Partida Rol por web

Isabela se queda paralizada al oir su nombre y empieza a llorar ante la acusacion. Yo no he matado a nadie, lo juro.

Se levando asustada de donde estaba y miro alrededor. Es mentira grito desesperada Porque le creen si asesino a Claude? puede estar mintiendo.

De pronto su mirada fue a George por un segundo. Por favor no le creas a Sam... le rogo al pequeño cayendo de rodillas.

Miro con una pizca de compasión a la enfermera...

- Lo siento Isabela, pero todo lo que ha dicho Claude tiene sentido. De momento, abstente de tocar a nadie, y si George muere... sabremos si le impregnaste.

Chaval, sé fuerte, intentaremos protegerte. Al final tenías razón, perdón si dudé de ti y confié en Harper.

En cuanto a Manfred, su muerte no la lamento. Estaba segura de su culpabilidad.

Quedo helado ante la acusación.

- Pero de que diablos hablan!... si esa mujer es una infiltrada y supuestamente le tienen a su hijo como rehén, porque querría delatar a sus compañeros, ciertamente a su hijo lo matarían por ello no?- levanto ambas manos al aire mostrando mis muñecas y las mangas de mi traje- yo no tengo nada de aquello que dicen que sirve para atraer al alien; sé que no tengo mucha habilidad para relacionarme socialmente, pero eso no me trasforma en un asesino... Creo que es una chorrada para que nos maten y así proteger a los únicos que han matado a vista y paciencia de los demás- termino diciendo, bajando mis manos al final.

Sera mejor que no dejen que nadie lo toque. le aconsejo con tristeza a la doctora Donde voy? pregunto a cualquiera resignada. En estos momento estaba cerca de la doctora Scott y el cadaver de Manfred.

Evelyn estaba enfrascada en taponar la herida, aun sabiendo que era inutil, pero al sentirse cerca de una de las acusadas, retrocedio horrorizada. 

-"Son unos desalmados, cazarnos de esa manera no es de humanos"- Dijo mientras se incorporaba manchada de sangre. 

El sacerdote, que se había mantenido al margen, impresionado ante el devenir de los acontecimientos, escuchó atentamente a Claude. 

Sus pupilas se contrayeron, a medida que la joven hablaba. ¿Cinco? ¿Cinco personas se dedicaban a planear la forma de matarlos a todos y llevar a ese engendro de Satanás a la Tierra? No sabía que fueran tantas-Es cierto. Parte de lo que usted cuenta, se me fue confiado. Pero como bien ha sabido señalar, formaba parte de un secreto de confesión, hasta ahora, que sé que se lo ha contado a usted también. Me alivia que hayas vuelto, y que hayas podido contar esto-fue a posar una mano sobre el hombro de la chica, pero se detuvo, a sabiendas de que quizá la asustaba- Tenerte de vuelta es algo muy positivo. 

Miró entonces a Harper, y suspiró, antes de hablar- Yo confío en que el señor Harper ahora sepa reconocer sus pecados. Confío en que sepa aceptar el perdón de Dios. Yo ya se lo he ofrecido, pero usted, señor, debe aceptarlo. De ser así, podrá descansar en paz, sin todas estas muertes cargando a sus espaldas. Ayúdenos, denos esperanza en medio de este tránsito oscuro. 

Viktor había escuchado muy atentamente todo lo que había dicho Claude. Y ahora con la muerte de Manfred, necesitaba a otra persona en su equipo.

-Claude, formarás parte del equipo de seguridad, conmigo y Katerina. En cuanto a lo que has dicho...

​Viktor sacó su arma y apuntó a Isabela.

-Maldita... tantas muertes sin motivo...

Y apretó el gatillo...

Claude observa el jaleo que se desata a su alrededor, confirmando sus temores y trata de responder a todos. En primer lugar se vuelve hacia Julian. - Entiendo que para ti es importante, pero creo que ahora no es el mejor momento. - Hace un leve gesto hacia el resto de gente y el revuelo generado. - Si quieres, esta noche te contaré todo lo que sé sobre ti con calma.

Mira entonces a George escondiéndose detrás de ella y a Isabela suplicándole que la crea, pero finalmente cuando interviene es para responder a Rodrick. - Samantha me mató simplemente por celos, está claro que no es una buena persona. Pero tampoco tenía motivos para confesar todo esto y lo ha hecho. Te aseguro que la odio profundamente por matarme... Pero la creo, no sólo por eso, también porque los nombres que dio, encajan con las cosas que he ido observando estos días. 

- Gracias. - Le dice al padre Francesco cuando le da la bienvenida, dedicándole una brevísima sonrisa y agradeciendo que detenga el gesto antes de llegar a tocarla. Después escucha, sin comprender del todo lo que está pasando, las palabras del sacerdote al señor Harper.

Finalmente, cuando Viktor se dirige a ella, en un primer momento duda ante la oferta. Es algo muy grande lo que le piden. Pero finalmente asiente con la cabeza. - De acuerdo, Viktor. Aunque te aviso de que nunca he usado un arma, haré todo lo posible por colaborar. Desde luego confío más en mí que en la mayoría. - Se levanta para acercarse al cuerpo de Manfred y coger su equipo de miembro de seguridad. Cuando se está dando la vuelta para preguntarle a Viktor si le darán un arma con su nuevo cargo ve cómo el hombre apunta a Isabela y dispara. De nuevo se le abren los ojos horrorizados. ¿Realmente no era mejor simplemente arrestarla? Sin embargo, ella sabe igual que Viktor que es posible volver de la muerte. Quizá sea el momento de tomar medidas drásticas.

Observo estupefacto a las palabras de Claude, de ser cierta esta información los infiltrados ya no podrán seguir matándonos como lo han hecho hasta ahora. Sin embargo el equipo de seguridad empieza a tomarse la justicia por sus manos y asesinan a sangre fría a los sospechosos.

-PERO QUE ESTAN HACIENDO-, grito fuertemente al ver al jefe de seguridad disparando contra la enfermera.

-Usted como jefe de seguridad debe mantener la compostura y saber manejar esta situación, como es posible que permita el asesinato a sangre fría y hasta usted mismo lo cometa sin haber hecho un juicio contra los acusados, somos una sociedad no un grupo de barbaros que asesina en frete de un niño.- observo sumamente molestos a Katarina y a Viktor.

-Señor Bailey, váyase al infierno. Acabo de volver de la muerte y no estoy de muy buen humor. Y menos después de averiguar que esta mujer -dice señalando el cadáver de la enfermera- era una de las instigadoras. Y no solo eso ¡Un hombre de mi propio equipo! ¡Un hombre en el que confiaba! Lo siento, pero no soy policía. Tengo que velar por el resto de ustedes y si eso implica eliminar una amenaza... lo haré. 

-Usted mismo lo ha dicho señor Hasarov, no es policía ni por lo que veo ahora es jefe de seguridad ya que no se comporta como tal… Si usted escucho como yo a la señorita Claude ella informo que al único que vio Samantha fue al señor Harper, los otros a los que acuso era porque ella sospechaba de ellos por su forma de hablar, no porque los vio ni porque los pudiera confirmar, ¿cómo usted puede estar 100% seguro entonces que Isabel, una mujer que no había hecho nada sospechoso sea una infiltrada?-

Me giro hacia los demás, -No debemos perder el temple ni dejar que la situación nos supere, por lo que parece estamos cerca de encontrar a todos los infiltrados, la idea que ha dado Julian me parece acertada, pero es demasiado riesgoza.-

-Perdone usted, señor Bailey. Pero según el relato de Claude, se identificaron claramente a dos sospechosos: Manfred Vaessen e Isabela Payne. No tenga memoria selectiva...

Se acerca a Hasarov luego de sus acciones. Su porte y musculatura era superior al del jefe de seguridad, pero no creía que eso intimidara a un sujeto como él, pero tener claro aquello no le evito actuar como lo haría.

Camino hacía el sujeto de pelo negro, y golpeo su pecho* con fuerza con su dedo. Su expresión paso de ser molestia ante lo que había hecho Katarina, a ser una de total enfado.

- Te equivocas hijo de puta, Claude dijo claramente que Samantha solo vio a Harper. Isabela y Manfred eran sospechosos, pero no infiltrados confirmados.- Volvió a golpear con su dedo*.- Me importa una mierda tu cargo, y tu pistola... Vuelve a actuar como un imbécil frente al niño, y te romperé el cuello, cabrón. No tengas una jodida memoria selectiva.-

Tras ello se aparto unos pasos, sin despegar su mirada furiosa del sujeto.

-Identificarlos por la voz… pero si ella dijo que utilizan unos aparatos con los que no saben ni el sexo de la persona y que la única persona que sí pudo observar el rostro fue al señor Harper, así que para mí eso solo es sospechas de ellos al igual que usted puede tener sospechosos, hasta que no encuentre una prueba contundente no puede confirmar nada… pero ya usted lo hizo y cuando regresemos a la tierra si resulta que Isabel era inocente usted pagara por ello ante la justicia.-

Claude observa durante unos instantes la discusión y finalmente alza la voz para intervenir. - Samantha dijo que vio la cara de John Harper, pero que reconoció sin lugar a dudas las formas de hablar de Manfred  e Isabela, no las voces, las formas de hablar. Dijo algo sobre que seseaban. Del que sospechaba sin estar segura era del señor Hayes. No sé hasta qué punto es fiable el criterio de Samantha reconociendo formas de hablar, pero parecía muy segura de lo que decía. Por otro lado, por lo que dicen, si llegamos a la Tierra las consciencias del Valhalla se podrán sacar, así que no es tan grave que estén ahí los sospechosos, señor Bailey.

- Ya basta...-dijo, con voz temblorosa, asustado ante lo que acababa de presenciar. Arrodillándose junto al cadáver de Manfred y santiguándose- Puede haber pecado, pero sólo Dios puede juzgarnos- las lágrimas asomaban a sus ojos y resbalaban por sus mejillas- El señor es mi pastor... Nada me falta...-se dijo a si mismo, y miró a Harper una última vez, con una expresión esperanzada en el rostro- Volveremos a casa. Volveremos, y usted nos va a llevar sanos y a salvo. Lo sé. 

Finalmente, cruzó las manos sobre su pecho y oró, en silencio, por el alma de aquel desdichado que presúntamente había estado colaborando con el esbirro del Maligno que se paseaba por la nave, esperando el momento de satisfacer sus ansias de sangre con cualquiera de los tripulantes. Fueran cuales fuesen sus pecados, tenía derecho a la confesión. 

Miro a Nikolai. Mi voz sigue quebrada, pero estoy más calmada. - Mafred nos mintió descaradamente a Emanuel y a mí... Yo ya advertí que había descubierto que él era un asesino... No me creísteis, sólo Emanuel y yo lo entendimos... Lo que ha dicho Claude lo confirma... No estoy orgullosa de esto, pero nos están matando uno a uno... Son ellos o nosotros... aunque sea duro y nos tengamos que poner a su nivel... Todos los protocolos de seguridad contemplan actos así en caso de alerta, y creo que esta situación es una de ellas...

Todo se vuelve loco de repente. Todos comienzan a gritar, a atacarse, a acusarse. Todo se vuelve confuso, mientras yo me voy poniendo cada vez más nervioso. Pero entre todo ese caos, las palabras del padre Cacioppo me llegan, tranquilizadoras, esperanzadoras.

Me quedo atento a él, y sólo a él. El resto ocurre a mi alrededor, como una nube borrosa, mientras me llegan sus palabras.

Miro alrededor. Disparos, ataques, más y más gritos. Hacía falta relativamente poco para hacer volver loca a la gente.

Samantha te ha mentido. - digo, mirando a Claude - Te ha mentido y mucho. ¿En serio te crees que te va a contar toda la verdad después de decir que te ha matado? ¿En serio crees que, viendo como ha visto que la gente resucita, no quiere ganarse el perdón de la gente por pena? ¿En serio crees que si esa empresa que dices, tiene a su hijo secuestrado, no lo va a matar cuando vuelva sin traer de vuelta al Alien? ¿En serio crees que ella no ha pensado en todo esto antes? Te ha engañado, y te has dejado engañar. Y dos personas han muerto a consecuencia de tus palabras. Espero que duermas tranquila esta noche, porque gracias a tí, ellos dos no podrán.

Luego, me dirijo al puente de mando, donde me pongo a apretar maniobrar con los ordenadores durante un rato. En medio, miro al padre Francesco - Gracias. Me has abierto los ojos. - digo, escuetamente, mientras sigo con mi tarea. Hasta terminar.

Cuando estoy satisfecho, sigo hablando. - Visto el rumbo que siguen las cosas, y que moriré pronto, he programado una ruta de vuelta relativamente segura de la nave, para poder volver a la Tierra pase lo que pase. Procurad matad a esa cosa antes de ponerla en marcha, pero yo tengo que daros una oportunidad de volver a la Tierra, para cuando yo muera. Si aparece un campo de asteroides o un fallo en la ruta, tendréis que apañaroslas. Yo no puedo hacer mucho más. De todas formas, yo ya estaba muerto antes de salir en esta misión.

Luego, tomo un asiento, donde me acomodo, mostrando las manos encima de mis rodillas. En cualquier momento, seguro que alguien querría atarme.