Partida Rol por web

Samantha no se iba a retirar. Quería acabar con la vida de Janelle a toda costa. Observando al molesto zorro al lado de ella, conjuró directamente contra él. 

Gladii Elementum

Y mientras hacía eso, le decía a Glaudos que redoblara sus esfuerzos para acabar con la mujer, mientras que Samantha estaba atenta para bloquear cualquier ataque de su contrincante.

Los nervios atosigaban a Freddy y, mientras trataba de controlar su patronus para atacar al demonio, tropezó perdiendo la concentración.

"Mierda" pensó mientras veía como se desvanecía el haz de luz.

Las cosas se estaban poniendo difíciles arriba y eso comenzaba a preocuparle.

Las heridas me sangraban, la espalda me escocía y en mis ojos podía verse aflorar un sentimiento poco común, furia.

Quería despedazar a ese diablillo, arrancarle los ojos e iba hacerlo. Ya Hellen había hecho la mitad del trabajo al derribarlo y mi varita iba a hacer el resto. 

Mis heridas eran graves y la vista se me nublaba por segundos, pero no necesitaba apuntar para lo que iba a hacer. Las runas brillaban fuertemente en mi varita, la cual apoye contra el rostro del malherido diablillo.

¡EXORDIO! - grito con furia mientras una llama azulada emerge de la punta de mi varita y envuelve la cabeza del diablillo terminando con su patética existencia.

Luego de que uno de los diablillos hiriera de gravedad a Artemis, Hellen decidió cobrar revancha por su novio y liberó a su bestia interior convirtiéndose en una pantera mediana para luego dar un gran salto y atrapar a Abel entre sus fauces clavándole sus afilados colmillos.

Al tiempo que Hellen derribaba Abel, Janelle intentaba golpear a Samantha con cualquier cosa que tuviera a su alcance usando el hechizo waddiwasi, pero lamentablemente para la Ravenclaw, su adversaria era bastante dura y ágil, lo que le permitió a la Slytherin esquivar con suma facilidad el gran tablon que Janelle lanzó contra ella.

Conforme el duelo del segundo piso se volvía más intenso, un malherido y furioso Artemis se ponía de pie en la planta baja, dando tumbos, se pone en marcha hacia el lugar en donde una enorme pantera intentaba despedazar a un diablillo, para cobrar venganza contra su vil agresor, descargando un poderoso proyectil de fuego sagrado sobre la cabeza del depravado ser, quien murió en el acto.

Por su parte, Eliphastus quedó atrapado entre la empalizada creada por Hellen mientras las llamas amenazaba con engullirlo, el joven Ravenclaw contaba con apenas algunos segundos para escapar de una muerte segura, sólo tenía dos opciones, seguir forzando su camino hacia el primer piso, corriendo el riesgo de quedar aún más enredado en la empalizada o regresar al segundo piso, sin importar lo que decidiese, la suerte del Ravenclaw parecía echada, pues el incendio del segundo piso ya se había salido de control.

Mientras el fuego avanzaba en el segundo piso, Katherin abandonó su refugio y atendió las heridas de Artemis, para luego hacerse cargo de las llamas que amenazaban a sus compañeros del primer piso, lo que provocó que la rubia cayera de rodillas al suelo víctima del cansancio, para finalmente arrastrarse de vuelta a su refugio.

No muy lejos de Kat, Freddy intentó convocar un segundo patronus, pero debido al stress de la situación, el joven Gryffindor perdió su varita, la misma que resbaló de sus manos, al tiempo que Samantha disparaba una ráfaga de agujas envenenadas, las cuales atravesaron al patronus de Freddy al tiempo que este se desvanecía en el aire.

Tan pronto el patronus de Freddy desapareció, Glaudos descargó un poderoso relámpago el cual paso perligrosamente cerca de la cabeza de Janelle, mietras veía como las llamas empezaban a avanzar descontroladamente por el segundo piso.

Al notar que la victoria se les escapaba de las manos, Cain y Noctumbris intentaron un desesperado ataque sobre Artemis y Freddy, los cuales erraron por mucho sus blancos.

Mi señora, es hora de irnos, yo puedo sobrevivir a las llamas, usted no. Es la última vez que se lo digo si se niega a marcharse, entonces tendré que llevármela por la fuerza. - dice la voz de Glaudos con tono apremiente mientras intenta convencerte de retirarte.

Después de atender a Artemis Kat se sentía satisfecha, era solo el comienzo pues las llamas los amenazaba a todos a lo cual la Rubita se encargó al apagarlas con el aguamenti.

Con todo controlado Kat intentaría hacer un ataque pero repentinamente sintió un fuerte mareo, tan fuerte que la postró de rodillas al suelo. Seguido de eso empezó a respirar con dificultad, el esfuerzo mas los humos tóxicos del extinto incendio acabaron con buena parte de sus energías.

Con todo esto encima solo pudo regresar a rastas a su cobertura tras el viejo librero. Una vez ahí y mientras se esforzaba en respirar un crepitante sonido llamaba su atención, el incendio si bien estaba extinto en la planta baja no era así en la parte de arriba; era horrible, los del team tenebroso estaban atrapados ahí, expuestos al fuego y era peor, JANE ESTABA AHÍ TODAVÍA. Aterrada Kat grito a la planta alta:

-JANE SAL DE AHÍ, EL FUEGO ESTA FUERA DE CONTROL.

Como estaba ahora la Rubita no podía hacer nada, incluso gritar la dejaba sin fuerzas. Ojalá que su amiga pudiera escucharla.

Freddy gruñó al perder la varita y corrió a cogerla. Arriba, su compañera necesitaba su ayuda y le estaba fallando. Una vez recuperara su varita no volvería a equivocarse. No podía hacerlo.

Uno menos.

Pensé conforme escupía los restos del diablillo y me detenía un segundo para mirar a Eliphastus, retándole a seguir adelante si es que se atrevía, pero en lugar de ir hacia él y el incendio, vuelvo a arremeter contra otro de los diablillos que había sido tan estúpido de intentar hechizar a Artemis. Estaba claro que no sabían dónde estaban metidos, porque o huían o acabarían exterminados.

- Maldición - murmuré cuando el fuego se descontroló, miré hacia todas partes alarmada y lancé una mirada urgente a Samantha - dejaremos esto para otra ocasión, salgamos de aquí o moriremos abrasados - apunté hacia mi misma y pronuncié - Mytrandir.

Con cierta reticencia, observé el cuerpo inerte de Richard y después apunté con la varita - Wingardium leviosa.

No es que fuera muy amiga del siniestro mago pero tampoco iba a dejar que muriera allí. Después, eché a correr hacia el final del corredor hacia alguna ventana que estuviera cerca.

Samantha observó a Glaudos de reojo, y le dijo;

Puedo usar el conjuro bombarda para destruir el piso más adelante y huyamos por ahí, si resistes el fuego puedes sacarnos a todos nosotros, ¿No? Si no puedes hacerlo, ¿Puedes sacarnos a todos nosotros de aquí?

Puedo sacarlos a todos, pero no será fácil, alguno de los otros podría morir durante el salto, los cuerpos de los humanos no son tan resistententes como los de los demonios y sólo el suyo está protegido por nuestro pacto.

Adelante mi señora. Estoy listo en cuanto lo esté. - responde Glaudos.

Luego de acabar con Abel centro mi atención en los otros dos diablillos, uno de los cuales logró esquivar el ataque de Hellen por apenas unos centímetros, pero no lograría esquivar el mio.

Ya me tienes harto rata con alas. Es hora de que caigas. ¡Exordio! - grito mientras lanzo un proyectil de fuego sagrado contra el condenado diablillo que se pasó toda la tarde lanzando hechizos contra mi, confiando en derribarlo finalmente.

Tras escupir los restos del diablillo, la enorme pantera negra que se encontraba de pie en medio de la sala, dio un gran salto intentando derribar a otro de los diablillos errando por muy poco su diana, la misma que paso volando a escasos centímetros de sus fauces.

Sin embrago, el diablillo estaba lejos de estar a salvo de sus adversarios, pues luego de esquivar por poco a la gran pantera, se vio abrumado por el ataque de uno de los Gryffindor, quien conjuro un poderoso proyectil de fuego sagrado contra su rival, el cual estuvo a punto de matarlo.

- No esta vez idiota. ¡Protego! - gritó el diablillo mientras cubría su cuerpo con sus manos creando un escudo mágico a su alrededor anulando el conjuro de Artemis para luego alejarse rápidamente de sus rivales.

Eliphastus al notar que podía llegar a su varita optó por reunirse con Samantha antes de que el fuego y el humo lo alcanzaran.

No muy lejos del campo de batalla una agotada Katherin intentaba recobrar sus fuerzas, al tiempo que Freddy recuperaba su varita.

Miemtras tanto en el segundo piso las llamas estaban fuera de control, lo que llevo el enfrentamiento entre Samantha y Janelle a un punto muerto, la joven Ravenclaw sabedora que debía encontrar rápido una salida, tomó una decisión un tanto arriesgada, pues aparto su varita de la Slytherin y conjuro un espiral de viento cortante que se elevó por encima de ella haciendo un enorme agujero en la casa de los gritos al tiempo que derribo una buena cantidad de escombros.

Si bien es cierto, el agujero que abrió en el techo le permitiría escapara con facilidad, también es cierto que este agujero permitió que ingresé una gran canitdad de oxígeno al pasillo avivando aún más las llamas, al tiempo que el humo se hacía visible en el exterior atrayendo las miradas de varias decenas de curiosos.

Muchos de los recién llegados vinieron siguiendo el humo y otros tantos el último estruendo ocasionado por Janelle cuando despedazó el techo. Sin embargo, para Jane no era tiempo de descansar, pues ya viéndose libre del riesgo de morir aficixada a causa del humo, apunto su varita contra el cuerpo de Richard y lo hizo levitar hacia ella salvándolo de ser engullido por las llamas.

Las tornas estaban dadas y las decisiones tomadas, Jane, había decidido abandonar el combate para salvar su vida y la de Richard mientras las llamas empezaban a propagarse de nuevo hacia el primer piso, pero esta ves por el techo de la sala, era evidente que a la casa de los gritos ya no le quedaban más que unos minutos de vida antes de que el fuego tomara su cuota.

Mientras tanto Samantha y Eliphastus evaluaban su plan de acción.

Noctumbris al verse tan superado en número consideró en huir, pero cambio de idea en el último minuto y se lanzó nuevamente contra Freddy, lanzando una nueva bocanada de fuego, la cual impacto en un sofá cercano prendiémdolo en llamas, reavivando el riensgo de incendio en el primer piso.

La batalla continuaba y para mal Kat todavía estaba algo débil. Respirando con dificultad la rubita poco a poco se iba sintiendo mejor, ya no se sentía mareada, al menos no tanto.

Con estas fuerzas recuperadas la Rubita logró ponerse de pie mas no eran buenas noticias pues el aire se estaba atascado de humo, para peor otro incendio se estaba propagando por todo el piso inferior. Con las recientes fuerzas recuperadas Kat apuntó la varita a las fuentes de incendio y conjuró:

-Aguamenti.

Un chorrito de agua prístina baño ambos incendios en espera de aplacarlos*. Con el fuego controlado llamo a la planta superior.

-Jane, ¿puedes oírme?

Hecho el llamado regreso a su escondrijo tras el librero y con varita en alto, a la espera de cualquier indicación de Artemis o Hellen, una cosa era segura: tenían que irse de ahí.

El humo empezaba a ser cada vez más espeso y esos condenados diablillos no hacían sino provocar más y más conatos de incendio que pronto serían imposibles de controlar, si es que ya no lo eran, pero por el momento estaba obcecada en mi objetivo y volví a arremeter contra la misma criatura que ahora se encontraba distraída intentando protegerse de Artemis.

Condenado pirómano, voy a derribarte así sea lo último que haga. - sentencio mientras intent atacar al diablillo escupe fuego.

¡Iridium! - digo mientras un rayo plateado sale desde la punta de mi varita hacia el diablillo.

Luego de que Neville abandona la taberna, Ginebra sale a la calle principal, desde donde pueden apreciar una gran columna de humo que se eleva en la dirección de la casa de los gritos.

No muy lejos de su ubicación actual, escuchan a alguien decir.

- Fuego, la casa de los gritos se quema. 

Una vez recuperada su varita y viendo que Janelle tenía una salida decidió ayudar con su enemigo más cercano.

- ¡Expecto patronus! - invocó para que su zorro le ayudara en la lucha contra el demonio.

Notando como la energía le inspiraba dirigió al zorro contra su enemigo más cercano y le ordeno atacar. Sabía que esta vez acertaría.

Tras una última mirada hacia Allison (o Ginebra, aunque en mi mente sigue siendo ella) cuando entra en la taberna con el profe yerbas, me dirijo a uno de los callejones, donde poder escuchar el triple silbido en caso de que algo salga mal, pero a la vez donde no destaque demasiado y además cuente con tranquilidad.

Aunque realmente me es difícil, desde el momento en el que han entrado, no puedo evitar sentir cierto nerviosismo y darle vueltas sin descanso a lo que estará ocurriendo en el interior. Saco la varita e intentando ocupar mi mente en otra cosa, uso la punta de ésta para dibujar en el suelo, borrando rápidamente, las runas que nos enseñó el profesor estrellita. Aún así, me cuesta concentrarme y no pensar en lo que le estará pasando a Allison.

Cuando finalmente sale, me la quedo mirando unos instantes con una sonrisa. Si es que es preciosa. Y, no por primera vez, me pasa por la cabeza la idea de tomar yo también la poción y resolver la duda que me atañe. ¿Cómo creceré? ¿Seguiré siendo tan guapa?

Una vez segura de que el profe no nos podrá ver hablando juntas, me acerco a ella, con una amplia sonrisa para alejar los nervios que había estado sintiendo.

- ¿Qué tal ha ido?

Pero entonces, podemos ver la columna de humo que, la parecer procede de la casa de los gritos. Donde se habían ido los demás. Frunco el cejo y miro a Allison.

- ¿Crees que estarán en peligro? Igual deberiamos acercarnos, ¿no?