Partida Rol por web

Mantenía mi poco respeto por los soldados mirándole fijamente sin moverme del sitio, ellos no eran nada mio así que no podían darme órdenes así como así y desde luego no iba a aceptar que hicieran lo que les diera la gana conmigo y con Euphemia simplemente porque se creían mas guays que nosotros o mas bien porque estábamos en su campamento y nosotros solo eramos unos reclutas SeeD.

- Lo siento pero tu no puedes darme órdenes, este es un prisionero de los SeeDs y por tanto a vosotros no os incumbe en absoluto, por lo tanto no pienso dejar que os encarguéis de ella. Si tanto queréis que me vaya os insto a que vayáis a mi superior y le informéis, cuando ella me lo ordene me moveré de aquí hasta que eso ocurra no pienso abandonar este lugar. Y por lo visto yo soy mucho mas capacitado para esto que vosotros los cuales ya me estáis apuntando con armas a la mínima oportunidad.

El soldado que parecía estar a cargo, nego con la cabeza y se limitó a mirar a sus compañeros mientras se paraba entre Euphemia y Renall.

Como quieras, estás bajo arresto por desacato. Ahora chico rudo. ¿Te vienes por las buenas o por las malas? 

Y antes de que hagas una estupidez mayor, te recuerdo que nosotros somos la autoridad en este territorio hasta que la corona diga lo contrario, pues si bien es cierto, este ya no es territorio de Lucis, sigue estando bajo nuestra protección y atacarnos a nosotros es un acto de guerra. - anuncia el soldado mientras prepara su arma.

¿Y bien?

No sabía que pasaría, ambas partes estaban en una posición de suma intransigencia que caldearía los ánimos, y si algo le pasaba a Renall, no podía asegurar que ella pudiera mantener el control, y eso sería peligroso para todos, la chica carraspeó para llamar la atención de ambos.

— Rennie, no es necesario todo esto, tranquilo, estaré bien, ve con la teniente y pregúntale, los soldados aquí, esperarán a que vuelvas, ¿cierto? — ahora miró a los tipos, sus vidas se las debían a todos ellos y algo de deferencia decían darles, era algo mínimo — estaré bien — le sonrió, moviéndose para que el mago rojo la pudiera  ver.

Eso es evidente que no vamos a trasladarte hasta hablar con tu superior, pero no vamos a dejarte a solas con alguien que no está capacitado para manejar esta clase de situaciones. - anuncia el soldado con seriedad.

Levante mis manos para que me las amarrara o esposara sin ningún problema, tenía claro lo que hacía y no tenía ningún tipo de miedo a estos tipos.

- ¿En que momento he dado indicio de querer atacaros? Vosotros sois los agresivos aquí, así que no me juzguéis por como os comportáis vosotros -Euphemia se preocupo por mi e incluso me sonrió, yo le devolví la sonrisa y volví a endurecer el rostro al mirar a los soldados- Venga no tengo todo el día. Aunque me gusta ver como tratáis a quienes han luchado hace poco con vosotros contra los magitec y quienes han traído a uno de vuestros equipos sano y salvo del bosque rescatándolos de un espía.

Me daba igual como me tratarán a mi o como buscarán cualquier excusa que pudieran para sacarme de la tienda pero como me enterara de que hacían cualquier daño a Euphemia incendiaría todo el campamento sin dudarlo un instante.

Cuando mencionas al espía, los tres soldados te observan confusos. Sin duda habías dicho algo que captó mucho su atención.

¿De qué espía hablas? ¿Acaso pretendes intentar engañarnos de nuevo? - pregunta el líder de escuadrón mientras sus compañeros te esposan.

Venga habla de una buena vez y quizá nos olvidemos del arresto. - te instan los soldados mientras sopesan cada una de tus palabras.

Al llegar a la fogata encuentro a mis compañeros y a la teniente discutiendo nuestros próximos movimientos, por lo que decido manifestar mi propia opinión.

Teniente, si se me permite opinar, personalmente creo que lo mejor es comunicarnos al Jardín, informar nuestra situación actual y pedir nuevas órdenes.

En cuanto a Euphemia, creo que lo mejor es permitirle marchar y sancionarla como corresponde cuando lleguémos al Jardín de Lyz. - sentencio con seriedad.

- Disculpe teniente pero les he informado ya a todos! Concuerdo con la propuesta de Edelmari, pero usted tiene la última palabra! - La joven exploradora semi - Aven se cuadro al regresar con la teniente junto con Tempi y Eladmari y apoyó la propuesta del elfo con la misma seriedad y tras decir lo anterior guardo silencio y con discreción se acercó a Tempi para susurrarle unas palabras

Me aclare la garganta para ocultar mi satisfacción por que todo saliera bien.

- De acuerdo, no estoy autorizado a revelar todos los datos pero os contaré lo que puedo. En uno de vuestros grupos que patrullaba el bosque estaba infiltrado un espía doppleganger, ese equipo y el nuestro nos encontramos en el bosque y debido a la intervención de alguien desconocido hubo un malentendido e iniciamos un combate tras ganarlo hicimos presos a todos... -observe sus reacciones ante el hecho de que les ganáramos en combate, nosotros unos reclutas- ...tras un interrogatorio revelamos al doppleganger y trajimos a los vuestros al campamento, los cuales nos guiaron. El resto es confidencial y después de eso pues ya sabéis os ayudamos en el combate.

Darius se paró un segundo y miró atrás hacia la tienda ante la frase de Ruby. Después la miró a ella nuevamente y volvió la vista a la tienda. - Yo no lo llamaría tensión. - volvió la vista hacia Ruby, aguantando sonreir, o más bien, reir. - 50 guiles a que acaban retozando. - dijo sin ningún tipo de pudor, aunque fue gracioso que Darius usara una expresión de bajo calado para algo tan obvio. Él seguía en sus trece de no utilizar "vocabulario malsonante" a no ser que la situación lo demandara a gritos.

Pero después retomaron la marcha, y ella preguntó como estaba. - ¿Daño? Hoy me han apuñalado las suficientes veces como para que un corte en la mano no signifique nada. - negó con la cabeza. - No ha sido nada. - y aun con la marcha hacia el centro del campamento, las palabras de Ruby le hicieron negar con la cabeza una tercera vez. - Aburrida... No. Intensa, espesa, ciclica, infructuosa...redundante. Cansada. - comenzó a enumerar, moviendo la mano en círculos.

- ¿A solas? ¿Por qué? Estoy seguro que se alegrará de verte. - le dió una palmadita en la espalda, con aquella manaza. - Ya veo... Quien diría que se te comió la lengua el Ronso. - bromeó esta vez incluso llegando a reir. - Ya verás como mañana todo esta más claro. Y con un poco de suerte, esta noche hasta tendrás cama propia y podrás dejar de usarme como almohada y manta. - bromeó, aunque parece que solo le hizo gracia a él.

Así que carraspeó y señaló al frente con el arma. - Mira, tu amiga. - anunció así la llegada de Isabeau.

Con cara de pocos amigos -Algo más exagerada que la que solía tener de normal- devolvió el saludo a Isabeau, llevándo la mano en plano a la frente. Y miró de reojo a Ruby para que le imitara, porque lo cortés no quitaba lo valiente. La educación no era una opción.

Así, se reunió con los demás en la fogata que la Teniente había preparado. Clavó la lanza en el suelo y se cruzó de brazos, saludando a los demás con un movimiento de cabeza algo más informal. Escuchó las palabras de Mey, y no quería imaginar que pudiera llegar a plantear la posibilidadd e abandonar una misión a medias. - Solo estoy de acuerdo en parte. - se encogió de hombros, negando con la cabeza.

Carraspeó como paso previo a exponer las cosas como él las veía. - Lo más lógico y prudente es solicitar órdenes al Jardín. Dicho esto... - Dejó unos segundos de pausa. - Abandonar la misión no es propio de los efectivos del Jardín de Lys. Puede que nuestro número haya sido reducido, pero también hemos salido reforzados de la experiencia. Ahora, cada uno de nosotros vale más que ayer. Quizás no podamos actuar usando las mismas tácticas, pero adaptaremos nuevas a nuestras necesidades. De la experiencia aprenderemos nosotros, y aprenderá el Jardin. La victoria contra todo pronóstico marcará el ejemplo a seguir de muchos cadetes que vendrán después de nosotros. - Se giró hacia la teniente. - Teniente, ha dicho que una lanzadera podría recoger a Euphemia. - señaló a los presentes con uan rotación de la mano. - Somos un grupo reducido, podríamos usar esa misma lanzadera para cumplir la misión. Ahora somos muchos menos, podemos utilizar tácticas de sigilo y ataque selectivo en vez de un choque directo. - Colocó la mano sobre el asta de la lanza y lanzó un largo suspiro.

- Si cree conveniente que todos volvamos, seguiremos sus órdenes. Pero si me permite la licencia, a mi me gustaría continuar la misión si los demás vuelven a Jardín. - Acabó por sentenciar.

Tras unos segundos de silencio, se encogió de hombros. - Y no se si ya ha sido informada, pero Bodoc acaba de recibir órdenes de unos blindados de Lucis que acaban de llegar. Deberiamos actuar con prudencia, sean cuales sean nuestros pasos. -

Alce una ceja, divertida ante el comentario de Darius- Retozando... - repetí, divertida, esforzándome por no dejar escapar una carcajada- Yo diría que hasta 100 guiles. Además, igual hasta nos viene bien que Renall le eche un buen polvo a Euphemia... Así seguro que se relaja... - dije, mucho menos "modosa" que mi compañero, acabando por reir.

Sin embargo, la carcajada se acabo por convertir en una pequeña sonrisa algo más oscura, cuando habló de las veces que le habían apuñalado en el día de hoy-  Pfff... se me está haciendo tan largo el día que hasta tengo la sensación de que la batalla fue hace mucho tiempo... - le reconocí, mirándolo ahora con un gesto de preocupación mucho más serio- Y tú tienes que descansar. Por muy Ronso que seas, tienes que recuperarte, como el resto. - le dije, con aquella mirada preocupada, para acabar negando, cuando me habló de la charla con Euphemia.

E iba a preguntarle por el tema del que habían estado hablando para que hubiera sido tan horrible todo cuando él mismo cambió de tema, y pareció no darle importancia especial al tema de estar o no a solas con Aura- Bueno, vale, entonces voy... - dije, sintiendo una repentina oleada de alivio que no fui capaz de explicar. ¿Pero qué me estaba pasando? ¿Me había vuelto imbecil despues de la batalla de hoy?

Y, como para confirmar mis sospechas, Darius siguio hablando sobre nuestro futuro descanso. Uno que, "con un poco de suerte", según él, incluia no seguir durmiendo a su lado. Y, por el mismo motivo por el que me estaba volviendo imbécil, al contrario que a él, la idea no me hizo ni puta gracia. - Pues... no se duerme nada mal, ¿eh? - fue lo unico que atiné a decir, mientras sentia un pellizco bastante molesto en el estómago, justo antes de que Darius señalara hacia el frente.

-Joder, ¿en serio? ¿Por qué no deja de perseguirme? - me quejé, resoplando, mientras me encaminaba con Darius hacia donde estaba ellla.

No pude evitar poner los ojos en blanco cuando Darius me miró de reojo, "obligándome" a saludar de nuevo a Isabeau. ¿De verdad era todo aquello necesario?

Sin embargo, tras dejar escapar un pequeño bufido, accedí, y también me llevé la mano a la frente, limitándome a asentir cuando dijo que Mey nos estaba buscando.

Así, aparecí junto a Darius junto a aquella fogata en la que se habían congregado ya casi todos, cruzándome de brazos, mientras Mey exponía su opinión, y nos pedía la nuestra.

-Pues yo tampoco creo que dejar las cosas a medias sea una buena opción. - acabé por decir, con aquel tono más apasionado y menos oficial que me caracterizaba- Vale, nos han dejado tocados. Pero aquí estamos, ¿no? Y yo también creo que si en lugar de entrar como un elefante en una cacharrería buscamos una buena forma de enfocar la misión y somos un peeelin más sigilosos, podremos terminarla. - dije, poniendo mis manos sobre las caderas. Podía ser muchas cosas, pero no era una cobarde. Ni tampoco de las que se rendían.

-Ahora sabemos más, y sabemos qué puede esperarnos. Sólo es cuestión de estar preparados y no tomar decisiones unilaterales que pueden jodernos a todos. - dije, gesticulando con las manos mientras hablaba, antes de acabar mirando directamente a Mey- Pero para eso, no podemos permitirnos el lujo de perder recursos valiosos. Y Euphemia es uno de ellos. - dije, intentando abordar aquel tema desde una perspectiva más profesional, alejada de lo personal, para que calara más hondo en Mey- Yo creo que con que todos nos comportemos como adultos y no como niñatos, será suficiente. Pero con Euphemia muerta o metida en una celda o una nave, nuestras probabilidades de éxito se reducen muchísimo. Hay que ser prácticos. - me encogí de hombros, esperando que mi alegato, unido al de mis compañeros, influyera en la decisión de Mey.

-En resumen, que yo también me quedo. - dije, cruzándome de nuevo de brazos junto al ronso, dejando claro mi deseo de acabar con lo empezado, sin importar cuántos mas se quedaran allí.

Tras evaluar las propuestas la teniente toma al fin una decisión.

Muy bien llegaremos a nuestro objetivo y tomaremos control del paquete, luego solicitaré nuevas órdenes, Dracstone continuará formando parte del pelotón y según su desempeño hablaré en su favor o en su contra ante el tribunal de disciplina. - anuncia la teniente mientras sopesa lo dicho sobre las nuevas órdenes de Lucis.

Cadetes Khar, Kain y Aokishi, estén atentos ante cualquier movimiento sospechoso de nuestros anfitriones y no olviden que para ellos sólo somos simples mercenarios, espadas de alquiler meros soldados de segunda clase.

Así que, no esperen empatía alguna de su parte.

Lorian vigila a la prisionera durante el resto de la noche, serás responsable si escapa, después de todo, los elfos y los dhampirs no necesitan dormir. - anuncia la teniente con voz marcial.

Los demás rompan filas y a dormir, partiremos al alba.

Al final todo había salido más o menos a pedir de milcasas. Por lo pronto, seguiríamos con la misión, Euphemia volvería a estar en evaluación y con un poco de suerte, sangre y lágrimas acabariamos aquella misión satisfactoriamente. Así, cuando Sasha dió las ordenes y mandó romper filas, Darius se llevó la mano derecha al pecho realizando el saludo SeeD y después relajó el cuadre.

- Iré a la enfermería a echar un vistazo y después buscaré un lugar alto para ver si puedo ver algo extraño. - anunció para los presentes, confirmando así su plan de acción con el resto de vigias. Miró entonces a Eladamri. - ¿Vienes? La enfermería y Euphemia están en la misma dirección. - le ofreció, y después miró a Ruby, esperando confirmación por su parte para saber si le acompañaba o no.

Claro que sí y discúlpame por lo de antes, hay ocasiones en las que me comporto como un idiota, aunque jamás le daría la espalda a los míos.

Mi mezcla de sangre es muy rara y a veces me gana lo drow, sé que no es justificación, pero es la verdad. Intentaré que no se repita. - digo con serenidad mientras le tiendo la mano a Darius.

Los soldados te observan confusos y tras pensarlo un rato, el que parecía estar a cargo levanta la mano.

Muy bien te vienes con nosotros vas a contarle tu historia a la capitana y ella decidirá si te cree o no, por ahora ya no eres prisionero, sino que pasas a ser un informante y como tal estás bajo nuestra protección. - dice el soldado bajando su arma.

Cuando Renall menciona lo del espía, los ojos de la dhampiro se abrieron mucho, realmente mucho, no sabía que tan tonto podía ser su compañero hasta ese momento, y si hubiera tenido las manos desatadas, se hubiera dado con la palma en la frente, pero ahora ya no había nada que hacer, Renall había hablado de más y comprometido la misión, lo que podría ser casi tan grave como lo que ella había hecho. 

En silencio, la chica lo observó irse, intentando hacer gestos para pedirle que se quedara callado, pero ya había hablado o tendría que inventar una muy buena historia. Carajos, pensó, Renall no era bueno mintiendo, de hecho era pésimo. Su compañero no escatimaba en recursos para salvarla, y eso lo volvía un tonto, aunque un tonto lindo. Resopló la chica y miró hacia abajo.

— el grupo de soldados con los que veníamos, tenían a un doppleganger, ninguno de los suyos se dio cuenta— alzó la voz, alguien debía mentir, sería ella — ese desgraciado asesinó a una familia de elfos, no lejos de donde encontramos a los suyos, y nos encargamos de él... y cuando intenté cortar su cabeza, reveló su naturaleza, pero no mucho de donde era o qué buscaba, es claro, quería información de ustedes, aunque no logramos saber quién lo había mandado ni nada, así que Gallard tampoco les podrá decir mucho más de lo que yo les digo, sobre qué pasó con él, pues, intentando hacer que hablara, drené su magia y lo maté, si es que esas cosas pueden morir, así que les recomiendo que busquen la forma de reguardarse, tienen grietas en su inteligencia, el maldito ese sólo dijo que era parte de los rebeldes que los atacaron hoy, pero no dijo mucho más, quizás esperaba poder atacarlos desde dentro, así que sí, de nada, fue un placer — les dice la dhampiro con mucha calma. 

Kain casi desapareció tan pronto como se rompieron filas, quería creer que su empatía con los soldados de Lucís era real, que la capitana no le veía solo como una mercenaria más, pero para ello se tenía que poner en peligro de ser vista como una sucia mercenaria rastrera. Se acercó con su mayor sigilo posible a la tienda en la que había ido a caer aquella carta de misión, y comprobar que era efectivamente un mandado sin importancia.

Es difícil querer creer en todos cuando en realidad apenas se cree en una misma, las órdenes de Sasha incluían no fiarse del todo de sus anfitriones, tener en cuenta que pudieran ser vistos como meros mercenarios, y por ello, tenía que comprobar el contenido de aquel sobre sin lacrar. De hecho que no tuviera un cierre distintivo, podía ser un modo de camuflar el mensaje de poco importante, debía utilizar su mayor sigilo posible, ser invisible era esta vez parte de su misión - lo se Sasha, me dabas a entender que no confiara ciegamente en lo que me dijeran, pero esa capitana me cae bien - pensaba en sus adentros sobre las órdenes de Mey, solo había ese motivo para mencionarla directamente antes de romper filas, una sola persona siempre pasa más desapercibida, y siendo un ambiente "más o menos confiable" puede que no tuvieran en su interior una vigilancia estricta.

Caminar en silencio, usar las sombras, evitar ser vista, inspeccionar el contenido del sobre y volver, toda una misión de sigilo, o el juego preferido de los críos, un trabajito de espionaje. Para Kain mostrar su rostro más amable y afable era clave para poder jugar ese juego, una buena poeta debía ser una buena espía, inventar versos o excusas, escoger palabras o mascaras por mostrar, recitar con convicción y estar dispuesta a darlo todo en sus objetivos.

Kain desapareció tan pronto se rompieron filas, vigilar o descansar era más fácil cuando nadie te veía.