Partida Rol por web

Cuando London abre los ojos, Severus clava su mirada en ellos y con la varita en alto pronuncia una única palabra.

- Legeremens.

En cuánto Severus pronuncia esa única palabra, notas tu cuerpo paralizado. O mejor dicho, notas cómo tu mente y tu cuerpo parecen haberse separado y por lo tanto no puedes controlar el segundo. Aunque la verdad, siendo sinceros, poco puedes hacer con el primero.

Notas cómo recuerdos, ideas y sentimientos se arremolinan ante ti. Es cómo si vieses una película de tu vida y sabes que Severus la está viendo también. Notas cómo si urgase en tu mente y sacase cosas que tiempo atrás habías dejado guardadas, y por mucho que te esfuerces en echarle, no funciona.

Y entonces ves algo que hacía tiempo habías olvidados. Eres tú con Cahrles en aquél riachuelo cerca de la finca en la que vivíais cuándo estábais al otro lado el charco. Tú estabas llorando porque tu padre te había castigado por mentirle sobre algo bastante absurdo. Sin embargo las mentiras se pagaban duramente en casa de los Lancaster, y tu padre siempre sabía cuándo mentías, o incluso cuándo estabas en silencio pensando algo que no querías decir parecía ser capaz de oírte. Y entonces Charles se inventó un juego, un juego en el que el objetivo final era poder cerrar tu mente y no mostrar sentimientos hasta el punto que pudieses contar una mentira con convicción.

Severus corta entonces el hechizo y te mira confuso. ¿Te había intentado enseñar tu hermano oclumancia? ¿Y por qué ese recurdo había estado olvidado en tu mente tanto tiempo?

Echo a correr como alma que lleva el diablo hacia donde sé que tienen a Joni. Espero que Brad y Donnie aprovechen la confusión para hacer lo propio, otras opciones no nos quedaban. Al llegar allí me freno en seco al ver quienes están dentro, cómo tienen a Joni y su estado. Mierda, mierda... Una vez más, solo tengo segundos para actuar. Joni se adelanta y le pega un buen cabezazo al hijo de puta que lo tiene agarrado, ¡bien! Momento que aprovecho yo para lanzarle a él un hechizo.

- ¡Carpe retractum!-conjuro para tirar de él hacia a mí y sacarlo de ahí justo cuando pronuncio una vez más-¡Bombarda!-apuntando al techo.

Teniendo a Joni conmigo, lo insto a correr.

- Vamos, vamos, vamos...-lo comienzo a dirigir a las bodegas, donde tengo la escoba. 

Cerré los ojos en cuanto pronunció esa palabra, e, incluso, abrí la boca para decirle que no, que no quería que siguiera con aquello. Pero, finalmente, no dije nada. Quería que ocurriera, quería que pasara, quería aprender, poder defendernos, y saber si podía aguantar que alguien mirara en mi interior. Mi padre era experto, y, incluso sin que ninguno de mis hermanos y yo nos diéramos cuenta, podía saber lo que habíamos hecho a lo largo del día. Aquello era diferente. Podría defenderme, por fin.

—¡Ah!— ahogué un grito que salió de manera estúpida por mi boca, y dejé llevarme. 

Era como tener un sueño, pero sabiendo que no se soñaba. Las imágenes de mis recuerdos pasaban por delante de mis ojos como ráfagas de viento. Me golpeaban en la cara, y se sucedían de nuevo. Cosas que yo creía olvidadas volvían a mí, saliendo de sus escondites, para mostrarme que había más cosas en mi mente de las que yo creía.

En un principio, no reconocía nada. Estaba tan descolocada que apenas distinguía la historia que estaba sucediéndose ante mis ojos. Después, me puse nerviosa porque todo lo que estaba viendo, lo veía Severus también, y no quería que se llevara una idea equivocada de mí según lo que pudiera llegar a escarbar en mi mente. Por último, me dije que lo que quería era aprender, y traté de luchar contra la invasión, contra la fuerza mental que Severus ejercía sobre mi propia mente, pero no lo logré. Al contrario, un recuerdo bien definido se posó delante de nosotros, y se mostró tal cual era.

Y no luché.

Quería ver qué se suponía que eran aquellas imágenes, y me pregunté por qué demonios no recordaba nada. Mi hermano, Charles, enseñándome lo mismo que estaba haciendo ahora Severus. Sonreí con nostalgia. Fue un tiempo antes de que terminara marchándose al Ministerio de Magia a trabajar. Como me enfadé tanto con él por dejarme allí con James y nuestro querido padre, traté de no pensar en él durante semanas, aunque lo echara de menos.

Dejé que ese recuerdo se escondiera en mi mente, y no lo volví a coger hasta ese mismo momento. Creía que había sido un sueño dentro de un sueño, que aquello no se había llegado a dar nunca. Sonreí con nostalgia, y, cuando todo acabó, me di un golpe contra la realidad. Volvíamos a estar en casa de mi hermano.

—¿Qué pasa?— pregunté a Severus, pestañeando—. ¿Lo he hecho mal? Seguro que sí— dije, riendo—. Porque no he sabido ni cómo reaccionar. No me acordaba de aquello. Mi hermano siempre ha sido un tipo listo, pero nunca creí que manejara también esto de la Oclumancia.

Dejé que mi mente se rindiera ante la de Severus, y, cuando todo pasó, y el hechizo acabó, miré a Snape con el entrecejo ligeramente fruncido. El hechizo se había interrumpido de repente.

—¿Qué pasa?— pregunté a Severus, pestañeando—. ¿Lo he hecho mal? Seguro que sí— dije, riendo—. Porque no he sabido ni cómo reaccionar. No me acordaba de aquello. Mi hermano siempre ha sido un tipo listo, pero nunca creí que manejara también esto de la Oclumancia.

Miré a Zoe, y le expliqué:

—Cuando Severus ha entrado en mi mente, ha hallado un recuerdo que yo creía olvidado. Estábamos mi hermano Charles y yo cerca de un río, y él trató de enseñarme Oclumancia, pero no me acordaba de nada de eso— dije, riendo entre dientes—. Es que fue algo antes de que se marchara, y me enfadé con él por abandonarme y eso— dije, fingiendo una tragedia—, así que, no quise saber nada de él, y traté de no acordarme de nada de eso— reí de nuevo—. Dudo que avanzáramos mucho, porque no me acuerdo de nada de sus lecciones— y me encogí de hombros, sonriendo. 

Los pájaros de Donnie interrumpen el campo de visión de los dos atacantes mientras el chico sale corriendo. Brad lanza un Depulso a los escombros a los pies de los chicos llevándose a uno de ellos por delante, que no consigue protegerse. El otro, en su lugar, lanza una cuerdas hacia Brad para atraparle.

- Yo también, Irina. 

Tras esas confesionesy un rato más en la cama, empezís a escuchar como vuestros compañeros se despiertan, así que bajáis a desayunar.

****

Tras comer y un rato de charla, Elina aparece con Jack frente a vosotros.

- Sois menores y no tenéis licencia, pero Hogsmade es por suerte un lugar dónde vuestro rastro no funciona. - empieza a explicar sin más, con los brazos en jarras, en medio de la posada. - Es posible que el ministerio esté de manos atadas, así qeu si queremos ayudar a nuestros compañeros, necesitáis aprender un par de cosas. En un plan de rescate lo más seguro para todos es entrar en silencio y salir con rapidez. Es por eso que, queridos todos, Jack y yo vamos a enseñaros a apareceros. - Anuncia Elina con una sonrisa torcida. - Esto suele ser un curso oficial y dura doce semanas, pero no tenemos el tiempo ni un instructor. - añade con sorna - Así que lo haremos a mi modo. Pero no podemos hacerlo aquí, Abberforth tiene un negocio que atender, así que colocáis todos juntos cómo ayer que nos vamos de viaje. - os indica Elina.

Igual que ayer, os apareceis en grupo con ella y Jack. Aparecéis a las afueras de Hogsmade, en algo que parece una granja.

- Hemos protegido los alrededores, así que nadie nos verá u oirá. - explica antes de que alguien pregunte. - Los chicos de sexto y séptimo, acercáos. Alguno sabría decirme cuales son los tres puntos más importantes para la aparición? - pregunta sacando su vena de profesora.

Cuando estaba apunto de salir vi que uno de los tipos había evitado el ataque de Brad, así que frenandome con el marco de la puerta giro y desde su espalda grito:

-Desmaius!

Los tres hacen ver que no saben nada y se niegan a hablar. cuando Ryan quiere indicar al resto que ataquen, uno de los chicos que había entrado se cansa del juego y lanza un Desmaius a Anne. Ryan va a levantarse pero hacen lo mismo con el y Dean. 

Se los llevan entonces al comedor. al cargar con ellos se dan cuenta de que ya no estan atados y de las varitas robadas, las cuales se llevan también.

Afianzas os pies en el suelo y Joni no opone resitencia, con lo que lo arrastras hacia ti con fuerza. Chocáis y os abrazais de manera algo aparatosa para mantener el equilibrio sin caeros. Por encima de su hombro lanzas el bombarba, que bloquea con restos la puerta del almacén.

Joni no se opone a seguirte, aunque necesita tu ayuda para ello. De cerca puedes ver que realmente se han ensañado con él. Quién sabe el motivo, o porqué el resto estaba bien. Si salís de ahí tal vez tengas la oportunidad de preguntar.

Al pasar por delante del baño ves que Donnie y Brad están encargándose de los que quedaban en pie, pero no te paras. Hay gente por todas aprtes ante la confusión y detenerte podrái significar tu final. Mientras bajas las escaleras te das cuenta de que los chicso que habías noqueado no están ahí y que la puerta está abierta... Y ni Dean, ni Anne ni Ryan están ahí. Te lanzas hacia la esquina dónde estaba tu escoba que, por suerte, ahí sigue, mientras Joni vigila las escaleras.

- Hay que salir de aquí... - parece que él también ha decidido que las preguntas vendrán luego.

Me fijé en cómo Severus daba indicaciones a London. Yo tenía muchas ganas de aprender, al igual que ella. Me parecía un tema fascinante y complicado, pero estaba segura de que si nos esforzábamos podíamos conseguirlo.

Afirmé a Severus y devolví a London una mirada de complicidad.

A la vez que London, cerré los ojos. Tenía que dejar mi mente "vacia". Sin pensar en nada, sin sentir nada. No me resultaba demasiado dificil. Era una sensación relajante para mí. Tal vez si me hubiese parado a pensar, me habría dado cuenta de que me entraba sueño. Pero solo lo pensé por unas milésimas de segundos. Intenté borrar todo pensamiento de mi mente. Sólo veía negro. Así era mi mente vacía. 

Me pareció que London habia avanzado más que yo, pero luego comprendí que algo había hecho mal. O eso pensaba. 

Seguía con los ojos cerrados mientras ella me daba esa explicación. Me pareció más interesante aún. Era curioso. En la historia que me estaba contando me la imaginé a ella muy pequeñita. Estaba impaciente. Le sonreí para que entendiera que la estaba escuchando. Y afirmé con la cabeza. Luego seguí concentrándome en la nada.

Otra vez mi mente volvió a vaciarse. Esperando a ver el resultado que tenia. 

Antes de irme le pido por favor a Aberforth que le eche un ojo a Inuix. Después de aparecernos, la sensación de mareo llega de nuevo a mi ser de modo que intento concentrarme para escuchar todas las palabras que dice la profesora Elina y Jack. 

- ¿Los puntos?- Pregunto algo confusa acercándome. - Yo simplemente sé que tenemos que tener una licencia para aparecernos. - Miro a Remus buscando respuestas. Siempre había sido muy listo. Estaba dispuesta a poner todos mis sentidos orientativos para aprender y poder ayudar.  

Tras defenderme de las cuerdas que me lanza -vaya conjurillo hecho a medias que me tiran- le apunto con mi varita, tranquilamente. Si su ataque ha sido así, su defensa no creo que sea mucho mejor. No va a poder conmigo.

O eso, o ha tenido muy mala suerte.

-Desmaius.

Me sosrende escuchar a Donnie lanzar el mismo conjuro que yo casi al mismo tiempo. Si no para ninguno...el pobre tipo va a estar KO un buen rato.

Sonreí cuando ella cerró el abrazo por mí. Habría dado todos los galeones del mundo por haber tenido una amiga como Debbie cuando ellos se fueron, y es que Deborah me complementaba de manera intelectual, no como prácticamente todos los demás compañeros de la escuela, que si bien eran correctos compañeros afectivos, no lo eran intelectuales. Claro está, salvo Charlotte. Charlotte era siempre la excepción. Siempre Charlotte...

Atesoré el vaso entre mis manos, como si en vez de agua hubiese oro líquido. Y bebí con cautela, saboreando el sabor tenue a hierro que dejaba el mismo en la boca al desaparecer. Aquello no era del todo bueno. El Señor Tenebroso iba a ponerme a prueba de alguna manera, y si no cumplía iba a ser perseguida. Zane me estaba metiendo en un atolladero, y no tenía mucha intención de que aquello pasara.

Zane tuvo que ausentarse, y miré a Deborah, planteándome si debía plantearme las preocupaciones o no. Cerré mis ojos unos instantes, dándole otro trago al agua, como si mi boca se hubiera secado rápidamente. Tras ello, lo dejé delicadamente sobre la mesa, y éste hizo un ruido sordo al golpearla. —Deborah... ¿Qué te parece lo que te han dado? ¿Te sientes cómoda con lo que tienes ahora mismo? Quiero decir, con tu situación actual. ¿No tienes miedo de nada? Por cierto, no me gustan mucho los barcos. Cuando lleguemos a tierra firme, ¿qué me espera a mí?

El chico se ve abrimado por ambos ataques, que traspasan su defensa sin problemas y lo mandan contra la pared, dejándolo sin sentido. Notís movimiento bajo los escombros, pero tardarán en salir. Es hora de largarse.

Severus mirá a London sin quitar la expresión de sorpresa y confusión mientras habla, pero no dice nada. Ens u lugar, se centra en Zoe y cuándo la chica está lista y abre los ojos, repite el proceso.

- Legeremens.

En cuánto severus pronuncia el conjuro notas una fuerza dentro de tu mente. Sin embargo, la has dejado en blanco, estás tranquila, sabes lo que tienes que hacer. La negrura se expande por doquier en tu mente y Severus no consigue entrar.