Partida Rol por web

Casi al final, aparece y dice a Arindimén:

- Haberlas hailas, corazas, cotas, todo eso. Sin embargo, el mercado está flojo. Demasiada demanda, lo siento, no he podido conseguir buenos precios, mi muy estimado amigo...

Últimamente Nomberto pasa mucho tiempo con Arindimén. Tiene como un afán discutidor, debatidor, habla suavemente y lo suele retar con pequeñas paradojas morales.

- ¿Qué sería el bien sin el mal, mi querido camarada? ¿Cómo podríamos aprender, mejorar, sin el necesario estímulo de las desgracias? ¿Qué sería del frescor del suave Oasis sin el tórrido desierto? Decidme oh proletario aventurero, decidme. Estoy seguro de que teneis el máximo interés en convertir a infieles como yo... tengo curiosidad por ver cómo lo conseguis.

Esas preguntas son muy interesantes, Señor Cifuentes... - respondo, tratando de captar la total atención de Norberto - No se ofenda, pero me sorprende un poco que le asalten ese tipo de inquietudes. En ocasiones me da la sensación de que trata usted de dar una apariencia de despreocupación disipada a sus acciones, tal vez le juzgue mal.

En mi opinión, y quiero que quede claro que esto no es más que una sucesión de pensamientos puramente personales, no le falta a usted razón en lo que expone, está claro que debajo de su exposición subyace una gran reflexión - continúo, dorandole un poquito más la píldora - ¿Me pregunta cómo podríamos aprender sin el estímulo de las desgracias?..., la respuesta es sencilla. Usted mismo acaba de aprender, mejorar, en estos días. Probablemente más que en muchos cientos sometido a los muchos sufrimientos que en el Mondo aguardan. ¿Cuál ha sido la base de esas bien estructuradas enseñanzas?..., yo se lo diré - haciendo una pausa, señalo el símbolo de dos manos entrelazadas, finamente bordado en mi flamante túnica repujada verde claro - El mutuo acuerdo, que por si mismo ha de ser pacífico.

Permítame que le haga a mi vez una pregunta, Señor Cifuentes. ¿Qué le guía, que le impulsa, se lo ha preguntado alguna vez?. ¿Hacia dónde encaminará sus pasos, una vez termine esta labor que tenemos entre manos?. Seguramente, se aferrará a la siguiente tarea que le imponga el destino, de nuevo sin una convicción clara, sin un referente, sin saber por qué...

Yo busco el sendero de la Armonía, de la Paz entre todas las criaturas... - prosigo, con ritmo pausado - El Pacificador, a quien se conoce por P´Rofali en la tierra de la que usted proviene, me pide a cambio de sus favores únicamente que recorra el Mondo convirtiéndolo en un lugar mejor, donde reine la Tranquilidad en sus gentes, y que destruya a los causantes de los conflictos, ademas de a todo lo malvado, por cualquier método que esté a mi alcance.

¿Cree de veras que, esforzado en esta misión, acabaré con todas las fuentes de mal, guerra y enfrentamientos?. Estoy seguro de que no, y aquel que lo piense pecaría de gran fanatismo y tendría un estúpido velo ante los ojos, que le impediría cumplir adecuadamente con sus obligaciones...

No, amigo Cifuentes. Seguirá usted teniendo suficientes conflictos y desgracias para aprender de ellos, aunque a mi me estuviera reservado un éxito extraordinario en mis empresas - hago una pausa y un brillo de orgullo cruza por mis ojos, como si realmente estuviera convencido de que es así - Estos colores y este símbolo - muestro de nuevo con orgullo un hermoso bordado en mis guantes azul celeste nuevos, que hacen juego con mi cinturón - está también grabado en mi escudo y en mi armadura. El camino a la Paz no es sencillo, y no son simples palabras para engañar a bobos lo que predico, sino actos de fe.

Respondo a los miedos de quien lo merece con Tranquilidad, a sus iras con Paz, y al mal y el conflicto con la Fuerza que me otorga Geonea, El de Los Seis Nombres. No somos tan distintos, en realidad. Puedo ver que el mal no habita en usted, ¿No perseguimos acaso los mismos objetivos, y nos ayudamos cuando estamos en necesidad, sin pedir a cambio...?. Podría encontrar la Paz en su interior, y una inagotable fuente de fuerza interior que le impulsaría más allá de límites que, ni siquiera en el más loco de sus sueños, pensaría en alcanzar.

No pretendo que se una a mi causa, sin embargo, por ignorancia o desidia. Eso no agradaría al Único. Deseo que se una porque, en el fondo de su corazón, se convenza de que tengo razón, y de que mi fe es la suya. Sé que le gustan los juegos retóricos y encadenar las palabras..., bien - termino, con una pausa dramática - Le invito a que se rete a si mismo, converse con agudeza dentro de su mente sobre lo que le he contado y luego, cuando halle alguna conclusión, le pregunte a su corazón. Después volveremos a hablar, si lo desea.

Tras la parrafada, tomo directamente la jarra de vino y me la llevo a los labios, deglutiéndola por completo.

Nomberto mira embelesado cómo Arimindén deglute el líquido elemento que reposa en su jarra... después va desgranando, con voz suave y tranquila sus propios argumentos.

- La base de mis bien estructuradas enseñanzas ha sido mi ingenio y mi esfuerzo, mi muy estimado camarada. Basado en un mútuo acuerdo, cierto. Pero siempre en oposición, en guerra con otras fuerzas. Esa oposición, unida a mi esfuerzo, ha obrado el milagro.

"Si que tengo un fin, en esta vida. Una visión. Una luz que me guía: este mundo no me gusta, quiero cambiarlo. Lucho por el bien. Si, por el bien. Y tengo un por qué bien claro."

"Yo busco en el sendero de la discordia, la paz conmigo mismo. De vustro pacificador tendría que esperarse una especie de reino de la armonía, en el que el avance no sería posible. Pues cada pensamiento, cada palabra, cada pálpito de vida está regido por el eterno conflicto entre lo singular y lo plural. El yo en oposición a todo lo demás."

"Creo muy de veras que vos, esforzado en esta misión, podeis acabar con todas las fuentes del mal, de la guerra, de los enfrentamientos... siempre que consigais aplastar toda posible oposición con mano de hierro. Está en nuestra naturaleza el hacerlo. Con ese aire altivo, con esa magnífica disposición podeis hacerlo, si."

"Esos colores, ese símbolo, sólamente tendrían un significado en un mundo duro y cruel, en un mundo regido por el odio y el egoismo. Así podemos contemplarlos y solazarnos. Pero es que eso es una contradicción en si misma, pues representan la paz y la armonía, cuando solamente podemos captarlos por contraste, por conflicto, por pura y simplemente guerra con todo lo demás."

"No pretendo unirme a vuestra causa, mi querido camarada, nada más lejos de mi intención, por que no me gobiernan la desidia ni la ignorancia. Tengo mi causa, mi efecto. No soy un hombre, soy una red. Pretendo, sin embargo, mediante un sano conflicto, que os hagais más fuerte, más duro, más resistente. Pues fortaleciendoos, me fortalezco. Porque en nuestra unión, nuestra armonía, nos oponemos a todo lo demás, a la ciudad, al país, al mondo... al universo entero."

- Vino, ah, vino. Conseguido tras una ardua lucha, arrancado a la tierra tras enormes sufrimientos por unos desesperados campesinos. Pobres, miserables. Uvas pisoteadas, machacadas, despedazadas con el sólo fin de extraer de ellas el jugoso néctar. Uvas sacrificadas solo para que vos, tras un largo periodo de fermentación, de podredumbre bien controlada, querido amigo, os embriaguéis, para que se os afloje la lengua. Pues tras probar que sois fuerte en las mazmorras, tras probar que sois digno, machacando a otros que estaban en vuestro camino, habeis obtenido vuestra recompensa.

Creo que hablamos de lo mismo, con distintas palabras - respondo, interesado en la sesuda discusión - Sois amante del bien, como yo. Por tanto, estaréis en contra de lo que es malvado. Geonea tampoco quiere un puño de acero que aplaste, sino un compromiso de Armonía y Paz. Son a veces los poderosos quienes aplastan, fijaos sin ir más lejos en el ejemplo de esta ciudad, gobernada con estrictas leyes, pero sometida al yugo de la maldad. No agrada al Pacificador, por más que el orden impere en ella.

¿Creéis de veras que sufren las uvas...? - añado, sonriendo - ¿O no es más que una chanza para reforzar vuestro argumento?. Y quizá esos campesinos tampoco han sufrido tanto como suponéis. Quizá tienen sus derechos, y extraen este néctar con el sano sudor de su trabajo, y duermen luego felices y cansados en un hogar de personas amadas. Creo que os puede la demagogia, amigo...

Sí, el equilibrio... - termino, tras un momento de reflexión - no están tan distantes nuestros puntos de vista aunque no lo crea, Señor Cifuentes.

- Nooo, claaaro, mi querido camarada. No están tan distantes. - Nomberto tiene una sonrisa llena de peligro. Está recostado, como un gato, sobre un baúl cubierto con pieles. Trasiega de la misma jarra de la que ha bebido Arimindén, en un acto que, si bien pudiera parecer familiar, tiene un tinte obsceno venido de quién sabe dónde.

- No tan distantes... - Y se relame, perezosamente.

Parece que no detectas cambios aparentes en Arimindén...

Muy interesante esta conversación, y amena - digo, pasándome la mano por los ojos en señal de cansancio - Pensaré sobre todo lo que me habéis dicho, sí, pensaré detenidamente en todo. Espero poder sorprenderos con algún retruécano inesperado, con algún brillante argumento, en nuestra próxima charla. Sin duda tendremos tiempo de hablar durante el largo viaje... - termino a modo de despedida, levantándome y saludando con la mano a Norberto.

Y bien..., ¿cómo va la recuperación del enfermo?. Mis cuidados eran muy valorados en Shoje. Recuerdo que sané a un anciano Mediador..., enfermó terriblemente en Dianes y en Divínado ya podía levantarse él solito a aliviarse... - pregunto, nada más entrar en la habitación en penumbra, acercándome a la cama donde yace Adreim.

Pero no quiero aburrirte con mis historias, son otras preocupaciones las que encogen mi corazón. Necesito saber...- añado, acercando a él mi rostro y mirándole muy fijamente a los ojos, como si no quisiera perder detalle de su reacción - ¿Has notado algo, desde que el Firgx te infectó?, ¿Has pensado en algún momento que trataba de doblegar tu voluntad, de obligarte a llevar a cabo acciones que no querías, ajenas por decirlo de algún modo?

Tal vez, solo tal vez, tengamos la posibilidad de una cura...

Arimindén, me habéis sorprendido en un sueño. Digo levantado tapándome los pezones con la punta de los dedos. Luego, sin perder las maneras exquisitas de los felpos, tomo el borde de la sábana que me cubre mi cuerpo y la elevo ruborizado. Si no fuerais vos, pensaría mal. Jajajaja, buenos días buen amigo. Ya me encuentro mejor como podéis ver. Las heridas han cicatrizado y estoy fuerte como un toro. He entrenando duro en la arena y me he lesionado el la parte de atrás del hombro. Cuando manejo la espada me tira y no puedo golpear tan fuerte como quisiera ni tan preciso. Mira, si estiro el brazo se me queda un poco encogido o me duele. Hago el gesto de estirar el brazo y un leve rictus de dolor. Ahhg!

Quizá vos tenéis un remedio. De todas maneras, quiero decirle que le estoy agradecido. Estaba muy mal. Mis respetos. Le debo una de las buenas.

Sí, sí, ya sé que le defendí en la catacumba poniendo en riesgo mi vida, que acabé casi tan mal como esta vez, pero también me curaste. Así que según mis cuentas, ahora le debo la siguiente. Contad con mi espada para defenderos. Os cuidaré mejor que si fuerais una princesa. Jajajaja.

Un día, después de mi llegada de nuestra captura y liberación, me presenté a Alfred.

Hola, soy Adreim, líder del noble Sindicato Saja y Raja, al que me han informado que has ingresado. Normalmente nadie ingresaría si no le diéramos el visto bueno todos y cada uno. Pero confío en mi buen amigo Xhuky, el cual, seguramente habrá visto tus cualidades.

Bien, Alfred, qué puedes aportar al grupo? Cuales son tus habilidades? Y más importante, por qué nos has elegido a nosotros y no al grupo de los Troncha y Mocha o a los Warriors Warros? Como líder te he de preguntar estas cosas, pero eso no quita que lo haga mientras me doy un baño. Así que si no te importa dejarme ahí la toalla, me meteré en el mismo.... Aaaah, qué buena está!

En fin no es el lugar más habitual para una entrevista, pero Adreim es así.

Me pasas el jabón? Gracias.

Uy, si tiene burbujas! Digo para disimular el pedo submarino que me he tirado.

Ya se estaba acabando el mes de tiempo que el Sindicato Saja Raja se había dado para el descanso y el entrenamiento. Sin duda, todos iban conociéndose mejor, y eso se notaba en el ambiente... más distendido.

El líder de los Sajarrajas tuvo a bien anunciar a sus huestes la inminente selección de personal para la plantillla de la empresa...

¡Llevaremos un portaantorchas...! No es que lo necesitemos todos, pero los humanos podrán ver mejor en los combates... no digáis que no me preocupo de vosotros cual si fuera vuestro padre... que no lo soy y malditas las ganas... pero así son las cosas, yo no creé el Mundo...

... y se perdía en consideraciones metafísicas de esa y parecidas índoles.

El caso es que en seguida organizó la consiguiente pega de carteles... cual si Huelga General se preparara en la posada... y llegó el día señalado para la selección del afortunado aspirante:

El señor Posadero (ya recuperado de la bronca descomunal que le echó Nomberto, y que aguantó con el callo que dan muchos años de hostelería...) preparó cumplidamente un espacio especial para vosotros, uniendo dos reservados y disponiendo una suerte de cortina para que las entrevistas pudieran hacerse con comodidad, a la par que los candidatos escuchar las pruebas a las que fueran sometidos. Así se crearía el adecuado ambiente de expectativa y emoción que la ocasión merecía...

Los parroquianos habituales no se lo perdieron, naturalmente, y se acomodaron en la barra y mesas cercanas. Estaban dispuestos a jalear o a abuchear según la oportunidad fuera propicia.

Se presentaron doce candidatos...

Nomberto, haciendo gala  de su histrionismo, les recibía en la puerta, y tras tomar sus datos, les entregaba un trozo de tabla (pintada de naranja chillón instantámeamente por Sirë, mediante un pase de sus manos... cada una tenía un número escrito)

Al poco, estaban todos en fila, bajo la atenta mirada de los miembros del Sindicato...

Lomurel es un elfo de aspecto joven y campestre, rudo, apenas habla.

Claudio Cocinas es un joven hobbit de buena familia y aspecto inmaculado.

Uaseen Deex es un hombre joven de aspecto soso y anodino, viene con Teedu Gloasee. Teedu es también joven, de aspecto patoso y descuidado.

Hay otro hombre, Cuux Ruimoox, es de edad madura, andrajoso, con pintas de tener menos pasta que pa qué, pero con un aire digno, y mirada intensa.

Aparece a continuación Comuire... un elfo estirado y petulante, de aspecto un tanto hortera...

Félix Dedoslisos es un hobbit de edad madura y aspecto imponente... es muy grande para ser un hobbit.

Otro hobbit que es ya talludito es Florián el Pelos... llamado así por motivos evidentes, al ver sus enormes patillas. Otro que debió de perder hasta el sombrero no se sabe donde, está vestido con harapos.

Kroom es un semiorco no muy feo, vestido con gusto y ropa como la que vestiría un ciudadano respetable. Mediana edad, imponentes sienes nevadas.

Y finalmente aparecen tres figuras bajitas, que resultan ser unos amigos gnomianos:

Kaarlox Xeexux... un joven con aspecto evidente de estar en la p... rue.

Xuuan Xoose es un gnomiano viejo, de aspecto pulcro y cuidado.

Luus Maari es un ancianito venerable, con pinta de haberse perdido y de encontrarse allí por casualidad.

Todos os miran esperando que empecéis las entrevistas, o que sencillamente elijáis a quien os plazca...

Por supuesto, por supuesto..., honor y fama, claro. Es bueno para el grupo, desde luego, te curaré sin ningún problema... - hago una pausa, concentrándome para lanzar el conjuro. Invocando al Pacificador por medio del símbolo de mi túnica, mis manos brillan con una luz mortecina de tonalidades azuladas, y una sensación que va del frío más intenso al calor más abrasador recorre el hombro de Adreim.

Pero..., me gustaría saber... - hago otra pausa, algo incómoda - ¿Acaso no has oído mi pregunta?. ¿La recuerdas?