Partida Rol por web

Kazaard, quien era de los que estaban sentados ya a la mesa, aprueba la decisión entre bocado y bocado.

Perfecto, bien pensado.

Tras la ultima palabra, baja de nuevo la mirada a su plato y continua engullendo.

Kandalian entra y sale de la posada, silbando y alegre, contemplando al halcón de Naldar. Cada vez que entra, se acerca a la mesa y coge una porción al azar de desayuno de cualquiera de los platos. Ahora queso, luego una mora, luego un poco de pan. No se sienta a desayunar... la mañana es preciosa y está impaciente por salir. Dirigiéndose a Naldar: Guau, te llevarías genial con Lurian y su mascota Lobo. Aunque una vez conocí un halcón llamado Orus, amaestrado perfectamente por una enana llamada Catbalí. Raro no? Orus casi murió por una bola de fuego lanzada por un mago compañero nuestro y ... ... ... ... Kandalian continúa la parrafada mientras entra y sale de la posada, desayunando y hablando distraídamente.

Todos desayunais de buena gana, la comida es buena y, como dijo Orphen: a saber cuándo podreis volver a desayunar así de buen humor y llenos de fuerza os encontrais listos para partir.
Todo parece indicar un buen día, buen desayuno, buen tiempo... al menos empezareis bien el viaje que promete ser largo y viendo que el sol ya ha terminado de salir no teneis tiempo que perder.
Oteando el camino, no parece probable que tengais ningún problema. No parece existir el mal aqui y ahora. Pero la seguridad no dura siempre y sabeis que si no buscais respuestas, quizá os encuentren cuando sea demasiado tarde...

Cuando acabo de desayunar, me limpio bien y me levanto de la mesa. Bien, el dia acompaña y tenemos el estomago lleno, creo que ya es hora de partir, gracias de nuevo por el desayuno, recomendaremos a todo el mundo tu posada, adios. cojo mis cosas y salgo a la calle junto con el gnomo inquieto.

Naldar al recibir al halcón en el brazo, acaricia su cuello, cabeza y resto del cuerpo. Las manos del elfo se deslizan con suavidad por esas bellas plumas del ave.

Amigo... ¿Cómo fue la noche? dijo mirando al ave y luego desviando la vista sin esperar respuesta.

El elfo se queda un rato desayunando allí fuera mientras sigue acariciando el halcón y dándole alguna pizca de pan.

Después de comer algo, se queda mirando el Sol, oyendo el sonido de otras aves y el fino viento soplando.

Qué tranquilidad... Con estos cambios...¿Algún día volverá a ser todo como ahora mismo?

En todo el rato que estaba allí, Naldar se quedaba mirando cada vez que el gnomo salía.

Curiosa raza, repleto de energía y alegría... - piensa el elfo mientras dibuja una sonrisa.

Desde que habían empezado aquellos cambios hacía tiempo que Naldar no había sonreído. Ver la vitalidad y actitud del gnomo le había animado.

Gracias Kandalian - pensó.

Después de eso, me levanto, voy hacia el centro del camino y miro hacia la posada. De repente se abre la puerta y empiezan a salir.

¡Vamos, hemos perdido demasiado tiempo!

Con las ultimas migajas del desayuno, y con todo su equipamiento recogido de forma desordenada, Kazaard sale del local, no sin antes agradecer al dueño su hospitalidad con un leve movimiento de cabeza.

El viaje sera largo... espero que encontremos diversión pronto, las temporadas de inactividad me matan...

¿Bueno, quien falta?

El elfo acaricia por última vez al halcón y le susurra:
Sé mis ojos en el cielo...
Entonces Stirk echa a volar habiendo entendido la orden perfectamente

Naldar, desenfunda sus dos espadas mientras el semiorco hace la pregunta. Mira a Kazaard y luego baja de nuevo la vista al filo brillante del frío metal.

Parece que estoy preparado... piensa mientras enfunda ambas espadas. Luego coge su arco que lo tiene colgado y se lo vuelve a colgar.
Sí, lo estoy.

¡Partamos entonces! dice el elfo mientras mira como el gnomo no podía estarse quieto y vuelve a sonreír.

Naldar empieza a caminar yendo en primera posición como buen explorador, atento con todos los sentidos a cualquier suceso.

Preparados y conscientes de que debeis aprovechar las horas de sol partís por el camino dirección hacia Suzail. Tan solo verdes colinas forman el paisaje durante un trecho, un paisaje muy verde aunque poco arbolado. El camino es ancho y de buena calidad, avanzais rápido y seguros sabiendo que cualquier amenaza seguramente se vería desde millas de distancia en esta llanura.

La caminata hasta el momento es agradable, estais relajados y surjen algunas conversaciones que ayudan a conocerse un poco más a los compañeros.
Stirk, el halcón, os sobrevuela en todo momento haciendo círculos.
Tras unas horas de viaje divisais el caudaloso rio que desenvoca en El Dralagón, un solido puente de piedra os permite pasar sobre las tranquilas pero profundas aguas.

El camino sigue y la tarde se acerca, el paisaje se vuelve un poco menos llano, riscos bordean el camino y las colinas ganan altura. Queda aproximadamente una hora para que el sol desaparezca tras el horizonte, de frente a vosotros, en el Oeste.

En ese momento un poderoso graznido rompe la tranquilidad desde el aire, el halcón se dirije rápidamente a vosotros hasta posarse en el brazo del elfo.

Orphen anda con su espada colgada bien sujeta a su espalda, y anda tranquilamente con su escudo atado a su mochila.

Lleva las manos entrecruzadas detrás del cuello relajado, de vez en cuando bosteza.

Odio andar con lo rápido que seria un caballo...

al escuchar el ruido baja las manos y pone la mano en la empuñadura....expectante

Que ha sido esto? que dice tu halcón..?

Muerde silenciosamente el aire, posado en tu brazo, como siempre que ha visto una posible amenaza.
Sabes que no es una señal inconfundible de emboscada ya que simplemente puede haber visto algún animal grande o un grupo de viajeros pero, como mínimo, sueles tener muy en cuenta los avisos.
Por la dirección en la que estaba Stirk cuando volvió hacia ti, el supuesto peligro estaría fuera del camino, quiza a 100 pies al norte de un trecho de camino por el que pasareis en unos minutos.

Naldar confuso al oír el graznido, frunce el entrecejo y permanece atento a como actúa Stirk. Después de unos segundos susurra en élfico:
Tranquilo amigo...tranquilo, gracias por avisarme. Mientras le acaricia el plumaje y se le suavizan los rasgos al elfo.

Luego levanta la vista del halcón (aún sigue acariciándole) y le dice al resto:
Posiblemente haya algún peligro en aquella dirección. - mientras señala desde donde venía el halcón. - A 100 pies al norte del camino más o menos.

Deberíamos tener cuidado, además está cayendo la noche...

¿Vamos a ver de qué se trataba? O seguimos sigilosamente cuando pasemos por allí...

Orphen saca el escudo y la espada...

y avanza en direccion donde ha dicho el elfo...

vamos a ver vamos a ver que puede ser

Descolgando su gran espada de las ataduras que la mantenían en su espalda, Kazaard se pone alerta. Su cuerpo aparenta normalidad, pero sus instintos de guerrero comienzan a aflorar.

Si, investiguemos, no quiero tener un posible peligro acechando detras nuestro en la noche. Además estos viajes son muy pesados sin un poco de actividad

Kandalian escucha emocionado las nuevas de una posible amenaza. Es un ser pacífico, y no matará de primeras, pero algo sí que le mueve a acercarse al peligro irremediablemente, el afán de saber y curiosear. Igual son dríadas, o crías de dragón, o centauros!!! Nunca he visto centauros!

El camino se ha vuelto un poco más estrecho aunque sigue estando bien conservado, el suelo ahora es menos verde y más rocoso. Algunos riscos y grandes roques se reparten por el paisaje y una colina baja al norte limita la visión. Cerca del camino la única vegetación son matorrales, cerca de la colina hay algunos, no muchos, árboles no muy altos.
Aun queda la suficiente luz para ver bien, pero se nota que la noche está al caer.

Buscando que? en que direccion?

lo que sea que haya está al norte, como dije, un desnivel impide ver lo que hay al otro lado. Si quereis ver algo tendreis que subir la pequeña colina, no está a más de 30 o 40 pies.
Si intentais ser sigiloso teneis que tirar esconderse y moverse sigilosamente. Una vez en la cima de la colina baja cualquiera os puede ver de lo contrario igual que vosotros a lo que haya.