Partida Rol por web

Al escuchar el comentario de Hellen, el profesor Macmillan revisa sus notas.

Tiene razón señorita Greystoke, mis disculpas, dejaremos el boggart para luego, ahora os mostraré como efectuar el hechizo Atabraquium en cuanto al Araña Exumai, me temo que lo tendremos que dejar para otra clase. - dice el profesor mientras arrima el baúl.

Aunque si nos damos prisa, también podríamos ver el hechizo Ridiculus, después de todo, es más probable que tengan que enfrentar a uno de estos que a una acromántula. - dice el docente mientras se para frente a la clase.

Ahora presten atención, necesito un voluntario. - en cuanto el profesor dice esto Ian se pone de pie. - Excelente Jhonson, excelente, un paso al frente.

Una vez con Ian frente a él, el profesor apunta su varita y sin previo aviso dice - Atabraquium

Acto seguido los brazos de Ian qudan inmovilizados, tal como si estuvieran pegados el uno al otro. - Un mago con los brazos inmovilizados no puede usar una varita y es más fácil de controlar. 

Ahora ustedes. - agrega el docente.

Primera parte

- Buenos días, profesor - siempre esperaba con entusiasmo, sobre todo cuando se ponía interesante. Y aquel día no fue para menos.

Un boggart, genial - pensé emocionada. Me daba algo de miedo, pero estaba segura de que podría con él.

En cuanto el profesor preguntó levanté la mano para responder y estaba a punto de hacerlo cuando Hellen lo interrumpió. Bajé la mano, impaciente y presté atención al nuevo hechizo que nos enseñaba el señor Mcmillan.

En cuanto terminó, tomé a Kat de la mano y la sonreí - Kat, ¿practicas conmigo? 

Dejé que mi compañera me hechizara primero y luego lo hice yo - Atabraquium.

El conjuro salió sin problemas.

Segunda parte

Una vez terminada la primera parte de la clase, volvimos a retomar el tema del boggart.

- El boggart es una criatura capaz de transformarse en lo que uno más teme, por lo que nadie sabe qué forma tiene. Se le puede reconocer porque hace sonar, sacude o araña los objetos cercanos al lugar en el que se esconde.

Primera Parte:

Kat llegó a la clase con el mismo semblante en blanco, sea lo que le hubiese pasado aún le dejaba huella. Tomo su sitio e intento tomar notas de la asignatura. No entendía ni jota de lo expuesto, solo algo relacionado con los Boggart. Antes de seguir la clase tomó otro rumbo y ahora iba a aprender otro hechizo.

Silenciosa asintió a la petición de Jane y practicaron juntas el Atabraquium. Kat fue primero y en un esfuerzo conjuró:

—Atabraquium.

Su varita dio la típica trompetilla burlona. A diferencia de otras veces Kat no reacciono por el fallo, quizás por la apatía que estaba pasando en el día. En cambio Jane si pudo inmovilizarla y dejarla con los brazos constreñidos, por suerte esto no duró mucho.

Segunda Parte:

Ahora iban a por el Boggart. La rubita alzó la mano y contesto ante la pregunta:

—Un Boggart es una marca de pastetito que venden en las tiendas Muggle de Londres.

Después de las risas por aquella respuesta Kat se ruborizó, estaba con un gesto en blanco pero aún en ese estado podía sentir vergüenza.

Pronto pasaron a enfrentar al ente, saliendo del Ropero este tomo la forma de una imagen suya que caía por un vacío sin fin. Kat no se inmutó por esto, comparado con sueños horrendos y pesadillas oscuras ese miedo a las alturas era algo controlable. Dio un paso al frente y con varita en mano conjuro:

—Ridiculus.

De forma casi jocosa la varita salio volando por el impulso de girarla con la muñeca, esta atravesó al ente quien seguía mostrándola a ella en una caída al vacío interminable.

—Rayos.—Se atrevió a decir. Al menos tanto fracaso estaba sacándola del shock en que estaba.

Jackie saca la varita, e intenta hacer una prueba con el nuevo hechizo.

"Mérida ¿Te importaría si...? ¿Porfi?"

Recuerda los movimientos de varita, la expresión del profesor, y la entonación. Así que poniendo un buen esfuerzo en cada paso, lo intenta

"Atabraquium"

El hechizo sale bien, y la pobre de Mérida no puede mover los brazos. Jackie aprovecha el momento indefenso, y le hace cosquillas en la nariz a la compañera, usando una pluma

El Boggart es harina de otro costal.

La chica de USA es de los primeros voluntarios, aunque la determinación le va flaqueando a cada instante que pasa frente a la puerta.

Cuando el armario se abre, lo que sale es frio, es oscuridad, olor a humo y a quemado, y entre ella, una tilitante y pobre luz roja.
Hay olor a carne quemada, a gritos de niños y adultos.

Del armario cae un cartel entre llamas. "W. Instituto Warren para jóvenes dotados"

Y de arrastrandose, desde la puerta, salen tres muchachos. Con la piel cubierta de laceraciones y golpes. Con los ojos perdidos. Son sus compañeros.

"Por que... Por que nos abandonaste..."

Primera parte

Freddy llegó contento a la clase de defensa contra las artes oscuras. Le encantaba esa clase y la disfrutaba, así que cuando escucho la explicación sobre el Boggart sonrió. Le parecía interesante.

La explicación de Atabraquium no le pareció tan interesante. Atar a alguien podría ser útil pero él quería ver al Boggart en acción.

- ¡Atabraquium!-pronunció sin mucho entusiasmo estando, incluso, a punto de fallar el hechizo.

Segunda parte

Llegados al Bogart Freddy no tenía dudas. Sabía muy bien a que bicho se enfrentaban.

- Un Bogart es una criatura que es capaz de transformarse en aquello que más temes-respondió con celeridad a la pregunta-. Me encantaría ver en que se transforma

El joven Townsend sonrió mientras preparaba su hechizo.

Cuando el profesor soltó a la criatura está, algo confusa, se transformó en lo que Freddy más temía. Un demonio con tres cabezas le miraba jadeante. No era la cabeza central la que más le atemorizaba puesto que esa, en concreto, era una cabeza de demonio normal y corriente como ya había visto más de una vez pero, sin embargo, las dos restantes tenían un aire familiar que él conocía, indistinguibles todavía por la bruma sabía que forma terminarían adoptando.

No tenía, sin embargo, miedo por la extraña situación. Después de todo lo que habían pasado no temería y, decidido, lanzó su hechizo antes de tener que ver el resultado final.

-!Ridiculus¡- pronunció sin darle más vueltas y vio como el monstruo se desprendía de sus dos cabezas y se transformaba en un payaso que hacía malabares con pelotas.

Suspirando se alejo pensando en lo que había visto.

Primera parte

¿Qué diantres es un boggart? Pensó la pelirroja mientras intentaba buscar en su libro, aunque sin mucho éxito. Tenía que admitir que las palabras del profesor no sonaban para nada tranquilizadoras, y mucho menos la presencia de aquel ominoso armario que se encontraba en el aula. 

Por suerte, iban a ser 'salvados' aunque solo fuera momentáneamente gracias a Hellen, que le recordó al profesor Macmillam que tenían otros hechizos que aprender.

- Atabraquium. - Allison practicó el hechizo inmovilizador con otro alumno de clase, aunque por poco no consiguió acertar, la curiosidad por saber que había en el misterioso armario la estaba desconcentrando. 

Segunda parte

Ya saben el dicho: 'La curiosidad mató al gato.' En el caso de la Hufflepuff estaba a punto de hacerse realidad, aunque por suerte no literalmente, pero es que cuando llegó el turno de enfrentarse al Boggart, estaba claro que la pelirroja no estaba preparada. Aunque intentaba mostrarse serena, la descripción que había dado Jane sobre la criatura hizo que se imaginase mil cosas horribles, cuando tendría que estar haciendo justo lo contrario...

Fue tan desastroso que cuando la puerta se abrió, por un momento creyó que todo el agua del lago estaba dentro de aquel armario, y lo peor es que se sentía arrastrada a ir a su interior. ¡Ni de broma pensaba entrar ahí! Pero.. Pero no podía evitarlo, sentía como si unos lazos invisibles la obligaran... - ¡No! ¡No quiero entrar! - Allison dio un gritito mientras se agachaba en el suelo, haciéndose una bolita protegiéndose con sus brazos, muerta de miedo. 

Primera Parte.

Ver el efecto del hechizo me resultó sorprendente, más que nada porque era otro de los que tendría que cuidarme de no no sufrir sus efectos. En cualquier caso, sería prudente no dejar a Ian atado durante toda la clase, pese a lo tentador que sería.

- Finite incantatem - declaro con un movimiento de mi varita y deshaciendo el hechizo con una leve sonrisa - Pero no te emociones, necesito una víctima - le advierto y ensancho la sonrisa - Atabraquium.

Realizo nuevamente el hechizo provocando que sus brazos vuelvan a pegarse sujetos por una cuerda verdosa.

- Si le sumamos un Palalingua estarías muy divertido, aunque creo que el profesor Macmillan se enfadaría conmigo, así que... Finite incantatem.

Vuelvo a pronunciar con total naturalidad liberando por completo a mi compañero de casa.

Segunda parte.

No tenía ni idea de que era una boggart, pero gracias a la intervención de Jane y Freddy, sabía que necesitaría prepararme para enfrentarlo, lo cual suponía volver a formar mi barrera mental en un primer lugar y luego respirar profundamente, porque ¿qué forma podría adoptar conmigo?

Era una buena pregunta, dado que no es que no tuviera miedos, de hecho no me gustaban las alturas, pero no creía que ese fuera mi mayor temor, siquiera el que ver a alguien que quisiera muerto, o un demonio como en el caso de Freddy, en cuyo caso mi primer instinto sería el de atacar. En cualquier caso, mis preocupaciones seguramente estuvieran de más, pues pronto lo averiguaría. Así fue que me coloqué frente al armario con precaución e inmediatamente fui envuelta en una bola de espesa oscuridad que me alejó del aula por una eternidad, completamente privada de todos mis sentidos, ajena al paso del tiempo, alejada de todo y, lo que era más preocupante, de todos.

Cuando la oscuridad se desvaneció, lo primero que sentí fue que faltaba el aire y que estaba en el suelo, tenía frío y temblaba, agarraba mi varita únicamente porque se me habían agarrotado las manos y era incapaz de discernir nada. Jamás había tenido tanto miedo y aquella criatura apenas se había servido de lo que se escondía en mi cabeza, es decir que no era algo real, entonces... ¿que ocurriría si aquella posibilidad llegaba a cumplirse? Y no me refería a que el mismísimo archiduque me aislara, sino a que estuviera realmente sola por siempre jamás. Ese fue el caldo que atrajo a Bucón y con solo pensar en volver a crearlo era aterrador.

Me estaba poniendo algo nerviosa. Enfrentarse al boggart parecía aún más aterrador de lo que creía. Me impresionaron especialmente los de Jackie y Hellen, escondían un miedo más profundo que un simple miedo cotidiano. Aparté la mirada sin poder soportar verlo, cuando los tres muchachos se arrastraron hacia Jackie. No me extrañaba la aparición, pero no dejaba de impactarme.

Cuando llegó mi turno, temblaba un poco. Sabía lo que iba a salir del armario, una serpiente bien grande, a la que pensaba convertir en una sarta de salchichas. O puede que saliera mi bisabuela Elora observándome con mirada penetrante y gesto adusto. Espero que no... pensé con un escalofrío.

Sin embargo, no fue nada de eso lo que salió. En cuanto la puerta se abrió lo primero que sentí fue un intenso frío, seguido de miedo, melancolía y dolor, y una sensación de debilidad física. Ante mi se alzó un dementor mirándome con sus malignos ojos rojos.

Asustada, di un par de pasos atrás, aferrando mi varita fuertemente. Mis ojos, abiertos de par en par del miedo, no podían apartarla mirada del encapuchado ser.

- Ri...ri... - congelada, apenas era capaz de moverme o de reaccionar. Me quedé allí tartamudeando, hasta que por fin encontré la suficiente voluntad como para levantar la varita y apuntarlo - R-¡Ridiculus!

El dementor se convirtió en una sábana con dibujos de zanahorias. Miré la sábana, respirando agitada, y después suspiré de alivio.

PRIMERA PARTE

Al iniciarla clase el profesor nos empezó a consultar sobre los boggart y aunque conocía la respuesta demoré batante en levantar la manolo que le dio a Hellen suficiente tiempo para hacer de las suyas y cortar con la fluidez de la clase lo que me causo bastante molestia.

Tras negar con la cabeza, porcedí a responder la pregunta realizada por el profesor MacMillan

Profesor, un boggart es un ser oscuro que se alimenta el miedo de las personas y no tiene forma física conocida, según dicen los libros de texto, quien confronta un boggart debe estar listo a encarar a su mayor temor.

Acto seguido hice pareja con Mérida para lograr realizar el encantamiento Atabraquium y aunque me costo bastante conseguir el dichoso encantamiento, finalmente logré concentrarme lo suficiente como para conseguir atar las manos de Mérida con una cuerda tan delgada como un fideo, pero lo suficientemente fuerte como para restringir con algunos segundos las muñecas de mi compañera.

SEGUNDA PARTE

Llego el momento de enfrentar al boggart y uno a uno fuimos pasando frente al dichoso baúl, pero cuando llegó el turno de Allison, mi amiga se quedó congelada del miedo y entonces decidí acudir en su auxilio, casi sin pensarlo apunte mi varita contra el boggart y con voz firme dije: - Ridiculus. - convirtiendo la gran masa de agua que amenazaba con devorar a Allison en un cono de helado.

Luego me apresuré a ayudar a Allison a ponerse de pie y la observé detenidamente.

¿Estás bien? - pregunté ignorando las miradas curiosas del resto de la clase, luego me gire hacia el boggart hecho una furia, más que listo para acabar lo que había empezado, pero entonces llegó la hora de la venganza de la criatura. El boggart aprovechó los instantes que dediqué en ayudar a Allison para reponer sus fuerzas y convertirse en mi mayor temor.

Ante mi se encontraba una figura encapuchada como de dos metros de alto con una enorme guadaña entre las manos y una lista en la otra y empezó a enunciar nombres mientras avanzaba hacia mi, uno a uno los nombres de mis familiares y amigos eran pronunciados por la parca mientras avanzaba lenta y amenazadoramente hacia mi.

Por más que intenté levantar mi varita, me resultó imposible mover un sólo músculo. - No te acerques más, no dejaré que te los lleves. - fue lo único que pude pronunciar mientras la parca caminaba lentamente hacia mi.

Había tardado en recuperarme y aún temblaba, pero no iba a dejar pasar la experiencia por muy aterradora que fuera. Por lo que habían dicho, la criatura buscaba en mis propios pensamientos, por lo que si conseguía bloquear ese recuerdo en concreto, quizás tuviera alguna oportunidad.

Así que agarré mi varita con ambas manos, cerré los ojos y me centré en el recuerdo del demonio. Necesitaba impedirle el acceso y con esa idea en mente declaré el hechizo.

- Memoriae Obsidio.

La barrera mental se formó entorno a dicho recuerdo, aunque era la primera que hacía y la sentía bastante débil, en cualquier caso era mejor que nada, por lo que cuando vi a la muerte dirigirse a por Artemis me dispuse al segundo asalto.

En esta ocasión fui yo quién se abalanzó contra el boggart y estaba claro que me recordaba pues la nube de oscuridad volvió a rodearnos, pero en esta ocasión algo se escuchó salir de su interior.

- ¡Ridiculus!

Pronuncie estallando la bola como un millar de pequeños fuego artificiales y devolviéndola a su escondite.

La sensación de verse superada por la masa de agua que la invitaba a entrar al interior del armario era demasiado para la pelirroja, no podía, a pesar de las advertencias del profesor se había dejado llevar por el pánico y era incapaz de reaccionar. Al menos, hasta que Artemis acudió en su ayuda, transformando el agua en un cono de helado gigante. 

Allison tardó varios segundos en comprender lo que había pasado, miró con asombro hacia el Gryffindor, aún tenía los ojos abiertos como platos por el susto, y estaba al borde de las lágrimas. - S-sí, e-estoy... Estoy bien. Gracias.. - musitó aún temblorosa, mientras se ponía en pie con la ayuda del chico. Se sentía un poco avergonzada por haber fallado el ejercicio de tal manera, y por mostrarse tan debilucha ante todos. Pero también agradecida de que aquel sentimiento de angustia hubiera terminado.

Lo peor había pasado o eso pensaban... Fue en ese momento que el Boggart atacó de nuevo, esta vez tenía al chico como objetivo. Había tomado forma de la mimísima Muerte, era realmente escalofriante y... Y no sabía que hacer...

Por fortuna, la rápida intervención de Hellen terminó con el avance de la criatura que se transformó en una explosión de fuegos artificiales. Allison soltó un hondo suspiro como si hubiera mantenido la respiración durante todo el tiempo, tendría que terminar aprendiendo también aquel hechizo si quería ayudar en casos así, aunque primero necesitaba mantener la compostura cuando lo tuviera delante. - Uf.. Eso estuvo cerca.. ¿Estáis bien? - preguntó mirando a ambos con rostro preocupado.

Cuando creía que todo estaba perdido, súbitamente la parca explotó en miles de colores mientras Allison repetía la pregunta que yo le había hecho minutos antes.

Si Allison, es sólo que me quedé en blanco. - digo mirando el baúl del boggart con bastante fastidio, luego centré mi vista en la Slytherin.

Gracias Hellen, pero esto no cambia en absoluto lo que hiciste, y no me refiero a lo de ayer, sino a tu jueguito con Parker. - digo fastidiado, al tiempo que me dirijo hacia mi pupitre.

Una vez explité a boggart me incorporé y arreglé a falda haciendo poco caso de las palabras que me dirigían, pues tal y como había supuesto, la barrera que había formado no había servido de nada y había acabado sido atravesada por la criatura con facilidad. Quizás debido a que se hubiera alimentado de mi propio miedo a que alcanzara dicho recuerdo, pasando por encima de mis precauciones gracias a que yo misma le ofrecía las alas para ello.

De todos modos, no podía volver a quedarme igual y había sido eso lo que me había llevado a no amilanarme ante el miedo. Sabía que si caía en ello cuando más me necesitaran, estaría todo perdido, por lo que no podía permitirme quedar paralizada por el terror, necesitaba asimilarlo, entender que era otro sentimiento tan útil como cualquier otro, pero en lugar de intentar escapar, había comprendido que eso no serviría de nada. Necesitaría destruir el origen de ese miedo, sólo entonces acabaría con ello.

- No se de que me hablas - replco a Artemis - Y devuélveme la varita. El núcleo de cuerno de basilisco no te servirá bien y no te imaginas lo que ha esperado para que la tengas criando polvo.

Le advierto antes de que se confíe por disponer de ella, pues era tan sencillo como que se enfrentara a alguien que dominara el pársel para que dudara a quién obedecer, por no mencionar que ella misma se había presentado voluntaria para que yo la usara.

PRIMERA PARTE

Al llegar a la clase, el profesor empezó a hablarnos sobre los boggart unas criaturas la mar de interesantes, pero cuando estaba a punto de responder la pregunta Hellen le recordó al profesor la tarea de la clase pasada.

El profesor revisó rápido sus notas y procedió a cambiar el rumbo de la clase, en ese momento Artemis me pidió que trabajara con él, así que accedí.

Trabajar con el Gryffindor siempre resultaba interesante, era muy bueno en cuanto a hechizos y efectivamente, logró el hechizo en su primer intento.

Cuando fue mi turno de intentarlo, también conseguí lograr realizar el sortilegio, incluso con más fluidez que mi compañero.

Artemis a partir de hoy eres mi amuleto de la buena suerte, así que quédate en las próximas clases. - comenté divertida mientras él se limito a sonreír.

SEGUNDA PARTE

Finalmente, llegó mi turno de enfrentar al boggart, sin embargo, mientras me ponía de pie para ir hasta el baúl pude ver como Allison fallaba en su intento de enfrentar a la criatura y Artemis acudía en su ayuda como un hipogrifo descontrolado, lo que llamó mucho mi atención.

El Gryffindor parecía bastante decidido y determinado, lo que me hizo preguntarme que habría motivado esa reacción en el joven.

Sin embargo, lo que aconteció luego fue que Artemis se quedo paralizado ante su boggart y no lo culpo, pues este tomó la apariencia de la parca y entonces Hellen salió en ayuda del chico, pero la reacción de Artemis fue un tanto desconcertante.

No sabía que estaba pasando entre esos tres pero iba a averiguarlo, así que, mientras que Hellen le reclamaba al Gryffindor que le devolviera su varita.

Chicos, todos os están viendo, mejor porque no tienen esta conversación después de clase. - dije mientras encaré al boggart que se convirtió en una serpiente gigante hasta que el profesor Macmillan lo regresó al baúl dando por terminada la clase.

Jackie ve a los compañeros. Y se fija en particular en un muchacho, Richard, y en una chica, Samantha Riddle. Sabe que ellos no se rendirían. Los conoce, son sus amigos.

Y que para ellos, el infierno no es sino un paseo por el campoç

Así que mira al mortífago. Al ser que les amenaza, que les abrasa, y que la amenaza a ella.

Jackie le mira. y piensa

"Cobarde. Sólo eres un cobarde. Tu sólo actuas escondido en la fuerza de los números. El coraje, la sabiduria, el esfuerzo y la ambición de ser mejor cada dia te son ajenos"
"Vienes a mi como un demonio, pero solo eres... una GALLINA"

Y postureando un poco -porque es Jackie y no lo puede evitar- levanta la varita y...

"¡Ŗi͝d͟i̡c͝ul̷uś!"

La imagen del armario desaparece. Los viejos amigos han desaparecido, y en vez de un mortífago de tres metros -que es como ella lo recordaba- lo que hay es...

Un pollo de goma. De esos con una polea en medio

"Que apropiado, tu peleas como una vaca" dice sin poder resistirse

Excelente trabajo chicos, en verdad lo habeís hecho genial, ha sido una clase bastante exigente y deben estar agotados, he aquí vuestras notas.

La clase ha concluido, por favor retírense a descansar a sus dormitorios en verdad lo necesitan, un boggart es una criatura que pese a ser relativamente inofensiva, es muy difícil de confrontar para un mago.

La próxima clase veremos el Araña Exumai y aquellos que fallaron contra el boggart, tendrán una segunda oportunidad para enfrentarlo.

Por cierto, aquellos que deseen volver a probar suerte contra el boggart, pese a haber aprendido a realizar correctamente el hechizo, también podrán hacerlo, pero no os lo recomiendo. - dice el profesor con seriedad.

La exposición continua a un boggart puede llevar a algunas personas a perder la razón, por eso la próxima clase será su última oportunidad de combatir a esta criatura en un ambiente controlado.

Y señores Greystoke y Flamel, por favor absténganse de confrontar a un boggart ajeno, ese es mi trabajo no el vuestro.

Al terminar la clase me acerco a Freddy y a Allisonn, quienes están sentados junto a Mérida.

Chicos ¿Gustan practicar un poco antes del club de duelo o prefieren ir a descansar junto al lago? - les consulto mientras le hago señales a Kat y a Jane, quienes estaban sentadas junto a Jackie, para invitarlas a venir con nosotros.

Jackie se sorprende

"oh... ¿Yo tambien?" Pregunta sorprendida, ya que nunca nadie la habia invitado anunirse a una pandilla. Por fea.

"Oh... pues vale"

Artemis sonríe y aaiente con la cabeza.

Claro, mientras más seamos, más divertido es. - responde sin dudarlo, después de todo tenía un par de preguntas para la Hufflepuff.

Nuevamente no me devolvía la varita y y hacía caso omiso de mis advertencias. Al final me iba a obligar a tomar medidas aún más contundentes.

- Eso no es técnicamente cierto - puntualizo al comentario de Artemis pero dirigiéndome a Jackie - Pero mira a ver si tu le haces entrar en razón y descansa.

Digo a modo de recordatorio para el Gryffindor, de lo contrario no me dejaría más remedio. Luego marcho con Ian a la biblioteca.