Partida Rol por web

-Ibas bien, es un lugar diferente. Pero no en Thedas. Ni en ninguna otra parte. Y en todas a la vez. -La bruja sonreía aunque se mantenía algo distante. Su presencia era patente, emanaba carisma de cada ángulo, pero también misterio. -Estamos en lo que llamamos Cruce de Caminos, ya habréis deducido por qué. Por cierto, si darnos nombre va a ser crucial, el mío es Morrigan.

Morrigan, era la primera vez que escuchaba el nombre de aquella mujer... aquella... bruja? pronunciada por sus propios labios, sin embargo lo que dijo me pareció hasta cierto punto razonable -entonces, significa que estamos en un lugar entre diferentes mundos? un lugar desde el cual podríamos volver a casa o viajar a lugares desconocidos?- el tono exceptico en mi voz era ligeramente socarron,  una parte de mi aún no podía creer esto, pero el hecho era que no podía negar lo que acababa de ver y experimentar por mi propia cuenta

-Lo has captado a la primera...- soltó Morrigan con el mismo tono socarrón que había adoptado Jacob.- ...si no fuera por un pequeño problema. El paso es a través de los Eluvians. Los "espejos", que no son tales. Son artefactos élficos, cuyo origen se diluye en el tiempo, hasta perderse en lo más remoto. -Iba repitiendo aquello que Solas ya les había dicho, recalcando la importancia del lugar en el que se encontraban, y de lo que debía haber ocurrido para que ellos hubieran atravesado uno. -Y que requieren una llave para ser activados. Una distinta para cada uno. Una llave que puede ser muchas cosas, desde un objeto hasta una palabra, pero siempre cargado de magia. Energía. Lo que ha activado vuestro Eluvian ha precisado de una energía sin igual. Literalmente. Lo que significa que encontrar una fuente que proporcione una descarga similar va a ser...

No siguió. Arqueó una ceja morena sobre sus límpidos ojos de oro, y torció los labios formando una pequeña mueca a medio camino entre la burla y la negación.

-¿Imposible?- Dice, tranquilo. -Eso es un problema, ¿no? Nos quedaremos aquí todo el tiempo o hay algún sitio donde podamos quedarnos?- Pregunta con curiosidad, Markus estaba deseando conocer otro sitio que no fuese el lugar donde nació y además de poco servía agobiarse. Lo pasado pasado está y ahora hay poco que puedan hacer.

Miron observaba a Morrigan con curiosidad y admiración, pero tuvo que fruncir el ceño cuando ella sugirió que sería incapaz de devolver a los extranjeros a su hogar. Miró a Markus, que había dicho en alto lo que seguramente todos habían pensado como continuación de esa fatídica frase, e intentó animarle con un leve gesto de negación. De nuevo puso su atención en la maga.

- Si me permite, Lady Morrigan.- esperó a que ella le mirara, pero no a que realmente le diera la palabra.- Podríamos abrir un debate con los magos de la Inquisición. Muchos provienen de los Círculos, y sé que hay personas muy sabias entre ellos. Además, con el alcance que ha conseguido esta institución, podríamos encontrar esa fuente necesaria. Debe de haber alguna esperanza para ellos.- señaló a los cuatro viajeros.- Y, si no, siempre podríamos... consultar a las voces antiguas, ¿no?- miró a Solas.- Me refiero a las que habitan en el Velo. Los espíritus pueden tener respuestas.

 - Tatuajes... - Rodó los ojos - Es igual - Gracias - Contestó a Markus.

 Prestó entonces atención a las repetidas explicaciones sobre el lugar en el que se encontraban, los Eluvians, y cómo activarlos, pero lo del nivel necesario de energía para llevar de vuelta a esos Shemlen a su mundo era algo nuevo. Sólo había conocido a un ser tan poderoso como para crujir los mismos cielos, y ahora estaba muerto... O no, según algunos rumores, pero aunque así fuera, no era alguien pedir ayuda ni una opción a contemplar, así que se la guardó para sí misma.

 - Si es así, dudo que podáis volver a vuestra Tierra. Pero podéis venir con nosotros a Skyhold, a Thedas, y hacer lo que dice Miron, si nadie tiene ninguna otra idea... - Asumió, de acuerdo con su compañero y mirando a Solas y a Morrigan de reojo. Viendo tranquilos a los dos magos, y siendo ellos tan conscientes de la situación de los Eluvians, lo más lógico para la elfa era pensar que, acompañados de los extranjeros, ella y sus conocidos podrían volver por donde habían venido. - Lo de los espíritus... Tal vez no sea tan buena idea. Podrían ayudaros, pero también podrían meter en problemas a quien no sepa tratar con ellos, que suele ser lo normal - Les advirtió cruzándose de brazos, mirando a Jacob especialmente. 

Enarqué una ceja cuando la chica elfa llamada Aisha mencionó lo de los espíritus, vale, ahora comenzaba a tener una mente más abierta, quiero decir, si ya hemos atravesado un espejo hacia una brecha interdimencional donde habíamos encontrado elfos, una mujer que parecía ser más bien una bruja salida de un aquelarre y donde al parecer la magia era cosa de todos los días, tanto así que trajeron de vuelta a alguien que a mi parecer estaba muerto, y todos ellos decían que era imposible encontrar la energía suficiente para devolvernos a nuestro mundo? era algo casi absurdo -dejame ver si lo comprendo bien, dices que el espejo... el Eluvian... es una especie de chachara elfica de hace mucho tiempo que requiere una enorme cantidad de energía para volver a activarse y no tienen forma de generar dicha energía, no me jodan! acabo de ver como han resucitado a una persona, cosa que se supone es imposible, y dicen que no pueden hacer funcionar un espejo? menudo chiste!- el tono en mi voz no dejaba de ser socarrón, como para restar importancia a aquello que acababa de afirmar, habían dicho que posiblemente nunca volveríamos a nuestro mundo, lo cual, pensandolo detenidamente... no era tan malo... sin embargo aún había algo que me hacía cosquillas de curiosidad -podrían explicarnos acerca de eso de tratar con "espíritus"?-

Ricky se quedó pasmado desde que el tipo, Markus, había vuelto de los muertos y todo empezaba a sonarle más raro a su alrededor. Mejor dicho, igual de raro que desde que había llegado. 

- Yo soy Ricky, un placer resucitado. - dijo amistosamente. 

Después de escuchar más palabras raras y cosas que no tenían mucho sentido para él, dijo:

- Así resumiendo. Que no podemos volver porque necesitamos un algo con poder para volver a... - se quedó pensando un momento - a hacer funcionar el espejo élfico ese y poder volver a casa. Pufffff, menudo marrón. ¿Y no os podéis volver a juntar en los rituales raros estos que habéis hecho para levantar al chaval y mandarnos a casa? Todos seremos más felices y quedará como una experiencia para contar a nuestros amigos, hijos, nietos o quien sea y que nos metan en un manicomio.

No estaba seguro que su toque de humor les sentara bien al resto del grupo, pero él sin duda necesitaba soltar estupideces de vez en cuando para relajarse. 

Nuestro " revivido " compañero debía ser un poco hiperactivo. Saludó a todo el mundo de manera personal, pero a mí, por ejemplo, no me dio tiempo ni a reaccionar antes de pasar al siguiente.

- Cada uno reacciona como puede a todo lo que está sucediendo...

Morrigan, la mujer extraña, también se presentó, pero no sabía si era por esa mirada que tenía a mí me daba como un poco de " yuyu ".

- ¿ De dónde sacará esas lentillas?

Lo peor fue cuando nos explicó aquello de las llaves. Qué felicidad! Buscar una llave en todo un mundo no iba a ser complicado, como para que encima tuvieras que buscar algo que no sabías ni lo que era.

- Esto es una pesadilla.

Cuando dijo eso de la Inquisición di un respingo. Eso sí que no me sonaba bien. No es que fuera un hacha con mis estudios en el instituto, pero eso de la inquisición sonaba a hijos de puta que mandaban y no solían ser demasiado justos. De la inquisición pasaban a los espíritus, pero vamos, viendo que había elfos, igual tenían zombis encerrados en un sótano, en plan animales de compañía.

- Esto suena a que nos vamos a tener que quedar aquí y esto no tiene pinta de tener microondas ni tele por cable...

En ese momento me acordé que yo al día siguiente tenía el casting para mi nuevo trabajo.

- Joder... mañana tenía una audición importante... - Me llevé las manos a la cara. - Era para un buen papel... Joder!

Con los labios fruncidos, Solas callaba y meditaba. Escuchó a cada uno de ellos, sus preocupaciones, sus quejas. No era, ya empezaba a ser evidente, un hombre de charla ligera. Afiló sus ojos cuando Miron le sugirió consultar con los espíritus del Velo. Se frotó la barbilla, sopesándolo. Aisha intervino, opinando en contra, a lo que él apretó aún más los labios. Y los demás, uno tras otro, hablaron de nuevo, con el miedo a quedar atrapados en Thedas.

-Es una posibilidad. Ambas cosas, consultar a los espíritus, y que no podáis regresar. Pero hay que intentarlo. Y no, no va a ser ni mucho menos tan "fácil" como devolver el hálito de la vida a vuestro compañero. Y no va a ser mañana. Pero ahora lo que hay que hacer es regresar a Skyhold. -Señaló hacia un Eluvian alejado, en la dirección en la que habían llegado los dos Thedanos antes.- Por lo menos ése Eluvian sí está practicable... -Miró de soslayo a Morrigan, pero no dejó su mirada en ella, sino que la puso abiertamente en Miron y Aisha, como esperando una explicación por su parte.- ...puesto que vosotros venís de allí.

- Espera, espera. Un momento. ¿Vamos a volver a pasar por un espejo raro de estos? Yo solo digo que uno a palmado al pasarlo. Que ahora parece estar mas vivo que nunca, vale, pero eso no quiere decir que no podamos morir.

Se frotó las sienes. Todo esto le empezaba a ir demasiado grande ya y de pensar en cosas complejas empezaba a doler-le la cabeza así que decidió no pensar mas y dejarse llevar, como solía hacer en su juventud. 

- Bueno mira, ya que vamos a estar aquí por, al menos que se deduzca, mucho tiempo, ya no me pienso preocupar mas por las cosas. Hay que pasar otro, como has dicho, Eluvan o lo que sea, pues vamos allá. No pienso calentarme mas la cabeza por nada. 

la parte de atravesar otro Eluvian no me emocionaba para nada, sin embargo aquello de explorar otro mundo, pues en realidad sonaba bastante genial, al menos a mi me interesaba, aunque teniendo en cuenta la respuesta de Ricky y su observación hacia la aparente muerte de Markus no me dejaba tranquilo, si estos seres podían devolvernos la vida en caso de ser necesario, por mi estaba dispuesto a intentarlo, por lo que simplemente le di una palmadita a Rick en el hombro mientras lo consolaba con algunas palabras de la infancia de muchos -Hakuna Matatta viejo, total, que sea lo que tenga que ser-

Miron se sintió súbitamente incómodo al recibir el peso de la mirada de Solas, que parecía reclamar la razón por la que Aisha y él habían atravesado el Eluvian. Miró a un lado y sonrió disimuladamente.

- Disculpa, supongo que no hemos dado muchas explicaciones, ¿verdad?- hizo un gesto hacia Morrigan.- La verdad es que la buscábamos a ella. Teníamos que llevarle unas cajas, nos encontramos con el Eluvian y... supongo que no pude resistir la tentación.- se frotó la barbilla.- Encontrar un artefacto tan antiguo es algo extraordinario...

Dicho esto, se giró para mirar en dirección al Eluvian que habían cruzado.

- Gracias al Hacedor que...- se cortó y negó con la cabeza.- Quiero decir, me alegro de que ese espejo sea más fiable. Por muy asombroso que sea este lugar, me gustaría volver cuanto antes...

Se puso a caminar hacia allí, en parte a modo de guía para los demás, especialmente los extranjeros.

Markus, tras presentarse se había mantenido expectante y observador, aunque lo justo para distraerse mirando a su alrededor, ya vería que tenían que hacer luego, de momento Markus deseaba ver aquel lugar donde casi había perdido la vida, donde había conocido a una pandilla de gente con ojos extraños y orejas puntiagudas, cuyos padres habían decidido nombres algo dudosos y gente de su mundo, aunque en su mundo dos lugares de un mismo país eran totalmente distintos. 

Cruzar de nuevo otro Eluvian no le generaba temor, Markus había aceptado la muerte antes de que lo resucitasen y, si tenía que morir, moriría sin un ápice de cobardía. En cuanto vio a Miron acercarse al otro espejo comenzó a andar hacia él sin vacilar. Giró la cabeza para ver a los demás mientras se acercaba a lo que podría ser su segunda muerte y se le iluminan los ojos en cuanto ve el arco que la mujer de las orejas puntiagudas llevaba. -Nos entrenareis? Me gusta ese arco, puedo tener uno? No tengo problema en matar. -Dice con naturalidad, con una mirada que mostraba algo entre la determinación y el deseo.- En mi mundo te encierran de por vida si matas a alguien sin importar las razones. -Dice sin pensar, con la mirada distante. -Eso no es así aquí. ¿No es cierto? Además, en mi mundo ya no se utilizan armas de ese tipo. Es bonita.- Dice con una sonrisa. Quizá estaba dando demasiadas cosas por hecho, pero las ropas con protección que llevaban y el arco y las flechas delataban que aquella era una sociedad belicosa. 

Miron frunció el ceño al oír a hablar a Markus sobre la muerte y el asesinato con tanta alegría, aunque no dejó de andar.

- ¿Te crees que aquí puedes matar al primero con quien te cruces y no sufrir las consecuencias?- su tono parecía más sombrío.- Una cosa es que haya guerras, donde naturalmente mueren los soldados, y otra muy diferente es matar a sangre fría.- se detuvo y se giró hacia él, mirándole con unos ojos brillantes.- Y también se encierra a gente de por vida, aunque nuestro crimen es el de haber nacido con el don de la magia. ¿Qué te parece eso? Agradable, sin duda.

Se giró, algo indignado, para no descargar su ira contra él, y siguió el camino que había tomado.

Markus lo mira y su sonrisa se convierte en una expresión seria, casi sin emoción alguna salvo quizá una pizca de indignación. -No soy esa clase de persona Miron.- Dice parándose. -En mi mundo hay gente que indirectamente asesina a miles de personas pero, aunque eso es público nada ocurre, se convierte en líder de algún país importante. Sin embargo, cuando alguien mata por necesidad o por obligación. Entonces no se ve nada más que una sucia persona pobre.

Su discurso, aunque parecía furioso, no se complementaba con su tono, que era serio, sin duda, como si estuviese ensayado o, por haberlo repetido se ha convertido en algo mecánico, incluso automático. -Yo quiero saber si puedo servir de algo, ya que me habéis resucitado. Lo que estoy diciendo es que seguramente sea la única persona de nuestro grupo que haya cometido un asesinato antes. Y que no será algo que me cueste.- Acaba tan serio como empezó y sigue andando, cuando se cruza con Miron le da unas palmadas en el hombro, amistoso, y sonríe. -Creo que todos tenemos mucho que aprender.- 

 Aisha frunció el ceño después de que hablara la rubia. Una vez más, volvía a no entender lo que decía... Cosas de su mundo, era de suponer, de igual forma ella no la entendería si le hablara en élfico.

 Pensaba en cómo explicar a los extranjeros el peligro de los espíritus, lo complicado de reunir tal cantidad de energía si tenía relación con lo que ella creía... ¿Pero para qué darle tantas vueltas? Los magos podrían explicarles esas cosas mucho mejor... O preguntar qué estaban haciendo allí, que ya estaban tardando.

 -​ Sí. Nos pudo la curiosidad - A​dmitió incómoda, después de Miron. - Encontrar un legado así de mi pueblo... Parecía una oportunidad única - Continuó con sinceridad y un ligero entusiasmo.

 Luego escuchó la conversación entre Markus y Miron, esperando el momento para intervenir mientras seguía Miron hacia el Eluvian por el que el mago y ella habían llegado. -​ Tiranos, guerras y crímenes infundados sin ajusticiar han existido siempre, y aunque intentemos combatirlos parece que es algo en común en ambos mundos, pero no creo que sea el mejor momento para debatir algo así, y menos esta noche - R​ecordó a Miron, antes de volver a mirar a Markus. -​ Y gracias por lo del arco - Agradeció casi como un cumplido personal, pero con un tono ligeramente tenso. -​ Puede que la Inquisición te deje usar alguno... - Lo miró de arriba a abajo, habiendo prestado especial atención a su comentario sobre el asesinato - Si ​​s​e dan ciertas condiciones, pero al mío, mejor no te acerques. - Acabó con media ​s​onrisa irónica, y hasta amenazadora.

Con paso felino, elegante y lento, Morrigan echó a andar también tras Miron y los que le siguieron. No hizo comentario alguno a la explicación dada por los dos Thedanos acerca de que estaban buscándola a ella cuando llegaron al Cruce de Caminos. Sólo arqueó una ceja y entornó los ojos, y si alguien la miró, pensó que algo la había divertido.

Ya cerca del Eluvian que daba paso a Skyhold, Markus y Miron entablaron un pequeño pero jugoso diálogo, que acabó con una palmada del extranjero en el hombro del mago. Morrigan ya había llegado entonces a su altura, y torció una sonrisa cargada de hiel.

-Bonito lugar ese que describes, amigo. Como Aisha dice, parece que tu tierra y la nuestra no son tan distintas...

Todo el mundo se puso a hablar y yo me quedé en silencio. No sabía si se estaban dando cuenta de lo que significaba todo aquello y en mi caso, no me gustaba. Yo quería volver a mi mundo, no quería que me entrenaran, ni que me llevaran por espejos con los que correr riesgos innecesarios... A mí me gustaba mi vida tal como estaba hasta antes de lo del gimnasio.

Miré a unos y a otros.

Al menos hubo quien por unos instantes estuvo de acuerdo en que eso de pasar por los espejos era una temeridad, pero el buen juicio no le duró demasiado y ala, de perdidos dijo que al río.

La cosa terminó en una conversación sobre guerras, masacres... pero no imaginaba un mundo donde no hubiera una montaña de hijos de puta tratando de aprovecharse de la gente normal que sólo trataba de ser feliz y hacer sus vidas.

Eso sí, no podía hablar la elfa sin amenazar a nadie.

- Pues nada. Vamos... - Pensé siguiendo a todos.

No tenía muchas opciones más a no ser que me quisiera quedar sentada en el suelo donde había aparecido y eso, iría contra el instinto de supervivencia hasta de un caracol.

La elfa y el mago comenzaron a preceder la carabana hacia el espejo por el que habían llegado, en tanto Markus y Miron se enzarzaban en una conversación sobre las macabras similitudes de ambos mundos yo simplemente me quedé en silencio escuchando y observando mientras les seguía, no era un tema que me agradara demasiado, lo que si me agradaba bastante era observar a mi alrededor, me llamaba la atención algo en particular, que tan parecida sería la anatomía de la elfa comparada con la de las otras chicas con las que había estado? puede que fuera algo arriesgado e incluso estúpido intentar, pero la curiosidad me mataba, además, si no ella, posiblemente había más como ella en el lugar del que procedía y eso hizo que mi expresión se volviera curiosa con un toque de picardía en ella