Partida Rol por web

- A ver... - Comienza Eko, con un suspiro - Estamos todos encerrados. Esas putas niñas sádicas nos han encerrado para que sus esbirros puedan acabar con nosotros y liberarlas del infierno. - Continúa, tratando de hacer acopio de paciencia. - No sabemos prácticamente nada más que lo que has oído desde que has despertado. Pero una cosa es importante: Si tú mueres, yo muero.

Durante unos instantes Eko permaneció callado. ¿Realmente no recordaba nada? ¿Qué clase de semidemonio era, y cómo había sobrevivido hasta entonces? Probablemente se convirtiera en espectro al menor signo de peligro. Cobarde. Esperaba que a él no le dejase tirado de esa manera.

- Y algunas noches al parecer tienes la extraña manía de provocar muertes. Espero que no fuera el caso en esta ocasión. - Entonces la mira durante unos instantes, evaluándola. - Y ese es el motivo por el que creo que todos querrán matarte. Y no les culpo, yo también querría. Así que no hagas ninguna tontería. No tengo ganas de morir aún.

Muestro las marcas en mi tobillo...Ya recuerdo...no fui quien ataco a Alice, por si tienes esa duda, y no te preocupes, no hare nada para que te maten...

Seria bueno que no las provoques, puedo sentir su frustración, tener tanto poder y no el de tocarnos...si te matan, yo también muero, la diferencia que yo ya me siento muerta...

Este lugar es extraño, por lo que he escuchado tienes mas conocimientos de lo que paso en el encuentro anterior, seria una buena jugada ganarse la confianza de los demas, ya ves como algunos atacan a Gabriel, dale las explicaciones que necesitan...y seguro seas apreciado por muchos...

Eko mira a Seele durante unos segundos, dubitativo. - ¿Te acuerdas? - Pregunta, mirándola de medio lado y temiendo en cierta manera que alguien la esté manipulando como le contaron que habían hecho con Azhariel o su tía.

- Vas a tener que explicarme mejor eso de tu maldición. - Le dice luego, sentándose cerca de ella, y dejando de lado el tono duro durante un rato. Si iban a compartir horas, lo mejor sería hacerlo un poco más ameno. - ¿Por qué te olvidas de las cosas? ¿Y por qué te levantas por las noches?

Sin embargo, antes de que ella pudiera responder, miró alrededor, en esa otra realidad donde ya todos comenzaban a acusarse.

- ¿Sabes por quién votarás? - Le preguntó con un suspiro.

Si, por Yormund, no me gusta como esta refiriendose a Gabriel, ha sido el unico que se con ha portado amable conmigo y no me gusta que toquen a quienes aprecio...Respondio con voz dura y mirada directa, se mostraba molesta por la acusación de Lince, como le llamaba Eko...

Mi poder consiste en poseer un cuerpo, con ello su mente y someterla a mi voluntad, primero fue el instinto de supervivencia, despues fue la busqueda de algo, siento que mi propia alma esta vacia y necesito algo para complementarla, lo malo es que cuando poseeo un cuerpo no me detengo hasta que mi victima muere, no se cuanto tiempo lo he hecho, pero supongo que el pago de eso es mi propia mente, no recuerdo nada, al menos antes de llegar aqui solo recordaba siempre los ultimos diez dias de mi vida, pero desde que llegue a esta ciudad, despierto sin recordar nada y no se cuando tiempo llevo aqui...

Saca una libreta de sus ropas...Aqui tengo anotado mi nombre, asi sé como le llamo, pero tambien una advertencia...no anotar nada, pues no lo recordare...mira a Eko de pies a cabeza...es una lastima que te este lugar te haya unido a mi, yo evito relacionarme y crear lazos con las personas...tarde o temprano las dañare...y contigo pasara lo mismo...siento que debo protegerte a costa de todo...pero no se por que...

- Es instinto de supervivencia. - Explica Eko, sin bajar la vista hacia la libreta. En ningún momento la separa de ella, evaluándola en cierta manera. ¿Era realmente posible todo lo que ella estaba dicendo? - Si yo muero, tú mueres. Por eso debes protegerme.

Luego se queda unos segundos callado, pensativo. Nunca le ha gustado hablar de lo que siente o piensa, y de todas maneras parece probable que ella lo olvidase.

- Mi voto será para Alice. - Anuncia. - Si muere será sencillo conocer la verdad de lo sucedido esta noche. O una parte, al menos.

Eko dibuja una media sonrisa con cierta malicia tras la muerte de Zagam.

- Cabrones con suerte... - Murmura, llevando su mirada a Seele.

Que has hecho?...

Me acerco a Eko, para quedar frente a el, murandole fijamente, una extraña sensación me recorrio la espalda...

- He tomado el poder del mago. - Responde Eko, ampliando su sonrisa - El poder de encerrar las almas de los demás, como quien las mete en una botella.

- Y lo he utilizado. Si resucita, yo tengo que estar ahí dentro. De modo que lo he usado conmigo y con Zyllah. - Explica, completamente satisfecho - Trataré de convencerla para que no vuelva a votarte.

Entonces su rostro se vuelve más serio y observa a la mujer. Por un lado era una suerte que ya no olvidase las cosas, pero por otro eso le ponía en un compromiso.

- Por mucho que encuentres alguien en quien confiar, sea Gabriel o sea quien sea, no le contarás nada de esto.

Le observo escudriñando su mirada, buscado entender donde esta esa parte que no me hace confiar del todo...Estas obligada...lo se...

Espero que tu amiga no se torne una amenaza...lo mismo para Gabriel, que tenga simpatía por él no le da protección de mi...así que descuida...yo no toco a Zyllah y tu no toques a Gabriel y seguiremos llevándonos bien...esbozo una sonrisa sin expresión en su rostro...

No comprendo del todo tu nueva habilidad...pero si dices que es útil, bien....si descubres a los traidores, deseo que me lo digas, no dejare que esas sabandijas disfruten del circo...

Recuerdo a Cameron y mi rostro se hablanda...Ella no tenia la culpa de nada...no debi traerla aqui...mas melancolica su mirada se pierde en algún lugar de la sala...

- No, no debiste hacerlo. - Responde Eko con tono neutro. Aunque rebajase su dureza no iba a dejar de ser sincero. - La condenasteis, pero no fue sólo cosa tuya.

Luego respira de forma calmada, imaginando durante unos instantes el alcance de su actual poder. Pero es mejor centrarse en el presente. Lo demás, ya vendrá poco a poco.

- No descubriré a los traidores gracias a esto. - Adelanta - Para eso ella tendría que ser uno de ellos y confesar, y no creo que eso suceda. Pero si puedo evitar que exponga sus motivos para votarte ya será una victoria. Y si logro que no lo repita, más aún.

- No podemos dejar que centren su atención en ti. Al fin y al cabo, lo que encontrarían no sería de su agrado. Ellos no entenderán que desees ir a por los traidores.

La sinceridad de Eko, era como chocar con un muro...Me agrada tu sinceridad, pocas personas son capaces de mostrarla...Si tienes el poder de atrapar a los demas, espero que no sean traidores, por que creo que tu habilidad tiene un precio, como el que tenemos...

Inspire apaciguando mi molestia...¿Por que has venido aqui?...¿por que sabiendo la historia anterior has puesto tu vida en peligro?...¿que buscas?

Continuaba molesta por sentirse atada a alguien, odiaba las cadenas, la volvian fragil y ahora con Eko, se sentia vulnerable...nuevamente su cuerpo tomo su aspecto espectral...¡¡¡¿Por que te unieron a mi?!!!...me ahogas...me desespera esto!!!...no puedo actuar con libertad!!!...

Eko medita durante unos instantes antes de responder, valorando cuánto contarle a la mujer.

- Vine buscando mi propio camino. - Responde entonces - Mi padre cambió aquí. No sólo adquiriendo el último legado, sino mucho más. Yo también quería hacerlo.

Entonces observa el arrebato de la mujer y suspira, bajando la vista al suelo. En condiciones normales probablemente saltaría, la insultaría, humillaría y se marcharía, pero aquí no hay salida posible.

- ¿Crees que a mí me gusta esto? - Pregunta masticando cada palabra. - Pero hay algo que tengo claro: Hables de Gabriel o hables de Zyllah, yo estoy antes en mis propias prioridades. No me va a temblar el pulso si para sobrevivir tengo que acabar con ella, por mucho que la conozca desde hace años. Puede que no me guste, pero haré lo necesario para salir de aquí con vida. Y si lo que hace falta es colaborar contigo, te protegeré cada noche con mi vida.

- Para ti este lugar ha sido una bendición. Ahora recuerdas. Ya puedes formar lazos afectivos, adelante. Creo que estar atada a mí es un precio pequeño en comparación a eso.

- Además, no creo que sobrevivieses mucho tiempo sola.