Partida Rol por web

Tras la despedida de Janos, Querio se queda patidifuso mirando a Konrad.

¡Pero qué morro! Aún por encima de que Janos no ayuda, nos pasa por las narices que se va a dormir. ¡¿Qué clase de juventud nos va a suceder?! Panda de vagos inútiles...

Bueno, por lo menos el escudero les cura, que ya es más de lo que hace el Doctor Vandel, pero técnicamente la magia curativa proviene de Sarenrae, que es como decir que de nuevo Janos se aprovecha del trabajo de los demás.

Querio empezó ojeando los tipos de formularios. Lo mejor era hacer montones por temáticas, y luego ojear del tirón "solo" las fichas de los cientos de presos y los atestados de pertenencias, que era lo que más les incumbía.

Parte de baja por enfermedad, funcionario Rhode Payton... Intendencia, solicitud de compra de diez sacos de harina de centeno... Parte de baja por enfermedad, funcionario... espera. Funcionario Rhode Payton. ¿Otra vez? ¿Y datado en el mismo mes del mismo año? A eso me refería, Konrad, hay gente que se la rasca. Se la rasca mucho. Este guardia, Rhode Payton, debía ser un caradura de mucho cuidado... ¡Eh! ¡Encontré otro papel de ese tipo!-y leyó-Recibo de cien monedas de oro a la viuda de Rhode Payt... Oh.

El Doctor Vandel se santiguó a modo de disculpa con el espíritu de Rhode Payton, por haberle juzgado prematuramente. Seguramente la enfermedad que le impedía venir a trabajar fue la que acabó con su vida. No era un vago parásito, un funcionario de los de rascarse el ombligo y trabajar poco. Hasta podía imaginárselo como un amante esposo que vino a trabajar después de la primera baja para sacar adelante a su familia, y recayó, con lo que tuvieron que volver a darle la baja, una baja de la que no se recuperaría. Una baja que acabó con él bajo tierra. Por lo menos estaría enterrado en el cementerio de Ravengro, y se había evitado el mal trago de morir en el incendio y condenar a su fantasma a vagar eternamente por las ruinas de Piedra Alzada.

Prosiguió leyendo papeles y colocándolos en pilas, algo más apesadumbrado que al principio.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

El registro de los papeles iba a llevar tiempo, unas cuantas largas horas. Unas horas que podrían aprovechar para descansar, pero viendo que el doctor se dedicaba al estudio de los papeles, y que el resto rápidamente se habían decidido por descansar lo que pudieran, sólo le quedaba una opción. Alguien debía hacer guardia. Y ese alguien iba a ser él. Ya había ocurrido en el manicomnio, pero no pasaba nada, estaba acostumbrado a las largas vigilias de guardia en el Castillo Firrine. 

Vandel bostezó de sueño.

Buenos días, Janos.

El Doctor Querio colocó un papel sobre una tela, con cuidado, luego dobló la tela sobre la hoja, luego colocó otro papel, luego dobló la tela de nuevo sobre la hoja... Poco a poco se iba creando una "lasaña" de papeles protegidos por el calzón de cuerpo entero de su muda de ropa. Si esa tela había resistido el deterioro de unos esfínteres flojos y avejentados, podría proteger el papel de cualquier amenaza.

Estos papeles de aquí están ilegibles-dijo, palmeando su "lasaña" de conocimiento-, y quiero llevarlas a Alendru Ghoroven, en el Pergamino Desplegado. Necesitan un tratamiento alquímico para restaurarlos, y si hay un laboratorio alquímico en Ravengró, posiblemente esté en casa de ese tipo.

Este montón de aquí es el de los papeles mohosos. Uno de los documentos sobre los cinco prisioneros que nos atañen está irrecuperable.

Y estos de aquí son los papeles que he logrado salvar: los registros de dos de los presos-tendió los papeles a Janos para que los leyera él si quería-. Propongo entrar en el almacén de los objetos, luchar contra lo que sea que nos espere allí, y volver a Ravengró a lamernos las heridas y procesar el resto de datos. Y dormir... dormir es la parte más mejor del plan. Nggggg...-cabeceó hasta caer dormido unos segundos, y luego volvió a despertarse, alarmado y desubicado-¿Eh? ¿Qué? ¿Qué me he perdido? Me tengo que ir con Gruñido a Ravengro, para restaurar unos papeles. Ya tendré tiempo de dormir algo en el carro.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Si por lo general ya me sentía bastante inútil intentando luchar contra no muertos, manos incorpóreas y objetos infundados en vida sobrenatural, cuando se habla de registrar papeles sólo pienso en ser una molestia y en provocarme un dolor de cabeza.

- Creo que... yo iré a descansar. Debo terminar de recuperar fuerzas, y preparar mis conjuros. Intentaré buscar algo útil que nos ayude más en la misión que ahora tenemos de bajar al sótano. No quiero imaginarme qué hay allí abajo. También habrá que comer algo. Si alguien tiene poca comida o agua, puedo compartir la mía.

Tras decir eso, salgo al exterior.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Al despertar, realizo mis oraciones nuevamente, esta vez pidiendo por su guía y apoyo para esta nueva jornada. No sé qué hayan encontrado después de la larga jornada de lectura, solo espero que no haya sido en vano. Cuando ya he terminado, me pongo la armadura lo mejor que puedo, para salir a donde están los demás.

Cuando llego a la oficina, veo que están aún en la labor y le pido a Gheorghe ayuda para terminar de abrocharme la armadura mientras escucho lo que el Doctor Vandel dice. Le respondo con calma:

 - "No depende de mí que volvamos, Doctor. Solo soy el escudero del Caballero Mykas y sigo sus órdenes con lealtad, pero recuerdo que la fantasma fue enfática en que el tiempo está en nuestra contra antes de que no sea capaz de contener a los espectros. Solo me alegro de poder decir que Sarenrae nos ha bendecido en este nuevo día con sus dones, por lo puedo sanarles en caso de ser necesario."

Me quedo ahí y espero a que el grupo decida. Yo seguiré a Gheorghe y me imagino que él tomará en consideración tanto la opinión del Doctor como de Konrad, pero yo estoy dispuesto a continuar nuevamente.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Allí dentro él era de poca utilidad mientras el asunto a resolver fuera cuestión de papeles. Echó un último vistazo a la estancia y confirmando que no tenía nada que hacer allí dijo.

—Saldré a ver a Gruñido y ver como están las cosas fuera. Volveré en un rato para hacer guardia y que podáis descansar algunos.

No dijo mucho más y se encaminó a la salida para ver a Gruñido. No había gestionado emocionalmente la información que había recibido sobre el Profesor Lorrimor y su asesinato, por eso prefería salir a tomar el aire y hablar con su hermano pequeño. Dicho eso volvió a andar a la salida para encontrarse con el semiorco y despejar un poco su cabeza.

Vandel volvió a bostezar.

Bueno, sobre la información conseguida...

Uno de los tipos, conocido como el Flautista de Illmarsh, tenía una flauta. Sí, obvio. También usaba un veneno paralizante llamado polvo de liche, y tocaba un réquiem a las víctimas intoxicadas mientras sus estirges les quitaban hasta la última gota de sangre. No se conoce el verdadero nombre de este asesino. Buscad eso... Una flauta, o un estuche con un polvo... Ese tipo de cosas.

Otro de los presos, el Merodeador de Musgo de Agua, o según Vesorianna, el Incursor de Musgo de Agua, era un enano. Mató a su mujer infiel de un golpe de martillo en la cabeza. Los remordimientos le hicieron reconstruír la calavera, pero faltaba un hueso, así que empezó a matar para conseguir un occipital que encajase. Se llamaba Ispin Onyxcudgel, y su última presa, una hija de un noble de Varno, se salvó gracias a que Ispin fue capturado. Buscad un martillo, o quizás una calavera de enana con una hendidura en forma de cuchilla, que sería la forma del hueso que falta.

Me temo que la información sobre el Saltador se ha perdido para siempre-se lamentó-. Pero con unas horas más de tiempo podríamos conseguir la información del Hombre Salpicadura y el Padre Charlatán.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Escucho lo que dice el Doctor Vandel acerca de las historias y posibles posesiones importantes del famoso Flautista de Illmarsh y del Merodeador de Musgo de Agua. No sabía de ellos pero me parecen terribles criminales. Estoy muy feliz de que hayan sido encerrados en su momento y estaré aun más feliz cuando seamos capaces de destruir sus esencias para que jamás vuelvan a aparecer en este mundo.

Asiento a sus palabras y le respondo:

 - "Eso es de gran ayuda. Probablemente hayan muchos objetos y dudo que en muy buen estado. Ahora que sabemos lo que buscamos, de seguro las encontraremos."

Miro a Gheorghe, en espera de sus instrucciones. Creo que podríamos ir a investigar por esas cosas para optimizar el tiempo pero quizás es más sabio esperar a que tengamos toda la información para realizar una sola incursión a esa bodega pues será peligroso y quizás no es lo mejor repetir aquella visita.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

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DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Gheorghe escuchó lo que el doctor Querio les relataba sobre aquellos criminales, con una mueca de desagrado creciendo en su cara. Desde luego, aquella escoria merecía el destino que tuvieron al acabar encerrados en aquel lugar, un largo castigo de la justicia a sus crímenes. Y merecerían seguir penando eternamente, aunque sabía que no tendría que ser aquí. Los dioses se encargarían de eso cuando enviaran sus almas al lugar donde debían estar.

-Bueno, ya sabemos aproximadamente qué dos cosas buscar. ¿Tú que opinas, Konrad?-le preguntó a su hermano, que aún no se había pronunciado-yo ya he dicho lo que opino sobre dividirnos, pero lo cierto es que saber qué otros tres objetos buscamos, o al menos una aproximación como con estos dos criminales, nos vendría bien.

Cuando su hermanastro le pidió su opinión le pilló tan de sorpresa que le costó empezar a hablar.

- Yo..bu-bueno...- No tardó en recobrar su compostura habitual, seguro de sí mismo.- Como ya he dicho, creo que Vesorianna está en una situación desesperada. Hemos podido ver que apenas puede contener la maldad de este lugar entre sus muros. Yo empezaría cuanto antes. Encontrar al menos uno de esos objetos y...bueno, ver qué pasa.- No es que fuera un plan muy elaborado, pero él no era el Profesor Lorrimor.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Agradezco a Gheorghe por ayudarme con mi armadura y pienso en las opciones que tenemos, así como en la decisión que parece que hemos tomado. Comento lo que pienso en voz alta, para ver si tiene alguna aceptación:

 - "Las energías en este lugar son sumamente hostiles e interrumpen cualquier clase de lectura mágica, pero quizás podamos utilizarlas para identificar los objetos. Si tenemos varios en frente y conocemos dos que están malditos, podemos intentar identificar ese patrón y extrapolarlo al resto de los objetos para saber cuales otros lo están. Quizás podamos trasladarlos a la oficina del Alcaide, donde hay menos interferencias psíquicas o incluso pedirle a Vesorianna que intente alejar el poder de los presidiarios de esa habitación por unos segundos. No sé si resultarán pero creo que es una opción que quizás podríamos utilizar."

Entonces escucho la flauta y entiendo que tenemos el tiempo en contra:

 - "Debemos movernos ya. El flautista podría aprovechar que estamos acá para atacar al pueblo y diezmarlo. No podemos permitir eso."

Desenvaino mi cimitarra y mi escudo, preparado para continuar, yendo a buscar esos objetos que podrían acabar con algunos de los espíritus que amenazan al pueblo y a nosotros mismos.

EXTERIORES DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Gheorghe escuchó a unos y a otros, pero ante el asunto de las estirges y la revelación de Gruñido, pareció palidecer de manera débil pero visible. ¿Uno de los espíritus había sido visto FUERA de la prisión? Eso era malo, indudablemente malo. Eso indicaba que no tenían para nada tanto tiempo, de hecho, quién sabe si ese se limitaría a unas pocas horas. El pensamiento de que la pobre Kendra pudiera correr peligro le perturbó sobremanera. Había jurado cumplir con las últimas voluntades del profesor. No podía fallarle así.

-Parece que nos quedamos sin tiempo. Si ese espíritu está en el exterior, es que no contamos ya con más prórrogas. Nos movemos. Ya-dijo, con un tono que no admitía réplica, mientras echaba mano de su espada y escudo y se encaminaba en busca de los objetos malditos. 

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Gheorghe y Konrad están de acuerdo en que lo mejor que podemos hacer en este momento es avanzar hacia donde se guardan los objetos. Me parece que es de una gran sabiduría y asiento conforme. Las palabras que mencionó Gruñido acerca de haber visto al enano ese del Musgo me parecen sumamente preocupantes pues en este mismo momento puede estar moliendo la cabeza de Kendra en nombre de su estúpida y morbosa cruzada. ¡Sarenrae nos salve de aquello!

Avanzo con el resto del grupo en completo silencio. Nadie dio ninguna opinión acerca de mi idea de intentar una detección mágica y supongo que es porque nadie sabe si realmente sucederá. Espero que el Doctor Vandel ni siquiera intente opinar de ello. No sé si mi paciencia podría aguantar sus desvarios.

Continúo mi camino siguiendo a Gheorghe hasta ponerme al lado de Velkan, en la entrada de aquel pasillo que él encontró y que pasa por detrás del anfiteatro. Al fondo parece haber otra puerta y ahí debería estar lo que buscamos.

Querio se aproximó a la puerta del almacén casi optimista. Casi. Pero era obvio que las cosas no iban a salir bien a la primera. La puerta resultó ser de hierro férreo, y la cerradura presentaba facilidades muy discutibles.

No puedo abrir esta puerta. Se escapa de mis capacidades y va más allá de la destreza manual de mis envejecidos dedos. No creo que encontrar una llave en un lugar tan grande sea factible. La pieza que abra esta puerta bien puede estar en cualquier lado, incluso en un lugar inaccesible tras el incendio.

No.

Se llevó los dedos a los ojos, para frotárselos y despejarse. Estaba cansado, añorando la comodidad de la cama de la casa de los Lorrimor. O tal vez fuese el ambiente opresor y la brujería de aquel lugar, que pesaba sobre sus hombros y lograba subyugarle.

Creo que tendríamos una posibilidad tratando de explorar la planta superior. Tal vez las rocas de mampostería se hayan desprendido arriba, creando un agujero por el que bajar a este almacén. Pero claro... está el problema del sonido de la flauta, que también viene de arriba.

Solo espero que de día el fantasma del Flautista de Illmarsh esté lo suficientemente debilitado como para no ser capaz de hacernos daño.

Contuvo la respiración para silenciar el ruido de la exhalación, y así apreciar mejor si el sonido de la flauta seguía flotando en el aire.

Gheorghe escuchó las palabras del doctor Querio con gesto grave, pues no eran precisamente buenas noticias. 

-Si esta es la sala donde deberían estar los objetos, creo que deberíamos seguir intentando dar con algún modo de traspasar esta puerta. La llave podría estar en el despacho del alcaide, quizás en la caja fuerte que encontramos-dijo el paladín. Podría tener cierto sentido que las llaves de un almacén así estuvieran allí, o quizás en algún puesto de guardia. Sólo esperaba que el difunto alguacil no las llevara con él cuando bajó al sótano. 

Velkan observó la puerta que Querio mencionaba y bufó. Una puerta no era un enemigo digno y se negaba a tener que retroceder por una simple puerta. Debía haber algún modo de poder abrirla para conseguir acceder al otro lado. Estaba seguro de que eso sería posible.

—Sí, si es una llave importante es posible que estuviera guardada en algún sitio seguro que no se viera afectado por el incendio y el paso del tiempo. Busquemos.

Pronunció aquellas palabras con rotundidad pero su intención estaba más movida por la negativa a darse por vencido contra una puerta que a la seguridad de que lo que hubiera dicho fuera cierto. Apartó su mirada con desdén de la puerta, no quería concentrarse en ella por más tiempo pero se prometió que la abriría.

—Habrá que buscar en zonas señaladas y que fueran importantes. Si eso no resulta siempre podemos subir al piso superior como dice el Doctor.

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Avanzo hasta el final del pasillo y de inmediato el grupo indica que aquella puerta es una impedimenta real pues parece ser sumamente robusta y con una cerradura muy difícil de sortear sin la llave. Pienso que tendremos que buscar aquella llave y para eso tendremos que separarnos probablemente, para lo que necesitaremos luz.

Suelto mi cimitarra y pronuncio una breve plegaria a Sarenrae para que me brinde un poco de su luz:

 - "¡Diosa mía! ¡Ilumina mis pasos y mi vista para que ninguna sombra oculte a tus enemigos!"

Toco el filo de mi cimitarra y esta comienza a brillar como si de una antorcha se tratase. En ese momento respondo al grupo una posibilidad que no parecen haber contemplado:

 - "A menos que el Alcaide mismo haya portado aquella llave y se encuentre en su cuerpo, en el nivel inferior."

Recojo mi arma y espero al resto, a ver si a alguien se le ocurre alguna idea aparte de ir al nivel superior a buscar a ciegas. Probablemente lo mejor que podríamos hacer es seguir explorando hasta agotar todas las posibilidades, aunque la caja fuerte en la oficina del Alcaide es una gran posibilidad.

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POR LA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Desde luego, lo que escondan aquí detrás, querían esconderlo bien.

Todos los que habíamos observado la puerta habíamos llegado a la misma conclusión, por lo visto. Demasiado robusta, demasiado bien cerrada. Por instinto probé a usar el pomo, pero la puerta no se abrió. 

Bueno, quizás sólo parecía cerrada...

Me sentí ridícula.

- Vosotros habéis visto una caja fuerte en el despacho del Alcaide, ¿verdad? Yo no llegué a entrar, pero ahora me gustaría echarle un vistazo. Quizás la llave está ahí... o quizás, como dice Janos, el Alcaide tiene ambas, allá donde esté... Tengo una pequeña idea inspirada en otra que tuvimos antes. Quizás pueda usar la tablilla para encontrar al Alcaide.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Sascha menciona aquella tabla ouija para intentar comunicarse con el espíritu del Alcaide. Arrugo el ceño de inmediato ante aquellas palabras, aunque lo relajo al instante que comienzo a hablar:

 - "Yo no recomiendo el uso de tales artilugios pero no me interpondré a ella pues confío en tu criterio y capacidades mas debo recordarles que Vesorianna mencionó que desde que los sectarios hicieron algo, el fantasma del Alcaide desapareció y perdió todo poder. Consideren que si alguien les contesta, lo más probable es que no sea ese buen hombre sino otra entidad."

Suspiro y al ver que Velkan va detrás del Doctor Vandel, hago lo mismo. Creo que lo mejor es registrar el sitio en busca de aquella dichosa llave antes que arriesgarnos a fortalecer algún espíritu maligno, de los que no parece haber pocos en este lugar.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Cuando habían puesto todas sus esperanzas en destrozar esos objetos ver que la puerta no se abría fue como si le echaran un jarro de agua fría.

¿Y ahora qué?- Registrar la enorme prisión en busca de la llave, enfrentarse al flautista en el piso superior, bajar al sótano, eran distintas opciones, aunque ninguna les aseguraba nada más que nuevos enfrentamientos con fantasmas u objetos animados.

Sascha, por su lado, proponía el uso de la tablilla del profesor. Había visto lo que le había pasado a la mujer al usarla en casa de Kendra y temía que allí, con todas las malignas energías que se acumulaban, el resultado fuera aún peor.

- Creo que esa tablilla y los frascos que contienen tienen que servir para algo. Si el Profesor se llevó algunas de esas ampollas de cristal sería por algo. Sin embargo temo lo que pueda pasar aquí al usarla.- De todas formas arriesgado era todo. Janos indicaba que posiblemente el Alcaide no contestara y su razonamiento le parecía lógico.- El Alcaide puede que no esté, pero quizá algún guardia o preso arrepentido que pueda decirnos algo útil, aunque dudo que haya quedado almas buenas a parte de la de Vesorianna. Por otro lado podríamos acabar de explorar esta planta, por si acaso. En la zona donde el hueco del montacargas había cedido había una puerta más. Tendríamos que pasar por esa zona gélida de antes, pero podríamos rodearla. Otra opción es enfrentarnos a ese flautista en el piso superior. Yo pensaba que su flauta la encontraríamos en la sala cerrada. ¿Y si  han recuperado sus objetos y la sala ya está vacía?