Partida Rol por web

-Si almirante! Excuse si he sobrepasado los limites, le hago extensiva las excusas al Almirante Adama- dice mientras se para serio, su rostro expresa la gravedad de la llamada de atención, más su aspecto intimidante parecía expresar otra cosa, mirando fijamente al Almirante del Galáctica y al resto, no parecía demasiado contento.

-Estoy de acuerdo con usted Almirante Cain, con todo respeto, pero creo que sería el momento de empezar a reconsiderar el curso de acción del Galáctica, hay dos Almirantes presentes...- sugirió de forma mucho más soterrada que la primera vez. Si de algo estaba convencido Jack Fisk, es que la única Almirante que valía la pena, la única que podría darle una esperanza contra los Cylons, era Helena Cain.

-Una investigación con su apropiado juicio sería lo ideal, Almirante, la tripulación del Galáctica tendrá que someterse a escrutiño y afrontar las consecuencias de una sospecha de traición... no estamos para jugar a la gran familia feliz, no con esos basureros disparando toda la artillería contra nosotros- dijo señalando hacia atrás.

El continuo asalto cylon definitivamente está afectando a todos. ¿Estrellar un Viper contra sus fuerzas? ¿Perder un tripulante y un Viper y rezar que pase algo que nos salve a todos?. El mismo se siente como un loco por no oponerse, pero está demasiado cansado, ya perdió la cuenta de los saltos y ni hablar del sentido del tiempo. El plan de Adama significa posponer algo que todos piensan inevitable pero suena mejor que quedarse y hacerse reventar por esos desgraciados.

-Comandante, sin que sirva de precedente estoy de acuerdo en una cosa con ellos- digo señalando a los del escuadrón Pegasus- No podemos atacar con un solo hombre, afrontaríamos mejor esto con toda la nave. Se que quiere salvaguardad nuestra seguridad, pero enviar un hombre a una posible muerte no es muy heroico.

Sin embargo- continúo, esta vez hablando con Fisk- como siempre, usted tiene que llegar mas allá. ¿Sospecha de traición en el galáctica?  ¿A qué se refiere? Es una acusación grave. Le hemos tratado bien hasta ahora pero si nos pone las cosas difíciles vamos a cambiar nuestra actitud frente a usted. Aunque su almirante se haya portado con maneras excelentes, no debería dejar que alguien bajo su mando se exceda en sus funciones- Miro a Cain y me explico- No tengo nada en su contra, pero siento que discrepo respecto a Fisk.

Me da igual lo que digáis, soldados. Estas dos y todo lo demás son para vosotros. Dije mientras me cogía las domingas con las manos y las meneaba delante del rostro de Fisk.

Además, si está tan seguro de las cosas, ¿por qué no va con su poposo culo a bordo del viper y se carga solito la nave? Lo recordaremos como un heroe, viejo y senil, pero un héroe al fin.

-Biers, vaya a descansar un rato, los saltos la están afectando. Esto es una nave que tiene ciertos rangos y protocolos, no es una guardería. Guardese sus curvas para otro momento. El comandante, los miembros del Pegasus y yo estamos dirimiendo asuntos importantes, no nos interrumpa si no tiene nada útil que decir, por favor, no podemos perder el tiempo con descalificaciones.

¿Qué diablos pasaba aquí? Ese comportamiento excedía de lo normal, ¿algo está afectando a los pasajeros de la nave o ha estado inalando gases tóxicos?

El doctor Cottle se encuentra saturado de trabajo con tantos ataques continuados así que finalmente toma el comunicador de la enfermería para ponerse en contacto con el centro de mando.

AL HABLA EL DOCTOR COTTLE DESDE LA ENFERMERÍA DONDE NOS ENCONTRAMOS DESBORDADOS DE TRABAJO. ES NECESARIO QUE DESCANSEMOS PARA EVITAR ERRORES EN LAS CURAS. POR DIOS, ¡NO PODEMOS SEGUIR ASÍ!

Miro el puente de mando sentada en una de las mesas. Mis pies cuelgan, jugueteo con ellos mientras escucho divertida cómo se pelean unos y otros.

Con un pequeño salto, bajo al suelo, atusándome el pelo. Rebeliones entre los militares, mujeres  vendiéndose cual rameras... no parece el lugar ideal para pasar mis últimas horas.

-Si me disculpan, iré a la enfermería. Aquí no soy de ayuda, y el doctor parece estresado.-digo sin mirar a nadie en concreto.

Antes de irme, me paro ante Anna y le dirijo unas palabras. -Cielo, no hace falta enseñar tu cuerpo para seducir a un hombre. Deberías tener un poco más de amor propio y ponerte a hacer algo útil. Cuando las tostadoras nos alcancen, tus tetas no te van a servir de nada.-

Camino hacia la enfermería con paso firma.

-Hola doctor, ¿cómo puedo ser de ayuda?.- pregunto mirando el desastre de sangre y lágrimas que es este lugar.

¿¡Señora Presidenta!? ¿señora Presidenta? pregunto por los pasillos mientras busco a mi "jefa", de Secretaria de Educacion a Presidenta de las doce colonias

¿Que hago trabajando como secretario de la Presidenta de las colonias? ¿cuando di ese "salto" en el escalafon politico?

Si no fuera por esos malditos Cylons esto seria un paseo...

Nunca se ofreceria de piloto, lo suyo era el dialogo, no los disparos en Vyper.

Interceptada por el suboficial Tyrol, Sharon se detuvo en seco. Con el ceño fruncido le miró con expresión iracunda y se preparó mentalmente para repetir una discusión que habían tenido cientos de veces. Galen sería su pareja y le quería por encima de todo pero aquello era ya algo profesional y estaba bastante cansada de que todo el mundo se burlase de sus maniobras de aterrizaje cuando estaba claro que era algún problema técnico del raptor.

-Pues sí, precisamente le estaba comentado a Helo que otra vez, para variar, los amortiguadores de la nave están más calibrados. No sé usted, Jefe, pero me estoy empezando a cansar de quemar la cubierta cada vez que aterrizo.- espetó cruzándose de brazos, olvidado todo cansancio que pudiera sentir.

- ¡Déjeme pasar soldado! Digo al guardia que está en la puerta, obviamente no es un soldado, sino simplemente personal de seguridad.

- No... no puedo señora, responde casi tartamudeando. El hombre tiene, al menos, 20 años menos que yo. Intenta ocultarlo pero ya me ha repasado de arriba a abajo furtivamente con su mirada. Hombres... solo me quieren para eso, y la verdad es que siempre me he aprovechado de ello, ¡vaya aun recuerdo algo! Sin embargo, yo solo amo a uno siempre lo he hecho y siempre lo seguiré haciendo, pero no recuerdo su nombre ni su apariencia solo recuerdo donde está, en una estrella de combate. Galáctica.

Me acerco lentamente al guardia y le pongo la mano en el pecho. Disfruto con esto. Acerco mis labios a su cara pero no la toco y le digo en voz baja:

- ¿De verdad no me va a dejar pasar? Puedo recompensarte... noto como su ritmo respiratorio aumenta (aunque no es lo único). Arrastro la mano por su pecho subiéndola al cuello mientras me acerco un poquito más a su oreja. Creo que nos vamos a llevar bien... espérame en la cubierta B al lado del ventanal dentro de una hora.

Me aparto repentinamente y él tambien lo hace.

- Gracias, le digo guiñándo un ojo y sonriendo. Cruzo el umbral de la puerta... mi mente empieza a dar vueltas poco a poco voy recuperando algunos recuerdos.

La puerta se va cerrando y lo último que recuerda el guarda antes de que se cierre por completo es mi voz diciendo:

- Por favor, podría contactar con alguien al mando de Galáctica.

Toc, toc, toc...

Romo Lampkin paseaba dando vueltas por su habitación (con vistas), escuchando toda aquella algarabía gracias al siempre eficaz SIRE (Sistema de Intercomunicación Radiofónico Espacial). Se sentó para oír mejor lo que estaba sucediendo... ¿alguien había enseñado sus tetas a la tripulación? Ahora empezaba a entender el alboroto.

Lance se subió a su falda, y Lampkin empezó a acariciar su suave pelo, preguntándose a qué venía todo aquel desperdicio de saliva; si ya había un voluntario para la misión, ¿para qué seguir discutiendo? No había un solo párrafo en el Código Legal que prohibiera a alguien suicidarse; aunque solamente quedaran 60.000 humanos vivos, el suicidio tampoco podía considerarse "asesinato de una especie en vías de extinción"...

¿Allá él, no te parece, Lance?

El gato ronroneó afirmativamente.

La impúdica demostración de Biers le valió un bufido de Fisk. Su dedo se alzó amenazante - Si de mi dependiera, ya estaría usted montándose en un Viper... si falla y muere, o si tiene éxito y cumple su misión, todos ganamos...- gruñó para que ella pudiera oírla, luego se giró para estar al lado de la Almirante Cain, como respaldo incondicional.

-Señor Conoy, no sea insolente, sigo siendo un invitado, pero no soy un idiota- le espetó con gravedad -O que llevemos todos estos saltos y una cantidad ingente de daños por culpa de los ataques Cylon no le dice nada? es obvio que parecen saber hacia donde saltamos y nos esperan... así que una de dos...- y se acercó, su rostro estaba serio y sus arrugas le daban un aire severo -... o algún tripulante está abriendo su boca de más... o las tostadoras aprendieron a leer nuestras mentes desde lejos. Usted decida- comentó -Esto no tiene nada que ver con que sea invitado a bordo del Galáctica, Conoy, es una cuestión de lógica y de seguridad de todos los que estamos a bordo de la nave.

Maldita sea, empiezo a hacerme viejo para esto...  pensaba el Coronel Tigh mientras asistía a la dantesca representación que tenía lugar ante ellos. ¿Por qué demonios permite Bill que se comporten así?

El CIC parecía un gallinero, y ers responabilidada suya poner orden paara que la tripulación y Adama pudieran gobernar la nave. Tigh dio un paso adelante y comenzó a gritar

¡BASTA YA! ¡BASTA YA TODOS!

Este es el Puente de Mando de la Galactica. Ese gruñó señalando a Adama es el único almirante de esta nave, y todos ustedes están vivos aún por su determinación. ¡Juro por todos los dioses de Kobol que al próximo que sugiera que se le releve del mando le acusaré de traición y le pegaré un tiro yo mismo!

Ahora cierren la puta boca todos y hagan su trabajo. dijo dirigiéndose a los miembros de la tripulación presente, fulminando a Dualla con una mirada que indicaba que él no olvidaría su insubordinación. Los civiles que vuelvan a excederse serán enviados de una patada a una cómoda celda dónde podrán lloriquear todo lo que quieran. Por todos los demonios, ¡estamos en guerra y ustedes se comportan como críos en el recreo!

Tigh se giró hacia Adama cuando terminó de vocear. Almirante, CIC listo y en orden. ¿Cuáles son sus ordenes?

Maldita sea...  ¿dónde estará Ellen...?  necesito un trago...

Kara suelta un bufido burlón al ver como el "viejales" de Fisk mete el rabo entre las piernas tras la aparición de su almirante.

Valiente mierda eres, tío...

Piensa para sí. Tampoco se le escapa el nuevo intento de la zorra de llamar la atención de todos.

Si es que tiene que haber de todo en esta nave...

¿Invitado? prfff...

Vuelve a sonreír de forma burlona. ¿De dónde habían sacado a esta gente? ¿Desde cuando un invitado podía incitar a una revelión así en casa de su anfitrion? Vaya, Kara no era precisamente educada... Pero aquello ya era demasiado incluso para ella.

En cuanto a la otra tiparraca... tampoco era de su agrado.

Llega aquí con sus aires de grandeza... cuando en realidad llegó a esta nave huyendo como los demás.

-No hace falta portarse como un niño. Y si tan seguro está de que hay un traidor, ¿por qué tiene que ser de la tripulación del Galáctica? También tenemos invitados que podrían ocultar algo- dije como quien no quiere la cosa mirando a Fisk.

Nos interrumpe el coronel Tigh, enfadado y obligándonos a calmarlos.

-Lo que usted diga, coronel, pero eso no impedirá que nos ataquen los cyclon, ni con todos los insultos del mundo. Estoy de acuerdo en que Adama manda, de eso no hay duda, pero tiene que escucharnos. Huir no nos ha servido para evitar los cyclones, habría que pasar a la acción. Pero con solo hombre en un viper es arriesgado.

El XO de la nave, cual Júpiter tronante, había acudido a poner orden entre la tropa. Aquello había que reconocérselo a Saúl: sabía cómo hacerse escuchar.

Si tuviera la misma capacidad de liderazgo entre su tropa que entre sus sábanas, otro gallo le cantaría.

Estoy rodeada de maricones. Seguro que entre todos estaréis votándome para que me manden con el Viper a por esa nave. Si es que me lo estoy imaginando. Sois unos maricas, todos, desde el comandante hasta el soldado más raso. Les grité a viva voz. ¿No queréis probar mi cuerpo? Vosotros os lo perdéis.

Idiotas, son todos unos idiotas. ¿Qué hago yo entre ellos? Ni siquiera saben mirar un buen par de tetas cuando se las pongo delante. Tendré que cambiar de estratégia.