Partida Rol por web

- Venga, ve a comer. Ya nos veremos, ¿vale? - dice el chico a su hermana antes de alejarse hacia la mesa de Ravenclaw.

- ¿Pero qué pasa hoy en Hufflepuff? Donnie está decaído, Diane está decaída... ¡Chicos, alegrad esas caras!

- Es sólo cansancio... - dice Donnie quitándole importancia con la mano.

-...¡Y entonces Lilith se cayó de la cama!-termino de contarle entre risas la historia de cómo gracias a un sueño muy entretenido que tuve sobre un barco pirata comandado por un chimpancé con sombrero, mi gatita Lilith se cayó de la cama. No sé exactamente como he llegado a este tema, pero poco me importa ya. 

Asiento cuando me dice que me vaya a comer, pero antes le doy un besito en la mejilla para agradecerle lo que ha hecho por mí.

-Cómetelo todo, ¿vale? Si no, no crecerás fuerte y sano.-me despido de él yendo hacia mi mesa dando saltitos.

Frunzo un poco el ceño al ver que no están ni Dean ni Irina, pero entre unas cosas y otras no he podido ir a verlos a la enfermería, pero en cuanto termine de comer, iré. Seguro que lo que dicen esos niños tontos de Slytherin es mentira, no debo hacerles caso, ¡ya verán! 

Busco a Lily, James, Sirius, Remus y Peter para poder sentarme con ellos. 

Los encuentras a todos juntos comiendo y para cuándo te acercas hablan de lo cansado que parece Remus.

- Yo que tú no iba más a las clases extra de McGonagall. Tienes un aspecto horrible.

Ahora que lo comentan te das cuenta: tiene unas ojeras increíbles.

-¡Hola, chicos! ¿Qué tal?-saludo sonriente hasta que veo el aspecto de Remus.

-¡Wow, Remus! Qué mala cara tienes... ¿seguro que has dormido bien esta noche? Parece que hayas tenido una pesadilla que no te ha dejado dormir...-digo sentándome a su lado para darle un abrazo y animarlo.-¡No te preocupes! Si quieres, esta noche podemos quedarnos todos a dormir en la Sala Común con mantas y demás y dormir contigo para que no tengas miedo, ¿qué os parece?

Tras la pregunta miro a todos los demás con una sonrisa, ojalá se animen todos y podamos dormir todos juntos como en las acampadas que hacía con mi familia en el jardín en verano. Jack siempre intentaba escaquearse, pero entre Charlie y yo lográbamos que se quedase. 

-¿Habéis ido a ver a Irina y a Dean a la enfermería? Después de clase tuve un... problemilla y no pude ir.-dije intentando que reparasen lo menos posible en el problema y que no preguntasen.-Yo quiero ir después de comer, si queréis podemos ir todos juntos.

- Oh no, no ha sido una pesadilla... Es que me quedé estudiando hasta tarde con la profesora McGonagall. Para cuándo volví todos dormían, así que puedes hacerte una idea de lo tarde que era... Hoy iré a dormir pronto para compensar. Pero gracias por la idea de las mantas, suena divertido.

Es Lily quién contesta a tu segunda pregunta.

- Yo me he encontrado con la profesora y me ha dicho que después de la comida saldrán de la enfermería, pero que no van a poder mover el brazo hoy si no quieren que les duela.

Al cabo de los minutos, parece ser que aquél ataque de tos poco a poco se fue calmando. Me había retirado de los platos, con la cara escondida entre mis brazos, mirando hacia abajo, mientras la tos me sacudía con fuerza. Así, cuando esta remitió, con los ojos rojos del dolor de pecho y garganta y anegada en lágrimas de la angustia, tuve que beber un gran vaso de agua que alivió el dolor de garganta pero no sucedió así con el de pecho. Me levanté, poco a poco, sintiendo un ligero mareo que me hizo tambalearme un poco. ¿Qué demonios me estaba sucediendo? En cuanto me encontré un poco mejor, me aproximé a la mesa de Slytherin, concretamente a Zane, que parecía contento por algún motivo desconocido para mí, y por ello era un motivo que escapaba a mi incumbencia. -Zane, ¿tienes un momento?- Dije, con esa sonrisa que me caracterizaba, esa sonrisa mistriosa y divertida, como si la situación no fuera conmigo en absoluto, y, por otra parte, con los ojos que denotaban que había estado sufriendo por culpa de la maldita tos que había sufrido hacía poco.

No pude evitar una sonrisa irónica al ver entrar a Mía junto a su hermanito, seguro que estaría encantada de llevar menos peso en su mochila. Sin prestar más atención a los que entraban al comedor me centré en la comida que tenía delante acercándome a Zane para susurrarle.

- Se refiere a tu mascota ¿verdad? Me alegro que al final la puedas tener contigo.

Seguí comiendo despacio hasta que vi a Aelia acercarse a nuestra mesa, la saludé con una inclinación de cabeza pero me di cuenta que sólo quería hablar con Zane, así que volví una vez más a ocuparme del plato que tenía delante.
 

-Sí, así es... estaba deseándolo. Gracias por el interés...- Digo a Debbie, con una sonrisa. Aunque la sonrisa se debe más a la noticia de Susan que al interés de Debbie.

Levanto la cabeza al ver a Aelia y ladeo la cabeza ante su pregunta:

-¿Oh?- Me quedo algo sorprendido al ver que quiere hablar conmigo - Sí claro...- respondo -dime- Aunque queda claro que no tengo intencion aguna de levantarme de la mesa. Estoy comiendo y tengo mucha hambre, pues esta mañana apenas había comido nada.

Miré a Elle y sonreí más alegremente, olvidándome de lo pasado. Tras eso volví a centrar mi atención en el plato, jugando con el tenedor. Tenía que pasarme por la lechucería para escribir a mis padres, tenía tantas cosas que contarles, que no estaba segura de si mi pobre Chopin sería capaz de cargar con tantos pedacitos de papel. 

Con suavidad coloqué un trozo de pastel en las puntas del tenedor y tras eso lo acomodé en el borde del plato, en dirección a Elle, suavemente lo golpeé haciendo que ese trozo de comida volase en dirección a la niña, la cual miré riendo divertida. Al menos intentaría hacerle creer que estaba normal, cómo siempre.- ¡Al ataqueeee! ¡Ánimo pastisoladooo! 

Devolví el saludo cortésmente a Debbie, manteniendo la sonrisa, y vi que pronto se dirigió a su plato, como si la situación no fuese con ella. Bueno, ella no podía saber de qué iba a hablar, aunque quizá sí podría deducirlo. Zane no parecía que fuera a levantarse, o por lo menos su postura no lo indicaba. Enarqué un poco las cejas, girando mi cabeza para observar a y asentí antes de contestar, pensándome las palabras bien, y alzando la voz lo suficiente para que Debbie pudiera oírnos e integrarse en la conversación. -Bien, no sé si Debbie te comentó alguna cosa ya o no, pero no tengo grupo para los... ¿juegos?- Dije, ironizando mucho la sonrisa. Era obvio que el nombre juegos no me inspiraba mucha confianza ni muchas esperanzas. ¿Acaso éramos unos críos? En fin, no importaba. -Y había pensado en Debbie, me dijo que iría contigo y quisiera preguntarte si te importaría que yo fuera el tercer miembro del grupo. Quisiera dejar claro que no me gusta trabajar en equipo, pero no estoy aquí para... perder el tiempo, como otros..- Añadí, repasando sin querer con la mirada a algunos de los compañeros de primero que se habían dedicado precisamente a eso. Sin esperar respuesta de él, alargué la mano para coger una mandarina de la fuente de la mesa de Slytherin. La abrí con las ayuda de mis uñas mientras esperaba su respuesta. -A todo esto, buen provecho.- Dije, dirigiéndome a la mesa en general.

La niña se proteje del proyectil justo a tiempo como para que su túnica no quede hecha un desastre, chocando la comida con su palma abierta.

-¡Oh, qué truco más malvado! ¡Los elfos de las cocinas van a venarse si se enteran de que tiras su riquísima comida! - dice Ellen riéndose.

- Por cierto, chicos, ¿Ya habéis pensado si os apuntaréis a los juegos?

Escuché a Remus con atención, parecía que no había sido ninguna pesadilla lo cual hizo suspirar aliviada y alegre por él, yo lo pasaba muy mal con las pesadillas. Al menos le había gustado la idea de las mantas... ya sé que no le caigo mal entonces, cosa que me alegra también. Tal me vez me siento tan alegre porque después de todo lo ocurrido, cualquier noticia más o menos buena me parece genial... Quizás debería ponerme triste más a menudo para disfrutar de estas cosas, ¡quién sabe! 

-¿Qué es lo que te ha estado enseñando McGonagall?-le pregunto con curiosidad. A mí también me gustaría dar clases especiales y particulares con McGonagall, pero si ese iba a ser mi aspecto después de cada clase... no sé si quería dar las clases o no. 

Después le presté atención a Lily y frunzo los labios con algo de pena. Al menos saldrían pronto de la enfermería, a ver si los veo pronto.

-Me siento mal por no haber ido a la enfermería con ellos... ¿crees que vendrán a la siguiente clase?-le pregunto a mis amigos.

Mis cejas se levantan al escuchar y contesto -Sí, Debbie me lo había comentado...- En ese momento me acabo de acordar, pues tras la penosa clase de antes y la noticia sobre Susan, todo lo anterior había desaparecido de mi cabeza al instante.

-Por mí no hay problema. Visto lo visto, creo que va a ser lo mejor- Porque, no es que los de mi casa fuesen unos genios precisamente...

Ni siquiera llegan a mediocres, la mayoria son patéticos ¿Cómo pueden estar en Slytherin?

Me senté a lo indio en el banco, mientras miraba a Elle y Donnie.- Creo que... No lo sé. Quizás espere a ver quienes quedan o quizás me dedique solo a observar los juegos sin participar el ellos.-No tenía intención de mentir. Lo que había hecho Aelia de ignorarme completamente me había parecido un gesto muy feo, tan feo que... No tenía ganas ni de participar. Me acomodé en la mesa mientras dejaba mi cabeza apoyada en la mano.- ¿Y tú? ¿Ya tienes grupo? ¿Participarás? 

Miré mis uñas con un gesto de leve desagrado en mi rostro. Por culpa de la mandarina pelada, el olor a fruta me acompañaría hasta que me lavara las manos minuciosamente, cosa que ya estaba deseosa de hacer. Recordé mi encuentro con Myrtle la llorona. Había marcado una equis en la puerta que conducía al baño. ¿Por qué no nos avisaban de este tipo de cosas a los alumnos de primero? Sonreí ampliamente cuando la expresión visto lo visto llegó a mis oídos. Mis ojos volaron en lo que fue una vista panorámica a la mesa de Slytherin. ¿Se referiría acaso a los compañeros de su casa, o a los compañeros de otras casas con las que había compartido clase hasta ahora?

No obstante, había algo más que quería comentarle a Zane y a Debbie. Me parecían personas inteligentes, y que no iban a hablar más de la cuenta. Así pues, me situé entre ambos, aún de pie puesto que al fin y al cabo no era mi mesa. Miré dubitativa a la mandarina y luego a los chicos de Slytherin y siseé más suave todavía. -Veréis... Quiero organizar un club de conjuros. Para...- Me frené. "Eh", me dije. "Demasiada información estás dando". -Superar... Los conocimientos aquí dados. ¿Cuento con vosotros dos?- Finalicé. No estaba segura de si me había explicado bien. Dividí la mandarina en dos partes distraída, esperando la respuesta.

Los juegos... después de lo que había pasado me había olvidado por completo, menos mal que ya se lo había comentado a Zane con anterioridad. Asentí ante las palabras de Aelia, si en verdad era tan seria y responsable como parecía con toda probabilidad que formaríamos un buen equipo.

- Entonces ya está decidido. Ya podemos apuntar nuestros nombres.

Pero parecía que no era sólo eso lo que nos quería comentar, había más... y bastante interesante desde mi punto de vista. Enarqué una ceja mostrando mi interés, cualquier cosa que fuera aprender era importante para mí.

- ¿Superar los conocimientos? -No tenía muy claro lo que quería decir pero podía imaginármelo. No pude evitar una sonrisa de satisfacción.- Suena bastante bien... por mi parte me apunto, aunque... dependerá de la gente que forme parte de ese... club.

- Oh, vaya, yo creo que tendrías que participar, Diane, bueno, tú y todos.-aclara la niña - Cuántos más seamos mejor, creo yo. Yo aún no estoy segura de con quién ir... si vosotros no tenéis equipo,tal vez...