Partida Rol por web

Bueno, a decir verdad en mi caso lo sorprendente fue dormir mucho mejor de lo que habría esperado, teniendo en cuenta las circunstancias en las que me había ido a la cama.

No había abierto los ojos en toda la noche y, por suerte para mí, caí en un profundo sueño reparador, de esos en los que uno se levanta sin tener muy claro dónde ha estado en las últimas horas.

Sin embargo, haber dormido bien no significaba que todo en mi cabeza estuviera bien. Quizás por eso cuando, al despertar, vi que Darius se dirigía al lugar en el que había muerto nuestros compañeros, lo acompañe sin dudarlo.

En todo el tiempo que estuvimos alli, dando sepultura a los restos que encontramos, ni siquiera intercambiamos una sola palabra. Prácticamente, ni nos miramos. Los dos sabíamos qué hacíamos allí y por qué lo estábamos haciendo. Y eso, sin duda, era lo único que contaba en aquel momento.

Y, una vez que hubimos acabado, volvi con el resto y me preparé para la partida, sentándome en el asiento del copiloto, con el semblante serio y todos los sentidos alerta. El día anterior algunos de nosotros habían perdido la vida y, en esta ocasión, no iba a permitir que un descuido hiciera que alguien más muriera.

Creía haberme levantado temprano con las primeras luces del sol pero al parecer eso no era suficiente como para despertarme antes que algunos otros. De hecho antes de ver a Darius ya parecía estar buscando a alguien mas hasta que finalmente me encogí de hombros. Tal y como dijo el ronso se fue en busca de nuestros compañeros, ese tiempo lo aproveche yo para desmontar mi tienda y quitarle el camuflaje al camión. Tras eso me limpié la cara como pude y observé desde la distancia la ceremonia de dio Darius e incluso cuando todos se fueron me acerque a las tumbas para quedarme unos minutos en silencio junto a ellas.

No tardamos en volver a movernos, esta vez con un ambiente totalmente diferente casi se podía sentir la melancolía en el aire, de todas formas eso no me hacía decaer si no mas bien lo contrario era una razón mas para terminar esta condenada misión. Debilidad, eramos débiles, era débil...

Me sube al camión sentándome cerca de la puerta y tenía la mano cerca de mi espada todo el tiempo no iba a bajar la guardia ni un solo segundo mas... pasará lo que pasará...

Dado que realizo la guardia, no se me escapa el movimiento de Darius para salir del campamento y, cansada aunque no entumecida por haber estado teniendo algo de movimiento (por evitar eso y por no dormirme), me acerco velozmente a él antes de que se vaya.

- Oye, Dar, Ruby... ¿os importa si os acompaño para incinerarlos? -pregunto, sin tener una idea exacta de lo que piensa él- Creo que... Creo que podría hacerlo de una forma especial. Creo que estoy preparada. -digo, y compongo después una sonrisa enigmática.

El Ronso sabe de sobra que no soy alguien de guardar secretos y tiene bastante idea de mis capacidades exactas, por lo que eso de no decirlo implica seguramente que se lo voy a mostrar en no demasiado rato, si me dejan.

Aparte, tampoco quería dejarlos solos, por si acaso.

Quizás fuese cosa de la noche sin dormir o de haber aprovechado algo de tiempo durante los días de viaje para concentrarme, o incluso de haber hecho uso de mi particular "foco" una cantidad elevada de veces dado los eventos de la misión, pero finalmente sentí que estaba preparada. Darius cavaba y, al contrario de lo que solía ser habitual, no lo ayudé. y no fue así porque estaba cerca, arrodillada en actitud de rezo (con ambas manos en el pecho formando un ave, justo por encima de donde tengo la marca de mi Fe), y en esta ocasión con la espada en el suelo frente a mí, y una vela a derecha e izquierda de la misma.

Musito palabras en élfico con voz muy queda, siendo difíciles de entender incluso para alguien que conozca el idioma, pero a poco que se entienda quedaría claro que era una letanía. En el momento en el que Darius deposita ambos cuerpos, me acerco hasta él y pongo la mano izquierda en su hombro, con un gesto lleno de paz, y con dulzura le doy un beso en la mejilla, tras lo que me aparto y paso la mano izquierda con cuidado por el filo de la espada, realizándome un pequeño corte que baña un lateral de la espada de mi sangre mientras recito. Al concluir, unas tenues llamas surgen de la sangre, y no mucho después se extienden por la hoja, iluminando nuestros rostros con un ligero resplandor.

- Fénix nos acoge a todos en su gloria y su ciclo de reencarnación, fieles o no, independientemente de nuestros errores, si nuestra alma es buena. -digo con voz tranquila, mientras paso la hoja llameante sobre el cuerpo de Droniel, prendiendo aquellas cosas que no hubiésemos cogido*.

Me muevo un par de pasos para quedar frente a los restos de Isabeau.

- Rezo por que os encontréis cara a cara con vuestra deidad y, si así lo quieren, gocéis de mayor suerte y tiempo en vuestra próxima vida. -tras estas palabras, prendo también a la semi-aven, tras lo que me aparto mientras arden un poco, clavando la espada llameante en tierra, donde se extingue a los pocos instantes.

Finalmente, con gesto estoico, ayudo a terminar de enterrarlos, aunque fuese un tanto inusual que fuesen tanto cremados como enterrados, pero eso era lo de menos.

Más tarde, en el camión, si Darius me lo indicaba o si nadie más entraba antes de salir, me metería en la cabina con él, y si no iría en la parte trasera, dormitando un poco para compensar la noche en blanco.

Al ver, por tanto, que Ruby se monta con mucha decisión en la cabina con Dar, me quedo un momento pensativa y finalmente me encojo de hombros y me meto en la parte de atrás del camión, donde rodeo mi espada enfundada con los brazos , echada hacia atrás contra la "pared", y finalmente cierro los ojos por un rato. Era más que probable que tuviesen que despertarme al llegar.

Pasó toda la guardia con Aura, las dos se habían hecho muy cercanas y se notaba constantemente en el trato que la esquiva Dhampiro le daba a la chica, preocupándose de ella, aunque no siempre siendo muy evidente, es así que cuando Aura se fue detrás de Darius y Ruby, Euphemia solo movió su cabeza de lado a lado. Ese trío iba a ser un desastre, y más de alguién iba a salir lastimado, seguramente esa persona sería Aura.

La chica se estiró, su hombro dolió, así que se tomó las últimas semillas que Tempi le había dado, ¿en donde se había metido ese pequeño? quería asaltarlo, y se llevó las manos a su cintura, buscando al taru-taru, pero de seguro estaría con Aura y el resto que iban decididos al bosque, quizás irían por los muertos, algo que no le interesaba a la chica, nos el todo al menos, seguía lamentando la muerte de Droniel, pero no como para ir a un funeral. Los observó perderse entre los árboles y al girarse, Renall estaba justamente sacando el forraje de la camioneta. La chica fue donde él, y lo comenzó a ayudar, sin decirle nada, aunque se moría de ganas de preguntarle si la había extrañado, sólo para picarlo, pero consideró que sería más odioso si lo tratara como cualquier otro día.

— buen trabajo — le dijo, con una media sonrisa y se subió al camión, en donde se sentó para observar todo el tiempo el punto por donde el grupo se había perdido, sólo saliendo de la vigilancia cuando volvieron y bajándose antes de que ellos llegaran. Ahí, se subiría al camión, en donde se recostó en una esquina, quedaba poco para terminar esa terrible misión y volver al Jardín en donde de seguro tendría que recibir algún castigo por lo que hizo... El demonio estaba callado, llevaba rato sin moverse dentro de ella, ¿acaso se había cansado y se había ido?. No. Eso era imposible. Ahí se recordó transformada y un escalofrío la recorrió. 

- Agradezco que me acompañes. - Desde su punto de vista, había sido la única persona que había tenido el mínimo interés en acompañarlo mientras conducía. Algo que agradecía y valoraba muy positivamente. - Ha sido una noche complicada. - negó con la cabeza mientras lanzaba un largo suspiro. Descansar había descansado, pero dormir había dormido más bien poco.

Pero a Darius, además de cansado, se le veía ligeramente molesto, actitud que no tenía por la mañana cuando fue al bosque. - En el fondo... - carraspeó, bajando un poco el tono de voz a la par que ponía la radio del camión. - ...no se me ocurre mejor compañía. - Era evidente que quería hablar de algo, pero no sabía exactamente como abordarlo. - Desde que nos unimos al resto en esta misión, hemos pasado menos tiempo juntos y me gustaría cambiar eso un poco. - Echó un vistazo por el retrovisor mientras seguía la marcha.

Una diminuta sonrisa se dibujó en mi rostro cuando Darius lanzó aquella primera frase. A decir verdad, no sólo estaba preocupada por lo sucedido el día anterior. También me molestaba aquella sensación de que Aura hacía continuamente todo lo posible para estar presente en la vida de Darius, y para ser el centro de atención. Y yo, que no era más que una tirada de escasos y a veces dudosos principios no podía, desde luego, competir ni de lejos con tanta pureza, tanta espiritualidad y tantas buenas intenciones. Así que bueno, saber al menos que Darius se alegraba de tenerme allí sentada era un motivo para sonreír.

-No tienes que darme las gracias, Darius. A mi me encanta hacerte compañía. Además, así puedo berrear si pones la radio. - le dije, ladeando una media sonrisa en el rostro, una que acabó apagándose ligeramente- Aunque después de lo de ayer, la verdad es que hoy muchas ganas de cantar no tengo... - le reconocí, con un ligero suspiro. E iba a añadir algo más cuando, de repente, dijo que la noche anterior había sido complicada, lo que me hizo girarme hacia él con el ceño ligeramente fruncido- ¿Y eso? ¿No has dormido bien? Yo dormí como un tronco... No me he despertado en toda la noche de reventón que tenía... - le reconocí, esperando a que me contara cuál había sido el problema.

Pero entonces me percaté de que había algo más. Parecía molesto pero, ¿sería conmigo? Durante un instante sentí un pequeño nudo en el estómago, pensando en si habría hecho algo para molestarle. Pero entonces siguió hablando y, para mi sorpresa soltó una de esas frases que una no espera que le suelten en la parte delantera de un coche, de camino a la misión. Mis ojos se abrieron ligeramente, a la par que noté como, por alguna razón, aquel nudo se convertía en un ligero mariposeo de... ¿nerviosismo? Sí, estaba nerviosa. Madre mía... ¿Qué estaba pasando?

-¿En serio? - de todas las respuesta posibles escogí, sin duda, la más estúpida. Pues claro que era en serio, joder, Ruby. - Quiero decir... que a mi también me apetecía estar contigo y... - ¿pero por qué me estaba costando tanto decir aquello?- Pues eso, que yo también te echo de menos... quiero decir...  ahora siempre hay gente... y no quiero ser una pesada... y eso, que me gusta pasar tiempo contigo. - prácticamente escupí, sin saber muy bien cómo abordar aquello tampoco.

Madre mía... ¿Me estaban sudando las manos?

La noche se podría decir que fue interesante, pese a lo vivido  hace unas cuantas horas  no me encontraba ni traumatizado ni mucho menos nervioso, estaba extrañamente en una paz total, después de todo no es que hubiera podido hacer algo y no era culpa mía las muertes de ambos compañeros, por lo que me preparé para seguir la marcha.

Al parecer varios de mis compañeros ya estaban listos, aunque claro no todos había pasado una noche tan buena como la mía, - Supongo que descansaron- dije abordando el camión, el viaje pronto empezaría, del interior de mi capa extraje un pequeño libro, en que página me había quedado, cierto la 123, esa sería mi forma de pasar el tiempo, eso y escuchar lo que los demás tendrían que decir así como la sargento, aunque me preguntaba que estrategia seguiríamos.

Luego del funeral, les toco viajar por dos horas antes de que Sasha le indicara a Darius que tome un camino lateral hasta un pueblo abandonado.

Una vez allí, la teniente desplegó sus fuerzas en la plaza de armas cubriendo cada ángulo posible para luego disparara una bengala púrpura que fue contestada por una roja mientras una van negra se acerca desde la vía principal.

- Es natural, y te honra. Empatía. - aquella última palabra acabó por resonar como si fuera el gran avance en la ciencia. Estaba orgulloso de Ruby por los avances que había tenido en este campo en concreto. - No te preocupes, en otra ocasión pondré la radio para que destroces alguna de las canciones que me gustan. - bromeó con ella, esbozando una diminuta sonrisa donde dejaba entrever aquella afilada hilera de dientes.

- ¿No te has enterado? - desvió la mirada un par de segundos hacia ella, para después volver la vista a la carretera. - Tampoco es que tenga muy claro que pasó, pero bueno. - carraspeó. - La cuestión es que Eladamri se puso a cantar y hacer magia o tocar música y hacer magia o no-tengo-muy-claro-que-hacia. Creo que al pobre le estaba afectando una cosa llamada "Nodo mágico" o algo así. La cuestión es que lo encontramos en el bosque a medio vestir, y la teniente le soltó un par de "viajes" y nos mandó a Kain y a mi custodiarlo. Aura y Euphemia tuvieron que hacer la guardia. - resumió a grandes rasgos. - ¿Te acuerdas lo que nos contó en el piso franco? Creo que le está pasando factura. - resopló ampliamente por la nariz, con fuerza.

- Cuando tenga oportunidad, hablaré con él, para ver como está. - Miró a Ruby de reojo. - Podrías acompañarme. - se encogió de hombros y volvió a mirar a la carretera. - Si te apetece. - añadió por si acaso ella no quería acompañarle a hablar con Eladamri. Quizás era una cosa "muy de tios" y ella se sentía incómoda.

Entonces ella comenzó a tener ciertas... dificultades para hilar las frases. - ¿Te encuentras bien? - preguntó, antes de nada preocupado por ella. - No eres una pesada, créeme. Y también me gustaría pasar más tiempo contigo como ahora. A solas. - lanzó una mirada fugaz hacia ella, para después volver mirar la carretera. - Quiero decir, juntos. Quiero decir, así. ¿Sabes? - resopló... ¿Ahora por que estaba haciendose un lio él?

- Durante la batalla. - resopló. - estuvieron a punto de matarme. Cuando estaba sentado, viendo como el último de los soldados venía hacia mi... bueno... - apretó la mandibula, tragando saliva. - ...pensé muchas cosas. Pero la última persona en la que pensé fue en ti. - negó con la cabeza, para segundos después escuchar las indicaciones de Sasha.

- No importa, hablaremos después ¿Vale? - acabó por decirle a Ruby, mientras se desviaba hacia donde Sasha le había indicado.

-No, si al final me has volver tan blandita como tu... - le sonreí, dándole  con un dedo en el brazo derecho, con cuidado de no molestarle demasiado mientras conducía.  Y acabe por ensanchar mi sonrisa, cuando se metio con mi forma de cantar- ¿Destrozar? Que va, chaval, lo mio es arte. Y no te preocupes: acabaré consiguiendo que berrees conmigo... - dije, segura de mi misma para después guardar silencio, escuchando su explicacion sobre lo que pasó la noche anterior.

-¿En serio? No me jodas, tio. - dije, ojiplatica y flipando en colores- Pues no me he enterado de nada... Joder, sí, claro que iré contigo luego a ver como está. Con razón no lo he visto antes... Pobre elfo. Al final lo van a volver loco entre todas... - negué, suspirando, cuando Darius afirmó que era el tema sentimental lo que lo traía de cabeza.

Pero entonces, comenzaron mis propios problemas para "comunicarme" y, para más inri, Darius se dio perfecta cuenta de que algo no iba bien, lo que hizo que ese gusanillo que tenía en el estómago se revolviera aún más- Eh.. Sí, claro. Joder, es que soy muy patata para estas cosas. Para hablar de cómo me siento y eso. - reconoci, con un suspiro de resignación, asintiendo con una media sonrisa cuando fue él el que empezó a liarse. ¿Pero qué nos pasaba?- Sí, claro que sé. - le dije, girándome ligeramente, para mirarlo mientras él seguía hablando.

Y claro, la cosa no quedó ahí simplemente. Claro que no. Después de aquello vino una revelación. Una que hizo que se rompieran todos mis esquemas, que de repente el gusanillo se convirtiera en una boa constrictor y que me faltara hasta el aire de lo pulmones. -Darius...- casi no me salia la voz del cuerpo y, para más inri, escuché la voz de Mey de fondo, lo que significaba que se nos acababa el tiempo- Yo... A mi me pasó exactamente lo mismo. Cuando noté como mi pecho se abría yo... joder, pensé que me iba a morir y sólo podía pensar en si tú estarías bien y en lo mucho que te iba a echar de menos y... - me interrumpi ahi, consciente de que había llegado el final de aquella conversación.

-Sí... después hablamos, no te preocupes... - dije, con una mezcla de fastidio y resignación, pero también con una pequeña dosis de aceptación. Y es que, hasta aquel momento, había cosas que no me había planteado. Cosas que había dado por supuestas y cosas que, de repente, habían cambiado en mi interior.

¿De verdad era posible que...?

Fuera como fuere, parecía que tendría que esperar para averiguarlo.

Cabe decir que llegados a aquel punto, Darius se pasó de frenada. Literalmente hablando, pues mientras escuchaba a Ruby hablar en un estado más nervioso de lo que él solía estar incluso en el peor de los momentos, algo por dentro parecía estar retorciendole las entrañas en una extraña sensación de calidez y nervio. Le había gustado lo que Ruby había dicho, y esperaba escuchar más cuando esta dijo lo de "después hablamos".

Aquel "después hablamos" le había sonado a un "pero te quiero como a un hermano", algo que le hizo pisar el freno del camión con más fuerza de la que había calculado inicialmente, haciendo que este parara de una manera más brusca de lo que podría considerarse agradable.

Quizás Eladamri tenía razón, simplemente las chicas estaban locas y ninguna parecía tener unos intereses comunes a los de los chicos. Con un largo resoplido, espero a que Ruby se bajara del camión para echarle un vistazo a Dayka y limitarse a encogerse de hombros.

Siguiendo las indicaciones de la Teniente, varió el rumbo hacia el camino lateral del pueblo abandonado. Al llegar, frenó de una forma algo más brusca de lo que podría esperarse, teniendo en cuenta que estaba ya acostumbrado a llevar aquel vehículo. Al bajarse de la cabina con Dayka al hombro, iba algo más serio de lo normal. Tomó la lanza y se encaminó siguiendo las instrucciones de la teniente hasta el punto de encuentro.

Él se desplegó en la cornisa de un edificio bajo, agachado para no ser visto. Desde allí podría tener más margen de visión y saltar sobre sus enemigos en caso de que fuera encesario. Esperó la señal y su respuesta, para después observar la figura que se acercaba por las vías.

No pudo evitar tener la sensación de que allí algo no cuadraba.

Mientras preparaba el vehículo apareció Euphemia para ayudarme a la cual mire, sonreí y continué con lo mio. No quería decirle nada, al menos no delante de todos pero tal vez y solo tal vez mi mano se chocara con la suya algunas veces mas de las que sería normal.

Tardamos dos horas en llegar al que supuse sería el punto de reunión, un pueblo abandonado concretamente su plaza. Todos nos dividimos por el lugar para controlarlo por completo sin dejar ni un solo ángulo sin estar cubierto, mientras caminaba a mi lugar el cual había pedido que se me fuera asignado no pude evitar mirar al cielo sintiendo como faltaban los ojos mas importantes para esta labor, me acabe por colocar en mitad del camino por el que habíamos venido, justo en medio, sería imposible que alguien pasará sin que entrara en mi rango de visión. Si así fue dado que no tardo mucho en aparecer otro vehículo mas que venía hacía nosotros y había respondido a nuestras bengala... lo cual dejaría para otro momento lo mala idea que me parecía como señal en pleno lugar desconocido.

Obviamente, ninguno de los dos frenazos de Darius me pasaron desapercibidos... Bueno, creo que ni a mi ni al resto de los ocupantes del vehículo.

Y ese, precisamente, fue el problema. ¿Había sido por mi culpa? ¿Habría dicho algo que estaba mal? A lo mejor no le había gustado la idea de que habláramos después o me había ido de la lengua y había hablado de más... ¿Quizás el no veía las cosas como yo? Seguro que le gustaba Aura y no sabía cómo decírmelo. Seguro que yo para él no era más que una buena colega con la que se llevaba bien...

Joder, Ruby, para ya. ¿Qué te está pasando?

Acabé por bajarme del camión, con el estómago encogido en un puño tras escuchar a Darius resoplar.

Sí, definitivamente, seguro que había metido la pata.

En cuanto Darius paró me bajé de la camioneta con aire pensativo, más reflexivo de la cuenta. Sin embargo, la teniente no tardó en darnos órdenes y pedirnos que tomáramos posiciones en aquella plaza, por lo que pronto me vi ocupando mi lugar en el interior de uno de los edificios abandonados, oculta, pero con el suficiente ángulo como para no errar el tiro en caso de que las cosas se pusieran feas.

Y así, esperé, hasta que vi como la furgoneta se acercaba, en la lejanía, con mis armas listas por si era necesario actuar.

Después de todo lo que había pasado, no sería yo quien bajara la guardia.

El pequeño se durmió temprano abrumado por la situación, y no se despertaría hasta bien entrada la mañana poco antes de partir. Conocía a Aura y sabía que iría donde se encontraban los restos de sus compañeros para darles un descanso digno; Tempi nunca había sido demasiado religioso y aunque siempre solía acompañar a su amiga en los rezos cuando se lo proponía esta vez no se sentía con ánimos.

Saludó a los que no habían acudido a la ceremonia tratando de aparentar normalidad con su energía y alegría habitual y se preparó para el viaje, que pasó sentado en la parte trasera del camión abierto a una conversación si alguien se veía con ánimos.

El viaje fue más corto de lo que esperaba, lo cual agradecía, bajó de un salto y estiró brevemente sus extremidades antes de tomar la posición que le indicase la teniente y esperando a ver que sucedía, al fin y al cabo ella era la persona al mando y sabría lo que hacía.

Las indicaciones eran claras, tomar posiciones y estar preparado, por lo que me mantuve oculto entre los edificios, planificando los puntos de encuentro, así como los movimientos de la situación, en la posición asignada mi labor sería evitar la retirada y a la vez obstaculizar a los enemigos con mis hechizos, primero centraría a los blancos desprotegidos con Fire, para luego cortar el movimiento con Earth, al menos esa es la estrategia que estaba desarrollando, así que me mantuve a la espera de la situación.

El viaje se me hizo endemoniadamente largo y la verdad es que ya tenía ganas de volver al jardín para estar lejos de Euphemia y  Aura, pues esas dos habían hecho un revoltijo en mi cabeza.

Tal vez fuera hora de que dedicara mi tiempo a lo realmente importante, entrenar para convertirme en un verdadero cazador de sombras.

Los clientes se acercaban así que no dude en desenfundar mi espada y prepararme para combatir. Sin embargo, la negociación entre la teniente y el cliente ocurre sin novedad.

El cliente entrego la paga y la teniente el paquete, por lo que en teoría la misión había concluido, sólo quedaba embarcarnos de vuelta al jardín.

Ya no le interesaba para nada la misión, para ella se entendía terminada desde hace mucho aunque no sabía en qué podría cambiar todo lo que se había desarrollado con la entrega de ese paquete, después de todo, el pueblo se había liberado y con eso, las pretensiones de su empleador, o ¿no era así?, La dhampiro suspiró, apoyada en el borde de la ventana en donde se había parapetado, observando con recelo como las bengalas eran lanzadas y con eso, la entrega se producía. De reojo observó el lugar en donde el elfo se había ocultado, aún no sabía que le había pasado con exactitud y le preocupaba, pero eso lo vería más adelante. Cerró sus ojos, aun cruzada de brazos, sólo esperaba que ese pago valiera la pena de tantas vidas cegadas.

Kain siempre impasible, se colocó en el punto más céntrico y cubierto posible, sacó sus armas y aclaró la garganta cubriéndose sobre el vehículo tumbada en el techo. Las bengalas llegaron rápido, pero en esas situaciones nunca se sabía.

Veía a sus compañeros, y permanecía expectante, asegurándose de cubrir a todos, sin dejar de mirar de vez en cuando también el cielo.