Partida Rol por web

Manténganse alerta, no sabemos que pueden estar tramando esos aujetos. - digo con seriedad mientras avanzo con la espada desenfundada listo para dar batalla.

Algo me decía que si no lidiabamos con esos sujetos ahora, ya luego sería muy tarde, y no estaba dispuesto a correr ese riesgo,  menos aún en una posición tan expuesta como nueateo puesto de vigía.

Asintió convencido a Eladamri, aunque que hubiese visto a los de la cueva había sido un golpe de suerte más que habilidad. No estaba demasiado seguro del plan del derrumbe, eso podría llamar la atención de sus compañeros, pero no dejaba de ser cierto que podría ser su única opción de conseguir ventaja.

Con todos los sentidos alerta Tempi caminaba tras el elfo, deseando no encontrarse problemas. Pero sabiendo que era una esperanza fútil preparó el arco, listo para lo que pudiera pasar.

- Yo les propongo chicos que Droniel vaya a avisar al resto del tipo armado que ha aparecido y que Kiel y yo vayamos a indagar quien es y qué lo trae aquí! Les parece bien? - . Dijo con un susurro la semi Aven mientras que miraba al chico con la espada curva y le sonreía, haciendo un ademán de saludar le desde lejos antes de emprender el vuelo para acercarse un poco

-Claro que Kiel haga el trabajo, mientras yo me quedo con el crédito- Pensé con un análisis de la situación - Supongo que es una decisión inteligente- respondí con mi habitual cara sin emociones.

-Bien manos a la obra chica alada, yo te cubro- mencioné avanzando detrás de ella,  la verdad es que bien hubiéramos podido matar al tipo y preguntar después pero dudaba de la eficiencia de mis compañeros, ahora todo quedaba en manos de Droniel el aviso al resto del grupo, por mi parte apoyaría a Isabeau pero no pondría mi vida en juego.

Después de que Aura se soltara, Darius cayó sobre el centauro desde el cielo como un ave que cae sobre su presa. En aquella ocasión, la lejanía, el movimiento y la premura por alcanzarle no le habían permitido apuntar con precisión, por lo que debería haber sido una herida mortal, solo fue un daño menor.

Tras el golpe, rodó hacia atrás, levantándose y colocando la lanza en posición de guardia mientras observaba al centauro fijamente. - Aura ¿Estás bien? - le preguntó sin mirarla, con la vista centrada en el centauro, vigilándole. - Retrocede, no te preocupes. Yo me encargo. - declaró, justo cuando vió al centauro lanzarse sobre él.

Giró la lanza a la par que daba un paso lateral, desviando el golpe del centauro lo suficiente como para que le dejara un rasguño sin importancia donde debería haber una herida fatal. Aprovechó la inercia para rodar por el suelo, ganándole el terreno al centauro y atacó sin esperar a que pudiera recuperar su arma desde el árbol. Si él no había tenido piedad al atacar, sabía que no esperaría lo mismo al defenderse.

El cabreo monumental del centauro me pareció hasta gracioso, sobre todo teniendo en cuenta que entre Darius y yo lo estábamos machacando y que Aura había conseguido zafarse de él, para mi tranquilidad y la de Darius.

-Que si, comemierdas, que sí... - le contesté,  vaciando dos nuevos proyectiles en el cuerpo del centauro, para acto seguido ir en busca de Aura, colocándome delante de ella.

-No te preocupes, yo me encargo. - le dije a Darius con una media sonrisa, viendo como el ataque del centauro quedaba en nada, y como el ronso contraatacaba.

-Quédate detrás mio. A este le queda un suspiro. - dije, preparándome de nuevo para atacar, cómoda y segura de mi misma. No era la primera vez que me veia en una trifulca como aquella y ese tipo de pelea más "sucia" siempre me había ido más que estar rodeada de soldados por doquier que no paran de separarse los unos a los otros. En el tú a tú era donde yo solía ganar.

-¡Remátalo, va! - animé a Darius, pendiente para volver a actuar de ser necesario.

Conforme se acercan a la cueva, logran ver a alguien corpulento que corre hacia el interior de la misma, fuera lo que fuera que hubiera en ese lugar era evidente que sus moradores no iban a combatirlos en campo abierto.

Habiéndose alejado mi "amenaza", ese instinto casi bestial aminoró hasta casi desaparecer. Siento cómo me tiemblan un poco las rodillas y hundo la "punta" del espadón en tierra para contener ese temblor y apoyarme un poco, aunque la llegada de Ruby para ponerse delante mía con sus dos pistolas me hace avergonzarme un poco. Por un momento sentí que estaba perdida, hasta que los golpes de Ruby hicieron que pudiese liberarme, cosa que por mí misma habría sido imposible, lo sé.

- Gracias... -digo con un tono que trata de ser firme, pero que muestra bastantes dudas, aunque inconscientemente me llevo la mano a esa zona ardiente bajo el pecho, entendiendo lo que mi subconsciente me dice, la aprieto ligeramente, recuperando algo de voluntad, y añado con voz algo más firme- Yo os cubro. No dejaré que os haga daño. -indico, y unas débiles corrientes de magia empiezan a rodearme, dando señal de que reúno la energía mágica por si necesito sanarlos.

Al encontrarse herido, el centauro pone la lanza en ristre y arremete contra Darius en un embate brutal, la lanza se hunde en la carne del ronso, para luego derribarlo.

El poderoso ser, literalmente arrastra a Darius por el suelo un par de metros hasta que la lanza se rompe, para luego pasarle por encima, asegurándose de pisotear cada centímetro de su cuerpo antes de perderse en la espesura del bosque.

Conforme el centauro pisotea a Darius, sus huesos crujen uno tras otro, señal inequívoca de la fractura de los mismos, mientras sus cascos abren diversas heridas en la carne del ronso.

Nos habíamos quedado en una posición mas romántica, mucho mas romántica pero por suerte accedió a mi petición con una condición.

- Dalo por hecho, no tengo planeado morir. Sería un ligero problema... -dije con una sonrisa, entonces tras decirme que compartía mis sentimientos me robo un beso corto pero sensacional y cuando fui a hablar me dio otro mas apasionado tanto que incluso me acerco mas a ella apretándome contra ella, me pregunto algo... algo a lo que creía que mi respuesta debía ser si, eso era lo mejor pero poco a poco se fue perdiendo entre los besos y acabo por desaparecer mi respuesta transformándose en caricias y roces mientras los dos seguíamos experimentando, realmente quería que esto no acabara de hecho ni siquiera era consciente del tiempo que pasaba mientras los dos estábamos distraídos disfrutando juntos, mis manos empezaron por su cara, rozando su mejillas y tocando su pelo, luego se fueron deslizando por sus hombros, sus brazos y por último sus manos las cuales agarre sin separarme lo mas mínimo de ella

los dedos cálidos de Renall contrarrestaban con su piel, siempre helada, y esos escalofríos le fascinaban de una manera que desconocía, de hecho, ni con las jugarretas con Ellen, su dama de compañía que hizo las veces de mejor amiga, confidente y primera novia, le habían hecho sentir ni por asomo lo que Renall le producía en su interior. Acariciaba su esencia, la calentaba y mucho, eso si podía sentirlo, como sus mejillas se encendían y las ganas de apretar más su cuerpo contra el del chico se está amnésico haciendo imposibles de resistir.

— Re-Rennie...— murmuró y ahí comienzó a sentir hambre, no por la comida, sino por el mismo Renall. Su aroma le era apetecible, sus dedos se entrelazaron con la mano y suspiró en su boca, quería morderlo y estás dispuesta a hacerlo, así que cuando sus bocas seguían jugando y danzando. Sus lenguas se acariciaban y descubrían que era lo que físicamente les gustaba, Renall pudo sentir los colmillos de su chica y como de pronto ella se apartó de su boca y se colocó sobre, respirando muy agitada.

— me- me están dando muchas ganas de morderte. Rennie... muchas — su voz entrecortada y jadeando, demostraba que sentía realmente placer por los besos de Renall— es muy...peligroso que... que te siga besando de esta manera.. no...— resoplaba y levantó su mirada roja y sus colmillos— ufff me vuelves loca — se ríe, agitada aún, y le da un pequeño beso en los labios, era un Dhampiro era joven y le faltaba mucho por madurar, aunque pareciera ser una adulta.

— ufff realmente te mordería — le sonrió y se apoyó en su pecho para Que la abrazará — pero luego no tendría más de esto, de ti...— agrega observando a su alrededor — emmm  ¿no ceees que ya deberían haber vuelto? — le pregunga, aún entrelazandl sus dedos, 

- ¡Darius! -exclamo aterrada al ver que el centauro logra alcanzarlo, liberando entonces las energías mágicas que se acumulaban a mi alrededor con una frase en élfico haciendo de foco para darles forma, generando una corriente curativa que instantáneamente comienza a reducir las heridas del ronso.

Tan pronto como siento el hechizo hilado y generando su efecto en el mundo, me lanzo a la carrera para llegar a su lado y le sujeto con el brazo por la nuca, arrodillada a su lado. Observo que las heridas no se han curado por completo con cara de extrema preocupación y trago saliva, colocándole después una mano en el rostro con cariño. Miro a la dirección por la que ha partido el centauro con una expresión difícil de interpretar, como si me debatiese entre las ganas de que vuelva para golpearle y el alivio porque ya no lo vaya a poner en peligro, pero en seguida mi atención vuelve a él.

- ¿Estás bien?¿Crees que puedes tenerte en pie? -le pregunto.

- ¡VAMOS! - gritó al centauro para que centrara su atención en él. Agarró la lanza con ambas manos, mientras daba un paso en lateral buscando una mejor posición para seguir el combate. Mientras él fuera el centro de atención del semiequino, no centraría sus ataques en las chicas, ni en llevárselas de nuevo. En un momento dado, para incitarle a un ataque sobre él, llegó a amagar el gesto de atacarle.

No podía saltar, el centauro ya había visto esa táctica y posiblemente intentaría tomar ventaja o bien en el bosque, o bien acercándose a Ruby y Aura. Lo mejor era permanecer a la defensiva, por una vez en su vida, y esperar el movimiento enemigo para contratacar.

El problema es que el centauro, se movió más rápido de lo que él había esperado, pillándolo desprevenido. Para cuando intentó desviar el arma de su enemigo, ya había sobrepasado su defensa y hundido el metal en su piel, arrastrándolo por el suelo. Agarró con la mano derecha el asta del arma enemiga, evitando así que lo atravesara de lado a lado con el arma mientras era arrastrado por el suelo. Con su arma, golpeó la lanza del centauro una vez, sin éxito. Tampoco en el segundo, o el tercero. Pero en un acto de desesperación y más reacción instintiva que una táctica premeditada, se restorció hasta que pudo dar una fuerte dentellada a la madera, rompiendo la lanza del centauro y haciendole caer al suelo, rodando varios metros en medio de una nube de polvo.

Y por si no fuera poco con la lanza, un segundo golpe llegó cuando basicamente, pasó por encima de él, pisándolo antes de marcharse. Para cuando el polvo comenzó a posarse, Darius estaba tendido en el suelo con la cabeza del arma enemiga aun clavada, y sin soltar su propio arma.

La boca le sabía a sangre, tenía la vista nublada y un suave pitido inundaba sus oidos. Durante unos segundos, le costó centrarse en el aquí y ahora, tumbado boca arriba. Estaba seguro que no había un solo musculo o hueso que no le doliera, y en cambio, la urgencia de volver al combate le hicieron intentar incorporarse usando unicamente, la fuerza de voluntad. Se incorporó ligeramente, y se arrancó la punta de la lanza del pecho, dejándola caer junto a él.

Tras aquello, se miró la mano empapada en sangre, y buscó la profunda herida sin éxito. A decir verdad, después de arrancarse la lanza se sentía algo mejor. Seguía hecho un mural, pero al menos se podría valer por si mismo. Quizás de lo que no fue consciente Darius, es de la magia sanadora de Aura en aquel momento, aunque sí sintió su presencia cuando llegó junto a él y lo sujetó.

- Me duelen cosas que no sabía que existían. - reconoció, tapándose la herida de la lanza con la mano libre todavía, por puro instinto. - Pero me han dado palizas más grandes. - Solo entonces llevó la mano con la que se tapaba la herida -ahora precticamente cerrada por la magia curativa- hasta el antebrazo de la semielfa, dándole un pequeño apretón. - Gracias. - acabó por agradecerle, a la par que asentía con la cabeza a la pregunta de si podría ponerse en pie.

Esperó a que se apartara, para clavar su arma en el suelo y usarla como punto de apoyo para ponerse en pie una vez más. Aquello no había terminado todavía. - ¿Vosotras estais bien? - Una vez recuperada la vertical, estaba más preocupado por el estado de ellas, que por el suyo propio. - Estaré bien, solo son unos agujeros, heridas y golpes de nada. - le quitó importancia al asunto. Todavía podía seguir luchando, por lo que aun no estaba mal.

- Tenemos que replegarnos rápido al otro lado del puente, esta solo era una patrulla de exploración. - les animó a que echaran a correr hacia el puente lo más rápido posible, mientras sacaba el móvil para llamar a Sasha e informarle de lo ocurrido.

- ¿Teniente? Aquí Khar, nos hemos encontrado con una patrulla de centauros hostiles. Posibles centauros hostiles en la zona. Uno de ellos escapó ¿Ordenes? - preguntó mientras avanzaba. Después de todo les habían enviado a investigar y comprobar amenazas, y era psoible que otros grupos corrieran la misma suerte que ellos, por lo que lo mejor era alertarlos lo antes posible.

Regresen de inmediato, eviten todo contacto con los centauros, ellos no deberían estar en la zona a menos que estén buscando comida o aparearse. - dice la voz de la teniente bastante alarmada.

Mientras están en lo vuestro, escuchan que la teniente conversa con alguien por la radio.

Regresen de inmediato, eviten todo contacto con los centauros, ellos no deberían estar en la zona a menos que estén buscando comida o aparearse. - dice la voz de la teniente bastante alarmada.

Droniel acata las órdenes de Kiel y se pone de camino al campamento, mientras Isabeau se acerca al sujeto quien con un rápido movimiento desenfunda su espada y la sostiene con ambas manos mientras la hoja empieza a brillar.

El hombre permanece en su posición sin mover un músculo, al tiempo que mantiene su acero entre él e Iseabeau todo el tiempo.

Era evidente que aquel hombre podía lanzarse al ataque en cualquier momento.

Por primera vez sentía un calor incluso mas atrayente que el de mi familia, sentía como esta chica que apenas conocía se habría un hueco en mi pecho y como deseaba que nada nunca jamás le pasara algo malo, de pasar todo el tiempo que pudiera con ella y entregarme de una manera que nunca había experimentado pero todo eso sería en un futuro...

Entonces durante nuestros besos mi lengua pudo notar sus colmillos que apenas unos instantes atrás no estaban ahí y de inmediato ella se aparto de mi, parecía que ella también se había dado cuenta de lo ocurrido, entonces sus palabras me confirmaron que sus instintos de dhampir se estaban despertando, en mi rostro había un ligero rastro de preocupación que no pude ocultar pero no por mi... si no por ella.

- Supongo entonces que me lo tomare que lo hago bien... -bromeé y la abracé cuando se apoyo en mi pecho, justo después de las palabras de Euphie como si lo hubieran estado esperando suena la radio con la orden de que todos vuelvan y que eviten a ¿centauros?- Ahí tienes tu respuesta, por lo que se nos acabo el tiempo a solas -levante su barbilla con un dedo y le di un corto pero suave beso

Termine de ocultar el camión dándole vueltas aún al tema de que nombraran centauros, desde luego debían estar cerca e incluso puede que se hubieran cruzado con el resto del equipo.

- Eso de los centauros me preocupa ¿y si se encontrado con alguien de los nuestros? ¿o si nos atacan por la noche?