Partida Rol por web

Et in Barcino Ego Origins

Preludio : Esquilo de Leucades

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06/08/2010, 20:21
Director

Notas de juego

Dispones de recursos uno, es decir suficiente ... .

Tienes unas cien monedas de plata, es lo que tendría cualquier pobre infeliz.La moneda local de plata en la corona de Aragon es el croat, una pequeña moneda de plata, pero dado que es una ciudad cosmolita y se acuña poca moneda se aceptan otras monedas. Los cambistas judios pesan las monedas para averiguar la cantidad  de plata y oro que tienen por un modico precio te hacen el cambio. Pero no vamos  a entrar en estos detalles ahora ... .

Para tener un caballo (adquirido) y mantenerlo como es debido, se entiende que se debe de tener recursos 2 o 3, por supuesto hay caballos y caballos.

Un caballo de tiro puede costar unos 200 croats. (recursos 2)

Un caballo de monta (el que tienes) costaría unos 800 croats. (recursos 3)

Una montura de guerra costaría unos 1500 croats (recursos 4).

El precio es normal claro que el servicio es "especial", por lo que en cierta manera resulta barato.

Creo que puse el equipo por alguna parte, lo que no sé sí puse un listado de precios, le echo una ojeada y lo subo cuando pueda.

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07/08/2010, 01:02
Esquilo de Leucades
Sólo para el director

Notas de juego

Muchas gracias.

Te preguntaba por el caballo para vender el mio, xD

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07/08/2010, 01:13
Director

Notas de juego

Ya, ya lo veia venir ... xd.

Es normal si no tienes un duro, algo tendrás que vender para empezar con el negociete.

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09/08/2010, 14:06
Esquilo de Leucades

El griego sonrió levemente al tabernero para mostrarle sus buenas intenciones – Si, conozco las reglas que imperan en la ciudad. No tiene porque preocuparse- dijo mientras observaba en torno suyo para no perder de vista en ningún momento al resto de los habitantes del local -¿El pago se realiza por adelantado?- Las palabras sonaron huecas, con un profundo tedio ante una transacción sin interés. Tras esperar levemente la respuesta del tabernero sacó las monedas estipuladas y las situó sobre el mostrador.

 

El ambiente no era demasiado desagradable para Esquilo. Las gentes, ebrias en general, se afanaban por divertirse y colmar sus deseos carnales, algo comprensible en su pasado -¿Ve aquella buena mujer?- dijo mientras señalaba con su huesudo dedo a una de las prostitutas de mas edad –Hágala subir a mi habitación dentro de media hora. Me gustaría disfrutar del placer de su compañía- Sin más, esperó a que el tabernero saliera de detrás de la barra en la que se encontraba atrincherado y le guiará hasta su habitación o, que en su defecto, le diera la llave y las indicaciones oportunas.

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09/08/2010, 20:33
Director

El anciano sonríe mostrándote su maltrecha dentadura, su mano se cierra entorno a las monedas cual garra.

-Por supuesto señor ... espero que disfrute de su estancia- su cabeza se gira buscando algo o alguien entre el gentío -¡Chico!- llama con su cascada voz.

Un muchacho flacucho y desaliñado, con unos pantalones remendados tiempo ha pequeños se acerca al mostrador.

-Conduce a este buen señor a la habitación "especial"- ordena señalándote con su huesudo dedo, la cara del chico se pone tibia, su boca se abre para protestar mas sus palabras mueren antes de abrir la boca, intimidado por el ceñudo anciano.

-Cualquier problema hacedmelo saber ... póngase cómodo, dentro de media hora haré subir a su compañía- dice mirando de soslayo al muchacho -su llave, tenga cuidado de no perderla- tiende una pesada llave de latón.

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10/08/2010, 18:53
Esquilo de Leucades

La cascada voz del tabernero se alzó por encima del vocerío generalizado que atronaba toda la sala común. En el rincón, agazapado ante la bacanal que se desarrollaba a su alrededor, un muchacho se puso en pie y acudió a la llamada. Esquilo observó al muchacho atentamente, su reacción le daría a entender si estaban acostumbrados a tratar con gente de su condición y la reacción reveló lo que el griego deseaba obtener. Con un mudo gesto tomó la llave de las manos del tabernero y se alejó en pos del muchacho, que ya se aproximaba a la salida del salón mientras dejaba caer sus últimas palabras

 

 –Por cierto, he dejado al muchacho mi montura, espero que sea tratada adecuadamente-

 

Despacio, tratando de no aproximarse demasiado al niño Esquilo se encaminó hacia su nueva residencia. Si soy aceptado en la ciudad debo hacerme cuanto antes con un refugio segur y más discreto. Los hombros del pequeño se balanceaban ante los pequeños saltitos que el muchacho daba apresurándose por deshacerse del inquilino. Espero que mis intereses comerciales no entren rápidamente en conflicto con nadie más. Si es así me vería obligado a trabajar para alguien mejor situado, aunque esto nunca ha sido algo que me haya disgustado. Ensimismado en sus pensamientos apenas percibió que habían llegado y estuvo cerca de atropellar al criado. Con un gesto, introdujo la llave en la cerradura y la giró en la cerradura –Tráeme también algo de comida y un par de copas con una jarra de vino- dijo mientras observaba la reacción del muchacho –No quiero ser descortés con la dama que vendrá a visitarme- una ligera risilla se escapó entre sus labios y su lengua apareció por un breve instante mientras se relamía. Antes de que el muchacho se alejara, Esquilo lanzó su mano izquierda y atrapó su cara, haciéndola girar para que le mirara a los ojos –Cuéntame, ¿Ha pasado algo aquí abajo que llevara a la muerte de algún inquilino?- Con un pequeño escalofrío que le recorrió la espalda disfrutó de la sensación que le transmitía notar cómo la mente del joven se doblegaba ante su voluntad.

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15/08/2010, 16:11
Director

El muchacho asiente a tus peticiones con un quedo asentamiento de cabeza, para cuando sus pies giran para cumplir tus exigencias, siente el frió toque de tu mano, la fuerza de tu brazo le obliga a mirarte a los ojos, un grito muere antes de salir de sus juveniles labios.

Los ojos del muchacho caen presa de tu hechizo, su mirada perdida en el infinito de tu iris ... su débil voluntad quebrada sin apenas esfuerzo, una cáscara vacía que anda y apenas es capaz de hacer nada por si mismo, un mísero mortal ... .

-No- responde monótono.

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31/08/2010, 23:30
Esquilo de Leucades

El ruido de las pisadas del niño al alejarse corriendo amortiguó el herrumbroso sonido de la llave al girar en la cerradura. Casi con una pequeña protesta, la puerta giró sobre los viejos goznes y despejó el umbral para que el cainita lo franquease. Ante sus ojos se encontraba dispuesto un pequeño catre cubierto por una colcha polvorienta, junto al mismo una mesita servís de soporte a una jofaina llena de agua y una bacinilla. Esquilo avanzó un par de pasos y cerró tras de sí la puerta, deslizando los cierres para facilitar la sensación de seguridad.

 

Ha pasado demasiado tiempo desde que pude, por última vez, sentirme como un ser perteneciente a la civilización.

 

Con un gesto, soltó los nudos que mantenían su túnica sujeta a su figura y se deshizo de los ropajes. Con una mano sostuvo ligeramente en alto la jofaina y comenzó a derramar el agua sobre la bacinilla, dejándola resbalar sobre la palma de la mano libre para formar pequeñas figuras sobre la superficie del agua.

 

El agua... tu eres lo único constante en mi existencia. Un mero icor inanimado creado por la benevolencia de nuestros dioses.

 

Arrodillado, el griego llenó varias veces sus manos con el líquido y se lavó el rostro mientras reflexionaba en todo lo que había perdido. El agua resbalaba por su torso desnudo mientras su puño golpeaba su pecho entre cada una de la abluciones.

 

Si hubiera sido más fuerte todo aquello no habría sucedido. Si hubiera podido ayudarle el no habría caído en las garras de los usurpadores.

Notas de juego

Buenas, ya estamos por aqui de nuevo. Espero que hayas descansado algo este agosto!

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02/09/2010, 12:14
Director

Tu huesudo puño golpea una y otra vez tu pecho produciendo un sonido sordo, la paz no llega, la culpa no remite, golpeas y golpeas una y otra vez tu pecho con mayor fuerza.

A tu cabeza vuelven las imágenes de aquella fatídica noche, ¿como? ... ¿por qué?, tales preguntas fueron antaño concebidas durante tu cautiverio en una húmeda celda, aunque nunca formuladas pues  tales asuntos no les interesaban a tus captores.

 

Las preguntas se aplicaban tras una buena sesión de tortura, tu lengua se aflojo varias veces, por suerte no era mucho lo que sabias, y luego ... luego las preguntas cesaron, el usurpador que eliminaste te torturaba mientras otro, apenas un niño tomaba notas sentado en un escritorio, adjunto a una de las paredes de las humedas mazmorras. De vez en cuando alzaba la cabeza para dar indicaciones al torturador con tono quedo.

Tus gritos eran su gozo, su placer, a veces cuando alcanzaban su punto más álgido levantaba la cabeza para recrearse en su obra, luego con una simple orden cesaba la tortura.

 

Entonces, solo entonces dejaba de tomar notas, tranquilo observaba tu maltrecho cuerpo, sus temblorosas manos acariciaban tu heridas, curioso introducía sus finos dedos en las heridas, hurgando ... buscando, luego los retiraba con una sonrisa, entonces y solo entonces cesaba la sesión.

El torturador tendía su brazo bajo la atenta mirada del sádico muchacho, ávido de sangre mordías su muñeca tragando su espesa y negra sangre, su maldita vitae usurpadora, maldita pero necesaria para sanar tus heridas.

Pero un buen día el torturador se quedo solo mientras te alimentaba y pagó ... lo pagó muy caro ... .

"Toc toc toc" suena la puerta trayendo tu conciencia al aquí y ahora, una pequeña habitación en una posada llena de truhanes y malhechores. Una gota de sangre baja por tu sien, hasta tu mejilla, tiñendo con un reguero rojo tu pálido rostro.

Del otro lado de la puerta suena la voz de coqueta de una mujer -venga cariño, no tengo toda la noche- protesta desde el otro lado de la puerta.

 

Notas de juego

Gracias  :), las vacaciones muy bien, la verdad es que me hacían mucha falta.

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08/09/2010, 19:34
Esquilo de Leucades

Esquilo miró hacia el techo mientras concentraba su mente en la volátil imagen que su imaginación proyectaba. Sus manos, convertidas en garras por la tensión de los recuerdos se aferraron a cada uno de los extremos de su rostro y arañaron la fina piel hasta crear profundos surcos de los que comenzó a manar la preciada vitae. Mi señor... anhelo el roce de mente, el sabor de tu sangre en mi boca, tu dulce aliento en mi oído aconsejándome acerca del siguiente paso. Las lágrimas se agolparon en su párpados y comenzaron a resbalar lentamente, configurando una máscara de terror, deseo y desesperación. ¿Por qué?... ¿Quién querría acabar contigo?....

 

Los golpes en la puerta devolvieron al cainita a mundo tangible, real, cotidiano. Con un rápido gesto se levantó de su postura orante y se encaminó hacia la puerta mientras ponía orden en sus propios sentimientos. Su mano, ensangrentada, giró el picaporte para abrir la puerta. Anta él se encontraba una mujer de mediana edad, morena y de grandes ojos. Su mirada se posó en aquellos espejos y dejó que su voluntad fluyera hacia el cordero – Calla. Pasa dentro- Una vez en el interior Esquilo giró a la mujer hacia si mismo y dejó que su cuerpo cerrara los cortes de su rostro lentamente –Ahora vamos a divertirnos, hace tanto desde la ultima vez...- Una sonrisa afloró a sus labios mientras pensaba en las reflexiones que aquella frase crearía en su víctima.Tan dulces, tan inocentes...

Notas de juego

Buenas, siento la tardanza.

 

La foto que has puesta es la de mi torturador? Asi ya le tendré constantemente en mi mente para no perderle de "vista"...

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10/09/2010, 15:28
Director

Al abrir la puerta ves una mujer de tez morena, tal vez sea descendiente de los moros que una vez vivieron en esta ciudad, o tal vez, sea una campesina obligada a vender su cuerpo, de cualquier forma, a pesar de su tostada piel, la mujer resulta atractiva incluso éxotica.

Sin decir palabra hace exactamente lo que se le pide, como un animal sin conciencia alguna traspasa el umbral para caer en tus voraces fauces. Aquello que pudiera pensar se queda en un lugar muy apartado, muy oscuro de su conciencia.

Su sangre, su deliciosa sangre inunda tu garganta, su calidez te embarga, su sabor dulzón y espeso, está mujer ha bebido vino,no demasiado pero si lo bastante como para que  a través de su sangre atisbes el residuo de alcohol.

Vino,elixir del Dios Baco, elixir del desenfreno, liberador de pasiones, enemigo de la sensatez, rojo fruto de uvas aplastadas por pies descalzos y el tiempo ..., enemigo inmortal del hombre y tu más firme aliado.

Tiempo, una palabra carente de importancia para ti, ajeno a sus caprichos, pero que harás con el tiempo, en que puede dedicar un inmortal el tiempo, ¿en la venganza?, ¿amasar riquezas?, ¿la introspección?, en que lo harás tú.

Los latidos de la mujer son cada vez más débiles, satisfecho, la apartas de tu pecho, repudiando la calidez de su piel, alejando los placeres que ocultan su sexo, para ti carecen de importancia, la sangre es todo lo que importa.

Fatigada y extasiada, se recoge el pelo -¿no queréis probar el resto?- dice con tono coqueto al ver que tu interés decae.

Ahora en paz, con tu apetito satisfecho, sin la punzada de la bestia que acecha en busca un atisbo de debilidad para hacerse con el control, te puedes sumir en tus pensamientos.

Notas de juego

Sí, es la foto de tu torturador, bueno más o menos, este es el que mandaba a tu torturador, el que te cargaste era el que te torturaba, bajo las ordenes de este, que tomaba notas.

Aunque parecía disfrutar bastante en las sesiones de tortura, de vez en cuando, introducia sus deditos en tus heridas.

Un saludo.

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16/09/2010, 00:01
Esquilo de Leucades

El chasquido de la puerta se acompasó con el que las mandíbulas del griego emitieron al conformar una irónica sonrisa. La mujer, carente de libre albedrío, se desplazó por la habitación hasta quedar frente al monstruo que la esperaba, privada de su voz por una voluntad superior, atrapada en su carcasa mortal. Esquilo se movió por la habitación con una inusitada agilidad para un hombre de su edad y condición. Sus pasos se detuvieron frente a su víctima, su garganta, seca por la sed, emitió un leve sonido ronco, inhumano, plagado de lóbregas promesas. Sus labios se entreabrieron ligeramente, mostrando unos agudos colmillos entre los que emanaba la prometida podredumbre que el tiempo hace a los mortales. La respiración de la mujer se volvió agitada, sus pechos, comprimidos en un bello corsé con bordados verdes, ascendieron varias veces rítmicamente. Los ojos del cainita se detuvieron en el rostro femenino y descendieron con la mirada desde la curva de su mandíbula hasta la oquedad que se formaba entre sus clavículas.

 

 Esquilo se aproximó y rozó con un huesudo dedo la carótida de la mujer mientras la dulce melodía de su corazón comenzaba a martillearle en los oídos. La sangre corría rápida bajo la pálida piel, marcando las venillas de sus generosos pechos y llenando sus labios con un intenso color rojizo. El comerciante aproximó sus fauces a uno de los senos y clavó profundamente sus colmillos en él mientras se deleitaba en la incomprensión de aquella pobre mente. Con un gesto de su cuello, giró su rostro hacia el de la mujer mientras desgarraba la blanda carne que tenía atrapada en su suculento bocado. La sangre comenzó a brotar en borbotones de la herida abierta mientras el sonido del joven corazón inundaba con su canción la oscura alma de Esquilo. La lengua del vampiro se deslizó entre el ropaje y el seno, atrapando el pezón de la mujer mientras saboreaba su vitae que manaba de él como si se hubiera dispuesto para amamantarle. El cainita comenzó a succionar con fuerza mientras la mujer temblaba, impotente, notando cómo su vida se escapaba como un fino grano de arena movido por el viento.

 

 Con un ligero chasquido, las rodillas del pobre cordero cedieron ante el peso del cuerpo que sostenían, convirtiendo a la meretriz en un ovillo deshecho sobre el suelo. El griego se inclinó sobre su víctima y se abrió un profundo corte en el antebrazo para permitir que esta bebiera de él. La mujer notó cómo la densa sangre se colaba entre sus labios, empalagosa, y llenaba su cuerpo con un renovado calor. Las heridas comenzaron a cerrarse y Esquilo sonrió ante la promesa de una larga noche – Arcilla, arcilla entre mis dedos inmortales- murmuró mientras alejaba su boca del oído de la mujer – Un mero juguete para divertirse. Ganado. Una pena que debas olvidar, vamos a pasar una noche como ninguna otra...- una carcajada, profunda y oscura, manó de su garganta y llenó completamente la habitación.

Notas de juego

Banda sonora: http://www.youtube.com/watch?v=S8IyoBzUaDA&feature=related

Con Dominación le hago olvidar lo pasado. Simplemente busco un recuerdo de cualquiera de sus anteriores clientes y lo modifico para que crea que he sido yo.

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17/09/2010, 13:53
Director

Tus fríos ojos reflejados en el iris de la prostituta, un deshecho humano encogido en el sucio suelo de una habitación.

Tu voluntad se extiende, quebrando la débil psique de la desdichada mujer, modificandos sus recuerdos, un libro en blanco en el que escribir lo que se te antoje, poco a poco relatas lo ocurrido, solo que añades un pequeño matiz, el causante de su desdicha, su anterior cliente.

Lentamente la mujer asiente, con certeza sabes que una vez salga de la habitación recordará aquello que le has impregnado, con toda seguridad esa visión se le quedará grabada hasta el día de su muerte.

 

 

Notas de juego

Pues nada, si quieres comenta que haces en el resto de la noche, o si quieres dejar pasar el tiempo.

Por cierto para ver los pensamientos, buscar recuerdos y tal, te hace falta Auxpex 4, no va por dominación.

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22/09/2010, 22:15
Esquilo de Leucades

Esquilo deslizó su dedo índice rozando la suave piel de sus labios retirando la última gota de sangre. En el suelo, junto a sus rodillas, la mujer le miraba extasiado anhelando el contacto con aquella mente, anciana y enigmática. -Bebe- con un rápido movimiento se realizó un corte en la muñeca y le permitió disfrutar de un leve instante de la proximidad a Dios a través de la sangre de su hijo maldito. -¿Alguna vez ha ocurrido algún terrible acontecimiento en esta habitación? ¿Algo reseñable para los de mi condición?- En su interior luchó brevemente por desdeñar la respuesta de aquel frágil cascarón, pero el tiempo le había enseñado que hasta los más insignificantes insectos podían resultar de ayuda si uno sabía prestarles atención -Bien, hoy no te necesitaré de nuevo. Cual es tu nombre, te has portado bien- con un leve gesto deslizó una generosa moneda en la sucia mano de la prostituta y cerró la puerta tras de sí, atrancándola por dentro.

 

La luz de la vela apenas iluminaba el rostro del griego mientras este, arrodillado en actitud contemplativa, dejaba que las horas pasaran a su alrededor. La ciudad es grande, próspera y parece poco poblada. Si el príncipe ha abierto la ciudad para lograr nuevas adquisiciones probablemente se deba a un agujero de poder o a la llegada de nuevas oportunidades. He de permanecer atento, si él necesita la ayuda de súbditos para gestionar sus posesiones probablemente la carroña se agazape frente a los muros de la ciudad para pujar por las migajas. Desde la distancia, cualquier observador habría asegurado que aquel cuerpo no se había movido, que la quietud era inquietante, la de un cadáver inanimado. La zona es perfecta. Mar, murallas, y quien sabe que otras delicias me aguardan. Tal vez encuentre a alguien interesante que me permita influir en la corte gala. Debo rehacer mi mundo y planear cómo vengarle. Debo saber por qué, cual fue el motivo que nos llevo a esta caída no anunciada. A lo lejos, los primeros rayos de sol comenzaron a asomar entre las blancas crestas del Mediterráneo. Un velamen se recortó contra la línea del horizonte y se encaminó directo al puerto de Barcelona, hacia el oste. En el sótano, resguardado de la dañina luz el cuerpo de Esquilo comenzó a sufrir la típica rigidez que solía afectar a los de su clase. De rodillas, pensativo, su último pensamiento fue dirigido a una lágrima carmesí que recorría su mejilla. Felipe...

Notas de juego

Tomo nota para lo del Auspex! Gracias por el apunte!

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24/09/2010, 12:54
Director

La mujer responde a tus preguntas con tono monótono, su conciencia… su libre albedrío aquello que distingue a los humanos de las bestias le ha sido arrebatado –no- responde a tu pregunta sobre hechos ulteriores en la habitación.

 

-Fátima- susurra su nombre en respuesta a tu pregunta, con gesto ausente bebe de de tu muñeca sorbiendo el rojo elixir de los malditos, la sangre del primer asesino corre a través de tus venas propagando la maldición.

 

Tan solo cuando depositas el pago en su mugrienta mano, la mujer vuelve en si, al principio parece desorientada, luego acusa la fatiga por la pérdida de sangre claro que ella nunca lo sabrá, con una sonrisa en los labios se marcha dejándote a solas de nuevo.

 

El sol se alza majestuoso, hasta ti llegan los quejidos de las gaviotas, poco a poco el puerto comienza a fluir de actividad, con la llegada del sol, los hijos de Seth vuelven a la vida, con la llegada del sol, vosotros los descendientes de Caín os sumís en las tinieblas.

 

Antes de que la áurea saeta atraviese la ventana, corres las pesadas los cortinas, poco a poco comienzas a sentir la rigidez en tus miembros, primero las piernas, por último tus ojos se cierran sumiéndote en la más insondable oscuridad.

 

Los días pasan entretanto ocupas tu tiempo en tus quehaceres hasta recibir la orden de presentarte ante el príncipe, entonces al cuarto día recibes la visita del alguacil.

 

-Su alteza solicita vuestra presencia- ante tal demanda tan solo puedes asentir.

 

El alguacil te guía a través de las retorcidas calles hasta el Barrio Real, frente a vosotros una muralla con una puerta cerrada y guardias a ambos lados. Al ver al alguacil se retiran abriendo las puertas de par en par a la singular pareja.

 

Los guardias os reciben con mirada gacha, cerrando la puerta tras vosotros. A través de calles desiertas avanzáis, dejando atrás una catedral en obras con sus burlonas gárgolas vigilando cada uno de vuestros pasos. Otro edificio llama tu atención, no tanto por su opulencia, sino por el poder que de él emana, un poder que te repele, el poder de Dios.

 

Finalmente llegáis a una pequeña plaza, adosados al muro, el palacio real con su particular escalinata semicircular. De nuevo los guardias se echan a un lado, dando paso franco al alguacil.

 

A través de negros pasajes llegáis a una puerta custodiada, al veros uno de los guardias se adelanta para daros la bienvenida, a diferencia de los demás no baja la cabeza.

 

-Su alteza aguarda- mira directamente a los ojos del alguacil –podéis pasar- desvía la mirada del alguacil para depositarla en ti.

 

Acompañado por Aitor entras en la habitación, los tapices cuelgan de los fríos muros de la lóbrega piedra, una panoplia con un casco emplumado y un peto de exquisita factura al estilo romano.

 

Sentado en una mesa, un hombre de mediana edad, pluma en mano rasga un papel, sumergiendo su pluma en un negro mar de tinta.

 

Los segundos se alargan convirtiéndose en minutos, el silencio se torna algo molesto.

 

-Ejem, ejem- carraspea el alguacil llamando la atención del príncipe, la pluma vuelve a caer en el tintero, el príncipe alza la cabeza lentamente – mi estimado chiquillo, siempre habéis sido un maleducado impaciente- dedica una gélida mirada al alguacil, este agacha la cabeza en señal de respeto, con un ademán de su mano despide al alguacil, este se escabuche cual sombra

  –Bienvenido a mi ciudad Esquilo de Leucades, ¿que puedo hacer por vos?- se levanta señalando una silla frente a si –tomad asiento-.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas de juego

De nada.

Perdón por la tardanza :(.

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04/10/2010, 17:56
Esquilo de Leucades

La danzarina luz de las velas creaba juguetonas sombras en la cara de Cneo Escipión. Antes de acceder a su petición, Esquilo salvó la distancia que les separaba del príncipe de Barcelona y doblando la rodilla en la alfombra que cubría el suelo inclinó la cabeza en señal de respeto. –Mi más sincero agradecimiento excelencia por acceder a recibirme esta noche- comenzó Esquilo en tono respetuoso sin siquiera levantar la mirada del suelo –Es un auténtico honor el que me consideréis digno de poder sentarme ante usted-  añadió incorporándose sin asomo de esfuerzo, a pesar de que su rostro y cuerpo eran el de un hombre en el final de su vida.

 

Con ademanes pausados tomó asiento en la mullida y ornamentada butaca que le había señalado el príncipe y cruzó las manchadas manos sobre el regazo –Recientemente ha llegado hasta mis oídos que requeríais gente nueva para esta magnífica ciudad. Expuso el cainita educadamente alzando por primera vez la mirada hacia el rostro de Cneo – Considero que es una magnífica oportunidad comercial y, si me concedéis permiso para instalarme, creo que podría ayudaros a incrementar la prosperidad de la villa- Sus manos se deslizaron sobre los tapizados reposabrazos mientras esperaba en gesto de completa servidumbre hacia el señor de las tierras que pisaba. Siempre había sido fiel al esquema de las sociedades y aquella vez no sería una excepción.

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06/10/2010, 19:16
Cneo Escipión

Al alzar la mirada la cruzas con el principe, de él emana un aura de bondad y paz infinita, su semblante petreo no transmite emoción alguna, finalmente tras unos segundos se pronuncia -levantaos- susurra con suavidad.

Una vez tomas asiento, el principe deposita la pluma sobre el tintero y hace la carta que estuviera redactando a un lado, lejos de tu posible mirada curisosa, con un ademán de su mano te da su venia para hablar.

Atentamente escucha tus palabras, sin pronunciarse por palabra o gesto, solo cuando terminas tu exposición, tras unos segundos interminables, habla el príncipe, con tono comedido, sus palabras parecen estar escogidas con sumo cuidado.

-Estáis en lo cierto, gracias al proyecto de construcción de la nueva catedral he decidido abrir las puertas a nuestra estirpe, lo que no quiere decir necesariamente que acepte a cualquiera- añade con tono despreocupado -vuestra propuesta me parece interesante, aunque comerciantes no faltan en Barcelona, no en vano es uno de los principales puertos del Mediterráneo- enuncia exponiendo un hecho de sobra conocido -recientemente uno de los vuestros ha iniciado un próspero negocio de venta de esclavos, mi ciudad y yo tenemos mucho que ofrecer pero la cuestión es ¿qué podéis ofrecer vos?- arquea una ceja.

El príncipe chasquea sus dedos, de una de las esquinas de la pared surge una sombra que se acerca hasta él sin hacer el menor ruido, sus pasos permanecen sobre la fría piedra del suelo durante unos segundos para luego desaparecer -¿os apetece una copa?- pregunta con tono educado, tras tu respuesta el príncipe da instrucciones a la sombra, sin decir palabra se dirige a un pequeño mueble.

La sombra criado vuelve con la bebida, el príncipe toma una copa de oro labrada, en ella puedes ver imágenes de la biblia y el nuevo testamento, más que una copa parece un cáliz para oficiar misa, con la sangre, no del hijo de Dios, sino de un mortal cualquiera.Para tu alivio despide a la sombra haciendola volver al rincon de donde emergió librandote de su inquietante presencia. 

Tranquilo da un sorbo -excepcional- exhala tras degustar la vitae -la sangre de inocente nos acerca a Cristo nuestro señor- comenta distraido -por donde ibamos ... ah sí ... ya recuerdo ¿estabamos discutiendo el qué podeis ofrecer?, continuad por favor-  dice haciendo memoria, aunque dudas que el principe no sea capaz de seguir la conversación u olvide detalle alguno.

 

Notas de juego

Tira coraje dif 7, la sombra da mal yuyu :).

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11/10/2010, 14:58
Esquilo de Leucades

Esquilo se deleitó brevemente en el aura de poder y tranquilidad que emanaba de su anfitrión, recordando los viejos tiempos en los que su sire acunaba las emociones que le atormentaban, los tiempos en los que la guía de su mentor le servían como guía en la noche eterna. Con un movimiento elegante, se situó donde le indicaba y posó toda su atención en el pétreo rostro de Cneo.  

 

-La mar, los bajeles, galeras, galeones y chalupas que lo surcan- la voz del griego dejó entrever ligeramente los recuerdos que le venían a la mente –Mi tierra, Grecia, fue una vieja maestra testaruda. Me aleccionó en cuanto a las rutas comerciales, las especias de oriente, las sedas, rasos y telas adamascadas- Con un gesto imperceptible acarició levemente el tejido que cubría sus ropajes, dándoles un especial interés en la conversación –Los artículos de lujo, como la joyería y la navegación a gran escala para importar y exportar telas son mis especialidades- despacio abrió sus brazos mostrando las palmas hacia arriba en clara muestra de ofrecimiento –Son estos los objetos que desean los grandes señores y los que convierten una ciudad en la más próspera del Mediterráneo. Si la economía crece a nuestro alrededor las posibilidades de poder, alimento e influencia crecerán exponencialmente-

 

El patricio esperó unos instantes para observar la respuesta, muda, de Cneo. Ante la invitación tomó con delicadeza la copa que le tendía la sombra sin poder reprimir un ligero escalofrío. El líquido, espeso y aromático prometía aquello que dejaba adivinar en el paladar -ciertamente delicioso-

- Tiradas (1)

Tirada: 5d10
Motivo: Coraje
Dificultad: 7+
Resultados: 8, 4, 7, 2, 6
Exitos: 2

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12/10/2010, 13:10
Cneo Escipión

 

Cneo arquea una ceja al escuchar hablar de tu vieja patria, parece más interesado en este detalle que en los por menores del tráfico de mercancías marítimas.

-Sí, sin duda Grecia, fue una buena maestra tan solo superada por Roma, su alumno, tanto en su gracia como en su caída, lástima que no aprendimos de sus errores ... es más fácil caer en el vicio y la corrupción, ¿no cree?- sonríe con tristeza -la republica jamás debió convertirse en imperio pese al éxito de los primeros emperadores- sentencia con la seguridad de alguien que ha vivido los hechos en primera persona.

-Vuestras ideas pueden ser interesantes- felicita  -ciertamente nos estamos expandiendo por el mediterráneo siguiendo la estela de mi amada Republica, nuevas oportunidades surgirán para aquellos que sepan aprovecharlas, por suerte o por desgracia el comercio está íntimamente ligado a la suerte de un reino- hace una pausa deliberada para crear incertidumbre.

Los segundos parecen minutos, como todo buen magíster el príncipe parece dar vueltas al asunto sin abordarlo directamente, solo Dios sabe lo que puede estar pensando, una enigmática sonrisa se dibuja en su cara, finalmente rompe el inquietante silencio, comenzando a hilar poco a poco las palabras.

-Bien ... voy a hablarle claro ... - toma un tono más ... "practico", un tono con el que estás bastante familiarizado dado tu dilatada experiencia como comerciante -lo que necesito son recursos, sin recursos no es posible mantener un ejercito decente, ni abordar las obras civiles que tengo en mente, alguien lo suficientemente inteligente puede hacer buen negocio si trabaja para mi ... - ya está como si tal cosa siembra la idea -por supuesto no tengo objeción alguna en que ese alguien quiera hacer dinero por su cuenta, siempre y cuando satisfaga mis necesidades- advierte dejando claro las condiciones -decidme,¿queréis ser ese alguien Esquilo de Leucades?- y por fin la proposición, una suculenta oportunidad tendida, pero tendida por un magíster con todo lo que puede conllevar.

Obras civiles, ese "término" no es ni fue abordado por monarca alguno, tales empresas eran llevadas por patricios y emperadores de la antigua y desaparecida Roma, obras destinadas a engrandecer su sociedad y pasar a la inmortalidad dejando su nombre esculpido en la memoria de las piedras. ¿Habrá usado el príncipe ese termino por azar?, no parece del tipo de cainitas que dejan actuar al azar.

La idea de un antiguo patricio queriendo reproducir su sociedad en su esplendor va tomando forma, una idea ambiciosa ... emular al imperio romano antes de su colapso, dejando a un lado uno de los aspectos que las llevaron a su ruina, la ineptitud de sus lideres, y el olvido de su identidad, una idea descabellada en tiempos oscuros, una idea dificil de ejecutar por cualquier mortal, algunos lo intentaron, Carlo Magno, un hombre excepcional tuvo éxito donde otros fracasaron, pero tan solo era un mortal y con su muerte se acabo el sueño, pero a diferencia de Carlo Magno el monstruo que tienes delante no es un mortal, ni parece un simple cainita.

Paciente se reclina en su sillón esperando tu respuesta, su rostro vuelve a tornarse inexpresivo cual estatua de piedra, una estatua solemne y augusta, que bien podría ser la efigie de un antiguo emperador romano, distante, confiado y poderoso, misericorde en su infinita bondad ... .

Notas de juego

¿bebes la sangre o solo la hueles?.

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20/10/2010, 21:03
Esquilo de Leucades

Esquilo esbozó una leve mueca ante la cita de Cneo a Roma. La gran prostituta del mundo antiguo, barata imitadora del imperio cultural e ideológico que supuso Grecia –Sin lugar a dudas. La corrupción parece tener la virtud de colarse hasta en los recovecos más sagrados- dijo mientras su mano hacía girar levemente el contenido de la copa y se deleitaba en los destellos que la luz arrancaba de la espesa sangre –Sin lugar a dudas la ampliación de las fronteras hasta zonas difícilmente accesibles y el ascenso de políticos de bajo perfil acabaron con el sueño patricio-

 

Con una leve inclinación de cabeza recibió el leve halago de su anfitrión –Mi señor, nada me honraría más que trabajar a su servicio y obtener el favor de aquel que gobierna la ciudad- su mente, acostumbrada a servir a aquellos que por derecho social habían adquirido un estatus recompensó con una sensación de tranquilidad y paz a Esquilo –Mi maestro me enseñó bien. Aquel que sirve con eficacia a aquellos que le acogen en su regazo siempre se sentirá en el lugar que le corresponde- sus ojos se posaron de nuevo en el suelo y esperó las nuevas palabras de Cneo -Necesitaré un lugar donde establecer mi refugio sin soliviantar aquellos que ya disfrutan de su favor. Trataré de hacerme con unos fondos en poco tiempo y estudiaré la entrada y salida de materiales en la ciudad para tratar de establecer una base sólida desde el puerto de Barcelona-

Notas de juego

Bebo la sangre.