Partida Rol por web

Historias de Horror I.

SA: 2 - La Sala de Calderas.

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01/06/2017, 16:26
(SA) Nigromante (Dyonisius).

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.


La vívida pesadilla había desaparecido para dar lugar a una situación casi tan aterradora como la que habían vivido en sueños. El hecho, incontestable, que las personas que poblaban su pesadilla, fueran iguales a las que ahora le acompañaban, indicaba que no todo lo soñado había sido ilusorio.

Lo que sin duda debía haber sido aún más aterrador.

Pero lo cierto es que poco miedo guarda mi pecho, como si aquel que soy hubiera estado intoxicado de tanto error como para volverse inmune, o quizás, como si aquel que soy tuviera en el ánimo alguna deficiencia, alguna minusvalía, que le impidiere afrontar ese miedo con la misma intensidad que los humanos.

Su mente, por unos segundos, le conminó a encegarse en tales planteamientos, pero había quien le necesitaba. Una enfermera (¿y por qué sabía que era una enfermera? ¿y como recordaba palabras y planteamientos si no era capaz de recordar su propio nombre, y ni una palabra de su historia) parecía complacerse en realizar una autopsia en un paciente aun vivo. Era indignante.

El nigromante (sabía que era un nigromante, como sabía también conjuros, o lo que había visto en aquel sueño) se revolvió, notando la debilidad de su camisa de fuerza. Y los gritos del pobre torturado le dieron la ocasión para librarse por completo de sus ataduras.

No sabía su nombre, pero descubrió que no era un hombre de acción. Mucho tiempo tardó en poder salir de la celda, y aunque uno de sus conjuros logró acertar a aquel ser (de enfermera había mutado en el monstruo que con sus actos demostraba ser), el daño que le ocasionó fue escaso. Así las cosas se limitó a ese ataque, y a liberarse, no sólo a sí mismo, sino también a los que podían ser sus restantes compañeros. El de la celda de enfrente, primero. Luego, al anciano de la tercera celda.

En ese momento, el hombre que con las manos desnudas se había enfrentado a aquel ser y que mantenía contra ella dura pugna (un monje o algún otro tipo de artista marcial, le dijo esa voz en su cabeza) dio un salto portentoso y con una patada acabó con su vida. Y justo a tiempo, porque era evidente que estaba a punto de atacar a otro de sus acompañantes en aquel sueño.

El nigromante suspiró y miró a los presentes.

- No conozco mi nombre. Y se que os extrañará pero... justo antes de este incierto despertar todos estábais en mi sueño. En él, reconocí algunos objetos como propios. Sugiero que busquemos nuestras pertenencias tras liberar al último de nuestros compañeros presos, e intentemos abandonar este lugar. Es evidente que nada bueno se esconde tras estos muros.

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02/06/2017, 00:29
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

El Anciano Sabio aún temblaba en su celda, atrapado en aquella camisa de fuerza, la cual era una trampa mortal para el viejo ahora mismo. El recuerdo de su muerte en aquella locura de pesadilla todavía estaba fresca en su recuerdo, no podía olvidar las sombras acechantes, mientras que el cielo amenazaba con aplastarles y aquella niebla malsana los envolvía. Y aquella criatura, con sus cuchilla larga y dispuesta para la muerte, iba segando la vida de todos y cada uno de ellos hasta que le tocó el turno...

Pero ahora había despertado, y aunque tenía un regusto a bilis en la garganta, tuvo que tomar plena consciencia de la sitaución. Aquello era como una cárcel, hospital para dementes o ambos, donde aquella joven enfermera se lo pasaba en grande con el pobre desgraciado tumbado en aquella mesa de pruebas. Anciano sabio tenía la certeza de que la vida de aquel sujeto expiraría pronto.

La muerte no llega rápida ni lenta, tan solo en su justo momento, cuando Pharasma decida que las hebras vitales de cualquier persona han de ser cortadas, y las almas de los fallecidos guiadas a la morada de la reina de la muerte.

Mientras la enfermera acuchillaba a aquel hombre, el anciano intentó recordar infructuosamente algo más de su vida pasada, pero por mucho que lo intentase, todo se limitaba a aquel sueño vívido, unos supuestos compañeros de celdas a los cuales no recordaba, y una vida totalmente olvidada. Tan solo tenía la certeza de que de alguna manera servía a la diosa de la muerte, y que él canalizaba el poder de Pharasma a través de su propio cuerpo.

Mientras todos intentaban liberarse de sus amarres, y uno de ellos increpaba (Para distraer, supuso) a la enfermera, el anciano divagó por aquellos poderes que le concedía Pharasma, y unas palbras acudieron susurradas a sus oídos, por cuenta de un ente invisible y superior.

Todo guía da reposo a las almas en pena, y empuña el poder de la muerte para este fin.

El helor de la tumba manará a través de tu boca y manos, en forma del hielo de la muerte, y el agua pútrida del marjal, para castigar a los que disturben la sagrada tarea de la guía de almas.

Así que puedo convocar el poder de la muerte, y manipular el hielo y el agua a voluntad de Pharasma... Terminó por dilucidar, mientras algunos de sus compañeros ya estaban libres de sus amarres, y emprendían a puños contra la enfermera.

El viejo respiró hondo, y retorció sus delgados y huesudos brazos hasta poder liberarse de la presa de la camisa. No fue difícil, así que intentó intervenir. Para salir de allí había que colaborar.

Empezó a hacer el símbolo de la guadaña segadora, mientras recitaba unas palabras, de manera innata, como si los elementos acudiesen a él de manera espontánea.

-Conjuro el frío de la tumba- Señaló con un dedo a la criatura en la cual se había convertido la enfermera -Para devolver las almas corruptas al seno de la tierra- Un instante después, una luz azulada se arremolinó con violencia alrededor del dedo que apuntaba a la criatura, para transformarse en un rayo gélido, de un azulado grisáceo y mate, el cual impactó de lleno contra el hombro de la bestia, hiriéndola aún más.

Finalmente, tras otros tantos intercambios de golpes, el anciano volvió a intentar la misma acción, pero con un resultado muy diferente, ya que convocar de nuevo aquel poder, los extenuó demasiado, y su pulso alterado por el temblor del esfuerzo, le jugó una mala pasada. El rayo se estrelló inocuamente contra la mesa de pruebas donde yacía muerto aquel pobre hombre. La criatura, ahuyentada entre todos, corrió por su vida, para desaparecer entre las sombras.

-¡Eh, sácame de aquí por favor!- Gritó a aquel que tenía el manojo de llaves.

Una vez liberado, se frotó las manos, para que entrasen en calor, luego, intervino.

-Creo que todos estamos igual, tampoco recuerdo nada, tan solo una especie de sobrenombre, 'Anciano Sabio' parece ser el mio, cosa que no parece incierta, al menos la primera parte-

-Lo esencial es salir de aquí, o tened por seguro que moriremos- Finalizó señalando al hombre asesinado, mientras se acercaba a él.

Cuando llegó hasta él, le cerró los ojos y tras ponerle dos dedos en la frente, cerró los suyos y recitó.

-Acoge este alma perdida, que pronto va a tu regazo-

Volvió a unirse al grupo. Era débil y necesitaba de todos ellos para poder salir de aquella pesadilla.

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02/06/2017, 09:41
(SA) Tormento de Tinieblas.

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

Ayudar a matar para vivir, huir, escapar, una petición de ayuda. Tormento registró las diferentes reacciones y guardó silencio en aquel primer momento. Se acercó al hombre que desde su sarcasmo imploraba ayuda.

-Hablar no te ayudará. Guarda silencio y reserva tus fuerzas -dijo al único que aún permanecía suspendido de su camisa de fuerza. Maniobró con rapidez en las hebillas de su prisión de tela, liberándolas una a una. Cuando la última cejó en su prisión, sujetó al hombre por las piernas a la altura de los muslos y lo ayudó a bajar al suelo.

No esperó agradecimiento. Ignoraba dónde estaba. Ignoraba quiénes eran aquellos con los que parecía compartir un destino inmediato. Necesitaba saber. De forma metódica y pausada recorrió la cámara. Observó la mesa y el cadáver torturado, el cadáver del monstruo, las paredes, los sacos junto a la puerta. Cualquier cosa le serviría si le ayudaba a comprender.

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02/06/2017, 10:44
(SA) Nigromante (Dyonisius).

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.


- No recuerdo mi nombre, ni nada de lo que soy. Pero sí recuerdo lo que hacía: llamadme nigromante, pues el estudio de la muerte y de los perversos rituales para animar indebidamente a los fallecidos, y los medios para poner fin a dicho dislate, lo que se motivaron largos años de estudio... Aunque ahora sea incapaz de recordar tales estudios- una sonrisa triste y cansada aparece en los labios del hombre que, con un andar que, sin ser desagradable ni patizambo, sí llama la atención, se acerca hasta una gran cesta de mimbre, preguntándose si las cosas que vio en su sueño, y que reconoció como suyas, estarían allí.

Aprovecha también para mirar la daga que ha cortado a Requiem, por si fuera suya.

Sólo entonces mira a Anciano Sabio y asiente a sus palabras y a su plegaria.

- Ojalá supiera su nombre, sí. Quizás también él estaba ligado a nosotros de alguna manera. Que descanse en paz.

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02/06/2017, 11:50
SA: Los Eones son Extraños.

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

Examináis el lugar donde estáis. El suelo es de baldosas grises, parecen viejas. Las paredes son de piedra, pero están cubiertas de desconchada pintura blanca. El techo está a unos tres metros de altura con respecto al suelo, y hay bastante manchas de humedad. Hay una puerta cerrada (aunque no parece que con llave) al Este, es de madera y parece de buena factura.

Observáis que en la parte Oeste de la estancia principal en la que estáis hay escombros, como si hubiera habido un derrumbe reciente, o tal vez un temblor de tierra. No parece, sin embargo, haber ningún peligro inmediato de que la estructura se venga abajo. No hay ventanas.

Las tres celdas de barrotes, ahora abiertas, no parecen haber recibido mucho uso en el pasado.

Examináis el cadáver del "Paciente" que estaba siendo torturado por la "Enfermera". Es un hombre de mediana edad sin nada de particular. Por los restos de su uniforme, suponéis que podría ser un ordenanzas o un conserje. El objeto de la tortura no está claro, aunque Enterrador y Nigromante sospechan que la criatura Doppleganger trataba de cerciorarse acerca de la debilidad y fragilidad de la biología humana. Ninguno reconoce ni al muerto, ni la cara que tenía la "Enfermera" en su forma humana.

El "instrumental" utilizado no es digno de ese nombre, son dos partes de unas tijeras de podar rotas, y una serie de trozos de metal y de vidrio. Nada de eso es particularmente útil como arma, pues es todo menos eficaz que una daga corriente.

La "Enfermera" probablemente os subestimó, no os creyó capaces de liberaos por vosotros mismos de las camisas de fuerza, y probablemente esperaba que siguierais durmiendo o inconscientes durante bastante más tiempo. Su cuerpo es ahora una masa gris un tanto informe, en la que destacan sus garras. Sin duda una de estas criaturas podría destripar a un humano desarmado en cuestión de segundos. No lleva ningún equipamiento ni nada que os pueda ser útil.

Cerca de la puerta al Este hay sacos, que contienen paja seca. Entre ellos hay una cesta de mimbre que Réquiem ha abierto (y se ha cortado ligeramente con una daga que hay en su interior).

Registráis el contenido de la cesta de mimbre.

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02/06/2017, 12:08
SA: Enfermera.

- La cesta de mimbre contiene:

A) Anillo de Oro con Sello Feudal.

B) Daga Mágica.

C) Espada Ropera de Gran Calidad.

D) Estuche con un juego de ganzúas de gran calidad.

E) Farolillo encendido con luz continua.

F) Hacha con filo de plata.

G) Libro de Conjuros.

H) Lujosa Túnica Negra.

I) Medallón de plata con el símbolo de Farasma.

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02/06/2017, 12:10
(SA) Nigromante (Dyonisius).

- Lo reconozco... no sabría explicarlo... pero en el sueño, sí, lo reconozco. Esa túnica, y esa daga, y ese libro de conjuros, me pertenecen. Estoy seguro de ello. ¿Alguno recuerda el sueño? - a pesar de la seguridad de las palabras, había una creciente confusión. ¿Cómo podía ser todo lo que estaba ocurriendo? ¿acaso estaban de alguna manera a caballo entre dos mundos, igualmente reales pero que, de alguna manera, operaban a distintas frecuencias? ¿podría ser ese el motivo por el que no recordaba nada? 

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02/06/2017, 13:05
(SA) Tormento de Tinieblas.

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

Observó los objetos con contenido interés. De todos ellos solo reconoció uno, un recuerdo tan vívido como el argénteo brillo del filo de aquella hacha.

-Sí -respondió escuetamente a aquel que parecía acaparar la mayoría de los objetos allí presentes, objetos que por otra parte no le suscitaban interés alguno.

Dicho aquello tomó el hacha y la sopesó.

-Es mía -añadió. Miró la colección de rostros por si alguno ponía en duda su derecho a enarbolarla-. Y recuerdo vuestros rostros, aunque no me dicen nada. Y más allá, todo es negrura. Ignoro mi nombre, ignoro mi identidad, quién soy más allá de cómo puedan designarme. No sé qué hago aquí ni cómo he llegado. Ni siquiera si este es otro sueño del que deba despertar. Pero estas heridas son demasiado reales como para ignorarlas -pasó la mano sobre el fresco zarpazo, aún sangrante-. Si esa túnica es tuya, dame tus prendas. Necesito vendar esto.

Se acercó a la puerta.

-Es hora de decidir si vamos a seguir aquí dentro esperando a que alguien venga en su busca -señaló el cadáver de la enfermera metamorfoseada- o si nos marchamos. Unidos aún tendremos una oportunidad. En solitario, ninguna. Aun así, yo me arriesgaré si optáis por quedaros aquí.

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02/06/2017, 14:49
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

¡Por fin! Por fin alguien que le ayudaba en lugar de preocuparse de otros menesteres que en la egoísta opinión del detective eran menos acuciantes. Por ello Buscador recibió la ayuda de buen grado, aunque una vez llegó el momento de bajarle enarcó las cejas cuando las manos del extraño al que solo conocía en sus pesadillas, hicieron presa de sus piernas demasiado cerca de la zona opuesta a otra más sensible en la que no le hubiera gustado que la enfermera hubiera hecho uso de sus tijeras.

- Gracias. Muchísimas gracias- reiteró tan pronto sus pies tocaron  suelo.

Sin conceder demasiado valor a su agradecimiento, el desconocido se alejó buscando algo que el detective sabía que no iba a encontrar. Él, por su parte, se giró y mientras estiraba la espalda aprovechó para ver por última vez de dónde había estado colgado. Tras aquel estiramiento llegaron otros tantos con sus respectivos quejidos por parte de unas articulaciones que habían estado constreñidas demasiado tiempo.

Con el placer del último chasquido muy presente, se echó el pelo aun húmedo hacia atrás y se atusó el bigote antes de acercarse al grupillo que se había formado en torno a la cesta de mimbre. En su camino se topó con el cadáver del hombre que los había ayudado. En señal de respeto bajó la cabeza.

- "Lo siento. Y gracias. Sin ti no hubiera sido posible."

- Prefiero marcharme, la verdad- intervino tan pronto llegó junto al resto.- Luego, cuando salgamos de aquí, podremos buscar las respuestas que ansiamos, si es que no nos topamos con ellas en el camino de salida. En cuanto a estas cosas...- continuó mientras revolvía entre las pertenencias de otros sin llegar a reconocer más que una como propia.- Este estuche es mío.- Lo recordaba de la pesadilla, y precisamente por eso echaba en falta más cosas que por mucho que había mirado no había encontrado en la cesta.- Aunque si esta criatura no es la única por aquí, con gusto lo cambiaría por un arma...- añadió mirando con cierto desconsuelo a los utensilios de tortura.

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02/06/2017, 18:17
SA: Los Eones son Extraños.

LA SALA DE CALDERAS:

- Quien se ha dado a conocer como Nigromante, reclama tres objetos como sus pertenencias: la daga mágica, el libro de conjuros y la túnica de necromante, pero no ha recogido ninguno de los tres.

- El asesino de la Enfermera recoge el hacha con filo de plata y le reclama su pijama blanco a Nigromante.

- El que no pudo liberarse por sí mismo reclama el estuche de ganzúas, pero no llega a recogerlo.

- No habéis investigado el área contigua al Sur de esta zona de torturas ni habéis abierto la puerta que da al Este.

Notas de juego

- El hacha con filo de plata pasa a manos de Tormento de Tinieblas.

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02/06/2017, 18:45
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

Observó detenidamente a los reos que uno a uno se fueron presentando. No los había visto en su vida. Un momento, sí. En el sueño, recordó el hombre.

Pretendió presentarse él también, mas su nombre murió en su garganta y en su mente que se tornó en blanco. Desconcertado hizo esfuerzos para recordar, pero solo imágenes del pasado, desarrollando una serie de actividades en un cementerio, con muertos, fue lo único que obtuvo para lograr definirse.

Soy... soy un... ¿Enterrador?, descubrió sorprendido haciendo caso de su escasa memoria. Quedó pasmado al darse cuenta que los nombres del resto de los reos no eran más que seudónimos. Sin duda se encontraban en las mismas circunstancias que él. ¿Por qué ellos? ¿Qué tenemos en común?, se preguntó.

- Enterrador - dijo con tono grave, a modo de presentación. De una manera u otra todos estaban de acuerdo en salir de allí cuanto antes. Se abalanzaron sobre la cesta de mimbre que él, anteriormente, percibiera como contenedor que objetos llamativos. Uno a uno se fueron apoderando de diversos objetos y armas allí contenidas, afirmando que eran suyas.

¿No saben ni sus nombres y recuerdan si un objeto es suyo?, pensó mordazmente. Indiferentemente, el hombre echó un vistazo al cesto y algo le llamó la atención. Sorprendido, antes de darse cuenta, aferraba con su mano izquierda el farol como si fuese su lugar habitual.

La luz que emitió, iluminó las celdas y sala de tortura, proporcionando mayor claridad de visión. Su mirada se perdió hacia el lado sur de la sala y hacia el corredor del este, donde parecía terminar en una puerta.

Mientras pensaba proponer a los presentes una dirección en la qué moverse sintió que su mano derecha se encontraba... desnuda. La miró, abriendo y cerrándola. Observó las pequeñas marcas callosas y supo que esa mano estaba acostumbrada a blandir algo. Miró de nuevo en el cesto y al resto de prisioneros. Sus ojos se perdieron en la empuñadura de una espada y la empuñadura de un hacha que portaba un individuo con vendas. Y aun así no lo tenía claro. Indeciso, sin seguridad de si su mano derecha debía aferrar alguna de aquellas armas, esperó a que el resto escogiera. Tal vez por descarte obtuviera lo que su mano demandaba. O tal vez ni siquiera estaba allí.

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02/06/2017, 21:13
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

A pesar de lo que había dicho, a pesar de que creía que necesitaba un arma, tan pronto buscador rozó el estuche con sus dedos supo que no lo cambiaría por absolutamente nada. Era suyo y le pertenecía. No sabía cómo, quizá por la pesadilla, pero aquella sensación no podía resultar más real y sincera; era la única certeza en una existencia que desde que había despertado, y aun cuando dormía, había estado llena de incertidumbres.

Cogió el estuche y lo abrió. Pasó sus dedos por las ganzúas, sintió su tacto, y tan pronto lo hizo supo, o mejor dicho intuyó, que podría usarlas incluso con los ojos cerrados. Aquella sensación de seguridad le hizo sonreír, una sonrisa que no perdió mientras lo cerraba y que perduró durante mucho tiempo después.

- "No pocas veces la verdad se esconde tras puertas cerradas."

Aquel pensamiento llegó acompañado de un apodo, el único nombre que tenía y recordaba, el que mejor le definía.

- Bueno, caballeros, mientras se deciden a reclamar lo propio y si me disculpan: voy a hacer lo que nadie más puede hacer por mí. Si me necesitan pueden llamarme. Soy Buscador de la Verdad, o tan solo Buscador si el tiempo es oro.

Dio media vuelta y desanduvo lo andado dispuesto a explorar "el área situada al sur" de paso que buscaba un lugar con algo más de intimidad en el que poder vaciar la vejiga. Después de todo quizá no tendría otra oportunidad de hacerlo mejor que aquella si más adelante se veían obligados a huir a la carrera.

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03/06/2017, 00:14
(SA) Nigromante (Dyonisius).

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

Al ver que nadie se opone a mis palabras, tomo la daga mágica, el libro de conjuros y la túnica de necromante. Luego miro con curiosidad a quien con tan buena patada ha eliminado a la enfermera, y ante su petición, tomo una buena cantidad de los jirones de camisas de fuerza múltiples que hay por doquier extendiéndoselas al artista marcial.

- Creo que serán mucho mejores vendajes, pero si a pesar de todo quieres esta especie de pijama, también te lo daré.

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03/06/2017, 00:36
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

El viejo recogió el medallón de plata de Pharasma, lo limpió lo mejor que pudo con aquel pijama que llevaba puesto y se lo colgó al cuello, mientras murmuraba algo lo suficientemente bajo como para que nadie lo escuchara.

Luego se dirigió al resto

-Podemos presentarnos mientras nos ponemos en marcha, cada minuto aquí nos condena un poco más-

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03/06/2017, 03:50
(SA) Tormento de Tinieblas.

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

Negó con la cabeza al que pedía lo llamaran Nigromante.

-Bastará. Eso sí, ayúdame -pidió. Se quitó la parte superior del pijama, dejando al descubierto un pecho magro pero fibrado, marcado por cuatro surcos sanguinolientos. Cuando el vendaje estuvo adecuadamente dispuesto, volvió a ponerse la camisola del pijama-. Gracias -dijo como todo reconocimiento a la ayuda prestada y solicitada.

Su mirada vagaba en derredor. En los rescoldos de su pesadilla que no sueño, recordaba una túnica de monje como propia, un ropaje no presente entre los bienes del cesto. Quizás ausente, quizás repudiado por no valioso.

Miró al más viejo, aquel que había dicho recordar un apodo para designarlo y que pedía presentaciones.

-No puedo hacerlo pues no sé quién soy ni cómo me llamo. Cuanto recuerdo es esta sala desde que desperté en ella y vuestras caras de una pesadilla anterior a la presente. Y algo más. Un ansia, un deseo, una necesidad, quizá un destino o una misión. Protegerte -frunció el ceño confuso-. Pero fue antes. No ahora. Creo -dijo dubitativo.

Apartó la mirada, aliviado en aquel gesto, buscando su túnica.

-Aguardaremos a que el Buscador defeque antes de partir. Resta una espada y ese extraño anillo. ¿Nadie los reclama? Porque si nadie los pide y aun a sabiendas de que no me son útiles me los llevaré, pues aquí, abandonados, de nada sirven -sentenció.

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03/06/2017, 11:07
SA: Los Eones son Extraños.

LA SALA DE CALDERAS:

- Enterrador recoge un farolillo que proyecta una luz azulada. Parece mágico.

- Buscador de la Verdad recoge el estuche de ganzúas y se dirige hacia el Sur para explorar la zona anexa.

- Nigromante recoge el libro de conjuros, la daga mágica y la túnica de necromante. Le ofrece al monje o bien su pijama blanco o bien un vendaje con tiras de camisas de fuerza, el monje acepta lo segundo, si Nigromante le ayuda con el vendaje.

- El Anciano Sabio recoge el símbolo sagrado de Pharasma y se lo cuelga al cuello. Al hacerlo, siente que recupera la conexión con su diosa.

- El monje recibe atención médica de Nigromante.

Notas de juego

- El farolillo mágico pasa a manos de Enterrador.

- El estuche de ganzúas pasa a manos de Buscador de la Verdad.

- Nigromante recoge el libro de conjuros, la daga mágica y la túnica de necromante, que pasan a su poder.

- El símbolo sagrado de Pharasma, hecho de plata, pasa a manos del Anciano Sabio.

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03/06/2017, 12:18
SA: Los Eones son Extraños.

- El Buscador de la Verdad hace sus necesidades en el rincón del extremo Sudoeste. Después se da cuenta de que hay un gran horno apagado, hecho de hierro. Tiene una puerta cuadrada de metro veinte, que está abierta, mostrando sólo oscuridad en su amplio interior.

El Buscador le pide a Enterrador que acerque su luz para seguir investigando, cuando este aproxima el farolillo, dentro del horno pueden verse montones de ropas ensangrentadas, junto con basura dudosamente inflamable.

Buscador de la Verdad se adentra en el siniestro lugar, seguido por Enterrador, que ilumina con la luz de su farolillo encantado. El horno está frío. Buscador encuentra entre las cenizas varios huesos humanoides quemados, la mayoría le parecen humanos, y fácilmente pertenecían a media docena de cuerpos. Enterrador contempla silenciosamente los restos.

El detective se da cuenta además de que las chimeneas que ascienden fuera del horno son especialmente amplias. Una criatura pequeña podría pasar fácilmente por ahí, mientras que una mediana lo tendría más difícil. Hay junturas y remaches situados regularmente, por lo que una escalada sería factible.

Tras fijarse en eso, el detective investiga una pila de basura descartada cerca de la puerta del horno. Encuentra un violín enterrado entre ropas sucias y basura. El instrumento está remarcablemente intacto, aunque el arco no se encuentra por ninguna parte. Buscador examina su interior cuidadosamente, y habilidosamente extrae con dos dedos un trocito de pergamino enrrollado. Al desenrrollarlo muestra el nombre "Auseil".

El Buscador revuelve un poco más entre las cenizas y ropas sucias y encuentra diversos objetos útiles.

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03/06/2017, 12:40
"Los Pecados de los Padres".

BUSCADOR DE LA VERDAD:

- "Tesoros" tirados a la basura hallados en el interior del horno de hierro apagado:

A) Cajita de madera con material de escritura.

B) Espada Corta.

C) Manuscrito de Obras Teatrales.

D) Maza Pesada.

E) Skane (daga ceremonial de la iglesia de Farasma).

F) Vestimenta de Monje.

G) Viejo libro de plegarias de Farasma.


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03/06/2017, 15:04
(SA) Tormento de Tinieblas.

ESTACIÓN DESCONOCIDA, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO, MES DESCONOCIDO.

HORA DESCONOCIDA, LUGAR DESCONOCIDO.

Gruñó decepcionado. La túnica no aparecía y parte del grupo parecía sumergido en una especie de marasmo. Echó un nuevo vistazo a los objetos pendientes de ser reclamados y a aquel que aún no había reaccionado. Decidió darle tiempo para reaccionar.

Pasó una mano por su pecho recién vendado y apretó suave y firmemente la herida. Una oleada de fuego lo atravesó sin que emitiera un solo gemido. Lo hacía sentirse vivo.

Se acercó a la puerta que les permitiría iniciar su camino hacia la libertad y la abrió precavidamente, atento a lo que pudiera haber más allá de la hoja de la misma.

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03/06/2017, 17:57
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

Con un par de botes el detective hizo caer las últimas gotas. Su vejiga lo agradeció de tal manera que Buscador no pudo evitar soltar un suspiro al sentir una liberación que había sido por mucho superior a la experimentada cuando por fin escapó de la camisa de fuerza. Y es que si había algo que no se podía olvidar, y que si se olvidaba no tardaba en recordarse, era que había pocas sensaciones más molestas que la urgencia del mear ni más placenteras que poner fin a la urgencia.

Nada más terminar se agachó para recoger un pedazo de tela con el que se secó la mano y que volvió a arrojar al suelo cuando terminó de usarlo. Había llegado el momento de revisar el horno.

Buscador se acercó a él y lo observó interesado. Su imponente presencia aun estando apagado lo convertía en el protagonista indiscutible de la sala. Pero al detective no le costaba imaginárselo como el enorme monstruo de fuego que era, de incandescentes entrañas y aliento abrasador para aquellos que se acercaran demasiado a su boca. Fue a esa boca a la que precisamente se acercó sabiendo que todo monstruo de gran tamaño tenía un apetito voraz y que no resultaría extraño encontrar en su interior los restos de aquello con lo que había sido alimentado. Si bien antes...

Buscador se asomó por la esquina en busca de los que seguían reunidos en torno a la cesta.

- Enterrador, ¿no?- lo llamó con una voz, buscando la confirmación que obtendría cuando al que buscaba se girara.- ¿Podrías venir, por favor? Y tráete el farolillo, lo voy a necesitar- añadió antes de volver a desaparecer tras la esquina.

Tan pronto llegó con lo que se le había pedido, Enterrador encontró al detective de culo y a medio engullir por el horno. Desde su interior el hombre se giró al escuchar los pasos a su espalda. Le recibió con una amplia sonrisa blanca que contrastaba con el rostro negro por el hollín. Con un gesto de la mano le invitó a que se acercara.

 - Por favor, alúmbrame.- Tosió, y con el antebrazo intentó quitarse el polvo de la nariz.- Creo que hay algo aquí.

Y claro que había, y mucho, pero nada que no hubiera esperado porque desde el momento en el que había visto el horno había sabido que era el lugar adecuado para deshacerse de lo que no debía ser encontrado; el lugar en el que hubieran acabado todos de no haber escapado. Fue al alzar la vista cuando descubrió algo que sí podía ser de utilidad: el ancho de la chimenea y la claridad que se veía más arriba.

Salió fuera y tras sacudirse un poco el hollín, habló.

- Ahora te toca a ti. Pasa y no te preocupes de lo de abajo. Son solo huesos.- Sí, humanos, pero suponía que los huesos no preocuparían a alguien que se decía "enterrador", pero por si acaso...- Me interesa lo de arriba: la chimenea. A ver qué te parece a ti. Podría ser una salida. ¿Eres buen escalador?

Tan pronto entró, Buscador aprovechó que estaba fuera para coger un trapo con el que poder limpiarse algo mejor. Al hacerlo encontró algo que no esperaba: un violín que al moverlo delató la presencia de un papelito en su interior.

Con aquello en la mano se decidió a buscar más concienzudamente entre toda la mierda con la esperanza de hallar más tesoros, y más tesoros fueron hallados entre basura y polvo. Dos de ellos eran suyos con total seguridad pues al tocarlos sintió el mismo gozo que había encontrado al coger el estuchito de ganzúas.

- "Piezas para el puzle de mi vida y mis recuerdos."

Se ciñó la espada como pudo y guardó con primor el estuchito de escritura antes de sacar el juego de ganzúas pues tenía intención de usarlo. Luego hizo un montón con todo lo encontrado, salvo el violín y lo que se había apropiado, antes de aparecer de nuevo por la esquina para llamar a los que permanecían parados.

- Aquí hay más cosas. Venid.

Volvió a desaparecer y tras sentarse en el suelo en espera de que llegaran, se valió de las ganzúas para hurgar en el violín en busca del pergamino que había dentro.

- ¿A alguno el nombre "Auseil" le dice algo?- preguntó cuando lo sacó y pudo leer lo que en él había escrito.

Notas de juego

- Manuscrito de Obras Teatrales.
- Maza Pesada.
- Skane (daga ceremonial de la iglesia de Farasma).
- Vestimenta de Monje.
- Viejo libro de plegarias de Farasma.