Partida Rol por web

Así comienza tu historía...

Eladrín, sacerdotisa huérfana del templo de Faerinvel en la sagrada ciudad de Elvendir. Esa eras tú. Te rodearon cuatro grandes criaturas en el corazón del templo y entonces una voz te ofreció detenerlo todo. Aceptaste y tu vista fué el precio.

Entraste en el Caos Planar con tu ceguera, gracias a ella descubriste el amor por un enano con muy mala leche, pudiste aprender de un elemental caótico en el que nunca antes te hubieses fijado, discerniste la maldad en un siervo de Rakedus que te ofreció devolverte la vista... Y aunque sobreviviste y él murió, afectó tu vista, y todo cambió...

Y ahora continúa tu historia...

Ha despertado en ti, tu mente crece por segundos y abres los ojos, ves más allá de lo que nunca has soñado.

Pequeños rastros de electricidad saltan de uno a otro como pensamientos intercambiando información. Rastros de colores negros, rojos y azules con distintas emociones, incluso ves las ondas sonoras de una gota que cae sobre una piedra.

Ves más de lo que nunca has deseado, pero, más allá de eso, más allá del hecho de poder asimilarlo todo a la vez, en tu interior algo se mueve. Es la Voz de Eandel, el nombre celestial de Faerinvel. Te habla, pero no puedes escucharla bien, aunque sabes que Ella está en ti como nunca lo ha estado, o tal vez como siempre lo ha estado pero nunca lo has visto.

Tú eres Ella, pero a su vez eres todo lo que ves. Al despertar esa parte de ti, sientes también cómo se debilita, y tu vista también, todo vuelve a ser una vista normal, y el susurro de Eandel apenas puede ser escuchado.

¿Deberías renunciar a una de las dos ahora que al fin las has conseguido? ¿Sacrificarás esa parte de ti? ¿Encontrarás en la Amalgama la respuesta que buscas? Y, lo más importante de todo... ¿Podrás recuperar la pureza que siempre te ha caracterizado, siguiendo el camino que sigas? La luz es dolor, pero sólo en la luz puedes apartar las tinieblas.

Buscador de vivos: Tras que amanezca podrás designar a un vivo, si es quien estás buscando volverá a nacer el amor que una vez os unió... Y podrás volver a protegerle.

Superviviente: En caso de empate en las votaciones, será tu voz la que mande. También eres un gran guerrera, de modo que sobrevivirás por tí misma a un único ataque cualquiera. Cada vez que fueres a morir, has de lanzar 1d20, si sacas 11 o más, podrás elegir a un personaje y anular su don durante dos días (semanas) completos.

Un fallo técnico me hizo olvidarme de que te tenía que abrir la escena. Disculpa.

No problem querido ^^

Bien, puedo elegir ya al vivo?

Espera a que llegue el día 0 xD

Okey ^^

Una luz invade tu ser.

Te sientes impresionada, rodeada. Varias siluetas se dibujan enfrente tuya, las identificas rápidamente como Cell, Rakedus y Zyba.

Una mano amistosa te hace girarte y entonces ves a Eir. Ella te sonríe y su sonrisa te calma.

Esto es el Juicio, tranquila. Estaré aquí para guiarte. Ellos pueden ofrecerte su apoyo si lo deseas, pero la elección final dependerá en exclusiva de tí. No dudes en preguntarme a mí o a ellos si tienes alguna duda, pero recuerda que aquí se pondrá en juego tu Alma, el Don único que te identifica con el resto de la existencia.

Dicho esto, Eir retrocede un paso.

Zyba es el primero en pronunciarse, cruzado de brazos e indiferente.

Tú ya has desafiado al órden. Te ofrezco que sigas tu camino. Te ofrezco un secreto. Uno que sé que volcará tu corazón. Pero sólo si sigues tu camino podrás tomarlo.

Debes de volver a empezar tu camino. Debes de devolverle a tu diosa aquello que te cobró. Sólo así podrás alcanzar la plenitud de su gloria.

Tras sus palabras, Cell retrocede.

¡Idioteces! ¡Ella ya es una Diosa! ¡Ella debería ser la que estableciese entre la vida y la muerte! ¡Ella salvó al enano de una muerte a mano de mis seguidores! ¿No veis acaso su verdadero potencial?

Tras sus palabras, es Rakedus el que se pone a tu lado, considerándose vencedor antes de que siquiera te pronuncies.

Neheri los escuchó a todos, los tres se estaban ofreciendo a ella y al parecer debía elegir a uno. Aunque su aspecto físico hubiera cambiado, siempre sería Eladrín la elfa ciega que entregó su vista a la diosa para salvar las vidas de su gente. Sin embargo sus ojos recuperaron la luz gracias al último aliento de Phi, el elfo mensajero y... seguidor de Rakedus.

Miró a los tres estudiándolos y meditando, no pudo dejar de sorprenderse cuando Rakedus dio por echo que lo aceptaría, aquella opción era la última que habría elegido.

- Rakedus- le dijo con calma mirándolo con frialdad- a tu lado sería una diosa, tan bella como terrible y odiada. El camino de las sombras nunca ha sido mi elección y no lo será ahora...

Después se giró hacia Zyba y Cell.

- Tu- le dijo a Zyba- me ofreces seguir mi camino... ¿sabes acaso cual es mi camino? eres el Caos, y reconozco que me atraes tanto como me repeles... pero temo condenar mi alma si te sigo, Cell- se giró ahora hacia él- lo que me pides es que me someta por completo a mi diosa y mis ojos vuelvan a estar cegados... es un camino doloroso el que me propones, tu no hablas de mi gloria sino de la gloria de la diosa a la que juré servir como su sacerdotisa... Yo sigo siendo Eladrin... pero reconozco que algo ha cambiado dentro de mi... aún no soy capaz de decidir...- dijo echándose las manos a la cabeza luchando por seguir el camino correcto y no errar en su decisión, quería seguir a su diosa por encima de todo, peor perder la vista ahora que al había recuperado le resultaba doloroso y... Zyba le había dicho que le contaría algo que daría un vuelco a su corazón... se trataría de Dork...? invocó a su Diosa en busca de ayuda, lo que más quería parte de seguir del lado de su diosa era ver a Dork...

¿Quieres el odio? ¿O conseguir tus objetivos?

Eres sabia, Neheri. Eres muy sabia. Seguro que tomarás el camino correcto.

Apoya su mano en tu hombro.

¿Más valiente quien no siente miedo? ¿O quien lo siente y se sobrepone a él?

La pregunta de Zyba es lanzada al aire.

Tu camino fué con un avatar de caos y fuego. No me engañas. Tu corazón aún late. Deseas saber qué podría dar un vuelco a tu corazón. Deseas saber... Qué. Pero no puedo decírselo a aquellos que pretenden destruirme.

Neheri se encontró reflejada en los ojos de Cell, se había acercado y apoyado una mano en sus hombros.

- ¿Sabia?... si lo fuera no tendría dudas... no soy sabia Cell, pero agradezco tus palabras...- después se gira hacia Rakedus- mis planes nunca han sido elevados, definitivamente mis objetivos jamás serán los tuyos, soy una hija de la luz, no de la oscuridad. Zyba... en verdad me tientas y eres capaz de sembrar la duda, efectivamente elegí como maestro a un ente del Caos... Sorya... un ser sin duda fascinante... tu representas el Caos en estado puro y aunque lo llegue a admirar, me temo que yo tampoco serviría a tus propósitos... mi corazón anhela encontrar a una persona... y lo sabes. Es muy posible que la información que posees está relacionada con él... lo que me ofreces es muy atractivo y mi corazón late... pero no puedo traicionarme a mi misma. He escuchado la voz de Eandel en mi interior, se que mi diosa está conmigo y que todos los sacrificios que me pide están imbuidos por un bien mayor. De no haber continuado del lado de la luz estoy segura que la colmena hubiera ganado... por ello elijo a Cell porque mediante este camino, seguiré del lado de mi diosa. Voy a sufrir... es muy posible que muera... pero... seguiré siendo Eladrin...

Se yergue firme y orgulloso a tu lado.

¿Quién dice que el kaos no pueda ir de la mano de la luz?

La sonrisa de Zyba es mordaz.

Es Kaos. Es lo que tú deseas que sea. Es lo que será.

Sin más, se aparta para dejar espacio a tu elección sin entorpecer.

¿Crees que traicionarías a tu diosa? ¿O crees que la enorgullecerías? ¿El camino que ves... o el que no puedes ver?

¡Maldita Necia! ¡Estás Ciega! ¡CIEGA! ¡Mis seguidores te devolvieron la vista! ¡Los míos y no lo de ninguno de ellos! ¡¿Y así es como pagas?! ¡¿Tú te crees pura?! ¡JA! ¡Ignorante!

¿Cell... Seguro? Una vez tomes una decisión, no habrá vuelta atrás. Estoy aquí para ser tu guía...

Un fulgor de fuego aflora a la mirada de Neheri, con una rapidez sobrehumana desenvaina y dirigi la hoja de una de sus espadas gemelas hacia Rakedus.

- Aquí el único ciego eres tu maldito Rakedus, yo no te pedí que me devolvieras la vista, no te debo nada y NOS OSES GRITARME! LA UNICA QUE TIENE POTESTAD PARA HACERLO ES MI DIOSA NO UN ENGENDRO COMO TU- sus facciones parecían más las de una leona que la de una sacerdotisa elfa- FUERA DE MI VISTA.

Se aparte de él sin volver a mirarlo y se dirige de nuevo a Cell y Zyba, estudiándolos.

- Zyba... me has echo dudar nuevamente... Cell- declara tras unos segundos- se que eres el paladin del bien... te encuentro cambiado pero se que en tu interior sigues albergando el bien... ahora dime... ¿para que vamos a luchar? ¿que metas buscas tras esta batalla? ¿porqué mi diosa desea que siga siendo ciega?...- luego se vuelve hacia Zyba, lo mira muy seria directamente a los ojos- ¿cómo puedo saber que hay bien dentro de ti? Yo sólo quiero servir a la luz, ser útil a mi diosa... en verdad Sorya, la criatura del Caos, fue quien más empeño puso en descubrir a los seguidores de Rakedus, se que la luz estaba con ella... pero quiero estar segura, no me gustan los engaños ni las adivinanzas, dame un motivo que me demuestre que la luz habita en ti y me replantearé mi camino.

Como si de una órden se tratase, Rakedus se desvanece por completo.