabía si Wimbo era infantil o solo quería aparentarlo. Tampoco podía culparla; esos menús tenían buena pinta y eran bastante económicos. Él se limitó a comprarse una botella de agua con su propio dinero. Llegó a la mesa que su compañera había elegido y se sentó delante de ella, sirviéndole diligentemente la bandeja con su comida.

- Aquí tienes- le dijo sonriente.

Permaneció callado mientras ella comía. Observar cómo devoraba la comida era gracioso y se le escapó una risa que intentó disimular. No comentó nada acerca de lo hambrienta que parecía y simplemente siguió sonriendo cuando ella se excusó. El comentario sobre el móvil sí que causó otra reacción en él; se ruborizó un poco y desvió la mirada mientras se reía entre dientes.

Llegado el momento de las preguntas, Kauri se apoyó en la mesa y pensó al respecto. ¿Algo que no hubiera quedado claro? Ya le habían puesto al corriente de casi todo lo sucedido y también había visto varias veces las noticias sobre los distintos altercados que habían sucedido en la ciudad y en los que Wimbo y compañía habían estado involucrados. Claramente había juzgado mal y se había dejado engañar por Miku, ya que no había forma de que la chica que tuviera delante fuera una criminal.

- Supongo que ahora mismo tengo las mismas preguntas que tú- le dijo con un tono de voz más bajo-. No entiendo qué es Miku exactamente ni por qué intentó que yo te hiciera algo malo. Tampoco sé qué pinta María Delgado en todo esto...- suspiró y se encogió de hombros.

Después de explicarle mejor cómo funcionaba ICON, Wimbo le cogió de las manos y él se puso un poco tenso, aunque en seguida respondió con una sonrisa.

- Me alegro de que me dejéis ayudar. Casi os meto en un lío muy gordo... Tenía que hacer algo para compensar, ¿no?- dijo medio en serio y medio en broma.

Kauri 29/08/2017, 19:17

- Me alegro de que me dejéis ayudar. Casi os meto en un lío muy gordo... Tenía que hacer algo para compensar, ¿no?

-Si te pierdes en la sabana es bueno tener valor para gritar pidiendo ayuda. -Repito imitando a la perfección la profunda voz de mi abuela Kiama.

En el parking me doy cuenta que mi genial idea de venir en Scotter quizás no lo haya sido tanto. -Si lo prefieres puedo pedir un Ubër. O llamar a Nicholas. O podemos cabrearlo un poco y volver en autobús. -Provocar un ataque de ansiedad en el sacrificado enlace de ICON me saca una sonrisa traviesa.

- Yo... he venido en autobús- admitió un poco avergonzado.

Pese a querer ser un héroe, el concepto de tener vehículo propio le era desconocido. Su madre y él siempre se movían por la ciudad andando o en transporte público. Quizá tendría que conseguir un coche o una moto si quería dedicarse seriamente al negocio de enmascarado sin máscara.

- Como tú quieras- añadió esperando a que Wimbo decidiera cómo regresar.

El destino tomó la decisión por ellos. Aunque Nadira había acudido de incógnito y se disimulaba bien, Wimbo tenía cada vez más fans - y más obsesionados - por lo que en el rato de pensar en el aparcamiento un grupito de adolescentes se había reunido y cuchicheaban mirando en su dirección; Kauri, nada acostumbrado a aquello empezaba a ponerse nervioso, el polinesio no era ningún experto disimulando y sus nervios parecían espolear a los jovenes, como si fueran tiburones oliendo la sangre.

Era obvio que no estaban seguros, pero probablemente uno había sacado cierto parecido y estaban leyendo los nervios de Kauri por lo que no tardarían en acercarse. Parecía imprudente acercarse ahora al scooter, lo último que necesitaba es que se hiciera pública la matrícula de su ciclomotor o que los chavales confirmaran que podía ser Wimbo, pues no había muchas chicas de su edad que pudieran permitirse esos lujos; había que tomar una decisión con rapidez.

Nadira suspiró aliviada, un alivio proporcional a la decepción de la chavalería, al subir al autobús. Era obvio que les había roto las ilusiones, pues ninguno pensaba que Wimbo pudiera viajar en autobús, pero había evitado un peligroso tumulto. Aún así una pareja del grupillo había subido al mismo autobús y se mantenía por allí cerca, incluso cuando el autobús llegó a su parada, junto a la Torre ICON (antigua torre Ponce City).

El edificio, concebido como una torre de apartamentos de lujo, había sufrido una degradación enorme con el cambio de régimen, llegando a estar invadido de bandas y habiendo llegado a haber un plan de convertirlo en prisión. Siguiendo su estilo, fuera auténtica responsabilidad social o puro markentig, cuando ICON se estableció en la ciudad, decidió hacerlo con conciencia ecológica y social rehabilitando ese edificio emblemático de la ciudad y devolviéndole su antiguo esplendor, con un buen pellizco de intereses, en lugar de construir un nuevo rascacielos de la nada.

El autobús paraba justo debajo del edificio, pues ICON había incorporado en el primer sótano un intercambiador de transportes para el servicio metropolitano de transportes, como regalo de llegada a la ciudad; aunque hoy en día ya empezaba a necesitar una mano de chapa y pintura. Bajaron del autobús a la vez que Myriham lo hacía del suyo, mucho más... vistoso, pues venía de las zonas más pobres y problemáticas por lo que venía decorado con numerosos graffitis y, sobre todo, simples borrajetos de firma y no tardaron en estar los tres justo frente al ascensor privado que subía desde las plantas inferiores - ni Wimbo sabía cuántas había - hasta las superiores dónde empezaban las oficinas de ICON.

La pareja de, bien mirados no-tan, adolescentes bajó a la vez y se acercó a una de las tiendas cutres de comida rápida de la estación, pero se quedó mirando el menú, mal disimulando que seguían observando a Kauri y Wimbo... aunque ahora también a Myrham cuando se unió a la sorprendida pareja, a quienes costó un rato reconocer a la chica ahora que no tenía su emblemática cabellera rubia.

-Esperar un momento, por favor. -Les pido a mis acompañantes antes de dirigirme hacia la pareja.

-¿Tenéis dinero para el bus de vuelta? -Disparo en cuanto me acerco. -Gracias por ser tan discretos. Si no os importa mandarle una copia a los chicos de medios podemos hacernos un Selfie. -Propongo con una amplia sonrisa.

Tras despedirme de los fans vuelvo con mis compañeros. -Podrían haber montado un revuelo y no lo hicieron. Podían haberlo dejado correr y se tomaron la molestia de seguirnos. En mi opinión se merecían un par de minutos. -Aclaro.

La vigilancia continua de esos chicos ponía muy incómodo a Kauri, que no podía siquiera imaginarse qué estarían pensando sobre ellos dos. Para colmo, una pareja se subió al bus con ellos, claramente siguiéndolos pues no apartaban la mirada por mucho que intentaran disimularlo. Kauri tampoco era muy bueno disimulando sus nervios, y su estatura le hacía destacar quisiera o no. Era difícil perderlo de vista, y más cuando se revolvía una y otra vez en su asiento.

Por fin llegaron a su destino, y obviamente los chicos se bajaron poco después. Kauri no se movió cuando Wimbo fue a tener unas palabras con los pequeños acosadores. Probablemente ella estaba mucho más acostumbrada a las miradas indiscretas. Mientras esperaba que regresara, Kauri miró con detenimiento a Myriham.

- Esto... ¿Te has cortado el pelo?- preguntó por decir algo, aunque realmente tenía curiosidad por saberlo.

- Si, he tenido que tomar precauciones, un problema viejo que vuelve. ¿Habéis recogido unos fans?.
Comenta Myriham mientras se encoge en la sudadera intentando que la sobra de la gorra oculte su rostro y que no sea fácil para la pareja poder describirla con exactitud, sabe de sobra que cualquier foto hecha con móvil o medio digital la mostrará desenfocada, pero es sistema de blurr no funciona en analógicos y mucho menos con los ojos de la gente.
- En cuanto entremos os pondré al día de lo que he averiguado y comentamos la información que tenemos.
Enseña a Kauri una carpetilla de cartulina amarilla de lo más común, y junto a Kauri se queda mirando a Wimbo.

Los chicos les siguieron mirando y cuchicheando hasta que se metieron al ascensor. La música ambiental tardó un par de segundos en empezar a sonar, pero cuando lo hizo era uno de los grandes de éxitos de Wimbo. Tras usar uno de los botones que requerían lectura de huella dactilar, a diferencia de los que llevaban a plantas públicas, subieron en unos pocos segundos a las plantas altas, el sistema inercial parecía muy eficiente los más jovenes no notaron siquiera la aceleración, aunque Myriham si pensó que cabía margen de mejora en el arranque y la frenada.

Todos en la planta saludaron con amabilidad, según pasaban, Kauri y Wimbo seguían un tanto distraídos mirandose con curiosidad, por lo que tuvo que ser Myriham quien le pidiera una sala de reuniones a la responsable de gestión de espacios comunes, una mujer muy repeinada y con un maquillaje discreto pero masivo para disimular que ya había entrado en el medio siglo.

El sitio tenía todos los avances tecnológicos que se podían pedir, y un mueble-bar bien surtido con una mesa auxiliar con un breve pero variado buffet de almuerzo. Un asistente robótico esperaba a un lado que se le pidiera algo, o para limpiar una vez el cuarto quedase vacío; silencioso e inerte, las últimas experiencias con EVA y Miku hacían que aquel pseudo androide despertara una punzada de intranquilidad en la mente de las chicas.