Partida Rol por web

Madelaine, había decidido convertirse en la reina del baile. Lo cierto es que me parecía divertida la idea de enfrentarme a alguien, al fin y al cabo ambos disfrutabamos del duelo, sobre todo, porque nos gustaba poder lanzar hechizos libremente.

Me subo a la tarima sin decir palabra, el gesto en si era una clara muestra de lo mis intenciones. 

-Los miembros de las otras casas, no son dignos contrincantes para una Ravenclaw. -Digo sonriendo y divertido ante la situación.

Lissy decidió retirarse de la tarima algo contrariada por no haber sido capaz de hacer nada, Madeleine era más rápida e ingeniosa que ella en duelo, si hubiera tenido tiempo de replicar jamás habría pensado en el conjuro que le lanzó la ravenclaf.

Con el orgullo herido y una sensación extaña en la garganta se quedó en el suelo, quería ver como se desenvolvía en aquella ocasión y poder así tomar buena nota, para cuando volvieran a coincidir, puesto que la señorita Richards no estaba dispuesta a dejar la cosa así. 

"Venga Madeleine, a ver que haces ahora, la próxima vez no te lo pienso poner tan fácil"-pensó Lissy

Ante el rápido desenlace del duelo, Katie no tiene más que abrir los ojos con profunda sorpresa y aplaudir. El comienzo del club había sido un éxito, y contempla a Madelain con increíble admiración.
Nunca se le habría ocurrido realizar ese conjuro, aprovechandose de la inexperiencia que todos poseían.

Ante la finalización, Katie se ofrece voluntaria saltando al lugar donde se realizan los duelos.
Saca su varita, dispuesta a comenzar.

Madelain se alegró cuando Spencer subió a la tarima. En el pasado muuuy reciente no se podía decir que se hubieran hecho amigos, pero al menos había disminuído la hostilidad entre ellos. Y sabía que no tendría que contenerse con el muchacho. No solo toleraría cualquier tipo de ataque sino que además posiblemente se ofendería ante cualquier signo de piedad por parte de la chica.

Sonrió ante su comentario y como respuesta simplemente levantó la varita, pero para decepción de ella en ese momento Katie decidió subir. Madelain sabía que debía dejarle el lugar.

_Si vences, quizás podamos hacer una final luego, Spencer -le dijo sonriendo mientras iba con el resto del alumnado- ¿Estás bien, Lissy? -le preguntó cuando llegó junto a ella-.

Lissy sintió cierta decepción cuando Madeleine le cedió el turno a la otra chica, le hubiera gustado ver que hacía contra Spencer y de paso tomar nota para la revancha... pero bueno, de todas formas siempre se podía aprender mucho en aquella clase.

Cuando Madeleine se le acercó para preguntarle como estaba respondió con una ligera sonrisa.

- Claro, que estoy bien- Has tenido suerte maldita arpía- eres muy buena- vil rastrera me pillaste desprevenida- ese conjuro no se me habría ocurrido a mi nunca- pero la próxima vez morderás el polvo- ha sido una buena jugada- y te va ayudar a buscar fantasmas Rita la Cantaora...- Enhorabuena- volvió a sonreirle tratando de dar a entender que se lo había tomado con deportividad.

-Entonces Katie... ¿Serás mi oponente? Supongo que aún puedes intentarte cobrar la hora de escritura de ayer. Aunque tengo que decir que lo siento, no esperaba que el castigo lloviera para todos.

Jugaba con la varita entre mis dedos, se había credo un pequeño torneo entre nosotros, y eso lo hacía divertido. Era importante la diferencia del enfoque que tenía la gente respecto a la magia. Para unos un accesorio a su vida, como en el caso de Henri, para otros una herramienta, y para algunos de nosotros, era una filosofía de vida.

_Gracias, solo fue suerte -respondió Madelain a los halagos de Lissy. Era una suerte que se lo tomara tan bien, otro le hubiera guardado rencor.

Miró a Spencer, relajado jugando con su varita. Luego a Katie, mucho más baja de estatura que el joven de Ravenclaw. Parecía ser la presa y Spencer el cazador. Eso era lo bueno de la magia, que las apariencias no importaban, allí ganaría el que mejor se desembolviera con los hechizos aprendidos.

_Espero que Spencer no sea muy duro con Katie. ¿Bah, los conocés? -preguntó a Lissy-.

Ante las palabras de Spencer, Katie no tiene otra que sonreír. Alza su varita, preparandose para el duelo, aún con una sonrisa confiada.

- Si no lo hubieras hecho tú, lo hubiera hecho yo - le confiesa de forma abierta - Así que... disculpas aceptadas - le guiña un ojo, dejando olvidado todo el asunto.

Levanta la varita, preparandose para lanzar un hechizo, esperando que resultara efectivo.

- ¡Incarcerous!

Lissy sacó de su túnica un caramelo de menta para aclararse la garganta, había recuperado el habla pero tenía una sensación y un sabor extraño en la boca.

- Pues la verdad es que no los conozco demasiado, aunque hemos coincidido en varias ocasiones. Supongo que este duelo estará igualado, ambos son inteligentes y aplicados. Supongo que la cosa se resolverá dependiendo de quien realice el conjuro en primer lugar, como ha sido nuestro caso-comentó sin acritud y en tono neutral.

la huffelpuff resultó más rápida de lo que me esperaba, para empezar porque me pillo por sorpresa y después porque no me esperaba que fuera a usar un hechizo neutralizante de los que materializaban cosas, eso no podría evadirse con un protego. Por suerte mi mente repasó el repertorio a gran velocidad escogiendo como desviar las cuerdas.

-¡Ventus!-La palabra sonó seca  

Se la punta de la varita de Katie salen unas cuerdas que parecen tener vida propia y que se dirigen hacia Spencer con rapidez. Parece que este duelo puede estar más entretenido que el otro y los alumnos de primero parecen notarlo porque miran emocionados la batalla.

El aire se convirtió en una corriente que lanzó las cuerdas lejos de la tarima, para el jolgorio de los iniciados cuyo pelo se agitaba al viento. 

Sonrío durante un momento, era una contrincante que había dado el primer golpe ¿podría ella con el primer envite que le lanzara al ruedo?

Con un movimiento acompañe el siguiente de mis conjuros.- Rictusempra.

Madelain iba a responder a Lissy cuando las cuerdas salen volando y Spencer lanza su conjuro. No hacía falta la respuesta, los hechos habían hablado por sí solos, pero de todos modos le dijo:

_No siempre, depende no solo de la iniciativa, sino también del poder y creatividad de los ejecutantes.

El ataque no había surtido efecto, y tenía que pensar rápido. Lo primero que se le ocurre, defensa básica y veloz. Alza la varita, concentrandose para realizar el hechizo.

- ¡Protego! - exclama, intentando no verse superada por el ataque que se le venía encima

Katie no consigue repeler el conjuro y enseguida nota los efectos del hechizo. Unas ganas increíbles de reír se apoderan de la chica y hacen que se retuerza en el suelo de la tarima, pero seguro que no está pasando por un buen momento, porque el hechizo ha sido tan fuerte que ese ataque de risa puede hacer que le duela todo el cuerpo, si acaba alguna vez.

Ante la imposibilidad de poder atacar a su contrincante los dos profesores declaran vencedor a Spencer. Si hubiesen sido otros, quizá habrían instado al chico a hacerle daño mientras está indefensa, pero esos dos profesores no parecen tener ganas de estar más tiempo ahí.

Tras el duelo, se llevan a cabo otros más, mucho más violentos que los anteriores y que dejan una mezcla de admiración y miedo en las caras de los pobres alumnos de primero.

Madelain se sumó al aplauso por el duelo que había tenido Katie y Spencer. Sin dudas había sido más entretenido que el de ella, que había terminado antes de empezar.

_¿Te encuentras bien? -preguntó a Katie ni bien pudo bajar de la tarima-. Te has reido mucho, la panza y las mejillas deben dolerte. Felicitaciones Spencer. Buen trabajo ambos.

Luego se quedó esperando oportunidades para volver a subir, aún quería ese duelo contra Spencer, pero su deseo le fue negado.

_Parece que quedará para otra oportunidad.