Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Morgan)

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02/06/2016, 21:40
Morgan Laurent

Me concentro en el dolor, en la sensación que me provoca ese disparo que no he recibido yo pero que cualquiera de mis otros... bueno, compañeros, pudiera estar sintiendo en este momento. Joder, como los hayan encontrado los cabrones de los que me habló Budi...

La voz de Paul me saca momentáneamente de mis pensamientos, me giro para responder a la puerta cerrada:

- Estoy bien, Paul. Solo es un momento-le digo. ¿Que si puede hacer algo? Me vendría de perlas ahora mismo que fuese capaz de decirme qué está ocurriendo, o que cargase una pistola y me la pusiese en la sien y disparase el gatillo, pero no creo que sea buena idea-. No. No te preocupes. Estoy bien-repito.

Cierro los ojos y me llevo los dedos a las sienes, masajeándolas, no sé si ayudará pero la cabeza está comenzando a dolerme de tanta mierda en un solo puto día. 

Notas de juego

1/2 sigo en el otro lado ^^ 

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25/06/2016, 22:24
Narrador

Cuando abres los ojos la calle ha desaparecido, dejando a cambio el baño de Paul. Sigues en el suelo, en la misma postura que adoptaste cuando intentaste viajar pero ahora esa sensación de soledad inunda el lugar en el que un instante atrás sentías a Wes.

A través de la puerta puedes escuchar el sonido del televisor encendido, pero Paul parece haber decidido dejarte en paz. El dolor del hombro se ha desvanecido con tu marcha del callejón y sobre tus piernas todavía tienes el teléfono, con ese mensaje de Milka en la pantalla.

Notas de juego

Venimos de: Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Wes).

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01/07/2016, 22:26
Morgan Laurent

Cierro los ojos, dejándome llevar por esa extraña sensación de transición de un lugar a otro, pero a la vez... sintiendo que no me he movido un ápice. Levanto la mirada para encontrarme con el lavabo de Paul, será mejor que me levante y me refresque. En la mano descansa aún mi móvil con el mensaje de Milka en la pantalla. Respondo de forma escueta:

En nuestro grupo somos 8. No daré nombres aquí, por si acaso. Pronto te haré una visita.

Me incorporo y me vuelvo a apoyar en la puerta, ligeramente mareada por el rápido movimiento. Me acerco al lavabo y abro el grifo para mojarme la cara y la nuca. Me miro en el espejo... Joder, he tenido días mejores. Si Paul quería echarme un polvo en estas circunstancias o debo gustarle mucho o debo ser la puta hostia en la cama. Puede que ambas. 

Miro el vendaje del hombro, cuando llegue a casa lo cambiaré. Tomo aire y abro la puerta para encontrarme con un Paul que probablemente esté hasta los huevos. Me apoyo en el marco de la puerta y sonrío de medio lado, pidiéndole disculpas con la mirada. 

Perdona-digo con voz ronca. Carraspeo y me acerco al sofá para mirar la televisión-, ¿ha empezado el partido?

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02/07/2016, 00:27
Paul Warren

Cuando miras el vendaje de tu hombro lo ves en su lugar, blanco y firme. Desde luego Matt ha hecho un buen trabajo y aunque notas la piel algo tirante donde te ha cosido, tienes bastante movilidad con él. El recuerdo del dolor del disparo recibido por Wes en tu propia carne todavía está fresco en tu memoria, aunque por suerte se ha quedado atrás en tu regreso de ese viaje.

Al salir del baño ves a Paul sentado en el sofá. Él se gira con el sonido de la puerta y te mira, con el ceño fruncido con cierta preocupación. En la mesa auxiliar ya están las pizzas y las cervezas y cuando te acercas puedes ver que él tiene una pierna doblada por debajo de la otra. No parece estar enfadado, pero sí algo desubicado. Y la lujuria ha desaparecido por completo de sus ojos. Te examina con la mirada, comprobando que estés bien y entonces da una palmadita sobre el asiento del sofá, invitándote a sentarte.

En el televisor puedes ver que el partido acaba de comenzar. En este momento uno de los jugadores con la camiseta amarilla de los Lakers encesta, estrenando el marcador.

¿Estás bien? —pregunta Paul ignorando el partido mientras sus pupilas se detienen por un instante en tus ojeras—. ¿Quieres que te prepare una infusión o algo así? O tengo almax si quieres —ofrece, al parecer pensando que tu problema es intestinal.

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08/07/2016, 10:17
Morgan Laurent

Con una media sonrisa me acerco al sofá y me siento. Me descalzo con un par de patadas y subo los pies al sofá, adoptando una postura parecida a la suya, solo que mi rodilla izquierda está elevada y la sostengo con el brazo bueno. Las pizzas huelen de vicio y la cerveza... joder, cómo la necesito. Tomo una de ellas y la abro para dar un largo trago y suspirar. Si fuese un detective de los años cuarenta o así, suspiraría algo como: "Me estoy haciendo mayor para estas cosas, chico...". 

No puedo evitar soltar una risa cuando me pregunta si quiero una infusión o incluso Almax. Ojalá esto se solucionase con eso.

Al menos los Lakers estrenan marcados, ¡sí, joder! No puedo evitar dar un golpecito en el sofá con el puño.

No, tranquilo, mi estómago está bien-le digo pasando de mirar la pantalla a mirarlo a él-. Es... el hombro-señalo el sitio donde habían disparado a Wes-. En la poli me lo lesioné y me sigue dando problemas desde entonces...-frunzo los labios en una sonrisa conformista-. Me estoy haciendo mayor, es eso... No eres el único viejo de los dos-bromeo intentando quitarle hierro al asunto. 

Notas de juego

Perdón el retraso, en un rato me voy a unas jornadas y he estado liadísima estos días montando actividades. Os posteo antes de marchar :3 

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15/08/2016, 14:25
Paul Warren

La preocupación en la expresión de Paul se disuelve un poco al ver que pareces encontrarte bien y finalmente con tu broma termina por recuperar esa sonrisa ladeada que había perdido.

Oh, sí —dice con cierto tono jocoso, asintiendo con la cabeza—. Eres toda una madurita interesante. ¿Cómo las llaman ahora? ¿Milfs? Pues eso eres.

Se ríe y extiende un brazo con naturalidad, colocándolo por encima del sofá detrás de ti de forma que si decidieras apoyarte en el respaldo podría abrazarte pero sin hacer ningún movimiento que fuerce esa situación. Con la otra mano coge una porción de la pizza y sus ojos finalmente se dirigen al televisor donde el partido sigue desarrollándose.

Los Lakers se hacen con el juego fácilmente en los tres primeros cuartos y canasta a canasta sus oponentes no tardan en estar sentenciados hasta el punto de que los jugadores dedican el último cuarto a realizar tiros imposibles y filigranas que consiguen poner al público del estadio en pie en más de una y de dos ocasiones.

La pizza y la cerveza se evapora a ojos vista y para cuando el partido termina más de una hora después Paul está emocionado. En varios momentos se ha levantado o aplaudido y antes de hablar apura el último trago de su botella.

—¡Joder! ¡Qué partidazo! —exclama con la garganta rasposa por haber estado animando al equipo y los ojos brillantes por la victoria aplastante—. ¡Ha sido una puta pasada! —exclama, girándose para mirarte y darte un impulsivo beso en los morros.

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24/09/2016, 01:24
Morgan Laurent

¿Ha colado? Ha colado. Sí, ha colado. Fuf.

Siento una extraña sensación de alivio cuando veo que la preocupación de Paul va desapareciendo poco a poco a medida que le suelto el bulo del hombro. No da signos de querer saber más ni de desconfiar, tampoco es que tenga motivos para desconfiar de mi palabra, al fin y al cabo es algo verosímil lo de tener el hombro tocado y tal... ¿no?

Me dejo caer un poco sobre el respaldo del sofá y apoyo un momento la cabeza en el hombro de Paul. El alivio se mezcla con la culpabilidad. No me gusta mentir a alguien a quien aprecio y a quien considero que es legal conmigo, si tú vas de frente conmigo, qué menos que ir yo de frente también, ¿no? Pero es que esto va más allá. No es simplemente intentar ocultarle que me follo a otro o que tengo una familia o que busco su dinero o cualquier mierda de esas... ¿Cómo coño le sueltas al tío al que te follas que puedes teletransportarte al lugar de otra persona? Si es que lo puedo llamar teletransporte, claro, porque estaba y no estaba allí... Joder, qué puta paranoia. 

Vuelvo a incorporarme para coger la cerveza que había dejado y darle un buen trago.

Mother I would like to fuck?-desgloso y me río-. Pronto empezaré a buscar muchachitos jóvenes de los que aprovecharme, seré toda una cougar*. Así que más te vale aprovechar ahora que no me van todavía los yogurines...-le digo alzando las cejas, bromeando, antes de darle otro trago a la cerveza.

Sí, tu bebe, Morg, que te hace falta...

Cojo un trozo de pizza y le doy un buen mordisco. Me arrepiento al instante, quema como el demonio, pero una es una tipa dura y tiene una reputación que mantener, así que me reprendo por la gilipollez y me trago el trozo de magma que tengo en la boca. Doy otro trago a la cerveza y permanezco atenta al partido, saltando cuando meten canasta los Lakers, maldiciendo cuando fallan un tiro libre o cuando no entra por los pelos, golpeo el sofá y grito, aplaudo y me dejo llevar por la emoción del momento. 

Quizá era esto lo que necesitaba, la compañía de alguien cercano, un trozo de pizza ardiendo, quemarme, beber, saltar, gritar hasta quedar sin voz, emocionarme y dejar atrás toda la mierda que tengo, aunque solo sea por unos minutos, lo que dura el partido. Casi siento que el último cuarto ha sido un espectáculo para mí, como si todo el equipo de los Lakers supiera que necesitaba ese subidón, esas ganas de animar y gritar y dejarme ir, y me regalasen cada punto ganado en esos tiros imposibles. No puedo evitar preguntarme si podré disfrutar de momentos de paz así, si tendré que irme pronto a California o a Alemania o a vete tú a saber dónde con solo cerrar y abrir los ojos... ¿Cuándo será mi próximo viaje? 

Joder, solo dadme una noche, ¿vale? una noche de respiro.

He saltado del asiento con la última canasta de los Lakers y el final del partido, como si la bocina fuese un resorte para mí. Alzo los brazos y los flexiono con fuerza hacia mis costados. El brazo herido me da un pequeño tirón, como recordatorio de que no puedo pasarme moviéndolo pero... Joder, qué partido. 

Me dejo caer al sofá de nuevo, rebotando sobre los cojines entre risas. Disfruto de ese momento como si fuese una niña pequeña prácticamente, como si una parte de mí supiera que esto no puede durar mucho. Quizás por eso me dejo llevar y respondo con efusividad al beso de Paul, colocándome casi de un salto sobre él a ahorcajadas. Hundo mis manos en su pelo y lo miro sonriente, aún con adrenalina corriendo por mis venas. 

Ha sido tremendo, sí-digo separándome un poco de él. Le aparto un par de mechones de la cara y me muerdo el labio-. Una victoria así hay que celebrarla, ¿no?

Vuelvo a buscar sus labios con los míos. Una vocecilla dentro de mi cabeza me dice que no tengo tiempo siquiera para echar un polvo, que en otro lado del mundo me necesitan alerta y que un capullo canadiense no tardará más de una hora en aparecer por cierto bar para proponerme algo grande (más le vale que sea así). 

Pero ahora mismo... me da igual. Que les follen a todos. O mejor, que me follen a mí y que el resto se aguante un jodido momento. 

Notas de juego

* Cougar:

An older woman who frequents clubs in order to score with a much younger man. The cougar can be anyone from an overly surgically altered wind tunnel victim, to an absolute sad and bloated old horn-meister, to a real hottie or milf. Cougars are gaining in popularity -- particularly the true hotties -- as young men find not only a sexual high, but many times a chick with her shit together.

(Viva Urban Dictionary xD)

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28/09/2016, 01:29
Paul Warren

El tiempo pasado entre las bromas de un rato atrás y el partido ha acabado por borrar todo signo de preocupación del rostro de Paul. Su expresión de euforia por el partido ha sustituido a ese ceño fruncido de antes y cuando te sientas sobre él sus ojos brillan con una mezcla de alegría y expectación. Su sonrisa se ladea aún antes de escucharte, y se amplía con tus palabras. Puedes sentir sus manos apoyadas sobre tus piernas, ascendiendo por tu pantalón hasta llegar a tu cintura.

—Cualquier otra cosa sería hacerles un feo —asegura haciendo un gesto hacia la televisión y disponiéndose a recibir tus labios.

Los siguientes minutos se mezclan como si estuvieran hechos de agua. Encuentro tras encuentro tanto tú como Paul habéis aprendido a encajar el uno con el otro y ahora las cosas transcurren de una manera fluida y natural, sin que tengas que preocuparte por nada más que por no hacer esfuerzos con el brazo herido. Lo que al principio es sólo un beso pronto se convierte en una sucesión de suspiros y jadeos. Sus manos se mueven firmes por tu cuerpo y para cuando su camiseta cae al suelo sabes que sólo es cuestión de tiempo que los pantalones de ambos la sigan.

Hay muchas cosas que podrían decirse de Paul como amante. Y una de ellas es que es rara la ocasión en que pasa de preliminares, y esta no es una de esas excepciones. Sus dedos primero y después su lengua y su aliento se derriten contra ti, y su respiración se vuelve más grave cuanto más le calan tus caricias.

Al final ni siquiera llegáis a ir a la cama. Una de las cosas buenas de vivir solo es poder disponer del piso como uno quiera. No es la primera vez que acabáis nadando en sudor en el sofá, y poco a poco vuestros cuerpos se encienden y la temperatura aumenta hasta hacerse soportable sólo en la boca del otro.

Para cuando todo termina y lo que te rodea deja de ser esa espesa nebulosa para volver a ser el salón de Paul ha pasado un buen rato. Los dedos de Paul acarician tu hombro con suavidad y en la basura descansa el preservativo usado en su envoltorio. Es probable que si siguierais así el sueño se lo llevase pronto. Sin embargo al final opta por desperezarse y, somnoliento, dejar un par de besos lánguidos más en tu cuello.

—No te preocupes por nada —te dice entonces, haciéndote consciente con su actitud que intuye que te tienes que ir—, yo recojo esto.

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28/09/2016, 22:11
Narrador

El Black & White es un club pijo en el barrio de TriBeCa, de esos en los que tienes que hacer cola para entrar y soportar que un gorila con gafas de sol perpetuas con superglue te mire de arriba a abajo y decida si eres o no digna de traspasar la línea que te separaría de la plebe para darte la bienvenida a la élite neoyorkina. Por suerte, es bastante sencillo dar ese paso si se tiene un par de tetas.

El interior está decorado, contra lo que podría parecer al escuchar su nombre, en tonos arena y dorados. La iluminación cuidadosamente escogida crea ambientes íntimos en las zonas más cercanas a las paredes pero ilumina la barra y la zona central del local.

Todo aquí dentro parece de calidad, los muebles, las lámparas, incluso la impecable manicura francesa de la camarera que, vestida con un vestido negro que se pega a sus curvas como una doble piel, contempla a Guillaume con una mano posada en jarra en su cadera y sus largas pestañas postizas aleteando en un gesto acostumbrado a recibir ese tipo de atenciones.

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28/09/2016, 22:11
Guillaume Lavigne

Guillaume aparta su sonrisa seductora de la camarera en cuanto entras, como si te hubiera detectado con un radar. Se baja del taburete y se acerca a ti abriendo ambas manos a medida que la curva de sus labios se amplía.

—Morgan, Morgan, Morgan —dice, con voz sedosa al llegar a tu altura—. Nena... Cada vez que te veo estás más guapa. Algún día vas a tener que contarme cómo lo haces.

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29/09/2016, 17:13
Narrador

De pronto una imagen acude a tu mente, como en un flash que dura apenas un instante.

Ves una habitación de hospital que ya conoces y allí al hombre que estaba junto a Milka cuando la visitaste. De inmediato sientes que algo va mal con ella, una angustia intensa encoge su pecho y llega hasta el tuyo a través de ese hilo que une vuestras almas.

Cerca de la puerta hay una mujer de unos cuarenta años, alta y delgada, con el cabello castaño recogido en una coleta estirada y vestida con una bata blanca por encima de la ropa.

—Están de suerte —anuncia sin andarse por las ramas, con una expresión a la que le falta una sonrisa para encajar del todo con sus palabras—, ha habido una cancelación y gracias a que adelantamos las pruebas ayer, podremos hacer la operación esta tarde. La señora Bendij tendrá que mantenerse en ayunas y a las cinco les llevarán a mi despacho para que pueda explicarles todos los pormenores de la intervención. Después la prepararán y la operación será a las siete.

Lo último que percibes es el agobio creciente de Milka mientras busca la puerta del baño para esconderse dentro.

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30/09/2016, 13:36
Morgan Laurent

Joder, por fin.

Por fin el mundo comienza a desaparecer y deshacerse en jadeos. Hace tiempo que Paul me tiene pillado el punto y yo a él, por lo que esos primeros polvos de "ay, no, eso no" o "quita, déjame a mí" quedaron atrás hace tiempo, sabemos qué es lo que nos gusta y nos lo damos. De verdad consigue hacer que me olvide de todo durante unos minutos, y deseo que el momento pudiese alargarse más... Pero nuestro cuerpo no es tan resistente, ni los problemas desaparecen de verdad. 

Parece que en el sexo no es en lo único que me tiene pillado el punto. Después de follar, o me voy yo o se va él... y teniendo en cuenta que es su piso y que yo tengo cosas que hacer, la que tiene que ahuecar el ala soy yo, lógicamente. Sostengo entre los labios un cigarrillo encendido mientras me abrocho el pantalón y subo la cremallera de la bragueta. Vuelvo a coger la chaqueta que dejé en la entrada y la llevo en el hombro. Tomo el cigarro con dos dedos y suelto en humo de la calada por la nariz. 

- Nos vemos otro día, ¿vale?-le digo a Paul asomándome por la puerta de la cocina-. Gracias por las pizzas y por la celebración-le guiño el ojo y me voy a la entrada, dispuesta a salir.

Me dirijo entonces al Black & White. Cómo no, Gillaume me tenía que citar allí... En el taxi de camino allí me maquillo un poco los ojos con una línea negra fina entorno a estos, esperaba que eso fuese el mínimo para entrar, porque no creo que los vaqueros y la camiseta negra de tirantes que llevo sea la etiqueta mínima que piden. 

Tardo un rato en entrar, no sé cuánto tiempo, pero se me hace interminable rodeada de los posh de Nueva York. Normalmente no llamo la atención, pero no puedo evitar sentirme ahora, vestida tan sencilla y rodeada de gente tan arreglada, como si llevase un puto cartel de neón en la cabeza. Voy a matar a Guillaume. 

Por fin consigo entrar en el club. No me cuesta detectar a mi compañero, ligando con una de las camareras... me hubiese sorprendido si se hubiese mantenido quieto durante tanto tiempo. Enseguida me detecta y se dirige hacia mí. Hay veces que me entran ganas de partir esa sonrisa de imbécil de un puñetazo... Al menos trabaja bien. 

Me baño en sangre de virgen-le digo frente a él-. Bueno, ¿qué tienes?

En ese momento... 

Oh, no, fuck...

Siento la angustia de Milka y puedo ver lo que está sucediendo ahora en ese hospital de Hamburgo. Me cago en la puta. En serio, tengo que puto trabajar, ¿¿no pueden dejarme en paz?? Primero Wes con el puñetero tiroteo, ahora Milka con... con yo que sé. Sin embargo, sé que Milka está mal y que probablemente necesite ayuda. Pongo los ojos en blanco.

- Ve buscando un reservado o algo para hablar. Voy al baño-le digo a Guillaume antes de poner rumbo al aseo. 

Después de otra cola de mujeres que la mayoría solo quiere retocarse frente al espejo, me meto en uno de los compartimentos en los retretes y echo el pestillo. Coloco la tapa y me siento sobre ella... no sé si quiero ir hacia donde está o simplemente hablar con ella. Solo quiero saber qué coño está pasando y si puedo ayudar. 

De acuerdo, Milka... ¿qué coño te pasa ahora?

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30/09/2016, 21:09
Guillaume Lavigne

El canadiense se ríe con tu respuesta mientras su sonrisa se ladea con cierta picardía.

—Lo peor, preciosa, es que de ti podría llegar a creérmelo —responde encarcando la ceja con una expresión graciosa.

Y te da la sensación de que está a punto de protestar por tu forma de ir siempre al grano cuando tu gesto cambia y mencionas el reservado. Esa idea parece agradarle pues asiente con la cabeza.

—No tardes. Te iré pidiendo un whisky.

Mientras te marchas puedes percibir por el rabillo del ojo cómo se gira de nuevo hacia la barra o, más bien, hacia la camarera.

- Tiradas (1)
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30/09/2016, 21:57
Narrador

Ya parapetada tras la puerta de la cabina del baño te concentras en esa petición de auxilio que ha invadido tu mente y tensado tu estómago con un miedo ajeno pero cercano. Tu mente viaja hacia Milka y tus ojos se cierran hasta que de repente tienes la sensación de que algo ha cambiado a tu alrededor.

Notas de juego

Seguimos en: Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Milka).

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26/10/2016, 00:03
Narrador

Abres los ojos con esa sensación cálida y blandita todavía acompañándote, al menos en lo que tardas en ubicarte una vez más en tu realidad. Una de las cabinas en el baño del Black and White. En el exterior Guillaume te espera para hablarte de un negocio. Es difícil precisar con exactitud cuánto tiempo has pasado en ese viaje, pero nada parece haber cambiado allí. Sigues escuchando las voces de algunas mujeres compartiendo cotilleos en su paseo a los aseos y la cisterna de la cabina que queda a tu derecha suena justo en este momento.

 

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02/11/2016, 01:01
Morgan Laurent

Cierro los ojos y cuando vuelvo a abrirlos ya no estoy en el baño del hospital, sino en el del club de TriBeCa; ya no hay silencio, sino el sonido de la música amortiguada por las paredes. Escucho voces femeninas fuera, alguna que otra risa y comentarios banales, o todo lo importante que pueda ser que la muy zorra de la barra lleve el mismo vestido que tú. 

Me levanto de la taza y tiro de la cisterna, casi por acto reflejo, por costumbre y por disimular... aunque siendo sincera, no creo que ninguna se haya percatado siquiera de que he entrado al baño. Miro el móvil para comprobar la hora que es y saber si he estado mucho tiempo ausente. 

Salgo de ahí para comenzar a esquivar chicas para acercarme a los lavabos y mojarme las manos, refrescarme en general. Me miro en el espejo, estoy rodeada de gente y a la vez me siento totalmente aislada... pero no sola. Quizá sea que me estoy volviendo blanda, pero no he sentido esa soledad tan profunda como cuando dejé a Milka la primera vez o a Wes... En su lugar, me siento arropada, cómoda... aún siento su caricia y su beso en la cabeza. De una forma u otra, la siento conmigo. 

Morgan, déjate de cursilerías, tienes trabajo que hacer.

Resoplo y me decido a abandonar el baño para ir al reservado donde un capullo con grandes ideas y un plan tiene algo que ofrecerme bastante jugoso. 

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05/11/2016, 00:36
Guillaume Lavigne

La hora de tu teléfono te dice que han pasado veinte minutos desde que te refugiaste en aquel servicio. No tardas en salir de allí y la sensación de no estar sola te acompaña mientras esquivas a todas esas chicas que parecen recién salidas del catálogo de primavera de la élite neoyorkina más snob. Apenas recibes algún vistazo breve y desdeñoso en tu camino hacia la puerta y una vez de vuelta en el local no te cuesta vislumbrar a Guillaume sentado en un reservado del fondo.

Incluso desde allí parece estar manteniendo un diálogo no verbal en la distancia con una mujer sentada en la barra. Las miradas y las sonrisas viajan en una y otra dirección mientras él acaricia con la yema del pulgar el talle de su copa... Hasta que te ve y entonces su atención cambia de rumbo hacia ti.

—Ah, Morgan —dice, levantándose cuando llegas al reservado para ofrecerte el asiento frente a él con un gesto exageradamente elegante—. Empezaba a pensar que habías salido huyendo. ¿Te encuentras bien?

Sin embargo, esa pregunta parece ser retórica, pues en cuanto vuelve a sentarse te sonríe de medio lado y continúa hablando sin esperar tu respuesta.

—Tengo algo muy gordo entre manos, nena —afirma enarcando ambas cejas—. Pero que muy gordo.

Dedica una mirada algo teatrera alrededor, como si fuese un espía internacional y quisiera asegurarse de que nadie está escuchando, y se inclina hacia ti por encima de la mesa.

—Es un trabajo bien jodido, de los que te gustan —dice, sonriendo de medio lado con pillería mientras te guiña un ojo—. Con láser, identificador de retina y alarma directa con la policía. Completito. Pero si sale bien nadaremos en dinero como el Tío Gilito. ¿Quieres saber más?

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10/11/2016, 11:10
Morgan Laurent

Veinte minutos... no son tantos. También es cierto que esto me ayuda a saber que, aunque yo esté "fuera", el tiempo sigue pasando, es importante saberlo y calcularlo, por si acaso. Mientras salgo del baño, me percato de alguna de esas miradas que me dedican, tengo ojos en la cara y sé que aquí estoy dando la nota por no vestir como una muñeca Barbie. Las ignoro y sigo hacia mi destino.

Por fin, veo a Guillaume y me acerco hacia donde está él. Cuando se pone así de pomposo me pone de los nervios. Me dejo caer en la silla que me tiende y doblo una pierna por encima de la otra. No contesto su primera pregunta, tampoco le interesa oír mi respuesta. Va directo al grano... dice las palabras clave: "grande", "jodido" y "dinero". 

Me inclino sobre la mesa, mostrando mi interés y asiento.

Cuéntame más. ¿A quién hay que desplumar?-pregunto. 

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11/11/2016, 02:04
Guillaume Lavigne

—Eso es lo más curioso: no es un museo ni nada del estilo, sino una empresa farmacéutica —dice, bajando el tono un poco, tal vez para darse aires de misterio—. Creo que es un asunto de espionaje industrial o algo así. Pero la verdad, me parece una seguridad un poco exagerada para ser una fábrica de aspirinas —bromea, enarcando las cejas.

Entonces lleva una mano al bolsillo interior de su chaqueta y cuando la pone sobre la mesa con la palma abierta hacia arriba, tiene una memoria usb sobre ella. Una de esas superpequeñitas que si te descuidas se pierden por cualquier sitio.

—Aquí dentro está todo lo que tenemos. Planos del lugar, descripciones de los turnos de los guardias... Bueno, ya sabes. Yo puedo apagar las alarmas por tramos y hackear el reconocimiento de retina para que reaccione con unas lentillas, pero la incursión tendrás que hacerla tú.

Hace una pausa y por un momento deja a un lado sus bromas y galanteos para mirarte con seriedad.

—Mañana por la noche es el día perfecto porque entran dos guardias nuevos y tendrán que enseñarles cómo funciona el asunto. Así que dime que estás libre, nena.

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17/11/2016, 11:55
Morgan Laurent

¿Con que una famacéutica, eh?

Está bien, Lavigne, tenías mi atención, ahora tienes mi interés-le digo inclinándome sobre la mesa. 

Miro el pendrive que saca de su bolsillo y asiento. Ahí estaba todo lo que íbamos a necesitar, era increíble como algo tan importante cupiese en algo tan pequeño. Pero no podía evitar pensar cómo había conseguido todo eso, era raro. 

¿Cómo has conseguido eso?-le pregunto directamente. Vale que lo que hacíamos no era algo "limpio", pero tampoco quería verme envuelta en algo que desconocía. Con una mierda desconocida en mi vida me vale, gracias, no pienso comerme otra. 

- Mañana por la noche lo tengo libre. Pero necesito planos y saber qué llevarme.