Partida Rol por web

Siempre agradecería al viejo Slytherin la creación de la insignia para poder acceder a la cámara, pero la conversación que me esperaba seguro que distaba mucho de ser placentera. Así que una vez aparecí en la cámara, encaminé las escaleras hacia la habitación y, tras sacar el diario, me tumbé en la cámara.

- Muy bien. ¿Qué querías?

Pregunto abriendo sus páginas y sumergiéndome en su contenido. Imaginaba que, cuanto menos, me esperaba un reproche.

Asi que la señorita finalmente decidió prestarme atención. Bien voy a ir al punto, ser un solitario no implica ser un paria, el buen nombre y el prestigio son armas invaluables para un mago. Observa. - dice el fundador mientras una visión se materializa a tu alrededor.

En algún lugar de Gales un joven y malherido Salazar Slytherin se ponía de pie mientras una joven terminaba de vendar sus heridas.

- Maestro Slytherin, debería descansar, estamos a salvo tras las murallas y sus heridas son graves. - dijo la joven con preocupación.

- ¿Qué hay del asesino? - pregunta Slytherin con sobriedad.

- Está acorralado en la torre norte y ha colgado su túnica ensangrentada en el alfeizar de la ventana para probar su victoria. Espere maestro no estará pensando en... - dice la joven con evidente preocupación mientras Slytherin toma su varita y abandona la habitación sin mediar palabras.

La visión te muestra a Slytherin recorriendo los pasillos en completo silencio, apartando de su camino a todo aquel que intentaba ayudarlo.

Tras algunos minutos de caminar en silencio, Slytherin sale al almenaje del castillo y con un simple movimiento de varita abre una enorme puerta  de madera y se interna en la torre, no sin antes lanzarle una mirada asesina a todos los soldados que intentarn seguirlo.

El mensaje era claro: "no los necesito".  Luego la visión te lleva al exterior de la torre, desde donde se ve un resplandor verde y un cuerpo caer desde lo alto, seguido por el propio Slytherin, quien desciende lentamente al suelo para luego abrir la puerta del castillo ante la mirada de asombro de más de mil hombres fuertemente armados.

Tras abrir las puertas, Slytherin se sentó fente a las mismas con su varita en su regazo, mientras el ejército enemigo iniciaba su retirada.

Luego la bruma inunda el lugar mientras un viejo Slytherin aparece a tu lado con una sonrisa en los labios.

Pobres idiotas, si hubieran sabido lo débil que estaba, quizá no hubiera llegado a los 24 años. ¿Entiendes porque huyeron al verme sin siquiera averiguar si estaba en condiciones de luchar o no? - inquiere el gran mago con tranquilidad.

Observo la escena sin saber a dónde quería llegar exactamente hasta que llegó el final.

- No quisieron arriesgarse a comprobarlo.

Declaro con bastante indiferencia cuando al final hace su pregunta.

- Pero yo no puedo pelear en las mismas que otros simplemente para dar una lección. Te habrás dado cuenta que mi puntería es pésima y me veo obligada a afectar al terreno adyacente o directamente herirles con mis propias manos y dientes convirtiéndome en pantera, eso me lleva siempre a situaciones de todo o nada con la vida en juego, por lo que con alguien que únicamente merece una lección estoy desarmada.

Explico el estilo de lucha que había deducido era más lógico para mi.

- Aparte, la sentencia por asesinato pasa por Azkaban y no quiero arrastrar a nadie en mi caída.
Me temo que son tiempos diferentes.

Concluyo esperando su réplica, por si tenía alguna sugerencia, o alternativa, al camino que había emprendido.

Al parecer no lo has captado del todo, yo no tuve que pelear contra esos mil hombres para derrotarlos, ellos huyeron sólo con verme y eso se debió a mi reputación y según lo veo, tu estás por destruir la tuya. - sentencia Slytherin con seriedad.

Construye una reputación sólida y tus batallas se ganaran solas. Esa es la lección de hoy. Si no tienes buena puntería, especialízate en hechizos de área y convocación, las posibilidades son muchas

Hasta ahí ya había llegado sola.

- Si, lo se, pero no tengo forma de hacerles temer el humo más que el fue...

Me callé en seco. ¿Y si la respuesta que buscaba era esa? ¿Acaso podía transformar el aire en una nube de humo? No dejaba de ser buena en transformaciones y respirar demasiado humo era perjudicial por muy buenos pulmones que tuvieras a pesar estar bajo los efectos del Anapneo y únicamente debía materializarlo todo lo denso que pudiera alrededor de mi objetivo.

- Creo que he dado con una nueva técnica - le informo antes de explicarla - Transformar el aire en humo. La primera reacción cuando notas que te va a faltar el aire es tomar el máximo que puedas, provocando que directamente inspires una buena bocanada que, como poco, te hará caer tosiendo y me permitirá acercarme lo suficiente para partirle la cara al idiota o desarmarlo. Viaje a la enfermería asegurado.

Expongo mi teoría al respecto. Únicamente fallaría con gente realmente fría y calculadora, pero nadie así se metería en una pelea por alguna tontería.

Muy bien jovencita, ahora vas por el camino correcto, fórjate un nombre y has que tus enemigos se lo piensen mucho antes de desafiarte, conviértete en niebla viviente y fuerza a tus enemigos a mantenerse lejos de tu camino. - dice el anciano complacido, mientras se desvanece ante tus ojos.

Hallarás la forma en la biblioteca de Rowena. - suena la voz del anciano mientras la cámara se materializa a tu alrededor.

¿Convertirme en niebla viviente? ¿A qué se referiría con eso? Porque claro, imaginaba que no era algo literal, ¿o si? Al fin y al cabo ya podía volverme un animal y quizás existiera la opción de transformarme también en niebla, que si además funcionaba como esperaba sería como inmunizarme ante cualquier ataque físico.

El problema es que tampoco podría atacar como pantera y tendría que estar alternando formas continuamente...

Reconozco aún sin saber si a lo que se había referido era tan literal como esperaba, aunque a raíz de la conversación, más parecía alguna especie de técnica de combate y que no tardaría tanto en desarrollar como la oclumancia o la clarividencia, de la que andaba bien lejos puesto siquiera había comenzado a leer el libro que había sacado de la biblioteca.

Se me acumulan los trabajos.

Reconozco dirigiéndome al escritorio y comenzando a ojear el libro, puesto que dudaba llegar a entenderlo sin el respaldo de alguien versado en la materia. Y no andaba tan desencaminada.

Ya sólo con abrirlo pude comprobar cómo la mayoría de las hojas estaban en blanco, cuando no aparecían como un borrón casi indescifrable, y únicamente tras centrarme en ver algo en ellas conseguía leer textos inconexos con los que terminaba mareada. Es por ello que opté por armarme de paciencia y empezar por la primera página, que lógicamente apareció en blanco y sólo tras esforzarme en intentar ver algo más, comenzaron a aparecer las primeras letras.

"Presagios y designios"

Leí antes de que las letras se difuminaran y cambiaran para revelar la palabra "Mopsus", quizás su autor pues no me sonaba de nada, aunque no tardaron en borrarse y dar lugar a un índice con lo que supuse sería diferentes métodos adivinatorios puesto que las únicas palabras que reconocí fueron "Sueños", "Fuego", "Pájaros" y "Siete". Después de ello me vi obligada a apartarla vista y restregarme los ojos cansada por el esfuerzo mientras Skaa trepaba hasta la mesa y miraba el libro con expresión confusa.

- Es difícil de leer.

Le explico sin darme por vencida, ni mucho menos, y vuelvo a centrarme en lo que supuse el primer capítulo de "Sueños", pese a que no era el primero de los borrones en la página de los títulos si que apareció el primero conforme pasé a la siguiente página. Parecía que el libro entendía mi propio nivel sobre la materia y se adaptaba a ello, por lo que al menos no necesitaría ayuda para comprenderlo.

Tan centrada estaba en la lectura, que antes de darme cuenta ya se me estaban cerrando los ojos y tenía un hambre de mil demonios. Tanto es así que me vi obligada a dejar e irme a la cama, no sin antes comerme unas cuantas ranas de chocolate para intentar engañar a la tripa. Sólo esperaba no quedarme dormida y también sin desayunar, pero en ningún caso lo que aconteció en mitad del sueño.

De pronto las nieblas de la inconsciencia se disiparon para dar lugar a una sala sin puertas ni ventanas. Su suelo era gris y daba la sensación de que por paredes sólo oscuridad. Un candil en el suelo era toda la luz de aquel lugar, pero no era lo único que allí se encuentraba, pues en la penumbra pude distinguir una forma animal que se movía al acecho con sus fríos ojos de depredador clavados en mí.

Inmediatamente quise echar mano de la varita, sólo para descubrir que no la tenía, mientras que la bestia fue avanzando hacia la luz y pude comprobar cómo una forma felina se iba dibujando confirne la luz del candil remarcaba más sus rasgos. Sabía que estaba a su merced y de salir corriendo seguro que me atraparía antes de darme cuenta, por lo que permanecí inmóbil deseando que mi pantera apareciera para hacerle frente, pues aquel felino tenía multitud de cicatrices, no sólo una como la que ambas compartíamos en la cara, sino que además era más grande y las tenía por todo el cuerpo. Aún así, su figura me resultaba demasiado familiar y el que no acudiera mi pantera empezaba a asustarme de verdad.

"¡Mira lo que nos has hecho!"

Me recriminó una voz procedente desde todos los rincones de aquel extraño lugar, para luego la bestia transformarse en una mujer con una túnica hecha jirones y que me recordaba demasiado a mamá a pesar de todas las heridas mal curadas que tenía por todo su cuerpo. Petrificada, no pude evitar fijarme en su rostro y reconocer una en concreto en el pómulo.

"MIRA LO QUE NOS HAS HECHO!"

Me recriminó ella en esta ocasión mientras sacaba una varita que, ya no tenía dudas, era la mía propia.

¡Éste es el camino que has elegido!

Me hizo saber iracunda conforme me apuntaba y de la varita brotaba un haz de luz roja que vino directa hacia mí...

... El hechizo me golpeó de lleno provocando que despertara con la respiración agitada y sudores fríos. Aún permanecía asustada, temiendo que mi reciente interés en la adivinación y la pesadilla pudieran estar relacionados, porque de haber sido una verdadera visión del futuro, en verdad resultaba terrorífica, porque ¿qué habría tenido que vivir para acabar así? ¿qué me habría motivado a vengarme de mi misma? Y eso sin empezar con las consideraciones de si era o no posible.

Las preguntas y el miedo provocaron que tardara un tiempo en levantarme de la cama, tiempo que usé para serenarme y centrarme, pues debía afrontar las elecciones y vivencias del día anterior. Tendría que regresar a la biblioteca y buscar sobre esa niebla, acordarme de comer algo antes de que acabara desfallecida y afrontar el hecho de que debía disculparme con Jane y Kat, que seguramente fuera lo más difícil de todo.

Así que terminé por vestirme, recoger mis cosas, incluido el libro sobre clarividencia y caer en la cuenta de algo a lo que no había prestado la suficiente atención. Ni siquiera había pensado que fuera algo útil, pero con tantos pasillos, corredores y salas secretas, quizás alguno estuviera reflejado en aquel mapa de Hogwarts que había encontrado en la casa de los gritos, por lo que me dispuse a echarle un vistazo rápido antes de dirigirme al comedor.

Regresé a la cámara una vez terminó la comida, debía preparar más poción vitalizante para mis futuros entrenamientos con Bane, pero la amorentia de la que me había hablado Parker me hizo mirarla en el libro de pociones de Slytherin. Francamente, dudaba mucho que hubiera realizado un movimiento tan estúpido como ese, pues bien podría afectar a quien estuviera cerca o ser disipado por el viento, sin contar con que dudaba mucho que le hubiera dado tiempo a preparla en tan poco tiempo, dando cómo única opción lógica que sólo pretendía que montara un escándalo, algo que no estaba dispuesta a crear.

De todos modos, sólo necesitaba encontrar la sustancia en el libro para confirmar mis sospechas y pasar a asuntos más importantes cómo la poción revitalizante o preparar algún antídoto para su jugada, sólo si al final resultaba plausible.

- Aquí estas.

Comento cuando al final la localizo y me pongo a leer sobre ella. Francamente era potente, pero no me preocupaba tanto debido a su duración, es más, si estaba en polvo tal y como había dicho, la cantidad que podría afectar a Artemis apenas sería lo suficiente para llegar hasta ella y quedarse con la boca abierta sin saber qué demonios hacía, así que opté por volver a centrarme en la poción vitalizante. Empezaba a serme algo mecánico y quizás deviera probar algo más avanzado, pero hasta saber cómo serían los entrenamientos ésta era algo básico.

Eso si, una vez dejé el preparado listo, bajé hasta la estatua de la pantera y me dispuse para practicar algunos hechizos.

Lo primero que necesitaba era un objetivo, así que tras pensarlo un minuto opté por uno de los hechizos de este curso y tras apuntar a una de las baldosas declaré.

- Snufflifors.

E inmediatamente la baldosa se transformó en un pequeño ratón blanco que alertó a todas las serpientes del lugar.

- Quietas.

Les ordené con cierto tono de amenaza mientras el roedor empezaba a buscar nervioso una salida de aquel lugar, opción inviable más cuando pensaba poner en práctica la técnica que había teorizado ante el fundador.

- Reinifors.

Pronuncié con la intención de transformar el aire que rodeaba al ratón en un espeso humo que sirviera para noquearlo.

Nada, ni siquiera un pequeño rastro como el que podría originar una vela al apagarse.

- Ummm... no lo entiendo.

Mascullo al tiempo que imagino que necesitaría mucha más práctica con el hechizo, o usar otro directamente que se centrara en crearlo y que lamentablemente no conocía.

- Me temo que tendré que investigar algo más.

Le explico a Skaa y vuelvo a centrar mi atención en el ratón. Ésta vez probaría otro hechizo, uno más peligroso.

- ¡Bombarda!

Pronuncié señalando al ratón pero sin que ninguna explosión se manifestara, dándome a entender que algo también se me escapaba de este.

- Parece que se va a terminar escapando ¿tienes alguna sugerencia?

Me dirijo nuevamente a la serpiente en busca de más opciones aunque sin desanimarme. Sabía que otras versiones más dañinas pasarían por destrozar el suelo o incluso pegarlo a el, pero no estaba de más consultar los conocimientos de la serpiente.