Partida Rol por web

Odio, soledad, desprecio, vanidad, ego, rencor, heridas... múltiples son las causas que os avocan a la traición de vuestra raza.

Tan sólo os queda abolir las últimas esperanzas de vuestra estirpe y esgrimir con fuerza el látigo de dominación para aferrar con fuerza el candado que cierra las puertas del infierno y destruir su sello o enclavar un nuevo rumbo sobre el que Oldland se impulsará, un nuevo destino al que sólo los más fuertes hacer frente y tendrán un puesto si demuestran su lealtad.

Por ello debéis de ejecutar uno a uno a los que os rodean y no decidan apoyaros en vuestro mandato y rebelión.

La sangre de vuestras víctimas será derramada al amanecer, pero tened cuidado, pues puede que alguien persiga vuestros movimientos buscando delataros ante el resto.

Diferentes los caminos que os trajeron a esta tierra maldita, pero solo un destino que unidos os animará a ultrajar la tierra que os dio de lado, esperando poder demostrar que los únicos que estaban equivocados eran aquellos que os abandonaron y despreciaron.

La batalla está apunto de empezar... y Oldland debe de ser regada con sangre, una vez más.

- Hermanas... Hermanos... - saludo con una sonrisa torva en el rostro mientras camino al interior de la capilla a la que hemos acudido los cuatro sin hablarlo, guiados por quien sabe que instinto, probablemente susurrado por la propia ciudad, que añora días pasados y sabe que nosotros podemos reinstaurar su antigua gloria.

La sonrisa nace de ver quienes sin los asistentes, claro está. Katalina, como no podía ser de otra manera, está aquí. La manera en la que flotó directa hasta mi tal cual llegó y su proceder me indica que es un alma similar a mi, y parece que las almas iguales están condenadas a atraerse y entenderse. Perfecto, pues así trabajaría de manera natural con la hermosa Melknhar.

La chica Eve tampoco es una sorpresa. Sentí en ella un odio similar al mío, pero de una naturaleza completamente opuesta. Si yo me nitro del calor y la rabia, su impulso es frío y estable, cocinado en el fuego lento del tiempo. Probablemente alguna venganza latente. Es divertido ver este mismo odio reflejado en los ojos de su animal, pues nunca vi un ave de mirada tan intensa en mi vida.

Y finalmente... El chico. A él si que no le esperaba ver aquí. Sin embargo es perfecto para la situación. Su desplante ante los captores así como la respuesta de estos ante él le han colocado un foco sobre la cabeza, foco que podemos usar muy a nuestro favor. Para muchos es solo un chico torpe con ganas de llamar la atención, y se ha ganado el aprecio de algunos. Es un buen comienzo.

- Yo, como ya sabéis, soy Alastor. He venido a Oldland con un claro deseo en mente: sangre y purga. Nuestra estirpe se ha debilitado, contaminada por la sangre humana y sus patéticas emociones. Si deseamos purificarla y reinstaurar en Oldland el bastión glorioso de nuestra especie deberemos de trabajar juntos. - Cierro el puño como si estuviera aplastando la garganta de nuestras presas mientras les miro a los ojos. - Os deseo una feliz cacería...

Mis pasos me guían hacia el interior de ese lugar perdido de las miradas de los impertinentes y curiosos. Para toparme con miradas de otro tipo. Miradas de ira, de odio,  de rencor y venganza.  Aquello no sabía si me reconfortaba o hacía enfurecer aun más mi corazón. Aún así sentía un ligero alivio al encontrarme con esos tres desconocidos.

Tras escuchar las palabras del Grovehn  tomo el turno con voz pausada y segura. -Yo no tengo ni hermanos, ni hermanas… Grovehn. Clavo mi mirada en Alastor.

- Tus motivos suenan loables e incluso esperanzadores. Observo con detenimiento a cada uno de ellos. - Cada uno de los aquí presentes  tendréis vuestros  motivos, ya sea un fin superior, ya sea la ira, ya sea el rencor… no me interesa. Aun así, el destino nos ha unido y nos ha guiado hacia este lugar para hacer realidad nuestra meta. Tras un leve silencio. - Para ello debemos de cooperar entre nosotros, nos guste o no nos guste.

Extiendo el brazo y a una señal la diurna rapaz vuela hacia él para posarse. - Mi nombre es Aisha y ella es Blanca Noche. Una ligera sonrisa se esboza en mis delicados y carnosos labios mientas acaricio la pechera del ave. - Recordar que aun no nos hemos presentado ante el resto… verdad, preciosa.

La mujer continuaba eligiendo utilizar sus poderes para desplazarse hasta el que suponía era un lugar seguro para quienes habían denominado como traidores. Aunque ella en ningún momento se sentía así sino en cambio como una fuerza de justicia contra quienes no comprendían bien lo que pasaba en el mundo exterior.

Pero eso no importaba ahora mientras se volvia tomar de su caballero de cuchillo y le sonreía con picaraza al verlo tambien presente en el grupo. Los otros dos integrantes tambien recibieron esa sonrisa mientras la mujer se empezaba a mover por la habitación observándolos a cada uno por diferentes ángulos mientras flotaba.

“Siempre bueno con las palabras querido.” Le dijo mientras parecía relajarse en el aire y volvia hacia èl para abrazarlo por detrás con algo de posesión, acariciando su fuerte pecho. “Tienes razón querida debemos cooperar mas allá de toda duda. Sino nuestro objetivo no llegara a cumplirse. Por lo que es un gusto conocerte querida.” Dijo ante la presentación de Aisha.

Soltando al guerrero se movio donde esperaba el joven que aun no se habia presentado tocando con confianza el rostro de este. “Casi te nos moris antes que todo esto empiece…aunque ha sido algo interesante por la reacciones del resto. Ademas fue muy valiente.” Comento regalándole un guiño antes de soltar su rostro y volver a flotar hacia un costado.

“¿Entonces alguien tiene un plan? Porque a mi me parece que una nena muerta podría empezar a mostrarles no estamos jugando.” Comento maliciosa y en su interior querer cobrar esa envidia que le tenia a la pequeña.

-Yo no tengo ni hermanos, ni hermanas… Grovehn. Clavo mi mirada en Alastor.

- Te guste o no, querida, nuestra sangre se remonta a un ancestro común. En mayor o menor medida estamos emparentados... Pero no te preocupes, omitiré el hecho si ello te place - digo haciendo especial hincapié en el querida, que intuyo le molestará, así como la reverencia final que adorna mis palabras. Somos aliados, sí, pero no por ello hemos de ser algo tan trivial como amigos. 

A Katalina la acaricio ta y como hice en el sofá, posando mi mano con suavidad en sus caderas mientras flota a mi lado. Para ser una Melknhar es cierto que sabe llevar su debilidad y decadencia con cierto... estilo, lo que la hace una compañía agradable, al menos por el momento. La dejo flotar a su antojo, ya que parece encontrar satisfacción en ello. Sin embargo pongo freno a sus últimas palabras.

- Eso podría ser precipitado, querida. La niña es un símbolo de ternura y esperanza. Es mejor dejar que ese fruto madure y se desarrolle para arrancarlo o corromperlo en el momento más idóneo. Con algo de suerte podríamos incluso hacer que ellos mismos le dieran muerte, lo cual socavaría su moral con gran eficiencia. 

​El ansia de sangre es algo que debe ser controlado. Si se deja fluir libremente se torna barbarie, si se esconde y suprime se vuelve amargor y debilidad. Pero administrada con acierto y cuidado... Es un arte.

- Aún es pronto para decidir nuestra primera ejecución. Pero es buen momento para empezar a decidir tácticas que deberemos adoptar para cuando estemos entre ellos, pues habremos de hablar en público sin darnos a ver. Por ejemplo, acariciar la barbilla puede significar que se insta al resto a apoyar la moción sugerida*, mientras que acariciar el pelo podría significar que cada uno avance por libre**. Estos gestos deberán hacerse con disimulo claro, y deberemos ir cambiándolos para pasar inadvertidos. El caos será nuestro medio natural, la confusión nuestro plato principal a servir a sus paladares. 

Me siento sobre una roca, con las piernas cruzadas y una gran sonrisa en la cara. ¿Estos van a ser mis cómplices? Perfecto. Creo que nos hemos juntado un grupo bastante interesante. Daremos juego, oh, vaya que si daremos juego, jejeje... Tras escuchar la segunda ronda de presentaciones, me aclaro la garganta. 

-Привет, tovarishchi. Otra vez me presento. Daeron. Daeron Markov. Es un placer teneros a todos aquí.- Sonrío de una manera un tanto pícara mientras miro a Alastor. -Y lo digo sobre todo por ti, Alastor. De no haber aparecido ahora mismo frente a nosotros con tales intenciones, hubiera sugerido que deberíamos matarte a ti el primero. Dejo escapar una risilla mientras me tapo la boca, y finalmente me pongo en pie.

-Matar a la niña la primera sería una equivocación. Mejor la dejamos para la tercera o la cuarta victima. Al fin y a cabo, querrán protegerla, y lo intentarán, así que mejor nos alejamos de ella...  Por qué no...- Me cruzo de brazos, pensativo. La primera muerte siempre es la más dulce, y no estoy seguro de quien debería recibir tal honor.- Alguno de los que hable... los que no tengan miedo de decir lo que piensan...- Finalmente, doy una palmada con las manos. Tengo mi respuesta. ¡Pues claro! ¡Matemos a la vieja! Si, ya lo se, podríamos esperar un par de días y la naturaleza hará su trabajo, pero no tiene tapujos en la boca, ¡así que deberíamos matarla! Ademas, deberíamos colgarle el plato a los callados. Ya sabéis, mimarlos, y protegerlos. La gente siempre sospecha de la gente que no dice mucho.

Sonrío malevolamente. Pronto comenzará el caos y el derramamiento de sangre. Es una sensación embriagadora. Mágica. Comienzo a reírme a carcajadas. -¡Este juego será uno brutalmente divertido!-

Recibe complacida y contenta la caricia de Alastor, incluso se mueve de tal forma que continuara ese contacto por una de sus piernas antes de ir a los demas. Que Daeron ignorara su toque la molesto pero lejos estuvo de reclamarle en ese momento que el joven parecia mas excitado por la sangre que por sus atensiones.

"Bien si nadie quiere ir por la niña, me parece bien. Por otro lado se esta formando un grupo alrededor de ella. Creo que ahi deberiamos tener mucho cuidado." comento antes que el tema de la niña dejara el centro de la discusion. "Sin embargo siempre uno de nosotros podria intentar unirse a ellos de forma sutil. aunque es solo una sugerencia."

Cuando llego la idea de matar a la vieja, Kat se quedo meditando y por un lado parecia que ella tendria el efecto contrario de la niña haciendola mas vulnerable. "Por mi parte no hay queja, aunque si tuviera que ir por alguien seria por Olenna D. Que parece tambien muy buena para ser alguien como nosotros y ademas se la ve muy activa en estas charlas."sugirio aunque su voto podria inclinarse facilmente al de la mayoria.

La noche empezaba a cubrir las estrellas con su espesura, al igual que la sangre de vuestra victima cubriría el suelo si lo planeado saliera bien.

Vuestros planes tendría un primer nombre que sería grabado bajo el yugo de la muerto como señal de que aquello solo acababa de empezar.

Asiento ante las propuestas de mis compañeros. Ambas son bastante razonables.

- Estáis acertados ambos... Como no podía ser de otro modo son dos mujeres de inmenso peligro, cada una a su manera. Acabar con ellas nos podría resultar bastante beneficioso. Si tuviera que sugerir una de las dos... Olenna es más activa e impulsiva, joven e inexperta. Creo que eso lo podríamos usar en nuestro beneficio. La vieja Fiona por otro lado... Parece mucho mas preparada y calculadora. Creo que podría ser un peligro para nosotros. Apoyaría que la eliminásemos la primera. Y respecto a elegir un guardián para nuestra cacería... - me giro momentáneamente a Aisha - cuatro ojos verán mejor que dos, ¿no creéis? Si tienes a bien, podrías ser nuestra Guardiana. 

-Muy interesante- irrumpí con una voz fría, podía decirse inexpresiva. -Pero yo tengo a alguien más adecuado y acorde para esta noche, algo inesperado, una lindeza, un bocado de lo más apetecible. Mis pensamientos por unos instantes parecen haberse detenido mientras acaricia con dulzura y de forma metódica el plumaje de Blanca Noche. Tras unos largos segundos Aisha sale de su embelesamiento y con una dulce sonrisa añade… Yo misma.

- Creo que va siendo hora de darle un toque femenino a ese lugar. Beso suavemente la testa del ave. -Me atareis a un árbol y me desollareis viva. Después forrareis con mi piel ese ángel de mirada inexpresiva, impregnareis con mi sangre sus marmoleas alas y las emplumareis con mi ave. Lanzo una mirada de complicidad a mi compañera. - Creo que el mensaje quedara más que claro a los presentes… Después hay que dejar que la naturaleza actué con sapiencia, siempre hay carroñeros al acecho, nada se desperdicia. Observo al grupo detenidamente y con gesto de fastidio. – Solo hay un inconveniente y es que otro tendrá que montar guardia.

Alzo una ceja profundamente extrañado. ¿Quiere que la matemos a ella? No comprendo esa incoherencia. ¿Es una simple suicida? Cuan aburrido sería de ser ese el caso. Y cuan tremendamente improductivo, pues nos deja con la misma cantidad de enemigos y un aliado menos. Pido explicaciones.

- ¿Qué dices exactamente? ¿Que acabemos con tu vida? ¿En qué nos podría beneficiar eso?

-Grovehn, Grovehn, Grovehn…  mi inexpresivo rostro se torno en uno burlesco.  - No eres capaz de ver los beneficios  de algo tan sencillo como mi muerte. En esta vida uno debe de asumir riesgos que a la larga acarreara beneficios. Arqueo levemente una de mis cejas - ¿O acaso tenéis miedo de mancharos con sangre Eve?. Mi semblante vuelve a tornarse serio. Matarme y dejar que la estupidez de esos semi demonios actué. Por ende la madre naturaleza actuara con sapiencia, recuerda el mal de uno es el beneficio de otro… Clavo mi mirada en el Grovehn. En la naturaleza nada se desperdicia.