Partida Rol por web

Lo último que recuerdas es un intenso calor y algo de dolor mientras tu cuerpo se descomponía y veías a tu hermano Nathan sujetándote, alejándote de la plaza Kirby para que no dañaras a nadie, observando con cierta impotencia cómo su piel también quedaba quemada y demacrada a causa de tu radiación hasta que consigues soltarte....
En el momento de estallar enseguida resurjes de tus cenizas cómo una poderosa ave fénix, recogiendo a tu debilitado hermano y llevándolo directamente al hospital más cercano, siendo ingresado enseguida en una de las salas de operaciones en estado grave.

Por suerte o por desgracia, ése estado provoca que apenas reparen atención en ti, y te dejan libre de preguntas y demás incomodidades, así que te das la vuelta y andas por el pasillo pensativo, ¿podría volver a ocurrir? Ésa idea te atormenta y distrae lo suficiente para que alguien consiga noquearte por detrás ....

Cuando despiertas estás en un mullido y amplio sofá de piel marrón, apoyado sobre varios cojines y cubierto con una manta azul celeste con unos ositos dibujados en ella.
La sala es bastante amplia y lujosa, parece un despacho pero apenas puedes prestar mucha atención en ella dado que una muchacha está observándote de cerca. Incluso demasiado...

-Mmm... así que ya te has despertado por fin... mírate, eres una monada- comenta con una sonrisa alegre mientras se toma la libertad de acariciarte la cara con suavidad a pesar de que no te suena de nada... Y podrías afirmar sin mucha duda de que recordarías su cara de haberla visto antes.
Percibes un dulce aroma parecido a la vainilla que te aturde unos segundos, pero enseguida vuelves a reaccionar recayendo en la extraña situación.

Aaargh... es lo primero que sale de mi boca cuando despierto y noto a la chica acariciarme mientras yo me aparto de sus manos mientras noto el aroma a vainilla aturdir mi mente un poco mas de lo que ya de por si está, miro a mi alrededor y observo a la chica que me acaricia mientras me habla.

Mientras me concentro en ella los recuerdos vuelan en mi mente, uno detrás de otro mostrándome como si fueran por fotogramas todo lo que sucedió, recuerdo como estaba la joven Claire con su padre dispuesta a ayudarme como en mis pesadillas y como Sylar me decía que el era un héroe después de haber matado a tanta y tanta gente, a Hiro aparecer y clavarle su espada pero lo que mas recuerdo, el calor, se escapan de mi boca las palabras, ese calor que aumentaba en mi cuerpo incontrolable como si en mi ardiera el sol.

Miro a la chica aún sin comprender, quedándome pensativo al recordar como Nathan tiraba de mi ascendiendo por el cielo diciéndome que no me iba a soltar que no me iba a volver a dejar solo y el miedo comienza a atenazar mi corazón al recordar su piel enrojeciendose por mi culpa, el temor y la culpa de que pueda volver a suceder que me hace volver en mi y separarme de la chica que me habla, mi hermano ¿como esta? ¿Y Nueva York? ¿Como está todo el mundo? Me levanto y miro mis manos mientras el miedo cambia mi rostro al observarlas buscando un atisbo, una luz, algo que me haga pensar que no ha sido otra de mis pesadilla.

Apartate de mi, soy peligroso... puedo... puedo matarte, digo con voz algo entrecortada mientras me alejo de la chica y entonces miro la habitación en la que me encuentro observo las paredes y la ventana, vuelvo a mirar con rostro interrogativo a la chica para terminar preguntando ¿donde estoy? ¿He salvado el mundo?

-Tranquilo, estás a salvo... Vamos a ayudarte para que no vuelvas a hacer...en fin- se encoge de hombros sin acabar la frase y se sienta dónde hace un momento estabas tú, con una amplia sonrisa que deja ver sus perfectos dientes.

Ahora puedes observar el despacho con mayor detenimiento pero la verdad es que no te dice mucho, parece el típico "estándar" de ejecutivo o abogado más o menos bien asentado.
Varias estanterías de roble rellenas de libros con lustrosos lomos, una gran alfombra marrón y rojiza frente al sofá y después de esta el amplio escritorio con ordenador, una butaca mullida y varios archivadores con más estanterías.
A tu lado izquierdo hay unas grandes ventanas pero unas cortinas de terciopelo oscuras impiden ver el posible paisaje, aún así entra algo de luz además de la artificial.

-Mi papi llegará enseguida y te lo contará todo así que no te preocupes. Yo me llamo Elle- sin perder la sonrisa sube las piernas dobladas al sofá, sin dejar de mirarte -Todos están bien, así que supongo que sí, lo has salvado- se encoge de hombros despreocupadamente -Yo no te tengo miedo- afirma con convencimiento.

¿Tu papi? Pregunto incrédulo mientras la observo para seguir diciendo ¿Pero?... ¿Pero donde estoy?

Me muevo hacia la ventana y miro a través de ella diciendo ¿Quienes sois? ¿Qué queréis de mi? Lo ultimo que recuerdo es que estaba en el hospital y sentí un golpe en la cabeza, me llevo las manos al esta par palparme por si tengo chichón aunque se de antemano que no lo tendré ¿fuisteis vosotros? ¿Por qué lo hicisteis?

Me giro a ella para seguir diciendo mientras me toco la frente pensativo, con la nariz arrugada y ojos entrecerrados, tengo tantas preguntas, miro la puerta y me acerco a esta pero sin tocar el pomo las palabras salen de mi boca ¿Está cerrada con llave?

Por ultimo espero a que me conteste sin darme la vuelta ni tocar el pomo aunque intranquilo.

-Es la mayor afluencia de preguntas por segundo que he escuchado en mi vida... ¿por qué no intentas tranquilizarte un poco?- dice entornando los ojos con un resoplido mientras se apoya cómodamente en el respaldo del sofá.
-Te trajimos nosotros, sí, pero es por tu bien, seguro que no quieres hacer daño a más gente, ¿verdad? Si dejas de dar vueltas mi padre te lo explicará mejor...- dice mientras de mira de reojo inquisitivamente.

Al mirar por la ventana ves que estás en algún edificio que da a la avenida Madison, una zona bastante céntrica de Nueva York.
Puedes ver los coches y taxis amarillos y el ajetreo de la gente andando de un lado a otro con los maletines y las prisas características de éste tipo de calles llenas de oficinas y edificios de "negocios".

-No está cerrada, pero te recomendaría que te quedaras...- comenta arqueando ambas cejas mientras te mira con cierto reproche.

Un hombre de aspecto casi bonachón da un respingo al verte tan cerca de la puerta y recoloca sus gafas esperando que le dejes pasar para volver a cerrar. Aún así sabes que no puedes fiarte de las apariencias.

-Elle, deberías haberme avisado enseguida...- le dice en tono serio mientras ella entorna los ojos sentándose bien en el sofá.
-Espero que mi hija no le haya molestado demasiado, vuelva a sentarse por favor, le explicaré qué hace aquí...- te ofrece amablemente señalándote una silla mientras él busca entre los archivadores.
-Sabemos lo que estuvo a punto de hacer... Es usted peligroso sr.Petrelli. Lo sabe, ¿verdad?- te pregunta con tono amable, dejando una pequeña carpeta delante de ti, sobre la mesa.

Me quedo sorprendido al ver que el individuo abre la puerta y va a entrar pero encuentro su rostro aún mas sorprendido al verme plantado delante, me aparto para que entre y comienza a hablar con la chica para luego pedirme que me siente, prefiero quedarme donde estoy gracias, digo serio y pensativo, intento recordar lo confundido que me sentía cuando el agente Parkman me leyó la mente e intento hacer lo mismo pero no puedo me veo incapaz de recordar con claridad pues siento otro tipo de confusión, soy un peligro, son las únicas palabras en las que puedo pensar ahora mismo.

Si, necesito una explicación, para empezar porque no me lo pidieron sin mas, digo categóricamente, también quiero saber como está mi hermano si se salvó al final.

Me acerco a la silla que el me ha señalado y me apoyo en el respaldo con ambas manos inclinadome un poco y fijando mi vista en el, necesito saber si alguien mas ha sufrido por mi culpa, se que soy inestable... peligroso, sigo manteniendo mi mirada esperando algún tipo de respuesta.

-Supongo que sabe el estado grave en el que quedó su hermano, o al menos se hace una idea... Pero se recupera favorablemente en el hospital-te señala la pequeña carpeta sobre la mesa, cerca tuyo, al abrirla ves varios informes médicos y diagnósticos.
La mayoría no entiendes ni la mitad de lo que dicen pero parecen copias de los informes efectuados al paciente "Nathan Petrelli" en el Hospital privado al que lo llevaste.

El tipo toma asiento en su mullida butaca cómodamente mientras te deja unos minutos para que mires los informes.
Por lo que trabajaste de enfermero podrías asegurar que son fotocopias reales...
- Bueno, ahora que espero haberle dejado más tranquilo respecto a su hermano, debo confesarle que se encuentra en La Compañía así que ya sabrá porque sabemos todo ésto, pero no se alarme, sólo estamos hablando...- se encoge de hombros quitándole importancia al asunto.
-Con el cambio de directiva y de trabajadores, nuestros objetivos también han sido modificados. Créame que sólo queremos ayudarle para que no dañe a nadie sin quererlo, y estamos convencido de que usted tampoco lo desea... ¿me equivoco? Nosotros tenemso el método, usted la voluntad- dice mirándote a la expectativa, tras lo cuál se escucha un suspiro desde el sofá que queda detrás tuyo, la muchacha de cabellos rubios que responde al nombre de Elle, sin duda.

Cojo los informes viendo que estos son fotocopias autenticas, me siento donde me indicó y las leo detenidamente mientras Bob me desvela que trabaja para la compañía lo que me hace mirarlo y ponerme en tensión unos segundos, para después explicarme que han cambiado la politica de empresa, no se si fiarme ¿y si vuelven a cambiar? Todo el mundo debe tener oportunidad de redención y ellos dicen que pueden ayudarme Pienso mientras me explica que tienen medios para detener el peligro que soy.

Pero... ¿cómo lo harán? Yo no puedo controlarlo si pudiera los borraría de mi pero no es posible forman parte de mi, mis palabras salen aturdidas y mi rostro antes altivo ahora es pensativo, las dudas aparecen en mis ojos incrédulos ante lo que me dicen ¿se puede revertir el proceso pueden quitarme los poderes? Termino preguntando.

-Éso es precisamente lo que podemos lograr... anular sus poderes para que no dañe a nadie más que usted no quiera, es un proceso más sencillo del que cree. Simplemente debe someterse auna terapia temporal con unos fármacos especialmente estudiados para usted, controlan parte de los impulsos magnéticos producidos en la semiesfera derecha de su cerebro, dónde se producen ésos "estallidos" fuera de lo normal que le proporcionan sus cualidades extraordinarias- dicho ésto se levanta de la butaca y se acerca a ti.

-Las medicinas no crean ningún tipo de efecto secundario extraño, lo único que tiene que hacer es quedarse aquí y seguir el tratamiento. Nosotros nos encargaremos de su seguimiento- asiente y entonces te mira a la expectativa, esperando que tomes una decisión.

Por primera vez en mucho tiempo me empiezo a sentir seguro en algún sito y los fantasmas del pasado que aún me dañan con sus recuerdos en mi mente se retraen hasta algún oscuro rincón de esta, ¿está seguro que no dañaré a nadie si tomo esos fármacos? Pregunto un tanto inseguro por el hecho de tener que medicarme, me rasco la frente pensativo para terminar preguntando ¿Cuanto tiempo tendré que estar tomándolos? ¿Tienen efectos secundarios? Miro a la chica rubia y la observo un poco para luego posar mis ojos en Bob, esperando una respuesta mientras suelto el expediente medico fotocopiado en la mesa.

Cuando hago el movimiento otra pregunta me viene a la mente ¿Solo los controlará o los eliminará?

-Le aseguro que no dañará a nadie, sus poderes quedarán neutralizados pero tendrá que seguir las dosis para poder controlarlos, no estamos seguro de cuánto tiempo deberá seguir el tratamiento, pero calculo que aproximadamente unos tres meses... No es mucho tiempo si tenemos en cuenta la dificultad, no creo que pueda encontrar una solución a su problema en ningún otro lugar- se cruza de brazos y te mira con seriedad, cómo si quisiera decir que en realidad no tienes más opciones.
Cuando miras a Elle que estaba algo abstraída, te sonríe amplia y encantadoramente, mostrándose repentinamente interesada en lo que estáis hablando.

-Entonces, si acepta, acompáñeme por aquí- extiende el brazo invitándote a seguirle fuera del despacho mientras Elle también se levanta del sofá con un brinco y parece entusiasmada.

Asiento con la cabeza pensativo y serio, me levanto también diciendo, acepto, para luego ponerme a su altura mientras andamos a donde tenga que llevarme, miro volviendo el rostro durante un par de veces lo que hace Elle y sigo preguntando, ¿Podré volver a ver a mi familia después de esos tres meses?

Mientras andamos voy mirando el camino que cogemos y la gente con la que nos cruzamos, me siento aturdido, como flotando por los últimos acontecimientos, desde que estallé es como si todo fuera parte de una de mis pesadillas y vuelvo a recordar el calor que sentía dentro de mi, el olor del aire calentándose a mi alrededor, el olor que se desprendía de Nathan cuando este me cogió recordándome que era mi hermano quien me abrazaba camino a una muerte segura, el dolor, miedo e impotencia que sentía en mi corazón de que muriera por mi culpa.

Seguimos caminando y por fin parece que llegamos a alguna parte, ya no hay vuelta atrás, me digo a mi mismo mientras andamos hacia mi destino, no basta solo con salvar al mundo, tengo que salvarlo de mi mismo, Sylar lo dijo, el lo preguntó me repito para asegurar mis palabras en mi mente como si de cadenas se trataran, las palabras de Sylar resuenan en mi mente, ¿Quién es el villano y quien el héroe? Pienso unos segundos mientras andamos al respecto, Pero el mató a mucha gente, el no podía ser un héroe después de tantas muertes, después de tanto daño como causó y aún así habia cierta lógica en sus palabras, los dos somos las dos caras de la misma moneda.

¿Y Sylar? ¿Qué ha pasado con su cuerpo? Vi como Hiro le clavaba la Katana, son las ultimas palabras que salen de mis labios.

Empezáis a caminar por unos pasillos amplios y brillantes por los cuáles de vez en cuando os cruzáis con algún guardia o trabajadores y científicos que saludan a Bob al pasar.
-Calculo que en tres meses estará lo suficientemente controlado cómo para salir de aquí sin suponer ningún peligro para nadie- responde a tu pregunta mientras coloca bien sus gafas, en realidad no parece que ése "detalle" le preocupe demasiado.

Bajáis unas escaleras metálicas hacia una especie de sótano dónde el ambiente está algo más cargado, pasáis por delante de un largo cristal tapado con una persiana de barillas y tras girar por un par de pasillos encontráis unas puertas.
-Lo lamento, no sé quién es Hiro y tenía entendido que Sylar ya no suponía una amenaza...-frunce un poco el ceño pero acaba negando con la cabeza -Ésta será su habitación a partir de ahora. Sé que no es muy bonita pero tiene de todo y le aseguro que aunque explote nadie correría peligro- asiente convencido y abre dejándote pasar para que observes el interior.

La habitación en sí es más o menos amplia, con una cama con sábanas y colchas, un pequeño retrete y una pequeña mesa con una silla.
Todo es de colores grisáceos, blancos o de metal, confiriendo un ambiente algo frío al lugar.
Una de las paredes está compuesta casi al completo por el amplio cristal que habéis visto anteriormente, tapado con la persiana.
-Le traeremos libros y lo que precise para poder entretenerse...- deja la frase en el aire esperando en el pasillo.

Elle se toma la libertad de entrar también al interior de la habitación, mirando alrededor con curiosidad pero tan sólo unos segundos antes de recoger unas prendas de ropa blanca que hay dobladas sobre la cama.
-¿¿Te ayudo?? Te prometo que soy muy buena enfermera, nunca tendrás otra mejor- se acerca un poco más y ladea la cabeza mientras sube las manos por si quieres recoger el vestuario.
-Creo que eres un encanto...- murmura por lo bajo para que su padre no oiga ésto último.

Gracias por el ofrecimiento pero puedo yo solo, digo con voz suave y con una sonrisa que se refleja en mi rostro dándome una apariencia entre inocente y un poco sorprendido.

Cojo la ropa que tiene ella en las manos y la pongo encima de la cama mientras espero que se vaya no sin antes llevarme la sorpresa de unas palabras que me dejan pensativo, ¿Qué clase de persona puede pensar que soy un encanto cuando casi destruyo New York entera? ¿No comprende que puedo hacer mucho daño?

Me vuelvo a Bob y digo a este, gracias de momento estaré bien como estoy solo quiero estar tranquilo y seguro de que aquí no podré hacer daño a nadie involuntariamente.

Por ultimo espero a que se vayan para vestirme con las ropas que hay encima de la cama y en mis manos.

Bob te asiente con una ligera sonrisa amable y cierra la puerta. Les distingues cruzar por delante del cristal así que esperas unos minutos prudenciales y te cambias de ropa sin problemas, aseándote en la pica la sangre que aún cubre parte de tu cuerpo y después... nada. El silencio y el vacío embarga la pequeña estancia y empieza a oprimirte.
Nunca fuiste un tipo demasiado solitario.

Tras dar varias vueltas en la cama, con el correspondiente sonido metálico de la estructura en sí y de algunos de los muelles, consigues dormite después de un rato, al fin y al cabo la noche ha sido larga, te sientes agotado y todavía no habías podido permitirte el "lujo" de descansar.
Cuando te despiertas aún te sientes algo soñoliento debido al cansancio pero aún así ha sido reparador.

El cuarto se encuentra en estado de semi-penumbra, con las luces aún encendidas pero de forma más ténue. Probablemente lo que ha provocado que te despiertes es el hecho de que Elle se encuentra recostada parcialmente sobre tu pecho aunque sus piernas permanecen en el suelo.
-No me atrevía a despertarte, pareces un angelito cuando duermes...- comenta hablando en voz baja cómo si temiera romper la calma y el silencio que dominaban la habitación hace apenas un instante.

aaahg... ¿qué hora es? Digo soñoliento mientras me incorporo con tranquilidad y el cuerpo dolorido, la tensión de los últimos días, me está pasando factura a y me duele hasta el alma, cuando me incorporo me quedo con la nariz a escasos centímetros de los de Elle, carraspeo y me separo de su lado.

Creo que me vendrá bien un libro, digo con voz tranquila terminándome de separar de ella y llevándome una mano a los ojos aún cansados para masagearlos, después la miro serio un poco esperando que haga algo irse o diga algo pero instintivamente mi mano se va a su hombro para bajarlo lenta asta su codo, gracias, vuelvo a carraspear y me decido por levantarme para estirar un poco las piernas sin mirarla y sin intentar hacer nada, ¿pero que haces? ¿Te pones a ligar? Me pregunto para mi mientras ando un poco por la habitación hasta la cristalera que hay y miro por ella algo cejado para ver el pasillo.