Partida Rol por web

Lily había bajado como si fuera una esclava más, dejándose llevar por sus compañeros, ambos ataviados con unos disfraces de guardia que les permitía pasar desapercibidos a pesar de las imperfecciones de cómo el traje les quedaba. Bendita oscuridad.

La pelirroja apenas podía mirar a los habitantes del refugio 252, y es que dolía solo el hecho de observar cómo les maltrataban bajo el yugo del látigo, pero en un atisbo de curiosidad la bonita muchacha elevó su mirada y contempló al hombre de su vida, su padre, el cual mostró en su rostro todo el miedo y preocupación que conllevaba ver a una hija en tales circunstancias. Aunque quizás hasta fuera irónico que se alegrase, pues la joven mujer estaba viva, y eso ya era motivo de celebración.

Lo que Lily no esperaba era que el supervisor estuviera en calidad de guardia, hubiera deseado que le tratasen tan mal o incluso peor que al resto. Pero no, allí estaba él, gestionando maldades y tocando el brazo de la camarera, un gesto que a Benz le llenó de asco, pero que iba a aprovechar en su favor.

- Para sobrevivir necesitaré toda tu ayuda y para hacerte gozar tú necesitarás la mía... - Dijo la mujer con porte seductor mientras acercaba sus labios hacia los del supervisor, un gesto que provocaría úlceras de estómago entre los que conocía, pero con aquel gesto evitaría que las acciones de los demás, fueran detectadas.

No mires papá. No mires.... ¡Qué vergüenza!....

Y cuando los labios de la mujer estuvieron muy cerca del hombre, ella intentó morder su nariz con la firme intención de arrancársela. Y es que la camarera, se estaba volviendo un poquitín salvaje.

Andrés acompañó como guardia a las dos mujeres y a Freak, sabiendo que la situación requeriría, si no un poco de suerte, mucha determinación. Ya estaba complicado rescatar a los suyos, pero hacerlo con seis guardias más pendientes de todo, resultaba poco menos que imposible.

Pero ya habían tomado la decisión de seguir adelante, ya habían escogido, lo que significaba que seguirían hasta el final.

Sin embargo, no estaba preparado para las acciones de sus compañeros. Primero vio como Lily se acercaba seductoramente al supervisor y acto seguido era Freak quien le atizaba con el bate de baseball, desatando el caos en el lugar.

Todos a su alrededor se volvieron a mirar y mientras Bill se encargaba de uno de los guardias, él se volvió para ensartar a otro con su lanza.

-¡AAAAAAAAH! -gritó Andrés, mientras corría con su lanza para convertir al guardia en un pinchito.

Organa miró en los rostros de sus acompañantes y no tardó demasiado en darse cuenta de que aquel plan iba a saltar por los aires. Había demasiadas emociones en ellos, después de ver a sus compañeros siendo obligados a trabajar, maltratados, y doloridos, algo que a cualquiera, no solo a ellos, le habría hecho saltar como ocurrió.

Fue inesperado y no lo fue, así que sin dudarlo, agarró una roca del suelo y se lanzó hacia el primer guardia que vio para asestarle un golpe en la cabeza.

Ninguno de los guardias, ni tampoco vuestros compañeros, se esperaban lo que estaba sucediendo. Rose miró a Bill, sorprendida por lo que estaba viendo, sin creérselo completamente.

-B-bill, ¿eres tú? -te preguntó, acercándose a él antes de que se lanzara al ataque.

Los demás se volvieron y el padre de Lily apenas podía dar crédito a lo que estaba viendo.

Pero no hubo tiempo para más. 

Lily se aproximó al supervisor y le mordió la nariz con fuerza, haciendo que aquel gritase de dolor, aullase más bien, y apartara con desesperación a Lily, empujándola lo más lejos que pudo. Con media nariz colgando, su mano se dirigió rápidamente hacia su arma, una especie de cuchillo grande, pero ni siquiera tuvo tiempo para sacarlo pues el bate de Lucke impactó con tal fuerza en su rostro, lanzando sangre y dientes por todas partes y provocando que el supervisor se desplomase en el suelo, totalmente inconsciente.

Bill y Andrés fueron los siguientes, ensartando a sus respectivos guardias, y Organa rompió una piedra en pedazos al golpear con ella la cabeza de un tercer guardia.

Pero eso permitió que los otros guardias se volviesen y abalanzasen sobre todos vosotros.

En esos momentos, aquellos guardias podían dar la voz de alarma y significar el final de todos, pero ni siquiera pudieron gritar. Todos los demás, vuestros compañeros, el padre de Lily e incluso Rose, todos, se les echaron encima, los tiraron al suelo, aplastaron, golpearon y dejaron fuera de combate.

En pocos segundos, no quedó nadie para ir en contra vuestra...al menos por el momento.

El padre de Lily se acercó a su hija y se fundió con ella en un abrazo sin fin.

-Hija. Yo... qué alegría me da verte. ¿Cómo habéis conseguido llegar hasta aquí? -consiguió preguntar. Al separarse, te miró a los ojos -. Tu madre no está bien, pero seguro que al verte... iré a buscarla.

Tu padre se marchó hacia el interior del túnel.

Rose prácticamente se echó encima de Bill.

-Oh, Bill. Por fin, gracias.... Bill.... -dijo Rose, que estalló en un llanto sin fin.

Tampoco Andrés se libró de un momento así. Aunque no contaba con encontrar a Rodrigo, él también estaba allí. Se acercó a él, lo miró con orgullo y después lo abrazó con fuerza.

Todos se arremolinaban entorno vuestro, pues erais su esperanza para salir de allí.

Andrés se lanzó valientemente contra uno de los guardias, dispuesto a ensartarlo, mientras que Bill se dirigía a otro de ellos y Organa se hacía con una buena piedra, una de esas que tenían una arista sobresaliendo y también atacó. Otra cosa no, pero era un grupo bastante reactivo y si se metían con uno, todos iban para actuar con afán vengador.

Lily había alcanzado al supervisor y mordió la nariz con saña y voracidad, como si fuera el pastel de grosellas más apetitoso del mundo. El resultado de su ataque fue que el tipo tuviera la nariz colgando, y ante el dolor y odio recién despertado en el supervivor, fue a coger su cuchillo del cinto, con claro afán de clavarlo en la pelirroja. Una suerte que Lucke estuviera velando por ella y le diera con el bate de beisbol en todo el cráneo.

Benz se limpió la boca de sangre, pues se había puesto perdida con aquel líquido vital, cálido y pegajoso que ahora recorría su barbilla, como si de una vampira se tratara.

Los guardias cayeron de manera conjunta cuando los propios esclavos, ciudadanos del refugio 252, se abalanzaron sobre el resto de los esclavistas, haciendo que no hubiera por el momento nadie dispuesto a enfrentárseles.

- ¡Papá! - Exclamó la pelirroja lanzándose a los brazos de su progenitor, no pudiendo evitar que las lágrimas cayeran raudas sobre las mejillas - Os encontramos gracias a Kummy, ella está bien... Está a salvo... Y... Y.... - Quería decir muchas cosas, pero la verdad era que las palabras se le atragantaban, sobre todo cuando supo que su madre no estaba bien, algo que le impactó - ¿Está enferma? ¿Ha sido herida? ¿Y Liam?... - Preguntas sin respuesta, pues su padre, Mark Benz, había ido a buscar a la mujer que le dio la vida. Y en esa espera, observó cómo Rose se aproximaba a Bill y Andrés se encontró también con sus seres queridos. De una manera inusual, estaban en casa.

- Tendremos que salir de aquí y ver la manera de regresar a nuestro refugio. Prepararlo para ataques futuros y volver a tener la vida que hasta ahora habíamos tenido - Dijo la pelirroja, siempre hábil con las palabras y en cierta medida, motivadora

Lily buscó con la mirada a Freak y cuando le localizó se abrazó a él. Todos estaban con sus familiares y Lucke era como su hermano. Formaba parte de su vida. Así todos debían saberlo y considerarle, pues estaba viva gracias a sus esfuerzos - Muchas gracias Lucke, sin ti jamás habríamos llegado tan lejos...

La batalla había durado lo mismo que un suspiro y el resto se las personas esclavizadas se ocuparon de los guardias que aún faltaban abatir.

Freak vió cómo Bill se reunía con su prometida Rose, Lily con su padre Mark, y hasta Andrés estaba abrazado a alguien que a juzgar por sus facciones debía de ser su padre. Todos tenían a alguien, menos Freak.

Miró el cuerpo abatido del Supervisor en el suelo y el desastre que le había provocado en la cara con el bate de madera.

Los monstruos como yo, no tenemos familia. -Kihh...- Musitó.

Fue entonces cuando sintió el abrazo de Lily, y recordó que todo estaría bien mientras esté con ella.

Cuando el abrazo acabó, notó que todas las personas de allí se arremolinaban entorno al grupo. Nos miran... con esperanza en sus ojos...

Freak se agachó a tomar el enorme cuchillo que tenía el supervisor, lo empuñó y levantó su brazo antes de bramar a todo pulmón. -¡¡¡KAAAAAAAAHHHHHHHH!!!-

Las lágrimas de Rose se contagiaron en el rostro de Bill quien también había comenzado a llorar de la alegría.

-Mi Rose, mi amada Rose...- La besaba y abrazaba con toda sus fuerzas. -Cuánto me alegro que estes bien... oh mi Rose... Nunca más nadie nos separará, te lo prometo mi amor... oh mi Rose.-

El momento emotivo acabó cuando escuchó el sonido gutural del grito de Freak, lo volvió a la realidad y se dirigió a la multitud.

-ESCUCHEN TODOS, TENEMOS QUE IRNOS DE AQUÍ CUANTO ANTES, QUIEN TENGA FUERZAS PARA AYUDAR A MOVERSE A LOS MÁS ANCIANOS Y NIÑOS QUE LO HAGAN. HAY UN LUGAR LLENO DE VIDA DONDE PODREMOS IR Y YA VER QUÉ HAREMOS LUEGO, PERO TENEMOS QUE IRNOS YA DE ESTA CONDENADA CUEVA.-

Al terminar su discurso, tomado de la mano con Rose, Bill buscó a sus compañeros, más precisamente a Organa.

Una sensación de vergüenza le recorrió el cuerpo cuando recordó que había aceptado aparearse en la aldea rompiendo su voto de compromiso. Ojalá eso nunca salga a la luz.

-Organa, el camino por el que vinimos, ¿es el único posible?- A duras penas lo conseguimos atravesar nosotros, ¿Cuántas de estas personas debilitadas lo lograrán?

Antes de que Organa pudiera responder, pudisteis oír varios bufidos, pasos y gruñidos, provenientes de uno de los túneles. Uno d de los cautivos se volvió entonces hacia Bill.

-Son ellos. Cuando hay problemas siempre mandan a algunos de sus guardias con esas criaturas pro delante, y siempre se llevan a varios por delante.

En ese momento llegó el padre de Lily con su madre en brazos. Estaba pálida y muy delgada, y a juzgar por cómo la traía, también muy débil. Pero vivía, y al ver a Lily, una sonrisa casi cadavérica, pero sonrisa al fin y al cabo, apareció en su rostro.

-Hija mía. No... podía creérlo. Estás viva. Hija...

Como buenamente pudo, la colocó en el suelo y a pesar de que sus piernas apenas podían sostenerla, se abrazó a Lilt con fuerza.

Pero no había mucho tiempo para hablar. Organa intervino para responder a Bill.

-Tenemos que salir de aquí y ahora. No sé si el único lugar para salir es por donde vinimos, pero subir hasta allí no será fácil; somos demasiados. Esos túneles, ¿dan a algún sitio?

El hombre que había intervenido antes volvió a hacerlo.

-Termina en una especie de río subterráneo pero nunca nos hemos adentrado en él. Lo usamos para lavarnos.

También desde la parte de arriba oísteis gruñidos, por lo que quizás el único posible lugar por donde escapar fuese aquel, por arriesgado que pareciese. Organa así lo creía.

-Si hay agua, puede que haya un lugar por donde salir. ¡Vamos!

¿Ellos? ¿Quienes? Recordó al mutante de dos metros y piel verde que irrumpió en la cafetería del refugio para sembrar el caos.

A Organa se le ocurrió una vía de escape posible, un rió. De seguro llevaba hacia la zona de los manglares pero, ¿podrían lograrlo?

Bill miró la zona de dónde provenían los bufidos. -Somos cientos, ¿De verdad hará falta que corramos?- Luego del par de batallas ganadas con tanta facilidad sentía coraje para pelear, pero entonces pensó. -La ventaja sorpresa ya no la tenemos, si fuera tan fácil, esta gente ya se hubiera liberado hace tiempo, Organa tiene razón.-

Bill asintió.

-¡Vamos, todos al túnel! ¡Escaparemos por el agua!- Repetía las palabras de organa, pero aún no avanzaba, tenía algo en mente para hacer primero.

Luego del grito gutural de victoria de Freak, guardó el enorme cuchillo del Supervisor en su pantalón.

Vió Mark regresar con la madre de Lily, se la notaba muy desmejorada. Entonces... Liam no lo ha logrado. -Kihh...-

El radiano se acercó a la familia, Organa y Bill señalaban hacía un túnel y parecía que alguna gente comenzaba a moverse en esa dirección.

-¿Kah?- Dijo Freak con los brazos abiertos hacía afuera y las rodillas levemente inclinadas junto a Margaret, se estaba ofreciendo a cargar encima a la debilitada madre de Lily para facilitar su traslado en caso de así lo quisieran.

-¡Rose! Tienes que irte ya.- La besó en los labios. -Mi amor, confía en mí, sigue a esa mujer.- Dijo señalando a Organa. -Yo iré enseguida por detrás, creéme.- Volvió a besarla, está vez más fuerte, y comenzó a empujarla suavemente en dirección hacia el túnel del río. -Ve Rose, sálvate, yo iré detrás.-

Bill miró hacia arriba, de donde se escuchaban provenir los ruidos y bufidos. -Ya verán estos malditos.- Sacó yesca y pedernal de su bolso. -¡Les enseñaré a estos bastardos...!- Golpeaba la piedra y las chispas salían desprendidas. -¡... Que nunca, pero nunca...!- La yesca había prendido y comenzaba a formarse una enorme llama. -¡...se metan con un botánico!- Agarró la bola de fuego y la metió en medio de toda la morfiusa somnífera que llevaba en el bolso.

Cuando comenzase a prenderse todo fuego haría el efecto de un incienso somnífero con el que ganarían unos minutos, o eso creía.

Pero todavía faltaba arrojar el bolso al túnel de arriba por dónde venía la amenaza, y ese no era el fuerte de Bill.

Tras girar y girar sobre sí mismo para dar un mayor envión al bolso con la morfiusa que parecía comenzar a encender, la lanzó. Su puntería falló estrepitosamente y el bolso cayó sobre los pies de Lily.

-¡Lily, la morfiusa está encendida!- Gritó.

Todo había sucedido muy rápido, pero el miedo inicial de atacar a los guardias ahora se traducía en un éxito rotundo que había vuelto a reunir a las gentes del refugio 252, quedando aquel particular grupo de compañeros como si fueran verdaderos héroes. Freak celebró la victoria con un grito salvaje que ponía la piel de gallina a cualquiera que no conociese su bondad.

- Ya está, Lucke, que te va a doler la garganta... - Suavizó la pelirroja a su amigo, tomándole del antebrazo y acariciándole, como siempre cariñosa con él.

Lily observó a Billy con Rose y no pudo evitar sonreír con satisfacción. Volvía a recuperar a su mejor amiga y estaba claro que el amor de Chadwick por ella era profundo, a pesar de que la carne era débil y las tentaciones de la aldea le habían hecho dudar. Debían regresar al refugio para celebrar la boda, ella misma podría hacer el pastel de ceremonias, un dulce de ruibarbo sería ideal para la ocasión. Cuanto antes se acostase Billy con Rose, antes eliminaría los deseos que el muchacho había sentido en la jungla de las tentaciones.

- Como dice Bill, debemos irnos cuanto antes, aquí siguen habiendo peligros - Apoyó la camarera mirando hacia la oscuridad de la cueva, el sitio por donde su padre se había marchado para ir a buscar a su progenitora.

Apareció su madre, físicamente débil, demacrada, con un aspecto que a la pelirroja le daba hasta ganas de llorar. Se abrazó a ella y controló sus impulsos pues debía imperar la alegría, si ahora se venía abajo nadie confiaría en ella y debía mantenerse fuerte por su gente, por salir de aquel infierno. Se escucharon gruñidos y bufidos. Benz se quedó quieta conteniendo el aliento.

Esas malditas criaturas son mortales. Si no avanzamos estamos condenados.

- Bien debemos retirarnos. No hay tiempo que perder... - Animó poniéndose en cabeza acercándose a la zona donde el río subterráneo se encontraba, a la par de Organa, pensando que cada vez que se metía en el agua pasaba algo malo - Bueno, si ya os habéis aseado antes aquí, debe ser una zona segura... - Aunque ella no lo estaba tanto

Que Freak portase a su madre era algo que le daba mucha tranquilidad a la pelirroja. Sabía que su amigo la cuidaría con su propia vida, tenía suerte de tenerle al lado, nunca terminaría por entender el porqué el resto de los supervivientes no le trataban como se merecía, como un dulce hombre trabajador que siempre deseaba agradar.

Bill preparó el somnífero y lo lanzó hasta sus pies, gritando, avisando de lo que era. Lily no se lo pensó dos veces se metió en las aguas del río subterráneo una vez le dijeran donde se encontraba exactamente, con clara intención de recorrerlo y abrir camino en busca de la libertad. No sin antes pensar en su hermano mayor, controlando el impulso de llorar profundamente. Liam no parecía haberlo logrado.

Bill corrió a recoger la bolsa que tan mal había lanzado, cuando ya estaba liberando parte de su contenido. Aunque Lily la había sumergido parcialmente en las aguas, no lo había hecho lo suficiente como para acabar con su efecto y la rapidez de Bill fue providencial para lograr recuperarla y lanzarla a lo lejos, tapando la llegada, al menso durante unos momentos, de los guardias y quienes se acercaran a vosotros.

Andrés empezó a empujar a los prisioneros, vuestros compañeros y alguna gente más a quienes no conocíais, en dirección hacia el interior de los túneles, lejos de la zona de excavación y siguiendo el curso de agua.

Podíais oír gruñidos detrás de vosotros, todavía lejos, pero sin duda avecinando un peligro que no tardaría en llegar. Por eso acelerasteis cuanto pudisteis, aprovechando las luces que había prendidas en las paredes, tirando de aquellos cuerpos débiles y exhaustos, en busca de la salvación.

Rose casi no se despegaba de Bill y Lily y su padre tiraban de su madre casi con desesperación.

Lucke despertaba sonrisas de agradecimiento a medida que todos iban fijándose en él, como nunca había provocado. Siempre había sido considerado como un bicho raro, pero en aquellos momentos, era uno de los salvadores que había llegado para sacarlos de la miseria.

El túnel fue estrechándose cada vez más, hasta que finalmente, llegasteis a una pared que parecía ser el final del camino. El río también había sucumbido y formaba una especie de estanque en donde muchos de los prisioneros se detuvieron a beber y refrescarse.

Andrés  se sentía extrañamente jovial, rodeado de quienes habían compartido con él la vida en el refugio. Aunque nunca se había relacionado demasiado, el hecho de ver rostros conocidos y sonrisas, fue como una bebida tonificante que hizo que otra vez tuviese esperanza de conseguir una vida mejor.

Pero cuando llegaron al final del túnel, su gesto se torció. Miró hacia el agua y no le pareció que allí hubiese una salvación.

-¿Estáis seguros de que podremos escapar por aquí? Porque a mí no me lo parece.

Entonces se aproximó al agua y miró a los demás. El padre de Lily asintió con la cabeza y entonces, Andrés se introdujo en el estanque y se sumergió, desapareciendo bajo las aguas.

Mientras tanto, os pareció oír ruidos detrás de vosotros; ruidos, pasos... y extraños sonidos metálicos que rozaban el suelo o las paredes.