Partida Rol por web

— Creo tienes razón y debería meterme en mis cosas. Pero a lo mejor necesitan algo — dijo tras la última frase de Paris. 
— Podemos pasar por su lado y lanzar una pregunta, si vemos que la cosa es personal, pasamos de largo — y respondiendo a su apretón de manos, Ethan acarició la palma de su mano con su pulgar. — Que tengo ganas de darte una paliza en los aros — y divertido, besó a Paris mientras se aproximaban a las chicas.

La pareja, agarrada de sus manos, se aproximó a las chicas. Al parecer la más joven parecía extremadamente pálida. 

— ¿Todo bien? — preguntó curioso Ethan. — Te veo muy pálida, ¿podemos ayudar? — miró a la chica más joven. — Podemos acercarte un refresco o algo de comer antes de seguir nuestro camino — pensando que esa palidez era por algún tipo de problema de salud.

April seguía mirando el suelo dudosa y de vez en cuando alzaba la mirada para ver la expresión del rostro en Annalisa pero no hacía ningún comentario hasta que Annalisa respondió, en ese momento miró extrañada a la mujer que la había acompañado en la noria y tardó un segundo un responder.- Entiendo...- antes de dudar otro momento terminó por responderte.- ...si en algún momento la recuerdas, ¿podrías decirle que tenga cuidado...? Sobretodo si le llega una caja roja...- ese último comentario parecía realmente extraño, ¿por qué con una caja roja?¿que tanto peligro podía tener una simple caja?

April estaba hablando con Annalisa cuando llegaron y parecía una conversación de lo más extraña para cuando se acercaron Ethan y Paris, se pudo escuchar la última frase de April.- ...si le llega una caja roja... - la chica se cayó de inmediato y casi como si estuviera amenazada por algo miró el suelo en dirección contraria a la pareja que acababa de llegar.

Cuando April oyó la voz de Ethan preguntándole si necesitaba algo, la chica sonrió a desgana y miró en su dirección.- Muchas gracias pero no es necesario, solo...- miró a Annalisa un momento antes de continuar comentando.- ...nos hemos subido a la noria y tuvimos una pequeña turbulencia cuando estuvimos en la parte alta, creo que me dejó un poco tocada por lo que debería volver a casa... - April miró un momento a Annalisa por si quería irse con ella antes de dirigirse al pueblo.

Estaba tan pendiente de la conversación que tenía con April que ni siquiera se molestó en girar el rostro hacia la pareja que llegaba preocupada por el estado pálido de la muchacha. Sin embargo el suyo propio también pareció imitar esa tez blanca con sus últimas palabras, quedándose incluso sin aliento antes de agarrarla del brazo.

Está perfectamente.- Todos sus sentidos le decían que debía irse de allí y estar a solas con ella, queriendo alejarse de la pareja tras responderles de forma escueta y seca, siendo más una excusa que una realidad.- Vamos a casa April.- Tiró de ella para marcharse de la feria sin saber exactamente en qué dirección, buscando de nuevo la privacidad mientras su cabeza daba mil vueltas.

Con una sonrisa en los labios, se quedó mirando a las chicas tras las respuestas ofrecidas a Ethan, quizás sorprendida por la actitud de ésta última. Estaba muy claro que se habían metido en donde no le llaman y esa fue la sensación que le quedó a Paris por ahora, así que aferró con un poquito más de fuerza la mano de su chico sin despedirlas siquiera ya que una tironeó a la otra. 

Se quedó mirando a los ojos al grandulón y luego de darle un dulce beso en los labios, quizás para quitarse el mal momento de encima, le soltó:

—¿Vamos por el desafío? Ya hemos saldado la cuota solidaria del día—comentó en broma—. Es hora de ver como pierdes. 

Y sin más, pasó vuelta la página con ello. Tenía un par de preguntas para hacerle a la primer chica que habló, pero la otra no dio opciones a nada. 

Ethan miró a Paris con una cara como queriendo decir "tenías toda la razón". — ¡Sí vamos, te voy a machacar! — sonó animado mientras le devolvía el beso — Que tengáis buena noche y disculpad — se despidió de la pareja de chicas con una sonrisa de circunstancia. 

— La que va a perder eres tú, soy un maestro en estas barracas de feria — le besó en los labios, para seguidamente estirar de su mano para ir más rápido. — Y luego me gustaría subir a la noria contigo.

En ese momento los brazos de Ethan rodearon la cintura de Paris, dejando su cuerpo pegado a la espalda de la chica. — Me falta noche por disfrutar — le susurró al oído mientras notaba los dos cuerpos unidos. — Pero antes te voy a machacar — le besó el cuello, impregnándose del aroma de la chica, y llegando a su destino, la barraca de feria.

— Quién pierda, a parte de perder el peluche, tendrá que acatar las ordenes del otro durante esta noche ¿te parece? — en su voz se notaba que estaba disfrutando junto a Paris lo que nunca antes había disfrutado.

Ese gesto le resultó muy tierno a Paris y le restó importancia, ellas no querían hablar así que no era su problema. Además tras ese beso super reparador, vinieron las ganas de competir un poco y por esa razón es que se motivó para provocar un poco más a Ethan. 

—¿Machacar dices? ¡Ja!—se rió divertida y ante la cercanía, lo miró con deseo y esas imperiosas ganas de comérselo entero allí mismo—. Hm, no me tientes que te secuestro aquí mismo para agregarnos más noche. 

Ya cuando sintió el beso, incluso cuando estaba apoyada sobre su chico, cerró los ojos sólo para disfrutar del momento un poco más y porqué no alargarlo todo lo necesario. Luego cuando vino la apuesta, le encantó y no dudó en unirse a ella sugiriendo su oferta. 

—Perfecto, si gano tendrás que encerrarte todo un día conmigo en mi piso y eso significa que harás lo que digo—hizo su propuesta y le guiñó el ojo—. ¿Tú algo que agregar para lo que me toque?

Entre broma y broma, arrumacos, apuestas, poco a poco se acercaron al puesto para jugar. 

En el puesto de los aros habían algunos niños que se quejaban por no poder acertar y se iban. Un hombre con barba y algunas canas en el pelo recogía los aros que estaban sobre el mostrador. En el puesto habían varios premios desde juguetes para niños, a peluches, ganar otras tiradas o subir a la noria. Cada uno estaba diferenciado por un color totalmente diferente y tenían que introducir 3 aros de 5.

El hombre mientras recogía, aprovechaba para dar la bienvenida a sus nuevos clientes.- Bienvenidos, ¿quién de los dos desea jugar?¿Usted caballero o probará suerte la señorita que la acompaña? - preguntó amablemente el señor e incitándole a jugar.- Serían 3 dólares por los 5 aros cada uno si queréis probar suerte.

Empezaré yo, va. Te voy a machacar — agarró fervientemente de la cintura a Paris para besarla en los labios. — Vamos allá... 

Y aquello no se le dio bien. De los cinco aros, dos de ellos dieron diana, el resto, cayeron rozando en más de una ocasión su objetivo.

— Me veo perdiendo — sonrió a la chica mientras le tendía los aros. — ¡Demuestra a Heaven Falls que eres la mejor!

Le encantó cuando la sujetó entre sus brazos para besarla de nuevo, tanto que se dejó llevar por el momento correspondiendo desde una pasión desmedida, llena de amor. Una vez se tomaron un respiro, acomodó un poco su ropa y lo miró con cierto aire travieso. 

—Casi que prefiero desafiarte así me das esos besos—bromeó y tras decir aquello, le sacó la lengua—. Venga, a ver de que estás hecho. No quiero que llores cuando pierdas. 

Muy atenta observó como estaba jugando Ethan y no lo estaba haciendo tan mal, aunque claro le había dejado un poco alta la vara. Ya cuando le tocó su turno, cogió los aros que le entregó su chico y le respondió:

—Te haré trizas. 

Ya con esa amenaza inició el juego, el primer tiro fue muy malo tanto que se había ido demasiado lejos. Lo cual rió por ello un poco y después, intentó centrarse ya que tenía motivos de sobra para ganarle. Y así fue porque el segundo estuvo muy bien, el tercero, el cuarto y el quinto. ¡Tenía buena puntería! 

Había puesto 4 aros de 5 y eso era un éxito rotundo. Así que rápido tras su consagrada victoria, rodeó con sus brazos a Ethan y le regaló un dulce beso, uno un tanto lujurioso. 

—Eres mío loser. 

Ethan observó la soltura con la que Paris lanzaba los aros. Estaba claro que aquello se le daba muy bien a la chica, sabiendo que no lo tendría tan fácil para ganar. Al ver el último aro dar en el objetivo, levantó las manos ante la tremenda paliza que Paris le propinó.

— Ves... — dijo sonriendo. — Te dije que eras la mejor de Heaven Falls, y no me equivocaba. 

Tras esas palabras abrazó por la cintura recibiendo el beso de la chica.

— No seas mala... O sí... — bromeó para acto seguido devolver el beso. — ¿Quieres ir a la noria o vamos a tu apartamento? No sé que hora es...