Partida Rol por web

Espiral de muerte

Escena 3 : La madeja se enreda

Cargando editor
20/03/2018, 09:58
Editor Jefe

Kauri no tuvo dificultad para placar al enloquecido trabajador, cayeron juntos al lado de la puerta de los ascensores con el héroe decidido a inmovilizar al otro, tarea que resultó sorprendentemente fácil. Extrañado, el joven miró a su adversario, que se había golpeado la cabeza al caer, con el estómago encogido comprobó que no había sangre y que respiraba pesadamente. El golpe y el agotamiento de su frenesí le habían dejado inconsciente.

El muchacho se puso en pie de nuevo, tranquilizándose y pensando su próximo movimiento, apoyándose en las puertas de los ascensores para hacerlo.

Un nuevo susto aceleró el corazón de Kauri, las puertas cedieron, abriéndose al vacío una de ellas colgando de un hierro y la otra precipitándose golpeando las paredes y el cable de acero, dos pisos hacia abajo en un estruendo aterrador que dejó su corazón en vilo:

Si hubiera seguido su forcejeo golpeando al celador contra esas puertas para evitar que escapara, ambos se habrían precipitado con la puerta. Un fuerte ruido producido por la puerta al golpear contra la parte alta del ascensor acompañó en su cabeza la imagen de su cuerpo aplastando el del infortunado trabajador al caer juntos, causándole un respingo.

Inmediatamente un fuerte siseo le sacó de su truculenta ensoñación, cuando el baqueteado cable del ascensor se soltó o se rompió por el maltrato y subió como una serpiente hacia arriba, sustituido antes de que su mente procesara lo que pasaba fue sustituido en su ángulo de visión por la densa masa del contrapeso al caer y hacerse añicos con la cabina del ascensor en el fondo justo dónde hubieran estado ellos si llegan a caer.

El estruendo resonó por todo el hospital, llegando con total claridad al sitio dónde Myriham seguía en el suelo tras ponerse a salvo por los pelos.

Notas de juego

Correcto, pero al ser un masilla, le derrotáis con imponerle un sólo estado. Estamos usando una versión simplificada de los estados para hacer el sistema más rápido en web.

Ahora ya puedes hacer lo que gustes otra vez.

Cargando editor
20/03/2018, 20:43
Myriham

La última frase de Andrew sonaba tanto a despedida, la dolía toda esa pena en su voz, esa voz que sonaba solo en sus oídos.
Por unos momentos se refugió en la paz del silencio, el pegajoso calor de su espalda, el olor a metal oxidado.
- Estoy cansada de luchar. Podría quedarme aquí, tampoco es que vaya a marcar una diferencia. la modorra de la perdida del efecto de la adrenalina, la sensación de abandono la van venciendo poco a poco.
Silencio.
Oscuridad.
Calma.
El estruendo de un peso enorme destrozando algo dentro del edificio saca de su refugio a Myriham.
- Maldito destino que no me dejas descansar en paz. gruñe entre cansada y aliviada.
- Vamos a tener que ponernos en marcha cositas. Piensa mientras con la mano izquierda se coloca el brazo derecho en un cabestrillo rápido usando el tirante del morral de materiales, coloca el móvil en el enganche del tirante y despliega dos de los cuatro drones que quedan para avanzar delante de ella y los otros dos a la espalda.
Con un esfuerzo enorme para no gritar se empieza a mover hacia el origen del estruendo, rezando porque sea cosa de Wimbo o el chico nuevo.
-Si tengo que pelear de nuevo usaré al pequeñin del taser, te lo prometo cielo no quiero que estés enfadado conmigo.
Musitando una letanía, vagando entre la rendición y la confrontación Myriham va hacia el ruido.
- Necesito encontrar a Vicktor, y al asesino maldito que está causando todo esto, le pararé y lo arreglaré todo. Por dios que haya ganado uno de los mios.
Mientras camina usa los drones para triangular la zona de emisión de Vicktor, si no puede anularle con la megafonía deberá ser un cara a cara.
- No tenías otro sito señor, ninguno otro, mas que el sótano, hay que bajar a los infiernos para luchar con el demonio.

Cargando editor
21/03/2018, 11:48
Editor Jefe

Myriham se apresuró a cruzar el edificio casi de lado a lado, en dirección al estruendo. Tras ver pasar a Kauri embistiendo contra un celador armado no había muchas posibilidades de que fuera otra cosa el origen. Alcanzó a ver la escena justo cuando el polinesio recuperaba el equilibrio y la compostura tras el susto.

El cuerpo durmiente del celador estaba más allá de los ascensores dañados, con el pecho subiendo y bajando de forma poco rítmica pero constante y sin ninguna herida aparente, aunque muchas magulladuras.

Un metro más allá había una puerta de seguridad ignífuga, aunque ahora que se había ido la luz se había abierto desvelando escaleras tanto de bajada como de subida.

Cargando editor
26/03/2018, 23:17
Kauri

Kauri dio gracias al cielo de que todo hubiera ocurrido de esa manera. De haber estado en el ascensor, él probablemente habría sobrevivido gracias a su resistencia sobrehumana... pero no el celador. Había conseguido dejarlo inconsciente y neutralizar la amenaza, y qué mejor que hacerlo sin matarlo. El accidente que había evitado no parecía haber causado más estragos que la pérdida del ascensor y un estruendo ensordecedor.

El hombretón arrastró al celador con cuidado y lo apoyó contra una pared para que no estuviera tirado en medio del pasillo. A todo esto, vio cómo llegaba Myriham, con lo que se alegró bastante. Corrió hacia ella y le echó un vistazo de arriba abajo, buscando heridas o golpes. Parecía agotada.

¡Myr!- le dijo inventándose ese diminutivo en ese preciso instante-. ¿Estás bien? Estás herida...- añadió acercando su mano a la fea herida que ella tenía en el hombro.

Cargando editor
27/03/2018, 11:31
Myriham

- Creo que es una herida fea, solo la he visto por uno de los drones.
Myriham sopesa si contarle a Kaury lo que ha pasado con Andrew, pero lo desestima, no parece buen momento para confesar a un compañero que lo que querría es reunirse con su amor fantasmal.
Forzando una media sonrisa añade.
- Al menos se ha parado la hemorragia aunque me duele horrores usar el brazo derecho.
Después para cambiar de tema y redirigir el asunto al tema principal de porque están en el psiquiátrico informa a Kauri
- Según la triangulacion que he realizado parece que Vicktor está en el sótano, no localizo a Wimbo con lo que posiblemente esté por el edificio ayudando a la gente.
Tengo intención de bajar a parar esto en origen, y cuanto menos tardemos menos peligro correrá la gente.

Casi forzando al joven a seguirla se gira hacia las escaleras que descienden y empieza a caminar, lo más dignamente posible.

Cargando editor
27/03/2018, 12:08
Kauri

Kauri empezó a seguir a Myriham sin rechistar. Ahora que estaban juntos, podrían acabar de una vez por todas con lo que estaba ocurriendo allí. Además, no la iba a dejar sola viendo lo herida que estaba. Por mucho que intentara fingir que no, se la veía bastante cansada y dolorida.

No esperes que Wimbo aparezca- dijo bajando el tono de voz-. Ha echado a correr cuando hemos entrado. Creo que lo que está volviendo loca a toda esta gente también la ha afectado a ella- explicó preocupado.

Le parecía muy extraño que una heroína como Wimbo, tan famosa y célebre precisamente por el poder de influenciar a las masas, hubiera sido trastornada tan fácilmente. Si él, alguien con una mente bastante mediocre, había resistido a la manipulación del enemigo, ¿cómo es que Wimbo había sido una presa tan fácil?

Deja que vaya delante- añadió adelantando a su compañera. Aunque tenía la ropa llena de cortes y rasgaduras, su cuerpo estaba intacto.

Cargando editor
28/03/2018, 13:28
Editor Jefe

Sótanos del TARA-II y su laboratorio secreto.

Descendieron las escaleras en oscuridad, con los gritos de fondo resonando a lo lejos y el quedo eco de las risas de las “familias aún felices”, en un trasunto del descenso de Dante al infierno, como verían pronto.

Pasaron los dos pisos que pudieron intuir en el hueco del ascensor, sus puertas ignífugas estaban abiertas mostrando alas de habitaciones y despachos de hospital completamente normales. Probablemente estaban cerradas con cierres electrónicos hasta el apagón producido tras el altercado de Myriham con el celador enloquecido, que a punto había estado de convertirse en su genio particular y concederle su mayor deseo.

La pareja de héroes siguió bajando, pues nada más que los mismos ecos del resto del edificio llamaba la atención en esos pisos. Pero al llegar al último sótano, aquel en el que el ascensor había estado parado, la puerta que bloqueaba el acceso era bien diferente. Digna de una cámara de seguridad, más que de un psiquiátrico, tenía un complicado sistema de reconocimiento biométrico y, aparentemente, sus propios generadores pues ni le faltaba electricidad, ni por los ojos de buey translúcidos se intuía otra cosa que una perfecta iluminación, la aséptica luz blanca de los hospitales.

La puerta hubiera sido una muralla infranqueable para la mayoría, pero poco le costó a Kauri arrancar de la pared el sistema de apertura – aunque mucho más le costó hacerlo sin arrancar ningún cable – rompiendo el muro de hormigón. Una vez con el dispositivo colgando y accesible, los caminos electrónicos de la lógica de circuitos se abrieron en la mente de Myriham como por arte de magia, como si fuera el manual de instrucciones de un sencillo juguete mecánico para bebés en lugar de un conjunto de PALs endiabladamente complicados, la tecnomaga lo comprendía con sólo mirarlo, sus planos de diseño dibujándose en su mente como si fuera un programa de diseño asistido.

Unos minutos después tenía una llave universal diseñada y abrió las puertas del infierno. Al menos olía como él: a sangre y a otros icores, a muerte y a matadero. Tanto dolor se había concentrado allí, que su presencia psíquica había permeado ahora en algo casi físico.

La puerta blindada se abría a un pasillo amplio, suficiente para que dos camillas se cruzasen con espacio de sobra entre medias; estaba lleno de huellas de pie ensangrentadas, de uñas arrancadas al clavarse en las paredes y el suelo, de manojos de pelo perdido a tirones y de regueros de sangre aquí y allá.

El extremo opuesto del pasillo debía haber tenido una puerta equivalente a la que ellos habían abierto, aunque alguien la había reventado desde fuera con saña, sin explosivos pero con gran violencia física, pues el mazacote de varias toneladas estaba esparcido en dos grandes trozos y centenares de fragmentos por varios metros adentro. Aparentemente había cuatro estancias a cada lado del pasillo, a juzgar por el número de puertas, aunque era difícil precisar el fondo del corredor.

Al inspeccionar el pasillo les parecía como si gente con los pies sucios de sangre hubiera arrastrado a otras personas, resistiéndose y heridas, en dirección al cuarto del fondo a la izquierda, la mayoría desde los seis más cercanos, pero también desde las puertas, tanto por la que habían entrado como por la destruida.

Esas seis primeras habitaciones resultaron ser mezclas de cuarto de hospital con celda de prisión, bloqueadas por muros transparentes de cristal de seguridad que, probablemente, ni Kauri podría romper, y que Myriham pudo apreciar que tenía laminados de varios materiales que, suponía, le harían resistente a un montón más de métodos de destrucción. Sus puertas blindadas estaban abiertas de par en par y dentro poco había: a parte de una bañera de una pieza y un inodoro, sólo una cama-camilla de alta tecnología bastante dañada, con un montón de instrumental médico incorporado y distintos depósitos de suministros químicos con sus inyectores, muchos rotos o arrancados. Todo el escaso mobiliario estaba manchado de sangre y otras cosas no menos macabras.

Con horror y sobrecogimiento pudieron comprobar que en cada una de ellas había una pareja de una doctora o científica – era difícil de precisar – o una paciente yaciendo cerca de un celador, paciente o doctor/científico. En los seis casos, ambos habían sufrido muertes atroces, muy probablemente a manos de celadores enloquecidos.

Para cuando llegaban a la tercera pareja de celdas pudieron comprobar que el fondo era diferente, el cuarto izquierdo podía cerrarse con cortinas – que ahora estaban abiertas – y su puerta era corredera dando acceso a una especie de palco de butacas que permitía observar las evoluciones en el resto de la sala. El cuarto derecho tenía otra puerta blindada como las exteriores, aunque estaba entreabierta y, durante unos segundos, centró su atención por completo.

Leve, apenas perceptible incluso ahora que se acercaban, por ese hueco salía una dulce canción de cuna, un canto de amor y cariño infinitos; una voz angelical, completamente incoherente en aquel infierno, un aria celestial tan sentida y melancólica que conseguía sosegar el espíritu incluso allí. Era la voz inconfundible de Wimbo, cantando en el dialecto de su Kianna, lo que hacía muy difícil entenderla a Myriham y Kauri, que ni siquiera eran africanos, apenas distinguían palabras sueltas: “mi pequeño”, “la luna”, “la Madre” y “sueño”.
 
Inmediatamente giraron para dirigirse allí, pero lo que vieron en el cuarto de enfrente les paralizó de horror, como si hubieran bajado otro círculo más en los cuentos de Dante.

El palco era el observatorio, separado por un cristal de seguridad y una puerta, de un laboratorio-quirófano excepcionalmente equipado, lleno de trastos y armarios más o menos reconocibles así como maquinaria de alta tecnología, que incluía una misteriosa cuba cerrada y hermética; así como una mesa de operaciones tremendamente compleja.

En torno a la misma había una miríada de los celadores de pesadilla, con sus cuchillos, hachas, jeringas, sierras e instrumental variado agarrado y pegado con cinta. Se afanaban sobre una figura que chillaba en silencio, atada a la camilla, en particular con su cabeza que parecían estar operando en vivo.

En un rincón, apilados de cualquier manera había numerosos cadáveres con los cráneos hendidos y el cerebro troceado.

En los breves segundos que tardaron en recuperar el control de su mente, su cuerpo, su asco y su sobrecogimiento, la puerta del laboratorio se abrió lo justo para dejar salir a uno de los enloquecidos, junto a los alaridos de dolor y los gritos, agudos como simulando la voz de un niño, del paciente operado del cráneo en vivo, llamando a su madre. El celador llevaba dos parejas de inyectores de las máquinas de las celdas encintadas en los brazos y en los pies, y otro más agarrado con fuerza con la boca.
Pasaba frente a ellos, en dirección a la puerta entreabierta de dónde salían los cánticos de Wimbo, con el tragicómico caminar patoso y traqueteante habitual. Les miró sin preocuparse lo más mínimo por ellos, como si no existieran, dispuesto a seguir su camino hasta el otro lado del pasillo.

Notas de juego

Cutre plano para hacerse mejor a la idea de lo que narro

https://ibb.co/dh8Ljn

Cargando editor
08/04/2018, 21:36
Kauri

Al entrar en aquel sótano sacado de una pesadilla, Kauri empezó a encontrarse mal. El olor pútrido y las imágenes sangrientas le revolvieron el estómago en cuestión de segundos, puesto que jamás se había encontrado con algo tan espantoso, ni siquiera en las películas de miedo o acción que solía ver. Aquello era muy real y lo tenía justo delante.

Tenía que hacer un esfuerzo para no pisar la sangre, ya que había rastros por todas partes. Comprendió de dónde salían en cuanto empezaron a encontrar las parejas muertas. Esos cadáveres, mutilados de formas más que terribles, fueron suficiente para que Kauri se llevara una mano a la boca, cerrara los ojos y se girara para evitar desmayarse. Respiró profundamente, lo cual fue contraproducente al notar de nuevo el hedor y la pestilencia de ese lugar condenado. Empezó a toser violentamente pero logró recobrar la poca compostura que podía permitirse en un momento así.

Continuó hacia adelante, puesto que no iba a echarse atrás ahora, ni siquiera después de haber visto todos esos horrores. Empezó a oír una canción y se sorprendió de reconocer la voz de Wimbo. ¿Qué hacía cantando una canción de ese estilo en un momento como ese? ¿Acaso había perdido el juicio completamente? Kauri estaba a punto de ir hacia allí cuando se toparon con una escena surrealista, grotesca, asquerosa.

Se quedó paralizado del horror cuando vio a esa manada de bestias enajenadas torturando y mutilando a una persona viva. Se le agarrotaron todos los músculos. No podía hablar, ni siquiera mirar a Myriham. Su mente estaba chillando varias cosas a la vez, aunque lo que más resonaba era la imperiosa necesidad de salir de ahí, alejarse de esa locura.

¿Qué... qué hacemos...?- preguntó desolado y perdido, deseando que su compañera reaccionara cuando él no podía.

Sin embargo, sus ojos empezaron a brillar, literalmente, desprendiendo un halo intenso. El miedo se convirtió en rabia. El asco, en indignación. Toda la tensión que había acumulado en sus músculos se multiplicó y cerró los puños con mucha fuerza. Cuando el celador abrió la puerta y la sala dejó escapar los gritos de desesperación del pobre desgraciado al que estaban "operando", Kauri ya no estaba del todo en sí. Avanzó con paso decidido, igual que el celador caminaba como si ellos dos no existieran. Tal como llegó delante de él, le agarró el cuello y lo detuvo, alzánzole de manera que sus pies no tocaran el suelo.

Locos. Asesinos. ¡¿Qué estáis haciendo?!- gritó con una voz desgarrada y más grave de lo habitual. Todo su cuerpo brillaba y prácticamente daba la sensación de que se iba a incendiar en cualquier momento-. ¡Asesinos!

Avanzó aún más, internándose en la sala de la tortura y llevando al celador como si no pesara más que una bolsa de mano. Tal como entró, arrolló a tantos como pudo, llevándoselos por delante con fuerza descomunal sin guardar cuidado alguno. Algo en su interior le obligaba a salvar a ese pobre desgraciado, y no se iba a quedar parado mientras llevaban a cabo su serie de asesinatos terribles.

- Tiradas (1)

Notas de juego

- Reducir un rango el tamaño de una multitud (2)

- No sufrir daño en el proceso.

Cargando editor
09/04/2018, 12:21
Editor Jefe

Kauri, ahora casi igual de enloquecido que los residentes, se lanzó como una avalancha sobre los dominados celadores y enfermeros, un torrente de furia empleando como arma al celador que atravesaba el pasillo, que se dedicó – futilmente – a picotearle con el inyector de la boca hasta que el héroe le acabó arrojando como una bola de bolos contra sus compañeros.

Pronto éstos saltaron sobre él, una y otra vez, con sus cuchillos, bisturíes e inyectores tratando en balde de alcanzarle, mientras el joven los enviaba volando en todas direcciones. Cuando volvió en sí todos los “cirujanos”, carniceros más bien, yacían inconscientes o, Dios no lo quisiera, muertos. La víctima atada a la camilla, seguía gritando, aunque cada vez más débil; su cráneo estaba abierto y le habían estado causando daños en la masa encefálica.

El único movimiento era el del celador inicial, descartado tras ser arrojado contra la masa de horrores para alejarla de la mesa de operaciones. A diferencia del resto no se había revuelto contra él y acababa de volver a salir, completamente encelado en la misión que ocupase ahora su mente enloquecida, cruzándose con Myriham justo en la puerta, decidido a cruzar el pasillo y llegar a la habitación entre abierta desde la que, muy lejos, parecía oírse aún el cántico de Wimbo como un contrapunto melódico a la cacofonía de los menguantes alaridos de agonía del infortunado que había sido operado en vivo.

Notas de juego

2 niveles de reducir multitud son suficientes para derrotar a todos los "médicos" y evitar que, si vuestras acciones futuras os demoran o no tenéis éxito inmediato, haya más "niños" que sean arrastrados aquí abajo y "operados"; pero no para derrotar a la vez al otro celador, porque ese era una amenaza distinta, para gente distinta.

Había dos amenazas en éste conflicto, una que no os afectaba directamente - y ya habéis derrotado, reduciendo el daño potencial - y otra que os amenaza de forma, aparentemente, indirecta pero en la práctica más directa de lo que se ve ahora.

Cargando editor
09/04/2018, 14:07
Myriham

La mente en fuga de Myriham pareció regresar al menos en parte, tras el dantesco espectáculo presenciado al acceder al ala de los horrores y presenciar la carnicería que no podía llamarse operación, la pregunta de su compañero simplemente fue una nota más en la cacofonía de sensaciones que como un Síndrome de Stendal del Horror la asaltaban y abrumaban de tal manera que su mente emocional se retiró a lo más profundo de su ser y cuando su compañero la buscó como referencia

Cita:

- ¿Qué... qué hacemos...?- preguntó desolado y perdido, deseando que su compañera reaccionara cuando él no podía.

La única parte de su psique que funcionaba era la parte analítica, la que hacía que sus poderes funcionaran
- No debo morir, Andrew lo ha prohibido.
- No puedo dejar que mate a Wimbo.
- Extraño mucho a EVA a mi niña.
- Tengo que parar a esta criatura.

De una manera casi mecánica como si fuera una máquina más conduce al dron de defensa, el equipado con el taser, contra la cara del monstruoso celador el dispositivo ataca para descargar toda la batería contra su objetivo y pararlo lo antes posible.
- Wimbo se va a enfadar si mato al celador.
- Es un mejor resultado su enfado que su muerte.
- Es válido matar al monstruo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Movimiento de derrotar, supongo que con mi aplastar y todo sumando es 5-1= 4 obviamente fracasa y como mínimo pierda del dron y además el celador se fije en ella.

Cargando editor
15/04/2018, 13:17
Director

El dron se lanzó contra el celador enloquecido, que atosigado, se lanzó por el aire pillándolo al vuelo, ambos se estamparon contra la puerta. El aparato quedó hecho añicos y el celador, aunque magullado, se coló de inmediato por la puerta entreabierta en la habitación, con su caminar tragicómico.

Un simple vistazo le bastó a Myriham para darse cuenta que el dron había quedado inoperativo.

La canción de Wimbo no se había interrumpido por ahora, pero comenzaron a oír los gritos asustados de un hombre. La pareja de héroes se lanzó en su persecución.

Llegaron justo a tiempo de ver cómo el celador se lanzaba como un animal de un salto sobre un médico que había estado sujetando el hombro de Wimbo con claro amor romántico, cayendo sobre él desde tan alto como pudo, hincando con saña sus inyectores, incluso el de la boca, en el hombre una y otra vez como un vendaval de furia y locura, haciendo saltar la sangre en todas direcciones y llevando sus gritos de miedo a un breve crescendo de alaridos de dolor antes de apagarse lentamente, pero eso no disminuía el sádico asalto del hombre controlado, dispuesto a destrozar lo que ya era un cadáver de facto.

Wimbo estaba arrodillada vuelta de cara a Myriham y Kauri, cantaba y acunaba con ternura infinita y, aparentemente, completamente real a un hombre africano, de su misma étnia. A diferencia de otras “madres de la familia” ni ella ni su “niño” hacían caso del loco.

Aún así había algo en la escena natural, cierto era que Wimbo podía tener la mitad de edad que su “hijo” pero la escena quedaba natural. Era por los ojos. Los ojos del hombre y los de Wimbo eran iguales, los mismos, y de ellos se podía deducir, viéndoles mejilla con mejilla, un gran parecido en el rostro. Sin duda, el hombre podía ser el hijo de Wimbo con treinta y tantos años.

Eso llamó la atención de Kauri, porque Myriham sólo pudo llegar a los ojos antes de reconocer en ese “bebé” al asesino de Dynamo y El Titiritero, el saltador temporal.

Pero su sorpresa y la persecución quedó interrumpida por un ruido gorgoteante del fondo, de una confusión de parpadeos eléctricos azulados que venían de una máquina compleja e ininteligible, de tecnología parcialmente inhumana cuyo componente central era una camilla en la que había atado un anciano blanco, tenía ochenta o noventa años y los rasgos típicos de los eslavos. Su cráneo había sido serrado y el cerebro sobresalía varios centímetros en todas direcciones dentro de un casco transparente lleno de cables. Parecía que habían encontrado también a Victor.

Ahora les miraba. Les miraba fijamente con ojos llenos de dolor, miedo, odio, locura y desesperación. Los dos notaron un elefante entrar por sus ojos dentro de su cerebro, pisoteando todo lo que no fuera encontrar a su hijo en común y llevarle a un picnic feliz.

Notas de juego

Myriham recibe el estado moderado "sin drones de ataque" que le da un -1 a cualquier intento de pelear o causar daño usando su tecnología.

He supuesto en mi narración que Kauri y Myriham persiguen al celador, dado que tampoco hay mucho más que hacer ahora mismo que no sea abandonar el lugar, que no parece muy coherente.

Cualquier acción que hagáis ahora estaréis "Desafiando el peligro", siendo el peligro sucumbir al control mental directo de Victor.

Cargando editor
17/04/2018, 19:37
Myriham

- Hay que detener esto, quizá uno deba descansar para que otros puedan vivir.
Myriham se acerca al saltador temporal y se deprende del auricular en el que la frecuencia de disonancia retumba en su cabeza pugnando por derrotar el brutal asalto de Victor, pretende usar usa el audífono para liberar bien a Wimbo, bien al saltador, ella podría gritar el armónico y anular su control, podría, el seguro que lo matará y escapará.
- Debo decidir lo menos malo, no hay ninguna decisión buena, solo un mal menor.
Y así Myriham aplica el audífono al saltador temporal, esperando que termine con esta pesadilla antes de que sea demasiado tarde para todos, no puede cargar a Wimbo con el peso de su decisión y no se la ocurre que más puede hacer.

Notas de juego

Quemo vinculo con Wimbo para subir un grado de éxito, se enfadará pero Myriham no puede perderla a ella, ahora que ha perdido a EVA y está tiene problemas con Andrew.

Cargando editor
17/04/2018, 19:55
Myriham
- Tiradas (1)

Notas de juego

El resultado es 8 y un grado de exito del vinculo 9, dependiendo de la habilidad que se use puede que haga 10 o me baje a 8, en sus manos estoy Editor ...

Cargando editor
17/04/2018, 20:49
Editor Jefe

En cuanto que se quitó el auricular el asalto mental se reforzó, casi consumiéndola. Apenas pudo ponerle el auricular en las orejas al asesino antes de que su mente se llenase de las órdenes de Victor; justo el tiempo de ver al hombre enfocar la mirada, aún así no cambió sólo su expresión se hizo más adulta, pero no varió su obnubilación por Wimbo un ápice, sólo lanzaba furtivas miradas de odio a Victor, a la vez que trataba de soltarse del abrazo de la heroína con infinita ternura y suavidad.

Myriham se perdió en la serenidad de la idea de encontrar a su hijo y disfrutar de un picnic con su padre. Hasta que recordó que Andrew estaba muerto. Muerto. Nunca tendría hijos. Nunca tendría felices picnics en familia. Nunca sería feliz de nuevo. Y el odio por la broma cruel creció y creció, expulsando a Victor de su mente por ahora.

Notas de juego

Sería influir y desafiar el peligro para tomar el control, así que tu resultado base sería 7-9 y quemar vínculo sube un nivel de éxito entero (no un punto) así que sería 10+ con ello consigues lo que te propones , eliminar una ventaja y además puedes elegir algo más (supongo que no quedar en desventaja, es decir, sigues libre del control mental por ahora). 

No voy a adelantar más que ésto, para dar a Kauri opción de actuar también.

Cargando editor
18/04/2018, 20:39
Kauri

Kauri no comprendió la escena que protagonizaban Wimbo y ese otro hombre, pero después de todo lo visto en el psiquiátrico, casi parecía que fuera lógica dentro de esa surrealista historia sobre padres, madres, hijos, pícnics y asesinos desatados. Wimbo parecía atrapada en su ensoñación, tal como había sospechado al verla correr en una dirección aparentemente aleatoria. Verla en ese estado hizo que perdiera buena parte de su respeto por ella, aunque estuviera siendo controlada. Aun así... ¿Cómo alguien como ella podía ser controlada? Precisamente su poder era el de influir en los demás.

El polinesio se giró rápidamente cuando percibió la llegada de alguien. Aún no recuperado de su ansia de batalla después de haber apalizado a esos locos, su primer impulso fue el de correr hacia él y aplastarle contra una pared. Sin embargo, no pudo. Se quedó mirándole a los ojos y sintiendo cómo estos penetraban en su mente, y como empezaba a comprender ese mundo idílico que le ofrecía.

Así pues, se quedó quieto. Sentía como en su cabeza había una pugna entre dos presencias ajenas a él. Por una parte, ese hombre eslavo de apariencia grotesca le apuñalaba con sus pensamientos. Por otra, la entidad de luz intentaba expulsar al intruso de lo que ahora era su receptáculo humano, es decir, Kauri. Este simplemente era un espectador en la batalla de ingenio, y se dejaba llevar por la suave musicalidad del mundo feliz en el que se estaba sumergiendo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lo llevo mal :D

Cargando editor
20/04/2018, 10:08
Editor Jefe

En la mente controlada de Kauri

Kauri había quedado perdido en su ensoñación, la entidad de luz ya no estaba y todo lo que quedaba era coger a Myriham de la cintura y buscar a su hijo en común. No estaría lejos. Era un parque precioso en el que montar el picnic.

En el laboratorio-prisión de Victor

Myriham vio a Kauri perder la mirada, sus ojos vidriosos y su sonrisa artificial iguales a los de los demás dominados. Le ponía de los nervios la forma en que la miraba, embelesado y borreguil, como esperando algo de ella. Apenas tuvo tiempo de notar un escalofrío por ello cuando la mirada que cambió fue la del "bebé" de Wimbo, sus ojos se enfocaron y tomaron fuerza y personalidad, había alguien dentro, alguien a quien la tecnomaga ya conocía brevemente de encuentros anteriores.

En la mente controlada de Kauri

Sí, definitivamente, era el momento de irse con su esposa Wimbo a buscar al pequeño, un picnic familiar sería el día perfecto. Su pequeño estaba cerca, podía sentirlo, sólo tenían que subir las escaleras.

En el laboratorio-prisión de Victor

Casi a la vez la mirada de borrego enamorado de Kauri se desvió de ella hacia Wimbo, quien había dejado de cantar y soltó el abrazo con el que envolvía con infinito amor al saltador temporal, tratando de ponerse de pie. No lo consiguió, pues ahora era el asesino quien la abrazaba a ella, con el mismo amor que antes. Besó su frente como si quisiera fundirse para siempre con ella y murmuró.

-Ngingumntwana, mama, Ngingumntwana. Kuhle, sizokubona futhi esikhathini esizayo esiqhakazile lapho uzobe usaphila khona

El acento zulú era un poco extraño, y muy puro, como si el hablante no se hubiera criado en el crisol de lenguas que era Sufáfrica sino en un pueblo aislado sin contacto con el resto del centenar de étnias que formaba el pueblo arco iris. A Myriham le costó un tiempo traducir las palabras.

-Soy Bebé, mamá, soy Bebé. Adios, nos vemos de nuevo en tu futuro brillante dónde estarás viva.

Justo entonces el hombre desapareció, arrodillado junto a Wimbo que trataba de levantarse con una resistencia más bien pasiva. A la vez, la joven idol estaba de pie sin haberse levantado en ningún momento, se acercó a Kauri, levantándose un poco de puntillas para apoyar la cabeza en el pecho de Kauri, quien a su vez bajó su propia cabeza para apoyarla en la coronilla de la chica, juntos echaron a andar despacio hacia la puerta.

En la mente controlada de Kauri y Wimbo

Era el momento de celebrar sus ocho años de feliz matrimonio. Sólo quedaba recoger al pequeño Victor, estaría en el piso de arriba de aquel parque magnífico. Nada podía romper aquel momento de fantástica felicidad, nada salvo una pequeña e incoherente sensación en el fondo del alma de Wimbo, un sentimiento de pérdida y tristeza.

En la mirada congelada en tres segundos eternos de Myriham

El saltador había desaparecido, Wimbo también aunque había aparecido de nuevo allí mismo, al lado de Kauri y ahora se iban como acaramelados novios de largo tiempo. Ahí comenzó una vida de tres segundos, cada décima de segundo se llenaba de ideas, sensaciones, sentimientos, sonidos y visiones que desaparecían al mismo ritmo y quedaban casi olvidadas.

Kauri siendo atacado. Explosiones de sangre, el saltador temporal estampado en la pared. Wimbo desapareció. Wimbo reapareció. El rostro del saltador frente al suyo.

Para ese momento Kauri y Wimbo han dado otro paso

El mundo convertido en una batidora que no deja de dar vueltas, entre medias, Preguntas, mil preguntas en su mente, a veces acompañadas de dolor o agonía, a veces sus manos se llenaban de sangre que no era suya.

Para ese momento Kauri y Wimbo han dado otro paso

Un nombre: BB Usia, Usia como Nadira. Ya no importa. Una barra de metal de los restos del equipamiento tinta de sangre. Asesina, soy una asesina. Ya no importa, olvidado. Wimbo desaparece.

Para ese momento Kauri y Wimbo han dado otro paso

Dolor. Explosión. Vuelan balas. Un gas verde llena la sala. Ahogo. Wimbo reaparece. Un Rottweiller con rabia surge de la nada y se echa a dormir. Desaparece. Se va la luz.

En la mente controlada de Kauri y Wimbo

El parque desapareció de repente, junto a la urgencia de encontrar a su hijo en común, cuya existencia se desvaneció de su convicción una milésima de segundo después. Sus mentes eran libres de nuevo, el único hijo que permanecía en sus mentes durante el último segundo en el que fueron una era el de Wimbo, su presunto, probable, hijo aún no nato, tal vez nunca nacido.

En las tinieblas del laboratorio-prisión de Victor

El tiempo volvió a su fluir normal, no más visiones y distorsiones, sólo la absoluta y total oscuridad de un sótano a doce metros bajo tierra sin contacto con el exterior al que habían cortado cualquier acceso a un simple voltio de electricidad. La oscuridad reducía el mundo a sonidos:

La ausencia del mismo cuando las máquinas que conectaban a Victor se apagan.

El alarido de miedo, tristeza y dolor de Wimbo: mi hijo no .

El de su cuerpo al caer desmayada.

El suspiro de alivio en el fondo de la sala, que se transforma en queda exhalación entrecortada de agonía.

 

 

Notas de juego

Kauri ha fallado su intento de Derrotar a Victor, por lo que siguiendo la lógica que hablamos de reducir en web la duración de los encuentros lo que hacemos es agravar estados, dificultades y consecuencias. Kauri recibe el estado grave "A la Entidad no le gusta la debilidad de mi mente" que le da -1 a las tiradas cuando impliquen principalmente su poder.

Las ensoñaciones de Kauri tienen ciertas incoherencias (fundamentalmente en los nombres) pero no es un error, es literalmente lo que pasa en su mente, sin que le resulte raro en ningún momento.

Por otro lado nunca llegué a preguntarle a Cifuentes antes de su retiro qué etnia veía para Wimbo y no me hizo falta concretar, voy a suponer que su lengua nativa es el zulú. Incluso si no lo fuera, podría seguir siendo coherente lo narrado basta con que le sea familiar. En cualquier caso, el zulú es de Google translator, así que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Disculpad el formato del post, es un torpe intento de reproducir la experiencia lisérgica que sufren los personajes en la mezcla de asalto mental y distorsión espacio-temporal al ser afectados por los múltiples bucles con que el saltador intenta asesinar a Victor.

No os preocupéis mucho por el desmayo de Wimbo, es una forma de justificar que quede fuera de escena y no tener que pnjtizarla todo el rato.

Cargando editor
25/04/2018, 16:48
Myriham

Ya estaba hecho, Wimbo estaba inconsciente pero viva, Myriham había matado a Viktor, no con un arma directamente pero había usado al saltador como arma, no apretó el gatillo pero aún así lo había matado, y el asesino de Dynamo y El Marionetista estaba libre.
¿Podría haber hecho cualquier otra cosa que no fuera eso?¿Quizá ella podría haber detenido la maquinaria?¿Quizá haber buscado algo para anestesiar a Viktor? Eran muchos quizás, hizo una elección y al menos Wimbo está viva y nosotros también, ahora solo tenía que asegurarse que Viktor estuviera al menos inconsciente ...

Aprovechando la iluminación que proporciona el móbil Myriham se acerca a la camilla para verificar que Viktor ha fallecido, aunque ve la barra (probablemente una barandilla de camilla o un tubo de sostener el goteo) que atraviesa de lado a lada el casco de cristal y el cerebro de Viktor, Myriham estira la mano y toma el pulso en el cuello, al menos durante medio minuto no hay pulso, ni reacción de los ojos a la luz, ni se percibe respiración, no hay vaho que empañe la pantalla del móbil.

- Kauri, marchemonos por favor si puedes recoge a Wimbo y vamonos de este matadero. Si no salgo pronto de aquí puede que no pueda salir nunca.

Arrastrando los pies como si realmente no quisiera salir, Myriham con mirada ausente se encamina a la salida de la sala, que es más una cámara de torturas que otra cosa, y parsimoniosamente emprende el camino de regreso a los pisos superiores. No sabe si el joven polinesio la sigue, pero ahora tampoco la importa mucho, no baja la voz, no simula hablar a través de un aparato, con mucha pena comenta al aire vacío del pasillo.

- Andrew, tenemos que hablar.

Notas de juego

No tengo muy claro que haya que hacer un movimiento ahora, mucho más que narrar la vuelta al exterior ...

Cargando editor
26/04/2018, 13:20
Kauri

Cuando Kauri salió de su ensoñación, se encontró con un panorama distinto. Todo había ocurrido en unos segundos. Durante esos breves instantes, se había sentido como si tuviera otra vida. Ahora comprendía qué había ocurrido con los demás. Le costó un rato volver completamente en sí, puesto que era como haberse teletransportado de un mundo a otro. Wimbo no pudo aguantar el shock y se desmayó. De no ser por la fuerte presencia del ente en su interior, probablemente Kauri también hubiera perdido la conciencia. O incluso el juicio.

Y, sin embargo, cuando Myriham iluminó el cadáver de Víctor, cuyo asesinato no había presenciado, el corazón de Kauri dio un vuelco. Ahogó un grito, convirtiéndolo en un gemido confuso y dolorido. Momentos antes había estado buscando a su pequeño Victor, que había desparecido súbitamente, y ahora lo tenía delante sin vida. Alguien había manipulado a su pobre niño. Le habían hecho cosas horribles. Le habían convertido en una aberración. Su mirada perdida no hacía sino resaltar el aspecto de víctima torturada que había sido. Su pobre niño, su propio hijo...

No, no era su hijo. Negó con la cabeza y se frotó los ojos con fuerza. Aunque no fuera su hijo, igualmente podía compadecerse de él ahora que había vivido su historia desde dentro. Creía entender qué intentaba representar en ese psiquiátrico. Y entenderlo no hacía sino aumentar el sentimiento de culpa y pena en Kauri.

Sí, vámonos de aquí- respondió a su compañera, puesto que comprendía perfectamente por qué tenía tantas ganas de irse-. Yo me ocupo de Wimbo- añadió con la voz temblorosa.

Se agachó para recoger a la chica desmayada. De nuevo, en sus brazos parecía vulnerable. Kauri se tomó un segundo para respirar profundamente y empezar a caminar. En el fondo de su cabeza, algo taladraba su mente. Un reproche. La entidad de luz estaba decepcionada.

Cargando editor
26/04/2018, 15:29
Editor Jefe

La breve iluminación de Myriham rebeló detalles extraños, junto al dantesco aspecto de Victor, con su macroexocerebro convertido en una gelatina líquida al desenchufarse los aparatos, en su mayoría tecnología alienigena. Su cara tenía ahora un aire de paz, de alivio, que pronto quedaría petrificada en el rigor mortis.

Detrás de la camilla - o lo que fuera aquel invento - había algunos ordenadores portátiles y un servidor central, conectados a uno de los aparatos y entre ellos, pero sin ningún acceso a redes externas ni dispositivo inalámbrico. Salvo que parte de la tecnología desconocida fuera una antena aquel sistema informático estaba aislado.

No pudieron prescindir de iluminación interna hasta que volvieron al piso superior, acompañados de numerosos supervivientes, tan desorientados como Kauri o más, algunos parecían tener serios traumas e, incluso, escucharon gemidos y lloriqueos, aquí y allá, dónde las mentes más frágiles - o previamente dañadas, al fin y al cabo estaban en un psiquiátrico- habían cedido a la presión.

La situación era un tanto inestable, con el personal y los internos supervivientes desorientados y sin saber bien qué hacer, cuando no rodeados de cadáveres o con armas improvisadas ensangrentadas. Cuando la luz natural comenzó a iluminar sus alrededores, también lo hizo para el resto de gente. En los pisos superiores la desorientación y la confusión se habían convertido, directamente, en pánico y terror con gente tratando de huir entre alaridos, dementes autolesionandose o catatónicos y gente presa de la histeria por los actos sufridos o cometidos. Tampoco faltaba quienes trataban desesperadamente de reanimar cadáveres mutilados o les abrazaban rotos de dolor.

Cargando editor
05/05/2018, 19:29
Kauri

En ese momento, el poder de Wimbo era muy necesario. La idol podría haber tranquilizado a las masas con su voz, pero Kauri se sentía impotente al ver a toda esa gente desesperada, confusa o histérica. Él mismo no estaba del todo en sus cabales, puesto que acababa de salir del hechizo de Victor y aún estaba desorientado. Además, el ente seguía revolviéndole las ideas de forma preocupante.

Aun así, hizo un esfuerzo por recomponerse. Aún con Wimbo en brazos, se las apañó para sacar su teléfono móvil de su bolsillo. Marcó el número de emergencias y se colocó el móvil entre la oreja y el hombro para poder hablar sin tener que soltar a su compañera. Era consciente de que, en teoría, ya se había informado a la policía, pero no había rastro de ellos. Además, tenía que insistir y explicar lo sucedido.

Pidió ambulancias para TARA-II, explicando que los residentes estaban sufriendo crisis diversas a causa del efecto de un villano que había jugado con sus mentes. Hizo mucho énfasis en que avisaran a tantos psicólogos y psiquiatras como fuera posible, ya que los propios médicos del centro también estaban afectados y posiblemente no podían hacer nada por ellos.

Se identificó dando su nombre de pila, pero nada más. Después de lo que había ocurrido, no estaba seguro de querer implicarse mucho. Dios... ¿Qué había hecho con esos "doctores torturadores"? Su mente se había puesto en blanco mientras les daba una paliza. Casi ni sabía qué había sido de ellos... Se había dejado llevar por el ímpetu justiciero del ente de luz que habitaba su interior. ¿Habría matado a alguno de esos hombres sin querer?

Miró a Myriham inconscientemente, como buscando un apoyo a todo lo que no estaba diciendo en voz alta. Tuvo que contenerse para no echarse a llorar allí mismo. Hasta que no se fuera de allí, tenía que ser fuerte.