Partida Rol por web

Freddy atendió con curiosidad a todo lo que pasaba a su alrededor. Estaban en un lugar que había supuesto algo muy importante en la historia, aunque parecía haber quedado abandonado y relegado a un segundo plano. Cuando la serpiente fantasmal apareció, el joven Townsend abrió los ojos con sorpresa y trato de grabar la imagen en su memoria. Era alucinante. Aunque para él las respuestas que daban eran un poco extrañas.

- ¿Qué nos falta por descubrir? - dijo pensativo cuando Hellen volvió con la "llave".

La pregunta de Freddy me inquietó, tanto que, a pesar de que intenté sonreir lo más natural posible, antes de responder ya se notaba lo forzada que resultaba.

- Bueno... - y la sonrisa desapareció por completo - Según Slytherin, tardaré varios años en abrirlo y eso suponiendo que me esfuerce.

No era una buena noticia en absoluto.

Las palabras de ánimo de su amiga, sacaron una sonrisa en Allison, que intentó mostrarse fuerte, tendría que aceptarlo y dejar las preocupaciones a un lado. Entonces presenciaron una visión gracias al diario que portaba Hellen, dónde el mismísimo Salazar parecía anotar en el mismo diario sus últimas palabras, y además dirigidas a su heredero. Bueno, heredera, porque se trataba de Hellen.

No es que el mago diera muchas pistas, pero por suerte Hellen había logrado comprender que debía hacer porque al finalizar aquella visión, y con la aparición de la serpiente espectral, la joven desapareció por la boca de una de las estatuas de piedra. Allison se quedó esperando con los demás, casi conteniendo la respiración. Esperaba tener la misma astucia a la hora de encontrar el taller de Helga.

Aunque cuando su amiga regresó, y según lo que respondió, sus ánimos se redujeron. A fin de cuentas eran alumnos de primer año, si tan difícil era lograr sacar la llave, quizá encontrar el paradero del taller no sería nada fácil tampoco. Pero no pensaba rendirse. - Bueno, no tiremos la toalla, haremos todo lo que podamos, ya verás como lo logras antes de lo que ese fantasma ha dicho. - dijo intentando animarla, y agregó esbozando una sonrisa. - Además, tú ya tenías su diario mucho antes de que todo esto pasara, y has dado con la llave en apenas unas pocas horas de que todo esto comenzase. Todo saldrá bien, ¡ya lo verás! -

Cuando Hellen regresa con el cristal en la mano, me acerco a felicitarla.

- ¡Genial! Pero, anímate, Hellen. Tampoco es tan mal resultado. Para empezar, significa que tenemos nosotros esta llave. Aunque tardemos en abrirla, significa que ellos no podrán hacerse con ella. Y si nosotros necesitamos tanto tiempo, nada garantiza que ellos podrán ir más rápido. Si, no podemos deternos, obviamente, pero - señalo al cristal - les llevamos ventaja. No sé, yo sigo pensando que deberíamos intentar ponernos en contacto con el profesorado y conseguir ayuda para evitar que esos cuatro... tipejo hagan de las suyas. El problema es, ¿en qué profesores podemos confiar?

El apoyo de Allyson y Mérida consigue levantarme algo el ánimo.

- McGonagall y Dumbledore, espero.

Y deseo más bien.

Mientras sus amigos conversan animadamente Artemis duerme profundamente y deja escapar las siguientes palabras:

- Yo soy la puerta... sólo traéme la llave. No, déjalas.... te lo ordeno. Futuro. No quiero, yo no. No es justo.

Nunca quise....

Luego se vuelve acomodar hacia el otro lado y sigue como si nada.

Las palabras de Artemis me hacen bajar la cabeza hacia él y quedarme mirándole con una creciente nostalgia. En cuanto termináramos el curso se marcharía y no quería despertarlo para que eso sucediera, salvo que la señora Weasley hubiera logrado algo al respecto y, francamente, no contaba con ello.

Por hacer algo que prolongara nuestra estancia, me fuí hacia el centro de la cámara y, tras dejar el cristal y la estatua, saqué una pequeña llave de latón y la deposité en el suelo.

- Renifors

Pronuncié y el suelo comenzó a cambiar de forma hasta dar forma a una estatua felina con la llave entre los dientes, después coloqué la estatua de la serpiente sobre su cabeza y dejé escapar un suspiro como si acabara de estar corriendo durante varios kilómetros y por fín pudiera descansar.

- Una trampa - jadeé antes de que nadie preguntara nada y sentándome sobre el lomo de la estatua para recobrar el aliento - Devolveré la llave a su sitio y regresaremos.

Anuncié aunque sin llegar a moverme por el momento.

La sorpresas no paraban de llegar. entre que Armetis dijera cosas curiosas entre sueños y ahora Hellen mostrará cosas interesantes con su magia ¿que ella era la única del grupo sin talentos especiales? Por el momento dejo de lado su sentimiento de celos y se concentró en las palabras de Hellen, curiosa por la última frase Kat preguntó:

-¿Hay una manera segura de salir de aquí?.

No era la pregunta mas brillante del mundo pero tenía su lógica, siendo aquello una tétrica cámara acorazada en las profundidades no parecía que tuviera una forma fácil de entrar o salir. Katherin miró a Jane contenta y le dijo:

-Vamos a salir de aqui ¿no te alegra Jane?

Asiento a Kat aún cansada.

- Podemos regresar a la biblioteca o salir a las mazmorras - enumero las dos salidas disponibles - Lo único que el camino a las mazmorras es complicado y podríais acabar atrapados en las cloacas.

Si no les acompañaba, claro.

Con Jane ya mejor, me separo de ella para sentarme junto a un ya dormido Artemis. Con solo verlo pude saber que todo lo que necesitaba era dormir. Aun asì, solo querìa ayudar, serles ùtil.

Mientras ocurrìa lo de Greystoke, miraba aprehensivamente a lo que decìan era una llave. Recordè los relatos de papà, y por un segundo tuve miedo de que algo asì pudiera repetirse, sobreponièndose a lo que seguìa siendo, aun asì, emociòn por saber que ahora estaba en los acontecimientos. Estaba viviendolos.

Por fin entendì como es que podìa sentirse orgulloso. Fue una època horrible para un niño tan pequeño, pero a èl... le da orgullo.

Bajè la vista a Artemis. Por un momento nada de lo que decìan los demàs llegaban a mis oìdos. No supe que tanto pudo pasar cuando nos separaron a todos. Sin darme cuenta estaba jugando con un mechòn de cabello suyo entre mis dedos.

Comenzò a murmurar frases que me llenaron de miedo. Lo sujetè de los hombros, sacudiendolo.

Allison consideró lo que decía Mérida, y llevaba razón, no podían olvidar que tenían contarlo a los mayores, al menos en quien confiasen. Era lo más sensato.

En eso, se sobresaltó al oír la voz agitada de Artemis y aunque no logró comprender el significado de lo que decía en sueños, no parecía un sueño cualquiera. Era algo importante, pero en su interior sentía que no quería conocer las respuestas. Lo miró con preocupación y quiso acercarse e intentar reconfortarlo, aunque al final no lo hizo.

Tras oír a Hellen, la pelirroja reprimió un escalofrío al recordar los sucesos del bosque. Pero no podía dejarse llevar por el miedo, era un impostor y no el verdadero. El verdadero Dumbledore jamás nos atacaría, no era él. Todo saldrá bien al final.

- Seguro que en ellos podemos confiar y tal vez... - Allison se detuvo un segundo, recordando al profesor Longbottom, deseando que estuviese bien, seguro que en él también podían confiar, y además estaban el señor Potter y Hermione. - Ah, bueno todo irá bien, pero lo primero es salir de aquí, entonces... ¿Mejor por las mazmorras? La biblioteca sigue cerrada, ¿no? -

Sonreí a modo de disculpa a Kat y agité la cabeza.

- Mis primos me metieron una vez un montón de serpientes en la cama como broma mientras dormía, desde entonces les tengo miedo - expliqué brevemente.

Poco después, volvió Hellen con un par de objetos que al parecer todavía no podíamos usar.

- ¿Años? Eso es mucho tiempo, pero no podemos hacer nada por ahora - los ánimos me estaban abandonando.

Apenas presté atención a lo que Artemis decía, abría la boca bostezando sonoramente, a punto de echarme al lado del Griffindor a echarme también una siesta, pero me aguanté. Asentí a la pregunta de Kat distraída y finalmente salimos de cámara.

Ya en la cámara apenas, saludos a las serpientes con un ánimado "Hola" antes de separarme ligeramente del director y volverme para hablar.

- Lo prometido es deuda profesor. Conseguí mantener mi secreto, así que aquí lo tenéis. ¡Bienvenido a la Cámara de los Secretos de Salazar Slytherin!

Le anuncio levantando los brazos como si de una azafata me tratara, ¡pero qué menos! No era la sala ruinosa que podría suponer alguien que conociera los líos en los que se metió Harry apotter, sino que había sido restaurada hasta alcanzar su antigua magnificencia, de la que únicamente un detalle desentonaba, una estatua de piedra de un felino con una llave en la boca y la estatua de una serpiente sobre su cabeza.

- Son dos objetos que encontré entre las ruinas. Imagino que el tiempo dirá si son útiles o no.

Le aclaro cuando se fija en ellos.

Dumbledore observa el lugar maravillado.

Muy impresionante señorita Greystoke la felicito, le ha devuelto su brillo a este lugar, simplemente impresionante. Creo que tendré que asignar puntos adicionales en la ceremonia de clausura.

Creo que ahora ya puedo retirarme tranquilo aunque aún quedan asuntos por resolver, espero poder resolverlos el próximo año.

Escucho al director sorprendida. No porque estuviera pensando en retirarse, algo lógico en cualquier mago que deseara descansar tras toda una vida trabajando, sino por tener la sensación de que era la primera a la que se lo comentaba.

- Así podrá ir a Liverpool y comer algodón de azúcar.

Comento intentando animarle acompañando su gran secreto con una sonrisa que, por desgracia, no dura mucho.

- Por cierto profesor, no es recomendable que nadie se acerque por aquí. A las serpientes no les gustan los extraños, así que sería prudente que nadie intentara acceder a este lugar sin estar debidamente preparado.

Lo que en en este caso significaba estar en mi compañía. Luego vuelvo a sonreír al prestarle mi mano para así poder regresar.

- Cuando quiera.

No era la primera vez que me largaba del gran salón tras hacer una escena pero ahora ni siquiera Minerva llegaría a tiempo de detenerme, pues nada más cruzar la puerta directamente uso la insignia para dirigirme a la cámara. Una vez en ella, desenvuelvo la servilleta, la dejo sobre el suelo y echo mano de mi varita.

- Serpent Sortia.

Pronuncio el conjuro y espero que Skaa acudiera a mi llamada.

- Hola Skaa.

La saludo nada más aparecer sentándome en el suelo.

Buenasssss nochessss mi señoraaa. ¿Hay algo que pueda haceeer por usteeed? ¿Morder a alguien quizzza? - dice la serpiente con una sonrisa amable.

- Estoy tentada la verdad - admito sin muchos reparos - Os había traído comida.

Opto señalando la servilleta y jugando con la varita.

- Van a cambiar las cosas en Hogwarts. Han traído profesores nuevos y se van a marchar muchos. No se si podré confiar en alguien a este paso, así que necesito aumentar vuestro número.

Sabe que haceeer señora, nosotrosss sólo le servimossss a usteeed. - dice Skaa mientras varias serpientes se arrastran desde las sombras, su numero había aumentado mucho durante las vacaciones, ahora eran casi 20 de ellas.

Seguían sin ser suficientes, sobretodo para proteger la cámara, pero era un comienzo.

- Necesito que espiéis a los profesores, id una con cada profesor y vigiladlos. Y tu Skaa, ve a por el nuevo profesor de pociones, Víctor Cain, sobretodo quiero saber si también domina el pársel. Si es así, dile que le veré aquí.

Luego me levanto sintiendo como el estómago me ruge. Iba a ser una noche larga hasta el desayuno.