Partida Rol por web

Horus - II

Chichén Itzá (Cap. VI)

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01/06/2016, 01:01
Estel Highwater

El rostro de Charlotte apareció frente a sus ojos antes que Estel pudiera ceder hacia el desasosiego que había intentado invadirla, atacando su columna vertebral como el aguijón venenoso del recuerdo o premonición de una tragedia. Sintió de inmediato su toque, como a su lado Omar se movía en reacción a su presencia, cómo le contestaba con cariño mordaz. Sin embargo, Estel tardó más en reaccionar. Su mirada estaba en los alrededores, en la luz y en la forma de las piedras, y en las figuras humanas que parecían desbordar, como flores o plantas flotantes, desde el filo de la cornisa lejana hacia el agua en donde estaban. Podía escuchar voces de niños, como aquella voz aguda transformada en grito antes del sacrificio y de la caída. Podía ver el rostro resignado de aceptación ante un nuevo sacrificio, donde…

Estel cerró los ojos, inhaló hondo y retuvo el aire en sus pulmones. No necesitaba pensar ni recordar para saber exactamente dónde estaban. Aunque hubiera preferido no darse cuenta de ello. Exhaló.

- Estoy bien, querida – respondió en francés, levantando una mano y acariciando la mejilla de Charlotte - Me alegra ver que también lo estás.

La dejó ir, a ella y a la mano de un Omar que había comenzado a moverse como no podía no esperarse de él. Se incorporó lentamente mientras escuchaba hablar a Mike, y buscó inmediatamente a Sean entre los cuerpos de aquella piscina improvisada. Al encontrarlo sano y salvo, moviéndose, suspiró y evaluó el estado del resto. Mike aún sin creérselo, Samantha chapoteando hacia Melyssa, Nathan que comenzaba a nadar. Oliver que parecía estar sin reacción, pero aparentemente vivo. Fadil que, por el contrario, parecía verdaderamente muerto y comenzaba a ser rodeado por los otros entre gritos de Charlotte y discusiones sobre cómo sacarlo del agua.

Un pétalo cayó sobre sus ojos, efímero, quedándose encajado en el puente de su nariz. Estel levantó una mano para cogerlo, y notó repentinamente que su brazo no encontraba resistencia en la tela de su camisa. Una breve mirada a su cuerpo y a su pecho-sin-dije le hizo volverse hacia el resto, encontrándolos también completamente desnudos. Desnudos como recién nacidos y de pie en el líquido de aquel lugar que parecía el túnel a otro mundo, y una matriz gigantesca. Era una situación totalmente ridícula y bizarra. Y en ella, Estel sintió que una calma fría la invadía, lavándola como el agua que ahora apenas le cubría el cuerpo.

Sígueme, dijo Omar. Estel asintió, y lo siguió.

Nadar no hizo sino darle aún más calma. El agua y el mar formaban parte de su sangre y de su identidad y por eso, cuando llegó hasta la zona de los peldaños al tiempo que llegaba Nathan arrastrando a Fadil, casi se arrepintió de que tener que dejar de hacerlo. Dándose cuenta que no tenía nada que aportar mientras los otros trataban de subir a Fadil, apoyó una mano en el hombro de Charlotte y le contestó algo que la francesa había preguntado como una eternidad atrás.

- Esto es un cenote, sí, pero no cualquier cenote. Esto es el Cenote Sagrado de Chichén Itza, Lottie – dijo, mirando a su alrededor de nuevo aunque no lo necesitaba – Y estoy totalmente segura de ello. He estado ya aquí, la primera vez cuando no era más grande que…

Estel dejó de hablar, percibiendo algo en el rostro de Omar. Sus ojos volaron de los suyos hacia el punto donde la mirada de él se había concentrado antes, buscando inclemente hasta que encontró. Inhaló agudamente y el aire se quedó en sus pulmones, mientras las emociones la invadían como imágenes, una tras otra. Alivio, culpa, felicidad, angustia, calma, aceptación. Duda, resignación. Dolor. Decisión. Ira. La emoción dominante cristalizó el gesto de su rostro como había sucedido con el de Omar.

Miró un momento a Charlotte en advertencia y luego se acercó a Omar, a quien Nathan ahora había cogido del brazo.

- Su hermana – le contestó, en voz baja y cercana, para luego dirigirse a Omar – Hazme sitio, Omar. ¿O creías que serías el primero en pavonear por las escaleras tu cuerpo escultural como zorra en la pasarela? Iluso – miró a Sean y a Nathan, evaluando la falta de espacio en el escalón, y apoyó una mano en su muslo cerca de su rodilla – Lo siento, Sean. Sé que podría haber elegido un mejor momento para abusar de ti. Prometo no subir más la mano que esto.

Usando el muslo de Sean y la piedra como base fija, Estel se impulsó hacia arriba para salir del agua y trepar al escalón atiborrado. Sobre su hombro derecho desnudo, gracias al juego de las luces, podían apreciarse una serie de pequeñas cicatrices que hablaban de una cirugía a gran escala. Se movió para no dejar al pobre rostro de Sean o de Nathan a la altura de su cadera, y se dirigió a Omar en voz baja mientras extendía una mano hacia él.

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01/06/2016, 01:29
Estel Highwater

- Dame la liana, Omar – dijo Estel en voz baja, apoyando la mano sobre su hombro – Olvídate de esto y sube tú primero para buscarla. Ella ya debe haberte visto… – agregó, negando con la cabeza –  Y ciertamente debe estar aterrorizada de verte en pelotas.

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01/06/2016, 01:30
Estel Highwater

La mirada de Estel parecía advertir a Charlotte de hacer manifestaciones abiertas sobre la identidad de Enara. Al no estar seguros de qué estaba sucediendo, tampoco podían estar seguros de si que la identificasen en el medio del resto no podía suponer un peligro para ella.

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01/06/2016, 10:01
Udjat

Cuando miras arriba, entre los pequeños rostros que se agolpan junto a la figura vestida de blanco, la ves:

Es Enara.

Sin duda.

A pesar de cómo va vestida, a pesar de su frente ceñida por una corona de flores y hojas de tal tamaño que le ocultan el pelo por completo. Os mira, os saluda, a saltitos os da la bienvenida gritando.

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01/06/2016, 10:05
Udjat

Cuando miras arriba, entre los pequeños rostros que se agolpan junto a la figura vestida de blanco, la ves:

Es Enara.

Sin duda.

A pesar de cómo va vestida, a pesar de su frente ceñida por una corona de flores y hojas de tal tamaño que le ocultan el pelo por completo. Os mira, os saluda, a saltitos os da la bienvenida gritando.

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01/06/2016, 10:06
Udjat

Una de las veces que miras arriba, entre los pequeños rostros que se agolpan junto a la figura vestida de blanco, la ves:

Es Enara.

Sin duda.

A pesar de cómo va vestida, a pesar de su frente ceñida por una corona de flores y hojas de tal tamaño que le ocultan el pelo por completo. Os mira, os saluda, a saltitos os da la bienvenida gritando.

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01/06/2016, 10:08
Udjat

¿Su hermana...? ¿Qué ha querido decir Estel...? ¿Era posible que...?

Cuando miras arriba, entre los pequeños rostros que se agolpan junto a la figura vestida de blanco, la ves:

Una niña de unos seis años, vestida como el resto, saltando y gritando como el resto. Sólo que sus rasgos son orientales. Recuerdas que alguien te dijo que la hermana de Omar había salido a su padre, Xabier, que era hispano-asiático.

¿Enara?

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01/06/2016, 10:37
Oliver Booth

Noté como, poco a poco, la viscosidad del líquido gaseoso que nos rodeaba e inundaba disminuía hasta que pude calificarlo de líquido a secas. Sin embargo, mientras todos aquello ocurría, y todo seguía dando vueltas y más vueltas, decidí que mantener los ojos cerrados era una buenísima idea. Llegó la calma finalmente, y sentí como flotaba en algo que, desde luego, parecía agua. Me mantuve un buen rato así, flotando boca arriba, haciéndome el muerto, que se suele decir, hasta que sentí que una luz fuerte atravesaba mis párpados cerrados. Entonces, y solo entonces, abrí lo ojos, y el círculo que formaba la abertura de aquel agujero se grabó a fuego en mi retina. Había sido como mirar directamente al Sol cuando está sucediendo un eclipse, solo que por aquello no iba a quedarme ciego, al menos no permanentemente.

Lo más interesante de aquel círculo de luz era que sus bordes se movían de forma ondulante, casi siguiendo una onda perfecta, como si fueran olas. Y además parecía lanzar chispitas de luz hacia mí, casi pensé que podía tocarlas... hasta que las toqué. La sensación fe extraña al principio, pensé que era capaz de tocar la luz, pero para entonces mis ojos ya se habían acomodado a la luz y el círculo se había borrado parcialmente. La realidad se mostraba ante mis ojos... el círculo de luz era la boca de una cavidad en la que me encontraba y sus ondulantes bordes eran en realidad (ondulantes) personas que arrojaban pétalos de flores, nada de chispitas de luz.

A pesar del shock momentáneo, la escena se me antojó agradable, de modo que no pude más que sonreír y corresponder a aquellas personas que, sin conocerme, me saludaban con la mano. Hice lo propio, como habría hecho cualquier celebridad, y saludé con la mano mientras recibía sus suaves pétalos. Me acordé entonces de aquella película, American Beauty, aunque esperaba no estar protagonizando las fantasías sexuales de un cuarentón cansando de su matrimonio.

Después del momento de relax comenzaron a llegarme las voces de todos mis compañeros, algunas incluso en varios idiomas. Alguien preguntaba si estábamos bien y todo eso y parecía que todos habían respondido afirmativamente, algo que me alivió un poco.

- Estoy bien, estoy bien - dije, sin dirigirme a nadie en concreto, mientras les buscaba con la mirada.

Les encontré en el borde de aquella poza de agua cristalina (por primera vez fui consciente de lo clara que estaba el agua) tratando de sacar a alguien del agua. Nadé despacio hacia ellos y enseguida descubrí que el cuerpo que sacaban era el de Fadil... ¿Estaría muerto? Me angustió pensarlo, y eso que Fadil y yo no éramos los mejores amigos del mundo. En realidad Fadil no podía considerarse amigo de ninguno de ellos, algunos de sus compañeros hasta le habían gritado e insultado, y alguno seguro que deseó darle un buen puñetazo en la cara. Pero para bien o para mal, allí estaba con nosotros y había llegado a aceptar que era uno más.

Entonces alguien dijo que estaba vivo... y alguien dijo que estábamos en México... y aunque eso parecía imposible, las ropas de aquel tipo que nos miraba desde una repisa elevada parecían indicar que efectivamente era cierto. De algún modo todo lo que habíamos propuesto en el interior de aquella máquina extraña se había cumplido, de verdad se trataba de un chisme para viajar en el espacio... y quizás también en el tiempo.

Pero tanta reflexión se vio repentinamente interrumpida por el hecho de que Fadil parecía estar vivo y, sobre todo, que todos estábamos en pelotas.

- ¡Eh, Nat! Te veo la pilililla - me reí a carcajadas, a sabiendas de que le estaba avergonzando delante de los demás.- Joder, lo que hace el baile profesional...

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01/06/2016, 16:55
Fadil Jannan

"-¡Eh! ¡Tú! ¡Fadil!"

¿Sí...? ¿Quién me llama...? 

Flotaba. En un mar de nubes, o de vino. Él no era como sus padres, o sus tíos. No era musulmán practicante, y gozaba del vino, y de los placeres de la vida. De casi todos. Como ahora, que debía estar soñando, tras una noche movida. Notó unas manos que lo agarraban, por algún lado. En su inconsciencia, sonrió. El sueño prometía.

"-Está vivo aún."

​Pues claro, y menos mal. -La voz era masculina, y conocida, aunque no la identificó en su sopor.- La noche debe haber sido muy movida.

"-¿Respira?"

Otra voz... femenina. MUY movida...

"-¿Has comprobado que respira? ¿Tiene algún golpe? ¿Sangre?"

Joder... ¿sangre...? -Hizo un esfuerzo por centrarse, y despertar. Aunque siempre había estado abierto a experiencias, nuevas y viejas, el sado no le iba en absoluto. -Esto empieza a no gustarme... -Además se sentía mal. Era cierto que estaba dolorido, como si lo hubieran golpeado. Y no sólo eso, le dolía el pecho, por dentro, y la garganta. Y no podía moverse, aunque todo esto quizá sólo fuera en su sueño. -He de despertar, tengo que despertar...

Notó otra mano sobre su piel. Sintió el tacto delicado, era una mano de mujer. De su pecho pasó a su mejilla. -¿Nefissa?- No sería el primer sueño de sexo en el que ella le amaba. -No quiero despertar, entonces...- nunca en la vida real Nefissa le había consentido una caricia o un beso que no fueran fraternales. ¡Era tan estricta! 

¡Plas!

Eso había sido una bofetada. Suave, pero una bofetada. "-Fadil ¡Fadil! ¡Despierta! ¡Venga! ¿Puedes oirme?"

¡PLAS!

Otra, y ya no tan suave. Esto no era un sueño. "-¡Fadil! Soy Lottie. O me contestas ya o ¡me voy a ir enfadando seriamente contigo!"

¡¡PLAS!!

Lo intentó con todas sus fuerzas. Abrir los ojos, bracear. Responder, aunque eso era imposible. "-¡Venga! No me seas terco...¡Despierta! ¡DESPIERTA!"

No. No podía. "-¡Lottie! ¡Si lográis traer a Fadil hasta aquí puedo izarlo a las escaleras!" -Ése ha sido el pelirrojo. Sean.- Bien, empezaba a recuperarse. Por lo menos a comprender, a situarse. ¿Situarse...? Se dio cuenta, de pronto, de que estaba en el agua. 

Y entonces, como un mazazo, como un maremoto que le cayera encima de golpe, recordó. Todo. Umayma, el Laberinto, la Máquina. ¡La Máquina...! -¡Nefissa...!

Se sintió morir. Y se notó zarandeado, arrastrado. Sus ¿...amigos? no le abandonaban. Pero seguía sin tener el control de sus miembros, ni siquiera de su consciencia. Apenas pudo abrir una estrechísima rendija entre los párpados, pero sólo consiguió que la luz lo cegara, y volvió a cerrarlos. Entonces notó unos brazos fuertes que le rodeaban el torso, y comprendió que le estaban llevando a alguna parte, a salvo.

"- Ayudadme a subirlo... -" -Nathan-. Se sintió asido por las piernas, e izado. -Las escaleras. Sean ha hablado de las escaleras...

Notó la dureza de la piedra bajo su cuerpo. Y otros cuerpos que rozaban el suyo. Piernas, o brazos, el lugar debía ser pequeño. Y, estando tendido ya en suelo firme, una arcada imparable nació de su vientre, subió, y explotó en vómito de agua y lo que fuera que hubiera tragado. Se retorció, entre espasmos y toses. Pero eso le devolvió a la lucidez, a la vida, de nuevo. 

Abrió los ojos, ahora sí. Miró con estupor lo que le rodeaba. Los cuerpos desnudos de Estel y de Sean, de Nathan. Todos ellos apretados en el escalón de roca de lo que parecía una escalera que ascendía... -¿Dónde estamos...? -No reconoció el lugar, pero en algún rincón de su mente escuchó la voz de Estel respondiendo a esa pregunta. -¿Cenote Sagrado...?- Trató de enfocar mejor la visión, y ampliarla a su alrededor. Omar, ya junto al escalón, Estel que le tendía la mano. Algo más lejos, también en el agua de lo que parecía una poza paradisíaca, Mike, junto a  Lottie. Y Mel, y Sam, que acudían nadando. Y Oliver, que estaba diciendo algo acerca de Nat. Y de su...

Fadil no era un hombre púdico, aunque tampoco le gustaba exhibirse. Que podría, atlético, musculoso y aficionado al deporte, al gimnasio, y quizá demasiado al spa. Pero aún sin serlo, aún resollando medio ahogado, sintió una punzada de vergüenza. Con esfuerzo rodó sobre sí mismo, tratando de no mostrar mucho más de lo que ya estaba mostrando. No por él. Ni por el resto. Sino por...

-¿...Nefissa...?

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01/06/2016, 20:14
Sean Dunne

Sean frunció el ceño. ¿Su seto? Todas las jardineras y algunas ingenieras agrónomas de París habían tenido el gusto de cuidar de ese seto. ¿En serio Omar se iba a poner a hacer chistes en un momento como el que estaban viviendo? Bien, pues no iba a soltar prenda sobre que había visto a Enara en lo alto del cenote. Y no fue el único que se sacudía de tensión haciendo gracias. Oliver también, aunque ya no sobre Sean.

Tras ayudar a subir a Fadil, toda su atención se centró en Estel. La rodeó por la cintura con el brazo, para evitar que cayese del borde del apretujado y transitado escalón. Juntó su cuerpo al suyo. Estel, por su parte, seguía teniendo ojos solo para Omar. Los ojos de Sean, por su parte, descendían más abajo de la clavícula.

No tiene udjat...-masculló.

No había sido un sueño, o no solo una pesadilla: el encantamiento de Umayma había sido premonitorio. Las piezas iban encajando a medida que ubicaba los fragmentos de los que Sean lograba acordarse. El reloj de arena era evocador de la máquina con engranajes de reloj en la que estuvo encerrado. En su sueño también vió los pechos de Estel. Estaba destinado a verlos. Los pezones de Estel, al contrario que en su visión, eran hermosos y no tenían forma de udjat.

Me he quedado demasiado tiempo mirando fijamente...

M-me refería a Fadil. Su amuleto del udjat, ya no lo tiene.

Miró a Fadil, tendido en las escaleras. La visión del paquete de Anubis, como en el sueño... ¡¿Fadil es Anubis?!

Puaj...-apartó la mirada, esta vez cerrando los ojos.

Sean se giró en el escalón, casi bailando un vals con Estel, rotando hasta que ella estuvo más cerca para subir escalones.

Debemos ir subiendo para que los otros puedan salir del agu...

Sí, no estaría mal que Mel y Sam también saliesen. Aunque desde la primera vez que su pene arrugado, encogido un poco por el agua, había emergido, Sean ya estaba servido gracias a la aportación involuntaria de Estel.

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01/06/2016, 21:39
Nathan Morrison

El bailarín recuperó el resuello sentado en el escalón. En un principio pensó en intentar ponerse de pié pero pensó que así ocuparía menos espacio el tener las piernas colgando aún dentro del agua. Pero la altura a la que quedaba su cabeza en el más que transitado pedazo de roca, no resultaba cómoda para nadie. Pero ver allí tendido a Fadil, semi inconsciente hizo que prefiriera quedarse cerca de él. Nathan jamás había practicado a nadie una reanimación cardio pulmonar y, aunque lo había visto hacer docenas de veces en películas, no se veía a sí mismo llevando de vuelta a la vida a nadie a través de insuflar aire en sus pulmones. Sin embargo el momento de crisis comenzaba a imperar. No sabía cómo reaccionar y ni siquiera recordaba el método correcto para comprobar las constantes vitales de un hombre inconsciente. Apenas unos segundos de indecisión fueron suficientes para que Lottie tomase la iniciativa y se abalanzase sobre el Fadil inerme prácticamente a voz en grito. Nervios... crisis... pensamientos oscuros... y al final, victoria. Fadil, hecho un ocho vomitó hasta el primer biberón. Pero vivo... es sí.

Nathan sintió como su cuerpo se destensaba. Casi al tiempo, Oliver llegó a la carga con un comentario sobre... ¿su pene? Oh, cielos... ¿de verdad Oli era tan estúpidamente infantil como para resaltar la desnudez en un momento como aquel? Habían viajado en el espacio y, muy probablemente, el tiempo, la hermana de Omar parecía estar esperándole arriba del cenote, habían sido paridos por una máquina y uno de ellos - por mucho que los demás no lo considerasen así, para Nathan, Fadil lo era - había estado a punto de morir... y Oli pretendía, ¿¡comparar tamaños de penes!? Sin embargo, de un modo inconsciente, Nat sonrió. La situación no dejaba de resultar chocante. Hacía unos días eran caso desconocidos y hoy se bañaban desnudos en un cenote en México. Y entre él y su eterno Oli, aún peor. Habían compartido tanto. Eran casi hermanos... al margen de aquello que Nat hubiera podido sentir por su amigo. Y, sin embargo, allí, en aquella estrambótica situación, se encontraban el uno enfrente del otro como sus respectivas madres les habían traído al mundo. Nathan Morrison era un chico tímido. Oliver siempre se lo había recriminado como si fuese un defecto intolerable y absurdo. Pero allí, en el cenote sagrado de Chichén Itzá, Nat había descubierto que le importaba más que su medio hermano Oliver le viese desnudo que cualquiera de los demás. Así todo, Nat obvió una puya de vuelta a Oliver pero no se reprimió al mostrar su sonrisa. Oliver le divertía. A pesar de su inapropiada inmadurez.

De nuevo alzó la mano y tomó la de Sean. Ahora sí, de forma imperiosa, necesitaba ponerse de pié. Como había dicho el pelirrojo... el pelirrojo natural... habría que ir subiendo para dar paso al resto.

- Ayúdame, monsieur Dunne. Ya sé que no soy una bella Venus emergida de las aguas como Estel pero si me das paso aliviaré un poco de espacio y podremos dejar que suban los otros.

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02/06/2016, 00:08
Charlotte Dunne

Lottie dejó la mano quieta en la mejilla de Fadil. Seguía sin responder y ya no sabía que más hacer, menos allí sumergidos en el agua. Miró alrededor, buscando ayuda. Algunos se acercaban nadando, otros habían desaparecido de donde creía recordarles antes, otros aún estaban mirando a las alturas.

Mientras que Mike pueda aguantarlo a flote...

¡Lottie! ¡Si lográis traer a Fadil hasta aquí puedo izarlo a las escaleras!

La voz de su hermano la sacó de su ansiedad. Sonó tras ella, lo que hizo que se volviera sorprendida para descubrirlo en cuclillas sobre el primer escalón de las escaleras. Ni siquiera lo había visto acercase y, ni mucho menos subirse allí. Pero no vio lo que quería, o lo que esperaba ver, claro. Abrió los ojos, sorprendida, porque no entendía por qué tenía delante de sus ojos algo que...colgaba.

¿Qué diablos está haciendo Sean en pelota?

Pero le había prometido no regañarle más, no hacer más de hermana mayor. Y lo había conseguido hasta ahora, no lo iba a estropear justo en ese momento. Así que ignoró lo que tenia, literalmente, delante de sus narices, le hizo caso y tiró un poco más de Fadil hacia el borde, poniéndolo al alcance de su hermano. Percibió como alguien más había llegado al escalón. Omar. Y de repente, junto a ella, otra presencia. Nat. Se agarró al borde del escalón con su mano, necesitaba un pequeño respiro. Y sintió entonces en su hombro el toque de una mano amiga y escuchó la explicación de Estel, asintiendo y mirando de nuevo hacia el borde del cenote, lleno de personas que seguían gritando, aplaudiendo, tirando pétalos.

Si, todos muy alegres, pero no se dan cuenta de que uno de nosotros necesita ayuda...

Cuando devolvió la mirada a Estel dispuesta a contestarle, encontró una mirada enigmática de su amiga que no estaba allí antes. Silencio, discreción, parecía decirle. Pero no le dijo lo que sucedía, simplemente se alejó de ella, rodeando a un Nat que estudiaba la forma de ayudar a su hermano a sacar al egipcio del agua, y trepando al primer escalón, se dirigió rápidamente junto a Omar. Algo había pasado, algo había sucedido, que hacía que Omar sujetase furiosamente una liana y Estel hubiera ido en su busca. Nat también los miraba fijamente. Y cuando ella volvió a mirarlos detectó lo que no había percibido hasta ahora. Ambos amigos estaban desnudos, igual que su hermano y mirando hacia arriba, hacia el borde del cenote. Y entonces fue cuando la vio.

Enara. La pequeña Enara. Sintió que las lágrimas acudían a sus ojos cuando la vio saltar dándoles la bienvenida. Feliz, contenta. Sana y Salva. Aunque verla allí era la confirmación de que ella había hecho en solitario el mismo viaje que ellos acababan de realizar desde la máquina hasta el cenote.

Tan pequeña y tan valiente. Y ahí está, riendo y... preciosa. Omar puede estar orgulloso de ella.

Tuvo que controlar sus ganas de llorar, porque sabía que si empezaba no pararía. Inspiró aire y fue cuando bajó la vista y, sus ojos, acostumbrados ahora a la luz ambiente, distinguieron su cuerpo desnudo sumergido en aquellas aguas cristalinas. Y el cuerpo de Fadil a su lado, completamente desnudo también. Y una rápida mirada a Nat le confirmó lo evidente.

Respiró profundamente de nuevo para asimilar aquella nueva noticia, pero descubrió que no podía. Era como si su mente solo pudiera procesar un problema a la vez. Y el problema que estaba en primer lugar, en sus brazos, era Fadil.

El empujón de Sean y el empuje de Nat desde debajo del agua, lo separaron de ella, izándolo hasta el primer escalón junto a su hermano que, rápidamente, se puso en pie, dejando espacio al egipcio. Lottie, apoyada en el borde del escalón con un brazo, observaba atenta al muchacho que parecía no reaccionar.

¡O sí!

Un espasmo recorrió el cuerpo moreno y, sin previo aviso, Fadil rompió a vomitar.  Desde donde estaba, Lottie no podía ayudarlo, pero alcanzó su mano y la apretó fuertemente con la suya, intentando que viese que no estaba solo, darle un poco de presencia humana.

-Vomita, vomítalo todo... No te preocupes. Todos hemos hecho lo mismo. Respira... venga... -le dijo, animándolo a echarlo todo, a respirar. A volver a la vida. Cuando el acceso de tos pareció remitir y su mirada se paseo por todos los presentes y el cenote, se volvió y se soltó de ella, centrándose en él, en recuperar la compostura.

Problema uno resuelto.

Y entonces escuchó su pregunta.

Levantó de nuevo la vista. Primero a Enara y después por cada uno de los rostros que podía ver desde su posición. Pero no la encontró. Y sintió comunicárselo, porque intuía el dolor que podía causarle aunque abría la posibilidad de encontrar a Nefissa arriba.

-No, no la veo desde aquí, Fadil, pero puede... puede que esté arriba...- tenía que estarlo. Debía estarlo. Simplemente porque era en lo primero en lo que él había pensado al recuperar el habla y porque si estaba Enara, Nefissa también debería estar allí, solo que no la había vislumbrado entre la multitud. Un ramalazo de envidia la recorrió un instante. Era bonito que se acordaran de una después de una vivencia como la que habían superado, que el primer pensamiento fuera para la persona querida en lugar de para uno mismo decía mucho para ella.

Miró como Fadil se recuperaba, y supo que ya no era un problema, que estaba bien, como todos, de la impresión sufrida para llegar hasta allí. Y pasó al segundo problema de su personal lista. Miró más allá de Fadil y parpadeó al ver a su hermano agarrando de la cintura a Estel y mirándole el pecho sin ningún tipo de pudor.

¡Será caradura! ¡Pero bueno! ¿Cómo puede mirarla así? Se la está comiendo con los ojos... ¡y se ha pegado a ella! 

Y en ese momento, Sean se volvió, quedándose de cara a ella.

Lottie levantó una ceja, sorprendida no, asombrada.

¡Vale! ¡De acuerdo! AHORA LO ENTIENDO. No era broma, su fama no es una broma ni una leyenda urbana. ¡Ahora entiendo su fama con las mujeres! ¡Madre mía!... pero... pero... ¡Oh! ¡Oh! ¡Dios! Estel... por lo que más quieras... sepárate de él o nos va a montar un número en menos de... No puedo seguir mirando... mejor no... mejor ignoro esa escena... o se me va a quedar grabada para el resto de mi vida.

Se apoyó con su otro brazo en el borde del escalón. Incapaz de apartar su vista de su hermano a pesar de todo.

Ahora entiendo quien es el culpable de que mis pechos sean tan pequeños. Mamá y papá se reservaron lo bueno para dotarlo a él... Ya hablaré seriamente con ellos... ya... ¡Acaparador!

Oli, Mel y Sam llegaron entonces cerca del escalón. Con un gesto les indicó a ellos y a Mike que pasaran. Ella no tenía en esos momentos fuerza para trepar hasta el escalón y necesitaba poner un poco de espacio entre ella y su hermano. Viendo como estaban todos desnudos, no le importaba salir del agua, pero la presencia de su hermano le cortaba bastante. Así que decidió esperar allí para dar la oportunidad a otros a salir, aunque no pudiera evitar lo inevitable al final. Cruzó sus brazos sobre el escalón y apoyó su barbilla en ellos. Cerró los ojos. Y fue cuando reparó en el problema número tres. Enara.

La visión en su mente de la presencia de la pequeña allá arriba, ataviada con aquel traje típico, con aquella diadema de flores, feliz, viva, ¡viva!, y junto a ellos. Cerró los ojos y las lágrimas brotaron incontrolables ahora, empujadas por todo el miedo acumulado, por todo el alivio que ahora experimentaba. Estaban todos allí, vivos. Aun tenían que encontrar a Nefissa, pero lo harían. Habían sobrevivido a aquel viaje de locos. Apoyó la frente en sus brazos y se permitió respirar y dejarse llevar.

Una imagen se materializó en su mente, una imagen que la hizo sonreír, allí, escondida del resto gracias a sus brazos y su pelo húmedo. Una camada de lémures, recién paridos, saliendo a la luz del sol bajo la mirada de sus cuidadores que les esperaban, ansiosos por su llegada tanto tiempo esperada. Esa escena que tantas veces ella había vivido en Madagascar. Pero ahora, hoy, ella, ellos, eran los lémures, pequeños, indefensos, desnudos, húmedos por el contenido del útero en el que habían sido transportados hasta aquel momento. Y estaban siendo observados por quienes sabían de su llegada y estaban preparados para ello.

Mientras que no nos pongan una anilla en el tobillo, vale, se acepta. Además, más de la mitad tienen “colita”...

Rió, divertida, mientras las lágrimas no dejaban de fluir. Pero eran lágrimas de alivio.

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02/06/2016, 15:30
Mike Yaddow

Mike siguió ayudando a llevar a Fadil a la orilla, ayudado por Charlotte y también por Nathan, ni se le ocurrió salir del agua después de la advertencia, o amenaza, de la pelirroja de que no subiera. Además seguía pendiente de su hermana y de Sam que venían nadando tras ellos. Eran buenas nadadoras pero aún así prefería tener un ojo puesto en ella, no conocía aquellas aguas y había aprendido a no fiarse mientras nadaba.

¿Mejico? ¿No es Hawai?

Y él que iba a saber, parecía que al final aquella gente tenía una gran obsesión con Méjico. Se alegró, eso estaba cerca de Estados unidos y además él hablaba un poco de hispano, en cuanto salieran de allí y si esa gente no los mataba regresarían pronto a casa. ¿Que había pasado? Casi los habían matado en Egipto dos veces y ahora... Ahora estaban en Méjico. Aquello no tenía ningún sentido, nada desde que se había levantado lo tenía.
Y entonces otros comenzaron a salir del agua: Sean, Omar, Estel...

¿Porqué todos están en bolas? ¿Empecé a alucinar en algún momento y la noche de la fiesta terminó aquí? No recuerdo nada.

En realidad recordaba muchas cosas, pero ninguna con demasiado sentido y que explicara que hacían todos en Méjico y porqué iban desnudos. Miró su propio cuerpo y comprobó que él también estaba sin ropa.

¡Oh mierda! ¡El comunicador! ¿Donde está mi comunicador?

Sí, podía haber perdido la ropa, eso no era muy grave, pero quedarse sin su comunicador ya era algo más preocupante, aquella debía de haber sido la noche del siglo. Se giró hacia atrás hacia Sam y Mel.

-Sam, Mel, ¿Vosotras...?

Una sola mirada le bastó para comprobar en lo que había dado por supuesto antes.

¡Ellas tampoco llevan su comunicador, ni siquiera el colgante!

Eso ya era mucho más raro, al igual que Mike, Sam nunca se desprendería del suyo, su pijo comunicador de la manzana mordida [Por un módico precio inserto publicidad], y tampoco se hubieran quitado los colgantes. ¿Que había pasado? Lo último que recordaba, o al menos eso pensaba, era estar sumergido en aquella extraña habitación y ahogándose en un gel rosa mientras daba vueltas como en una lavadora y ahora...

En Méjico... ¿Y donde están nuestras cosas? Como llamamos ahora a alguien. Esto parece aquella película en la que unos amigos se fueron a celebrar una despedida a las Vegas... ¡Le dije a Mel que hubiera sido más divertido ir a las Vegas! ¡Pero no! Teníamos que ir a Egipto y ahora estoy en una poza en Méjico arrastrando al culpable de todo. ¡Eh amigo! Espero que no izes tu bandera...

-Sam. ¿Sabes que hemos hecho con nuestros comunicadores? No recuerdo nada y estoy como si me hubieran dado una paliza. ¿Y donde están tus gafas? No recuerdo haberte visto sin ellas desde que te convencí para probármelas en sexto grado y después te las escondí, luego vino Mel y me obligó a devolvértelas, pero habías ido a tu casa a por otras y estabas llamando a otros vecinos jajaja.
-Recuerdos felices cuando todos tenían su comunicador, sus gafas y su ropa.- ¿Ves algo? Estoy aquí, te saludo, eso que miras es una roca. ¿Necesitas ayuda? Puedes cogerme la mano... -Ya estaba agarrando a Fadil con una y la otra la necesitaba para nadar, así que no era buena idea.- Que te guíe Mel mejor, tengo que llevar a Fadil a la orilla.

Gracias a la ayuda de Nathan, Charlotte y el resto de los que estaban arriba por fin pudieron poner a Fadil en tierra firme, o más bien en peldaño firme. Pronto pareció reaccionar y escupir agua.

Mejor, no pensaba hacerle el boca a boca a él...

Sin el peso muerto de Fadil, comenzó a flotar el en agua, estaba cansado pero podía aguantar todavía mientras el resto iba despejando la escalera, única escapatoria de todo aquello. Al menos Oliver le levantó una sonrisa con el comentario sobre Nathan, el resto parecían demasiado serios, exceptuando Sean que parecía... muy ocupado en aquellos momentos descubriendo otras cosas.

Céntrate Mike, y no mires a nadie fijamente a otro lado que no sean los ojos. Estamos en Méjico, esa gente entonces tiene que hablar mejicano. Seguro que no han respondido a Sean porque con su acento francés no lo entendieron, será mejor que pruebes tu.

Mike tomó aire y elevó la voz hablando en un español de miami con marcado acento latino y casi separando cada sílaba de las palabras para que se le entendiera bien, tenía que vocalizar para que no hubiera malentendidos.

-¡Hey! ¡Amigos! ¿Pueden ayudarnos? Hay señoritas en problemas, por favor. ¿Tienen ustedes nuestras cosas? Somos americanos.

Era mejor que pensaran que todos eran estadounidenses porque allí en México no iban a tener ni idea de donde estaban el resto de países de los que formaban parte. ¡Excepto Estel!

-¡Un español también!

Tuvo la deferencia de no señalar a la chica porque estando como estaba era mejor no llamar la atención sobre ella, esperaba al menos que sus amigos mejicanos les dieran algo de ropa. Y por fin una buena noticia, la hermana de Omar estaba allí con ellos, eso era bueno.

-Omar. ¿Está tu hermana con ellos? ¿Parece que está bien no? Que estamos entre amigos... ¿Puedes decirle que nos consiga algo de ropa? Al menos para las chicas.

Sabía que los latinos, entre los que se contaban los mejicanos, eran gente de sangre caliente y muy fogosos, seguro que lo de ver unas yankis desnudas les ponía. De todas formas a excepción de Estel, que muy latina ella se había lanzado al ¿Como llamaban eso de los toros? ¿Rueda? En cualquier caso se había lanzado al exterior del agua como si tal cosa, pero Mel, Sam y Charlotte seguían dentro del agua aprovechando un poco la intimidad que esta les otorgaba. Y entonces la pelirroja comenzó a llorar a su lado.

-¿Que...? ¿Que te pasa? -Aquel era un llanto muy raro. Mike no sabía si estaba riendo o llorando y no sabía que hacer.- ¿Podemos hacer algo por ti?

Miró al resto, sobre todo a Sean y a Omar que la conocían a ver si alguno de los dos sabía que estaba pasando con ella.

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03/06/2016, 18:35
Omar Echenique

No veía ni oía nada centrado como estaba en Enara. Solo la voz de Estel, susurrada a su lado, lo sacó de su estado de furia ciega. Asintió brevemente. No hacía falta más. Le tendió el cabo de la liana y comenzó a subir las escaleras a paso vivo con un único destino. Su hermana.

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03/06/2016, 20:20
Sean Dunne

Estel, tenemos que ir haciendo sitio para que los demás suban, como Omar-Sean la cogió por la cintura para impulsarla hacia el siguiente escalón-. Vamos, vamos... Los atlantes debieron de construir otra máquina de las suyas en este sitio, tenemos que darnos prisa y encontrarla para volver a casa... o por lo menos al Egipto de nuestro tiempo. Estel, mueve el cul...

Mon dieu, menudo culo...

Ya con más espacio en el escalón, se inclinó para agarrar la mano de Nathan y ayudarle a subir. El pelirrojo pudo usar la táctica del cangrejo, y según tiraba de él, ir reculando subiéndose al próximo peldaño de piedra. En lo que no pensó era en que se había cerrado el paso al agua, y ya no podría arrimarse a Mel y Sam mientras las ayudaba a ellas.

Es igual, he sido suficientemente premiado por un día. Espero no estar olvidándome de nada importante...

¡Ah, Lottie! ¡Lottie, escucha, yo voy subiendo! Si sigues ahí metida vas a acabar arrugada como una pasa.

Apoyando una mano en la pared vertical y usando la otra para mantener el equilibrio sin resbalar por la roca mojada, ya no le quedaban extremidades para taparse.

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04/06/2016, 00:29
Charlotte Dunne

Abrió los ojos y se quedó sorprendida por un instante. Miraba directamente al agua, a escasos centímetros de su superficie, su pelo caía por un lado y otro de sus brazos, apoyados en el escalón, protegiéndola de miradas indiscretas y la luz del sol se colaba a su alrededor. Era impresionante el juego de luz que la rodeaba, los colores del agua. Casi juraría que podía ver el fondo de aquel lugar. No había visto aguas tan cristalinas desde hacia muchísimo tiempo. Un pequeño pez blanco, casi transparente, pasó nadando entre ella y la pared, mordisqueando primero a esta donde descubrió musgo y algo pequeño que tambien se movia pero que se perdió rápidamente de su vista. Tardó solo unos segundos en localizar el nombre del pequeño pez, porque era inconfundible.

Typhliasina pearsei... una dama blanca ciega.... nunca había visto una....recordó mientras que su mano iba en su busca y lograba acariciarla un instante antes de que, de un coletazo, se alejara de ella rápidamente, asustada por el contacto.

La siguió con la mirada unos segundos hasta que la voz de Mike sonó a su lado, rompiendo el encantamiento de aquel momento. Levantó la cabeza del tirón, volviendo a la realidad en la que estaba. Miró al americano, intentando averiguar rápidamente a qué se refería con su pregunta. No tardó en situarse y se soltó de ambas manos del borde del escalón, intentando limpiarse rápidamente las lágrimas que bañaban su cara y de las que se había olvidado por un instante. Y supo que se había reído en voz alta al imaginarse la escena de los lémures, por como la estaba mirando el americano.

-No, no, no te preocupes-dijo apurada limpiándose unas lágrimas que no podía ocultarle a Mike, estaba demasiado cerca y, conociéndose, los ojos ya andarían un poco rojos,no hacía falta mucho para eso, acentuando el azul de sus iris-No me pasa nada, solo es que.... -lanzó una mirada alrededor, a todos, y terminó en Enara-...solo es que, después de todo, todos estamos bien y podemos contarlo, incluida la pequeña. Soy un poco llorona, no me hagas caso, ya me irás conociendo-le sonrió, insistiéndose mentalmente en no contarle lo de los lémures. No lo entendería, ni él ni nadie, realmente. Así que mejor quedárselo solo para ella.

Sam y Mel estaban ya junto a Mike pero, objetivamente era ella la que estaba más cerca del escalón, así que...

-Venga, salgo yo. Así os dejo sitio al resto, estoy en medio-miró hacia arriba, donde Nat ya había salido ayudado por su hermano. Miiró a Sean, preparada para que le tendiera la mano igualmente pero, sin embargo, escuchó algo que no era lo que esperaba exactamente....

Cortó el impulso de alzar su mano hacia su hermano a la mitad y la apoyó de nuevo en el escalón. No le digas nada... no tiene mayor importancia.... Pero sintió en sus espaldas la mirada de Mike, sabiendo que había muchas probabilidades de que hubiera visto su gesto y como lo había cortado ante el comentario de su hermano. Sintió un poco de vergüenza. Tendría que ingeniárselas ella sola entonces, ya lo creo que sí, de peores había salido. Echó una rápida mirada al borde y descubrió un lugar que hacía las veces de un pequeño apoyo con el que darse impulso a la superficie. No sería dificil. No si no resbalaba con el musgo, claro.

-No te preocupes, ya salgo... -levantó la mirada al contestar a Sean y fue entonces cuando vio la expresión de Omar, la liana que tenía entre sus manos. Miró a Enara de nuevo. ¿Que le pasaba a Omar? ¿Por qué esa expresión de... furia? Su hermana está bien, ¿qué le pasa? ¿qué ha pasado? ¿para qué quiere esa liana? Sintió la necesidad de unirse a él y fue lo que la empujó a apoyar firmemente sus manos en el escalón y uno de sus pies en el pequeño saliente y a impulsarse con todas sus fuerzas fuera del agua. Con más problemas de los esperados, un momento de indecision en el que la balanza se podía haber inclinado tanto para el escalón como para el agua de nuevo, un último empuje la hizo terminar primero medio tumbada en el escalón hasta que consiguió darse la vuelta y terminar sentada, entre Fadil y las piernas de Nat, con sus piernas aún en el agua y resoplando por un tipo de esfuerzo al que no estaba acostumbrada.

Respiró hondo y miró la espalda de Fadil y las piernas del bailarín, lo que le dejaba poco espacio para rebullirse y ponerse en pie.

-Espera un momento Sean. Por favor, para a Omar y a Estel, subamos todos juntos... no sabemos lo que nos espera arriba... -es el único que puede detenerlos. Pero Enara está bien, se la ve bien, no está asustada..¿Qué ha visto Omar?. Pero aún así sentía una enorme reticencia a acercarse a aquellas personas después de las imágenes que les habían enseñado en la Máquina. ¿No habría otro sitio por el que subir? ¿Otras escaleras como aquellas o algún pasadizo? Si... y si lo ahi ¿que? Hay que ir a por Enara, no hay otro camino... el encuentro con esos nativos es inevitable.

Puso su mano sobre el hombro de Fadil, solo un instante-¿Estas mejor? Vamos, arriba... tenemos que subir todos juntos...

Se empujó un poco más adentro del escalón y, como pudo, se puso de pie, intentando no invadir la distancia de seguridad de Nat ni la de Fadil. Y fue cuando vio que si Omar y Estel no comenzaban a subir y no los seguían Sean y Nat, la cosa estaba complicada para el resto. No le quedaba más remedio que dejar que empezaran a subir poco a poco. Miró a su hermano, intentando no pensar que estaba completamente desnuda fuera del agua-No os alejéis... esperad a que todos os sigamos, s'il vous plaît.

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04/06/2016, 13:21
Fadil Jannan

La decepción que había sentido cuando Lottie le dijo que no veía a Nefissa se acrecentó en cuanto él mismo, ahora ya con el sentido de la vista completamente recuperado, repasó los rostros que alcanzaba a ver asomados al círculo de luz.

No. No está...

Se había incorporado primero a cuatro patas, con dificultad y dolor, y luego había conseguido ponerse en pie, ignorando por completo el hecho de su desnudez ahora que Nefissa no podía verle.

-Estoy... mejor, sí. -Respondió a la pelirroja.- Gracias. -Sonrió, agradecido. No sólo entre Mike, Nat y Sean le habían rescatado cuando estaba a punto de ahogarse, sino que por lo menos ella se interesaba abiertamente por él. Quizá, después de todo, le estaban empezando a perdonar. Aunque esto era algo que debería ganarse, y lo sabía.

Pero había que volver a la realidad. Y la primera nota chirriante en esa realidad era que acababan de ser paridos tal como los traían al mundo sus madres. Desnudos de pelo a pelo. Lo que no era vergonzoso para algunos lo era mucho para otros, así que evitó mirar directamente los pechos de Estel, como Sean estaba haciendo, o el pubis rojo de Lottie, que ella trataba de quitar de la línea de la vista de quienquiera. Los penes de sus compañeros le llamaban menos la atención, pero sobretodo sabía que en general a los tíos no les incomodaba tanto mostrarlos. Aunque sí les incomodaran las comparaciones. Se encogió de hombros, quién sabe por qué.

La cuestión es que, en pelotas o no, debían salir de allí.

Omar había echado a correr escaleras arriba, y Estel y Sean parecía que iban a seguirle. Fadil escudriñó el Cenote, buscando opciones alternativas. No las había. Las escaleras que subían hasta la plataforma con los chiquillos eran la única salida del agua. Tampoco a él le hacía demasiada gracia hacer lo que era obvio que debían hacer, pero tampoco podían hacer otra cosa.

-Vamos. Subamos todos de una vez. -Dijo sin dirigirse a nadie en concreto.- A ver qué coño nos espera ahí arriba.-Añadió murmurando entre dientes.

Se acercó de nuevo al agua, tendiendo su mano a los que aún estaban nadando.

-Venga. Os ayudo a subir.

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05/06/2016, 00:38
Samantha Johnson

Poco a poco los primeros escalones sufrieron un pequeño problema de overbooking a medida que comenzaban a salir del agua, y lo que podría parecer otro problema en cuanto a la desnudez se tornó en algo casi distendido. Algunos sonreían o se carcajeaban de la puntual situación mientras que otros aún permanecían desorientados.

- Como el resto, Mike -Le salpicó un poco e inmediatamente resopló-. Estoy segura que un viaje en una extraña máquina teletransportadora no cubrirá el seguro de mi comunicador. ¿Por qué nos está pasando ésto?

Cierto que había desconfiado de tantas coincidencias desde un principio, pero por culpa de su no aceptación, de relegar su sentido común a un segundo plano, estaban allí. Aunque mejor desnudos que muertos.

- No exageres, Mike. Puedo verte con tanta claridad como para atizarte -Sus gafas, había perdido sus gafas. Sólo su temor a cualquier tipo de cirugía habían hecho de sus lentes una parte más de sí misma. Comenzaba a sentirse extraña, y por inercia hizo un gesto para colocar lo que ya no estaba-. Me las apañaré, aunque no veo muy bien de lejos y no creo que tengamos un examen de comprensión lectora pronto.

Un último salpicón y tomó la delantera para salir de una vez del agua. No iba a esperar a terminar como una pasa y tampoco quedar rezagada cuando Omar comenzó a subir con cara de pocos amigos. Había escuchado que por fortuna su hermana pequeña estaba entre el gentío que seguía saludándolos, pero a esa distancia ni se molestaría en reconocerla. Con unas cuantas brazadas llegó hasta Fadil, y dado que todos estaban metidos en la misma mierda no tuvo problema en sujetar su mano.

- No me mires el culo, Mike -Un último vistazo de advertencia antes de que se pusiera roja como un tomate. Menuda vergüenza estaba pasando, pero no confiaba en los de ahí arriba y el grupo se estaba separando más rápido de lo que imaginó-. Espera un segundo -Miró a Fadil mientras con la otra mano hizo lo que pudo para colocar su pelo sobre sus pequeños pechos para sentirse más cómoda. Una cosa era lucir sexy, porque había aprendido con los años que tenía los encantos necesarios para serlo y algunos de sus modelitos lo demostraban, pero otra muy distinta era exponerse sin venir a cuento-. Gracias.

En otro momento podría disfrutar del espectáculo ante tanta "carne magra", con deliciosas curvas e interesantes protuberancias a las que mejor no dedicarle demasiada atención. ¡Y encima los gemelos! Si pudiera saldría corriendo pero... Mejor centrarse en la situación más importante que era mantenerse con vida, porque estaba claro que Umayma quería que como poco sufrieran.

- Daros prisa -Miró por encima del hombro-, se largan y no me gusta que nos separemos.

Ahora tocaba ver unos cuantos culos por delante, lo cuál no suavizaría su nerviosismo cuando cada uno de ellos se cuidaba tanto o eran agraciados por naturaleza. 

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05/06/2016, 11:28
Mike Yaddow

Mientras los tres más adelantados: Omar, Estel y Sean iban dejando sitio, el agua se iba poco a poco vaciando. Primero fue Charlotte, que a pesar de las lágrimas quiso convencer a Mike de que no le estaba pasando nada. MIke se limitó a asentir aunque estaba claro que algo si que había pasado, en cualquier caso dio por buena su explicación sobre que todos estaban bien y que habían encontrado a Enara, la hermana de Omar.

-Vale, está bien, te has emocionado al verla, es normal, no pasa nada. ¿Quieres que te ayude a subi...?

Se detuvo al ver que la pelirroja subía ella sola, por otro lado hubiera sido algo incómodo ayudarla desnudos como estaban, al menos si no era estrictamente necesario. Charlotte llamó a su hermano y sus dos amigos, parecía que más que sitio para que el resto pudiera subir lo que estaban haciendo era subir del todo. Mike comprendió las intenciones de Omar, si fuera Mel la que le esperara arriba después de todo lo que había pasado a él nadie le pararía en aquella escalera, así que no iba a ser tampoco el que impidiera que Omar lo hiciera. Ingnoró como pudo a Fadil y se centró en Mel y Sam que aún estaban en el agua.

-No tengo ni idea de que va todo esto. Estoy entre una gran broma, unas vacaciones de esas donde te hacen vivir una experiencia casi real, o creerme parte de lo que nos han dicho y que hay una conspiración cósmica con unas fuerzas que no comprendemos del todo. En cualquier caso será mejor que salgamos de aquí. Pero no me atizes Sam, que tan solo era una broma, de todas formas ya sabes que puedes contar conmigo, no hace falta que te lo diga, sobre todo ahora que ya no llevas nada de Apple encima.

Ni de Apple ni de nada y así salió su amiga del agua tan blanca o casi como Charlotte y enunciando una advertencia directamente hacia él que giró la cabeza disimulando una sonrisa.

Demasiado tarde Sam.

¿Acaso se podía evitar? A estas alturas ya se habían visto todos todo, menos los tres que seguían en el agua, pero mirara donde mirara había algún cuerpo desnudo en el ángulo de visión. Se contuvo de contestar o de hacer algún comentario, no quería que su amiga se pusiera más roja aún.

Deberías tomar más el sol, te sienta bien ese color, tu entrenador personal está haciendo buen trabajo...

Muchos comentarios pasaron por su mente, pero ninguno salió de ella. Además mirar el culo de Sam, al igual que había hecho con el de Lottie o Estel, se le antojaba más cerca del incesto que de otra cosa, en cualquier caso no era una situación para erotizar o fantasear, casi acababan de morir y ahora, por circunstancias que no comprendía, estaban desnudos y debían hacer algo. La solución no era cerrar los ojos ni mirar a otro lado, pero intentaría no incomodar a nadie mirando fijamente ninguna parte de ningún cuerpo más de lo necesario. Y una miradita a cada uno había sido necesario para comprobar que todos estaban enteros. En cualquier caso y esta vez sin mirar casi, su hermana no se libraría de alguna broma. Se giró hacia ella, era tiempo de que salieran todos del agua.

-Venga Mel, te ayudo a subir. Apóyate en el escalón y yo te empujo.
-Con su melliza era distinto, era como empujar una versión femenina de él mismo, no había problema.- Seguro que después de tanto gimnasio los de ahí arriba aplaudirán más cuando salgas. -Aguantó la risa, eso pondría a su hermana roja como un tomate.- A la de una, a la de dos y a la de tres.

La cogió de la cintura y cuando terminó la cuenta atrás la subió hasta el escalón más cercano, se notaba que su hermana también tenían muchas horas de oficina encima y aunque no era tan blanca de piel como Sam no llegaba a tener el color tostado que llevaba su hermano por brazos y piernas, aunque el color de ambos se igualaba en las partes que el sol no solía visitar. Ya estaban casi todos fuera, solo quedaban Oli y él.

-Venga Oliver que te ayudo.
-Le hizo un gesto con la mano para que se acercara y estiró el brazo para cogerlo y ayudarle.- Sube con Nathan y los demás antes de que se metan en algún lío.

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06/06/2016, 10:01
Oliver Booth

Tomé la mano de Mike para subir más rápido al escalón de piedra. Aunque estaba a gusto en el agua, ya se sabe, cuando llevas un rato se te arruga todo y... bueno... todo tiende a parecer más pequeño de lo que es en realidad... En fin, que salí del agua y vi como Omar subía las escaleras a toda velocidad, quizás había visto algo...

- Gracias, tío - le dije a Mike, sin dejar de mirar a Omar.- ¿Qué le pasa? Parece que le han entrado las prisas de repente.

Me incorporé para aprovechar más el espacio, nos estábamos agrupando todos para subir más o menos unidos. Reconozco que me parecía una buena idea, después de todo era un lugar desconocido y separarnos no parecía lo mejor, a pesar de que Omar se hubiera separado del grupo. Pensé que quizás aquel tipo de la túnica le dijera algo, porque de algún modo parecía estar esperándonos... y ya de paso igual tenía túnicas para todos, que después de un ratito seguro que se notaba el frío.

- Eh, Fadil, tío ¿Estás bien? - le pregunté, sorprendido y también aliviado por verle bien.- Pensé que no lo contabas... me alegro de que sigas con nosotros en... este... sitio - me quedé un poco embobado.- ¿Qué demonios haremos aquí? Me parece a mí que la máquina nos ha traído aquí por alguna razón... o Umayma y sus colegas... menuda banda que han montado - miré de nuevo al tipo de la túnica.- ¿Creéis que ese tipo tendrá túnicas para todos?