Partida Rol por web

Esta es tu escena para crear tu personaje. ¡Bienvenido!

La aventura de Walter comenzó pronto. Había llegado el día de salir a explorar mundo y convertirse en un verdadero entrenador pokémon. Pero a las pocas horas y tras andar unos escasos kilómetros, un chico mucho menor estaba entre la hierba con una gran red. Estaba tratando de cazar algún tipo de pokémon bicho, y en cuanto vio a Walter no tardó ni un instante en retarlo a un combate. 

¡Oh, esto es estupendo! Me vienes perfecto para entrenar a mi Butterfree. Necesita estirar un poco las alas. ¿Qué te parece si hacemos un combate, uno contra uno? Preguntó Tomás al verle. Mi nombre es Tomás, ¡encantado!

-Encantado, chico. Me llamo Walter. Lo daré todo en el combate, espero haber entrenado bastante.

La interrupción de la caminata de Walter fue bien recibida, empezaba ya a aburrirse de ver solo campo y poco más. Que aún siendo agradable y bonito, tampoco era nada fuera de lo común. Estaba deseando llegar a parajes más exóticos y alejados, más duros...y también a las ciudades en las que nunca había estado. Pero sobre todo, quería probarse con combates pokémon, y uno se le sirve en bandeja.

-Empecemos pues.- lanzó su pokéball, una lujo ball, con decisión. Era una de las pocas cosas que dejaban claro su origen pero no forzaría a Jiraiya a cambiarla. ¿Por qué? Aunque quisiera hacer las cosas por sí mismo, no se avergonzaba de su origen.

-¡Adelante, Jiraiya!

El primer combate daba comienzo. El enfrentamiento iba a ser de lo más interesante, un greninja de lo más hermoso se iba a enfrentar a un majestuoso butterfree, el pokémon de Walter estaba en una clara desventaja, pero la estrategia de cada uno era lo que iba a hacer decantar el combate hacia un lugar o hacia el otro.

Era el momento de lanzar los ataques, era el momento de hacer combatir a sus pokémon.

¡Cielos! ¡Ese greninja es espectacular! Gritó el cazabichos al ver a Jiraiya. ¡Me encanta! Pero entonces, su cara de asombro cambió y se puso mucho más serio. Pero ahora da igual, Butterfree, es hora de enfrentarnos a él. Greninja es un pokémon muy rápido, así que será mejor que procedamos a absorber parte de su energía lo más rápido posible. ¡Dale con todas tus fuerzas! 

-Jiraiya, es imposible que sea más rápido que tú ¿Verdad? Demuéstraselo. Intenta acabar con él de un solo golpe. Si no lo conseguimos tendremos que revisar el plan de entrenamiento. Dale con todo ¡Rayo hielo!

Un ataque que debería hacer mucho daño al Buterfree, si es que no acababa con él. La debilidad del tipo volador contra el Rayo hielo, sumado al noder del Greninja, debería ser suficiente. Mutatipo empeora las cosas para el entrenador rival de Walter.

¡Oh! Gritó al ver como su Butterfree era gravemente herido y congelado. El pokémon que estaba volando se precipitó en una caída libre directamente contra el suelo, Tomás sacó su pokéball y antes de que éste cayera le devolvió a ella. ¡Qué mala suerte hemos tenido! ¡Mira que es fuerte tu pokémon, pero si hemos tenido la mala suerte de ser congelados, ya no tenemos nada que hacer! ¡Buen combate! Dijo mientras se daba toda la prisa posible por dirigirse hacia un centro pokémon para recuperarle. 

Durante el resto del camino, Walter buscó entre la hierba y logró encontrar a su segundo pokémon.

-Muy bien hecho Jiraiya. Aún nos falta un poco...ese Butterfree tenía que haber caído de un golpe...pero hemos tenido la suerte de que lo congelases. Tampoco es que hubiese aguantado un segundo golpe, pero nunca se sabe. Bueno, sigamos.

Walter siguió su camino, dejando decidir a su pokémon si seguirlo a pie o regresar a la pokéball. El combate no había sido especialmente duro, pero una victoria era una victoria. Se sentía a gusto.

El primer combate había ido tan bien como esperaba Walter, así que siguió su camino. Estaba dispuesto a convertirse en un auténtico entrenador pokémon y al menos ahora se había hecho con un segundo pokémon que no estaba nada mal.

Caminando por un bosque se encontró a una chica que parecía tener su misma edad. Iba con unos prismáticos y con una pokéball en la mano. Estaba gritando a su Pidgeot para que lograse enfrentarse a algún pokémon al que atrapar. Cuando vio llegar a Walter, lo llamó. ¡Hola! Dijo girándose y guardando los prismáticos. 

¡Mi nombre es Tamara! ¿Te apetece echar un combate pokémon? En ese momento un enorme Pidgeot se posó en el suelo y comenzó a picar entre la hierba del bosque. Este es Rubí, es mi Pidgeot, queremos enfrentarnos a ti. Tengo otro pokémon guardado, ¿qué te parece un combate al mejor de dos, sin posibilidad de cambio? Dijo mientras acariciaba la melena de su acompañante. 

Pidgeot

Nombre: Pidgeot Apodo: Rubí Naturaleza: {FAVORABLE}
Tipo:  Normal Volador	Género:  Hembra

Nombre: Fearow Apodo: Frío Naturaleza: {FAVORABLE}
Tipo: Normal Volador	Género:  Macho

Contento con su captura, no es un pokémon que uno se encuentre danzando por ahí con frecuencia, sigue su camino. Viajar con un propósito es algo que cualquiera debería hacer alguna vez en la vida. Aunque era cierto que su camino prácticamente acaba de empezar, la sensación resultaba....agradable.

Como también lo era ser desafiado.

-Claro Tamara, mi nombre es Walter. Eso sí, yo solo combato a tope. Para ganar. Espero que nos divirtamos. Aunque me temo que a priori tengo cierta ventaja, ya conozco uno de tus pokémon. bueno, vamos. ¡Adelante Jiraiya!

Lanzo la lujo ball de Greninja.

¡Yo también combato  a tope para ganar! Dijo Tamara repitiendo las mismas palabras que su compañero. Adelante Pidgeot, mareemos a ese rival con algo más de velocidad. Greninja se caracteriza por ser un pokémon muy rápido, pero tú no te quedas corto. ¡Muévete todo lo rápido que puedas para que no consiga alcanzarte, adelante! 

-Muy bien Jiraiya, vamos a por todas. Ya sé que no te gusta repetirte pero entiendelo, lo que tenemos delante es un pokémon pájaro. EL tipo pájaro por excelencia. Así que está claro lo que debes hacer ¿No? ¡Rayo hielo!

Walter se encontraba bastante seguro de sí mismo. En principio no debería tener problemas con ese Pidgeot. Tal vez no acabase con él de un golpe, a fin de cuentas es uno de os pocos pokémon pájaro que valen la pena, per ocon dos estaría acabado. Y acabando con uno la ventaja ya sería suya, al tener a Dusknoir en la recámara. Aunque todo dependería de quien fuese el segundo de la chica.

De haber habido espectadores estarían disfrutando con aquellos dos pokémon, sus velocidades eran extraordinarios,  pero fue Greninja más rápido que Pidgeot y antes de que pudiera multiplicarse, éste logró encajar un duro golpe para el pokémon volador. Si Greninja era capaz de encajar otro golpe, probablemente Pidgeot no lo contase.

¡Maldita sea! ¡No resistirás un movimiento más como ése! Le gritó a su compañero temerosa de que no aguantase su Pidgeot y sin saber cómo continuar con su estrategia. Solo nos queda evitar a toda costa que nos golpee. ¡Vuelve a usar doble equipo para escapar de su terrible rayo! ¡Adelante!

-Jiraiya, cuando algo funciona no hay por qué cambiarlo. Hazlo de nuevo y acaba con ese Pidgeot. Rayo hielo.

Walter no era especial fan de repetir movimientos hasta la saciedad, sin embargo si lo era de aprovechar las ventajas que te ofrece el rival, como la debilidad de un pokémon volador al tipo hielo. Mucho se tendría que complicar el combate para que no venciese.

Lástima por la chica, parecía ilusionada.

¡Oh, vaya, Rubí! Gritó Tamara al ver a su Pidgeot sucumbir de nuevo bajo el rayo hielo de ese Greninja. Confiaba en poder esquivarlo esta vez. No pasa nada. Dijo devolviendo a Rubí a su pokéball. ¡Vamos Frío, es hora de entrar en escena y demostrarle de lo que somos capaces!

Aún es más rápido que tú, Frío, y seguramente, aunque no le guste repertirse, lo haga de nuevo. Espero que al menos seas capaz de aguantar un duro golpe, tenemos que derrotarle de un solo impacto. ¡Pico taladro!