Lo intento de nuevo.
¿Por qué me contó como derrota?
Y una vez que el tiempo del reloj de arena (que al parecer tenía por algún lado) llegó a su fin, el autómata recogió y ordenó todas las piezas.
Tu tiempo se terminó, parece ser... xD
Quizás a la próxima que no sea con tiempo.
Harta de perder el puzzle pego un manozato al autómata y salgo de la estancia directa al escobero.
El autómata ni se inmutó mientras miraba a Arieth salir de la estancia soplándose en su mano roja por el golpe.
Mira desconfiada la sierra automática. La baronesa mencionó que se quitó las esposas con ella. Renfri se encoge de hombros, con la excusa de las quemaduras y las vendas, ha podido ocultar sus esposas.
Luego vuelve la mirada al maniquí y la tablero de ajedrez.
Muy bien, pelele. A ver si puedo derrotarte.
Empecemos. Peón E2 a casilla E4
Gerard llega a la estancia y se encuentra con Renfri Dakota jugando una partida de ajedrez con una máquina.
Cuando Gérard llegó al taller de madera, no esperaba encontrarse con Renfri, la joven que incluso le había amenazado de muerte, ya fuese cierto o no. Instintivamente se llevó la mano al bolsillo, sacó su pistola y le apuntó, su arma ya estaba cargada de antemano. El rostro del sommelier denotaba seriedad, no era un asesino pero sabía que Renfri si lo era, tratase de negarlo o no. Solo encerrándola en una celda se sentiría seguro. Con pasos firmes se acercó sin dejar de apuntarla y le habló con rotundidad.
- Levanta las manos, arrodíllate cara la pared y no te muevas.¡Ya!
Si no hacía caso le pegaría un tiro entre ceja y ceja, no dudaría para nada.
Pues se lía parda xD
Máster, si no obedece y hace algún movimiento sospechoso llevando las manos a los bolsillos o a su bolso le pegó un tiro sin dudarlo.
Ignora al sommelier. Sabe que le ha amenazado de muerte, pero había muchos testigos y aunque se inventará cualquier milonga, no se podría salvar esta vez. Sigue jugando, eso sí mucho mas despacio, con movimientos que no sean sospechosos.
Caballo C3 a E4.
Si vas a matarme, hazlo de una vez. Pero procura que mis sesos se desparramen por el tablero. Que quede claro que estaba jugando al ajedrez cuando disparaste.
Y por cierto, el policía Luis te estaba buscando para el asunto de las bolas de cerámica en el planetario. Como yo no tengo ninguna, me he venido a echar una partida de ajedrez mientras esperamos a que os decidáis a resolver ese puzzle.
Tras su charla, le da espalda y sigue jugando la partida. Sin hacer movimientos bruscos ni amenazadores.
Con un poco de suerte, entrará alguien y le verá disparandome sin razón. A saber como se intentaría librar de esa. Y aquí abajo no puede tirar mi cadaver por una ventana. Pensaba la muchacha mientras apretaba los puños para evitar temblar descontroladamente.