Partida Rol por web

CAE LA NOCHE.

Riqueza Efímera, Lord Carroñero, mercachifle de río, sideral, Trueno de Jade, abrió los ojos. La profunda meditación quedó atrás, como atrás habían quedado la noche y la mañana. Su mirada, límpida y serena como el cercano afluente que desembocaba en el río Hu, volvió al mundo de lo terrenal. Inspiró profundamente como el neonato arrojado desde el útero a la vida fuera del seno materno y sonrió. Parte del antiguo y olvidado saber había regresado. Sabía lo que ello implicaba, el sacrificio exigido, la pérdida de parte de una humanidad duramente conquistada. Pero no lo lamentaba. Al contrario, aquel pequeño viaje místico al interior de su ser había resultado gratificante, tanto que su cuerpo y mente parecían hallarse pleno sde vitalidad, listos para afrontar las largas horas que debían sucederse a partir de aquel momento, horas destinadas a conseguir una misión ardua y difícil en la que debería empeñar una gran cantidad de energía, cuidado y diligencia. No, no eran cosas de hombres sino celestiales las que iba a tratar de trocar. Y cuando se trataba de ello, todo era poco o nada.

Se puso en pie y extrajo parte del material traído para la ocasión, conocedor del ritual a llevar a cabo. Sentado a los pies de un hermoso gingko, cuyas hojas como diminutos abanicos bailaban al son imprimido por la suave brisa, dispuso a su alrededor cuanto iba a necesitar. Dedicó un tiempo a preparar la tinta. Una pequeña barra, negra como la antracita, fue depositada en la pequeña oquedad de una lámina de pizarra. Unas medidas gotas de agua y el delicado movimiento de un mortero, hicieron sangrar la barra y una perfecta tinta, negra como la noche y con un tornasolado brillo azul, se fue formando.

Después, afiló la larga pluma de ganso, cuya punta comprobó antes de sajarla cuidadosamente en un punto de su nervadura. El pergamino, del color del algodón crudo, sin impurezas y con un acabado tal que permitiría que una gota de rocío resbalara por él sin mojarlo, fue suavemente extendido sobre una placa de pizarra absolutamente lisa. No, Riqueza no podía permitirse fallos. Las formas y el fondo eran igualmente importantes.

Se quitó los guantes y flexionó sus dedos antes de tomar la pluma y con un decidido movimiento de muñeca comenzó la redacción de los pergaminos. Idéntico contenido. Distintos destinatarios. La Superintendencia de la Naturaleza Grande y Humilde y el dios Hu.

Cuando concluyó, labor en la que invirtió un tiempo notable, se puso en pie. La tinta ya se había secado, pero el ritual continuaba. Haciendo caso omiso de su cuello y hombros agarrotados preparó el brasero con el que iniciaría el largo viaje de sus misivas. Incienso y un manojo de hierbas aromáticas comenzaron a arder y humear bajo el calor de unas pocas brasas. Con sumo cuidado depositó sobre las diminutas llamas el pergamino del Cielo. Durante un segundo nada ocurrió. Luego, en un instante, un corazón negro que devino rojo se abrió en su centro y fue consumiendo la delicada hoja hasta hacerla desaparecer. Tras ello, recogió todos sus enseres, volvió a ponerse los guantes y con el segundo pergamino en la mano se encaminó al río Hu. A su orilla, dejando los pertrechos a un lado, elevó suavemente la mano hacia el cielo que empezaba a teñirse con los ultimos rayos del sol y con un gesto propio de un cortesano, dejó que el pergamino se desprediera de entre sus dedos y cayera a las tranquilas aguas del satisfecho Hu como si de una hoja de otoño se tratara. Pequeñas ondas concéntricas se dibujaron al contacto del pergamino con el río. El blanco crudo fue adquiriendo un tono grisáceo conforme la humedad empapaba el pergamino y bajo su peso, rompió la superficie y fue descendiendo a las profundidades hasta desaparecer totalmente.

Riqueza suspiró. Todo cuanto podía hacer lo había hecho. Era hora de regresar a su sampang y tratar de descansar. Serían horas de espera, una suave agonía que le rasgaría hasta saber si había tenido éxito o no. Caminando a lo largo de la orilla, camino del muelle, fue repasando mentalmente su misiva.

Yo, Trueno de Jade, Exaltado Sideral, de la Facción Broncínea, Guardián del Destino, protector del Telar del Destino, responsable del Umbral Este y como tal de la región de los Cien Reinos, me dirijo a vosotros con una petición de carácter urgente.

Recientemente, mi automatón Patán Sabio sufrió un infortunado accidente que le llevó a sumergirse en las aguas del río Hu. Conocedor de los usos y costumbres y de las prácticas habituales en la región, decidí no intervenir directamente para así no ofender al siempre respetado y venerado Hu, con quien me unen lazos fuertes y estrechos, sabedor de que pese al carácter accidental del suceso, el hecho solo podía interpretarse como una ofrenda dirigida a su persona. 

No obstante, me veo en la necesidad de recurrir a las elevadas y serenísimas instancias a las que me dirijo para solicitar la conmutación de dicha ofrenda. Son muchos los años de servicio y dedicación, diligentes y esforzados, siempre en pro de mi labor celestial y, consecuentemente, me considero digno de un excepcional y puntual trato de favor que conduzca a la resolución de este desafortunado incidente, resolución que redunde en beneficio de todas las partes afectadas.

Por ello, demando con convicción y humildad que el automatón Patán Sabio me sea restituido y que se acoja nuevamente a mi posesión y propiedad. Soy consciente de su valor, valor mesurable y consecuentemente amortizable por mi persona. Igualmente, alcanzo a comprender que mi petición exija una compensación añadida, prudente y razonable, pues de todos es sabido que la gratuidad, por sí misma, a nada conduce. Conocedor de vuestra sabiduría cuyos límites son inaprensibles para mí, pero que se sutenta en inquebrantables principios, estimo que los términos de mi ofrenda sustitoria serán considerados como adecuados.

Por lo tanto y través de la presente, yo, Trueno de Jade, me comprometo en el caso de que petición sea inmediatamente estimada a:

- Realizar un festival en honor a Hu que incluya la ofrenda de jade en el curso de los próximos tres meses.

- Efectuar por el plazo de un año y con carácter diario, devotas y fervorosas oraciones con ofrendas adecuadas y dirigidas al Cielo.

- Ofrendar semanalmente a Hu sentidas y profundas oraciones, acompañadas de la quema de incienso y hierbas aromáticas.

Con la esperanza de que mi oferta sea considerada adecuada y justa, me acojo con humildad y serenidad a vuestra decisión, que siempre será magnánima por le mro hecho de habérseme escuchado.

Trueno de Jade, Exaltado Sideral

NOCHE CERRADA.

TEMPLETE DEDICADO AL DIOS HU:

Un rayo ilumina la noche, cayendo repentinamente sobre la cúspide del Templete. No parece haber dañado la estructura.

SUN WU KONG:

El rayo eléctrico parece permanecer en el tiempo más de lo que resulta natural, envolviendo durante unos instantes todo el templete en rayos.

Después, la energía se va disipando y se escucha un sonido en lo alto, procedente del cielo.

Riqueza Efimera alza la cabeza y ve llegar a un Mensajero Celestial montado sobre una nube. La nube desciende a gran velocidad, hasta que llega cerca del suelo, momento en que va frenando hasta finalmente detenerse.

Riqueza sabe que debería de conocer y recordar al mensajero, y que seguramente éste le conoce de sobras a él, pero la memoria le sigue traicionando. Los recuerdos de más de cien años resultan difíciles de acceder.

Riqueza alzó la mirada tras ser sorprendido por el resplandor del rayo que había iluminado la noche. Cuando vio al mensajero montado en la nube, supo que su petición había tenido respuesta, pero fue igualmente consciente que estaba en presencia de un mediador, de un negociador. Su demanda había sido escuchada, pero posiblemente los términos eran discutibles. Como buen mercachifle, conocía el regateo. Si su oferta hubiera sido correcta, Patán estaría saliendo del agua para reunirse con él. No era el caso. Con un suspiro, desanduvo los pasos dados y volvió a las proximidades del templete para encontrarse con su interlocutor.

El espíritu-tejón se apea de la nube con un grácil salto y mira a Riqueza Efímera con una profunda mirada escrutadora.

- "Trueno de Jade... qué desmejorado estás. En algunas partes de Yu-Shan se rumorea que te has metido tanto en tu disfraz que ya no puedes salir de él. Me recuerdas, ¿verdad?" -

DE MADRUGADA.

Para los moradores del fondo del río es como si Patán Sabio hubiera estado allí para siempre. Ninguno recordaba ya las rocas que había debajo. Ni siquiera los que quedaron atrapados debajo de él y no murieron cuestionaban ya su presencia. Y aunque sobre su superficie metálica había poca comida aún y poco lodo donde arraigar, algunos pequeños seres comenzaban a buscar escondrijos, a meterse por donde ningún autómata orgulloso o un mantenedor responsable permitiría que nada se metiese.

RIQUEZA EFIMERA:

- Se trata de Sun Wu Kong, divinidad menor de las prisas. Trabaja para el Buró de la Naturaleza, aunque tiene también contactos en el Buró de las Estaciones, lo que le permite ciertos privilegios, como esa nube mágica en la que viaja siempre.

Es un espíritu tejón más bien prepotente y arrogante, aunque no muy poderoso. Como mensajero celestial goza de inmunidad y tiene muchos contactos.

Hace quinientos años, cuando se produjo la última gran fisura que permitió la entrada en la Creación de varias docenas de Esencias Yoma, te ayudó bastante con el problema.

En aquel entonces, mantenías una identidad falsa como Exaltado Terrestre, un noble Dinástico veterano, un Aspecto Agua si mal no recuerdas, y liderabas una Partida Salvaje compuesta por tres inmaculados, dos nobles, una docena de soldados humanos y otra docena de sirvientes del séquito.

Sun Wu Kong te proporcionó una calabaza mágica capaz de capturar las Esencias Yoma que aún no se hubiesen fusionado a un recipiente mortal mediante un Pacto infernal. Actuasteis muy deprisa y la mayoría de Yoma ni siquiera llegaron a materializarse ni a suponer el menor peligro.

Al final resultó que un Anatema Lunar enloquecido, aliado con un príncipe de la Buena Gente y sus esbirros Grantrasgos, habían atacado en secreto el Templo de la Iluminación y secuestrado a los monjes inmortales que lo custodian.

El Anatema había roto parcialmente el sello de una fisura permanente que conduce a la capa del Malfeas donde habitan las Esencias Yoma, y los estaba extrayendo de la grieta y atando a su voluntad poco a poco mediante su hechicería.

El Anatema Lunar murió, así como los esbirros Grantrasgos, pero el príncipe de la Buena Gente escapó y todos tus acompañantes de la Partida Salvaje fueron aniquilados.

Mientras te enfrentabas a un combate que ibas a perder, pues aunque entonces eras muy poderoso tu oponente lo era aún más; Sun Wu Kong se encargó de liberar a los monjes inmortales de sus cadenas de plata hechizada. Fueron los monjes los que finalmente rodearon al Anatema y le dieron muerte.

Después, el Abad del Templo restauró los ancestrales sellos místicos y todas las Esencias Yoma atrapadas en la calabaza fueron devueltas a su prisión infernal en Malfeas.

Tenías todo esto prácticamente olvidado, pero ahora te ha venido a la cabeza al ver al mensajero celestial de nuevo.

AÑO: 761.

LUNA: Menguante.

ESTACION: Aire.

MES: Aire Ascendente.

DIA: 7.

HORA: Alba.

- Cómo olvidar al gran Sun Wu Kong -dijo Riqueza al tiempo que efectuaba una elaborada reverencia -. A diferencia de mí, estos quinientos años te han tratado ya no con benevolencia sino con magnanimidad. Presentas un aspecto magnífico. Aunque no negaré que tu presencia me ha pillado de improviso. De saber que venías, me hubiera vestido con mejores galas que las presentes y hubiera preparado un humilde ágape con el que agasajarte -no había ironía en su voz, aunque una sonrisa flotaba en sus labios -. ¿Qué ha traído ante mi humilde presencia a un mensajero celestial de tu reconocido valor y prestigio? No negaré sentirme halagado.

- "Vaya, qué fastidio. Retirémonos al interior de la capilla, no deseo ser visto por ojos mortales." - Sun Wu Kong entra y cuelga su enorme capa del dintel de la puerta, a modo de improvisada cortina.

- "Al parecer estoy aquí por nimiedades. Sucede que cierto torpe Elegido de los Secretos ha extraviado a su mascota mecánica y ha enviado una petición para recuperarla al dios Hu y los superiores de dicho dios en la Superintendencia de la Naturaleza Grande y Humilde.

Por lo visto el Exaltado al que me estoy refiriendo ha olvidado cómo negociar con una divinidad de la importancia regional del dios Hu y cómo presentar sus ofertas a cambio de su pretensión. Y eso siendo tal divinidad uno de sus principales aliados.

Como mensajero celestial he sido enviado por el Buró de la Naturaleza para corregir algunas deficiencias y torpezas de un Sideral de un millar de años de edad, y para supervisar que todas las partes sean tratadas con justicia y no sea necesario convocar una Auditoría.

Como he dicho, simples y aburridas nimiedades. Es tedioso que una divinidad que ha vivido todas las incontables eras del mundo desde el albor de los tiempos tenga que ocuparse de tales asuntos." -

POR LA MAÑANA TEMPRANO.

Riqueza suspiró.

- Mucho me temo que yo soy la causa de tu viaje. Lamento que mi inoperancia e ineptitud te hayan obligado a este viaje. Aunque no niego que me alegra esta excusa para poder verte de nuevo. Aún recuerdo nuestra historia con los yomas -la voz sonó soñadora -. Así que sí, debo darte la razón. Demasiado tiempo entre humanos haciéndome pasar por uno de ellos - Riqueza supo que llegaba el momento del regateo. Mostrar una actitud humilde y dadivosa era el primer paso a seguir. Las condiciones llegarían pronto.

- "Ahora que mencionas la amenaza Yoma, he oído que hay muchas perturbaciones en esta región últimamente. ¿Sabes algo de eso? Creo que tus colegas en los Más Excelentes Diseñadores del Destino y Conjunciones Siderales están comenzando a preocuparse..." -

El dios pequeño se apoya despreocupadamente sobre el altar a Hu, en un gesto que resultaría poco respetuoso en un mortal.

- "Acerca del asunto al que te referías... Debo decirte que inicialmente el dios Hu estaba muy complacido con el sacrificio de Patán Sabio. Como Automatón de la Primera Edad resulta una ofrenda de valor incalculable. Además, sabes que la Comisión de Asuntos Abstractos y Preocupaciones Celestiales lleva más de mil años queriendo retirar del servicio activo a los pocos que aún quedan en funcionamiento. Se considera que su tiempo ha pasado, y que son un recuerdo innecesario de la era del gobierno de los Solares sobre la Creación.

Según mis contactos entre los Monitores Celestiales de las Estaciones y el Clima, el dios Hu hizo una petición para que tus allegados gozaran de vientos favorables a lo largo de su cauce en sus viajes durante los próximos días. Esto significa que ya ha habido una contraprestación a cambio de Patán.

Por otro lado está tu petición por escrito, por cierto tienes que mejorar mucho en tu Caligrafía, los caracteres se notaban carentes de inspiración y armonía. Te recomiendo que en el futuro emplees pincel en lugar de pluma.

¿Y qué decir sobre el contenido? Cualquiera diría que Trueno de Jade estaba de broma, una broma Celestial." -

- Sí, sé y hacen bien en preocuparse. Aunque por el momento no parece ser especialmente grave, puede que llegue a serlo. Era mi objetivo ponerme a ello -supiró -. Deja que me siente. Maldita sea, agradecería un té ahora mismo. Sun Wu Kong, hay Yomas. Es una evidencia. Una realidad. Hace un par de días matamos a uno que había poseído el cuerpo del heredero de unos hacendados. Sí, matamos. Has oído bien. Por fortuna me hallaba acompañado de un monje inmaculado y de un guerrero, ambos de la sangre del dragón. Fuimos testigo de su transformación y lo ejecutamos allí mismo. Sin embargo, había asesinado a sus padres y destruído en gran parte la casa familiar. Ayer, Arrozal Uno recibió las visitas de habitantes de Mu y Arrozal Dos en una escala en su viaje a la capital. Logré interceptarlos y averiguar lo ocurrido. Dos ataques en sus aldeas. Posiblemente el resultado de la actividad de cinco yomas. Hace ya varias horas que debería haber partido en esa dirección, pero el accidente de Patán me frenó. No obstante, los dragones sí han partido. Y confío en poder alcanzarles con rapidez una vez haya solucionado esto. Y cuanto antes mejor, algo que agradecerás, pues no en vano eres una divinidad de las prisas.

Riqueza, sentado en el suelo con las piernas cruzadas se atusó la perilla.

- Puedo estar anquilosado, puede que mi forzado disfraz de humano me haya oxidado en algunos aspectos, pero ambos sabemos que cualquier oferta hubiera sido desestimada por considerarla insuficiente, mis formas inadecuadas o porque había una mácula en un pergamino. Sí, Patán Sabio fue creado en una época que trata de olvidarse bajo capas de polvo. Pero es mi automatón y yo no lo ofrecí a Hu. Sabemos cómo funcionan estas cosas. En esa supuesta ofrenda nadie pensó si mi caligrafía era inexistente o que no iba acompañada de una petición. Soy un mercader de río en esta vida humana y sé de lo que hablo. Cuando los chollos se presentan, nadie mira a otro lado. Nunca nadie se queja de tener lo que no se merece, salvo si es algo malo. Patán me es valioso. Su colaboración imprescindible, más cuando los yomas vuelven a campar por esta región y toda ayuda es bienvenida. No, Sun Wu Kong, no bromeaba y no bromeo. Si el Cielo y Hu consideran insuficiente mi oferta que digan qué quieren. Si puedo cubrir su petición lo haré. Si no, bueno, soy Trueno de Jade y Riqueza tan solo un disfraz -si había amenaza alguna tras sus palabras, solo el Lord Carroñero lo sabía, pero lo que sí era cierto es que su semblante no parecía el de alguien dispuesto a andar con bromas.

- "Está bien, mercader de río. Comprendo que la situación es grave.

Vayamos al acuerdo. En primer lugar el punto sobre las oraciones al Cielo. No es un ofrecimiento interesante, casi todos los habitantes de la Creación ya rezan a diario al Yu-Shan en su conjunto. Eso genera mucha Quintaesencia, cierto, pero es de baja calidad y se reparte entre millones de dioses.

Sustituyendo oraciones al Cielo, por oraciones destinadas a la Superintendencia de la Naturaleza Grande y Humilde, y concretando más la naturaleza de las ofrendas, ya sería otra cosa.

En cuanto al festival en honor a Hu, estableces realizarlo en los próximos tres meses, lo cual está bien, pero debes concretar la cuantía exacta de la ofrenda en jade.

Sobre las ceremonias semanales en honor a Hu, necesitaría saber el valor, al menos aproximado, de las hierbas aromáticas e incienso que piensas quemar.

Estos cambios, y algo para mí, tal vez una promesa de personal de ayuda futura firmada por ti, me servirían para impulsar las negociaciones y acelerar los trámites en tu nombre.

Si no eres tacaño con la ofrenda de jade para el festival a Hu, podrías tener a Patán Sabio en la cubierta de tu shampang mañana al Alba." -

El Carroñero escuchó al mensajero. Efectivamente, cuando quería se destapaba la careta y dejaba claras sus pretensiones.

- De acuerdo. Firmaré ese documento ofreciéndote mi ayuda personal para un futuro. Lo haré incluso con gusto, al margen de su necesidad o no en esta negociación. Respecto al festival, ofrendaré a Hu 10 barras de jade en él y otras diez al río directamente hoy mismo. Las ofrendas semanales a Hu, procuraré llevarlas el último día de cada semana e invertiré un óbolo en ellas. Respecto a lo que queda, mis oraciones y ofrendas las destinaré a la Superintendencia de la Naturaleza Grande y Humilde. Consistirán en arreglos florales y origamis de un valor medio de... un koku digamos. ¿Te parece correcto? -preguntó Riqueza que veía flaquear su economías de forma sangrienta. Sí, sabía que Patán le iba a resultar muy caro.