Partida Rol por web

Me uní a sus risas de manera espontánea. Me salió de manera natural sin forzar nada al respecto. La manera en la que Ian reía y hablaba invitaba a unirse. Iba a hacer alguna broma sobre ser un culo inquieto, pero me lo pensé dos veces. Era completamente comprensible que estuviese nervioso tras unas pruebas tan reñidas y no quería que se lo tomase a mal. Tal vez otra persona hubiese atribuido ese nerviosismo a otras causas, pero yo no. No se me ocurría otra causa posible. Fue cuándo me preguntó sobre si quería que alguien en especial me lo pidiese cuándo, rápido como un rayo, un nombre inundó mi mente.

"Duncan." 

Pero el pensamiento se nubló tan rápido como vino cuando recordé que con lo popular que era Duncan una docena de chicas se lo habrían pedido antes de la hora de comer y una cincuentena en una semana. Con tanta oferta picando a su puerta, ¿Cómo iba a pedirmelo a mí? Además, éramos sólo amigos, no podía ser de otra forma, y la gente aprovechaba estas ocasiones para ir con alguien a quién consideraban o les gustaría poder considerar algo más.

- No lo sé. - era la respuesta más sincera que podía darle. -Pero aún es pronto.

Miré hacia el lugar por donde Laura, Kyle y Duncan se habían marchado.

- Es mi impresión... ¿O están tardando una barbaridad? - dije sorprendida conmigo misma, ya que eso probaba que yo también estaba nerviosa aunque no me hubiese dado cuenta hasta ahora

¡Amortentia!

La sorpresa en el rostro de Deirdre apareció como la velocidad del rayo ante la aclaración de Carrie y al momento la pelirroja bajó la mirada, apartándola hacia la baldosa de piedra fría de la derecha, observando una raja que tenía.

La amortentia tiene un olor peculiar y particular para cada persona. No parece haberse dado cuenta, pero el olor que he descrito es el que la caracteriza. Es el champú de Carrie. ¿Significa eso que...?

Los pensamientos de Deirdre quedaron bloqueados con las palabras de su compañera ahora mucho más seria. Centró la atención en el contenido y fue frunciendo el ceño con más profundidad a medida que hablaba de la alianza de casamiento entre Oliver y Carrie, sintiendo molestia y una especie de pinchazo en su interior, que tras la observación del olor de la amortentia la chica sabía hacia qué estaba dirigido. ¿Acabar con Oliver? Sin duda era un tema a meditar. Carrie y Deirdre sabían que la pelirroja apoyaría a la morena en cualquier cosa pero matar a su novio por un compromiso que podría llegar incluso a no producirse por muy complicado que fuera... eran palabras mayores.

Con la aproximación de Carrie, de forma atrayente e insinuante, Deirdre tragó saliva. ¿Había descubierto lo del champú? ¿O es que Carrie siempre se comportaba de esa manera? Ya solo tenía confusión en su interior.

Le dio tiempo para recapacitar pues al menos era consciente de que era un tema de gran envergadura.

Hasta que...

Los ojos de Deirdre se transformaron en fuego. Fuego de rabia, de deseos de venganza y de gran cabreo cuando Carrie dijo la última frase. Se sentía traicionada. ¡¿Cómo le podía haber hecho eso Oliver?! ¡Con Lestrange además! Deirdre apretó con fuerza la mandíbula y miró a Carrie de quien sabía que no le estaba mintiendo. Se preguntó entonces desde cuando estaban esos dos liados y cuanta gente lo podía saber. Cuánta gente podía haber estado riéndose de ella en su cara y cuántos se estaban comportando de manera tan falsa. La rabia la inhundaba más por el desastre de haber sido engañada que de sentir algo parecido a amor hacia Oliver, algo que como ya le comentó a Carrie hacía pocos días, no existía.

- Como propiedad ha perdido el poco valor que podría tener. Cuenta conmigo.

Me incliné un poco hacia delante para poder ver mejor el rostro de Kaitlin. Ver lo afectada que estaba hizo que, por un momento, me sintiera fuera de lugar. En el fondo, debía ser Leonard quien estuviese a su lado, no yo. Pensar en mi cuñado me llevó a pensar directamente en Deidre y una mezcla de preocupación y diversión se apelotonó en mi interior. No dejaba de llamarme la atención lo iguales y radicalmente distintas que llegaban a ser las dos hermanas. Mientras que Kaitlin se encontraba junto a su hermano, quieta y comprimiendo el dolor, Deidre estaría despotricando, amenazando y causando algún disturbio en alguna parte del colegio a la que esperaba no tener que acercarme en un buen rato.

- De Slughorn no te preocupes - le dije al instante. - Nunca ha sido amigo de dejar pasar este tipo de comportamientos. Ya sabes como es.

Me alejé un paso de ella y de la cama para darle espacio. No quería agobiarla. Además, nunca nos habíamos encontrado en una situación así antes, no era del todo consciente de cómo iba a reaccionar. A veces se me olvidaba. Entonces, habló de su padre.

- Lo sé Kaitlin... - comencé, sin saber muy bien qué decir. - Pero no tienes que preocuparte. Ha sido un hecho puntual, y dudo que ahora nadie más se atreva a acercarse a Patrick. No se lo permitiréis vosotras, y yo tampoco.

No había perdido detalle de las reacciones de la muchacha y, aunque algunas escapaban a su entendimiento otras eran tan obvias como si ella misma tuviera ese pensamiento.

- No creas que es sólo por el compromiso, Deirdre. ¿Sabes lo que me dijo cuando le abofeteé? "No muerdas la mano que te da de comer". Es como un grano en el culo - sentenció con asco -. Allí donde voy, está él e incluso donde sea que pongo la mirada; puedo entender incluso su desprecio por mí, aunque sin duda no toleraré esos aires de superioridad que se ha estado dando con todos, conmigo incluida por supuesto. En algún momento teníamos que enfrentarnos puesto que la situación actual parece demostrar que ni siquiera al salir de Hogwarts podremos seguir vidas distintas. Como mi marido o no, sé que estará ahí. El problema es que yo le quiero lejos... concretamente varios metros bajo tierra. Sospecho que él también intentará deshacerse de mí para no casarse conmigo, así que no te apenes mucho - hizo un gesto desdeñoso antes de calmar su tono intenso y proseguir hablando con lentitud -. Pero no voy a acabar con él aún, ni a intentarlo, sería demasiado obvio y aún en el improbable caso de que lo lograra, acabaría en Azkaban, sitio que prefiero no convertir en futura morada - los largos dedos de Carrie golpetearon sobre su propia mejilla con aire pensativo -. Mis planes no tienen prisa, Deirdre, aún tienen que madurar bastante, aunque ya han empezado, por decirlo de alguna forma. Lo primero que haré será quedar con Oliver para después de comer y decirle que la escena del comedor fue parte del plan de que las demás casas nos crean enfadados y que lo del compromiso realmente ni me va ni me viene. Probablemente no me crea, pero me aseguraré de pasar varios meses tranquila. Por si acaso, le he pedido a Slughorn tres bezoar para llevar siempre encima por si se le ocurriera envenenarme. Por desgracia, tú tendrás que seguir fingiendo ser su novia a no ser que él no quiera o que te cuente lo de Lestrange. En ese caso, actúa como tú misma, déjale, hazle alguna escena delante de todos o una pequeña venganza para que no sospeche. Nada importante, sólo algo para que crea que el peligro ya ha pasado. Esa es sólo la parte del plan que consiste en asegurar el terreno aunque hay más. Quiero preparar poción multijugos y daros a ti y tal vez a Jackie para que os hagáis pasar por mí en determinados momentos, sólo para haceros ver mientras yo desaparezco, eso servirá para que nadie sospeche demasiado. El resto del plan es mirar algún veneno de estos que sólo hacen efecto cuando se dan determinadas condiciones, por ejemplo cuando el individuo se pone nervioso. Aún no estoy segura de si darle una ínfima cantidad diaria o cómo, aunque posiblemente ello requiera lanzar una imperius a algún elfo doméstico de las cocinas. Como sea, en algún momento todo el jueguecito que nos traemos de aprendices de mortífagos acabará en una batalla y ese será el mejor momento para que Oliver muera sin que nadie sepa cómo.

Había hablado mucho, posiblemente era el monólogo más largo que Deirdre le había escuchado y también el más inspirado, al menos si se tenía en cuenta que estaba exponiendo su mente creativa al completo con un fin concreto. De todas formas, y a pesar de intentar tener en cuenta todos los detalles, era consciente de que las reacciones humanas creaban imprevistos y por eso necesitaba ayuda. Contaba con Zac, aunque no quería que Deirdre conociera su implicación exacta, al igual que tampoco deseaba que Zac conociera la de Deirdre. Pero aquello requería más, más que la confianza, puesto que por más que creyera en su amiga no dejaba de tener las raíces que tenía y una implicación demasiado poderosa en los dos bandos de aquella guerra de poderes. Así que, como último gesto para corroborar su implicación en el asunto y su hermanamiento, Carrie cogió el brazo de Deirdre, lo alzó ante ellas y entrelazó el suyo con el de la pelirroja, tomándola de la mano con firmeza y con la varita apuntando a su unión.

- Sigamos juntas en esto Deirdre, pensemos, planeemos, y ganaremos en nuestros propósitos. Juremos juntas ahora Deirdre, y venceremos mañana.

Había permanecido absorta, escuchando la dulce voz de Carrie al tiempo que comprendía tal exactitud en sus planes y en sus palabras. La rabia continuaba hirviendo su sangre y por cada cosa que le iba diciendo su amiga Deirdre asentía para corroborar que haría caso en cualquier cosa.

Matar a Oliver... ciertamente no le parecía una gran pérdida. Se merecía sufrir y el veneno vendría bien para ello. Tenían la ventaja y Deirdre se sentía segura cerca de Carrie.

Cuando Cogió su mano la chica no pestañeó, observando los ojos oscuros de Lewis en todo momento. ¿Un Juramento Inquebrantable?

Todo un honor proviniendo de Carrie. Confías en mí y confío en ti.

Asintió entonces nuevamente.

- Dime lo que debo repetir y lo haré.- Sostuvo con más firmeza la mano de Carrie.

La mirada de Carrie había perdido todo rastro de sonrisa o indiferencia, ahora era tan oscura como insondable, aunque todo su ser desprendía una confianza en sí misma arrolladora.

- ¿Juras que me ayudarás a cumplir mis propósitos relativos a Oliver, aunque estos acaben con su muerte? - sus ojos taladraban a Deirdre mientras hablaba con una voz que ya de por sí parecía destinada a querer arrancarle una promesa. Esperó como si tuviera todo el tiempo del mundo a que la chica respondiera con el "Sí, juro" antes de proseguir, sin siquiera parpadear una vez -. ¿Juras que guardarás en secreto cualesquiera que sean mis planes, sin hablar de ellos por propia voluntad, a no ser que yo te autorice a ello, ni aún bajo coacción? - sus dedos se apretaron con excesiva fuerza sobre los de su amiga mientras otra nueva chispa de luz se alzaba entre las dos -. ¿Juras acabar con mi labor, en caso de que yo me encontrara impedida para realizarla, antes de permitir que Oliver y yo nos unamos en matrimonio?

Leo llegó a su cita con la sala de trofeos e insignias. Carraspeó, mirando a los lados, centrando su vista en Filch durante unos segundos. Apretó los dientes, separando los labios y suspirando con un gesto de gravedad, cansancio y desgana. Acabó por cerrar los labios, alzando las cejas, mirando los trofeos. Siguió alzando la vista, más, y más, hasta ver lo enorme de todo aquello. Esto sí que es una verdadera putada... Joder, nadie se pone así por decir un taco ¿no? Bueno, la pregunta es pura retórica, si se pone así, la demostración es que estoy aquí, con el zampabollos este mirándome...

Se quitó la túnica, quedando únicamente con el uniforme, y desabrochó algunos botones para tener más movilidad, mientras centraba su visión en la esquina inferior derecha de la estantería. Venga ya... Pensó, antes de acercarse y sentarse en el suelo, cogiendo la primera copa.

Aquello le llevaría un rato, sin duda. Y volvió a alzar la mirada hasta lo alto, comprobando que solo acababa de comenzar. ....Bueno.... ¿Debería carraspear cuando voy a cantar mentalmente? No... No creo ¿no? No... mejor no... Paró unos segundos, mientras pensaba, aún con la primera copa en las manos. Allá vamos...

Un domingo después de Almorzar; un mago fue a jugar; pero no pudo jugar; porque tenía que limpiar... así limpiaba así, así; así limpiaba así, así; así limpiaba así, así; así limpiaba que yo lo vi...   Comenzó a tararear mentalmente, mientras comenzaba, con cierto animo y resignación, su castigo.

Le fastidió especialmente que le hiciera limpiar diez de las medallas tres veces. Descolgándolas, y limpiándolas, aun canturreando mentalmente, con cierta alegría (Posiblemente, la de quien sabe que su castigo llega a su fin), hasta que tomó la última medalla entre sus manos.

Aquella alegría se desvaneció totalmente, como si un golpe secó la hubiera arrancado del cuerpo del chaval. Su vista se posó en la medalla, sin apenas fuerza para sujetar tan pequeño objeto. Se quedó mudo, y pálido, mientras apretaba los dientes, haciendo grandes esfuerzos por no derramar una sola lágrima.

No lo consiguió.

Falto de aire, cerró los ojos, acariciando el objeto entre sus dedos, acabando por un largo suspiro, y abriendo los ojos, solo para leer una nueva vez, lo escrito en aquella medalla, que tanto dolor le había causado, que con dos palabras, se había llevado la alegría del chaval. Shane O'Connor. Alzó la vista, hasta el techo, de espaldas a Flich para que no lo viera en aquel estado. Para que no lo viera nadie.

Se sintió como un chiquillo, como aquel chiquillo, abandonado y solo, escondido en la esquina de la enfermería, con el corazón inundado por el miedo. Haré... que estés orgulloso de mí, papá.  Susurró, inaudible, y pasó el trapo sobre la medalla, limpiándola. Para él, no era solo bonita. Era la mejor.

Por ello la limpio hasta en cinco ocasiones, sin darse cuenta de ello. No buscaba limpiarla más, solo tenerla más tiempo entre sus dedos. Pero todo llegaba a su fin. Y estiró los brazos, dejando la medalla en su lugar, mirándola una última vez, sin darse la vuelta aún.

He terminado. Dijo, con la cabeza agachada, y se giró hacia la puerta, con intención de salir de allí en silencio, cuando Peter le tapó los ojos. Suspiró, suponiendo de quien se trataba, e intentó disipar sus fantasmas, distrayéndolos con el juego de Peter. ¿Alguna de tercero que se muere por mis huesos? Preguntó, con ese tono de alguien que intenta animarse, pero esta triste o dolido por algo.

¿Como estas, tío? ¿Sabes donde están los demás?

- ¡Se lo contaré a Kaitlin! ¡Que sueñas con chicas de tercero que te van por detrás!- comentó en tono bromista mientras se colocaba a su lado y cuando Leonard preguntó por lo demás la única respuesta que obtuvo fue un encogimiento de hombros de total indiferencia.- En realidad quería pedirte consejo. ¿Zombi... o momia? ¿Qué crees que podría ir mejor con Carrie? Lo que me lleva a... ¿Saeta 3.0... o Nimbus 2007?

Esbocé una media sonrisa ante aquellas palabras de Oliver. Suponia que para el todo esto no tenia que ser fácil, sobre todo teniendo en cuenta que a quien tenia enfrente era a un clon perfecto de su novia.

- Claro que no. Solo espero que les den un buen escarmiento a esos imbeciles. - dije, frunciendo ligeramente el ceño- Cuando Leo se entere... - añadi, abriendo entonces los ojos ligeramente, para mirar a Oliver con aire interrogante- Por cierto... ¿Lo has visto? ¿Sabes si sabe que estamos aqui? - pregunté. pensando ahora en un Leonard que podria estar dando vueltas por el castillo buscandonos. Aunque, todo sea dicho, confiaba bastante en su sentido comun y, sabiendo que habian pegado a Patrick, lo más logico es que estuvieramos donde estábamos.

Miré entonces a Oliver de nuevo, esta vez con un aire mucho más compresivo. Era la mirada de alguien que tiene que preguntar algo a sabiendas de que no era ni fácil ni cómodo para ninguno de los dos. Cogi aire, con mi mirada fija en el y me lancé de lleno a hacerle aquella odiosa pregunta- Por cierto, Oliver... ¿Has pensado ya en cómo se lo vas a decir a Deir?

Y es que si de algo era consciente era de que no seria ni fácil ni agradable comunicar a mi hermana una noticia como la de Oliver.

- Lo siento, no sé nada de él - contesté con sinceridad, evitando su mirada. Aunque nunca lo había reconocido, la relación entre Kaitlin y Leonard siempre me había hecho sentir algo incómodo. Seguramente, porque se alejaba mucho de lo que yo concebía o había vivido. - Pero dudo que tarde mucho en aparecer por aquí, y más teniendo en cuenta lo que ha ocurrido - continué con una ligera sonrisa.

Me senté en la cama aprovechando el silencio. La sala estaba tan silenciosa que me sorprendía no escuchar lo que estaba ocurriendo tan cerca de nosotros. Aunque tampoco tenía problema, me limitaba a disfrutar del momento. Un espacio de tiempo que duró demasiado poco y que enseguida fue sustituido por la pregunta que más estaba intentando evitar.

- Diciéndoselo tal cual - contesté al momento y sin pensarlo, manteniendo mi mirada fija en el suelo. Tardé menos de un par de segundos en percatarme de que, quiza, mi respuesta podía haber sido demasiado brusca para la situación. - Con tu hermana hay que ir al grano - continué girándome hacia ella y sin dar más explicaciones. No había nada que yo pudiese decirle de Deidre que no supiera, al menos en este tema. - No le va a sentar bien. Solo espero que Carrie no se me haya adelantado. Teniendo la relación que tienen, no acabo de tener claro de lado de quien de los dos se posicionará.

Le lanzo una sonrisa pícara a Duncan. Laura tiene razón. Fijo que le facilitaba las cosas a Rose. Si es que es tan fácil de leer lo que piensa... y más si te lo está diciendo a gritos. 

Vuelvo a mirar a Laura cuando responde a mi pregunta sobre Sean. No me había dado cuenta de que le tenía tanta manía. El que no le hubiese incluido en la prueba debería haberme dado una pista, pero aún así... Decido no llevarle la contraria y escucho su propuesta sobre la nueva prueba. Ante sus últimas palabras, abro los ojos y la boca de forma exagerada, haciéndome el ofendido antes de responder. 

- Me duele que dudes de mi capacidad- Ciertamente, tiene razones. Tampoco estuve muy lucido que se diga en el entrenamiento del otro día. Pero vamos, confío en haberme quitado la capa de óxido del verano de una vez por todas.- Por supuesto que me veo preparado. ¿A quién prefieres lanzarle: a Rose o a Ian?- añado mientras la sigo, junto a Duncan, de nuevo al exterior. 

Dejé escapar un pequeño suspiro, asintiendo, con gesto grave, cuando hablo sobre "como darle la noticia a Deirdre".

-Si, con ella hay que ir al grano. -dije, dando la razon a Oliver, asintiendo lentamente. Sin embargo, habia un pequeño detalle que no tenia muy claro si Oliver habia pasado por alto o no- Oliver... No soy quien para decir como hacer las cosas y los dos sabemos que Deir es un tanto... especial, por decirlo de alguna forma. Pero, cuando hables con ella... no olvides que diga lo que diga y finja lo que finja te quiere.

No sabia si la propia Deirdre se habia dado cuenta de este detalle o si ella sencillamente creia que Oliver era un trofeo, un capricho o un pasatiempo. El caso es que, conociendo a mi hermana como la conocia, tenia claro que Oliver le habia importado y le importaba mas de lo que nadie le habia importado jamas. Y sabia, sin lugar a dudas, que aquello le haria daño. Mucho daño.

Sin embargo, ante su duda, negué, torciendo ligeramente el gesto. -No, no creo que Carrie le haya dicho nada. Estaba demasiado tranquila. Aunque... estoy de acuerdo contigo... No sé como se lo tomará, ni de lado de quien se pondra... - reconoci, con total sinceridad.

Y clavé mi mirada en Oliver, aun de pie, a diferencia de él, apoyando mi mano en la mesilla que habia junto a la cama- De todas formas... si necesitas que hable con ella... Solo dimelo.

Estaba claro que a priori no era la mejor opcion para tranquilizar a mi hermana pero, si algo me habia enseñado la vida era que, en momentos criticos, eramos capaces de dejar a un lado nuestras diferencias.

Y aquel momento, sin duda, iba a ser uno de ellos.
 

La confesión que hizo Kaitlin sobre su hermana me pilló por sorpresa. No tanto por el contenido, sino por el hecho de que ésta surgiera. Sabía lo que Deidre sentía por mi aunque nunca había salido a la palestra, ni con ella ni con nadie. En realidad, hasta hace prácticamente nada se podría haber dicho que el sentimiento era mutuo, la base de una relación que seguramente, de no ser por la demoledora noticia que había caído sobre nosotros, podría haberse recuperado con algo de esfuerzo.

Pero cuando las cosas no podían salir como nosotros queríamos (que solían ser la minoría de los casos), nuestra obligación era sacar todo el provecho posible de la nueva situación. Ese era uno de los lemas de la familia Carrow y eso era lo que iba a hacer; al menos en teoría. Porque la teoría es muy buena, pero no suele serlo tanto a la hora de llevarla a la práctica.

- No nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que es demasiado tarde, ¿eh? - que salga de mis labios una frase tan manida me produce mofa y casi vergüenza. Aunque no tanta como el hecho de verme allí, en la enfermería, junto a Kaitlin, dispuesto a convertirla en el paño de lágrimas de todos mis problemas. Toda una deshonra para un Carrow. Nosotros nunca hacemos públicos nuestros asuntos. - Ni de la libertad con la que contamos hasta que la perdemos. - De nuevo, busco sus ojos. - ¿Quién me diría a mi que pediría libre elección para mi matrimonio? - la simple pregunta (retórica) me hace gracia, y no puedo evitar sacar una risa ácida cargada de sarcasmo y amargura. En el fondo, había algo que todavía me resquebrajaba más por dentro, y era el replantearme los principios tan sumamente sólidois que siempre habían marcado a mi familia. Toda una osadía por mi parte.

Torci una triste sonrisa en mi rostro, mirando a Oliver con aire comprensivo. Podia entender perfectamente lo que estaba sintiendo en aquel momento. Y es que, salvando las distancias, si a mi misma me hubieran prometido con otra persona que no fuera Leo, dudaba mucho que me lo hubiera tomado con tanta filosofia como lo habia hecho Oliver.

-Hay veces en las que nos damos cuenta antes de perderlo del todo... - respondi, dándole a entender que aun no estaba todo perdido- Tiene que haber alguna solucion... Dudo mucho que, en todos estos siglos, no se haya roto ni un compromiso... - dije, frunciendo el ceño, ante su comentario sobre la libertad y, sobre todo ante su pregunta- No es justo que jueguen asi con la vida y los sentimientos de la persona. Es... Es una costumbre anticuada y ridicula Oliver... Ademas... ¿Que pasa si os negais? ¿Os van a casar a golpe de Imperio?

Me di cuenta de que, a medida que hablaba, me iba exaltando mas y más, indignada como estaba con una idea arcaica y desfasada como la de los matrimonios concertados.

-Bueno, al menos es un consuelo saber que Carrie no peleará por vuestro amor, ¿no?

Y acabe por esbozar una pequeña sonrisa, intentando dar un pequeño toque de humor a una situacion que, para mi, carecia de cualquier tipo de gracia.

Las palabras de Kaitlin fueron sacándome del pozo en el que me había inmerso a lo largo de la conversación, volviendo a ser consciente, poco a poco, del lugar en el que me encontraba. En realidad, fueron sus casi extraños comentarios los que llamaron mi atención. Entendía perfectamente lo que quería decirme (no era imbécil), pero parecía que ella no era capaz de entender en absoluto cómo funcionaban las cosas en mi posición social. Darme cuenta de aquello hizo que, inconscientemente, entrecerrara los ojos y frunciera los labios. Si no hubiese sido ella la que estaba delante mío, una sarta de desprecios habría sido lo más bonito que saliese de mi boca.

- Carrie no se opondrá, le guste o no le guste el acuerdo - contesté al fin, exhalando un suspiro. Era increíble que tuviese que explicar esto, pero más aún que me hubiese permitido verbalizar mis dudas. ¿Qué me había pasado? Esto no era propio de mi. Ni de mi, ni de los Carrow. Acatamos lo que la familia decide por nosotros, porque es la mejor opción. Lo veamos ahora, o en el futuro. - Y yo tampoco debería. - concluí. Mis útimas palabras fueron como un impulso que me permitieron levantarme de la cama. Me sentía fuera de lugar y me recriminaba mi absurdo comportamiento. Pero, sobre todo, me echaba en cara la sensación de vacío y soledad que se había instalado en mi interior. Algo que lo único que hacía era demostrarme lo blando, débil e infantil que seguía siendo.

Negué con la cabeza y con los ojos cerrados. - Perdóname Kaitlin, no debería molestarte con esta tontería, tú ya tienes bastante - comenté, indicando con la cabeza en la dirección en la que se habían llevado a Patrick. Despacio, me giré hacia la puerta dispuesto a echar a andar y marcharme de allí. Antes de hacerlo por completo, ladeé la cabeza hacia ella, pero sin mirarle directamente a los ojos. Era demasiado parecida a su hermana, en esos momentos me recordaba demasiado lo que estaba a punto de venir. - Será... mejor que te deje sola.

Deirdre sostuvo con firmeza la mano de Carrie y contestó sin dudar a cada pregunta de su ahora, más leal compañera.

- Sí, juro.- contestó a la primera pregunta.- sí, juro.- la segunda pregunta había sido incluso más sencilla de contestar. Para Deirdre traicionar a Carrie era algo impensable.- Sí, juro- ¿ayudar a Carrie a no casarse con el cabrón de su novio? Lo tenía por seguro.

El hechizo terminó y Deirdre se atrevió a sonreír. Si bien no apartaría la mano de Carrie, que le daba seguridad.

- ¿Qué quieres que haga ahora?

Kaitlin sonrió ligeramente a Oliver. Miró la camilla vacía, y suspiré, cabeceando en dirección a la sala de curas de la enfermeria- Está con Albert. Lo está curando. No se ha quejado ni ha dicho nada, pero le tiene que doler mucho, eso seguro. Aun no nos ha dicho si tiene algo roto o no...- Torció el gesto, con cierta resignación, pasando una mano distraidamente por la superficie de la camilla. Y luego se giró para mirar a Oliver- ¿Como te fue a ti con Slughorn?Gracias por hacerte cargo, Oliver. Patrick... es... nuestro hermano pequeño y... Ya sabemos lo que es perder a alguien. Si a Patrick le pasara algo...

Oliver se inclinó un poco hacia delante para poder ver mejor el rostro de Kaitlin.

Oliver: - De Slughorn no te preocupes. Nunca ha sido amigo de dejar pasar este tipo de comportamientos. Ya sabes como es.

Se alejó un paso de ella y de la cama. Cuando Kailtin habló del padre de ellas, Oliver reaccionó:

- Lo sé Kaitlin... Pero no tienes que preocuparte. Ha sido un hecho puntual, y dudo que ahora nadie más se atreva a acercarse a Patrick. No se lo permitiréis vosotras, y yo tampoco.

Kaitlin esbozó una media sonrisa ante aquellas palabras de Oliver.

Kaitlin: - Claro que no. Solo espero que les den un buen escarmiento a esos imbeciles. - dijo, frunciendo ligeramente el ceño- Cuando Leo se entere... - añadió, abriendo entonces los ojos ligeramente, para mirar a Oliver con aire interrogante- Por cierto... ¿Lo has visto? ¿Sabes si sabe que estamos aqui? - preguntó. Miró entonces a Oliver de nuevo, esta vez con un aire mucho más compresivo. Era la mirada de alguien que tiene que preguntar algo a sabiendas de que no era ni fácil ni cómodo para ninguno de los dos. Cogió aire, con su mirada fija en el y se lanzó de lleno a hacerle aquella odiosa pregunta- Por cierto, Oliver... ¿Has pensado ya en cómo se lo vas a decir a Deir?

Oliver: - Lo siento, no sé nada de él - contestó con sinceridad, evitando su mirada. - Pero dudo que tarde mucho en aparecer por aquí, y más teniendo en cuenta lo que ha ocurrido - continuó con una ligera sonrisa.

Se sentó en la cama aprovechando el silencio y cuando Kaitlin hizo la pregunta de Deirdre Oliver no tardó en contestar.

Oliver:- Diciéndoselo tal cual - contestó al momento y sin pensarlo, manteniendo mi mirada fija en el suelo. - Con tu hermana hay que ir al grano - continuó girándose hacia ella y sin dar más explicaciones- No le va a sentar bien. Solo espero que Carrie no se me haya adelantado. Teniendo la relación que tienen, no acabo de tener claro de lado de quien de los dos se posicionará.

Kaitlin dejó escapar un pequeño suspiro, asintiendo, con gesto grave, cuando hablo sobre "como darle la noticia a Deirdre".

Kaitlin:-Si, con ella hay que ir al grano. Oliver... No soy quien para decir como hacer las cosas y los dos sabemos que Deir es un tanto... especial, por decirlo de alguna forma. Pero, cuando hables con ella... no olvides que diga lo que diga y finja lo que finja te quiere. No, no creo que Carrie le haya dicho nada. Estaba demasiado tranquila. Aunque... estoy de acuerdo contigo... No sé como se lo tomará, ni de lado de quien se pondra... De todas formas... si necesitas que hable con ella... Solo dimelo.

Oliver: - No nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que es demasiado tarde, ¿eh?  Ni de la libertad con la que contamos hasta que la perdemos. ¿Quién me diría a mi que pediría libre elección para mi matrimonio?

Kaitlin torció una triste sonrisa , mirando a Oliver con aire comprensivo.

Kaitlin:-Hay veces en las que nos damos cuenta antes de perderlo del todo...  Tiene que haber alguna solucion... Dudo mucho que, en todos estos siglos, no se haya roto ni un compromiso... No es justo que jueguen asi con la vida y los sentimientos de la persona. Es... Es una costumbre anticuada y ridicula Oliver... Ademas... ¿Que pasa si os negais? ¿Os van a casar a golpe de Imperio? Bueno, al menos es un consuelo saber que Carrie no peleará por vuestro amor, ¿no?

Oliver: - Carrie no se opondrá, le guste o no le guste el acuerdo. Y yo tampoco debería. Perdóname Kaitlin, no debería molestarte con esta tontería, tú ya tienes bastante. Será... mejor que te deje sola.

Kaitlin: -Las cosas pueden cambiar, Oliver. No te preocupes.. Además, ya no creo que tarden mucho en salir... Oliver.No te rindas. Luego te buscamos para ir a la biblioteca, ¿vale? Suerte.

De nuevo la sonrisa volvió a sus labios mientras sus pensamientos divididos le mostraban la conversación entre Kaitlin y Oliver.

- No tienes ni idea de lo interesante que se está poniendo todo esto. Carrow está deseando ser el primero en llegar hasta ti para contarte lo del compromiso antes que yo, es una pena que me haya adelantado... y una verdadera suerte que él no se vaya a enterar. Pero bueno, vamos a aplazar eso un minuto, antes tienes algo que hacer. Quiero que vayas al despacho de Slughorn y le cuentes lo de tu hermano y pidas justicia o simplemente le fuerces a ir a la enfermería, cualquier cosa. Distráele. Verás que está haciendo una lista de ingredientes que le va a pedir a McGonagall. Debes añadir a la lista todos estos - en el papel que le pasó estaban apuntados los ingredientes de la poción multijugos -. Después ve hacia la enfermería como si fueras a ver a tu hermano, aunque en realidad lo que te interesa es que Oliver te encuentre. Seguro que aprovechará para contártelo todo. No olvides ser natural. ¿Qué harías si no lo supieras, Deirdre? Te cabrearías, posiblemente le dirías que necesitas pensar, tal vez incluso le dirías que debes hablar conmigo, ¿verdad? Haz todo eso y ya hablarás más tarde con él para decirle que puesto que yo no estoy interesada seguro que juntos podéis encontrar un modo de romper el compromiso y que nos beneficie a ambos.

De repente, algo habia cambiado en Oliver, que volvio a recuperar aquel aire señorial e indiferente que normalmente caracterizaba a los de su posicion social. Claro que entendia lo que sucedía, pero eso no significaba que no siguiera pareciendome absurdo.

-Las cosas pueden cambiar, Oliver. - dije, sencillamente. El ser humamo habia evolucionado con el paso de los años; incluso el mundo magico lo habia hecho. Y yo tenia claro que algunas cosas deberian seguir cambiando.

Sin embargo, al ver que Oliver parecia incomodo y molesto con el tema, acabé por suspirar, negando, dejándolo estar de momento. Tan solo queria ayudarlo a escapar de aquel compromiso que tenia claro que lo amargaria de por vida. No, claro que Oliver no seria feliz con Carrie, de la misma forma en la que dudaba que Carrie pudiera llegar a ser feliz con Oliver.

-No te preocupes.. Además, ya no creo que tarden mucho en salir... - dije, mirando hacia el lugar en el que estaban Albert y Patrick, y luego hacia la puerta, cuando mi mente volvio a volar hacia Leo durante un instante. Sabia que estaria preocupado. Y, cuando se giró, con intencion de marcharse, alcé la mirada, clavándola en el- Oliver. - le dije, para llamar su atencion un ultimo instante -No te rindas.

Y, en esa frase, no solo me estaba refiriendo al compromiso con Carrie. Después de todo lo vivido hoy, tenia claro que la mente de Oliver debia ser, a estas alturas, un hervidero de ideas, emociones, sentimientos, dudas y miedos, lo reconociera o no y, por mi parte, solo queria transmitirle una idea: que no estaba solo y que podria con cualquier cosa, por imposible que pareciera.

-Luego te buscamos para ir a la biblioteca, ¿vale? - le recorde, con una media sonrisa y un guiño, dejandolo marchar-Suerte.

Deirdre escuchó atentamente, como siempre, las intrucciones de Carrie sin mostrar más que seriedad y profesionalidad en su expresión seria.

- Ahora mismo voy. - Terminó por dejar libre la mano de su compañera nuevamente y se levantó, colocándose bien la minifalda y echándose el pelo hacia atrás.- Y tranquila. Sabes que cuando me interesa puedo llegar a interpretar un buen papel.- se atrevió a esbozar una medio sonrisa antes de abrir de nuevo para salir de la sala secreta.- Te mantendré informada.

Aunque al parecer te enteras de todo antes que nadie... ¿cómo lo conseguirá?

Sin más y tras un gesto de mano se marchó pensando en todo lo que acababa de suceder: el compromiso entre Carrie y Oliver, el engaño de Oliver con Lestrange, el juramento inquebrantable y lo sucedido con la amortentia.