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HLdCn: El Legado de Caín - Oldland : Diarios Perdidos – I

Día 0 - Las Ruinas del Hogar

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07/03/2016, 10:47
Director


El viento sopla sobre ruinas rotas, ruinas que solo despierta entre los silbidos que produce el viento al llorar entre aquellos muros caídos, que no son más que heridas que demuestran la agonía de aquella ciudad que el destino quiso maldecir. Aquella ciudad que sin saber porqué entretejía los destinos de vuestra prole y surcaba vuestras vidas como amargos recuerdos que pese a la victoria siempre se tildaba de lágrimas y dolor.

Era difícil creer que aquella ciudad muerta había sido antaño, reseña de poder y linaje, pues ahora el hambre y la supervivencia eran las ventanas que se abrían cada mañana para dar a luz un nuevo día de estupor y miedo por el qué pasará.

Oldland, ya no vivía sobre la tierra, pues ahora su corazón vivo, se ocultaba bajo tierra como un animal herido... esperando, sin hacer ruido... luchando por sobrevivir y defender aquello que es su propia causa de aquella agonía. Aquella puerta cerrada que puede ser su destrucción, pero que gracias a ella surgieron los legados que dieron fuerza, poder y don a la humanidad.

La única vida que parece vivir en paz sobre la antigua Oldland, es aquella vegetación que poco a poco se hace dueña de los muros y ruinas, derrocando aquellas que desea y aderezando las que se le antoja... 

Las alimañas desandan aquellos caminos que siempre fueron de gran trasiego en Oldland, mientras en el suelo roto de aquel ligero valle descansa raído un cartel de metal ya oxidado, que al igual que la ciudad que presenta parece herido sobre la tierra que lo sustenta, sin fuerzas para mantenerse erguido y mantener su única misión... dar la bienvenida a aquel lugar.

Y mientras el viento sigue habitando aquellas calles mudas, el suelo de aquella ciudad comienza a sentir pisadas de nuevo, que como siempre pasara hace tiempo ya... nunca venían solas. 

Un nuevo grupo parece llegar justo a su hora en aquel lugar, pues todos emergen de entre los caminos como llamados a la misma vez.

En vuestras cabeza miles de moltivos guían vuestros pasos, mientras la mirada se fija en aquella herida que antaño fue llamada ciudad, a la vez que ven como vuestros pasos parecen encontrarse con otros a la vez.

Hay quien anda pensando en encontrar aquella historia que Oldland siempre guardó para él... o sólo andan pensando en encontrar su verdad, encontrar un camino tras derrumbarse en la soledad. Romper las mentiras de aquella ciudad maldita.

Contar su propia historia, o encontrarse a sí mismo. Descubrir que le depara su Legado allí, o quien es realmente y hacía donde ir.

Encontrar cual es su sitio, romper las ilusiones y sueños en esperanzas. Hacer caso a aquel nuevo sentimiento que parece exhalar Oldland, o descubrir por una misma lo que significa aquella vieja ciudad y su maldición.

Continuar la senda de vuestro destino, o romper los sentimientos que os llaman en verdad. A la vez que investigar y ganar respeto entre los demás, sin miedo a la muerte, a pesar de que aquel viaje pueda ser el inicio de vuestro epitafio. 

Descubrir cuál es esa última lección, y encontrar a una madre o a una hija que el destino os robo... o respetar el último alientos de aquellos que Oldland reencontró.

Seguir el compromiso que os une a vuestro legado. mientras se busca donde se originó vuestra historia y vuestra soledad.

Tantos caminos que llevan a unas ruinas que con vuestros latidos parece estremecerse, empezando a despertar... hacía tiempo que aquella superficie había sido evitada, pero de nuevo es pisada por todos vosotros, convirtiendo el suelo roto de aquella ciudad maldita en las ruinas que durante unos días serán vuestro hogar...

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07/03/2016, 12:20
07 Muerto - Alastor Grovehn

Oldland...

El viento parece gemir el nombre de la ciudad maldita a mi llegada al erial que otrora fuera la cuna de mi estirpe. Lo susurra como el último agónico aliento expirado por un alma moribunda tras un largo, largo sufrimiento. No puedo negar que en gran medida suena melódico en mis oídos, aunque despierta también ira, tristeza y una extraña nostalgia en mi interior. ¿Qué clase de decrépita familia engendraron nuestros ancestros si es esto a lo que se ha limitado su legado? Es patético... Pero al fin y al cabo, no es mi responsabilidad. Aunque podría estar en mi mano retribuir su pasada gloria. Hacer leña del árbol caído. Reanimar el cadaver seco y carcomido de esta antigua Meca de lo ultraterreno como un titiritero repara su más preciado muñeco. Sí. Podría hacerlo, si me lo propusiera. Pero aún es pronto para tomar decisiones.

Oldland...

El viento sigue gimoteando lastimero. Parece buscar conversación en mí, ya que debo ser el único que ha llegado de momento. Bienvenido hijo... Gracias por acudir a mi llamado... No puedo evitar escupir entre las ruinas de la iglesia mientras la atravieso, asqueado. No respondo a la llamada de nadie. Son mis piernas y mi voluntad las que me han traído a este sitio, mi ambición la que me ha guiado, mi deseo el que me mueve. No tú, gloria pretérita. Deja de suplicar, es lamentable. Es tiempo de hacer de lo que ahora es más de lo que antes fuera. Siento la sangre de mi ancestro latiendo con fuerza en mis venas, conservada a través de la pureza de mi línea de sangre. Late en mi interior y late en mi arma, en la hoja de mi cuchillo. Clama por otros como yo. Paciencia... llegarán.

Oldland...

Sí... llegarán... ¿Tú también lo notas, eh? En tus escombros, tus ruinas, las carcomidas puertas que solo te sirven ya de mudo testigo, pues no tienes poder para impedir el paso de nadie. Están cerca... mir hermanos y hermanas. Si afino el oído casi puedo escuchar sus pasos, casi puedo oler su sangre surcando los afluentes del destino que los llevará al mismo río que la mía... Inevitable e inexorablemente. ¡Venid! Ansío el momento de conoceros. De ver en vuestros ojos si sois de hecho sangre de mi sangre o solo es el rojo de vuestro interior lo que compartimos. ¡Venid! A esta que presiento será nuestra danza privada de sangre y muerte, del calor de la carne y el frío del acero. ¡Venid, venid, venid! Os espero en Oldland...

Y arrastrando un antiguo sofá al centro de la plaza principal, sentado mientras juego con mi cuchillo, espero la llegada de mi familia, con el lamento perenne del viento como única compañía... de momento.

Oldland...

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07/03/2016, 12:43
13 Muerto - Deidre

Los pasos de Tyr me trajeron aquí, en un andar cuidadoso y voluntario ya que fueron muchos los caminos que me condujeron hacia Odland aunque la prioridad sea una. En mi mente jamás imaginé lo que allí me encontraría, puesto que desconocía aquel lugar y ésta era mi primer visita allí. 

Con un lobo negro marcando mi paso finalmente he llegado, sintiendo en mi rostro aquel viento que trae recuerdos y me habla al oído, era una ciudad en ruinas perdida en el caos de la ambición y el poder. Hoy sólo quedaban las huellas de lo que un día fue y de algo que jamás volverá a ser. 

Ante la sorpresa de aquel derruido escenario detengo mis pasos, por defecto Tyr repite el movimiento, sentándose a mi lado apoyando su cabeza sobre mi pierna y así recibir ese contacto cómplice, ínfimo de conexión permanente, en donde nuestras miradas lupinas se entrecruzan en un diálogo interno, capaz de rememorar tiempos olvidados sin descuidar el entorno en el que estamos y mientras recreo la vista, en parte revisando cada detalle del lugar y pensando como todo puede acabarse en poco tiempo, voy disfrutando de este silencio que me inunda.

De momento estaba sola en aquel lugar y era consciente de que vendrían más, todo a su tiempo ya que el reloj marcaba el inicio de una nueva experiencia para mi. Nunca se sabe lo que Odland tiene preparado...

Sigo avanzando entre medio de las ruinas hasta encontrarme allí a una persona sentada en su sillón, cual rey aclamando su soberanía, no digo nada simplemente continúo mi camino aunque manteniendo la distancia. Lo observo detenidamente centrando mis ojos celestes, analizando sus movimientos al compás de mi respiración y espero atenta... Tyr se mantiene en calma tanto como mi estado, no es una amenaza de momento. 

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07/03/2016, 13:01
15 Muerto - Raffariel

Camina Raffariel, camina Raffariel... como no, tus pasos continuos te llevaron a esto, ja!, como siempre maldita ridícula depresiva... Camina Raffariel, camina Raffariel.

Paso a paso, con la voz molesta en la cabeza, voz que se controla sola y que guía mis actos, Raffariel es un títere, un cuerpo que ejecuta las órdenes de aquella voz que la invade día y noche. Molesta o no llegamos de igual manera.

- ¡Cállate maldita! Grito sin importar que el resto me escuche. Para luego levantar la vista y ver que al parecer llegué a un punto de reunión... - No puede ser... Old Land. Pienso, para luego continuar solo el pensamiento. - Llegamos a Oldland, niña llorona... 

Camino como una joven tímida, cabeza semi gacha, hombros cerca de las orejas y espalda algo doblada, ojeras pronunciadas, mirada perdida, peinado desordenado como se acostumbra ver a Raffariel. Camino entre los que han llegado o están llegando.

- ¿Qué hacemos aquí, no me agrada? Piensa Raffariel. - Cállate estúpida y espera...

... Mientras tanto mis manos se frotan con fuerza entre sí.

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07/03/2016, 13:33
22 Muerto - Theora

En aquel bosque silencioso que devoraba las ruinas de la ciudad maldita, las risas de la inocencia interrumpían el descanso prolongado de aquellas tierras, las risas de una pequeña niña que disfrutaba jugando con su compañero; tras los troncos, Theora se ocultaba de la mirada aguzada de Wardjan, un hermoso doberman que se mantenía cerca a su compañera.

De pronto como de un movimiento sincronizado, Wardjan y la niña miran la vista en la misma dirección, el can mueve sus orejas que erguidas perfectamente captan los sonidos de aquellos pasos que se acercan a las ruinas donde ambos jugaban, por su parte Theora miraba atenta a la espera de divisar a aquella alma que se internaba en aquellos bosques, de los cuales desconocía por completo su historia.

Oldland en esta oportunidad hacia el llamada a una criatura pura, la inocencia de la infancia, la cuna perfecta para gestar odio o esperanza, una mirada de brillo sincero y bondad, quizás la crueldad de aquellas ruinar esta vez no respetaría ni edades ni historias, como tampoco tendría piedad en arrebatar lo que fuera a los nuevos visitantes para mantenerse viva.

Wardjan se acerca a Theora y esta acaricia el suave pelaje de su compañero, ella le sonríe y ambos comienzan a caminar hacia el centro de las ruinas, apenas unos cuantos centímetros más alta que el can, la niña mantenía su mano en el collar de su compañero y este se mantenía atento ante cualquier cosa.

El latir de sus corazones volvía a sincronizarse, esta vez para sentir ese llanto que aclamaba ser escuchado, aquel grito de ayuda que provenía desde las entrañas de aquel pueblo, un llamado que engañaba para atraer a sus víctimas o el llamado de deber para restaurar el orden de aquellas tierras.

A penas sus ojos cruzan con la visión de aquella pareja y lobo, los músculos de Wardjan se tensan, nuevamente la risa de la niña inunda el lugar… -Les hemos atrapado…- menciona sonriente, como si fuesen parte de su juego…pero el grito de otra mujer pone en alerta al can… -Nos han atrapado…- agrega Theora, Wardjan toca con su nariz la frente de la niña.

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07/03/2016, 13:41
24 Muerto - Sarghagas

Nunca antes había ocurrido. Normalmente yo soy su líder y ellas se limitan a seguirme y obedecerme, pero algo ha cambiado. Ahora yo soy su discípulo y ellas me marcan el camino. Fiel, obedezco a los trazados que delinean, dirigiéndome a un lugar que nunca he presenciado pero siempre he sabido que existe.

En el horizonte comenzamos a divisar nuestro destino. Se ponen nerviosas, chillan, muerden y se excitan, así que las calmo con un simple susurro proveniente de mi mente.

-Por fin hemos llegado, pequeñas. Se que el camino recorrido ha sido hosco e inhóspito pero merecerá la pena.

A nuestra llegada, me mantengo firme y sereno, imperturbable.

Somos todos y somos uno.

Somos legión.

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07/03/2016, 14:13
12 Muerto - Dyehuty

Es el conocimiento perdido, el pasado, quien me arrastra hacia aquel lugar que una vez fue un hogar. Mi paso es tranquilo pero incesante como el viento del desierto. En mis manos porto un ya amarillento libro del cual vuelvo a comprobar los últimos trazos escritos.

Alzo la mirada mientras doy un paso un poco más largo para evitar una pequeña grita formada en el suelo por el tiempo y observo con atención a la imperante vegetación, al sibilante llanto de los muros, a esas alimañas que no han olvidado el calor que un día tuvo el lugar.  -me digo a mí mismo-, aquí debe ser. Un grito me saca entonces de mis pensamientos.

Me detengo, ladeo la cabeza hacia la derecha y veo avanzar a una mujer con cierta timidez, probablemente tenga miedo y, fijándome en sus manos y su maquillaje podría aventurar que, además, es de Méjico. Aunque eso sólo lo haría si fuese de tomar opiniones precipitadas, he visto demasiadas almas perdidas como para asegurar nada en tan poco tiempo.

Un poco más adelante una mujer con el cabello de fuego y acompañada de un majestuoso lupus observa a un hombre sentado con una daga en la mano cual Júpiter con uno de sus rayos. Alzo la nariz e inspiro, recuperando un gesto más neutral en mi rostro y relajando un poco los hombros. Cierro el libro.

Una niña entonces dice que le han atrapado mientras su can parece querer animarla de algún modo. Y mis orejas se mueven, al fondo al menos una decena de agudos sonidos se acercan. Tomo aire lentamente y muevo los dedos nervioso tamborileando sobre la empuñadura de mi arma y me fijo de reojo en mis compañeros, preguntándome si ellos también lo habrán escuchado. Aunque no hace falta esperar demasiado por su reacción ya que pronto una silueta se dibuja, seguida del origen de esos chillidos, ratas. Mis hombros se relajan y vuelvo a fijarme en el extraño ritual de presentación de la mujer del pelo de fuego y Júpiter, preguntándome si esto era algo normal. Sin embargo, me han enseñado a no interrumpir cuando otros hablan.

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07/03/2016, 14:52
23 Muerto - Sylvia

Las piernas apenas me sostienen, pero avanzo. No sé hace cuando tiempo no duermo. No como. Hasta el peso de Fyas, un peso que me acompaña desde hace tiempo y que por lo general es agradable, un peso sin el que me siento desnuda, comienza a ser demasiado para mi cuerpo.

Mi ropa está sucia y raída, y la llevo más por costumbre que porque realmente me ayude a librarme del frío, o de la vergüenza de tapar ciertas partes de mi cuerpo a las que ya no llega. Apenas queda nada de lo que antaño podría haber tenido la denominación de calzado. El pelo sucio enmarca la cara. La piel, seca y expuesta, presenta rojeces, raspones y heridas. Algunas recientes, otras no tanto.

El camino ha sido largo, y obsesivo.

Aquí es.

Las puertas de Oldland se levantan ante mí, o eso creo.

¿Qué demonios es esto?

En mis sueños la ciudad era explendorosa, magna. Aquello que tenía delante eran sólo piedras, ruinas.

No, no es así. Las simples ruinas no tienen ese olor, no cantan.

Sigo avanzando, dispuesta a atravesar al menos las puertas antes de desplomarme. He llegado a mi destino y ya no importa. Fyas se mueve ligeramente, algo ha llamado su atención. Los tres metros de serpiente viajan rodeando mi cuerpo, pero sin impedir mis movimientos. El primer tramo que sale de su cabeza se enrolla en mi cuello como si de un largo collar se tratase, y siguiendo su mecánica el resto de ella actúan casi como una prenda tapando todo aquello que ya no es capaz de tapar la ropa, hasta que su cola pasa por encima de un hombro y reposa sobre uno de mis pechos, quedando la punta entre ellos.

Sisea, y parece que se pone en guardia.

- ¿Calor? - Le susurro. - ¿En este lugar tan frío?

El interés hace que aún no me deje caer, que avance por las calles de la cuidad en la dirección en la que la cobra me indica, hasta llegar a una plaza, en la que mi vista, turbia y cansada, distingue varias figuras. Mi vista pasa por cada una de ellas, pero sólo se detiene con interés sobre las mujeres y la niña, casi ignorando al resto.

- Te has equivocado, Fyas, o ves doble por el cansancio. Yo sólo veo tres grandes fuentes de calor, no seis. El resto son fríos como la roca en la que se apoyan. Quizás el hambre te hace pensar que esos roedores son más grandes de lo que realmente son...

Sin poder aguantar más, pues mis piernas incluso tiemblan, busco un lugar donde poder sentarme en el suelo, apoyando mi espalda en algún muro o columna, sintiendo la excitación de Fyas al ver a las ratas correteando por aquel lugar.

- Quieta, quieta. Aún no sabemos si nada de aquí es comestible.

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07/03/2016, 16:09
08 Muerto - Aisha

Largo fue el camino hasta Oldland y una vez en sus afueras pude contemplar la silueta del lugar, mi parte racional me decía que no debería de entrar y ahondar en sus secretos. Pero por ende, en lo más profundo de mí ser, algo casi primigenio, me empujaba a seguir mi camino hacia Oldland. Saque mi diario del petate y leí sus últimas páginas y anotaciones.

Observe a la majestuosa rapaz con orgullo. Bien, Blanca Noche, ¡Aquí estamos! ¿Y ahora… que?  Ella emitió un leve ulular y emprendió su vuelo hacia Oldland, no pude más que sonreír ante su decisión.

Mi lento vagar por las calles de Oldland no me reconfortaba. Sus calles oscuras y sombras siniestras escondían mi cuerpo, al igual que los secretos de esta ciudad irreal. Así es Oldland, la ciudad de la que uno no puede escapar. A tu manera me harás feliz, a tu manera me harás morir. 

Mi divagar y embelesamiento acabaron por concluir en una encrucijada de caminos donde había presente un grupo de personas variopintas. Un leve escalofrió recorrió lo más profundo de mi ser. No pude más que detener mis pasos y observar a los presentes en silencio. Al igual que Blanca Noche su sigiloso batir de alas ceso para posarse en un lugar privilegiado donde observar y escuchar con discreción. 

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07/03/2016, 16:14
19 Muerto - Fiona Blackwood

El sonido de unos tacones empiezan a resonar en Oldland, un sonido que anuncia la llegada de otra de sus hijas... aquel taconeo va increscendo al fundirse con el eco de las ruinas de la ciudad, un sonido que podría resultar molesto pero que a Fiona Blackwood lejos de incomodarla por las posibles miradas que su llegada pudiera suscitar, le resulta agradable... pues ELLA, estaba llegando a Oldland y debía saberse.

 Tan sólo al llegar al punto donde un cada vez más nutrido grupo de hijos de Oldland se estaban reuniendo, detuvo sus pasos quedándose erguida con la mirada desafiante y el porte de una dama que se sabe poderosa. Sus ojos recorren con interés a todos los presentes mudando su gesto de agrado y desagrado conforme los va examinando.

- Dos herederos de Grovehn... cinco de Eve... ¡Hola querida!- le dedicó una sonrisa a Raffariel acercándose a ella y dándole dos besos a modo de saludo, fue entonces cuando las marcas propias de su linaje se hicieron visibles a pesar del maquillaje que la mujer llevaba para tratar de disimularlas- todo un placer ver a un rostro conocido... aunque este sea el primer día que coincidamos... tu ya me entiendes- añadió mientras abrió su bolso de mano y sacaba un cigarrillo mientras lo encendía miró de soslayo a la muchacha que portaba una serpiente- yo que tu la mantendría alejada, seguro que encuentras algo mejor con lo que alimentar a esa preciosidad- comentó mirando de manera positiva a la serpiente.

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07/03/2016, 16:16
Yaiza Gray

Esto no es el final…si no el principio

Alejarme de mi casa, mis costumbres, y dejar atrás toda una dura infancia, una vida, la cual me había costado forjar con mis pasos, poco a poco, muy despacio, en un mundo que se encontraba lejos de estar adaptado para mí: me confundía; pero a la vez, creer que encontraría respuestas en aquel lugar, solventaba el hambre que me reclamaba incesantemente mi alma en sueños.

Si quieres saber quién eres, camina, hasta que no haya nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro; es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección.

Con mi arco, perfectamente tallado, y sostenido con firmeza por mi espalda, avancé. Me adentré en el corazón de Oldland con curiosidad; mientras, dejaba deslizar sutilmente la yema de mis dedos por las solitarias paredes que un día albergaron vida. Mis ojos vieron desgracia en esas piedras, piedras convertidas en simples testigos mudos de lo que ocurrió, y que ahora cumplían condena para hacerle honor a la tragedia.

La pena y el dolor acapararon mis sentidos. No había imaginado que mi destino fuera acabar en un campo de desolación y viejos fantasmas del pasado... Casi podía oírlos chillar, sólo debía cerrar los ojos para embriagarme con sus llantos y viejos demonios. Me advertían que correrían ríos rojos, de sangre, que teñirían hasta el verdor de los árboles. El viento acariciaba mis labios. Exhalé un suspiro y continué, abriéndole de nuevo paso a mis ojos color azul cielo.

A lo lejos observé una cruz partida por la mitad. Una lágrima cayó sin quererlo por mi mejilla. Como si yo fuera un ángel reprimido y encadenado, obligado a nacer sólo para padecer el sufrimiento de vivir con unas alas arrancadas en el mundo terrenal, sentí el temor de mi lado más humano, pues aquello olía sólo a muerte. Era un paisaje hermoso, pero enmascarado por tonos grises y negros, generados por ceniza.

Mi vista alcanzó a ver la silueta de varias personas. Con entereza me acerqué a ellos. Saliendo de mi ensoñación, dejé de divagar como una sombra sumida en pesar entre troncos de árboles y hierva, para empezar a hacerme notar.

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07/03/2016, 17:33
04 Expulsado - Katalina Brandr

Por fin llegaba aquel lugar que su padre tan ansioso le pidió que fuera sin ofrecerle grandes respuestas a sus preguntas, mas halla de que era su destino encontrarse ahí mismo junto a otros semi demonios para decidir algo de mayor importancia.

Nadie escucho sus pasos al llegar a la escena ni siquiera los animales que tan orgullos podrían sentirse de sus oídos pero eso no era fallo de ellos sino que a diferencia de lo que podrían estar acostumbrados Katalina llego al lugar flotando situándose a unos metros del suelo. Era su preferencia aprovechar el don que tenía para flotar con cierta libertad y no sentirse atada al suelo como tantos otros, era algo que quienes la conocían sabían.

Por otro lado la falta del sonido de sus pasos era compensado en cierta parte por el olor a decadencia que la acompañaba. Un olor que se diferenciaba del de sus hermanos más humildes a pesar que ambos representaban la decadencia, ya que la suya era una que era marcada con el olor a alcohol de distintos tipos y drogas escondido apenas por un perfume que no tenía mayor objetivo que ser atrayente para los hombres cercanos que buscaba conquistar.

La ruinas de aquel lugar no la atraían en lo más mínimo y no lo escondía en su rostros, pero su mirada rápidamente paso por la gente que había llegado antes que ella. Era sin duda un grupo muy diferente e incluso ella se podía imaginar que nunca se habría podido encontrar con algunos de ellos por su aspecto. Aunque aprovechando que el encuentro se había realizado avanzo flotando con delicadeza hacia el hombre que descansaba en el sillón.

Fue en uno de los brazos del sillón, sin importar si el hombre corría uno de sus brazos o no, que se apoyó sonriendo con entusiasmo al hombre guapo. “Se lo ve muy cómodo señor…” comento casi con humor ayudada por su acento ingles. “Aunque no sé si en un lugar como este es algo bueno o preocupante.” Agrego estirando sus piernas mientras se acomodaba con tal vez demasiada confianza junto a Alastor.  “Me llamo Katalina, aunque puede llamarme Kat.” Se presentó centrando sus ojos esmeraldas en el hombre.

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07/03/2016, 17:48
24 Muerto - Sarghagas

Comenzaron a llegar mas individuos. No los conocía en absoluto, pero el vínculo entre ellos y yo era innegable, como las cuerdas de una marioneta y su titiritero, a diferencia de que en esta obra, todos éramos marionetas y el hilo que nos sujetaba escapaba a nuestro control.

Mis pequeñas no se encontraban cómodas ya que los animales presentes en el lugar, solo significaban alimento y su hambre era voraz. Les susurré que se marcharan, si las necesitaba solo tenía que convocarlas. Es la suerte de controlar a una colonia de ratas, habitan por todos los lugares. Con un simple chasquido, cientos de ellas acudirían a mi llamada. La mayoría obedecieron y se marcharon, mientras que una docena se negó a abandonarme, quedándose a mi alrededor, custodiándome ante cualquier peligro.

Me senté en el suelo a esperar acontecimientos mientras que ellas subían por mis brazos y transitaban por mi cuerpo, como si de su guarida se tratara.

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07/03/2016, 18:22
09 Muerto - Daeron Markov

Ando lentamente, con las manos metidas en los bolsillos, los cascos en mis orejas haciendo sonar música y un cigarrillo encendido en la boca. Al fin llego a la puerta y me quito los cascos.

-Así que esta es. Oldland.-

Con una sonrisa burlona, sigo avanzando. ¿Esta es la ciudad en la que debo encontrar mi destino? Si este aspecto tan tétrico es un aviso de lo que me espera, estoy ansioso por descubrir lo que deparará el futuro. Continuo andando entre las ruinas con las manos metidas en los bolsillos otra vez, sin mostrar mucho respeto. A fin de cuentas, la suerte ya estaba echada.

... Pero aún así, había algo que no acababa de entender. Si, el ambiente es opresivo. Si, cuando cierras los ojos en este lugar, puedes sentir pinceladas de la historia que tiene que contar, pero... ¿A que viene tanto asombro? Si, desde un punto de vista, las ruinas son hasta artísticas, pero a fin de cuentas, la historia la cuentan los vencedores. Los habitantes de esta ciudad habían sido derrotados. Pero él no lo sería.

Finalmente, me encuentro a un grupo de personas reunidas. Algunas son un tanto particulares. Saco las manos de los bolsillos y hago un pequeño gesto a modo de saludo. -Perdón por llegar tarde, pero nadie me aviso de que había una fiesta.-

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07/03/2016, 18:56
15 Muerto - Raffariel

Para variar mi compañía era la soledad, solo a excepción de esa molestosa voz que suena constantemente en mi cabeza dándome órdenes.

Así fue hasta que una mujer se me acerca de manera insolente, o al menos para mi, que me trata con familiaridad. - Estúpida, es de los nuestros, idiota, desconfía de todos pero acércate a ella... Ahhhrg. Resonaba con eco dentro de mi mente.

Yo me mantenía retraída cabizbaja para luego levantar la mirada. - H-hola. Digo tímidamente. - P-para mi igual es un gusto. La casi eterna soledad que estaba escrita en mi historia hizo que no se desarrolle mi capacidad de relacionarme. De igual forma me acerqué a aquella mujer que me trataba con familiaridad. - Somos del legado, ¡imbécil!... ¡No sabes nada!. Seguía atormentándome sin pausa aquella voz de ultra tumba.

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07/03/2016, 20:50
07 Muerto - Alastor Grovehn

Y la familia comienza a reunirse. La variedad me sorprende agradablemente. La pelirroja y su lobo no hablan, estudiándome, oliéndome, circundando la plaza con sus andares suaves, sin mediar palabra aunque saben que soy tan consciente de su presencia como ellos de la mía, pues no tengo reparo en mirarles directamente a los ojos. Bien. Me limito a sonreírles. No hay prisa.

Poco después el silencio se rompe cuando un grito resuena por la plaza instantes antes de que pueda percibir su olor. Su piel y mi olfato no dejan lugar a duda acerca de la estirpe de la recién llegada. Su mirada huidiza y sus pequeños gestos deslocalizados, espontáneos e incluso erráticos me llevan a pensar que esta rubia será un sujeto bastante particular. Al contrario que con la anterior no doy encuentro a sus ojos con los míos, pues su mirada se mantiene gacha, o salta con rapidez de un lugar a otro.

Y antes de que me pueda dar cuenta, la afluencia  se vuelve numerosa. Percibo de la sangre de Eve un gentío: canes, ratas, serpiente, ave... Mi propia sangre resuena afín cuando veo llegar a una especie de beduino que porta al cinto un sable. Un cabeceo de reconocimiento, acompañado de la misma sonrisa que le presenté a la pelirroja. Por fin. Le agradaba saber que no era el único vástago de su legado que había acudido a la llamada de la ciudad. Bienvenido, hermano, es lo que transmite mi gesto.

Es sin embargo otra heredera de Melknhar la primera en hablar, al menos de una manera coherente. Vieja marchita... No puedo evitar pensar al verla, pues no hace amago alguno en esconder su llegada, toda pompa y fastuosidad. Por algún motivo que no alcanzo a comprender es la primera de los asistentes que me enerva un poco y pone mis sentidos en alerta. Pese a que decido no quitarle ojo de encima, dos nuevas asistentes pronto atrapan mi atención. La primera por la misma atención que el beduino, pues percibo en ella la misma sangre y el envoltorio en el que viene es ciertamente... apetecible. Estoy a punto de hacérselo notar cuando otro encanto aterriza a mi lado. La mezcla de esencias golpea mi nariz del mismo modo que su voluptuosidad lo hace en mis ojos.

- Kat - pronuncio saboreando el nombre. - La comodidad es uno de muchos placeres de los que me gusta disponer. Yo soy Alastor. - Y mientras me presento tomo su mano derecha con mi izquierda para besarla a la vez que mi derecha gira el cuchillo y lo clava en el brazo del sofá en el que ella no está sentada.

Aunque percibo más palabras y la llegada de otro de mis hermanos de sangre, de momento mi atención está centrada en la mujer que se ha visto en el derecho de venir a reposar en mi asiento sin pedir permiso.

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07/03/2016, 22:16
Smel

La ligera brisa acaricia mi faz cuando me veo, al fin, al pie de unas ruinas, ruinas decoradas con un manto de vegetación del que tan solo puede leerse abandono y mas abandono. Hallo y admiro ese viejo letrero, indicación y señal que nos decreta lejos del amén de conformidad de nuestra mansión en los húmedos pantanos. disconfomidad que buscamos de forma deliberada, y que hoy encontramos como una llamada a nuestros no tan diferentes instintos. Quón y yo nos situamos ante la señal que, más que bienvenir... por su estado, nos advierte que hacemos pie en las peligrosas puertas de la historia.

Observo hacia los altos con cierta impresión.

Oldland...

- Aquí es- 

Y poco puedo barruntar de la gloria del lugar entre hiedras e inmundicias del pasado. No es lo que me gustaría, falta terciopelo, pero sí el entorno que me esperaba. Percibo las hazañas de muerte que antaño llegaron hasta mis inocentes oídos de niña en forma de historias de grandeza, hoy historias para no dormir.

Curiosa, y adulta, me adentro un poco mas en estas ruinas defenestradas a la maleza. Quón marca el ritmo, pero yo la dirección – Solo un poco mas, vamos - Muestro una sonrisa al frente, y animo a mi bestia para que prosiga un trecho mas.

Tanteo alguna callejuela mientras espero no encontrar pronta hostilidad en mi caminar - Espero que encontremos a alguien pronto – pienso abrazandome a mi misma, cuando sin mas, logro escuchar algunas voces. Un pequeño berrido es el que me posiciona, tal vez... – Shh... - silencio el paso llevándome un indice a los labios, y me inclino para posar la otra palma sobre las mandíbulas de mi rudo escolta, fiel acompañante. Una mirada a la nada... basta para dar dirección a esas voces, están cerca – Por aquí -.

Rodeo algunas barricadas propias de la espesura reinante, sin prisa, pero sin pausa. Y entonces los veo. Comparto legado con algunos, sangre con todos. Suficiente. Me aproximo con la traviesa expresión que suele reinar mi rostro.

Mi cocodrilo posa su cuerpo en el suelo, pues ya no es aquella ligera lagartija que me encontré hace largos años. Alzo una palma - Hola, soy Smel, y acabo de llegar - giro la muñeca y lanzo algunas miradas a los presentes.

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07/03/2016, 23:07
23 Muerto - Sylvia

Había apoyado la cabeza en la piedra que me servía de respaldo, y estaba quedándome dormida de puro agotamiento. Las voces llegan confusas hasta mí debido al zumbido que embota mis oídos. Parecía que iba a caer en una relativa calma...

Y de repente, un movimiento brusco y un siseo de Fyas al ponerse nerviosa por ver marchar de repente a las gatas, me hacen despertar sobresaltada. Al abrir los ojos la escena ha cambiado, hay más gente a mi alrededor. Más mujeres, y más... bah, qué más daba.

- He dicho que no... - Quería pedirle paciencia, aunque entendía perfectamente al ofidio, mi propio estómago rugía de forma que todos los asistentes serían capaz de oírlo. Anda... ve a buscar por ahí... pero olvídate de las ratas. Ve a por algo que no parezca tener dueño. No queremos meternos en líos tan pronto, ¿verdad? Déjame tranquila un rato, no me encuentro bien.

La serpiente se desenrosca de mi cuerpo despacio para marcharse, dejando ahora a la vista todos los rasgones de la ropa. Si acaso la escena es algo indecente, me importa lo más mínimo. Me tumbo en el suelo, dispuesta a seguir durmiendo con la esperanza de recuperar fuerzas.

Me habría gustado ser capaz de atender a las palabras del resto, sobre todo a las de la mujer que me dirigió a mí directamente dándome consejos sobre el alimento de Fyas.

Oh, sí, gracias por el consejo.

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07/03/2016, 23:27
18 Muerto - Nói Cách Doc

Con el golpe de aire que no pareció llegar de ninguna parte, aquel hombre, ya adulto, apareció en mitad de lo que tal vez en el pasado fuera una plaza y a su alrededor muchas mas personas, que como él llegaban al encuentro de su destino.

El hombre de origen vietnamita quien vestía un pantalón de pata ancha, camisa y chaqueta ligera, guardaba parte de su delgado rostro con una gorra que parecía igual de frágil que su figura. Y aun así, sonreía con una vitalidad que muchos quisieran.

-Je. Después de tantos años, al final solo cuando la llamada es de muchos me atrevo a cruzar el linde.-Se rasco la nuca pensativo mientras observaba la gente de un legado y otro.-Me pregunto si alguno de ellos estuvo en La 66. Son ya tantas las caras que no estaría seguro. Aunque seria toda una sorpresa que alguno me reconociera.-Pensaba en alto mientras caminaba y se acercaba al resto.-Pero eso es imposible.-Negó con la cabeza mientras con las manos en la espalda, se dejaba guiar por las voces de aquellos que quedaron en el pasado y parecían llamarlos de nuevo.