Partida Rol por web

El mercenario que parece acompañar al guerrero Orphen como su guardaespaldas se acerca a la extraña piedra. Animado por el comentario de su jefe y, sin duda, envalentonado por la iniciativa de Kandalian.

Sacando su enorme espada curva de la funda, rasca el material sin conseguir muchos resultados. Mira extrañado a su líder y pregunta ¿volarlo? sin duda sin entender.

Tras pensárselo un par de segundos más, propina un golpe al cristal con su espada, aunque sus ánimos no dan para emplear toda su fuerza y no parece hacerle mucha mella. En todo caso, unas pequeñas grietas aparecen en la superficie.

Kurgan se aparta unos metros y hace un detectar magia al cristal por lo bajinis.

Kandalian asiste a la fina demostración de maña de Razzek en primer plano. 

¿No puedes darle con más fuerza? Espero que si la rompes - dice refiriéndose al extraño monolito- no se desate una magia que te convierta en ratón... No sabes lo enorme que se ve el mundo cuando se tiene tan diminuto tamaño - continúa el gnomo recordando hazañas pasadas... 

Observo desde mi montura la extraña estructura, y como nuestro pequeño amigo haciendo caso omiso a todo signo de sensatez se acerca y lo toca, y como después Razzek lo golpea sin pensar en las consecuencias.
Al oir el comentario de Orphen me giro y lo miro fijamente.

De volarlo nada, por ahora, primero dejadme investigar un poco, quien sabe silo que hay ahí dentro es un ser maligno que no debe ser liberado, o si esa estructura es mágica y se puede abrir de otra forma.

Desmonto de mi caballo y me acerco a la estructura.
Comienzo a realizar los gestos y a entonar las palabras que activaran el conjuro.

Tras un minuto de observar el cristal, la magia y sus propios conocimientos empiezan a dar respuestas a Arkaeron.

Esta enorme gema ha sido creada con magia, no cabe duda. El nigromante apostaría por magia divina, y también es seguro que la magnitud del conjuro empleado no debió ser menor que un milagro. Una intervención casi directa de uno de los mismísimos dioses. En todo caso, no quedan señales de esa magia ya, sino solamente de su resultado, por lo que no hay más medios que los físicos para hacer mella en su integridad. Por la misma razón, tampoco parece que destrozarlo vaya a desencadenar ningún efecto negativo contra los perpetradores.

En todo caso, tratando con poderes tan altos se corre siempre un grave riesgo, y existe la posibilidad de que el mero contacto con ese material atraiga la atención de la deidad que lo creó. Si eso es bueno o malo, dependerá de la identidad de ese dios, y de sus intenciones.

Kurgan no encuentra más explicación para la presencia de ese enorme pedrusco en este bosque que la acción de alguna magia poderosa. En todo caso, no hay ningún aura activa, por lo que parece el tipo de conjuración que crea materia de la nada y al disiparse sólo deja atrás el resultado: en este caso, la gigantesca gema.

La carencia de efectos sortílegos parece suficiente garantía de que romper el material no desencadenará ningún efecto negativo. Por desgracia, tampoco da ninguna pista sobre su origen.

Creo que el nigromante tiene razón... opina Amnyin que, aunque acostumbrado a la temeridad de Kandalian, no puede dejar de ver lo razonable de las palabras del mago.

Sin mostrar impaciencia, pero sin ocultar su curiosidad, el ser de piel negra espera por el veredicto del mago.

Unos minutos después de lanzar el conjuro me vuelvo hacia mis compañeros.

Esto de aquí parece producto de magia divina, se podría decir que es obra de un dios. Hace bastante que fue realizada, pues ya no percibo restos de magia en ella.

Después miro a Orphen concretamente

Y si la destruimos no creo que su magia nos pueda hacer daño, pero quien sabe, posiblemente atraigamos la mirada del dios que la creo. Y no se si eso sera bueno o malo.

El gnomo escucha el veredicto de Arkaeron con mucho interés.

Son curiosos estos magos...

Y entonces... ¿qué hacemos?

Siempre hay la opción de romper solo la mitad. Sonríe por la falta de ideas.

El semielfo se había mantenido apartado a unos pocos metros del grupo mientras varios de los integrantes trataban de estudiar el extraño cristal. Pero al poco se acercó para hablarles a todos.

Si me permitís dar mi opinión... para empezar os diré que creo que era vuestro destino toparos con este cristal, pues lleváis un mapa que por lo que habéis dicho os ha costado mucho conseguir y en el que se marca su posición exacta.
Esta claro que no podéis cargar con la gema y mucho menos abandonarla después del trabajo que os ha costado encontrarla, y ya que no hay magia en el cristal como ha dicho el mago con acierto...esto lo dice como si lo hubiera comprobado por su cuenta..., la mejor opción es la que ha sugerido el guerrero del pelo plateado con sus propias palabras...volarlo.

Miro al semielfo extrañado y de nuevo me acerco al cristal y observo el interior, tratando de ver que es lo que hay dentro.

Bueno, tal y como dice... Kurgan no podemos dejarla aquí y puesto que no hay magia, deberíamos volarlo como sugiere Orphen, pero ¿alguien sabe que es lo que hay dentro? Creo que podría destruirla. Empezare poco a poco para evitar destruir lo quesea que haya dentro.

El nigromante se aleja hasta una distancia prudencial esperando la confirmación de sus compañeros

Las palabras del nigromante bastaban a Kurgan para entender de qué hablaba. Si este pedrusco era producto de magia divina, debía ser una magia muy poderosa. Hasta donde sabía el semielfo, incluso en los mejores tiempos, el poder de los Dioses no solía ser tan material, tan obvio. Desde luego, tal y como estaban las cosas hoy día, se podría considerar un milagro cerrar una pequeña herida. ¿Quién o qué podría desencadenar la intervención tan directa de un Dios?

A Vanth no le gustaban los "asuntos de magos", y este, bajo todo punto de vista, parecía uno de esos. Había conservado la distancia con el pedrusco y fruncido el ceño.

Aún así, fue testigo en primera línea de las penalidades que tuvo que pasar el grupo para conseguir el mapa que los trajo hasta aquí, por lo que entiende la importancia que le dan. Cuando la situación parece resumirse a romper una roca blanca y ver lo que hay dentro, el bárbaro se sintió mucho más cómodo, y desenvainó su espadón, aunque aún no se acercó.

Sin duda Arkaeron era el más apropiado para la labor, así que el joven asintió y miró a los demás.

Kurgan hizo lo mismo que el nigromante y caminó hasta colocarse a una distancia segura, tras hacer esto dio su visto bueno.

Cuando desees.

Al contrario que el resto de compañeros, Kandalian da dos pasos hacia adelante acercándose aún más a la piedra.

Van a hacerla explotar! Y no quiero perderme ni un detalle.

Solo cuando el momento se demora y el silencio se hace patente, el gnomo se voltea viendo que el resto espera a que evidentemente retrase su posición y se ponga a salvo.

En ese momento parece caer en la cuenta de que la explosión puede ser ciertamente muy peligrosa. Así que el monje se mueve hacia Amnyin sin quitar la vista de encima del extraño objeto.

Espero hasta que todos mis compañeros estan a una distancia de "seguridad", pues es difícil saber que distancia seria segura sin saber que iba a suceder.
Después empezó a murmurar como si hablase para si.

Vamos a ver, es cristal, por lo que lo mejor sera enfriarlo y luego calentarlo rápidamente... aunque el el ácido... no el ácido dudo que haga mucho... pues bien creo que esa combinacion de conjuros sera el mejor

Bien, apartaos un poco que voy a empezar.

Espero a que Kandalian se retire y comienzo a realizar los gestos mágicos y a entonar las palabras arcanas que producirán el primero de conjuro. Mientras tanto unas pequeñas nubes comienzan a formarse encima del enorme cristal arrojando sobre ella enormes trozos de hielo.

Obedeciendo los gestos arcanos del nigromante, se forman unas nubes negras sobre la piedra, que poco a poco giran y se concentran. En unos segundos, se forma una tormenta que parece una mezcla de tornado con granizo. Fragmentos de hielo sólido golpean el cristal con fuerza por todas partes, el viento descarga su furia, y las paredes de la roca se hielan bajo el influjo del hechizo.

Tras unos segundos, apenas disipado el efecto anterior, una pequeña esfera naranja sale disparada de las manos del mago, y estalla en una gran bola de fuego envolviendo la misteriosa gema. Debilitada por los golpes y la presión, tanto como por el brusco cambio de temperatura, el cristal comienza a emitir unos crujidos y grandes grietas aparecen en su interior. Se crea cierta alarma, y todos - excepto Kandalian - se alejan un paso más cuando un fragmento de unos tres pies de largo se desprende de la superficie y cae al suelo.

La nube de vapor creada por la combinación de conjuros se disipa, y la situación parece estabilizarse. La gema debilitada todavía resiste, aunque los crujidos siguen escuchándose, como si la presión aún actuara sobre el material. Los extraños sonidos y el aspecto deteriorado del cristal dan la sensación de que está a punto de explotar... pero aún aguanta.

Parece que te has quedado corto, mago. Con tono algo burlón.