Partida Rol por web

Héroes y Profecías

Preludio: El juramento. Héroes Caídos.

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01/10/2007, 16:09
Director

Un golpe poderoso, aunque casi a ciegas por la rabia logra alcanzar al orco en el brazo del arma. La cimitarra cae al suelo y poco después el orco, vencido por las múltiples heridas.

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01/10/2007, 16:12
Director

El enano resiste los golpes, las heridas empiezan a ser demasiado para él. Pero en su furia, no exite el dolor.

- Tiradas (6)
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01/10/2007, 16:49
Arkaeron

Morid!!!!

- Tiradas (2)

Notas de juego

pero cuantos quedan??!! jeje

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01/10/2007, 16:55
Director

Un fuerte golpe cruzado rompe el brazo de otro orco, sin proteger por escudo, y abre un gran tajo en su recorrido en el pecho. El orco cae al suelo aturdido.

Notas de juego

quedan 12, no todos atacan pq has matado uno y se han aturdido otros

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01/10/2007, 16:56
Director

Teniendo ya toda la ventaja, los orcos lanzan golpes por doquier. Salvajemente. El enano resiste golpes y tajos, sin aturdirse ni dudar.
Sin embargo un último golpe en el brazo puede con él. La pérdida de sangre le nubla la vista y empieza a vacilar. Los golpes continúan.
El poderoso guerrero enano ya está en paz cuando toca el suelo.

- Tiradas (9)

Notas de juego

has resistido como un... enano. Buen trabajo. Ningun golpe te aturdio ni te incapacito, si no fuera por los puntos de vida todavia estarias luchando.

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01/10/2007, 17:09
Director

Los orcos furiosos golpean más alla de lo necesario. Incluso unos segundos después de su muerte, no hay ninguna de las bestias que no dude al acercarse a los guerreros que tan heroicamente lucharon. Vencido el miedo rujen al comprender. El señor estará contento.
La sala recupera la calma que parece innata en ella, el fuego de las antorchas es lo único que se agita.
Una victoria del mal, más aventureros caidos convertidos en leyenda. Una misión sin cumplir. Pero todos los Héroes grandes y pequeños, vencedores y vencidos desempeñarán un papel en lo que se avecina...

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01/10/2007, 17:11
Director

Notas de juego

escena terminada, gracias por vuestra colaboración. El preludio ha finalizado y en breve empieza la partida principal.

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07/04/2008, 20:22
Orphen

Orphen al ver la situación y el estado del semiorco, se gira rápidamente y retrocede en dirección al pasillo mas proximo y gira la esquina
Corre kazaard, es inútil hay un vampiro detrás! ya volveremos después!

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07/04/2008, 20:22
Director

Kazaard, sin hacer caso de la llamada a la prudencia de Orphen, carga con toda su fuerza y balancea el enorme espadón. El arma atraviesa la sombra que poco a poco se disuelve en unos jirones de oscuridad, dañada fatalmente por la magia del arma, el arco trazado por el gran arma continúa sin detenerse hacia la araña partiéndola en dos con un crujido desagradable.

La terrible carga del semiorco ha podido con todos los enemigos que tenía al alcance, sin embargo el nigromante permanecía un paso por detrás, cubierto por sus dos criaturas. La visión de la furia del orco habría debilitado la resolución de casi cualquier enemigo. Sin embargo la conciencia del nigromante no existe en este momento, sus actos son los de un autómata sometido a una voluntad más fuerte.

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07/04/2008, 20:24
Arkaeron

Arkaeron con la mirada fija y vacia levanta ambos brazos y pronuncia una sola palabra en el letal idioma de la magia.

Un cono de fuego sale de sus manos engullendo la figura del semiorco e iluminando el pasillo una vez más con la rojiza luz del fuego mágico.

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07/04/2008, 20:27
Kazaard

El semiorco sonreía con satisfacción tras el gran golpe efectuado. Había logrado acabar con dos oponentes con un solo mandoble, en el primer asalto, y ello le hacía sentirse bien. Había dado la talla en la batalla, como todos los componentes de su antigua tribu orca.

Tras acabar con la araña, sabía lo que le esperaba y antes de sentir las manos del nigromante rodeando su cuerpo con las abrasadoras llamas, miró desafiante a Arkaeron, con sus ojos envueltos en la locura más cerrada, como siempre que se había enfrentado a un combate complicado y digno.

Por otro lado, una pequeña lágrima humedeció su cruel e impasible rostro al tiempo que el fuego mágico cumplía implacable su mortal misión. Una lágrima que provenía de su escondida parte humana, la cual sabía que había hecho lo correcto al dar su vida por un compañero... incluso no habiendo sido decisión suya.

Tras esos breves instantes donde pareció detenerse el tiempo, Kazaard cayó pesadamente al suelo con una sonrisa tranquila, diferente de la anterior sin ironías ni locura en ella, una sonrisa de completa autorealización como semiorco. Por fin los dioses le habían asignado un destino.

...Totalmente digno...

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07/04/2008, 20:28
Director

La tenue luz de la antorcha que Orphen dejo en el suelo y que está a punto de acabarse permite ver como el semiorco Kazaard cae al suelo sin más, su cuerpo está totalmente abrasado y ennegrecido por el fuego de los dos conjuros. Este último ha sido demasiado para él.

Junto a él cae su pesada espada, con un resplandor metálico cuyo eco permanece resonando lo que parece una eternidad en el pasillo.

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04/03/2009, 15:45
Director
Sólo para el director
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04/03/2009, 15:46
Director

Lo peor del combate se sucede en el sureste, con furia renovada por la plegaria malvada un guerrero con mayal se lanza contra Vanth evitando al sabueso del infierno. El arma provoca una herida más en el sangrante torso del bárbaro, sin embargo la atención del jóven y del paladín está fija en uno de los conjuradores, que esgrime una lanza corta. Avanzando varios pasos, cubierto por los dementes ataques de sus aliados, el hechicero malvado deja caer su arma alzando las dos manos hacia los compañeros...

el temido sortilegio se repite, el fuego envuelve todo en un cono de 15 pies. Uno de los guerreros enloquecidos cae abrasado, victima del conjuro lanzado a su espalda por uno de los suyos, junto al malvado cae abatido Finrod. Al lado el caballo de Vanth se encabrita y relincha con el tono histérico de una criatura que ve cercana la muerte, el agudo sonido absorve cualquier otro ruido en el campo de batalla y parece hacer transcurrir el tiempo más despacio mientras el cuerpo, se diría que inerte, de Vanth se balancea pareciendo estar a punto de caer de la silla.

Los cascos del aterrado caballo chocan a pocos pies del cuerpo derribado del paladín. El humo del conjuro se disipa lentamente haciendo que todas las figuras, en rápido movimiento o estáticas, parezcan difuminadas.

 

Disipado el humo más al sur puede verse a Finrod postrado, casi tumbado sobre el suelo vencido por las heridas. La figura sobre el caballo se mueve repentinamente, Vanth sigue consciente y trata de mantenerse sobre su montura, teniendo éxito a duras penas. El bárbaro alza su arma. Aunque el jóven parece ir a caer abatido en cualquier momento por las terribles quemaduras y cortes, sigue pareciendo temible, sobre el enloquecido corcel negro y empuñando su enorme espadón.

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04/03/2009, 15:47
Vanth

Duele... ¿qué me pasa? Los pensamientos del bárbaro le parecían confusos, nublados. El joven decidió olvidarse de ellos, pues no eran mas que un estorbo.

Debía centrarse en acabar con aquellos que trajeron la ruina y la desolación a su gente, y si debía morir, moriría por ellos llevándose por delante a tantos como pudiera.

¡No pienso morir contra vosotros, malditos bastardos! Rugió descargando un nuevo ataque en arco con su espadón, casi a la desesperada pero tan certero como su ya escasa visión le permitió.

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04/03/2009, 15:47
Finrod Magnuson

El paladín se incorpora como puede con las piernas temblorosas, una golpe de tos como un estertor le hace escupir sangre. Sangre que cae sobre la palma de su mano y que observa por un momento. Finrod sabe que le queda poco para caer desmayado y quizás, para no volver a levantarse nunca más.

Lo primero que hace al mirar a su alrededor es buscar a un nuevo enemigo. Comprueba que todavía quedan varios en pie. Todos ellos alejados, pero tal vez a suficiente distancia como para alcanzar a alguno y darle un último golpe desesperado. Luego mira a su lado, y ve al joven bárbaro Vanth repleto de múltiples heridas de las cuales algunas de ellas son realmente graves. El humano pierde sangre a una velocidad muy alta, y Finrod comprende que lo único que hace mantener todavía en pie al compañero es su furia combativa.

Como ha sido siempre habitual en la vida del paladín le toca escoger en el momento mas decisivo entre dos opciones. O tratar de quitar una vida o tratar de salvar otra. La duda le dura un segundo, pues la vida del bárbaro es mas valiosa que acabar con cualquier enemigo.

Finrod posa su mano sobre el cuello del caballo en el que monta Vanth. El noble animal enloquecido pasa a quedar de nuevo en calma tras unas palabras en voz baja del paladín. Tras hacer esto aferra con fuerza con la mano que le queda libre el antebrazo de Vanth que se mantiene a duras penas sobre su herida montura. Una luz azulada se distingue en la manos del paladín que pasa directamente al cuerpo del bárbaro y del corcel. Mientras lo hace, pronuncia una ultimas palabras en tono reposado.

Vive para ver el mañana compañero, no dejes que la oscuridad te devore y te arrastre con ella a ti también.

Luego habla con mas fuerza tratando de dirigirse a todos por igual.

Gracias por todo amigos mios, no os preocupéis, siempre estaré a vuestro lado...

Tras decir esto último cae rendido al suelo, con la cara a pesar de la sangre de las heridas mostrando una paz que no había podido enseñar jamas el paladín, siempre cargado de preocupaciones y tratando de dar la talla para mejorar el mundo, ahora parecía que podía descansar por vez primera. Queda de esta manera tendido en el suelo como si hubiera caído en un profundo sueño.

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04/03/2009, 15:49
Vanth

Vanth se sintió preso por un instante, y al instante aliviado. Al mirar a su brazo apresado vio al paladín moribundo aplicándole sus técnicas curativas. ¿Por qué...?

Inconscientemente, miró a Finrod con una mezcla de compasión y tristeza antes de que éste se desplomase exhausto, tal vez muerto. ¿Por qué se sacrificaba por él? ¿Tanta nobleza y preocupación por los demás había en su interior?

Con sus enemigos más inmediatos ya abatidos, pudo ver al drow corriendo con aquella vara curativa. El bárbaro sabía que poco podía hacer él para devolverle a Finrod el gesto, así que todo cuanto podía hacer era seguir combatiendo.
Clamando el nombre del siniestro drow, como si le desease la mejor de las suertes en salvar al paladín, tiró de las riendas de su caballo con firmeza, decidido a no desaprobechar las energías renovadas que había obtenido.

¡Vamos Amyin, consigue que viva! Fueron sus palabras, acompañadas de un cabezeo de confianza para el elfo antes de espolear su montura hacia el ya mermado grupo de atacantes que seguían en pie.

Acababa de caer uno de los orcos reanimados, y fue hacia allí a donde Vanth se dirigió para dirigir sus ataques hacia quien lo abatió para dar cuentas de él con un corte ascendente y seguir atacando al bajar de nuevo su espadón