Partida Rol por web

Vanth, comenzando a confiar en la no-hostilidad de aquel grupo, acudió junto al cadaver para ayudar al elfo.

Como ya dije, era un mero acompañante. El grupo con el que iba sabía en principio cuidarse por sí solo... hasta el punto de asaltar este sitio con un objetivo que para mí era totalmente desconocido.

Tras el combate no se qué habrá sido de ellos. Tal vez continuasen su ascensión sin mi, o tal vez estén todos muertos.

Las palabras del bárbaro sonaban casi frías, sin sentir pena del posible fallecimiento de sus ex-compañeros.

La figura se levanta del oscuro rincón acercándose a los barrotes hasta resultar visible.
Las ropas oscuras envuelven la figura, una capucha cuelga a su espalda. La piel del extraño es totalmente negra, como el azabache, su pelo largo, de color blanco amarillento resalta en la oscura figura. Sin embargo lo más inquietante son sus ojos, no tienen iris, tan solo una esclerótica de color hueso ocupa todo el ojo.
Tiene complexión fibrosa aunque es delgado, mide unos 6 pies, ligeramente alto para el estándar humano, mucho para el elfo. Agarrando con una mano uno de los barrotes empieza a hablar común con un acento duro, extraño...

Mi nombre es Amnyin y llevo aqui tiempo, tal vez dos semanas. Viajaba con mi hermano...
dirige su mirada un instante hacia alguna de las celdas de su derecha

...y notamos que nos seguían. Ocho "guardias del nigromante" como oi despues que les llamaban los orcos de esta torre. Humanos enloquecidos, terribles guerreros con armaduras fundidas a su piel...
No pararon hasta que dieron con nosotros pero no nos mataron, nos trajeron aquí a dejarnos morir
La vista cae ahora hasta el suelo un momento y continúa hablando
No sé nada más de la torre, sólo conozco sus mazmorras y sé que sus cerraduras son endiabladamente seguras. Hasta aquí rara vez bajan los guardias...

Tampoco sé nada de aquellos a quienes seguís, mi unica compañia son los demás presos y creo que ya han muerto todos. Al llegar nosotros dos ya había un humano, el del fondo, que ha muerto hace poco. Hace pocas horas encerraron al elfo y al enano y parecían pesos muertos.

Es todo lo que puedo deciros, si sois enemigos de esta torre salid de aqui ahora que aún estais a tiempo...

"Guardias del Nigromante", suena genial y terrible a la vez!

Kandalian repite de nuevo en voz alta lo dicho antes a ver si alguno de los presos contesta:

Hay alguien vivo ahi?

Espera la respuesta mientras inconscientemente se echa mano a un saquillo en busca de sus herramientas...

-... Sus cerraduras son endiabladamente seguras.- Me gusta.

Tranquilo amigo, saldremos de aquí en un periquete, y tú te vienes con nosotros; o al menos lo intentaré...

Sin más mete sus herramientas en la cerradura para intentar vencerla, no sin antes echar un vistazo en busca de alguna trampa que pudiera haber...

La charla se la dejo a los humanos...

orphen observa la criatura examinándola.

Finrod se queda mirando al drow mientras que kandalian intenta abrir la cerradura de su celda.

¡Vaya!, pues si que es grande el elfo oscuro este, tenia entendido que los de su raza eran de los mas pequeños de entre los elfos, y este es grande incluso para un humano. Por cierto, antes ha dicho que lo habian capturado junto con su hermano, pero no lo veo por ninguna parte. ¿se lo habra comido el grandullon este?, con lo enorme que es podria haberlo hecho sin problema.

Estooo, antes has dicho que fuiste capturado con tu hermano y que a los dos os arrastraron hasta aqui, ¿sabes donde se encuentra?, ¿crees que puede estar vivo en un piso superior?.

Finrod su hermano también fue preso.

Nadie contesta a la pregunta de Kandalian, la mazmorra permanece en silencio hasta que habla Finrod. Las palabras del paladín parecen ensombrecer el rostro del extraño que se ha presentado como Amnyin.

Está dos celdas más allá... es... desde luego no compartimos sangre pero no era para mi menos que un hermano. El hombre corpulento de cabellos rubios
dice dirigiendo su mirada a una celda cercana ... murió ayer por las heridas recibidas. Intentó defendernos pero desde luego no pudo.

El vínculo con tu espada parece ser completo, reaccionando a tus pensamientos, tu visión empieza a cambiar como ya conoces y en esta ocasión, por primera vez, la sensación no te inquieta. Empiezas a apreciar la belleza también en la muerte...

El desconocido apenas está rozado por la sutil sombra, está en buen estado de salud, muy probablemente sin heridas aunque sí cansado y mal alimentado.
Tu vista se pasea por las otras celdas en un vistazo rápido ante las palabras de Amnyin. Manchas oscuras en las pocas celdas ocupadas, el hombre de cabellos rubios que señala el prisionero, el elfo, el otro humano de ropas marrones... muertos. Pero en el enano hay algo, una chispa aún de vida, esta moribudo, agonizante, es solo cuestión de tiempo y seguramente muy poco pero aún no está totalmente muerto aunque la sombra negra le abraza casi por completo.

Finrod rápido, el enano aun vive, pero poco le queda.
después Orphen se dirige hacia el prisionero de piel oscura.
Por lo que parece tu no sufriste ninguna herida en el combate...acaso te rendiste o huiste?

No soy un gran guerrero como mi hermano... él siempre me ha defendido. Traté de luchar pero les bastó con inmovilizarme sin herirme, parecieron querer conservarnos con vida aunque no hicieron mucho por sanar a mi hermano...

dice Amnyin escrutando a Orphen con una extraña mirada.

entonces podras contarme exactamente porque estabais en esta torre.

Lo cierto es que no lo sé, debe tener un motivo para traernos aquí pero el dueño de esta torre parece estar loco, muchos de los prisioneros que he visto estaban ya muertos al entrar.

el prisionero dirige la mirada un momento a Kandalian, cuyos dos primeros intentos de abrir la cerradura habian sido infructuosos.
Si quieres creo que con esas herramientas podré abrirlas yo mismo.

Naldar, gracias a la ayuda del bárbaro, empieza a mover el cadaver hasta la sala contigua, donde había dejado el anterior. En los pocos metros recorridos no habla, permanece con sus sentidos alerta, sobretodo el auditivo. Intentando percibir cualquier movimiento en el piso superior.

—Estaría bien saber qué ha sucedido con ellos, así conoceremos el peligro que comporta estar en el interior de esta torre. Tengo un plan para no llamar la atención, pero eso puede esperar. Mis amigos y yo veníamos siguiendo al grupo al cual te incorporaste, con buenas intenciones, no te preocupes —se apresura a añadir rápidamente el elfo, aunque después de las palabras de Vanth, no está seguro de si hace falta ser tan correcto respecto al grupo de viajeros. La voz sigue siendo un silbido, aunque ahora cada palabra denota mayor reflexión, como si las estuviese escogiendo al instante entre un sinfín—. Tienen o tenían un pergamino que es el eje central de nuestro periplo en estos momentos. Aunque me temo que no sabrás nada acerca de éste —el explorador se da cuenta de que está repitiendo lo mismo, hablando sobre algunos temas que muy posiblemente no interesen al bárbaro, o que no sepa por donde cogerlos, al recapacitar calla un instante y observa al fornido hombre, evaluando sus pertenencias, luego prosigue—. ¿Qué te parecería echar un ojo a los pisos superiores? Soy en experto en sigilo, y la infiltración me encanta. No sé si tendrás idea de saber que le pasó a tu grupo, pero a mi me interesa. ¿Crees que podrías enfundarte en la armadura del humano? Yo podría adoptar la apariencia del orco, así podríamos hacer un breve reconocimiento antes de luchar, si hiciese falta. Tú dirás Vanth, no me gusta estar quieto y mis amigos no sé cuanto tardarán.

El montaraz, hacia la mitad de sus palabras, empieza a adornar cada sílaba con múltiples gestos, otorgando a las palabras mayor significado en muchos casos, igual que había hecho unos días antes, en aquella conversación tan importante.

El humano hizo un esfuerzo para contener cierta risa tras las palabras del Elfo. Se le veía completamente tranquilo.

Jeh, opino que estas loco Naldar... eso me gusta. Veré que puedo hacer con la armadura.
Por otro lado, no tengo la más remota idea sobre ningun pergamino, lo lamento.

El explorador se sitúa en la puerta destrozada, en la entrada a la habitación, entonces da un paso hacia atrás. Desde esa posición comprueba si se pueden ver lo cadáveres. En caso negativo se se acerca de nuevo hasta Vanth.
De acuerdo, cuando lleves la armadura utilizaré un hechizo para mi. Por el pergamino no te preocupes, tan solo espero que no haya salido de la torre.

Naldar empieza a quitarse su armadura, así cuando ejecute el hechizo no tendrá el impedimento a la hora de utilizar su magia arcana. Mientras espera al bárbaro, observa con atención los rasgos del orco, memorizando la estatura y complexión del cadáver, luego el color y la forma de la armadura, por último el equipo que lleva.

Hum! Eso me ha dolido! A un gnomo no se le desafía en asuntos de abrir cerraduras!

El gnomo levanta la vista y le guiña un ojo al prisionero, aplicándose de nuevo sobre la cerradura.

Saca su pequeña lengua y la pone en diagonal sobre su labio superior, concentrado en la maquinaria...

Lo intentaré una vez más... Si no lo consigo, tal vez aprenda algo más acerca de "abrir cerraduras" viendo como las usa el drow...

El gnomo empieza a verse obligado a reconocer que la cerradura es de la buenas pero está de suerte, el tercer intento da a un CLICK muy familiar, otro movimiento y un segundo CLICK y la puerta de la celda se abre lenta y silenciosamente hacia dentro.

Buenas manos, gnomo... quizá no esté en situación de pediros nada más pero no puedo dejar aqui a Hemios, mi hermano... ¿podrías abrir tambien su celda? dice a Kandalian con la mirada fija en la celda del cadaver humano de cabellos rubios. Tras estas palabras sale observando atentamente a Finrod y Orphen.