Partida Rol por web

Finrod se tranquiliza al descubrir que el jinete y el caballo son Naldar y Hasufel, aunque esta claro que hay algo que preocupa al corcel y les hace ir al galope, lo mas importante es que ambos esten bien. Cuando los dos llegan hasta el pequeño campamento que han montado, el paladin se acerca hasta su montura y acariciando su cabeza le dice como hace habitualmente, buen caballo, luego mira hacia Naldar esperando que le explique lo que ha visto.

Bueno Naldar, tienes que explicarme por que volveis al galope y que sucede en la ciudad, ¿hay batalla en Hluzhvar, verdad?

—Es cierto que la guardia de Hlúzhvar se está movilizando, pero no por ninguna guerra. Digamos que el problema soy yo. Será mejor que continuemos cuanto antes. No me gustaría que vengan en esta dirección y me encuentren.

Naldar tiene la cara sudorosa y mientras habla no mira en ningún momento al paladín, sólo desmonta y le da un par de palmadas al caballo.
—Gracias Hasufel —susurra en élfico, casi sin vocalizar.

El explorador se acomoda la mochila y las armas, tras eso se gira hacia Finrod, para esta vez mirarle a los ojos.
—Y, por supuesto, tampoco quiero que os encuentren a vosotros —afirma el elfo, con semblante sombrío.

Después de las breves palabras, vuelve la vista hacia el camino que ha seguido de vuelta al campamento y aguza la vista.
—No... no han podido seguirme... Espero...

—De acuerdo compañeros, debemos partir cuanto antes. Tiene un par de jornadas de ventaja ese misterioso grupo de viajeros pero nosotros tenemos constancia, le daremos alcance. Seguro que nos dará tiempo a llegar a Asbrav antes del cambio de luna —grita el montaraz, imaginando que el resto del grupo está en una de las tiendas, descansando—. ¡Vamos, no hay tiempo que perder!

Según está terminando de hablar se encamina hacia Orphen y Kandalian para apresurarles.

Kandalian se revuelve en sueños medio despertado por el sonido de cascos del caballo. Escucha remotamente lo dicho por Naldar. La confusión reina en su mente...

-Digamos que el problema soy yo...- ha dicho. Eso que quiere decir? Que la guardia de Hlúzhvar nos persigue? No entiendo nada!!!

El gnomo mira desorientado al elfo, con el pelo enmarañado y un mal aspecto general de no haber descansado nada...

Explicate elfo, a qué tanto alboroto!

lo que lamento mas de la perdida del mago es no poder pedir que le lanzara silencio....
Orphen se gira y pone la cabeza debajo la almohada.

—Creo que estar a punto de matar al alcalde y al guardaespaldas es razón suficiente para seguir el camino —se apresura a responder el elfo.

Naldar se gira luego hacia el paladín, con actitud seria.
—No te preocupes Finrod, no se derramó ninguna gota de sangre. Hubo un mal entendido, se pensaron que era un espía y no podía perder tiempo. ¡Malditos gobernantes! —dice, cada vez alzando más la voz, para que Kandalian y Orphen le puedan oír perfectamente—. Hice lo que estuvo en mis manos para avisar a Asbrav, pero parece que Hlúzhvar no ayudará en nada. Ahora nuestra principal misión es alcanzar al grupo de viajeros y si descansamos tanto como ellos no acortaremos distancia. Además no soy el único que está en apuros, saben que viajo con más gente y para ellos seréis cómplices. ¡Vosotros decidís!

El montaraz empieza a echar fugaces miradas al suelo, intentando recuperar el rastro y continuar el camino cuanto antes. Arrodillándose en algunos lugares y, sobretodo, analizando el nuevo rastro, el de los otros humanoides.

El paladin va escuchando la breve explicacion de lo acaecido en la ciudad que va dando Naldar, y segun va recibiendo mas datos, su cara de enojo va haciendose mas evidente.

¿Que no me preocupe dices?, ¿que no me preocupe?, ¿se puede saber que has hecho ahora maldito elfo salvaje y asocial?, ¿para eso marchas con mi preciado caballo?, ¿para salir huyendo con toda una ciudad tras de ti, tocando clarines de batalla?, y eso que Kandalian y yo estabamos preocupados por tu estado, pensabamos que te encontrabas en medio de la batalla accidentalmente, y luego resulta que eres tu el que ha provocado todo este jaleo.

El paladin para en seco su regañina, se da cuenta que es la primera vez que trata al elfo con tanta proximidad, pero la sitacion le ha enfurecido de verdad, y tiene que demostrarselo al explorador.

Naldar escucha atentamente las palabras del paladín aunque sin mirarle, continuando con su tarea.
—No te preocupes —empieza a decir, remarcando estas palabras—, la próxima vez dejaré que me rebanen la cabeza para que puedas poner en duda las leyes que sigues ciegamente, y a aquellos que las ejecutan. Si no hubiese hecho eso ahora mismo estaría muerto. YO. Por equivocación, además. Aunque estoy seguro, por tus palabras, que te gustaría que fuese así. O no... ah espera, que acusas antes de saber todo. Muy bien, dice mucho de ti Finrod. Tranquilo, no volveré a pedirte los servicios de Hasufel. A parte quiero recordarte que mi viaje a Hlúzhvar fue para intentar salvar cientos de vidas en Asbrav, pero seguro que eso tampoco lo recuerdas. A partir de ahora no te preocupes por mi, puedo cuidar de mi perfectamente, cosa que tu no.

En las palabras del elfo no se nota ni un ápice de furia ni enfado, está serio y algo ausente, con la mente en otro lugar. El semblante sombrío ha dejado paso a uno de concentración y seriedad. Aunque las palabras puedan llegar a ser hirientes ese no es el objetivo del explorador, simplemente expresa objetivamente la situación.

—Por aquí —susurra en élfico, mientras analiza unas huellas en dirección nor-noreste, con la rodilla derecha en el suelo, y su mano izquierda tocando la tierra.

—Cuando queráis podemos partir. Por mi podría ser ahora, aunque parece que no será así... ¿No?

parece que no...no sera ahora mismo, *ejem* asocial dice la ultima palabra con un susurro para que le escuche Kan
Orphen empieza a recoger su tienda.

Finrod escucha la respuesta de Naldar en parte con incredulidad, sobretodo en algunos momentos, como cuando dice que al paladin le gustaria ver al elfo muerto. - ¿Pero que esta diciendo este majadero?, ¿es que tan poco me conoce despues de este ir y venir? -

Finrod no da mucha importancia a las palabras del elfo, por muy frio que parezca, solo muestra enojo y victimismo con sus argumentos.

Muy bien, si tu intencion es seguir yendo por libre hasta el fin de los tiempos, que asi sea.

Naldar empieza a caminar siguiendo el rastro mientras niega levemente con la cabeza, alejándose de Orphen, Kandalian y Finrod.

Bien creo que es el momento de replantearnos las cosas debidamente, vale mas perder un rato que no varios días por no tenerlo bien expuesto.

Que sabemos y cuales son nuestros objetivos...?exponerlos de forma breve.

Finrod atiende a la llamada a la calma y al orden de Orphen, aunque piensa que no es necesaria, para el los objetivos estan claros.

Creo que no ha cambiado nada Orphen, para mi nuestro objetivo principal es perseguir a los viajeros que nos dijo Aristeo, al menos mientras que estos sigan dejando un rastro fresco que pueda ver Naldar. Lo demas tendra que esperar, como habiamos decidido.

Y la carta? esa que debemos entregar a no se quien...?

El gnomo observa la reacción de Naldar y de Finrod sin intervenir...

La falta de sueño y el cansancio están haciendo mella. Tal vez llevamos demasiada responsabilidad sobre nosotros.

Kandalian observa como el elfo se aleja un tanto del grupo. Su carácter es difícil a veces, aunque tal vez esta vez no le falte cierta razón a Finrod.

Para mi la prioridad también es alcanzar a esos viajeros que nombró Aristeo. Ahora que nos persigue la guardia de una ciudad será inevitable apretar el paso.

Al menos espero que Naldar haya conseguido, aunque sea de rebote, poner en alerta a la ciudad y evitar un ataque sorpresa. Lo que está claro es que necesitamos al elfo para seguir el rastro...

Avanzas tras la pista ocupado en recuperar lo antes posible la ventaja que os lleva el otro grupo, tras una breve discusión tus tres compañeros te siguen un poco más atrás y pronto te alcanzan aunque dejándote en vanguardia desde donde indicas la dirección.
A medida que avanza la mañana no puedes evitar notar el cansancio, llevas cerca de 24 horas completas en camino sin apenas descansar y al llegar al mediodia te das cuenta de que la fatiga he pasado factura, el paisaje se vuelve rocoso, las huellas son cada vez más dificiles de ver y te das cuenta de que has perdido la pista. Alzas la vista y no tardas mucho en darte cuenta de tu error, o habeis desviado inadvertidamente, en poco rato corriges la trayectoria y recuperas la pista. Sin embargo sabes que todo el tiempo perdido puede ser irrecuperable.
En este momento no puedes preocuparte de eso porque estás exhausto, es hora de hacer un pequeño alto para coger aire y comer algo pero sabes que en tu estado no podrás continuar sin retrasar mucho el avance. Las huellas del grupo siguen en una dirección muy similar a la inicial, aún ves marcas de orcos, cada vez más frecuentes.

El día avanza, el sol asciende y Naldar está visiblemente exhausto, lleva casi 24 horas de camino sin descanso a diferencia de vosotros pero continúa a pesar de que cerca del mediodia parece dudar durante unos minutos pronto corrige vuestro rumbo y avanzais hasta que el sol está en su punto más alto.
Haceis un breve alto para comer y coger aire, todos estais agotados pero Naldar parece al borde de sus fuerzas.

dejarle, si quiere algo ya vendrá a decírnoslo. Mas bien creo que tiene que recapacitar su comportamiento y esto solo se puede hacer solo. Mientras no nos necesite...dejemosle ir a su aire.
Orphen habla mientras come parte de su ración de viaje sentado en una roca.