Partida Rol por web

Ja, chupaos mi magia muggle. - pensé al ver como los de Dumstrang se  cubrían ante una falsa ráfaga de ataques. Los magos "sangre limpia" no criticaban a los hijos de muggles por no tener un origen mágico, pero ninguno se daba cuenta de que realmente jugábamos con ventaja. 

Ni siquiera me detuve cuando vi a Aelia y a su equipo echarse sobre la copa, parecía que ambos equipos habíamos llegado a la vez. Lo justo sería darnos la la misma cantidad de puntos en el segundo puesto, por lo que no me importaría.  Obviamente, si no llega a ser por las puñeteras serpientes, habríamos llegado los primeros... y más abajo del primero, da igual ser segundo, tercero o quinto. El puesto que a mí me importa es el primero. 

Aparecimos donde estaban los ganadores: las putas serpientes. Y los descalificados del torneo... entre los cuales se encontraba Cyril; por ello no pude evitar mirarlo con superioridad y una sonrisa burlona. 

- Vaya, señorita Peggy-el mote que le puse desde el "incidente" del cerdo. Lo mejor es que era de una serie muggle y casi nadie lo pillaba-, esperaba que fueses un contrincante más... ¿digno? Oh, espera, que la dignidad te la dejaste en la armadura en Halloween-esbocé una sonrisa lobuna y me senté con mi grupo. 

Entonces Brad, lejos de sentarse, le da un buen puñetazo a Zane en toda su estúpida cara.

- ¡Toma ya!-exclamé. Pero en cuanto vi que Debbie cogía la varita, no tardé en ir a por mi amigo. Bufé por las palabras de Zane-. Uy, en las normas no dice nada sobre meter varitas por el culo, tal vez deberías ir haciéndote exámenes de próstata, cariño.-dije mientras Zane era arrastrado por Debbie.

Volví a dirigirme a Brad:

- Si quieren jugar sucio, jugaremos sucio-murmuré. 

Mientras Zane y Debbie se van siguiendo a Sofia Wolf, el profesor Flitwick se acerca a Brad y le hace un gesto que no admite réplica: sígueme, AHORA. Podría resultar cómico de un hombre de tan pequeño tamaño, pero no sólo el profesor es respetado en la escuela por todos dado su talento y carácter, sino que la expresión de su cara era terrorífica.

Cuándo Brad le sigue*, a la parte de detrás del podio, los espectadores ya no pueden verlos pero los "ganadores" pueden escuchar la conversación ya que sólo les separa una cortina.

- Bradley Melvin Aldryn. Qué clase de ejemplo estás dando como prefecto al golpear a otro alumno en público. Creía que tú entre todos sabrías que las cosas no se arreglan con violencia pública.

Creo que jamás había corrido tanto para llegar a un dichoso objeto. Aún agarrada a la mano de Brad, el cual tiraba por mi, miré hacia atrás para asegurarme de que nadie estaba próximo o en un intento de atacarnos. Apreté un poco su mano y tomé otra bocanada de aire "No llegaré viva, moriré joven... Correr tanto tiene que ser perjudicial para la salud ¡Te lo digo yo!" Haciendo mi último esfuerzo esprinté para no obligarlos a bajar el ritmo. "Ánimo, Didi" Sentí mi respiración agitada, no solo eso, si no que en algún momento escupiría los pulmones ¡Malditos juegos!

Al coger la copa me di cuenta de el otro grupo ¿Cómo...? No los había visto por ningún lugar, pero apenas segundos después me vi arrastrada y solté la mano de Brad para no golpearme con él. Al aparecer en el podium miré a mi alrededor, sin duda las serpientes habían sido rápidas, pero tampoco me molestaba demasiado. Yo me daba más que satisfecha por llegar... Hacía unos minutos había pensado que ni siquiera lo lograría. La voz de Aelia me hizo girarme pero ni siquiera le contesté.- Os sigo -Dije a mis compañeros mientras guardaba la varita en la funda.

-¡Ouch! Eso tuvo que doler...-Musité cuando sentí el puñetazo de Brad. Durante unos segundos fui incapaz de reaccionar como una persona normal, pero al ver que las cosas empeoraban hice lo mismo que Mia, la cual debía decir que no se había quedado corta con nuestro otro compañero.- ¡Oye, oye...! -Me senté del otro lado de Brad para evitar que saltase una vez más y mi mano tomó la de él para asegurarme de que no se había hecho herida.- Pero qué haces....Sabes que hablar con ellos es inútil, eso sí...Que te quedaste agusto, es un hecho..-Los seguí con la mirada unos segundos, sonriendo a Sofía.

Escuché las palabras de Mia muy de rebote y en apenas un susurro, durante unos segundos los miré como quien dice "Contad conmigo" pero después sonreí mientras alzaba la mirada hacia la pantalla.- ¡Oh por los bigotes de Misifú! Estoy segura de que más de uno se hartó de reír con mis actuaciones ¡Cómo miraré a mis compañeros apartir de ahora! Mi mundo se desmorona .-Mi tono pese a dejar ver el drama se notaba que era bromista y divertido, pero se apagó cuando el profesor Flitwick hizo acto de presencia. Con una mirada de "Mierda, lo sabía" solté la mano de Brad dejándolo ir.- Intenta no replicarle...-Le susurré antes de que se fuese. Tras eso miré a Mia.- Era de esperar... ¿No? -Me rasqué la nuca nerviosa.

Flitwick está cabreado, se nota. Pero no me falta razón.

-Profesor, sé que no ha sido el mejor ejemplo como prefecto. Pero si alguien me tira magia letal a la cara...un puñetazo es lo mínimo. ¿Qué habría pasado si alguien toca el fuego? Podrían resbalarse, o una ráfaga de aire te puede lanzar contra él. O una bombarda en el suelo. Mil cosas. Bastante malo sería con un muro de fuego, pero nada que la enfermera no pueda arreglar. ¿Pero Fiendfyre? Eso no se arregla. ¿O me equivoco? Así que, sé que he hecho mal y le pido disculpas por haber actuado así...pero no creo que se merezca menos. Y si alguien le ha echado la bronca por actuar de manera tan peligrosa, no lo parecía con esa sonrisa tan relamida.

Suspiro.

-Lo siento, profesor. No pretendo discutir con usted ni justificarme, sé que he obrado mal.

Sonreí con alegría al ver como el hechizo de Aelia empujaba a Donnie hacia atrás. Con él, ya nos habíamos ocupado de los dos grupos que se interponían en nuestro camino hacia la copa. Corrimos como si de nuestra vida se tratara y conseguimos poner la mano en el preciado trofeo. Sorpresa la nuestra al ver a Brad y compañía hacer lo mismo a la vez, pero no hubo tiempo para reacciones. Rápidamente fuimos transportados a lo que parecía ser un podio.

Miré a mi alrededor, Zane, Debbie y Snape sonreían con suficiencia. Y era el único grupo que aparentemente había llegado antes que nosotros. De reojo eché una mirada a Ellen, esperando que no siguiera potando babosas. Durante una milésima de segundo sentí un pinchazo de culpabilidad por la chica, quizás debería haber intentado algo menos... asqueroso...

El peso de Aelia apoyada en mi, me devolvió a la realidad. Asentí a Charlotte y junto a mi grupo me fui a sentar. Pero no todo había acabado. Brad, ni corto ni perezoso lanzó un puñetazo a Zane.

¡Ahí va!

Como si tuviera un resorte en el trasero, me levanté rápidamente con los ojos abiertos de par en par.

Madre mia... ha usado magia oscura... y yo sintiéndome mal por hacer escupir babosas a Ellen... Este podría haberse cargado a alguien...Normal que esté Brad enfadado

Miré con desconcierto a los Slytherin marcharse y volví a sentar mis posaderas en el podio. 

-Madre mía, la que se va a liar. Murmuré hacia Aelia y Ryan.

Observé en silencio como el profesor Flitwick vino a llevarse al prefecto y por su gesto podría intuirse que la bronca va a ser tremenda. Brad le siguió en silencio. Observé a este último marchar, con una mirada de pesar y solidaridad a la vez hacia él.

“¿No puedes no llamar la atención, Brad?”, me dije, sentándome en el banco y mirando a un punto fijo en el horizonte, mientras Flitwick se lo llevaba del lugar merecidamente para abroncarlo. Si bien el puñetazo a Zane no me había hecho ni pizca de gracia, pues habíamos sido unos cuantos años grandes amigos, me había cansado de que siempre fuera a la suya, hiciese y deshiciese a su antojo y los demás tuviéramos que bailar a su son. Le estaba bien empleado. Y seguro que las expresiones faciales de más de la mitad de sexto (los que más lo conocíamos) no eran de terror o desagrado ante tal escena. Me esforcé al máximo para no sonreír complaciente. El puñetazo de Brad había sido la poción vigorizante y el filtro de la paz más fuertes que jamás habían preparado para mí, y lo habían hecho sin la necesidad de un caldero. Y con aquél suceso magnífico (aunque bueno, ver al profesor Flitwick y a su altura abroncar a Brad poco después también era algo digno de ver), me relajé

No pude evitar sonreír un poco al oír las siempre amables palabras de Mia hacia el grupo de Cyril. Si bien le habían hecho mucho daño en el pasado por su origen no mágico, era una de las personas que más admiración, por su ingenio a la hora de usar la palabra, despertaban en mí. Sin embargo, había muchas otras personas, que en tanto que habladoras, eran irritantes. Cyril, por supuesto, se llevaba la palma en ello. Pero había varios estudiantes que también lo eran, en menor medida. Tras las últimas palabras de Anne sonreí un poco y me recosté. No había nada que me molestara ahora mismo, me sentía perfectamente. -Bueno, si se lía que se líe. A mí me da igual-

Chicos, hay que sortear este agujero ya, Irina saca las escobas o vamos a intentar llenarlo de agua y congelarlo para pasar, estamos perdiendo mucho tiempo.

De pronto veo como el grupo de Dharma va en cabeza.

Apunto con la varita a sus pies y digo:

Deprimo

- ¿Fyendfire? ¿Cómo puede un alumno saber ese conjuro? - el profesor Flitwick está sorprendido con la revelación. Cómo ya os diejron al principio, ellos no veían que hacíais, sino que los conjuros de alarma saltaban para intervenir en caso de real peligro o si alguien usaba una maldición imperdonable, así que el hecho de que Zane había utilizado el fuego demoníaco era nuevo para él... y peligrosamente no estaba contra las normas. Nadie había pensado que alguien fuese a usar ese conjuro, y si habían puesto lo de las maldiciones era por normativas del ministerio y no porqué creyesen que ningún alumno fuese a usarlas.

El profesor se aleja llamando a Elina y a la profesora McGonagall con él. Se alejan mucho, evitando ser vistos u oídos por nadie mientras Brad se queda allí, plantado, ya que de repente parecen haberse olvidado de él. 

Me quedo ahí unos instantes, rascándome la cabeza, sin saber que hacer.

¿Me quedo aquí esperando? No me ha dicho nada. Bueno, antes me dijo que lo siguiera...igual quiere que lo siga. O igual no.

Me encojo de hombros y me acerco. En cualquiero caso, tengo algo que preguntarles. Voy hacia ellos claramente, sin intentar hacerlo a escondidas ni nada parecido.

Lo cierto es que me sorprende que el profesor se haya sorprendido por que conozcamos ese conjuro. También yo lo conozco. Joder, no es difícil...lo chungo es controlarlo bien.

Me pongo en pie a duras penas. Por lo menos el resto de mi grupo esta cerca mío. 

"Joder, quiero llegar ya, maldita sea. 

Estaba rabiosa de golpe, así que apunté al primero que vi del grupo de Dharma 

- Colloshoo 

Luego, eché a correr. 

- Dean, Donnie... Sí que tenemos que hacer algo con ése agujero, pero antes tenemos que llegar a él.

Me pongo de pie y agito mi cabeza
-Brrr... demasiado bien lo estaba haciendo.
Miro a mis compañeros y vuelvo a correr hacia el agujero del suelo
-Avis! -digo apuntándo al grupo de Dharma mientras sigo avanzando -Dejádmelo a mi chicos! Espero que funcione! Espongificación! -Grito apuntando al agujero y viendo al instante como surge efecto -Bien! Chicos, saltemos e intentemos pasar al otro lado!
Sin pensármelo mucho salto y compruebo que ha funcionado saliendo rebotado hacia el otro lado del agujero.
 

Voy corriendo y veo como Donnie tiene la misma idea que yo había tenido antes pero esta vez había salido mucho mejor. 

- Eres el mejor Donnie. - Le digo y doy un salto decidida hacia la otra parte del agujero, por fin. 

Viendo a mis compañeros ir a saltar, tomo carrerilla y me dispongo a saltar para intentar llegar lo antes posible.

Cuando estoy llegado, doy un salto diciendo:

Adelanteeeeeee

Dharma se deshace de los pájaros de Donnie con un impedimenta increíble, haciendo que los pájaros choquen con un muero invisible y desaparezcan. Sin embargo, el collosho de Irina no consigue ser detenido por los compañeros de la prefecta de Ravenclaw y los zapatos de uno de ellos se enganchan. Los tres intentan deshacer el conjuro de Irina, pero ha sido demasiado fuerte. Al final, Dharma le obliga a quitarse los zapatos, pero han perdido un tiempo valisosísimo mientras esto ocurre.

Mientras ellos se encargaban de los zapatos sellados, Donnie y Dean saltaron y aterrizaron al otro lado del agujero con gracia. Lo mismo no se peude decir de Irina, quien aterriza de rodillas y manos, cayendo de mala manera y sangrando en los puntos que han arrastrado por el suelo. Pero, con un poco de ayuda, podrá cruzar hasta al copa, ya que la véis a unos 20 metros de vosotros, en medio del campo. Aparte de la copa no veis nada más.

Dharma, en un intento de retrasaros mientras su compañero se saca los zapatos, lanza un Petrificus Totalus en dirección a Donnie, pues es el que más problemas les ha dado hasta ahora.

Tras el salto veo que Irina no ha tenido tanta suerte  como nosotros y acaba sangrando.

Irina, ¿Estás bien? - tenemos que llegar y acabar con esto.

En ese momento veo como Dharma ataca a Donnie.

Oh, no, eso sí que no. Protego Totalum  - digo apuntando a Donnie.

- Podría estar peor. - Le contesto a mi amigo pese a estar bastante dolorida. Aún así, mi optimismo por haber cruzado el agujero era bastante alto. 

Sin embargo, no pienso en curarme, solo en hacer que el grupo de Dharma se retrase más. Cuando veo que ella ataca a Donnie le lanzo el primer hechizo que se me pasa por la cabeza. 

- ¡Tragababosas!

- Corramos chicos.- Digo, poniéndome en pie e intentando cruzar la puerta. Pero yo no podía correr y mis pasos eran bastante torpes.

Veo que Dean me intenta defender del hechizo y cojo a Irina poniendo mi brazo por debajo de su hombro
-Protego Horribilis!