Partida Rol por web

Severus detiene el conjuro unos segundos después y se le ve frustrado.

- Me has desconcentrado, London... - culpa a la chica cómo excusa. Claramente no ha conseguido lo que quería de Zoe.

Yolanda Pierce es la que habla.

- Las tres D. Destino, decisión, desenvoltura. - su hermana la mira sorprendida, pues Yolanda nunca ha sido la más mejor de las estudiantes. La rubia se encoge de hombros. - El año pasado no pude apuntarme porque no cumplía con los requisitos de edad, pero mis amigas me contaban todo lo que hacían en las clases.

Elina señala con un dedo a la mayor de las Pierce mientras asiente. 

- Exacto. Destino: tienes que visualizar tu destino, cuánto más detallado mejor. No es buena idea intentar aparecerte en algun lugar que nunca has visto. Decisión: tienes que creer en ello, no dudar. Desenvolura: hay que relajarse y moverse con fluidez, dejando la magia fluir. Ya sabeís que a mí me gusta la acción pero Jack insiste en que hay teoría que necesitáis conocer antes de intentarlo, así que estad atentos.

Jack da un paso al frente y os empieza a explicar todo lo que parece saber sobre la aparición: cómo se descubrió, el porqué de tener licencia, lo que ocurre con el cuerpo cuando te desapareces y apareces, las desparticiones... La verdad es que os llena de información, alguna más útil que otra, hasta que Elina decide que os habéis aburrido bastante y no tenéis tanto tiempo que perder.

- Sí, sí, venga, todos de pie. - dice poniéndose frente a Jack que parece ir a quejarse... pero no lo hace. - Formad en línea, dejando un par de metros entre vosotros. - dice mientras marca una línea en la nieve frente a vosotros, y otra a unos 10 metros de distancia. - Ahora viene la parte divertida. Pensad en lo que Jack os ha contado y en las tres D. cerrad los ojos y desead apareceros tras esta línea. Venga, venga.

¡Que rápido quería la profesora Elina que aprendiéramos y nos pusiéramos en práctica! Lo que había contado Jack era interesante y no parecía que fuera muy difícil cumplir con las tres D. Bastante decidida, sobretodo porque pensaba ayudar en Hogwarts, me pongo de las primeras en la línea. Por un momento me tomo unos segundos de calma y respiro profundamente intentando no pensar en la despartición. 

Miro mi destino pero cierro los ojos; en otras ocasiones no tendría mi destino enfrente. Así que pienso en el destino ¿Dónde quiero ir? ¡A la otra línea! Y lo visualizo en mi mente. 

¡Seguro que lo consigo, es fácil! ¿Lo voy a conseguir? ¡Sin lugar a dudas! 

Así que, no sé ni muy bien porqué, elevo un pie del suelo y con el otro doy una vuelta moviendo todo mi cuerpo y creyendo que voy a ir a la otra línea. 

La sensación que siento es horrible, como si me estiraran del ombligo hacia abajo y empiezo a sentirme aplastada. Por suerte, no me da tiempo a dudar que lo haya hecho bien y cuando todo deja de dar vueltas y presionarme, abro los ojos. 

-Vamos Donnie. Sin perder tiempo...conociendo a Mia está ya hasta el cuello y seguirá empujando...

Salgo del baño varita en mano y preparado para hechizar lo primero que vea moverse.

Vaya marrón tenemos...me cago en todo ¡Por tropezarme! Y ya ni siquiera tengo claro cual es nuestro objetivo aquí aparte de sobrevivir.

Suspiré, ese último hechizo combinado había aliviado en cierta manera mi tensión.

-Justo detrás de ti Brad, me encargo de la retaguardia.

Y saliendo detrás de Brad corrí apuntando con mi varita hacia atrás mientras iba dando vistazos.

No puedo evitar soltar un suspiro de alivio cuando Joni cae en mis brazos, en parte es un suspiro, en parte es causa del golpe, que me quita parte del aliento. Vuelvo a tomar aire antes de apuntar al techo y volver a pronunciar el bombarda que hace que los hijos de puta acaben sepultados. 

- Corre-digo simplemente. 

Ayudo a Joni tomándolo del brazo y tirando de él para correr todo lo rápido que puedo teniéndolo a él prácticamente encima. Cuando paso por delante del baño, veo a Brad y a Donnie, mientras corro intento hacerles un gesto rápido de "Volveré", aunque ni siquiera sé si me han visto o no. 

Joder, joder, joder...

Llego a donde estaban encerrados mis compañeros, pero ya no están. Mierda, mierda... Espero que estén bien. Me lanzo a la esquina donde estaba mi escoba y suspiro de alivio de nuevo al ver que sigue allí... Por tanto, no han huido, siguen aquí. Vale, vale, intenta relajarte, Mia...

- Tengo la escoba, ¿puedes ir tú...? Qué coño vas a poder...-planteo, pero enseguida desaparece la idea de mi cabeza. Estaba hecho mierda, no sobreviviría a un viaje solo. Tengo que ir con él y buscar ayuda-. Vámonos. Tú vas delante, yo te sujetaré por atrás, tenemos que ir a tierra y buscar ayuda. Por el camino me cuentas.

Sin más, me dispongo a salir volando de allí, literalmente.*

*Donnie y Brad*

Caos. Es la única palabra capaz de describir lo que está ocurriendo. Gente corriendo de un lado para otro, gente atrapada en escombros, gritos en inglés, noruego y otras lenguas que no reconocéis... Y vosotros en medio de todo. Podéis ver que dónde tenían a Joni ahora hay una montaña de escombros bloqueando la puerta

*Mia*

Joni no protesta y se sube a la escoba, agarrándose con fuerza.

*Todos*

Entre todo el caos, de repente, Mia sale volando desde el pequeño almacén bajo las esclareas dónde hacía un rato tenían al grupo retenido, cargando a Joni con ella encima de la escoba. 

- TÚ! - grita alguien mientas apunta con la varita a Mia. - AVADA KEDAVRA!

Es sólo en el momento en el que la luz verde sale en dirección a Mia que todos podéis ver que es Zane, viniendo desde un pasillo perpendicular al que estáis*. Su expresión es de puro odio, y su conjuro ha sorprendido a todos.**

Vamos, vamos, vamos... 

Todo mi ser está acelerado. Siento como si alguien hubiese pulsado el botón de aceleración en una película, todo a mi alrededor va rápido, cualquier pausa puede ser fatal. Ayudo a Joni a montar en la escoba, los muy hijos de puta lo han destrozado, no podría volar si no tuviese a nadie que lo ayudase. Miro a mi alrededor, no hay ni una sola salida que nos permita volar al exterior y salir de este infierno, por lo que tendremos que atravesar el barco para poder salir de aquí. 

Dirijo la escoba a la puerta. Puedo escuchar el caos que se está desatando fuera, los gritos, la gente corriendo de acá para allá. Es como una bofetada de realidad, me doy cuenta donde realmente estoy, de lo que está pasando, de lo que soy y el peligro que corro. Esto no es una travesura más de Hogwarts, esto no es una escapada nocturna con Sirius o los chicos, esto es una escapada real, hay que escapar de aquí o jamás saldremos. Pienso en todo lo que ha sucedido durante este curso, pienso en el verano, en las extrañas figuras oscuras que vigilaban mi casa por la noche, sabía lo que eran y este barco estaba lleno de ellos; pienso en mis padres, en como pueden acabar si esto sale mal; mis hermanos, joder, los dos estaban en Hogwarts, ¿estarán bien? ¿me estarán buscando? ¿Y si ya me han dado por muerta? ¿Y si...? No, no... no puede ser, ellos tienen que estar bien, ellos no pueden morir, joder. Ellos no son como yo, ellos no son unos cabezas locas, ellos piensan y actúan, ellos son inteligentes... No merecen morir, no así. Mi cerebro, como una especie de trampa, comienza a repetir las imágenes vistas en la penúltima prueba, mi casa en silencio, mi familia inerte en el suelo... ¿Y si no era cosa del boggart? ¿Y si realmente van a acabar así y eso solo era una visión de cómo acabará todo, pase lo que pase? ¿Acaso sirve luchar si se sabe cómo va a acabar? 

Comienzo a sentir una gran presión en el pecho. Mi cuerpo comienza a estremecerse y temblar, un nudo atenaza mi garganta. Hacía tiempo que no tenía esta sensación, esta sensación de verdad. Miedo. 

Miro de nuevo la puerta y miro a Joni. Joder, está destrozado... Necesita salir de aquí como sea, es su única opción para sobrevivir. Y depende de mí. No solo mi vida depende de mí, sino la de Joni, pero también la de Aelia, la de Donnie, la de Brad, la de Anne, la de Ryan, la de Dean... Todos ahora mismo dependen de mí. Y es una sensación que me acojona aún más de lo que ya lo estoy. 

- Necesito... necesito un momento...-murmuro dando un par de pasos hacia atrás, sin dejar de mirar la puerta por la que tenía intención de escapar.

Siento que mi cuerpo pesa, de golpe, mucho más, y no puedo soportar su peso. Me quedo de cuclillas, mirando la puerta. Joder, me siento tan... tan idiota. No debería haber venido, debería haberme quedado en Hogwarts y haber ayudado a todos. ¿Qué había pasado con Sirius, con James, con Remus, con Snape? ¿Qué había sido de Lily? ¿Y de Irina, mi petirrojo? Por lo que yo sabía, podían estar todos muertos ahora mismo... Y yo aquí. Con la escoba y un moribundo delante de mí. Con el caos desatado, con cientos de mortífagos a nuestro alrededor. Solo soy una cría asustada en medio de un mar de peligros que la superan por mucho. 

Miro a Joni de nuevo. Siento que es mi culpa. Pero una parte de mí, una pequeña y débil voz me plantea "¿Y si no hubieses venido? Quizas Joni estaria muerto. Y Dean. Y Anne. Y Donnie. Y Aelia." Aún estoy a tiempo. Aún puedo ir a buscar ayuda, ¿no? Sea como sea, ya he tomado mis elecciones, sean buenas o malas, lo hecho hecho está. No puedo arrepentirme ahora, no puedo echarme atrás, he sido yo la que he decidido entrar y voy a ser yo la que salga de aquí... Sea en una escoba con Joni, o sea en un ataúd. 

Trago saliva. 

- Mi cuento favorito de pequeña era Peter Pan-digo en voz alta, más para mí que para Joni-. Nunca supe muy bien por qué, pero ahora solo se me ocurre una frase que decía él: "Morir será una aventura apasionante".-sin saber muy bien por qué, suelto una risa, queda, algo rota por el llanto que está a punto de salir, pero que no llega a nacer-. Vámonos.

Todas las elecciones que he hecho a lo largo de mi vida me han llevado a esto. Esta es mi historia al fin y al cabo y he sido yo misma quien la ha escrito con cada paso que he dado, con cada decisión que he tomado. Fui yo quien decidió ir a Hogwarts, fui yo quien eligió estar en Gryffindor, no ese sombrero. Fui yo quien le tendí la mano a quienes lo merecían y se la aparté a quienes no. Fui yo quien se metió en líos, quien jugó al quidditch, quien besó y enamoró, quien rechazó y se entristeció, fui yo quien exploraba, quien quería explotar sus capacidades al máximo... Durante toda mi vida, todo lo que he hecho ha sido construir un camino hasta este momento. De lo único que depende que salga viva de aquí o no, es de mí misma. Nadie puede deshacer lo hecho, ni siquiera yo, y no pienso hacerlo. Debo afrontar lo que he hecho y lo que haré. En estos momentos de lo único que me arrepiento es de no haberme dado cuenta antes. Soy yo la protagonista y escritora de mi vida. 

Vuelvo a la escoba y me pongo detrás de Joni. Antes de dar una patada para levantar el vuelo, le doy un beso suave en la mejilla. Quizás sea la última vez que puedo hacer eso. Sin más, arranco y echo a volar como una flecha pasillo arriba. El caos es mayor incluso de lo que me esperaba, todo el mundo corre en todas direcciones, escucho una amalgama de gritos en diferentes idiomas que no alcanzo a comprender, pero ni siquiera me paro en intentar comprenderlos. 

Tengo que encontrar rápido la salida y volar lejos, traer ayuda, sacarlos a todos de aquí. Vuelo todo lo alto que puedo en el pasillo, esquivando cabezas de gente y escombros que siguen cayendo debido a mis explosiones. Pero entre todo ese caos, una voz se alza, una voz que soy capaz de reconocer. Es un grito lleno de ira, de rabia, veo su figura aparecer en el pasillo y apuntarme con su varita. 

Zane. 

Un rayo verde se dirige como una flecha hacia mí. Todo mi cuerpo se tensa, todas mis alarmas se disparan, gritan en mi interior. Sé que eso es peligroso, sé que eso va a acabar conmigo. Cierro los ojos con fuerza, esperando que el hechizo impacte. Un momento... ¿me estoy resignando?  ¿Después de todo lo que ha pasado, de todo lo que he hecho, voy a dejarme matar? ¿Por Zane Knight? ¿Voy a dejar que ese niñato con una escoba metida en el culo, ese crío con quien me peleaba desde primer curso, ese puto Hitler de la magia, acabe conmigo? Ah, no, señor, ni pensarlo. Mia Darcy morirá, sí, pero no a manos de un mortífago wannabe, no a manos de esa sucia rata, de esa víbora rastrera con aires de grandeza. 

Morir será una aventura apasionante... Pero no aún.

Veo el rayo cortar el aire con rapidez, y brusquedad, la cara de Zane que baila entre la ira y la satisfacción de alguien que ya me está colocando en el ataúd. Quizás ese es el impulso que me hace sujetar con todas mis fuerzas a Joni y girar la escoba bruscamente, dando una rápida vuelta de campana, para evitar el Avada kedavra. Mi orgullo, mi ser, no se permite perder ante él, me niego darle esa satisfacción, ¿se podría decir que no muero por cabezonería? Sí, es eso. Me niego a ser una víctima en sus manos, me niego a cumplir lo que lleva deseando desde hace años, sorry-not-sorry. Si alguno de estos mamones tiene que acabar con mi vida, ese no va a ser Zane Knight. El rayo que lanza impacta en el techo, y yo sujeto a Joni con fuerza para que no caiga de la escoba, compruebo que ambos estamos bien entonces.

No puedo creer que me hayan lanzado esa maldición y que haya conseguido esquivarlo. Sin poder evitarlo, suelto una carcajada, una carcajada de alivio, llena de la vida que me querían arrebatar hace unos segundos. Ahora mismo me siento invencible, siento que nada puede contra mí, ¡soy la puta Mia Darcy! ¡Estoy destrozando un barco mortífago y rescatando a uno de sus prisioneros! Y lo que aún me queda por hacer. No pienso dejar que esos mamones se salgan con la suya, van a pasar sus días en Azkaban. Haré todo lo que esté en mi mano porque así sea. 

- ¡Que te follen, Knight!-le grito mientras paso a toda velocidad, sin detenerme, hacia la salida. Me permito incluso levantarle el dedo corazón durante un momento para luego volver a coger la escoba-. Capullo...-murmuro volviendo a centrar toda mi atención en nuestro escape hacia el exterior, hacia la libertad, en busca de refuerzos que reduzcan este puto barco a cenizas.

Debbie sonríe con tranquilidad.

- Estoy mejor de lo que nunca he podido estar, Aelia. Me dan todo lo que quiero, y ya sabes que siempre he querido saber más. No tengo límites ni prohibiciones, puedo estudiar, aprender o practicar lo que más me apetezca. ¿Que la causa del Señor Tenebroso no es la mía? - se encoge de hombros. - Nunca me lo había planteado, pero la verdad es que mientras eso me brinde a mí la libertad que quiero, es mucho mejor que la causa contraria. Nunca tuve nada en contra de los muggles - te explica - ni nada a favor. Simplemente... Bueno, existen. Lo único que levanta mi interés es estudiarlos cómo lo harías con una criatura que no conoces, pero eso es todo. Supongo que eso se puede traducir en que los considero ligeramente inferiores a los magos... - reflexiona. - Y supongo que por eso no me importa su opresión si es en mi beneficio. 

Ha cambiado, o tal vez, mejor dicho, ha dado una forma distinta a sus ideas. O esa es la impresión que tienes basándote en la Debbie que conocías o creías conocer.

- No tardaremos en llegar, cuando terminen de arreglar el estropicio de esos idiotas. - dice señalando vagamente hacia la puerta con la cabeza. - Y a ti te espera lo que tú decidas Aelia. Tal vez deberías empezar a planteartelo seriamente. Si necesitas opinión o consejo, aquí estoy. Y la primera opinión te la doy gratis y sin que me lo pidas. - sonríe - Creo que si colaboras con la causa, conseguirás todo lo que te plantees Aelia. No habrá límites a tus deseos.

Desde detrás de Brad puedo ver aquella amalgama. No soy capaz de procesar en mi mente lo que veo, coloco una mano en el hombro de Brad:

-Dime que Mia no ha sido la que ha hecho todo esto...

Estabamos en medio de todo aquél desastre y mis nudillos se estaban quedando blancos de la fuerza con la que apretaba mi varita. Entonces es cuando veo a Mia, y veo a Zane, y veo aquél haz de luz verde acompañado de aquellas palabras prohibidas... "Avada Kedavra".

Abro los ojos como platos, no puede ser, no me siento siquiera capáz de mirar hacia Mia. Una rabia nace dentro de mí y mi mirada se queda clavada en Zane. Estoy ciego. Desde el principio me dió mala espina, todas las veces que le seguí por el pasillo, que intenté saber qué demonios sucedía con él y no habían servido de nada. Pero ahora estaba delante de mí y no había ningún profesor que pudiera impedirme hacer lo que quisiera. Esto era sólo la gota que colamaba el vaso, por Merlín, era asesinato.
Caminando rápidamente y acortando las distancias entre él y yo alzo mi varita:

-Debería haberte matado en primero! Disparo de flechas!
 

- Intentémoslo otra vez. Tú London concéntrate en... Bueno, en nada. Vacía tu mente, y sobretodo, cálmate. Los sentimientos fuertes sólo me lo ponen más fácil. Tú Zoe... - se detiene unos segundos. Zoe le habái repelido, al fin y al cabo... - Tú sigue así. Tal vez puedes darle consejos a London. Cuando estéis listas, repetimos.

Arrugué la nariz al escuchar aquellas palabras de Severus: que le había desconcentrado. Y, aunque en un principio me molestó, porque parecía que me echaba la culpa, una voz dulce en mi mente me dijo que lo había distraído, yo. ¡Yo! Eso era bueno. En fin, quería poder desconcentrarlo en un sentido, y aquello me hizo especial ilusión. Aunque, en el fondo, fuera una tontería, aquellas palabras estallaron un calor en mi interior que me recorrió entera, y, sin saber muy bien por qué, podía haber corrido maratones enteras en ese mismo momento. Y enfrentarme a quien fuera. Porque rebosaba energía. Era capaz de todo.

—Vale, vale— me limité a decir, y sonreí en mi interior como una estúpida.

Traté de fijarme en cómo lo hacía Zoe. Traté de copiarla, y pensar en cómo dejaría su mente para dejarla en blanco. Yo lo único que podía hacer era pensar en el color blanco, y que todo era tranquilidad, armonía, y eso muggle, esa religión o sentido de vida que ellos tienen llamado zen o “yuga” o algo así, que consistía en relajarse, pero nunca había prestado atención a eso, por lo que no tenía ni idea de cómo funcionaba.

—Vale, otra vez— dije, y cerré los ojos con fuerza.

Después, los cerré más suaves, porque cerrarlos con fuerza requería pensar en ello, y no podía pensar en nada.

Exhalé aire, dejando mi cuerpo tranquilo, apenas como si fuera una ameba o un ser sin sustancia. Era etérea, no existía, salvo porque sabía que existía.

Dejé mi mente despejada. 

El caos, el rayo verde...el miedo y nerviosismo que me embargaban son sustituidos por frío, simplemente frío, al ver esa maldición volando hacia Mia. La muy idiota, siempre a lo loco...¡Si solo hubiese esperado 30 segundos! Pero es Mia al fin y al cabo.

El alivio al ver como logra esquivarlo, por pura suerte o destino ya no sé como llamarlo, es casi un golpe físico...pero lejos de venirme abajo, el odio contra quien ha lanzado el conjuro ¿Por qué no me sorprende nada que sea ese cabrón? me hace arder. Si no me lanzo al ataque es por que Donnie se me adelanta. y eso me calma un poco. No solo hay más enemigos cerca y no nos podemos distraer y centrarnos solo en uno, sino que estoy bastante seguro de que Donnie no puede con Zane. Ojalá me equivoque y la rabia "le de alas" pero, sin subestimar a Donnie, Zane es mejor mago. Tal vez mejor que yo también, pero si es así es en menor medida, conozco las habilidades de los tres tras tantos años.

En cualquier caso, no me queda otra que confiar en él, ser su refuerzo y vigilarle la espalda. No tenemos escoba para salir de ahí, así que va a ser "un poco" más complicado.

Claro que, tampoco puedo quedarme sin hacer nada. Tengo que defendernos de lo que nos lancen. Pero también usar una defensa proactiva. Y el blanco perfecto son tres mortífagos justo en la entrada de un pasillo. Si me sale bien, no solo los neutralizaré sino que, lo que de verdad pretendo, bloquearé el pasillo y no llegarán refuerzos por ahí. Al menos no tan rápido.

-¡Bombarda máxima!

Eres la primera en conseguirlo y Elina te aplaude encantada con el resultado.

- ¡Perfecto Irina! ¡Eres un talento nato en esto!

Te das la vuelta para ver cómo le va al resto. Lily no parece conseguir moverse, seguramente porque está muy nerviosa, igual que la mediana de las hermanas Pierce. Ellen consigue desaparecer para reaparecer unos metros a la derecha, tirando a Diane al suelo con ella. James y Sirius se desaparecen también, pero el primero aparece dos metros delante de la línea, y el segundo 3 detrás. Remus, Flavia, la chica Ravenclaw con el pelo siempre de colores, y Yolanda Pierce, lo consiguen y Elina los felicita también. Sólo queda el hermano pequeño de Mia, quién, por alguna razón extraña, aparece un par de metros en el aire y cae a la nieve de morros. La escena, a pesar de la tensión que rodea la situación, es lo suficientemente cómica para que todo el mundo se ria o sonría.

- Venga, venga. Segundo intento para vosotros. - dice Elina a los que han fallado mientras se vuelven a poner en su lugar. A remus, Yolanda, flavia y a ti os hace un gesto para que no os mováis. - Vosotros probad de volver al sitio de d´nde veníais, pero lo tenéis que hacer de memoria, no os déis la vuelta. A ver que tal esta vez.

Esta vez Severus no pudo hacer nada para entrar en la mente de London, por mucho que lo intentó. Podría haber apretado y seguir insistiendo y tal vez así atravesar las barreras, pero no le parecía el momento adecuado ni el momento adecuado. De hecho se sentía algo cansado. O tal vez simplemente London había cogido el truco, o él seguía "distraído". No admitiría nada de eso, así que lo que hizo al bajar la varita fue asentir a London.

- Mucho mejor, London. Intenta conservar esa sensación para el futuro.

Miró entonces a Zoe. 

- ¿Preparada? - Severus esperó hasta que Zoe estuvo lista para repetir el proceso por cuarta vez.

Mia sale por el agujero del techo del baño tras aquél arriesgado movimiento, dejandoos lamentablemente atrás. Zane está colérico, nunca le habíais visto así y suelta un grito que incluso Mia habrá escuchado. Sin embargo, aún así, detiene las flechas de Donnie con un gesto de la varita.

-¿¡Tú, matarme a mí?! ¡JAJAJAJA! - Zane suelta un risa bastante demente entonces. - ¡No me hagas reír! ¡Eres patético!

Mientras tanto Brad se ha deshecho de otro tocho del techo y ha bloqueado un pasillo , dejando a 3 personas bajo los escombros. Pero probablemente la oportunidad de escapar se ha ido con Mia. Aparecen más y más enemigos por todas partes. La mayoría os apunta con varitas y os dice que os rindáis, pero hay un par que han aprendido del error.

- ¡Desmaius!

Aquél movimiento ha sido increíble. De algún modo has conseguido no sólo evitar que la malditicón asesina te de, sinoq ue ni tú ni Joni habéis caído de la escoba y habéis salido de ahí. Al salir a la cubierta podéis ver varias personas toalmente confusas que no reaccionan a tiempo dado la velocidad a la que váis. Os alejáis del barco, epro aún así, llegas a escuchar un grito de pura rabia que estás segura es de Zane. 

Os alejáis sin mirar a dónde vais, solo alejándoos lo suficiente para que no os recapturen. Detienes algo la velocidad llegados a ese punto apra poder ver dónde estáis. Ves entonces que el barco casi ha llegado a una isla. La isla tiene una sola costa accesible para el barco y el resto es angosta roca y acantilados. La vegetación es espesa y en el centro de la isla vislumbras un edificio entre los árboles. No tienes ni idea de dónde estás, epro eso es lo único que ves en esos momentos.

Notas entonces como Joni se empieza a balancear con algo de peligro.

- Me...estoy...mareando...

Está pálido, ha tenido que perder mucha sangre, y por el aspecto de su cuerpo debe tener varias costillas rotas e incluso algun sangrado interno.

Pero está vivo, y tú también.

-¿Y tú, Zane? Necesitas el apoyo de un barco entero para atacarnos ¿En qué nivel de patetísmo te deja eso?- los conjuros que se nos lanzan estalla en el aire al chocar contra la barrera que he levantado sin más que apenas mover mi varita y soltar un leve murmullo* -¿En el de un gusarajo?- sigo hablando a Zane. -¿No te atreves a lanzarme otra vez tu fueguecito? Me pregunto si sabrías pararlo si yo lo conjurase ahora. Aunque supongo que no lo sabremos, no te atreverás a enfrentarte a mi sin veinte que te apoyen.

^{_{*-¡Protego horribilis! Donnie, si Zane no pica, lanza un defodio al suelo.}}

Solo dos nos atacan, quiero pensar que es porque les ha impresionado como he parado dos conjuros como si nada sin prestar atención...pero probablemente es porque se saben ganadores al ser tantos.

Joder...y encima el resto sin varitas, espero que estén bien pero poco podemos hacer ahora por ellos.

-Mierda! -Exclamo al ver como Zane detiene mi hechizo sin pestañear. No creía ser mejor, pero además con esta varita que no era mía...

Brad me protegió y yo intenté ver algúna ruta de escape, estábamos rodeados de gente que nos quería matar. Pero no era momento de algo así, debía pensar, matarles a todos iba a ser imposible y escapar... JODER!
Entonces le oigo susurrar... Es cierto, estabamos en un barco... Donnie imbécil!

Miré al suelo y sonreí a Brad como pude en la situación en la que nos encontrábamos. No sabía cómo estarían los demás, pero esperaba que esto llamara la atención lo suficiente como para que los demás tuvieran alguna oportunidad.

-Me sale mejor otro distinto... Espero que haya agua debajo. ¡Deprimo!