Partida Rol por web

 Sacudió el pelaje y se mantuvo a la espera mientras Lucas buscaba a nuestro contacto, la Ratkin que tiempo atrás había resultado ser una valiosa ayuda se hizo presente al cabo de unos minutos, su rostro demostraba que la situación estaba muy lejos de estar bajo control como la batalla a sus espaldas demostraba. Se levantó sobre sus cuartos traseros y abandonó su forma de batalla para pasar a Glabro y poder conversar en forma civilizada con los ahí presentes.

 - Nuestra única opción parece ser una confrontación directa con esa bestia - se cruzo de brazos tratando de razonar un poco dentro de todo aquel caos - Desconozco cuál ha sido el plan para tratar de acabar con ella antes pero tenemos que hacer todo lo posible para detenerla, muchas vidas están juego - giró su vista hacia el inmenso Adalid - Tenemos que detenerla, cuenta con mis garras y colmillos para ello... -

- Han intentado matarla con una explosión, contesta Mordisco con gesto de preocupación, y no estoy segura de si lo que ha pasado es que no le ha hecho nada o que se ha curado tan rápido que no nos hemos dado cuenta del daño que ha sufrido, así que hay que tener mucho cuidado. De una manera o de otra es extremadamente resistente.

- En cualquier caso, si vais a ir a por ella, puedo ayudar. No sólo en el combate... entiendo que muy posiblemente vosotros seais más capaces que yo en un combate físico, pero se me da bien esconderme y acechar, y ayudar a otros a hacerlo, dice con una sonrisa perversa. Si queréis montar un ataque por sorpresa puedo ser de ayuda.

Adalid gruñe. Los sirvientes de la Araña son extremadamente resistentes.- Que no os engañe la apariencia que puedan adoptar. No son humanos, y no necesitan adoptar ninguna imagen de bestia para acceder a fuerza o resistencia sobrenaturales.- Adalid adopta su forma humanoide para poder hablar.- Adalid lo sabe bien.

Ante el ofrecimiento de la cambia-pieles de ayudar de la mejor forma que pueda el mokolé asiente.- Todos tenemos nuestro papel. Adalid abrirá el camino. Y si para hacerlo hay que destruir a ese engendro de la Tejedora… Adalid la quemara en las llamas de Helios.- El mokolé levanta la dorada lanza en alto implorando por su poder haciendo que el arma estalle en ardientes llamas.

-Hembra-cambiante, ¿Por dónde se fue la vasalla de la Araña?- Adalid debe encontrarla y acabar con ella, como acabo con la fémina de pelo rubio del edificio de Pentex.

Sin duda eres poderoso, Adalid. - dice Kendria retrocediendo ante el estallido de llamas de la lanza dorada - Pero seguimos necesitando a nuestros hermanos. No podemos ir solos tras Diderot y su ejército. Nos harán pedazos.

¿Y por qué no cogemos ese camión blindado de ahí? - Lucas señala hacia el interior del garaje - Igual nos sirve para algo.

No tenemos las llaves, listo - critica la mujer

Ni falta que hace - Lucas se dirige hacia el camión - Ragnor me enseñó un pequeño truco - Da unos palmetazos con toda su fuerza en el capó del camión - ¡Eh, tú! Sí, el que está ahí dentro. O arrancas o te envío a los hornos de Malfeas. Tú mismo.

La sorpresa es general cuando el camión arranca con un rugido.

Bueno, eso nos da movilidad - comenta Kendria - ¿Cómo lo vamos a hacer?...

Mordisco se encoge de hombros cuando ve que el camión arranca por sí solo.

- Bueno, esto está solucionado, pero la fuerza bruta por sí sola no se yo si va a ser suficiente. Quizás haga falta algo más que eso.

Se queda un momento pensativa, como si de repente hubiera recordado algo, y aunque está en forma humana instintivamente olisquea el aire, buscando un rastro que al parecer ha perdido.

- Ahora que recuerdo... había más cambiaformas por aquí cerca, los que sabotearon el camión en que iba Diderot originalmente y causaron la explosión, aunque al final no le hiciera daño. Me pregunto dónde están. ¿Alguien los ha visto? No me parecieron tan imprudentes como para dejarse coger en el estallido, deberían andar por aquí cerca.

No me molestaría en aparecer si no fuera porque mis compañeros están teniendo problemas para contener a Diderot y a su panda ahí delante - Desde las sombras del garaje aparece un hombre negro vestido con un elegante traje de rayas - Los peones son un problema menor, pero si Diderot consigue llegar a los aviones todo esto no habrá servido para nada - mira a Adalid con algo parecido a la compasión - Lo siento. Me temo que tendrás que volver a matar a la hembra rubia...

 Se llevó una mano para peinar su cabello hacia atrás, sin duda una señal de que estaba algo incómodo con toda esa situación, respiró profundo y escucho atentamente a cada uno de los presentes, incluso cuando aquel extraño se aproximó desde las sombras Ithan no dijo nada...

 - Una confrontación frontal. dudo que eso de resultados si esa tal Diderot es tan resistente como mencionan. - Finalmente comenzó a hablar sin mirar a nadie en concreto - Detenerla es nuestra prioridad así que... ¿por qué no centrar parte de nuestros esfuerzos en deshacernos de eso aviones? ... 

El joven Theurge se mete en la cabina del camión y tras unos minutos vuelve a aparecer en la cabina - La ubicación del aeropuerto está en el GPS ¿Quién se apunta?...

Un nuevo cambia-pieles aparece, aunque Adalid no sabe exactamente de dónde. Además que está mucho más limpio que el resto para haber estado tan cerca de la explosión ¿Qué clase de truco usan? Adalid se encoge de hombros no importa mucho.

Pero sus palabras sí. Volver a matar… acaso esta tal Diderot es la misma hembra del nido de Pentex. Pero eso no es posible.

-Adalid se encargara de Diderot. Matara a la sierva de la Araña o la retendrá lo suficiente para que puedan destruir esos aviones.- Una pena que no puedan usarse para un fin propio. Pero es mejor asegurarse de que queda algo que salvar.

Adalid se agarra a un lado de la creación de la Tejedora. Bufa pero no queda de otra. Enarbola la lanza preparado para ensartar a la hembra en cuanto la vea.

La ratkin mira uno por uno a todos los miembros del extraño grupo que acaba de formarse. Aunque su lenguaje corporal siempre es nervioso en su cara no hay ni un ápice de duda o miedo. Una rata acorralada lucha hasta el final, y ha quedado claro que ya no hay vuelta atrás. Esto es el desafío final.

Salta dentro del camión y busca un sitio resguardado, desde donde pueda salir sin ser vista y atacar como mejor sabe, por sorpresa. Su voz se escucha desde el rincón donde está agazapada.

- Bueno, cuanto antes mejor, darles tiempo a nuestros enemigos no nos hace ningún bien.

Sus ojos, que incluso en forma humana tienen un ligero tono rojizo, brillan de excitación.

- Vale parece que estamos todos de acuerdo - concluye  y entonces sube a camión en el asiento del copiloto junto a Lucas sonriéndole levemente, ara ser tan joven había demostrado que era un fiero guerrero - Localiza la ruta más rápida Lucas, suban todos los que vendrán con nosotros, el resto tendrán que seguir a pie o encontrar algún otro vehículo... mientras más pronto encontremos a esa maldita más pronto podremos detenerla.

El joven negro y Kenrdia se acomodan en la cabina posterior acompañando a Mordisco. Ithan se sienta en el asiento del copiloto mientras que Adalid permanece aferrado a uno de los costados del vehículo.

¡NOS VAMOS! - grita Lucas. El camión sale rugiendo del garaje y atraviesa a toda velocidad los restos humeantes de los otros camiones. Siguiendo las indicaciones de Mordisco el joven Garou no tarda en localizar los maltrechos restos del ejército de Pentex - ¡Agarraos que vienen baches!

El camión traquetea un poco cuando atropella a todos los soldados de Pentex que Lucas consigue embestir. Aunque intenta también atrapar a Anne Diderot, la mujer salta sin esfuerzo aparente hasta el techo del camión

¿Tú otra vez? - le pregunta a Adalid con irritación - Vuestras interferencias están empezando a ser una molestia...

Justo al momento en el que el camión empieza a arrollar a los soldados Mordisco-Venenoso cambia a su forma Rodens. Es algo casi instintivo, no sólo es su forma de nacimiento sino que la cantidad de información que recibe siendo humana no es ni comparable a lo que es capaz de percibir siendo rata.

Analiza rápidamente la situación y decide invocar el poder de un don para camuflar a los miembros de este extraño grupo, pero al parecer los espíritus de la noche no están muy por la labor de ayudar, y se niegan a escucharla.

Estamos solos en esto, piensa mientras sale del camión confiando en que su sigilo natural sea suficiente.

 Se sostuvo con fuerza en su lugar cuando el camión comenzó a embestir a esos tipejos de Pentex, no pudo evitar lanzar un leve grito de alegría al notar la cantidad de enemigos que Lucas había conseguido arrollar - Excelente Lucas... es hora de seguir haciendo ejercicio. Quiero verte en una sola pieza cuando esto termine - Concluyó mirando a su joven hermano con cierto orgullo, habían pasado mucho juntos y la sola idea de que muy probablemente muchos caerían en aquella batalla le helaba la sangre, pero esto era algo que debía hacerse, debían detener a esa perra maldita antes de que concluyese su oscuro objetivo.

 Abrió la puerta del vehículo con fuerza y de inmediato tomó su forma de guerra; un imponente Crinos de pelaje plateado se levantó sobre sus cuartos traseros para dar un rápido vistazo a la situación. En un instante el tiempo pareció detenerse para él, sentía la inmensa necesidad de pelear hasta el último aliento, no sólo por el bien de sus hermanos si no también por el bien de su familia... Una familia que recién comenzaba y muy probablemente estaba esperándole, en algún sitio, un sitio alejado de todo ese caos.

 Levantó la mirada pero no estaba observando el cielo, veía la cara de su hermosa pelirroja sonriéndole, acariciando su abultado vientre a la distancia - Volveré a casa preciosa... lo prometo - dijo para sí mismo y soltó un fuerte bufido preparándose para lanzar un potente aullido lleno de ese sentimiento que le había embargado: Esperanza, Decisión, Poder. Estaba listo para entrar en combate...

Había logrado esquivar los ataques con habilidad, aunque sentía que la suerte no le duraría mucho. Sin embargo, la aparición del Mokolé los distrajo lo suficiente como para que pudiera posarse en tierra. Dudó un instante, pero al final se decidió, tomando su forma humana. Sin embargo, se mantuvo alerta por si debía realizar un vuelo de emergencia en caso que aquellos fomori no quisieran escucharla.

-Hay luz en la oscuridad.- Dijo en voz suficientemente alta para que la notaran, manteniendo las palmas arriba para que vieran que no tenía intención de atacarlos. -Se acerca el f-f-fin de P-P-Pentex. No t-t-tienen q-que seguir a Diderot-t-t, ni sus ordenes.- Les aseguró con la mirada. -Serán lib-bres.- No estaba segura si sería capaz de transmitir con sus palabras lo que había sentido al ver la imagen de Cluithi, pero tenía que intentarlo. -Sólo f-falt-ta el emp-pujón f-f-final. P-pueden ayudar a q-q-que sea p-p-posible... - Esperó un poco, una respuesta. Esperaba que no fuera otra ráfaga de balas.

Así que es verdad. Esa mujer sigue viva. Adalid la mato, la despedazo pero de alguna forma escapo de las mismas garras de la muerte. La forma en que la Tejedora se mofa del orden, y establece uno propio; alterando las normas que ella misma debia seguir.

-Adalid se asegurara de que no puedas levantarte.- Ruge mientras se encarama al camión, cambiando para adoptar de nuevo una apariencia de enorme bestia escamosa. Rugiente se para sobre su patas traseras, elevandose unos metros y dandole un aspecto brutal y terrible.

Levanta la lanza para clamar por su poder ígneo pero lamentablemente los Colmillos permanecen silenciosos de nuevo. Sin dudar que esto le amedrente. Adalid se lanza sobre Diderot, listo para derribarla y clavarle la lanza en su impío cuerpo. Se abalanza, cargando con todo su cuerpo sobre la corrupta sirviente de la Araña.

¿Sabéis qué? - dice uno de los fomori - ¡Que tiene toda la puta razón, joder! Esos bastardos estirados nos han estado tratando a patadas desde que esa zorrita le bajó los pantalones a White ¡Vamos a montar bulla, me cago en mi puta vida!

Los fomori se lanzan al combate sorprendiendo a los soldados de Pentex por la espalda. Los restos del ejército de Adalid se regocijan en la sed de sangre de sus recién encontrados hermanos y redoblan sus esfuerzos para acabar con el enemigo.

Sin embargo en algún momento los Garou dejan de combatir y salen corriendo al unísono rodeando el edificio de la corporación.

¡Estos idiotas no son más que un señuelo! - Xander llega volando hasta donde Kaylie - Diderot se está escabullendo por la puerta de atrás ¡Vamos!

Junto a su mentor Kaylie adelanta a los Garou sobrevolando una decena de camiones blindados que yacen de costado o boca arriba víctimas de terribles explosiones. Hay cadáveres enteros o en pedazos desperdigados por toda la zona. Sin embargo las numerosas huellas señalan que al menos la mitad de los soldados que iban en los camiones sobrevivieron a las explosiones y siguieron a pie.

Más allá del desastre Kaylie puede ver otro camión de transporte blindado ha arrollado a gran parte de los soldados de Pentex que quedaban. Los supervivientes del atropello están cosiendo a tiros al camión blindado mientras éste maniobra para dar la vuelta y hacer otra pasada. En el techo Adalid combate contra Anne Diderot...

En esta ocasión Anne consigue resistir la embestida del Mokolé, enzarzándose con él en un duelo de fuerza y sonriendo confianda cuando sus mandíbulas se cierran a un lado de su rostro.

No lo entiendes ¿Verdad, anomalía? - le dice - No puedes matarme. No es tu destino.

Sus manos se cierran como tenazas mecánicas sobre Adalid, intentando levantarlo en peso para arrojarlo fuera del camión hasta que éste da un bandazo y resbala de lado dejando un rastro de chispas incandescentes. Mientras Lucas intentaba maniobrar el lento y pesado vehículo para escapar del intenso tiroteo de los soldados supervivientes Lucas ha hecho un giro demasiado brusco y provocado el accidente...

El pequeño orgullo que sintió al ver que sus palabras causaban efecto en aquel grupo quedó eclipsada con la llegada de su tutor. La intensidad de las palabras de Xander la hicieron seguirlo tan rápido como pudo a través del humo que subía desde las ruinas de lo que quedaba de esa parte de la ciudad. Pudo visualizar más adelante lo que parecía el centro del ataque, e incrédula veía como había dos humanoides sobre un camión blindado, que derrapó y se volcó en el camino. Se mantuvo en alto para evitar las balas perdidas, pero comenzó a rondar en círculos.

Desde su altura, intentó encontrar donde se encontraba Diderot, temiendo que fuera capaz de escapar luego de aquel accidente.

Kaylie encuentra a Diderot a una veintena de metros del camión siniestrado. Pese a la espectacular caída y a los rastros de sangre y tela que hay en la acera la mujer se está levantando mientras sus huesos rotos y heridas abiertas sanan a ojos vista. Incluso los desgarros de su ropa vuelven a cerrarse y desaparecen como si nunca hubieran estado ahí.

Ignorando a los soldados y a los tres Fera abre la puerta de un coche aparcado y al poco éste arranca para alejarse de la zona del accidente...