Partida Rol por web

Las palabras que había dicho aquel hombre en el video, no te daba mucha información su forma de hablar tan enigmática, daba a sacar muchas conclusiones pero una clara, si realmente habían conseguir romper la maldición que llevaba siglos y milenios atormentando a los vampiros, ¿podría significar el fin de su secreto? o algo peor, ¿podría aparecer el infierno sobre la tierra?

Era bien conocido por toda la sociedad vampírica, que los renegados de su especie buscaban la forma de revelar el secreto a todo el mundo y gobernar por encima de los humanos, los cuales consideraban comida, basura... habían muchas formas por la cuál los menospreciaban y fue por eso por lo que se estableció el tratado, para que existiera un equilibrio y pudieran existir todas especies conocidas. 

Siendo como sea, lo que aquel video anunciaba era el peor escenario de todos. A muchos de los presentes en ese pueblo consideraron el video una broma y era mejor así ya que si realmente se supiera el alcance de la verdad que transmitía el video se proclamaría el caos pero había una incógnita en ese video, ¿habían roto la maldición gracias a Heaven Falls?¿qué demonios habían encontrado allí y que tuviera el poder suficiente como para romper una maldición puesta por el mismo Dios?

El proyector se encontraba en la parte superior de la pantalla, y que su cableado bajaba por la parte posterior hacia la parte de atrás del escenario. Mientras te acercabas para localizar el dispositivo que controlaba el proyector, pudiste ver que uno de las personas que te habías encontrado anteriormente parecía espiar una escena que había detrás de la escena. En cuanto te acercaste, pudiste oír la voz de un hombre que parecía hablar con alguien por teléfono bastante molesto pero sin llegar a alzar la voz y solo oíste una frase bastante preocupante.- si no cumples con el encargo para primera hora, te arrepentirás...

Se produjo un largo silencio, en el que la chica se le quedo mirando, como si estuviera ante una decisión de vida o muerte. Arthur se mantuvo expectante, incluso divertido ante esa indecisión, sabiendo que el resultado solo podía ser uno:

-No te conozco de nada

Bingo. Su amable sonrisa no se hizo esperar, abriéndose paso por entre su barba y asintiendo varias veces, conteniendo las ganas de reír a carcajadas. Después de todo lo que estaba pasando en el pueblo, era normal que decidiera prevenir y rechazar su oferta, la cual fue ofrecida por pura caballerosidad. Si, el motero con pintas de atracar licorerías tenía algo de eso.

-No se sienta apenada- porque todo hacía indicar que incluso le daba corte el rechazarle, como si tuviera algún tipo de obligación-. Que tenga una buena noche.

Dos de dos, aunque en este último caso no esperaba ligar con nadie, no dejaba de ser evidente que esa no era su noche. Lo del asesinato y el que todos estuvieran mirando por sus hombros le indicaban que lo mejor era marcharse cuanto antes, no fuera que le señalaran por no afeitarse seguido. Si, lo mejor era ir a por una cerveza, algo de comer y luego marchase del pueblo. Divertirse antes de continuar su ruta se estaba convirtiendo en un plan absurdo, así que se despidió de la joven llevando su mano a la frente, golpeando con dos dedos su sien.

Que bien se lo ha tomado, aunque tampoco tenía motivos para tomarselo mal. He sido sincera y directa diciendo lo que es una verdad obvia, cosa que por experiencia se que tampoco gusta a la gente. Siendo objetiva la única forma de conocer a alguien es hablando, ¿y porque dice que no me sienta apenada? Mi respuesta a sido lógica y predecible dadas las circunstancias y que sintiera cierta empatia y no quisiera hacerle sentir mal no es sentir pena, cuando hace escasos minutos aquella mujer le ha dejado plantado. 

-O tiene una autoestima de titanio o está acostumbrado a que le digan no. Debe saber que sus pintas no invitan a la confianza, aunque tiene una sonrisa agradable, pero eso no es cuantificable-

-Eh, una cerveza si que te la acepto.. Aunque sea para quitarme la pena - 

—Me gustaría que pudieras pasarte, aunque solo sea a saludar.
Con alguien que parecía tan agradable, ¿quién no querría incluso un simple "hola"? Sería complicado si él tenía un horario tan ocupado, e imaginaba que tras un largo día en el hospital lo que uno quería hacer era quedarse en casa. No sabía lo que era trabajar de médico o enfermero, pero había oído hablar de que era duro. El trabajo de camarera tenía sus pros y contras, pero nada que ver.

Le escuchó con atención mientras caminaban. Tal y como imaginaba, era un trabajo demandante que te arrebataba la vida social. Grace, desde luego, no podría con algo así. Era un sacrificio demasiado grande. Por supuesto, era un alivio escuchar que estaba libre.
—No, yo... Nada. No se me suelen dar muy bien.
Había tenido algunas parejas, pero ninguna de ellas habían sido serias. Si no fallaba una cosa, fallaba otra, o simplemente no habían sido compatibles por algún motivo. Tampoco se veía atándose a nadie, pero quién sabía si eso podría llegar a cambiar en algún momento.

Se detuvo y dejó que le apartara el cabello, así como que retirase aquella pestaña rebelde. Sonrió y murmuró un pequeño "gracias". Cuando pasaron por delante de The Revenant, lo señaló.
—¿Qué te parece si nos terminamos estas cervezas y entramos? —Sugirió. Estaba tan a gusto charlando con él que ni había prestado atención a lo que se había organizado en el pueblo.— Podremos pedir un par más, sentarnos y así evitaremos acabar helándonos.
Y quién sabía cómo acabaría todo entre cerveza y cerveza.

Se produjo otro segundo de pensamientos o eso le pareció a él, como si esa chica pensara cada paso por adelantado o lo hiciera de forma muy lenta. Arthur esperó un “buenas noches” o similar, pero en realidad era algo totalmente distinto. El motero asintió conforme, mirando por sobre la cabeza de la joven hacia un dirección determinada.

-Tengo entendido que hay un pub, al cual aún no he ido- desde que se enteró que de un bar de moteros lo transformaron en un pub sus ganas de visitarlo disminuyeron, pero en compañía quizás olvidara ese despropósito-. No puedo prometer una buena cerveza, pero si historias divertidas- con un movimiento de cabeza, indicó el camino, esperando que ella le siguiera, sabiendo el camino luego de haber preguntado al llegar al pueblo.

No sabía que produjo el cambio de intensiones en la joven, pero sin duda un sitio lleno de gente resultaba más atrayente que caminar sola por unas calles desiertas. Todos estaban ahí y gran parte del pueblo parecería abandonado.

-Dijo que estaba desempleada… ¿a qué se dedica?- no es que supiera mucho de trabajos o en realidad si, solo que eran más bien básicos y al paso. Lo más cercano a una carrera fue cuando estuvo casi unos dos meses en un taller para reparar su moto.

-Desempleada significa que no me dedico a nada.. O quizá pregunta a que me dedico cuando no estoy desempleada - ​​​​parpadeo un par de veces antes de responder. 

-Llegé hace poco y estoy buscando algo para sobrevivir, los ahorros se me acaban- Mal.. Acabo de decirle que no soy de aquí, que no conozco a nadie y que nadie me echaría en falta- Hundo las manos en los bolsillos de la chaqueta mientras miro en la dirección que indica. 

-El Reavenant.. Buscan a alguíen, hay carteles, mañana iré a probar suerte- bastante lacónica. No es un buen comienzo. -¿vienes de muy lejos Arthur?.. ¿Por la fiesta? Si llego a saber que se organiza una tan grande me bajo en la siguiente parada del autobús -  intentando poner un tono algo más relajado. 

Sonreiría a tu respuesta y asentiría con la cabeza.

- Sin duda valdrá la pena pasar.

Tengo tiempo libre en el día an no tener que trabajar turnos de más de 9 horas así que la verdad pasar un buen rato de ellos con Grace seguro que se siente muy bien. Luce tan agradable y tiene una sonrisa muy linda que vuelve cálida la noche. Seguro que le gustaría acostumbrarse a eso.

- Oh... Entiendo. Pues, siempre se puede ir despacio.

Sonrío, puede que claramente sea una indirecta pero, por qué no? Ha estado muy a gusto con todo hasta ahora y sin duda le agrada su  compañía, espera que también piense ella lo mismo.

- No hay de que. Con una pequeña sonrisa respondería y al escucharle asiente y suevente toca tu botella con la de el.

- Hasta el fondo? Jeje

Si dices que si te guitarrguiñaría el ojo y colocando la botella en sus labios la subiría y la giraría haciendo que bajara todo el viniendo con un pequeño remolino.

- Uff... solo te digo que se me da bien tomar jeje

Me río un poco y sin soltar tu mano voy contigo al club, la verdad he estado pocas veces aquí pero...

- Adelante.~

Abriría la puerta para que pases primero.

Tenía que admitirlo: Aquella situación conseguía que se sintiera especialmente vivo. Más allá de lo grave de la misma, más allá de que todavía no pudiera entender y, de hecho, ni hacerse una idea de por qué Heaven Falls podía haber sido la clave para romper la maldición... el misterio y la intriga de la situación tenían un efecto casi tan potente como el de la sangre manchando sus labios.

Lo más gracioso de aquella situación era que se percató de que no era el único escuchando a hurtadillas, pero no parecía que la otra persona tuviera intención de quedarse. Y por lo que a él respectaba, era mejor así. No sabía de quién podía fiarse y de quién no en esa situación, y aunque gracias a su programa de radio podía dar una excusa convincente si lo pillaban espiando, prefería reducir las posibilidades de que eso ocurriera.

Él, en lugar de marcharse, buscó la forma de acercarse más. Esperó para ver si podía escuchar más de la conversación teléfonica y, si no era así, se asomaría. Si dejaban el equipo sin vigilancia, tomaría la oportunidad para acercarse. Si no era así, su estrategia cambiaría: Miraría si había forma de desenchufar los cables, forzando una indicencia técnica que le diera la oportunidad de acercarse más.

El chico que se encontraba espiando a escondidas a tu lado, en cuanto detectó tu presencia, te miró asustado aunque con suerte evitó gritar pero eso si, salió de esa zona, el chico no tenía impresión de correr un riesgo innecesario. Sabía perfectamente que quedarse allí escuchando podía ser un peligro y después de haber escuchado aquellas palabras. El chico no parecía peligroso, todo lo contrario parecía muy inofensivo e hizo bien en marcharse de allí.

En cambio Brendan había decidido a quedarse a escuchar pero no pudo escuchar mucho más ya que después de su última frase colgó su teléfono y se lo guardó en el bolsillo trasero del vaquero mientras soltaba una maldición al aire y sacaba un cigarro para fumárselo.- Mierda... ¿dónde está mi mechero? - el hombre se quejó continuamente buscando por todos lados comenzó a dar pasos de ciego mirando el cielo.

El estar corto de dinero o al límite era algo que Arthur conocía muy bien, aunque eso jamás le preocupó. Tampoco es que tuviera grandes gastos, pues no pagaba alquiler, internet, celular, impuestos o lo que fuera. Solo gasolina, comida, ropa a veces (remendaba sus propias prendas), algún hotel ocasional o gusto particular. Luego todo era… el momento. Así que lo que le contaba Carol fue tomado con naturalidad.

-Puedes ir tirando con cualquier trabajo, hasta encontrar ese que te agrade- Arthur no podría trabajar en el mismo sitio mucho tiempo, así que no podía dar muchos consejos con respecto a ello-. Solo hay que trabajar duro- se encogió de hombros-. Mi último trabajo fue mecánico… No- arrugó el ceño-. Trabajé en una estación de combustible. Pinté todo el lugar- no sonaba ni apenado ni orgulloso, simplemente fue algo que le permitió sobrevivir en las rutas más tiempo.

La pregunta, luego de una ligera pausa le hizo sonreír antes de negar con la cabeza. Siempre era difícil explicar de dónde venía uno, sobre todo cuando no consideraba nada como su hogar. Bueno, quizás su antigua casa, pero ahí los fantasmas le atormentaban con los peores recuerdos, sepultando los buenos.

-El sitio donde estuve más tiempo fue un mes, luego me la paso recorriendo el país- miró a su alrededor-. He pasado por varias rutas al norte de este pueblo o al sur sin saber de su existencia. Si veo que algo me llama la atención me detengo o sigo- también se debía detener cuando sus reservas de dinero menguaban de forma peligrosa, pero eso era evidente-. Llegué aquí por recomendación, un viejo compañero me dijo del bar y la fiesta. Así que llegué a ver si lo que decía era cierto…

El pub no estaba tan lejos, así que no tardaron mucho en llegar al mismo. Esperó que tuvieran una buena cerveza o al menos algo que tuviera sabor agradable. La música también era importante, lo mismo que la compañía, pero en su caso podía olvidarse que se pareciera ligeramente a lo que estaba acostumbrado.

-Si se produce una pelea, arrojaremos a todos por esa ventana- dijo señalando muy serio un ventanal bastante bonito. Sonriendo luego de costado-. Siempre quise hacer eso de niño- en realidad cumplió ese sueño la primera vez que salió con su banda y terminó inconsciente por un botellazo en la cabeza. Pero esa época quedó atrás.

¿Seguimos aquí, en el pub, nos pones una descripción de quien hay presente? 

Brendan no pudo reprimir una ligera sonrisa al ver al otro chico salir corriendo. Pensaba que podrían haber colaborado, pero visto lo asustadizo que había resultado ser, quizá era mejor que no hubiera llegado a siquiera intentar proponerlo. En cualquier caso, también le entendía. El tipo al que escuchaban no parecía exactamente alguien razonable al que fuera bueno tener a malas.

Pero Brendan no era alguien que sintiera especial terror. Al fin y al cabo, era mucho más que lo que su físico sugería.

Aunque eso no significaba que quisiera que lo pillaran. Puede que irse hubiera sido lo cauto, pero no lo hizo. Si el tipo iba a fumar, quizá sería su oportunidad de echar un vistazo. Estaba allí hasta el final.

El hombre siguió buscando en sus bolsillos, chaqueta, por el suelo pero no veía ni donde pisaba al final chasqueó la lengua, miró a su alrededor y se dirigió hacia el bar, tal vez por que quería que alguien le diera fuego o por que quería tomarse algo. Sea como fuera había dejado toda la pista libre y sin vigilancia. Normalmente en pueblos tan pequeños si alguien robaba algo se daría cuenta y más una pista tan grande como aquella en la que estaba todo sujetos y unidos por bridas y candados.

Brendan no era un ladrón... aunque sí que era un pirata. En la mochila llevaba su portátil, y algún pendrive. Sabía que se arriesgaba a meterse en un buen lío si le pillaban con las manos en la masa, pero merecía la pena probar suerte. Con la pista libre, se acercó, lanzando una última mirada alrededor y siguió los cables, intentando adivinar donde estaba el ordenador desde el que habían proyectado las grabaciones.

De encontrarlo, intentaría buscar y copiar el archivo.

Camino un poco, alejándose del Revennat y de cualquier conflicto. Se refugio en un callejón que parecía desierto. Tapo con sus manos sus rostro, se lamento de ser así, de dejar a Izzy colgada. ¿Qué pensara de mi ahora? Pensó preocupado.

Solo había algo que pudiera darle algo de paz y no tenia fuego para encenderlo, así que pensó en lo siguiente que le ayudaría a relajarse, estar rodeado de la naturaleza. 

No había sido difícil entrar al sistema, no tenía una encriptación demasiado difícil. Buscando en el sistema aquello, se podía encontrar un rastro digital del video pero no se pudo sacar nada en claro sobre ello. En cambio si se pudo averiguar algo y era que el video se mandó desde un registro IP, con suerte se podría rastrear pero no era recomendable hacer el rastreo desde su ordenador personal. Si quien hubiera mandado el video tuviera dos dedos de frente no hubiera dejado que rastrearan su IP con tanta facilidad por lo que seguramente tendría algún virus o trampa asociada a ella.

Reparó en si podía reproducir una vez más el video y, en caso de no poder meterlo en el pendrive, recurriría a una técnica antigua y prácticamente prohibida por todos aquellos con un mínimo de decencia: Grabar la pantalla con el móvil. Después se centró en todo lo que el vídeo podía ofrecerle más allá de eso.

—Te tengo... —Apuntó la dirección IP en la última página de la libreta, mordiéndose el labio inferior.

Rastrearla no le preocupaba: Podía utilizar un ordenador de usar y tirar, o incluso, más fácil todavía, una máquina virtual cerrada y bien protegida que evitara ningún ataque al ordenador real. Por otro lado, era poco probable que fuera a encontrar nada al hacerlo: Más allá de que fuera un cebo, era más que posible que la dirección perteneciera a una VPN o similar. En otras palabras, nada que pudiera llevarlo hasta su objetivo real.

Pero merecía la pena intentarlo.

En cualquier caso, eso serían tareas para más adelante. Dejó todo como estaba, guardó la libreta y con prisa e marchó. habría que ver lo que estaba por venir.