Partida Rol por web

Divertida, se rió por la pregunta que le hizo e intentó pensar que podía responderle considerando que a simple vista eran extremos opuestos en cuestión de personalidades. 

—Para nada, al contrario. En todos los sentidos hay que tenerlos porque de alguna manera si vuelas demasiado la caída será grande—dijo sincera, dando la impresión de que sabía de lo que hablaba—. Me parece muy bien, no vayas a ser el típico señor y luego terminas siendo peor que yo. De todos modos me encantará descubrirlo. 

Todo un misterio estaba siendo Brendan de cara a ella, si bien era bastante correcto y tenía muy en claro lo que quería, nunca se sabe hasta dónde sería ese límite que él cuidaba con recelo. En algún momento cualquier persona se deja llevar y hay que ver hasta qué punto llegaría su ex compañero de preparatoria. A París le encantaban los riesgos, más aún los desafíos. 

Ante el comentario sobre la posibilidad de ser poli, negó con la cabeza y agregó. 

—Los conozco bastante y te diré que son los peores, algunos mantienen su red de ventas desde hace tiempo y tú los ves hablando de leyes y justicia—comentó divertida—. Nadie está exento de la corrupción. 

Ya cuando el tema de conversación pasó hacia la adicción, lo recorrió con la mirada mientras imaginaba cuál podría ser la de Brendan. 

—Hm... ¿Me la dices o la descubro? —preguntó con cierto aire provocativo y en cuanto a lo otro, respondió—. Lo es bastante, pero con el tiempo aprendes a quien vender y como hacerlo. El peligro está a la vuelta de cada esquina, la cuestión es buscarlo o evadirlo. 

Dada su experiencia, tenía sus métodos a la hora de evadir esos asuntos porque siempre se las ingenió demasiado bien. 

—Los clientes aparecen solos, uno ya los va calando en distintas movidas como el pub, la discoteca, son entornos dónde puede surgir—explicó y agregó—. Después es el boca en boca. Ya sabes. 

Luego cuando vino la pregunta sobre el lago, volvió a reír y negó con la cabeza. 

—Aunque parezca raro, siempre he venido sola al lago. Es la primera vez que estoy aquí con alguien, quería que fuera diferente—confesó. 

Y sin más buscó ir hasta la orilla y se quitó el calzado, así sus pies eran acariciados por el agua. Tembló un poquito, pero rápido se acostumbró e incluso lo invitó a qué haga lo mismo. 

—Ven. Sin excusas. 

—No sería capaz de arrebatarte la magia del descubrimiento revelando mis debilidades de forma tan aburrida —respondió mientras agitaba ligeramente la mano, de forma distraída—. Si llegas a saberlo, mucho mejor que puedas pensar que te lo has ganado.

Escuchó su explicación sobre cómo funcionaba y se manejaba el negocio de la droga con un interés que no parecía fingido, aunque seguramente se trataba de curiosidad. Su propio trabajo exigía por necesidad que supiera un poco de todo, y eso incluía la cara oculta de Heaven Falls.

—Quién iba a decirlo. Ni los pueblos pequeños se libran de ese tipo de cosas, ¿hm? —Sonrió ligeramente—. Aunque seguramente no sea lo más raro que ocurre por aquí. Somos carne de leyenda urbana, teniendo en cuenta que estamos aislados en mitad de ninguna parte.

Y eso era en muchas ocasiones el ángulo que explotaba en su programa. El Mothman, el Wendigo, el Skinwalker, el Letiche y hasta el Bigfoot había sido muchas de las criaturas de las que había hablado en algunas noches, especialmente durante octubre. Aunque no las únicas: Si bien daba más importancia al folklore propio de norteamerica, los vampiros, fantasmas y hombres lobo, que estaban mucho más relacionados con las leyendas Europeas, también encontraban su hueco los días que decidía ofrecer ese ángulo de terror.

Claro que muchos de sus oyentes opinaban que las ocasiones en las que tocaba esos temas era sencillamente porque se había quedado sin nada más de lo que hablar.

—¿Así que soy tu primera presa? —comentó él con una sonrisa ligeramente ausente, mirando el agua—. No sé por qué me cuesta creerlo. Estoy convencido de que eres así de lanzada con todos.

La midió con la mirada al decir esto último, como esperando a que lo negara, pero aun así se acercó a la orilla. Con parsimonia se quitó el calzado y hundió los pies en el agua. Curiosamente, no parecía que el frío lo afectara más de la cuenta, aunque aun así lo comentó.

—Sí que está fría —murmuró—. ¿Tiene este sitio algún significado especial para ti?

Ahí siempre el interrogante de cara a su forma de responder y esto provocó en Paris que su curiosidad vaya creciendo, así que no intentó dar voz a sus pensamientos y simplemente le regaló un guiño de ojo, quizás con la intención de dejar en suspenso aquello. Al parecer tenía que adentrarse al laberinto desconocido que Brendan tenía en su interior y esto era probar hasta donde se podía llegar, lo cual la morena era muy paciente para esas cosas. No tenía apuro.

—Hay que salir a ver el mundo para descubrir lo caótico que suele ser a veces—dijo sonriendo y se encogió de hombros—. Mi primera presa en el lago, estábamos hablando de este lugar. ¿No?

Tras aclararlo, le restó importancia y agregó.

—Depende para qué, antes cuando trabajaba con mi cuerpo tenía que ser lanzada y no importaba lo que tenía delante. Pero eso ya lo dejé hace un tiempo y no necesito serlo, al menos no vivo de ello—aclaró. 

Una vez aquella respuesta llegó a oídos de su compañero, ella se quedó con los ojos cerrados disfrutando del agua como si fuera lo único que de alguna manera la conectaba con algo de su pasado. Si bien su vida había cambiado muchísimo en este último tiempo, por mera necesidad necesitaba esto. 

—Es lo único que me queda de la Paris anterior, justo esto. 

Y sin más, ella se quedó inmersa en la remembranza y cuando vio que Brendan también se unió, extendió su brazo para ofrecer su mano. Si bien era una tontería, así al menos estaban compartiendo entre silencios un momento más que especial y al fin de cuentas, era todo lo que quería. 

—A veces pienso que el mundo está compuesto, más bien, por un orden desordenado. Nos parece caótico porque no podemos entenderlo, pero en realidad está regido por esquemas marcados.

Sonrió ligeramente, zarandeando un poco la cabeza.

—Hay asesinos en serie que nunca repiten el lugar de los hechos. No sé si sentirme halagado o preocupado.

Finalmente se serenó un poco y su tono recuperó su gravedad sosegada habitual. Aunque de vez en cuando la miraba, el lago conseguía llevarse gran parte de su atención.

—Me alegro de que ahora puedas actuar según lo que quieres y no según lo que necesitas.

No dijo más que eso, aunque también podía sobreentenderse que lamentaba que lo hubiera pasado en primer lugar.

—Solo hay una única Paris —terció él, mirando el reflejo sobre el agua—. Lo que eres ahora es la suma de todas las experiencias. De las buenas y de las malas. No hay que dejar que el pasado se convierta en una carga. Al contrario, que sea una armadura.

Entornó sus ojos. Él también había cambiado, aunque sus cambios habían sido diferentes a los de ella. Su vida había sido compleja de formas diferentes, quizá más sutiles. Pero, pese a esas diferencias, podían entenderse. Y quizá eso es todo lo que importaba. Cerró su mano en torno a la de ella y compartió el silencio que, como a veces tienen costumbre de hacer los silencios, decía cosas que las palabras no podían.

—Esquemas que quizás nosotros solemos romper a placer o por necesidad—comentó pensativa y se rió cuando escuchó lo del asesino en serie—. Me has descubierto, justo estaba pensando en cómo hacerlo. 

Burlona le sacó la lengua y regresó la mirada hacia el lago, de alguna manera su lenguaje corporal estaba diciendo que no sería capaz de hacer algo semejante. Pero si le gustaba seguir el juego de palabras, era muy estimulante. 

Ya cuando llegó lo otro, se quedó pensativa y regresó la mirada a Brendan, quizás deseó con todas sus fuerzas tener esa mirada tan madura de él y un concepto menos dañino de si misma. Gracias a esto se aferró aún más a esa mano mientras el silencio se adueñó de ambos porque de esta manera podían entenderse y conversar. 

Las palabras solían ser un relleno cuando los mismos instantes mágicos se pierden la confusión de lo aparente. Solo era cuestión de dejar llevar, más aún con aquel escenario tan bonito. 

—¿Que necesitas en tu vida, Brendan?

—O puede que nunca los rompamos, y hasta nuestros momentos más desenfrenados estén dentro del plan —musitó, zarandeando la cabeza—. Supongo que esto sería el clásico y eterno debate sobre si el libre albedrío realmente existe —Finalmente, una de sus comisuras mostró la sombra de una sonrisa—. Te recomendaría una estaca de madera atravesando el corazón.

La miró fijamente durante unos instantes y después concluyó.

—Todo asesino en serie que se precie tiene algo que lo diferencia del resto en su modus operandi.

Movió un poco los pies, agitando las calmadas aguas del lago, y suspiró. Ausentemente, como si fuera un gesto prácticamente automático, su pulgar de vez en cuando acariciaba la piel de Paris.

—No lo sé —respondió sinceramente—. Vivo con la sensación de que falta una pieza en el puzzle, pero no soy capaz de ver siquiera su forma. ¿Qué necesitas tú en la tuya?

Con los tacones en la mano y los pies sucios de haber corrido desde el pub, estaba enfadada y maldecía al inútil de Mark por haber seguido con la pelea dentro del pub - Yo solo quería probar el jovencito y divertirme un poco.

Habría cogido un taxi, pero no podía arriesgarme a que un humano pudiera verme los ojos o los dientes. Me detuve para ver el espectacular paisaje, con la luna reflejada en el lago, la escena parecía estar sacada de una novela de fantasía y esto hizo apaciguar mi cabreo.

Me senté en el suelo admirando la hermosura del lago para recapitular lo que había sucedido en el pub. Estaba claro que había un vampiro en el pueblo ¿pero quién? ¿estaría en el pub? - Si el hombre no estuviera sangrando podría haberme fijado mejor, tonta Beth, tonta, tonta... - Me lleve las manos a la cabeza y cerré los ojos frustrada. Tenía que hablar con mi contacto de la familia Crain para obtener más información.