Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 6- Prisión de Piedra Alzada.

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11/11/2018, 17:23
(SA) Nigromante (Dyonisius).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.


Le dolía el tobillo. Mucho. Pero evitó quejarse en demasía aunque, cualquiera que lo observara, notaría a la perfección su cojera. Recordó la horrible (y estúpida) caída. Hacia falta ser patán aunque, la verdad sea cierta, nunca había sido especialmente hábil en las actividades físicas. 

Nunca desde que recordaba. En todo caso, daba bastante igual. Por un lado, estaba la satisfacción de haber logrado eliminar los distintos enemigos a los que se venían enfrentando, de otro, la preocupación por saber cual era la situación en "el otro lado". ¿Estarían bien sus amigos? Y ahora que pronto iban a regresar, ¿tenían suficiente para hacerlo? Había recuperado sus ropajes, pero no se los puso, todavía, mientras seguía caminando, renqueante. No había entregado su única arma mágica a Sebastián Moro. Era necesaria para protegerse. En última instancia, si uno de los guerreros necesitara un arma mágica, podría prestársela. Pero no a Sebastián, quien era tan útil con el arma como él mismo. 

O eso pensaba el nigromante quien cerró los ojos al sentir una nueva punzada de dolor y siguió caminando.

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11/11/2018, 22:00
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Acostumbrado como estaba a portar el skane ritual de Farasma, se sentía raro sin ella y al mismo tiempo sentía un cierto reproche por haber quebrado el magnífico skane de plata, por lo que tomó la daga aún sabiendo que en un combate Enterrador haría un mejor uso de ella. Al sostener la daga sintió alivio, casi felicidad y se perdonó por la rotura de la anterior.

Cuando iba a avanzar vió a Sascha con la mente perdida y se acercó a susurrarle palabras amables - Ven conmigo, Vesoriana te librará de ese hacha en un abrir y cerrar de ojos. Luego podrás descansar, habrá un banquete para celebrarlo. Ya queda poco, avancemos juntos.

¿Por qué aquella salvaje había decidido detenerse cuando faltaba tan poco? En cualquier momento la niebla podía reclamarla para intercambiarse con Tormento y era necesario entregar el hacha a Vesoriana para que pudiera romper el maleficio. Estaban tan cerca y al mismo tiempo avanzaban al filo del desastre.

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12/11/2018, 21:58
CC: Piedra Alzada: Vesorianna.

TALLER DONDE MURIÓ VESORIANNA:

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, PLANTA BAJA PRINCIPAL:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Los aventureros habían conseguido llegar más o menos de una pieza al taller donde se encontraba el fantasma de Vesorianna con la última pieza que les faltaba para completar el ritual. La figura fantasmal seguía flotando donde la habían dejado la última vez y cuando todos hubieron entrado escucharon su voz fantasmal.

- "Siento el poder que traéis con vosotros, lo que significa que habéis conseguido cumplir con vuestra misión. Os agradezco vuestro esfuerzo y dedicación. Ahora puedo comenzar el ritual para expulsar los malvados fantasmas que aquí habitan." -

Vesoriana hablaba sin ninguna entonación que pudiera evocar algún estado de ánimo. Su figura voló en línea recta hacia Sascha. Por fortuna para todos era día impar y es en esos días cuando las brujas y las fuerzas fantasmales oscuras se llevan bien. Vesoriana comenzó a entonar una letanía que ninguno llegó a comprender y tocó el hacha con sus manos fantasmales, esta se desprendió de las manos de la bárbara, cayendo con estrépito al suelo y desprendiendo una luz repentina que se extinguió casi al instante.

Todos sintieron un escalofrío en aquel momento, pero la fantasma no pareció inmutarse y voló de nuevo hacia el siguiente de sus objetos sin dejar de recitar el ensalmo. Uno a uno, el fantasma tocó el libro de conjuros mohoso del Hombre Salpicadura, el martillo de herrero del Merodeador de Musgo de Agua, la flauta del Flautista del Illmarsh, y los símbolos sagrados y cadenas del Padre Charlatán, produciendo el mismo efecto en cada uno. Cuando todos los espíritus fueron expulsados, una luz azulada se extendió por toda la prisión y después desapareció. Vesorianna se quedó flotando en el medio de la estancia.

- "Gracias a vosotros la maldición ha sido rota y los fantasmas atrapados aquí expulsados, habéis salvado muchas vidas con vuestras acciones. Ahora nada me retiene aquí y debo irme, pero lo hago sabiendo que al menos Ravengro está a salvo. No tengo nada de valor que daros pero podéis quedaros con esos objetos si os interesa, las maldiciones que pesaban sobre ellos han desaparecido también. Os deseo mucha suerte en vuestros caminos." -

La imagen de Vesorianna comenzó a hacerse difusa poco a poco y justo antes de desparecer volvió a escucharse su voz, esta vez sonaba mucho más lejana.

- "Sé que no tenéis porqué hacerlo, pero si en vuestro caminar encontrarais la forma de liberar el alma de mi esposo os estaría eternamente agradecida, no quiero imaginarme que pueden hacer con ella esas personas, pero estoy segura de que no será para algo bueno." -

Los aventureros se encontraron a solas en la habitación con los objetos antes malditos tirados en el suelo listos para ser recogidos. El ambiente se había limpiado en parte y ya sólo parecía una ruina normal y corriente por la que el tiempo había hecho sus estragos. No parecía que hubiera que temer a nada sobrenatural, aunque aquel tipo de sitios a veces albergaban otros peligros. Era tiempo de descansar y curarse las heridas, esta vez regresarían sabiendo que sus acciones habían salvado la vida de muchas personas y que una alma buena quedaba liberada.

Notas de juego

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14/11/2018, 20:43
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

TALLER DONDE MURIÓ VESORIANNA:

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, PLANTA BAJA PRINCIPAL:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Réquiem había perdido la noción del tiempo, su avance hacia el taller en el que se encontraba Vesoriana se hacía cada vez más lento, finalmente logró llegar y allí entró en el interior. El bardo saludó a la aparición – "Vesoriana, soy Réquiem y hemos terminado con el último de los espectros…" - allí se apartó el dramaturgo para dejar pasar a sus compañeros de batalla, que viera la fallecida mujer que habían logrado su propósito.

Los ojos del joven noble pudieron ver como la fantasma logró terminar con la maldición del hacha, la maldición que impedía a Sascha soltar el arma. Una vez desprendida del hacha la mujer prosiguió con su ritual de supuesta purificación. Ese tiempo era tenso, sentía una gota de sudor y el miedo en su cuerpo. La confusión nublaba su mente, no se creía que hubieran terminado con toda esa pesadilla. Escalofríos y una mala sensación invadía al bardo, tal vez no hubiera acabado todo pero fue un espejismo ya que Vesoriana logró terminar con la maldición que asolaba la prisión y el pueblo de Ravengro.

Las últimas palabras de la mujer fueron en referencia a su pareja en vida, tal vez, si lograsen terminar con todo lo sucedido en el asilo no le importaría ayudarla, pero ahora… solo buscaba descansar, lograr recuperarse y estar preparado por si debía de saltar al otro lado.

Réquiem hizo un pequeño gesto de asentimiento al ver como Vesoriana terminaba de desaparecer – “Bien… debemos de ir al pueblo y descansar, las cosas en el otro lado no van muy bien. Debemos de estar preparados por el cambio… ” -  en referente a los objetos Réquiem dijo  - "Si nadie quiere el libro ni la flauta, me los quedaré yo “  - el noble se encargó de guardar esos dos objetos.

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14/11/2018, 23:17
Historias de Horror.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SALIENDO A LOS TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Entre Enterrador y Gruñido llevaban el cadáver de Gabriel Alarico, salieron al exterior de la prisión impulsados por la determinación de Réquiem, y seguidos por Anciano Sabio, Cazador, y detrás, caminando confusos y despistados como sonámbulos Nigromante con su cuervo al hombro y la bárbara Sascha. Cerraba la marcha el lobo Tharath, preocupado por su ama, que al fin se había liberado de la maldición del Hacha Ensangrentada (ahora transportada por Gruñido en un hato de huesos y objetos acarreado a su espalda).

El cielo estaba algo gris y era ya tarde, pero al menos lucía todavía el sol. El viento frío de invierno casi resultaba revigorizante después de tantas sombras opresivas.

Sólo contemplar los exteriores de la prisión era fácil adivinar que este lugar siempre albergaría alimañas mientras permaneciera como una ruina abandonada, pero nada como la maldición que había padecido durante cinco décadas y que por fin se había roto con la expulsión de Golarion de los Cinco Prisioneros.

Quedaba el viaje a pie hasta el vecino pueblo de Ravengro, pero el tránsito tampoco iba a ser tan sencillo como algunos esperaban.

Las nieblas amarillas golpearon de improviso, cayendo como un trueno sobre un sorprendido Nigromante, quien apenas tuvo tiempo de proferir palabra, antes de ser forzosamente arrebatado.

Segundos después, las extrañas nieblas se disipaban, mostrando el cuerpo tendido de Janos, quien sangraba profudamente por una herida de garras en el vientre y portaba un vendaje ensangrentado en la cabeza entorno a sus oídos. El Sacerdote-Guerrero aún agarraba, entre convulsiones, su Cimitarra y su Escudo, ambos iluminados por diferentes intensidades de luz divina. La Cimitarra parecía recubierta de unas apestosas cenizas que hedían a tocino requemado.

Notas de juego

// Salen de escena: Nigromante y Hombro Izquierdo. - Siguen en: Asilo de Briarstone.

// Entra en escena: Janos Dimitriev Mykerinos. - Procede de: Asilo de Briarstone.

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15/11/2018, 17:33
(SA) Nigromante (Dyonisius).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SALIENDO A LOS TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.


Lo cierto era que resultaba reconfortante. La victoria de esos "reflejos" a los que de alguna manera se sentía vinculado, sumado a la aparición de la fantasma, explicando el sentido de la victoria, produjo en el nigromante una sensación casi de paz. Fue breve, sin embargo, con toda probabilidad por el justificado temor a lo que estaría ocurriendo al otro lado. Además, se sentía inútil. Su magia había demostrado ser de poca utilidad, y la carencia de objetos mágicos específicos le lastraba de mala manera.

En todo caso, eran pensamientos oscuros, e impropios de él. La rabia por la muerte de Gabriel aún le afectaba y... No, debía parar. Miró a esos hombres, victoriosos a pesar de todo, y se forzó a sonreír. Fue a felicitarles por su hazaña, de la que no se sentía partícipe, pero... justo en ese momento las nieblas volvieron a hacer su aparición. Estas le tragaron y al nigromante no le dio tiempo ni a despedirse debidamente.

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15/11/2018, 20:21
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SALIENDO A LOS TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Conocer a Vesoriana supuso un momento intimamente desconcertante para Enterrador. No recordaba su pasado pero sí su sensación de aversión a los no-muertos y el haber combatido con ellos en el pasado numerosas veces. En su mente resonaba la idea de "no-muerto bueno, no-muerto destrozado". Sin embargo en aquella ocasión tuvo el privilegio de observar el espíritu en pena de un ser bondadoso que terminó por deshacer la maldición de aquella prisión y de toda Ravengro.

Retuvo en su retina y su recuerdo la despedida y la desaparición del espíritu de la mujer a la que sintió por primera vez la luz y calor del sol, aunque fuera de un atardecer pálido, que se colaba por una ventana cercana que hasta ahora solo mostraba un gris plomizo. No recordaba cuando fue la última vez que había visto la luz solar, pero le parecía que se trataba de un siglo.

- ¿El alma de su esposo? ¿De qué se trata? - preguntó al resto con la esperanza de que alguien le explicara cómo el matrimonio terminó convirtiéndose en espíritus.

A la par, tras recoger los objetos dejados, el grupo comenzó a salir y abandonar aquel lugar ruinoso. Anselmo, junto a Gruñido, cargó con el cuerpo de Buscador. Salir de aquel lúgubre edificio resultó gratificante al igual que reencontrarse con el sol.

- Bueno, ahora a Ravengro, ¿No? - preguntó. Como toda respuesta Nigromante desapareció en una nube amarilla que dejó a cambio un moribundo Janos -. Bueno, tal vez no todos - aceptó mientras desenfundó su nueva maza y se acercó al recién llegado para asistirle.

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16/11/2018, 01:48
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SALIENDO A LOS TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

La visión de las brumas amarillas inunda mis ojos y no veo nada más que aquel color que, a estas alturas, es sinónimo de malestar y confusión, lo que genera miedo e incertidumbre. En mi caso actual, no necesito las nieblas para sentirme así pues sé que estoy muriendo y quizás no llegue siquiera al otro lado.

De pronto, todas las luces se apagan. No sé qué sucede a mi alrededor y no sé donde estoy pues solo puedo ver oscuridad y beber el sabor intenso a metal que tiene la sangre en mi boca.

Escucho voces pero no entiendo qué dicen. Mi respiración agitada por la velocidad a la que mi vida huye desde mi interior se calma de un momento a otro, cuando siento que el creciente frío en mi cuerpo parece detenerse un poco. No sé si sobreviviré pero mi alma parece estar un poco más en paz para permitirme descansar un momento, cosa que necesito mucho en este momento.

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16/11/2018, 22:30
SA: Los Eones son Extraños.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Anciano Sabio se encontraba ya preparado cuando las nieblas vinieron a buscarle. Rápidamente lanzó un tajo al aire, que tan sólo cortaría aire vacío, tanto en este lugar como en el Otro Lado.

Su desaparición dejó en su lugar un cuerpo enorme y verdoso caído de bruces. Sangraba por múltiples cortes y laceraciones, pero su puño derecho completamente destrozado era su herida más grave. Tenía también una brecha en la cabeza que no podía ser nada bueno.

La Bestia estaba agonizante y sangraba a borbotones, no podían quedarle más que unos segundos de aliento, aunque ya empezaba a destransformarse poco a poco.

Notas de juego

// Sale de escena: Anciano Sabio. - Sigue en: Asilo de Briarstone.

// Entra en escena: La Bestia/Konrad. - Procede de: Asilo de Briarstone.

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17/11/2018, 00:37
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Réquiem había conseguido esos dos objetos, el libro y la flauta. Allí que avanzaron por las zonas de la prisión hasta salir a los terrenos exteriores, allí las cosas empezaron a torcerse de forma repentina.

La desaparición de Nigromante no se hizo esperar, el pobre hombre ni siquiera se pudo despedir y la presión en la mente del bardo cada vez era más intensa, sentía miedo, sentía ese ser reclamar su alma. Tragó saliva viendo como aparecía Janos, muy herido, la situación se iba volviendo cada vez más peliaguda pero por suerte el valeroso guerrero era fuerte y consiguió mantenerse con vida.  No pasó mucho tiempo, antes de dar la orden de cargar a Janos para ir a Ravengro, Anciano Sabio desapareció dejando ver al moribundo de Konrad en su forma de bestia, estaba destrozado, herido de gravedad para no decir muerto. Si seguía con vida, la vida no le dudaría mucho tiempo. Réquiem estaba claramente asustado, sentía miedo y allí que se acercó a la enorme bestia para tratar de taponar algunas de las heridas – “Ayu…darlo…” – le costaba pronunciar las palabras, toda esa situación se le estaba haciendo cuesta arriba.

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17/11/2018, 09:09
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Podía sentir como las energías arcanas se densificaban en torno a él. El intercambio era inminente. Por un instante le pareció sentir la presencia del Hombre Andrajoso y lanzó un tajo precipitado que se perdió en el aire. Su débil corazón latía a un ritmo que su viejo y ajado cuerpo no podría soportar. Se obligó a calmarse para evitar que le diera un infarto, trató de pensar con claridad y por un momento creyó comprender algo que se les había escapado tanto a él como al cabeza de la familia Mykephoros durante largos años de conversaciones y búsqueda. Se dirigió al resto con voz angustiada temiendo no tener tiempo de contarlo:

-Decidle... decid a Konrad que...

Las nieblas le envolvieron y le arrebataron de aquel plano con violencia.

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17/11/2018, 09:22
(CC) Cazador.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SALIENDO A LOS TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Durante el encuentro con Vesoriana, el joven cazador se había mantenido en silencio, abrumado por lo que sus ojos estaban viendo pero que su corazón aún no podía creer. Iba a tardar mucho en asimilar lo vivido en aquellos momentos. Cuando emprendieron el camino de regreso a Ravengro, Cosmin se permitió respirar aliviado. No obstante, esa sensación desapareció al instante al aparecer de nuevo esa maldita niebla amarilla.

Vio cómo desaparecieron de forma repentina primero Nigromante y después Anciano Sabio, sin tiempo para despedidas. Su primer instinto fue preparar el arco, pero las flechas de nada servían contra un peligro así. Solamente le quedaba desearles lo mejor en silencio. Estaba claro que en el otro lado la situación era crítica.

En lugar de aquellos dos compañeros estaban ahora Janos y finalmente Konrad, pero transformado. -¡Señor!, gritó y se agachó para intentar ayudar al hombre que le había tratado bien y le había concedido esta segunda oportunidad en la vida. Estaba gravemente herido y necesitaba cuidados urgentes.

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17/11/2018, 16:43
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Fue como despertar dos veces del mismo sueño. Primero, desperté literalmente cuando salí de la inconsciencia. Creía recordar imágenes de un monje de ojos vendados, y de Konrad transformándose en Bestia. No podía llegar hasta ellos, pues había algo que me lo impedía: El Saltador.

La rabia me inundaba y las manos me ardían al contacto de la madera del mango de aquel hacha. El hacha, como un ser vivo independiente, tiraba de mí. Quería clavarse en aquel espíritu. Sí, aquella era la solución. Era lo que me separaba de Konrad, y de los demás. Las manos sin rostros definidos que me sujetaban por fin me dejaron marchar, y yo sólo tuve que seguir al hacha. Un salto, y allí estaba, al borde de aquel pozo. No sé cuántos golpes di, ni qué fue lo que ocurrió, pero finalmente El Saltador fue atrapado por aquel hacha maldita.

La rabia que sentía perdió fuerza, pero aún no sentía que todo estuviera terminado, arreglado. Quise mirar a mi alrededor y mis pupilas distinguían rostros, ahora sí, familiares, pero que no encajaban del todo. Los conocía todos, pero algunos no debían estar ahí. Me sentí extraña, pero finalmente vi a Gruñido, y eso terminó de tranquilizar la mente aún atrapada por la maldición.

- Vesorianna. - Conseguía ya distinguir palabras. - Ven conmigo. - Todos iban en una dirección, y sentí que debía seguirles. Confusa y desorientada, sólo pensaba en no quedarme allí sola.

- Tharath. - Por fin el tacto nudoso del pelo de mi familiar. Todo volvía a su sitio. - Vamos.

- Vesorianna. - Sí, era ella. Ella me quitó el hacha de las manos, y sentí que de repente pesaba varios kilos menos. Y volví a despertar, y empezaba a entender que algo había ocurrido.

Aire... - Deseaba volver a sentir el frío del invierno. Tener tanta piedra alrededor me tenía la cabeza embotada.

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17/11/2018, 17:07
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, SALIENDO A LOS TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Pensaba que salir al exterior era lo único que hacía falta para terminar con todo y sentirme bien de una vez. Pero no. Jamás podríamos huir de aquellas nieblas.

Primero, Janos, cuya aparición me sorprendió, pues no tenía constancia de que se hubiera ido. Seguía procesando información, y por fin entendí que algunos de mis compañeros se habían intercambiado. Dyonisius se había ido y en su lugar, Janos volvía con nosotros. Malherido, como cabía esperar tras las nieblas.

- Apartad.

Aún me quedaba algo de magia. Miré al lobo de forma cómplice, y canalicé la curación hacia el escudero.

- Sé que no te va a gustar, pero si tu diosa no te sana, tendrá que hacerlo mi dios.

Tharath torció la cabeza en un gesto divertido. Miré entonces a mi alrededor, por ver si alguien más necesitaba mi ayuda, y entonces noté otra ausencia.

- ¿Konrad? - Dije mirando a Sebastián.

Y como si le invocara, nuevas nieblas envuelven al anciano y en su lugar aparece Konrad. O la Bestia. Casi irreconocible. Entonces, algo que no era común que sucediera, ocurrió, y las siempre en movimiento violáceas pupilas se quedaron clavadas en él, y cerré los ojos con fuerza, pues no era la transformación de Konrad lo que yo llegaba a ver, si no algo mucho más terrible.

- ¡¡¡¡PLATA!!!

Despertada de una pesadilla, pero sin haber dormido, miré el cadáver de Gabriel, buscando con la mirada sus dos dagas de plata. Pero primero debía intentar ayudar a Konrad, así que rápidamente me arrodillé junto a él y me dispuse a darle una de las pociones que guardaba.

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17/11/2018, 22:10
Historias de Horror.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Alterada por la extraña pesadilla diurna que acaba de tener, busca, sin encontrarla, la manera de ayudar a su amo Konrad, quien ya se está destransformando y sigue inconsciente, pero al menos ha sido estabilizado por Janos con ayuda de Enterrador y Cazador.

Entonces llegan las nieblas una penúltima vez, y esta vez hay una cualidad extraña en ellas, parecen débiles, lentas y rielantes, como si su poder estuviera muy próximo a agotarse por completo.

Las nieblas se llevan a Enterrador, justo en el momento en que ya se encontraba plenamente preparado para ello, y traen en su lugar a un agonizante Doctor Querio Vandel. El parapsicólogo está inconsciente y ensangrentado, le faltan largas tiras de piel en el pecho y la espalda.

Notas de juego

// Sale de escena: Enterrador. - Sigue en: Asilo de Briarstone.

// Entra en escena: Doctor Querio Vandel. - Procede de: Asilo de Briarstone.

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18/11/2018, 15:54
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

El combate ya había empezado en el otro lado, no era consciente de lo que sucedía en el asilo pero visto lo visto se podía apreciar la atrocidad de batalla que estaba sucediendo. Réquiem pudo ver con sus propios ojos las desapariciones de sus compañeros, mostrando a Konrad, Janos y Querio en estados agonizantes, cercanos a la muerte. Gracias a Sascha, Gruñido, Cazador, que actuaron con celeridad, lograron hacer que las tres personas se mantuvieran con vida por el momento. Janos al incorporarse y recuperar el conocimiento no dudó en ayudar a su hermanastro Konrad. Si hubiera sido por el bardo, todos hubieran muerto, estaba paralizado y hasta que no pasaron varios segundos no pudo volver a reaccionar.

Su mente empezó a trabajar, necesitaba actuar para sacar el máximo provecho de la situación, no era inteligente pero la presente escena pedía a gritos acciones para no seguir estancados. El dramaturgo se acercó a Gruñido  y le entregó una Poción de Restauración Menor. Hace tiempo que no sabe nada de Velkan, que no siente su estado, pero en la prisión sintió una sensación en la que Velkan se encontraba bien pero estaba siendo castigado mentalmente, tal vez no tanto como el bardo pero si lo suficiente para empezar a sufrir. De eso ya había pasado tiempo y el estado del guerrero en esos momentos era irreconocible, no sabía que le estaba pasando a Velkan.

- “Gruñido, si me intercambio con Velkan, dale esta poción y si tenéis más dárselas, creo que mentalmente está sufriendo mucho el bárbaro"

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19/11/2018, 02:33
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Un frío gélido y la horrible visión del dios de Sascha me despiertan de golpe, pero sumamente recompuesto. Me siento incluso mejor que como estaba antes de que el Hombre Andrajoso rasgara mi vientre con su garra. Pero frente a mis ojos no está el enemigo extraplanar ni aquellos con quienes luchaba, sino que está la prisión de Piedra Alzada. Mis otros compañeros están frente a mí y, aunque me alegro de verles, la idea de dejar al resto, a mi maestro, contra aquel temible enemigo, me llena de profundo pesar.

"Le fallé, maestro, le fallé."

Pero no tengo tiempo para compadecerme de mí mismo pues apenas me voy incorporando, Anciano Sabio es arrebatado por las nieblas, que dejan a un moribundo Konrad en su lugar. Veo que está demasiado cercano a la muerte, por lo que me arrastro rápidamente a su posición mientras intento estabilizarlo. Enterrador y un hombre que no conozco, están intentando ayudarlo. Tomo rápidamente unas vendas y las utilizo para comprimir las heridas, mientras aprovecho las manos extras para hacer más presión en los sectores heridos más afectados.

Después de pocos segundos, la hemorragia de Konrad se detiene, así como su transformación. Suspiro, aliviado de saber que el noble vivirá un poco más, aunque no tengo realmente los medios para brindarle más sanación. Mis poderes están completamente agotados desde hace horas y no tengo mucho más con qué aportarle.

Pero, sin darnos ninguna piedad, Enterrador desaparece para dejar en su lugar a un moribundo Doctor Vandel. El parapsicólogo es atendido rápidamente por el grupo, volviendo innecesaria mi intervención. El Hombre Andrajoso está cebándose con el grupo completo y cabe la posibilidad de que vuelva a ir al otro lado si es que aquel Nigromante es abatido. Ir a aquel lugar es como una pesadilla, pero en el fondo lo deseo, pues no podré continuar tranquilo sabiendo que Gheorghe está luchando sin mi ayuda contra el temible Hombre Andrajoso.

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20/11/2018, 03:00
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Me pongo de pie y recojo mi cimitarra. Tengo la sensación de que no la volveré a usar en un tiempo pues las últimas apariciones de las nieblas amarillas han sido tan débiles que dudo mucho que vuelvan a por mí otra vez. El asesinato de los Oneirogen ha disminuido su número en el sanatorio y eso ha de significar que no habrán más transposiciones aunque se den las condiciones que las habían causado hasta ahora.

Suspiro, intranquilo de saber que quizás no volveré a ver a mi maestro y el futuro es incierto:

"Sarenrae, por todo lo que más quieras y aprecies de tus fieles servidores, cuida de Gheorghe donde sea que esté. Juro servirte hasta mi último día con un fervor sin igual, mi alma es tuya, pero protege a mi maestro por mí, ahora que los poderes oscuros me han alejado de él."

Miro al resto y vuelvo a fijarme en el hombre extraño. Me acerco a él y le ofrezco la mano a modo de saludo:

 - "Buenas, buen hombre. Mi nombre es Janos Dimitriev Mykerinos, servidor de la gloriosa diosa solar, pero no sé quien es usted y que giros del destino le ha traído a este oscuro lugar, pero agradezco de antemano cualquier papel que haya jugado en ayudar a este grupo de buenas personas durante mi ausencia."

Espero a que me responda pues me gustaría mucho saber quien es el que está junto al grupo y como ha llegado hasta aquí. Su rostro es misterioso pero estoy seguro de que ha visto varias batallas y es un veterano completo. De seguro alguien muy útil en situaciones peligrosas como esta.

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20/11/2018, 21:42
(CC) Cazador.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

El joven miró la mano tendida del hombre que se había identificado como Janos. Los nombres de su familia dieron una idea de su noble cuna, y por su forma de hablar parecía un hombre de fe. -Cosmin. De Clover's Crossing, dijo y estrechó la mano algo temeroso. -Me suelen llamar Cazador. No es que sea un gran cazador de monstruos, la verdad sea dicha. Pero me gustaría convertirme en uno.

Cazador estaba algo incómodo. El rostro de Janos le era familiar, pero él no se acordaba de su breve encuentro en la plaza en aquel juicio infame. -El destino me brindó una nueva oportunidad en la vida. El destino, y el señor Konrad. Le debo mucho, sin duda.

A continuación se acercó nuevamente a Konrad. Había recuperado su forma humana, pero seguía inconsciente. Necesitaban trasladarlo a Ravengro.

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21/11/2018, 15:28
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

El cuerpo del bardo temblaba de miedo un nuevo ataque mental azotaba su mente como una tormenta en el medio del mar. El miedo era perceptible en su rostro, el temblor de sus manos impedía que pudiera sujetar con firmeza su espada ropera. Réquiem sabía que Velkan estaba sufriendo, sintió una sensación de terror y miedo que se apoderaba de todo su cuerpo.

<< No va bien… van a morir todos, no lo lograran. ¿Qué puedo hacer? Yo… yo… >>

Apretó los dientes con los ojos cerrados mientras su mente no dejaba de pensar y recibir todo tipo de sensaciones horrorosas.

<< No puedo… no puedo… >>

La calma lo invadió, su cuerpo quedó paralizado y sus ojos se fijaron en la tierra que había bajo sus pies, tras unos segundos que fueron para él eternos comprendió todo lo que iba a suceder, sabía que pronto iba a ser engullido por esas nieblas e iba a ser su fin. La muerte estaba acechándole y era algo que en sus últimos días era lo más normal, muerte y más muerte, aunque fueran sus enemigos la crueldad era palpable, todos los seres que habían perecido en las batallas dejaban rastro de sacrificio. La muerte había sido el pan de cada día, el mundo en el que vivía era cruel y esta vez iba a ser su hora. Réquiem lo había comprendido, más bien lo había aceptado, pero una cosa la tenía clara y si iba a morir iba a ser luchando.

Con la mirada fija en un punto se acercó sin mostrar sentimiento alguno hacia Gruñido, el cochero tenía intenciones de volver a Ravengro a por el carruaje. El dramaturgo le ofreció su manuscrito inacabado de obras de teatro macabras – “Gruñido, si no sobrevivo, enterrarlo junto a mi madre. Cuidad de mi hermanastro."  - dedicó una breve mirada hacia Konrad y Sascha.

Se apartó un poco del grupo y guardó su espada ropera para sacar las dos dagas de plata que le había entregado Sascha.

<< Es el momento… >>

Sujetando con firmeza las dos dagas el maltrecho cuerpo del bardo, delgado y bastante desnutrido dejó salir la rabia y locura que tenía acumulada.

<< Todos están luchando, no puedo quedarme sin hacer nada. Debo de intentarlo, no... he de intentarlo no tengo que preocuparme por lo que me pueda pasar si… si… ya estoy muerto…  ¡He de luchar! >>

Réquiem empezó a reclamar a grito limpio que las nieblas volvieran a por él – “¡VENID A POR MÍ! ¡MALDITAS NIEBLAS AMARILLAS VENID A BUSCARME! ¡INTERCAMBIARME POR VELKAN! ¡MALDITO HOMBRE ANRAJOSO VOY A ACABAR CONTIGO! ¡DEJA A VELKAN!“ – de una forma u otra sentía parte de lo que estaba padeciendo el gran bárbaro. Intentó recordar la sensación que sintió en los anteriores intercambios, buscando la misma mientras sus ojos derramaban lágrimas y su voz seguía a grito – “¡VELKAN! ¡DÉJATE LLEVAR Y VUELVE! ¡TAL VEZ VUELVAS A TENER OTRA OPORTUNIDAD!” – allí que gritaba mientras flexionaba las piernas.

- “¡MALDITAS NIEBLAS VENID A POR MÍ!” – un grito mezclado de rabia y terror surgió de su garganta.