Partida Rol por web

Historias de Horror I.

SA: 5- El Ala Este.

Cargando editor
22/03/2018, 23:50
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Enterrador abrió la puerta con cuidado, preparado ante cualquier cosa. La habitación oscura se iluminó y observó barreños, pilas de ropa sucia, algo de ropa limpia doblada y olores entremezclados a almizcle, ocre y detergente. A limpieza, suciedad y muerte.

Era, claramente, un almacén de ropa sucia. Tendido a pocos pasos encontró un cadáver. Lo iluminó y descubrió que era una mujer con los ojos abiertos, sin vida, y numerosas heridas punzantes causantes de su muerte. Observándola discernió la armadura de cuero endurecido, puesta con prisas, y las diversas heridas y contusiones variadas, obtenidas a lo largo de cierto tiempo. Probablemente aquella mujer se sacrificó atrayendo la atención de los cultistas o lo que fuera, que la apuñalaron en diversas ocasiones, a lo largo de cierto tiempo.

Cayó en la cuenta de las gotas de sangre seca, en pequeño reguero, que creaban un sendero desde la puerta y sin duda se extenderían más allá, hasta la gran sala. Probablemente la valiente mujer debió sacrificar su vida, conteniendo a los fanáticos y ganando tiempo para que los enfermos escaparan. Después, mortalmente herida, debió arrastrarse hasta al almacén para morir en soledad.

Paso su mano sobre sus ojos abiertos y cerró sus párpados, otorgándole un rostro más apacible y de descanso.

- Descansa en paz - susurró el enterrador, acostumbrado a repetir aquella frase, aunque no lo recordara, y que aun así brotó de sus labios por costumbre de muchos años. Fijó su atención, posteriormente, a su armadura, a una capa muy llamativa y un cinto con dos redomas intactas. No había arma, posiblemente perdida durante el combate en el salón y ahora, tal vez, en manos de algún cultista -. Seas quien seas, lo siento, pero necesitamos tu equipo. Y gracias por tu sacrificio y los regalos que nos proporcionas - dijo a la fallecida. Y sin dudarlo, comenzó a desabrocharle la capa, la armadura y el cinto. Sin duda iban a necesitarlos.

Cargando editor
23/03/2018, 23:23
(SA) Nigromante (Dyonisius).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.


- Maldita sea- gruñó Dyonisius al ver el cuerpo de la mujer, muerto- ¿no va a existir forma de parar el espectáculo de horrores y fallecidos? ¿cual es el propósito de todo esto? Maldita sea- repitió, dejándose llevar por la ira y mirando, por unos instantes, a la fallecida con ojos llenos de rabia. Luego, sin embargo, el mago logró recuperar la calma, y tras unos segundos, rezó a Pharasma por la pobre mujer fallecida, probablemente luchando contra enemigos adoradores de dioses que sólo buscaban su destrucción. No era, sin embargo, momento para estériles lamentos, y el nigromante invocó sus habilidades de detectar magia para comprobar si había algo en el lugar que pudiera favorecer al grupo. Y hecho esto, sacó de su bolsillo un amuleto- He descubierto la función de varias de las cosas que localizamos en este lugar. Entre ellas hay varias pociones para curar la resaca, algunos pergaminos para curar parálisis, un pergamino de astucia del zorro, que debe tener Sebastian Moro para, en su momento, usarlo sobre sí mismo o sobre Tormento de Tinieblas y este amuleto de armadura natural. ¿A quién le vendría bien?

Cargando editor
24/03/2018, 00:47
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Tras escuchar las explicaciones de Nigromante sobre qué es cada cosa, el enterrador fija su atención en la armadura de cuero de la fallecida.

- Si nadie la desea... pediría poder llevarla. Si es que me entra - comentó, haciendo indirectamente reseña sobre su posición en vanguardia y foco principal de los primeros ataques cada vez que abre la puerta durante la exploración.

- Los preparados alquímicos de resaca... servirán principalmente para eso. Si alguien siente un agotamiento mental y lleva muchas horas sin dormir y no puede permitirse hacerlo, como es el caso en este complejo, son idóneos - indicó. Respecto a la pregunta de armadura natural el forense opinó abiertamente -. Para alguien que no se capaz de portar una armadura adecuadamente, tal vez - afirmó mirando al propio Nigromante y finalmente a Tormento.

Cargando editor
24/03/2018, 14:22
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Sebastián Moro tomó los pergaminos que le tendía Dyonisius y, una vez Anselmo cogió las pertenencias de la mujer y la cubrió con una sábana, sobrecogido por su coraje y su sacrificio, pronunció una oración para guiar su alma hacia Farasma y dirigió unas palabras a sus compañeros -- Esta mujer dio su vida por una causa y proteger a los débiles. Hemos de tomar ejemplo de ella y enfrentarnos sin el menor atisbo de duda o temor al mal que atenaza este sanatorio. Ella murió porque estaba sola, pero nosotros superaremos las dificultades porque estamos unidos. Ningún arma nos detendrá, ninguna amenaza hará flaquear nuestro espíritu.

Cargando editor
24/03/2018, 15:12
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

El joven dramaturgo se quedó observando la sala amplia, observando la habitación pequeña desde el marco de la puerta sin prestar mucha atención a los detalles. Murmuraba algunos veros para regenerar su confianza, intentando convencerse él mismo de que podía llevar bien la situación y continuar adelante con todos aquellos horrores.

El poeta escuchó las palabras de Dyonisius y afirmó, tal vez en algún futuro no muy lejano uno de esos brebajes para mantenerse despierto le vendría bien para no caer rendido en el mundo de los sueños. Por otro lado, Réquiem no quería ninguna armadura, él no le sacaría provecho ni beneficio, es más, podría hasta llegar a perjudicarle. Luego miró a Anciano Sabio y Nigromante, atendiendo a las palabras de Anselmo Paddock sobre el amuleto de armadura natural.

- "Opino que es mejor que lo lleve Nigromante o Anciano Sabio, pero si quieren prescindir de él no me importaría llevarlo" – la verdad era que el bardo sí que quería aquel amuleto para estar un poco más protegido, seguía avanzando con mucho cuidado y precaución, no quería ser otra víctima más del enorme y escalofriante asilo de Briarstone.

- “Hacemos bien en equiparnos con todo lo que encontremos, necesitaremos todo esto y más para sobrevivir en este lugar.” – Alexei miró a Sebastián – “Esperemos que tus palabras lleguen a la diosa, así ella se apiadará de todos nosotros. “ -

Cargando editor
25/03/2018, 07:48
(SA) Nigromante (Dyonisius).

EL ALA ESTE: INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR.

FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA. SALA DE DÍA


- La armadura no es mágica. Esa capa, sin embargo, parece una capa de resistencia para venenos, conjuros, trampas... Tiene un ligero encantamiento y alguien debería usarla

Tras estas palabras entrega a Sebastián Moro un pergamino de astucia del zorro y a Tormento de Tinieblas el amuleto de armadura natural.

Cargando editor
26/03/2018, 17:53
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Un cadáver fue lo que encontraron en la habitación. Una víctima más de aquel sinsentido, de una crueldad sin límites por razones que a cualquier hombre escapaban y en la que no parecían ser más que jugadores. Jugadores en manos de poderes desconocidos que habían hecho del manicomio su lugar de juego y de los locos sus peones.

Buscador, al contrario que otros de sus compañeros, no estaba enojado. No era ira lo que sentía; era hastío. Cansancio. Por cuánto tiempo más tendrían que seguir avanzando, por cuánto tiempo más tendrían que seguir luchando.

- Si nadie más la quiere, a mí mismo podría venirme bien esa capa. En cuanto a las pociones de resaca, yo mismo podría llevarlas. Espero poder sacarlas provecho la misma noche en que celebremos haber salido por fin de este sitio- añadió sonriendo, intentando aliviar con bromas y sonrisas la carga de un destino incierto.

Cargando editor
27/03/2018, 15:58
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Todo el mundo se había quedado consternado y sobrecogido ante la visión de aquella valerosa mujer. Sebastián Moro notaba la angustia y el desánimo de sus compañeros y se hubiese dejado embargar por la melancolía y la desesperanza de no ser por la voz interior de aquel sacerdote infatigable y voluntarioso que un día fue, muchos años atrás.

<<¿En esto te has convertido?¿En un viejo débil y tembloroso que tiene que ser llevado en brazos? Parece que solo te quedara esperar a que Farasma te llame para ser juzgado y ¿qué le dirás entonces? ¿Le dirás que hiciste todo cuanto estuvo en tu mano? Pero no es cierto. Todavía te quedan fuerzas para continuar. A Farasma no puedes engañarle. Y a tí mismo tampoco. >>

Saliendo de su ensimismamiento como quien despierta de un letargo dijo -Prosigamos, aún queda mucho por explorar. - Se dirigió a la siguiente puerta y trató de escuchar si había alguien al otro lado.

Cargando editor
27/03/2018, 20:30
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Réquiem alzó su mirada para observar a Dyonisius hablar sobre la armadura y la capa, informándoles que la armadura no era mágica pero la capa si lo era, resistente a venenos, conjuros y trampas.

Alexei se quedó esperando a que los presentes reclamaran la posesión de los objetos que habían ofrecido. Por el momento el dramaturgo no se hacía con la posesión de ningún objeto, simplemente se guardó la armadura que había dejado Anselmo Paddock para ofrecerla más adelante a los supervivientes del refugio.

<< Toda ayuda será bien recibida en el refugio, estoy seguro que le podrán sacar partido allí. La protección escasea en este lugar, vale más guardarlo en la medida de lo posible >>

Miró a su alrededor, parecía ser que en aquella habitación ya no había nada más y sus compañeros ya habían terminado de despojar de los objetos más necesarios a aquel cadáver que yacía tendido en el suelo. El pequeño de la familia Mykephoros se giró para ver como Gabriel Alarico pedía la capa mágica, le vendría bien, él siempre estaba en la vanguardia del grupo abriendo las puertas, aquella prenda le podría salvar de algún susto. Las palabras de Sebastián Moro fueron un detonante para que el dramaturgo se pusiera en marcha, sin decir nada más lo siguió para quedarse junto a él para escuchar si había algo detrás de la puerta.   

Cargando editor
27/03/2018, 22:45
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Mientras Nigromante parecía volver a echar un vistazo a las pociones del cinto que sostenía Buscador, Enterrador siguió a la comitiva que abandonaba el lugar para ir a una habitación próxima por la que continuar la exploración del sanatorio. Se detuvo antes de abandonar el almacén y miró por última vez el cuerpo de la mujer que había cubierto con una sábana. Tal vez terminara como ella, pero al menos murió valientemente por una buena causa. Palmeó un par de veces el pectoral de la nueva armadura, a modo de comunicar a la fallecida que ahora él tomaba su armadura y por ende el testigo, y que no pararía hasta acabar con los culpables de todo aquello.

Salió de la habitación y se acercó al anciano clérigo que pegaba su oreja a una puerta doble. Por su expresión parecía sorprendido. Afirmó oír el llanto de un niño, aunque de una manera muy anómala. El enterrador frunció el ceño y trató de escuchar él también. Y lo oyó.

Oyó el llanto, con unos registros imposibles para un niño normal. Oyó la cacofonía detrás del gemido, demostrando que se trataba de un lamento sobrenatural. Oyó el lloro distorsionado y reberverante, como un eco repetitivo que se desarrollaba en un espacio anómalo. Un espacio en el más allá.

Entonces lo supo. No lo recordaba pero lo sabía. Tenía la clara sensación de haber lidiado con esos tristes lamentos en el pasado. Y a pesar de no tener recuerdos de sus vivencias, sí tenía recuerdos de lo aprendido en ellas.

- Ese llanto me recuerda... a un Susurrador del Ático - afirmó levemente perplejo de saberlo pero no cómo -. Son espíritus en pena que surgen cuando un niño o inocente encuentran una muerte especialmente atroz. Son muy peligrosos y acabar con ellos es complicado. La forma más correcta y definitiva es liberarlos de su tormento y darles el descanso eterno. No obstante esa liberación varía según cada víctima. Pueden darse diversas maneras. Desde volver a encontrarse con su asesino, despedirse de un ser querido o recuperar un objeto que le era preciado en vida - explicó mirando de soslayo a sus compañeros.

- ¿Y bien? Ahora que sabemos qué nos depara, ¿Lo evitamos o lo enfrentamos? - preguntó a los presentes, a pesar de que él ya tenía una opinión creada.

Cargando editor
28/03/2018, 12:02
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Buscador se abrochó la capa mágica añadiendo una pieza más a su atuendo. Había pasado de despertar sin apenas nada a hacerse con un pequeño tesoro. Perlas, dibujos, ojos con sobrenatural vida... La mayoría eran enseres inútiles que de poco valor le serían si no tenían éxito escapando, pero entre la paja que en el exterior podía ser oro también había objetos que les habían sido y les serían de gran valor en su escapada, o al menos para sobrevivir hasta lograrlo.

Se ciñó el cinto con las dos frascos aguardando aun a la respuesta de Nigromante. Llegara cuando llegara, examinara cuando examinara las pociones con sus expertos ojos de arcanista, no tenía intención de dejarlas atrás cuando podían resultar tan útiles como la capa o la espada que ahora llevaba.

Se acercó a la puerta en la que sus compañeros ponían el oído y atendió a las palabras de Enterrador.

- De ser así, de ser una víctima más de este manicomio, las llaves para liberarlo de las cadenas que lo atan a esta existencia atormentada deben estar aquí. El problema es saber dónde... Yo, sinceramente, preferiría evitarlo, al menos hasta saber cómo poder entrar sin tener que luchar con él. Estoy seguro de que aun nos quedan muchos combates por delante y no creo que merezca la pena perder sangre y energías en una lucha que no creo que nos acerque más a nuestro objetivo.

Cargando editor
28/03/2018, 21:19
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

<< Esos llantos no presagian nada bueno, el tono es infernal delatando un sufrimiento sin límite conocido. La muerte y la más inquietante oscuridad son presentes en esa sala, no Réquiem, usa la cabeza y la cabeza te dice que no entres en esa jodida sala >>

Alexei se apartó con gesto temeroso, se le podía ver en su rostro que aquel llanto le había impactado. – “En esa sala se encuentra la muerte y la oscuridad más siniestra con la que me haya podido encontrar… o la que nos hayamos podido encontrar nosotros en este lugar.”

El dramaturgo observó a sus compañeros, desviando su atención a Anselmo Paddock que empezó a hablar – “Susurrador Ártico” – murmuró el poeta intentando recordar aquel ser, pero en aquellos momentos con la tensión palpable en el ambiente no podía llegar a hacer memoria. Réquiem iba a responder a la pregunta pero Gabriel Alarico se adelantó y esperó a que terminara de hablar para luego hacerlo él – “Opino lo mismo que Gabriel, deberíamos de reservar nuestras fuerzas para otros peligros. El asilo es muy grande, podemos seguir investigando otras habitaciones y dejar estas para más tarde.” – dice señalando la otra dirección para continuar mirando otras habitaciones –“Deberíamos ir hacia las otras direcciones.” -     

Alexei se apartó un poco más de la puerta, esperando la respuesta de sus compañeros.

Cargando editor
28/03/2018, 21:24
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Mentalizado a enfrentar cultistas o criaturas monstruosas a Sebastián Moro de desconcertó y le quebró nuevamente el ánimo escuchar aquel lamento de niño. Dudando que pudiese encararse en aquel momento al atormentado espíritu infantil, asintió a las palabras de Gabriel. - Sí, será lo mejor. El espíritu de este niño no se va a marchar a ninguna parte. Exploremos el resto del lugar antes de entrar en esta sala.

Mientras Gabriel, Tormento y Anselmo, los más preparados para ir en vanguardia, decidían por donde proseguir, Sebastián buscó en la amplia sala algo de ropa por la que cambiar las que ahora llevaban, todo cubiertas de sangre.

Cargando editor
29/03/2018, 11:43
(SA) Tormento de Tinieblas.

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Tormento no sentía deseo alguno de hablar. Se limitó a acompañar a sus compañeros mientras reflexionaba en la frágil y sutil frontera entre la cordura y la locura, una frontera constantemente puesta a prueba en su recorrido sala por sala. No solo eran los enemigos a los que se enfrentaban y aquellos a los que deberían enfrentarse. Era la cada vez mayor cantidad de cuerpos hallados, cuerpos de inocentes que habían encontrado una muerte no merecida, en medio del abandono y del más terrible de los sufrimientos. Mujeres, niños... ¿Qué habían hecho ellos para merecer aquello? Sus crueles muertes habían determinado que sus almas ni siquiera hallaran el merecido descanso, obligados a era entre dos mundos, aún anclados al mundo terrenal para ser portadores a su vez de un mayor sufrimiento. 

Y en medio de aquel infierno, la rapiña se le antojaba casi inhumana, un escudo mental en el que refugiarse para huir de la realidad y alojarse en la falsa esperanza de que cuanto hallaran les serviría para fortalecerlos de cara a las sucesivas batallas hasta aquella que fuera la definitiva. 

Aceptó en silencio el amuleto que le dieron. Lo sopesó, la mirada fija en sus relieves y formas. No tenía grandes conocimientos acerca de la magia, pero sí sabía que en ocasiones, dos receptáculos mágicos podían entrar en conflicto entre ellos cuando su poder era similar. Por ello, cuando Buscador se hizo con la capa, se quitó el broche que llevaba y se lo ofreció.

-Te será de utilidad para sujetar la capa. Es mas, diría que esa es la función real del broche al margen de sus utilidades mágicas. Tal y como lo recuerdo, sirve para proteger contra los proyectiles mágicos -dijo con cierta asepsia, sin apego a aquello de lo que se desprendía. 

Tras ello, guardó unos segundos de silencio, mirando en la dirección que todos deseaban abandonar.

-¿No hay forma de poder comunicarse con esa alma en pena y saber que le aportaría la paz que necesita?

Cargando editor
29/03/2018, 19:43
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Réquiem escuchó las palabras de Sebastián Moro, corroborando la información que había dado él, Anselmo Paddock y Buscador de la Verdad. Alexei miró de reojo a Anciano Sabio, al ver que el hombre estaba buscando algo por la sala y se quedó allí en el centro mirando a su alrededor, fijándose en los muebles y intentando obviar toda aquella sangre y el cadáver que reposaba en una silla.

Alexei miró a Tormento de Tinieblas como entregaba el broche a Gabriel Alarico. Escuchó la pregunta del luchador pero no sabía que responder, ahora mismo no quería pensar en aquellos seres.

<< Parece que solo podemos continuar hacia aquel pasillo, creo que he visto por allí una puerta debería de ir a investigar pero sin entrar en ninguna habitación más. Debería moverme en silencio, sin llamar mucho la atención. Tal vez pueda averiguar qué se esconde detrás de esa puerta o descubrir hasta dónde llega el pasillo >>

El joven dramaturgo había logrado algo de calma en su perturbada cabeza, que minutos antes estaba en pleno ataque de locura. Debía de mantenerse sereno y recordar las palabras de su amigo Velkan, sí, necesitaría hablar con él para que le diera alguno de sus sabios consejos y así poder seguir luchando por su supervivencia.

<< En esos sueños ¿Podríamos intercambiarnos nuestros objetos? ¿Seriamos capaces de lograr intercambiar? Podemos intercambiar palabras, pensamientos, hasta las heridas dejan una pequeña marca… La próxima vez debería de probarlo, de esa manera podría salir de dudas. >>

Cargando editor
29/03/2018, 20:07
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

De momento Farasma no me ha otorgado el don de comunicarme con los muertos. Lamento no ser de más ayuda, tendremos que deducir qué es lo que ata a cada una de estas almas en pena - Dijo contestando la pregunta de Tormento. Para a continuación buscar batas de pacientes u otra ropa con la que poder cambiarse. Le bastaba cualquier cosa con tal de quitarse aquella túnica impregnada de sangre en incipiente proceso de descomposición. Sin embargo no había nada en la sala que pudieran usar. Así que se aproximó a la misma sala en la que Alexei trataba de escuchar algo y acercó también su oreja a la puerta.

Creyó escuchar un susurro distante y se acercó aún más hasta pegarse a la puerta. Entonces lo oyó con total claridad.

- "Vas a morir, vas a morir, vas a morir..." -

Sebastián Moro pegó un respingo al tiempo que el corazón se le aceleraba. - ¿Cómo? ¿Quién ha dicho eso? Maldita sea. - Dijo tratando de recuperar el aliento.

Con una mano que le temblaba más de lo habitual, se secó el sudor de la frente y habló con el grupo- He sentido una presencia que repetía "Vas a morir", una y otra vez. No sé si se refería a mí o es algo que ha quedado impreso en la memoria de otro alma atormentada. No sé hasta que punto merece la pena eludir estancias si hay tantos espíritus atados a este lugar.

La presencia de aquellas almas atrapadas a medio camino entre el mundo de los vivos y el de los muertos, sin poder llegar al reino de Farasma, le resultaba profundamente perturbador. El anciano sacerdote veía la muerte como parte natural en el ciclo de la vida y había dado consuelo a innumerables personas en los momentos de duelo por el fallecimiento de sus seres queridos. Pero ahora estaba rodeado de almas que no podían presentarse ante el trono de Farasma y a las que Sebastián Moro se veía impelido a ayudar como fuese. Así lo dictaba su deber como sacerdote y además sentía la necesidad de ayudarles a completar su tránsito a la otra vida desde lo más profundo de su corazón.

Cargando editor
30/03/2018, 12:39
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Frente a la asepsia de Tormento, Buscador recibió el broche con agradecimiento. Al contrario que el objeto que el monje acababa de recibir, mucho más versátil a la hora de darle uso, el broche podía considerarse una simple bagatela hasta que se cumplieran las estrictas circunstancias que lo hacían útil. Pero como decían: "a caballo regalado, no le mires el dentado"; y dado el ritmo de conflictos de las más diversas índoles, no era muy descabellado pensar que más tarde que temprano se toparían con alguien que le daría uso.

- Gracias, Tormento- le dijo, a lo que añadió una leve inclinación de cabeza.

Mientras desanudaba la capa para engancharla esta vez al broche, se apartó de la puerta tras la que quedaba encerrado el alma atormentada de aquel muchacho. Lo dejarían atrás, por el momento, o esa era su intención, porque en un mundo en el que se puede esperar lo peor, lo más realista era pensar que no encontrarían solución para liberarlo. Ahora, que pudiera terminar siendo así no sería óbice para que lo intentaran todo lo que pudieran, Buscador el primero.

Entonces intervino Anciano Sabio, sumando una voz más a las apariciones.

- ¿Una  presencia? ¿Dónde? ¿Tras esta puerta o en esta sala? ¿No podría ser la anciana temiendo la muerte que al final... le llegó?- Y para la que debían buscar curación.

Cargando editor
30/03/2018, 12:47
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

¿No lo oís vosotros? Es dentro de la nueva sala que queremos investigar  - Con todo el estrés y horror recientes Sebastián Moro no podía descartar que su propia mente le estuviese jugando una mala pasada. - Reconozco que estoy alterado y no sé, tal vez sean imaginaciones mías pero, parecía tan real. - La posibilidad de empezar a sufrir demencia senil era algo que no quería sumar a sus temores actuales. Así que sugirió avanzar para cambiar de tema y que las miradas de sus compañeros no se centrasen en él. - En cualquier caso, también vosotros habéis escuchado algo dentro aunque no sea lo mismo. Prosigamos. ¿Por dónde queréis continuar?

Cargando editor
31/03/2018, 12:15
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

EL ALA ESTE:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

SALA DE DÍA.

Réquiem avanzó hacia la puerta de otra habitación, dejando el siniestro espectro en la otra sin llegar a entrar. El poeta miró a sus compañeros unos instantes, haciendo un gesto para indicarles que iba hacia la habitación en cuestión para escuchar lo que había dentro sin delatar su presencia.

En sigilo el joven dramaturgo se acercó a la puerta y acomodó la oreja en ella para ver si lograba escuchar algún sonido que delatara la presencia de alguien en ese habitáculo. Los sollozos y las negaciones fueron captadas por Alexei y se centró unos segundos más para ver si comprendía algo más.

Se apartó y miró a Sebastián Moro, escuchando lo que decía y allí respondió en voz baja – "Yo solo escuché sollozos y negaciones, deben de estar atormentando a la persona que hay dentro. Deberíamos de intentar salvarla en la medida de lo posible o terminar con su sufrimiento…" - se quedó al lado de Anciano Sabio para darle apoyo – "Según la plaquita de la pared dicen que es un dormitorio comunal, puede que encontremos algo que nos pueda ayudar" –

Se apartó un poco y escuchó las palabras de Anselmo Paddock. Sin perder tiempo Réquiem se colocó en la retaguardia del grupo espada ropera en mano.

 - “Estoy listo” – murmuró a la espera de que el grupo proceda a entrar.

Cargando editor
31/03/2018, 22:16
(SA) Nigromante (Dyonisius).

EL ALA ESTE: INVIERNO, AÑO 4711 RA.

CUARTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR.

FECHA PROBABLE: 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA. SALA DE DÍA


- Anselmo, las pociones que llevas en el cinto son las que llevabas en el cinto. Acabamos de encontrarlas. Se que son mágicas, pero hasta que no las examine no tengo ni idea de para qué pueden servir. Si lo deseas más tarde puedes darme ambas para que las examine y yo te daré las que tengo ahora - explica Dyonisius con una ligerísima sonrisa para, acto seguido, observar detenidamente el lugar y escuchar las opiniones de sus compañeros. Por largos momentos no dice nada pero, finalmente, niega con la cabeza, pesaroso-  Amigos, entiendo perfectamente vuestra renuencia a enfrentaros a más de los horreres de este lugar, sobre todo si son de aquellos que pueden dañar aún más nuestra maltrecha cordura. Reconozco que a pesar de mi tono calmado, casi frío, que a mí mismo me sorprende, me debato entre la obsesión y la ira en estos tristes momentos. Sin embargo... ¿de verdad estamos dispuestos a dejar que los refugiados pasen por estas zonas cuando logremos encontrar, si los dioses benignos quieren, una salida a este infierno? Creo que si nuestras corduras se resienten, tras hablar con algunos de los que han sobrevivido... temo un desastre si pasaran por aquí. Además, desconocemos si en las habitaciones puede haber algo que nos ayude cuando tengamos que tratar de poner fin a los horrores que pueblan este sitio. Por tanto creo que lo mejor sería seguir investigando detenidamente cada zona. Aunque tanto reconozco que la idea me llena de preocupación, obsesión e ira, que no insistiré en ella desde este momento.

Y tras las palabras, preocupado, sigue al grupo.