Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 6- Prisión de Piedra Alzada.

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13/10/2018, 10:49
(CC) Konrad Mykephoros.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

- Como quieras, pero ten cuidado.- Contestó a Cazador a la vez que señalaba a Gruñido con un movimiento de su prominente mentón.- Gruñido, ¿le ayudas? Hay que recuperar el cuerpo de Alarico para darle digna sepultura.- Quizá una persona sola no pudiera con el peso que suponía un cuerpo inerte. El noble hurgó en su mochila y sacó una cuerda de delicada seda.- Podéis usar esto. Yo me quedo aquí arriba para ayudaros.- Dijo no demasiado convencido al ver que Sascha partía como una loca en busca de a saber qué. Tenía que ser el objeto maldito que portaba en sus manos y que él había dicho que cogiera.

¡Maldita sea!- Su hermanastro se acerco a exponerle su intención de dejar el libro con Vesorianna. Era la única manera de que aquel bastardo no volviera a hacer de las suyas. Alexei lo necesitaba, se le notaba en la cara demacrada y en su estado de ánimo.- Claro, Alexei. Ve y...- Se acercó al oído de su hermanastro.- Vigila a Sascha. En cuanto acabemos aquí vamos con vosotros.

- Vamos.- Apremió a los otros dos.- No tenemos todo el día.

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13/10/2018, 15:13
(CC) Doctor Querio Vandel.

Sascha, querida... ¿echas tú tu cetro solar en el pozo? Gracias.

La joven le ignoró por completo. La juventud no era nada respetuosa con sus mayores. Bueno, en cierto modo era normal. Era probable que Sascha no quisiese ofrecer sus cosas para el bien común. Los bárbaros y los salvajes tienen un extraordinario apego por todos aquellos objetos que son capaces de llevar consigo. Sociológicamente, está relacionado con la vida nómada de los cazadores-recolectores.

Te doy el mío, que está aún cargado con agentes alquímicos, y usamos tu cetro, que ya está un poco más gastado. ¿Te parece bien, Sascha?

Era una oferta bastante diplomática. Sascha cambiaría un cetro solar que ya llevaba unas horas iluminando por un cetro nuevecito. Ella saldría ganando, y también lo haría el grupo en su conjunto. Pero la reacción de Sascha fue irracional: dió media vuelta y se marchó hacia la grieta. Querio había leído sobre ello, sobre la llamada "histeria femenina", comportamientos extraños relacionados con los ciclos de la menstruación. No le dió importancia, aunque le escamaba un poco que, lejos de una reacción furibunda, Sascha se limitase a alejarse con total tranquilidad. Eso ya no encajaba con el cuadro clínico de "histeria femenina", ni con la personalidad explosiva de la pelirroja.

En fin, usaremos mi cetro. No pasa nada.

Lo miró con cariño, en su mano. Los cetros solares valen bastante más que las antorchas. Renunciar al producto alquímico le hacía daño directamente al bolsillo. Tal vez podría usar la seda de las arañas del Hombre Salpicadura para sellar la linterna, y poder bajarla en el pozo sin que el agua se abriese paso hasta la llama. Desechó la idea en cuanto pensó en el precio de todo el aceite de lámpara que conllevaría realizar la tarea meticulosa de sellado. ¿Qué se le iba a hacer? Golpeó la barra contra el capuchón de su linterna, y empezó a vibrar tomando color y luminosidad. Al lanzarlo a la zona inundada, le embargó el mismo sentimiento de un padre que se despide de un hijo que va a la guerra.

Adiós, cetro solar.

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14/10/2018, 00:32
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Réquiem había escuchado las palabras de su hermano en el oído debía detener a Sascha o en el peor de los casos retrasar su avance para que no siguiera sola. Allí estaba el poeta, cumpliendo la petición de su hermanastro mayor, iba siguiendo a la bruja pero sin mucho éxito. Podía ver el cuerpo maltrecho de la mujer y allí que le iba hablando mientras le seguía por la oscuridad de la prisión.

- “Sascha por favor, piénsalo. Tienes que ayudarme a dejar el libro, me está taladrando la mente y tú estás muy herida, no puedes continuar sola. Venga, acompáñame y luego te seguiré, pero primero vayamos a ver a Vesoriana” – allí seguía con su habladuría con la bruja, que aunque estuviera herida de gravedad seguía firmemente hacia el frente, en busca de algún otro enemigo. No sabía qué efecto tenía el hacha, pero podía sentir una mirada llena de furia en el fulgor que reflejaban los ojos de Sascha.

Réquiem escuchó unos pasos, parecía ser que Nigromante los estaba siguiendo y le hizo unos gestos para parar a Sascha o intentarlo.

- “Sascha, tienes que venir conmigo si alguien me mata nunca más volverás a ver a Velkan, para que yo pueda ir al otro lado y el volver tengo que estar vivo…” – intentaba utilizar al bárbaro para chantajear a la bruja, no sabía si tendría efecto dicho chantaje pero tampoco quería provocar la furia de esa mujer ya que de un hachazo lo partiría en dos como si se tratara de mantequilla.

En un fugaz movimiento apareció Gruñido para noquear a su compañera, Réquiem se asustó y se puso en guardia. Solo segundos después se percató de la habilidad de Gruñido, de moverse en sigilo para terminar noqueando a su propia compañera para que no cometiera ninguna locura.

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15/10/2018, 16:55
(CC) Konrad Mykephoros.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Se fiaba de su hermanastro a pesar de su estado y de que no lo veía hacía años. Realmente le había dado miedo la furia reflejada en los fríos ojos de su Ama de Llaves y prefería que otro se ocupara de ella. Finalmente fue Gruñido quien arregló el asunto. No tenía el don de la palabra de Alexei pero en su simpleza resultaba tremendamente efectivo. Desde luego que Iomedae le hubiera puesto en su camino había sido una bendición. Mientras tanto Querio, Cazador y él mismo se ocuparon de rescatar el cuerpo del pobre Alarico. Lo mejor de todo es que Konrad no había tenido que mojarse. Cuál fue su sorpresa cuando el nuevo joven integrante del grupo apareció con unos cuantos objetos que sin duda habían pertenecido al Alcaide de la prisión.

- Daremos buena cuenta de ellos. Estoy seguro de que el Alcaide y Vesorianna estarán contentos de que caigan en nuestras manos y nos ayuden a liberar a esta Prisión de su maldición.- El espíritu de la esposa del Alcaide por fin podría descansar en paz. El noble mostró los objetos a Nigromante, el mago, y escuchó con atención sus diversas propiedades.- Nos vendrán de perlas. Yo podría usar la daga pero creo que a Querio no le vendrá mal tampoco.- No era la primera vez que el achacoso Vandel les sorprendía metiéndose de lleno en una pelea.- ¿Qué me dices de esta espada, Gruñido? ¿Crees que podrás manejarla?- No era la tosca y burda porra que le gustaba empuñar al semiorco, pero su cochero guardaba muchos secretos bajo su apariencia de dócil sirviente.- Parece de una factura excelente.- Cogió el anillo y buscó con la mirada los ojos cansados de su hermanastro Alexei.- Nos has ayudado mucho, Alexei y, después de lo que ha pasado...creo que deberías quedarte esto.- Le tendió el anillo del Alcaide. No se sabía a qué se refería el noble. ¿A la pérdida del anillo que el dramaturgo había intentado empeñar para conseguir equipo o quizás al incidente del sello familiar que había acabado enemistando a los hermanos?

- Amortajemos el cuerpo y saquémoslo de aquí. Después acabemos lo que vinimos a hacer.- No era agradable despedirse de un amigo como Alarico. La pena inundaba sus corazones. Aún así los ojos del noble no podían dejar de posarse sobre sus pertenencias. No quería parecer un aprovechado, pero estaban en una situación desesperada.- Dyonisius, Alexei, me gustaría hablar con vosotros, como los más cercanos compañeros y amigos de Alarico.- Dejó que los dos hombres se le acercaran y bajó la voz antes de tratar el espinoso tema.- ¿Creéis que podríamos usar sus pertenencias... sólo temporalmente, digo... mientras solucionamos todo esto? - Le había echado un ojo a una preciosa espada corta grabada con el nombre de Destino Rojo. Al contrario que a la Bestia, a Konrad le gustaban las armas más manejables.

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15/10/2018, 18:18
(CC) Gruñido.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

El semiorco dejó a Sascha en el suelo con delicadeza mientras observaba las evoluciones del recién llegado. Se habían fiado pronto de el tal Cazador, pero el sirviente aún tenía la mosca detrás de la oreja después del asunto de Grurcha. Se quedó mirando con aire dolido el cuerpo de Buscador inclinando la cabeza en señal de respeto ante el caído.

Cuando el señor Konrad se acercó al semiorco mostrando la hermosa espada, Gruñido se levantó pasando la mirada del hombre al arma de manera alternativa. Por último tomó cuidadosamente el acero de manos de Konrad y lo sopesó. La hoja cortaba el aire con un sonido agudo, parecía capaz de atravesar la piedra, no digamos ya músculo, tendones y hueso.

- Yo saber usar señor Konrad, todos en mi tribu aprender a luchar antes que a andar. Gruñido usar hasta que señor Konrad encontrar a alguien más apropiado para llevar este arma. Grwwllll... -

Luego toma un metro de cuerda y asegura las manos de Sascha a su espalda, dejando la cabeza cortante del hacha reposando entre sus omóplatos bien envuelta en algún tipo de tela o manta que pueda conseguir de alguno de los hombres presentes o el propio equipo de la Bruja.

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16/10/2018, 11:32
(CC) Konrad Mykephoros.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Sonrió a Gruñido con dulzura cuando éste empuñó el arma y se mostró dispuesto a devolverla si hiciera falta. Sin embargo el rostro del noble se endureció al ver el estado en el que se encontraba Sascha. ¿Cómo reaccionaría la iracunda mujer cuando despertara?

- ¿Qué vamos a hacer con ella?- Preguntó sin saber qué hacer. La pobre estaba malherida pero aún así el hacha seguía fírmemente empuñada en su mano. Temía que si la curaban despertase y la emprendiera a golpes contra ellos, sobre todo con Gruñido. Sólo pensar en una batalla entre sus más dos fieles compañeros de fatigas y ya se le rompía el corazón. Quizá lo más sensato fuera prescindir de la inestimable ayuda de Sascha y esperar que al vencer al último espíritu volviera a la normalidad.

La despertaría con un dulce beso.- Después de todo a él siempre le había mostrado su respeto. 

El noble se quedó mirando al último pasillo sin explorar de las mazmorras de la prisión.  Entre las pertenencias de Alarico y las del Alcaide se habían hecho con una buena cantidad de armas mágicas. Evaluó un momento a los presentes posando de nuevo sus ojos sobre la figura de Cazador. De los presentes era el único que no poseía un arma para dañar al espíritu.

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16/10/2018, 12:41
(CC) Doctor Querio Vandel.

El Doctor Vandel asintió agradecido mientras Konrad le entregaba la daga del Alcaide. Antes de que Nigromante la identificase como un arma encantada, Querio ya la había estimado valiosa en cuanto reconoció el metal del que estaba forjado.

Mithril...

Se la guardó con delicadeza. Aquel pequeño objeto era más valioso que todo lo que Querio vestía y portaba. Podrías sumarle sus pertenencias más voluminosas, dejadas en casa de Kendra antes de venir, y la daga seguiría siendo lo más valioso que había tenido el Doctor Vandel en toda su vida.

Cómo se notaba que el difunto señor Hawkran era funcionario. Con un trabajo estable y un buen salario podía permitirse lujos impropios. Esas armas tan valiosas, la daga y la espada, probablemente nunca habían sido utilizadas en combate. Incluso hacían levantar sospechas sobre si el Alcaide no era un corrupto que había hecho fortuna fraudulentamente usando los privilegios de su puesto.

El Buscador de la Verdad también tenía sus tesoros. ¿Cómo se llamaba? Gabriel. Gabriel Alarico. Era curioso que dedicando el tiempo a la misma tarea, la investigación, Gabriel había hecho fortuna mientras que Querio se había convertido en poco más que un pordiosero. Desde luego, Alarico le había ganado en su propia especialidad. Querio no podía comparársele en logros. Y sin embargo, Querio había sobrevivido. Porque aquellas riquezas que les diferenciaban en estatus habían sido pagadas por Haserton Lowls, Conde de Versex. Y aunque el Buscador de la Verdad había caído allí, en las ruinas de la prisión, si en la isla maldita no hubiera sido llevado al límite, Gabriel habría tenido los reflejos lo suficientemente despiertos y el instinto lo suficientemente aguzado como para también escapar del Hombre Salpicadura.

Con algo de congoja, el mismo Querio que se había hecho el remolón para tirar de la cuerda mientras se extraían los tesoros de la zona inundada, incluso alguien como él, ayudó a acarrear el cuerpo de Gabriel Alarico. Si en algún momento le dolió la espalda, ciática o artritis, no llegó a quejarse por ello. Realizó una tarea física en completo silencio. Eso llevaba a pensar que sus achaques en otras ocasiones no eran más que escusas para no arrimar el hombro... o que abrumado por los recuerdos recuperados sobre su amigo y el luto de la pérdida, no estaba de humor para quejarse.

El cuerpo de Alarico quedó tendido en el suelo, en la sala central de los sótanos de la prisión. Antes de atarlo a la cuerda y subirlo a la superficie, aún quedaba una tarea por hacer: acabar con el Saltador.

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16/10/2018, 19:31
(CC) Cazador.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Los ojos de Cazador se posaron en el cuerpo sin vida de Gabriel Alarico mientras se volvía a poner la armadura después de su periplo subuacuático. El Buscador de la Verdad contaba con un buen equipo que sin duda iba a resultar útil para el grupo a la hora de enfrentarse contra los espectros. Además, de la celda se pudo sacar más objetos de gran valor. Cosmin no se pronunció sobre el reparto. Simplemente se limitó a revisar una vez más su ballesta y prepararse para el siguiente desafío lo mejor posible.

Cuando Konrad preguntó sobre Sascha, Cazador se encogió de hombros. -¿No podemos llevarla con nosotros hasta el Saltador y despertarla allí?, preguntó.

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16/10/2018, 21:39
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Después del susto de infarto que le hizo Gruñido, volvieron por sus pasos para reagruparse con sus compañeros en la sala en la que había un pequeño pozo de tortura. No le hacía mucha gracia noquear a su compañera y más con el arma que portaba, aunque la acción de Gruñido fue realmente efectiva y pudo transportar a la mujer hacia la otra sala.

Réquiem ya había dejado el libro en manos de Vesoriana, se había quitado un peso de encima y ahora se encontraba con el grupo de supervivientes. Habían conseguido sacar el cuerpo de Buscador de la Verdad.

En uno de los encuentros con su hermano Konrad Mykephoros, el joven dramaturgo obtuvo de manos de su familiar un anillo de protección. Réquiem agradeció el gesto de Konrad, toda ayuda era bienvenida para poder sobrevivir a aquella intrépida misión.

- “No tengo ningún problema en utilizar lo que nos pueda aportar Buscador de la Verdad, es más, estoy seguro que él mismo nos obligaría a hacerlo. Es como si lo escuchara, como si me dijera que utilicemos todo lo que tenga para terminar con toda esta locura y la del asilo” – allí daba el visto bueno el joven dramaturgo, era una pena que ese hombre hubiera muerto, era una de las personas con las que había despertado en ese jodido manicomio.

Réquiem prefirió no participar en la decisión de Sascha, si algo tenía claro era no estar cerca de ella en su despertar. Alexei miró a Gabriel Alarico durante unos segundos, podía ver el rostro sin vida y el cuerpo inerte en el suelo.

<< Lo siento amigo… apenas te conocía pero prometo que si sobrevivo tu nombre no quedará en el olvido. >>

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20/10/2018, 15:04
(CC) Konrad Mykephoros.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

No le gustaba para nada que Gruñido hubiera golpeado a su hermana pero sus razones tendría.

- Parecía enajenada. No atendía a razones. No sé si combatir con alguien así al lado es lo mejor que podemos hacer.- Contestó a Cazador. No era tan sencillo como hacía ver el nuevo integrante del grupo. Sin Janos y Gheorghe su poder de curación estaba muy limitado. Maldijo el momento en el que pidió a Sascha que cogiera el maldito hacha.

El silencio de Nigromante y las palabras de su hermano fueron suficientes para que Konrad se pusiera manos a la obra y repartiera el equipo del difunto. Al tomar en su mano la bella espada corta sintió un verdadero placer. ¿Era eso normal? No eran sus propios sentimientos, sino los de La Bestia.

¿No es demasiado pequeña para ti?- Le preguntó no sin cierta sorna. El monstruo de piel verdosa era grande, muy grande, y no le veía usando esa espada. 

Estando ya todos más o menos preparador para explorar la última parte de las mazmorras de la Prisión fue Querio quien tomó la iniciativa. Aquel hombre no dejaba de sorprenderlos. Sin embargo su arrojo fue su perdición. Al entrar en la garita donde presumiblemente estaba el mecanismo para subir el rastrillo algo pasó. No era difícil imaginarse el qué cuando las brumas amarillas no llenaron todo.

- ¡Madita sea!¡Querio!- ¿Qué demonios hacía aquel hombrecillo? En lo que se habían entretenido repartiendo el equipo el hombre enraba solo y con gran imprudencia en la garita.

¡Otro de esos esqueletos!- No era la primera vez que luchaba con un tipo de no muerto así. Sintió a la Bestia revolverse en su interior. Notaba su odio hacia aquellos seres que le quemaban la piel por su gusto a pelear con los puños desnudos.

DEJARSELO A LA BESTIA. LA BESTIA MATAR CON ESA ESPADA.

Hasta un ser tan básico como aquel sabía apreciar la buena factura del arma recuperada del cadáver de Alarico. Pero había algo más extraño que el repentino gusto de La Bestia por las armas delicadas. Konrad percibió una sensación extraña, como una comezón de amenaza, un vago y tenue hormigueo de peligro en la parte posterior de su cráneo. Quizá fuera la Bestia, más sensible a las emanaciones sobrenaturales malditas.Fuera como fuera, sientió la sensación de que una nueva amenaza se estaba cerniendo sobre Ravengro y sobre Kendra Lorrimor, y que el centro de esas energías sobrenaturales malignas lo tenían justo a tiro de piedra, al norte de ese rastrillo de hierro...

- Dejad paso, que salga de esa ratonera...

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23/10/2018, 09:45
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Ya unos instantes antes de ser reclamado por la niebla le sobrecogió un presagio denso como el plomo y siniestro como el veneno. Konrad Mykephoros se encontraba en un peligro extremo y pronto se asomaría a las puertas de la muerte. En vez de resistirse, se detuvo y se preparó para el intercambio inminente aferrandose a la varita esperando que supusiese una diferencia en aquel lugar del que solo sabía que estaba suponiendo una carnicería para sus aliados. Esperaba materializarse en medio de un combate y debía actuar rápido.

El intercambio resultó ser sumamente violento y rápido. Sintió que era tranportado desde la dimensión de pesadilla a una dimensión de infierno en la que su larga barba y pobladas cejas se inflamaron envolviendo su cara y su torso en llamas, además su pecho comenzó a abrasarse por dentro como atravesado por un filo de pura lava. No obstante fue incapaz de distinguir si había sido atacado o si era un efecto del cambio de plano pues tan pronto como llegó, el combate estaba terminado. Lo primero de lo que fue consciente fue de la gran cara de un monstruoso semiorco que le resultaba extrañamente familiar y con el que intercambió una mirada de perplejidad.

Poco a poco trató de orientarse e intentar de comprender al menos lo más básico de su situación. Fuera como fuese el combate había terminado. Aún sumido en una gran confusión como estaba, distinguió a Enterrador en el suelo, malherido, así que se dirigió hacia él, aún tambaleandose por la desorientación, el shock producido por el dolor de las quemaduras y el olor a quemado de su propio cuerpo. No entendía nada de la situación, pero uso toda su fuerza de voluntad para sobreponerse y actuar, ahora mismo no necesitaba entender, necesitaba empezar a usar la varita que habían recibido como providencial presente en el sanatorio.

-Guía mis pasos oh Diosa Benefactora.

Mientras avanzaba hacia el cuerpo tendido de Anselmo Padok no se le escapó que la opresiva niebla había desaparecido. Aún entumecido por el dolor de las quemaduras y la desorientación, experimentó un creciente alivio que alcanzó una intensidad próxima al júbilo.

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23/10/2018, 16:26
(CC) Konrad Mykephoros.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Menudo desastre...- Casi agradecía el noble que el hacha de aquel monstruo estuviera en llamas. El dolor lacerante dejaba paso, tan rápidamente como fugaz había sido el tajo, a la cauterización de las heridas provocadas.

¡Auuuuuuuuuuuuuuuu!- No sabía si había gritado en alto o sólo era fruto de su mente. Ya no escuchaba más que los tambores de guerra de La Bestia que le hacían estallar los tímpanos. Apretó los dientes y se lanzó al ataque también. No podía competir con la velocidad del esqueleto pero, aún así, con las dos armas en sus manos, no era un rival a quien desdeñar. Ambos tajos impactaron en la estructura ósea del enemigo. Sin embargo apenas dejaron mella en los huesos en llamas. Sí, podía haber sido mejor dejar salir a La Bestia. Sus enormes puños podrían haber machacado los huesos del no  muerto, aunque se hubieran llevado, sin lugar a dudas, quemaduras que luego Konrad hubiera tenido que soportar con estoicismo. No había tiempo para lamentaciones. La furia de la Bestia ya desbordaba todos sus poros y podía sentir la presión de su cuerpo al transformarse. El siguiente hachazo que casi lo parte en dos liberó toda aquella presión que acabó esfumándose por sus heridas abiertas al igual que lo hacía la sangre de su cuerpo. Se le escapaba la vida y, con ella, la maldición que lo había torturado tantos años ya. ¿Podría al fin descansar en paz sin su molesta compañía?

¿Fue así, padre, como te libraste de ella?

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23/10/2018, 22:59
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

La oscuridad, poco a poco, se fue disipando. No así el dolor ni la sensación de que todo se bamboleaba y que era desplazado. Parpadeó pero todo estaba relativamente oscuro y borroso. Desorientado, trató de recordar su última sensación de claridad. Recordó haber dado una redoma de fuego alquímico a Tormento y acercarse a Velkan para cederle otra. Sobrevino una explosión repentina de niebla amarilla en torno a él, la sensación de algo ardiendo que le quemaba y el dolor de un tajo en sus costillas mientras las fuerzas le abandonaban. Todo en un instante. No entendía nada.

Se sintió colgando, boca abajo, y cómo era movido. Realizó un esfuerzo de levantar la cabeza y por fin dio con algo conocido que caminaba junto a él varita en mano... pese a que él no movía las piernas.

- Anciano... ¿Qué demonios ha pasado? - comenzó a preguntarle con voz débil y dolosa, conforme el sentido volvía a él. Entonces advirtió que un enorme brazo lo asía del tronco y lo llevaba en volandas. Alzó la cabeza y vio al dueño del brazo, un semiorco conocido. Frunció el ceño tratando de recordar y por fin le vino a la memoria el encuentro con él en la casa del Dr. Lorrimor.

- Gruñido, ¿No es así? - preguntó tratando de recordar su nombre -. ¿Cuando has venido? - inquirió mirando a los lados buscando quien había sido convocado al "otro lado", aunque no supiera por qué. El entorno desconocido y el descubrir que buena parte de las personas presentes no pertenecían a su último grupo reciente le hizo comprender que era él quien había cambiado de lado.

- Oh, joder... - rezongó con el dolor intenso aun en el costado y la frustración de verse apartado del momento en el que preparaban el asalto final al dichoso Zandalus -. ¿Qué diantres me ha atizado?

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24/10/2018, 10:02
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Descansa Anselmo, estamos al otro lado, al lugar al que viajaron Requiem, Gabriel, Dyonisius y su cobarde cuervo, ellos están aquí ahora con nosotros. - No necesitaba decir que Gabriel ya no estaba vivo- Hemos llegado en medio de un combate y has resultado herido. Pero el combate ha acabado. - Dirigió una mirada hacia la estancia del norte que vigilaban con recelo sus nuevos compañeros - ... al menos por ahora.

Luego se dirigió al resto. - Mi nombre es Sebastián Moro. - Aún le resultaba extraño pronunciar ese nombre que había leído en un informe, pero que su memoria se negaba a recordar como suyo - en el otro lado han iniciado el avance definitivo. Están a punto de enfrentarse a tres vomitadores de niebla para abrirse paso hasta Zandalus. Derrotarle posiblemente no será el último desafío que tengan que enfrentar sino la puerta a la verdadera amenaza. Sufrirán heridas y desde aquí debemos estar en condición de tomar el testigo si el intercambio vuelve a hacerlo posible.

Miró a aquel cazador, al semiorco y a la barbara pelirroja que yacía tendida sobre la piedra. ¿Quién de los tres estaba vínculado con Tormento? Anciano Sabio recordó vagamente que Tormento se había resistido al intercambio cuando su par estaba en peligro y eso le llevó a pensar en la mujer. ¿Qué curioso?¿Qué tipo de vínculo podía unir a su guardián con aquella salvaje? - Como sacerdote estaba acostumbrado a misterios místicos inexcrutables, así que aceptó aquella conexión improbable pero innegable y se dirigió hacia la mujer con idea de sanarla. Quizá pronto su hacha fuese requerida para terminar lo que los puños de Tormento debían estar comenzando en aquel mismo instante.

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24/10/2018, 20:50
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Todo era un desconcierto, el ruido del fulgor de la batalla llegó a sus oídos antes de mirar por el pasillo. Escuchó la voz del Doctor Vandel, tal vez su grito... mientras el sonido que producían unas llamas llegaba a su canal auditivo. Réquiem se empotró contra la pared, antes de acceder al pasillo.

Su mente se quedó colapsada, sacó su ballesta y la cargó, luego la guardó al ver que nada se avecinaba. Pero pudo ver al asomarse algunas nieblas. ¿Lograron incapacitar al Doctor Vandel? Las dudas nublaban la mente del bardo, pero no tenía huevos a avanzar. Se mantenía en sigilo y ante la duda guardó la ballesta y sacó su trozo de madera.

Pudo ver como sus compañeros avanzaba, su hermano decidió ir en cabeza con decisión. Nuevos golpes, gritos de dolor y luego la voz de Konrad dando órdenes y entrando en batalla. Otros gritos desgarradores, esta vez era su hermanastro y de nuevo un rastro de nieblas amarillentas.

Réquiem fue avanzando, pero ante las terribles circunstancias mientras sus compañeros avanzaban para ofrecer apoyo, el dramaturgo se retiró. Envuelto en pura cobardía, sabiendo que sería inútil que fuera allí, empezó a recular en sigilo. Su intención era despertar a Sascha para que su furia aplacara a sus enemigos, pero durante le camino rezaba a los dioses que conocía para que la bruja no descargara su furia contra él.

El bardo rebuscaba entre las pertenencias de Sascha para encontrar alguna poción, mientras lo hacía escuchó una gran explosión. Allí se giró para ver qué había sucedido, sus compañeros lograron terminar con la amenaza y allí pudo ver a Anciano Sabio, le dio la mano en un gesto de agradecimiento, el hombre tenía aptitudes para la cura. Luego pudo ver a Enterrador y dedujo que el Doctor Vandel y Konrad se intercambiaron por Anselmo Paddock y Sebastián Moro.

De nuevo su mente organizaba las ideas, no sabía qué hacer, estaba nervioso y tenía miedo, ya que no tenía forma de apoyar a sus compañeros.

Réquiem empezó a hablar – “Tenemos que hablar con Vesoriana, sospecho que queda un fantasma y canalizará el poder de los otros y podría, de alguna forma u otra, afectar al pueblo si no terminamos con él antes. Sería mejor tener más información, si tenemos la remota posibilidad de poder descansar... tendríamos más posibilidades de sobrevivir. En caso negativo... estamos casi condenados. ¿Os parece bien tratar el asunto con Vesoriana?"

Mientras hablaba iba pensando en lo que decía, tardó un par de minutos en cambiar de decisión y se negó, poniendo en duda todo lo que había dicho - "Ahora que lo pienso, no es buena idea escalar de nuevo solo para ir a ver a Vesoriana... un esfuerzo inútil y con Sascha a cuestas..."-

Miró a Enterrador, pudo notar en su tono de voz la incomprensión de la situación en la prisión – “Estoy seguro que los que han estado aquí presentes durante todos los días lo pueden explicar mejor. Pero… te diré todo lo que sé.” – se le podía ver nervioso y estaba agotado, tenía ojeras y muy mala cara, no estaba recuperado. Aunque físicamente no tenía ninguna herida, su mente estaba cada vez más destrozada y su aguante mental agotado – “En el pueblo de Ravengro hay una maldición, para poder salvar al pueblo y resolver los misterios que envuelven al Señor Profesor, hay que terminar con la maldición. Para terminarla hay que acabar con unos espíritus de gran poder, unas apariciones,  entes por así decirlo. Hemos terminado con el cuarto y ahora en principio si mis intuiciones son correctas quedaría el último. Pero el último espíritu, estoy casi seguro que albergará las fuerzas de los que hemos destruidos. Será un combate en el que tal vez yo no sobreviva… o algunos de nosotros no logremos sobrevivir.” – Inspiró un momento – “Buscador de la Verdad, es decir, Gabriel Alarico murió luchando contra el cuarto ente, el Hombre Salpicadura. Quería hablar con Vesoriana, para que nos aconsejara, pero subir por aquel agujero… es peligroso y más con el peso muerto de Sascha. Sascha esta maldecida, esa hacha que porta tiene una maldición y la hace entrar en furia. Si se consume del todo no distinguirá de enemigos y amigos, deberíamos despertarla delante de la aparición.” – comentó el bardo para luego proseguir – “Creo que no hay vuelta atrás, tenemos que prepararnos tengamos lo que tengamos. Usar cuantas curas tengamos para poder estar frescos… yo en mi inventario no tengo mucho” – allí dejó ver lo que tenía – “Una ballesta ligera con unos cuantos virotes de mala calidad,  dos armadura acolchadas, una linterna Ojo de Buey sin aceite, una poción de Restauración Menor, una Poción de Extirpar Enfermedad, una bolsa de cuero con 12 shurikens de gran calidad y por ultimo este anillo de protección.” – dijo mostrándolo – “No creo que estas pociones sirvan a ahora… pero todo consejo es bienvenido” – allí ponía sus pertenencias en merced de sus compañeros.

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24/10/2018, 21:27
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

El Doctor Wren Elbourne nos entregó esta varita repleta de energía sanadora. - dijo mostrando al grupo la varita - yo me encargué de custodiarla y al ser reclamado por la niebla transportadora decidí aferrarme a ella con la esperanza de que traerla aquí fuese la decisión más adecuada y con el miedo de estar condenando a los que han quedado en el plano del sanatorio pues son grandes las dificultades que tienen por delante y escasos los recursos.

Sea como fuere este objeto es capaz de sanar todas vuestras heridas, las de todos vosotros incluída por supuesto Sascha. Y este otro - sacó de un pliegue de su túnica la otra varita - que ya devolvió toda la fuerza perdida de Velkan, aún tiene algo de poder capaz de restaurar otro tipo de lesiones o secuelas permanentes que sufráis. Vuestras energías físicas pueden ser restauradas para continuar, aunque vuestros talentos y dones mágicos solo pueden ser rescuperados mediante el descanso. Mi propia conexión con Farasma está agotada y apenas puedo hacer nada más que usar las varitas. Es lo único que puedo añadir, ya que desconozco la amenaza a la que nos enfrentamos y está más allá de mis posibilidades opinar sobre cuál es el mejor modo de proceder.

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24/10/2018, 21:42
(CC) Gruñido.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

El semiorco se mostraba tenso, no llegaba a hablar más de dos o tres interjecciones mezcladas con algún gruñido ocasional. Cuando depositó a Enterrador en el suelo al lado de Sascha volvió a desenvainar la espada mientras apagaba un rescoldo que amenazaba con chamuscar su capote. Miró el arma con asombro. Estaba realmente afilada, había cortado al esqueleto como un cuchillo caliente la mantequilla. Devolvió su atención al resto.

- Sascha tener hacha maldita y no poder hacer que la suelte. Si despertar sólo querer ir allí adelante a matar a fantasma. No poder controlarse y si tratar de impedir poder hacer daño a alguien. Sólo informar, señores. ¿Saber si señor Konrad estar bien? -

Una sombra de preocupación cubría el rostro del cochero, Velkan y Konrad al Otro Lado, y Sascha poseída por una maldición que sólo se levantaría si acababan con lo que les esperaba más allá del rastrillo.

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24/10/2018, 21:43
(CC) Cazador.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Cazador bajó con cuidado el arco. Había algo al norte. Algo terrible y desconocido. Pero no lograba discernir de qué se trataba exactamente. -No sé qué es, pero no debemos descuidar ese lado. Hay algo terrible que aguarda detrás de esos barrotes.

Entonces se dio cuenta de que había personas nuevas en el grupo. -Saludos. Soy Cosmin, aunque todos me llaman Cazador. Le extrañaba ver de repente rostros nuevos, y más aún cuando se dio cuenta de que faltaban Konrad y el Doctor Vandel.

-¿Qué... qué le ha pasado a Konrad?

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24/10/2018, 21:53
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Saludos Cazador. Existe un vínculo místico entre algunos de nosotros, de modo que cuando uno está al borde de la muerte, se intercambia con su reflejo en el otro lado. El doctor Querio se ha intercambiado por Anselmo Paddock, llegó al otro lado al borde de la muerte pero gracias a la varita pude restablecer sus heridas. Yo fuí reclamado a cambio de Konrad Mykephoros, imagino que habrá llegado en mal estado al otro lado y desconozco como se encuentra ahora. Pero Gheorghe fue consciente de la muerte de Gabriel mientras que yo no he sentido nada, por lo que deduzco que Konrad sigue vivo.

En cuanto a Sascha, desaconsejo por completo dejarla malherida ya que Tormento está entrando en combate en vanguardia en este mismo momento y en cualquier momento puede resultar malherido e intercambiarse por su vínculo a este lado. Si la persona con la que está vinculado es Sascha ni siquiera llegará viva al otro lado puesto que al llegar inconsciente caerá en los dominios del Hombre Andrajoso, pues en aquel lugar del que venimos cuando alguien se queda dormido entra en un mundo onírico en el que el Hombre Andrajoso es invencible. Si Sascha es transportada estando inconciente al otro lado y allí están en medio de un combate, jamás llegará a despertar o más probablemente lo hará transformada en ghoul.

Examinó la mano de la joven y el hacha al que estaba unida. - No tengo poder para liberarla, pero eso no quiere decir que no sea posible hacerlo. Contadme como llegó a su poder el hacha y a quién perteneció el arma anteriormente.

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26/10/2018, 15:36
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Alexei no podía esperar más, esta vez, con la desaparición de su hermanastro tal vez la responsabilidad de intentar liderar al grupo en ese lugar recaía sobre sus hombros. La presión le podía y las dudas no dejaban de nublar su juicio. No era alguien inteligente, pero mediante su habla necesitaba reconducir al grupo hacia su siguiente destino. El joven de la familia Mykephoros escuchó lo que dijo Sebastián Moro.

- “Si esa varita nos puede sanar mejor no perder el tiempo e idear un plan de acción. Propongo que aquellos que porten armas que puedan dañar a esos espectros vayan delante. Los demás deberemos de apoyar en lo que haga falta. Intentar distraer al enemigo, observar el entorno y sacar algo de provecho o analizar la situación para ver una flaqueza, lo que sea…” – comentó Réquiem sin tener mucha idea – “El tiempo no nos favorece, nos perjudica y no podemos perderlo. Hay que acabar con todo esto antes que las nieblas compliquen más la situación. Si en el otro lado están a punto de luchar contra el enemigo más poderoso… no podemos perder el tiempo, debemos hacer lo mismo y terminar con toda esta locura antes que ellos para poderles aportar ayuda en caso que lo necesiten” – dice hablando sobre el otro lado. Allí que miró a Gruñido – “No te preocupes por Konrad Gruñido… él es fuerte, estoy seguro que habrá sobrevivido. Aparte, en el otro lado esta Velkan, él lo protegerá” – quiso animar a Gruñido y tranquilizarlo. Réquiem se quedó en silencio al escuchar la explicación de Anciano Sabio hacia el cazador llamado Cosmin.

- “El arma perteneció al ente al que nos enfrentaremos ahora, no me acuerdo de su nombre. Yo he padecido la maldición de un objeto, era un libro maldito del Hombre Salpicadura, un mago. Lo que puedo decir con franqueza y seguridad es que el tiempo va en contra de Sascha también, para poder deshacerse de su maldición hay que terminar con la existencia de ese espíritu.” – dijo Réquiem mientras observaba a Sebastián Moro respondiendo a su pregunta.